Archives 2024

Domingo XVIII ordinario. Año B

El Pan de Vida

Año B – Tiempo Ordinario – 18º domingo

“...Les aseguro que ustedes me buscan no porque vieron signos, sino porque comieron pan hasta saciarse. No obren por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que el Hijo del hombre les dará…Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”. (Juan 6, 24-35)

El texto que nos regala la liturgia en el evangelio de san Juan este domingo es la parte central del capítulo 6 en donde Jesús enseña a sus discípulos con las palabras que se refieren a él como pan de Vida.

El pan representa lo necesario para responder a una de las exigencias fundamentales de la vida de todo ser humano. Comer y nutrirse no es un lujo o algo de lo que podamos hacer a menos. Quien no come se debilita, se enferma y termina por morir.

Eso lo sabía muy bien la gente que seguía a Jesús y estaban contentos porque habían encontrado a alguien que, de manera extraordinaria, había dado respuesta a sus necesidades de alimento. Habían recibido el pan para cada día y más todavía, habían saciado el vacío de sus estómagos y reforzado la fragilidad de sus cuerpos.

Y, como dice el dicho popular: “¿a quién le dan pan que llore? En su primer encuentro con Jesús se habían quedado en lo superficial, en lo inmediato y pasajero.

Habían comido, pero volverían a tener hambre. Como la mujer samaritana, había encontrado a alguien que le prometía el agua necesaria para mantenerse viva cada día, pero no había entendido que estaba ante alguien que podía resolver  la necesidad de beber para siempre.

También aquella multitud de personas no habían dudado en recorrer grandes distancias esperando que Jesús volviera a hacer el milagro de multiplicar panes y pescados y qué bueno sería si todo aquello sucediera sin necesidad de hacer ningún esfuerzo.

Jesús que conoce las intenciones del corazón humano no se deja confundir y, con paciencia, va a ayudar a estas personas a darse cuenta que lo que los hace vivir no es lo que llena el estómago.

Hay algo más importante que consiste en entender que, así como necesitamos nutrir el cuerpo, no podemos descuidar el espíritu. Y el espíritu no se nutre con rebanadas de pan o pedazos de carne.

El ser humano no existe para responder a lo inmediato y a cada paso siente en lo profundo de su ser la necesidad de responder a su vocación de eternidad. Llenar el estómago satisface por un momento, pero el corazón nos exige siempre algo más que nos recuerda que hemos sido creados para vivir en plenitud.

Dios siempre ha sido generoso, providente y nunca ha descuidado a su pueblo. Lo nutrió en el desierto con el maná y carne para cada día, como nos lo recuerda el libro del éxodo, lo hizo entrar en una tierra que manaba leche y miel, lo bendijo siempre con abundancia.

Dios nunca se ha dejado ganar en generosidad y lo sigue haciendo con nosotros de muchas maneras.

Dios nos bendice con salud, con trabajo, con la presencia de personas que nos hacen sentir bien, que nos cobijan con su ternura y con su cariño, que nos toleran y nos aceptan con nuestros límites y debilidades; que nos ayudan a entender que no sólo vivimos de pan.

Jesús nos invita igualmente a trabajar no sólo por lo efímero y pasajero, sino que abramos nuestro horizonte, que salgamos de lo inmediato de nuestras vidas y de nuestras preocupaciones.

Nos invita a trabajar en la obra de Dios, creciendo en nuestra experiencia de fe, reconociendo a Jesús como el enviado del Padre, como la respuesta que se nos da a todas nuestras necesidades.

Jesús, el único pan verdadero, es él quien puede satisfacer el hambre de plenitud y de vida que nace de lo profundo de nuestro corazón. Él es el pan de vida que hace que nunca volvamos a tener hambre porque sólo él puede llenar el espacio vacío de nuestro anhelo de vida eterna.

Jesús es el pan que dura para siempre, que no perece como los panes en el desierto.

Él es el pan que se transforma en su cuerpo y en su sangre cada vez que celebramos la eucaristía. Es el alimento que nutre el alma, que conforta el espíritu, que llena de esperanza y de confianza nuestra mente, que empapa de alegría nuestro caminar de cada día.

Si tomamos conciencia de que en Jesús se nos otorga la necesario para tener vida plena, tal vez vamos a empezar un camino distinto que nos lleve a buscarlo no porque necesitamos resolver nuestras urgencias y nuestras dificultades.

Tal vez nos vamos a acercar a él porque puede darnos la fuerza para vencer nuestras debilidades. Nos puede liberar de nuestros miedos e inseguridades. Sin duda, nos hará sentir tranquilos y confiados ante las adversidades. Nos cambiará el corazón para no vivir esclavos de nuestro orgullo y de aquello que reconocemos como esclavitudes y pecados.

Tal vez nos acercaremos a él porque habremos entendido que estar con él es lo más bello que nos puede pasar y que es un gusto compartir lo que somos con alguien que sigue dando su vida para que no nos ahoguemos en nuestras necesidades.

P. Enrique Sánchez G. Mccj

la Iglesia latinoamericana crea la Reclac: Red Eclesial de Comunicadores de Latinoamérica y el Caribe

Adn-CELAM

La Iglesia católica de América Latina y Caribe anunció este 31 de julio la creación de la Red Eclesial Comunicadores de Latinoamérica y el Caribe (Reclac), un organismo que buscará integrar un trabajo articulado entre el Celam, las Conferencias Episcopales y otros organismos eclesiales del continente en materia de comunicaciones.

Se trata de un sueño que se fue materializando durante el desarrollo del encuentro latinoamericano y caribeño, realizado en Bogotá del 29 al 31 de julio en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), al que asistieron 45 participantes en representación de 16 Conferencias Episcopales y 10 organizaciones eclesiales.

Reunidos durante tres días y luego de trabajos de reflexión, discernimiento, intercambio de experiencias significativas y debates, los participantes reconocieron que con la coordinación de esfuerzos es posible aportar a la construcción de una mejor sociedad, con audacia profética y desde las experiencias, saberes y experticias de cada uno, mediante el trabajo colaborativo en red.

Fomentar el trabajo en red

Con relación a la creación de la Red, Oscar Elizalde, director del Centro de Comunicaciones del Celam, agradeció la disposición y el trabajo realizado durante los días de encuentro, animando a sus miembros a “apostar con decisión por este naciente proyecto que nos ofrece nuevas oportunidades de incidencia comunicativa, a partir de sinergias en perspectiva sinodal, y desde una actitud de servicio y entrega a la Iglesia, atendiendo al llamado del Papa Francisco a ser un Iglesia en comunión, participación y misión”.

Llamado que, dijo, “pasa por la conciencia de la necesidad de articular la acción pastoral de las comunicaciones, fomentando el trabajo en red”, de tal forma que se enriquezca y se proyecte con las distintas iniciativas, surgidas en las realidades de cada país. «Se trata de valorar toda la riqueza que tenemos, pero de manera articulada, y no como islas».

Por su parte, monseñor Daniel Francisco Blanco, obispo auxiliar de San José de Costa Rica y coordinador del Consejo del Centro del Celam, fue el encargado de dar la bendición a esta red católica, haciendo énfasis en el importante papel que este proyecto cumplirá para la misión evangelizadora de la Iglesia. Afirmó, igualmente, que «será una voz de esperanza para la dura realidad que viven muchos países de América Latina y el Caribe».

Núcleos temáticos

Con el propósito de seguir avanzando en la reflexión de la red Reclac, sus integrantes identificaron seis núcleos que serán los que marquen la ruta de trabajo a seguir. Son ellos: Comunicación y formación permanente; comunicación territorial, crisis comunicativas; comunicación estratégica e incidencia; pastoral de la comunicación; y financiación y apoyo a la comunicación.

De esta forma, la Iglesia se adapta a los nuevos cambios que exige el mundo de lo digital, compartiendo y dialogando sobre temas de fe, vida y sociedad. A la red se podrán ir integrando nuevos miembros de las Conferencias Episcopales y organizaciones de Iglesia afines con la misión de la Iglesia.

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Pastoral Afro presenta la Red de Lideresas Afrodescendientes Católicas de las Américas (LACAM)

Texto y fotos: ADN-CELAM

Un espacio para el diálogo intercultural e intergeneracional, que promueve el feminismo afrodescendiente católico. Así se define la red de Lideresas Afrodescendientes Católicas de las Américas (LACAM). Una iniciativa que vio la luz este 25 de julio, Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, una fecha de gran valor histórico para el mundo Afro.

La red de LACAM busca responder a las realidades y desafíos actuales a partir del «reconocimiento de nuestros aportes como transmisoras de cultura, fe, tradiciones, saberes ancestrales valores, cuidado de la casa común, nuestras espiritualidades y capacidad de resistencia y resiliencia en la toma de decisiones sobre nuestras vidas, las comunidades y en la defensa de nuestros derechos», afirman sus integrantes.

Transformar realidades de exclusión

Un trabajo que estará animado por la sinodalidad y la comunión, por lo que funcionará con un acompañamiento de la Comisión Animadora del Eje Mujeres en la Iglesia y la Sociedad del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y la Confederación Latinoamericana de Religiosas y Religiosos (CLAR), además de representantes de cada una de las regiones del continente. Entre ellas aparecen por la región del Cono Sur Vera López de Brasil y Támara Barbará de Argentina. En el caso de la región andina estará Virginia Zegarra de Perú y Nieves Méndez de Ecuador; mientras que la región de Centro América y México estará representada por Eunice Meneses de Panamá y Jessica Clarence de Nicaragua.

«Nuestra naturaleza es ser cuidadoras y cultivadoras de la ternura de la creación; tejedoras de relaciones, afectos, sueños y proyectos, no solo para nosotras, sino para todas y todos los que están a nuestro al rededor, especialmente los que están sufriendo y anhelando mejores días», aseguran las integrantes de esta red que nace como fruto del reciente encuentro virtual de Mujeres Afrodescendientes Católicas que se realizó del 17 al 19 de julio y en el que participaron 85 mujeres de 11 países del continente.

Apuesta que mostró el anhelo de las mujeres afrodescendientes del continente de organizarse en un espacio de articulación y unidad para reflexionar sobre la identidad étnica y cultural que las caracteriza. «Empoderarnos, auto reconocernos y asumir nuestro protagonismo y participación en la transformación de la realidad de exclusión y discriminación, aportando todas nuestras capacidades para la transformación de la Iglesia y la sociedad», se lee en el documento que anuncia la creación de esta red.

Tejiendo relaciones

Así la red de “Lideresas Afrodescendientes Católicas de las Américas” (LACAM), nace al interior de la Pastoral Afroamericana y Caribeña y  durante el encuentro virtual que sirvió de preámbulo a su creación, se propuso entre otras cosas, reflexionar sobre aspectos que incluyen la situación de la mujer afrodescendiente en sus diversas identidades, es decir, católicas, consagradas y lideresas; además de sus roles en la Iglesia y la sociedad para lograr la construcción de un «espacio permanente de encuentro, diálogo y articulación para mujeres afroamericanas, caribeñas y afrodescendientes católicas».

La constitución de esta red abre un horizonte de trabajo y organización para las mujeres afrodescendientes católicas que desde el IX Encuentro de Pastoral Afroamericana y Caribeña (EPA) efectuado en Perú hacia el año 2003, venían planteándose su compromiso frente a la creación de una red, que en su momento se conoció como Afroamericanas Católicas en Integración (MACI). En esta oportunidad este encuentro se ocupó de analizar como tema principal el rol y la participación de la mujer negra en el desarrollo y construcción de las Américas, lo que puede entenderse como esos primeros pasos hacia la constitución de la red que ahora inicia su misión.

Un itinerario que demuestra el empeño de los Encuentros de Pastoral Afroamericana (EPAs) en los que las mujeres afrodescendientes siempre se han caracterizado por su presencia «en la misión de rescatar, valorar y evangelizar a nuestros pueblos afrodescendientes, desde su cosmovisión y espiritualidades». Tarea que ahora le corresponderá a la red de “Lideresas Afrodescendientes Católicas de las Américas” (LACAM).

Profesión perpetua y ordenación diaconal del comboniano Felipe de Jesús Vázquez

Felipe de Jesús Vázquez Hernández, originario de Papantla, Veracruz realizó su profesión perpetua como Misionero Comboniano el pasado viernes 26 de julio y, al día siguiente, el obispo de Tlapa Mons. Dagoberto Sosa, le confirió el orden del diaconado en la parroquia de San Miguel Arcángel en Metlatónoc, Guerrero.

Texto y fotos: Hno. Raúl A. Cervantes Rendón

La parroquia de San Miguel Arcángel de Metlatónoc, en el interior de la zona mixteca del estado de Guerrero, fue testigo y partícipe de la profesión perpetua de Felipe de Jesús quien, con la presencia del Superior Provincial de México P. Rafael Güitrón, el párroco, P. Miguel Navarrete, la comunidad comboniana de Cochoapa el Grande, la feligresía y, acompañado por sus papás, decidió consagrarse con alegría y convicción como misionero comboniano para toda la vida. Durante la celebración, el P. Rafael animó a Felipe a perseverar y alimentar su vocación, a confiar en el Señor y a tomar como testimonio de fe su santo homónimo.

Al día siguiente se celebró la misa de la ordenación diaconal, que comenzó a las 10 de la mañana y fue presidida por Mons. Dagoberto Sosa. El obispo agradeció la presencia misionera en la diócesis y enfatizó la continua necesidad de ella en cualquier parte del mundo. En la misma línea le recordó a Felipe que su próximo servicio lo debe de sustentar en la fuerza que Dios le brinda para que su diaconado sea de entrega y disposición a la iglesia local y a su comunidad.

La parroquia recibió a una numerosa cantidad de feligreses, no sólo de la localidad de Metlatónoc, sino también de aquellas que son atendidas por los Combonianos. De esa manera, no fue una celebración ajena a su pueblo, ya que participaron activamente en ella a través de la liturgia, la música y la traducción a la lengua mixteca.

Posteriormente, tuvo lugar una convivencia donde la gente pudo estar más cerca del nuevo diácono, compartiendo su alegría de que Felipe seguirá acompañándolos en su pequeña región de la montaña mixteca.

Fallece el primer comboniano portugués

El Hermano Antonio Martins da Costa, primer misionero comboniano portugués, falleció hoy, 29 de julio, a la edad de 96 años, en la comunidad de Viseu (Portugal).
Los funerales tendrán lugar mañana, 30 de julio. A las 10h su cuerpo será velado en la capilla del Seminario Misionero de Viseu y a las 11h se celebrará la Eucaristía. El funeral tendrá lugar a las 15h en Cepões, su ciudad natal, donde será enterrado.
El Hermano Antonio nació en Cepões el 3 de enero de 1928. Conoció a los Misioneros Combonianos después de terminar el servicio militar, cuando, en 1950, el sacerdote italiano Angelo La Salandra pasó por su ciudad natal. Dos años después, inició su camino misionero en la congregación comboniana.
Hizo el noviciado en Italia y, dos años más tarde, emitió los votos temporales de castidad, pobreza y obediencia, ofreciendo su vida a Dios para el servicio misionero, según el carisma de San Daniel Comboni. El 9 de septiembre de 1960, emitió los votos perpetuos en Famalicão.
El Hermano Antonio Martins realizó su servicio misionero en Portugal (especialmente muchos años en Santarém), Mozambique (doce años) y Brasil (veintiún años). En los últimos años estuvo en la comunidad de Viseu.
Vivió su vocación de hermano misionero con serenidad y alegría, recordando a todos que la vida misionera merece ser vivida y es un compromiso para toda la vida.
Damos gracias al Señor por su larga vida misionera y pedimos al Señor que lo acoja en su gloria.

Combonianos Portugal