15 de abril: San Damián de Molokai
José Damián de Veuster, así se llamaba, fue un misionero que dedicó los últimos años de su vida al cuidado de enfermos de lepra enviados a la isla de Molokai, en Hawai, donde gracias a su enorme fe pudo conseguir ayuda para los leprosos, además de llevarles esperanza con la Palabra de Dios.
Nació en Bélgica en 1840. Desde pequeño sentía el deseo de ser misionero y llevar la Palabra de Dios por el mundo. A sus 23 años fue enviado a Hawai, donde fue ordenado como sacerdote y construyó una pequeña capilla con la ayuda de los pocos católicos que vivían ahí. En 1873 pidió ser enviado a Molokai, la isla maldita, llamada así porque era a donde enviaban a los leprosos. Ahí, el padre Damián, como era conocido, se dedicó a cuidar y convertir a los enfermos que en ese entonces estaban destinados a la muerte, ya que no existía tratamiento alguno para su condición. A pesar de ello, al padre Damián no le importaba contagiarse, y para no despreciar a «sus leprosos », los abrazaba y saludaba de mano.
Además, se dedicó a escribir cartas tan conmovedoras para pedir recursos, que incluso las personas no católicas enviaban comida y dinero para los leprosos de Molokai. Finalmente, enfermó de lepra y murió el 15 de abril de 1889. Fue declarado beato por el papa Juan Pablo II en 1994 y canonizado el 11 de octubre de 2009 por el papa Benedicto XVI. Es el patrono de quienes trabajan con los enfermos de lepra.