Mi nuevo destino es la parroquia de María Madre del Buen Pastor de Cali, entre gente de mayoría afrocolombiana. Todos mis hermanos Combonianos que acá trabajan me han recibido de maravilla. Me siento en casa y como un niño aprendiendo y viendo con curiosidad y admiración todas las cosas, personas, lugares, historia, cultura y costumbres de este país.

Mostrar a Cristo a través de nuestras obras, de nuestro trabajo, a veces no es fácil, pero hacemos el esfuerzo de ayudar
y decimos a la gente que no somos nosotros los que estamos ayudando, sino que es Cristo quien nos envía para ayudarles; eso es lo que nos ha dado la fuerza para trabajar como Hermanos.

A la misión de Chama, África, llegué, por primera vez, en 2003. La misión comboniana había sido iniciada 7 años antes con ocasión de la beatificación del ahora San Daniel Comboni. En la nueva misión hubo que iniciar muchas cosas: trámites de propiedad del lugar, construcción de la casa de los misioneros, templo... y sobre todo organizar el trabajo de primera evangelización.