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La religiosa mexicana Dolores Palencia, Presidenta Delegada del Sínodo

Cuando el Vaticano publicó la lista de los 363 participantes de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos convocada por el Papa Francisco, que se reunirán en Roma el próximo mes de octubre, el nombre de la mexicana María de los Dolores Palencia, Hermana de San José de Lyon, era uno de los primeros que se destacaba. Aparecía en el grupo de Presidentes Delegados, a quienes se confía la delicada misión de presidir la asamblea sinodal “en nombre y por autoridad del Sumo Pontífice” cuando él no esté presente. Se trata de una tarea que desde San Pablo VI hasta nuestros días normalmente han ejercido algunos cardenales y obispos. De ahí que en esta oportunidad la Hna. Dolores y la japonesa Momoko Hishimura, visibilizan la importante participación y el liderazgo de las mujeres en la Iglesia.

Crédito: Óscar Elizalde. ADN CELAM

Aquel viernes 7 de julio, América Latina se despertaba con la ‘buena nueva’ de que, en total, serían 79 latinoamericanos los participantes de la Asamblea del Sínodo de la Sinodalidad. Asimismo, de los nueve Presidentes Delegados por el Papa Francisco, tres son de este continente: el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Ciudad de México y expresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam); Mons. Luis Gerardo Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil y Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y la Hna. María de los Dolores Palencia, quien ha desempeñado importantes servicios en su congregación religiosa, fue vicepresidenta de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas/os (CLAR) entre 2006 y 2009, y participó como delegada de la vida consagrada en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Aparecida (2007).

Con los migrantes centroamericanos

“Estoy muy emocionada, muy tocada”, fueron las primeras palabras que me compartió la Hna. Dolores, quien ese viernes, como todos los días, madrugaba a recibir a los migrantes que llegaban al “hogar de paso” que las Hermanas de San José de Lyon animan en Tierra Blanca, una obra de misión al sur del Estado de Veracruz, en México. “Tú sabes que ellos no tienen nuestros horarios, ni nuestros tiempos”, me dijo.

Recordé que durante una de las Asambleas Regionales de la Fase Continental del Sínodo de la Sinodalidad, que se celebró en San Salvador, en la que ella fungió como facilitadora y ‘gran maestra’ en la aplicación del método de conversación espiritual, me había compartido sobre sus faenas diarias. Buena parte de los migrantes que llegan a las puertas del Albergue Decanal Guadalupano –así se llama el “hogar de paso”– han decidido emprender su travesía hacia los Estados Unidos abordo de ‘La bestia’, como se le llama al tren de carga que es usado por miles centroamericanos para transportarse ‘sobre su lomo’, gratuitamente, asumiendo todo tipo de riesgos y peligros.

“Por Tierra Blanca pasa el tren –explica la Hna. Dolores–. Muchos llegan maltratados y lastimados”. “Todos los días pasa el tren y todos los días trae migrantes –continúa–, la mayoría han tenido que caminar 18 o 20 días a pie, para cruzar la frontera de Guatemala con México antes de subirse al tren”. Cada semana la religiosa mexicana es testigo de decenas de historias de dolor y desarraigo, de asaltos en el camino, de robos y de tantas otras vejaciones que padecen quienes se encuentran en esta situación de movilidad y, además de su pobreza, experimentan al extremo la vulnerabilidad.

“El viernes pasado no tuve mucho chance de asimilar el nombramiento que me ha hecho el Papa Francisco, porque al abrir el albergue temprano ya había una fila de migrantes hondureños, otros eran venezolanos, y había también un salvadoreño y un guatemalteco”, me cuenta, anticipándome que a esa hora ya sabía que llegaría otro tren trayendo más migrantes. Ese día le llamó particularmente la atención la fragilidad de una mujer y de tres menores de edad, uno de ellos de ocho años.

‘Samaritanear’

Lo suyo es ser ‘buena samaritana’ o ‘samaritanear’, como diría el Papa Francisco. Transmitir la ternura de Dios, prestarle sus brazos para abrazar a los más pobres entre los pobres –en su condición de migrantes–, y poner en práctica la caridad cristiana con el apoyo de un grupo de generosos voluntarios. “Los migrantes llegan todos los días, de noche o de madrugada, porque el tren pasa en varios momentos del día. Aquí les damos las tres comidas, se les atiende, se les da lo que necesitan a nivel humanitario y a nivel de salud, se les da ropa, y les damos orientaciones sobre las situaciones a las que se enfrentarán en la frontera del norte. Ah, también les hablamos sobre sus derechos”. Detalla que los migrantes “en ocasiones se quedan a dormir, pero hay algunos que continúan su camino inmediatamente. Entonces son personas que muchas veces solo vemos durante un día, aunque hay algunos que se quedan dos o tres días”.

De igual forma, comenta con tristeza que “algunas veces los volvemos a ver porque en Migración los detienen más adelante y los regresan, y como para algunos ni siguiera hay posibilidades de retorno, como les pasa a muchos venezolanos, nicaragüenses, haitianos y cubanos, que no pueden regresar a sus países, no son deportados y generalmente los vemos pasar otra vez. Así es que, pues este es el lugar en donde estoy”.

A medida que la escucho no puedo evitar pensar en aquel pasaje bíblico del ‘juicio final’ –en el capítulo 25 del evangelio según San Mateo–, al que tantas veces se ha referido el Papa: “vengan, benditos de mi Padre, reciban en herencia el Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo, porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me recibieron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, en la cárcel y fueron a verme”.

Arriesgarlo todo por un sueño

Me voy dando cuenta que antes de hablar de sí misma y del importante e inédito nombramiento que le ha hecho el Papa Francisco, la Hna. Dolores prefiere referirse a la realidad de los migrantes que acompaña y a lo que ellos le han enseñado. “Aquí es donde esta noticia me encontró, y pues es este pueblo, desde este lugar, desde estos estos migrantes que tanto me han enseñado lo que significa soñar, y lo que significa dar todo por un sueño y arriesgarlo todo por un sueño, y  vivir con la libertad de no llevar nada que no sea necesario para el camino o indispensable para realizar el sueño, es desde aquí que yo podré colaborar con la asamblea del Sínodo en octubre”.

Por eso está convencida de que “este nombramiento y esta designación que el Papa Francisco me ha hecho, como Presidenta Delegada, es una gracia muy grande, un llamado, y lo considero una invitación que viene directamente de Dios a poner lo que soy y lo que puedo aportar al servicio de la Iglesia y del mundo”, dice.

Es consciente de la gran responsabilidad que le espera. Sabe bien que ahora hace parte de un grupo pequeño y cercano al Papa Francisco, y también tiene claridad sobre las implicaciones de esta importante asamblea de obispos, en la que Bergoglio ha abierto inusitados mecanismos de participación. Por ejemplo, 54 de las 85 mujeres que participarán, tendrán derecho a voz y voto. Sin duda, es un paso adelante en la reforma de la Iglesia que viene impulsando.

Una nueva forma de ser Iglesia

“El Papa Francisco nos está mostrando que quienes hacemos parte de la Iglesia somos diversos, tenemos capacidades y potenciales distintos, y que hay que poner todo esto en común para que juntos y juntas podamos avanzar”, subraya la religiosa mexicana. “Ciertamente estoy en un grupo que es especial y diferente, en el que realmente nunca me hubiera pensado o imaginado, pero bendigo a Dios porque es una posibilidad de crecimiento y de aprendizaje, y, al mismo tiempo, es una oportunidad para abrir espacios a lo que las mujeres podemos aportarle a la Iglesia y al mundo, buscando siempre la voluntad de Dios y el bien común”.

¿Qué aporte podrá ofrecer la Iglesia latinoamericana a este Sínodo?, le pregunto. “Será un aporte significativo desde la comunión, la participación y la misión, a partir del caminar que ya se ha hecho con el Sínodo Panamazónico, con la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), y ahora a través de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que es una nueva conferencia eclesial, no episcopal, que está marcando un nuevo paso en la historia de la Iglesia”.

La Hna. Dolores valora la receptividad y la actitud proactiva que ha tenido la Iglesia latinoamericana y caribeña frente a la propuesta del Papa se ser una Iglesia en salida a las periferias y sinodal, “con una participación real de todos los bautizados, es decir, del Pueblo de Dios, desde la reflexión, el discernimiento y la construcción de muchos y muchas para abrir los caminos que nos permitan estar presentes, acompañando las realidades de nuestros pueblos, como se está haciendo en la Amazonía, pero también en tantos otros lugares donde habitan los pueblos originarios y los pueblos afro, desde sus raíces y culturas”.

Su experiencia en medio de los migrantes, en la Iglesia latinoamericana y caribeña, y en tantos otros espacios donde ha participado como religiosa desde hace 54 años, le dan la certeza de que algo nuevo está surgiendo. “Vivimos un proceso muy interesante y revelador, trabajando en conjunto con laicos y laicas, gente misionera, equipos de vida religiosa, sacerdotes, obispos, donde lentamente, con aciertos y errores, se va gestando una nueva forma de relacionarse, sin esas estructuras que a veces nos dividen y jerarquizan de una manera innecesaria, y que también hacen sentir como si unos fueran mayores y otros fueran menores de edad. Es un caminar  como pueblo, que nos está ayudando a volver a los valores del Evangelio y da origen a una nueva forma de ser Iglesia”.

Cardenal Steiner: Amazonía, una Iglesia que se evangeliza «en la fuerza de los laicos, ministerialidad, mujeres, indígenas, misioneros y misioneras»

El 35º Congreso Internacional de la Sociedad de Teología y Ciencias de la Religión – SOTER, que se celebra en la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais del 11 al 14 de julio, con el tema «La Amazonía y el Futuro de la Humanidad: Pueblos Originarios, Cuidado Integral y Cuestiones Ecosociales», contó con la reflexión del cardenal Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo de Manaos, con el tema: «Amazonía: Evangelízate a ti misma».

No ignorar el territorio y el bioma

Una reflexión que no puede ignorar el territorio y el bioma, pero también la actitud que está o debería estar presente en la Iglesia de la Amazonía: «La Iglesia está en la Amazonía, no como aquellos que tienen las maletas en la mano para irse después de haber explorado todo lo que podían. La Iglesia ha estado presente en la Amazonía desde el principio con misioneros, congregaciones religiosas, sacerdotes, laicos y obispos, y sigue estando presente allí y siendo un factor determinante en el futuro de esa región. Pienso en la acogida que la Iglesia en la Amazonía ofrece hoy a los inmigrantes haitianos después del terrible terremoto que devastó su país», recordando las palabras del Papa Francisco a los obispos brasileños durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (2013).

Una oportunidad en la que el Papa reclamó el «rostro amazónico» de la Iglesia que se encuentra en la Amazonía, con sacerdotes adaptados a la realidad, valientes, con parresía. Una Iglesia misionera, que asuma la misión encomendada por Jesús, subrayó el cardenal, «una Iglesia que evangelice y una Iglesia que se deje evangelizar». Y para ello propuso unos documentos para ser «una Iglesia abierta, responsable, servidora, samaritana, a la escucha; una Iglesia atenta a toda la realidad donde se encuentra».

¿Quién tiene la misión de evangelizar?

Analizó el concepto de evangelización, destacando la importancia de la Exhortación postsinodal Evangelii Nuntiandi, de Pablo VI, que presenta la evangelización como «llevar la Buena Nueva a todas las partes de la humanidad», y se pregunta «¿quién tiene la misión de evangelizar?», respondiendo que es el Pueblo de Dios, dado que «existe un vínculo íntimo entre la Iglesia, la comunidad y la evangelización». El cardenal mostró una doble orientación en la Iglesia que es enviada a evangelizar: «evangelizar no es un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial», y junto a ello, «si cada uno evangeliza en nombre de la Iglesia, ningún evangelizador es dueño de su acción evangelizadora». Una evangelización que, intuye, «tiene la dinámica de salir y recibir».

Según el arzobispo de Manaos, el encuentro de Santarém tiene un papel fundamental en la Iglesia de la Amazonía, como momento decisivo en el camino hacia una Iglesia que se evangeliza a sí misma. Es una oportunidad para que la Iglesia de la Amazonía haga su propio camino después del Concilio Ecuménico Vaticano II y de la Conferencia de Medellín. En 1972, los obispos de la Amazonía brasileña se reunieron para reflexionar y debatir, lo que se recogió en el «Documento de Santarém», que según el cardenal, «dio impulso y vida a la acción evangelizadora en la Amazonía», insistiendo en que «Santarém estableció una Iglesia encarnada y liberadora».

Importancia decisiva de Santarém

Se estableció un camino que «proporcionó frutos de encarnación y profecía en la evangelización entre los pueblos de la Amazonía», destacando «la audacia profética recogida en el Documento de Santarém», inspirando a la Iglesia de la Amazonía «en su modo de ser y actuar», con «Comunidades de Base donde los laicos fueron asumiendo un papel protagónico». Reflexiones que considera el germen del Sínodo para la Amazonía, y que dieron paso a sucesivos encuentros donde «nació el deseo de un encuentro entre las Iglesias de la Pan-Amazonía», proceso que desembocó en el Sínodo para la Amazonía, donde se percibe «el deseo de la Iglesia que está en la Amazonía de asumir la misión de evangelizar desde el terreno donde se encuentra».

50 años después de Santarém, la Iglesia de la Amazonía se reunió en el mismo lugar, asumiendo las directrices de Querida Amazonía, pero también una Iglesia que evangeliza a partir de la encarnación en la realidad y de la liberación de la realidad, una Iglesia que para evangelizarse «tiene la grandeza de la inculturación y de la interculturalidad», insistió el cardenal Steiner, una Iglesia que «tiene la marca de la evangelización integral y liberadora», que es servidora.

Hermenéutica de la totalidad

El arzobispo analizó Querida Amazonía a partir de la hermenéutica de la totalidad, insistiendo desde el concepto del rostro amazónico en «rasgos que puedan hacer visible la Iglesia que está en la Amazonía», buscando no imponer sino despertar a la fe, a la vida del Evangelio. Una Iglesia que tiene la encarnación de la «expresión de las culturas, religiosidades, la relación con el medio ambiente y la eliminación de las exclusiones». Desde ahí ve en la «hermenéutica de la totalidad la posibilidad de una Iglesia evangelizadora», definiendo los cuatro sueños de la exhortación postsinodal como «cuatro dimensiones de la realidad amazónica, esenciales para una Iglesia fecunda, misericordiosa, consoladora, inculturada, transformadora, liberadora, iluminadora de toda la Amazonía o Amazonía en su totalidad. Los sueños presentados ayudan a realizar la vida y el ser de la Iglesia en la Amazonía».

El cardenal Steiner propuso algunos signos para responder al tema de la conferencia: «Amazonía: Evangelízate a ti misma». El primero es una Iglesia misionera y discipular sinodal, con la actividad misionera como fundamento; una Iglesia servidora, profética y defensora de la vida; una Iglesia del cuidado de la Creación, siempre atenta al grito de la obra creada, del cuidado de la Casa Común; una Iglesia sinodal, con la participación de los bautizados, de las expresiones de Iglesia; una Iglesia de la escucha, del diálogo, de una realidad que en la Amazonía es multirreligiosa, multicultural y multiétnica; Iglesia de los mártires, expresión de fidelidad a la misión recibida y a la verdad del Evangelio vivida con radicalidad.

Estar juntos en el camino

El cardenal llamó a estar juntos en el camino, considerando a la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), como un elemento para que la Iglesia de la región avance en esta Evangelización propia. Por eso insistió en la necesidad de elaborar «Orientaciones Pastorales con rostro amazónico, teniendo como horizontes la encarnación y la liberación, la comunión y la participación». Insistió en la necesidad de mucha escucha en el camino hacia una Iglesia con rostro amazónico, viendo la búsqueda del rito amazónico, como un elemento que «debe ayudar a hacer visible el modo de ser amazónico», llamando a ir más allá de un rito litúrgico, buscando «hacer visibles las diferentes manifestaciones culturales».

Finalmente, el Cardenal Steiner destacó que «la Iglesia que se encarna en la Amazonía se está generando en la multiformidad, en la riqueza de dones y en la diversidad cultural». Una Iglesia que se evangeliza a sí misma, «en la fuerza de los laicos, de los ministerios, de las mujeres, de los indígenas, de los misioneros y misioneras; con una hermenéutica de totalidad, con un rostro samaritano, misionero», destacando que «es el futuro de la Amazonía y de la humanidad, en la búsqueda de la proximidad con los pueblos originarios, en el cuidado integral y ecosocial».

Crédito: ADN CELAM

Nace una nueva comunidad de paz en Mixquic

PAZ Y ECOLOGÍA: misión de todos los ministerios en la parroquia de San Andrés Apóstol, en Mixquic.
Nació la COMUNIDAD DE PAZ PARROQUIAL en la parroquia de San Andrés Apóstol, Mixquic. Un rayo de luz en la misión de paz y en la Pastoral Social en la Diócesis de Xochimilco.

La Parroquia de San Andrés Apóstol de Mixquic, en la diócesis de Xochimilco, acaba de anunciar la creación de su “Comunidad de Paz Parroquial”, un grupo que se suma a los ya existentes en el movimiento ECOPAX (Equipos Combonianos de Paz).

Según reza en el video de su lanzamiento, todos los ministerios parroquiales han asumido la misión de educar en la paz y en la ecología a todas las personas que acompañan. Los animadores y animadoras de los diferentes ministerios han integrado la llamada “Comunidad de Paz Parroquial” para la animación y acompañamiento de las iniciativas y procesos de pacificación de la parroquia. El objetivo es hacer que toda persona que participa en la parroquia, se convierta en misionera de la paz y cuidado de la creación.

Que todo bautizado recupere la conciencia de ser discípulo y misionero de Jesús, el príncipe de la Paz, es la meta de la “Comunidad ECOPAX-Mixquic. “Hacer que la parroquia se convierta en un centro de donde emanan rayos de paz y de fraternidad social y ecológica es nuestro sueño común”, afirman.

Ver AQUÍ el video.

Advierte religioso que Sudán está al borde de la guerra civil

En Sudán, el domingo 9 de julio continuaron en la capital, Jartum, los encarnizados enfrentamientos entre el ejército dirigido por el general Abdel-Fattah Burhan y las Fuerzas de apoyo rápido (FSR) del rival Mohammed Hamdan Dagalo. El sábado, un atentado con bomba en el distrito de Omdurmán causó la muerte de veintidós civiles, muchos de ellos mujeres, además de numerosos heridos.

Esta enésima matanza ha llevado a la ONU a alertar sobre la deriva del enfrentamiento entre facciones hacia una guerra civil a gran escala que podría desestabilizar toda la región. En casi tres meses de conflicto se han registrado más de tres mil muertos, un balance que muchos analistas consideran subestimado. Además, casi tres millones de sudaneses se han visto obligados a abandonar sus hogares, y entre estos desplazados más de seiscientos mil se han marchado al extranjero, principalmente a Egipto y Chad, mientras Naciones Unidas denuncia un aumento de los abusos y la violencia contra la población civil y especialmente contra las mujeres.

Bloqueada la transición democrática

Los combates comenzaron el 15 de abril, dieciocho meses después de que los dos generales lideraran un golpe militar en octubre del 2021 que derrocó a un gobierno civil de transición respaldado por el Occidente. El golpe y el conflicto posterior truncaron las esperanzas sudanesas de una transición pacífica a la democracia, después de que un levantamiento popular forzara la destitución militar del autócrata Omar al Bashir en abril del 2019.

La guerra ha convertido la capital, Jartum, y otras zonas urbanas del país en campos de batalla. Hoy, lunes 10 de julio, y mañana, la asistente del Secretario de Estado estadounidense para los asuntos africanos, Molly Phee, viajará a Adís Abeba para reunirse con los líderes civiles africanos y sudaneses sobre cómo poner fin al conflicto en Sudán. Hasta ahora, los esfuerzos diplomáticos para detener los combates han resultado ineficaces.

Enfrentamientos más fuertes en Omdurmán

«En estos momentos, uno de los frentes más calientes de la guerra es la ciudad de Omdurmán, un enorme distrito urbano en las afueras de Jartum, que el ejército regular intenta arrebatar al control rebelde»-.

Así lo explica a Vatican News un misionero italiano que vivió en Sudán durante 30 años y que ahora viaja de ida y vuelta a Italia, manteniéndose en contacto con las comunidades religiosas del país africano.

El religioso italiano –que habla bajo condición de anonimato para no dañar el delicado equilibrio que subyace a la supervivencia de sus hermanos en Sudán– informa también sobre los combates en otras zonas del país y sobre el clero católico que mantiene su presencia en muchas localidades.

La presencia de la Iglesia

«El obispo y la mayor parte de los religiosos de Jartum –precisa el misionero– se han trasladado a Puerto Sudán por razones de seguridad, mientras que en Kosti, en el sur, y en El Obeid, en el oeste, los obispos y el clero han permanecido en su lugar y esto es un gran signo de esperanza». El misionero italiano habla a continuación de la presencia de las hermanas de la Madre Teresa en El Obeid y de los combonianos también en El Obeid y en Puerto Sudán.

«También hay asistencia a la población en estas zonas, pero el grueso del personal religioso ha sido retirado por motivos de seguridad».

En Jartum, hay una comunidad de salesianos que mantiene abierto un centro «donde celebran la Misa, se ocupan de los niños sin familia y distribuyen alimentos a la población», añade.

Población privada de todo

Según el religioso, en este contexto de guerra, los civiles necesitan de todo, empezando por alimentos y agua, pero también electricidad «porque los religiosos que están en El Obeid tardan un día entero con un panel solar para recargar sus teléfonos móviles y a veces no pueden hacerlo. No sé cómo hacen las familias para sobrevivir», añade.

«Hemos intentado enviar ayuda desde Italia, pero los bancos sudaneses no funcionan y el aeropuerto de Jartum está cerrado, es una situación de bloqueo total».

Por último, el misionero espera un esfuerzo diplomático por parte de todos los actores que tienen capacidad de influir en las fuerzas sudanesas, empezando por los países árabes hasta las potencias mundiales como Rusia y Estados Unidos.

Crédito: Vatican News.

Tres combonianos en el Sínodo de la Sinodalidad

La Santa Sede ha hecho pública hoy la lista de participantes en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se celebrará el próximo mes de octubre en Roma. El P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie es uno de los diez participantes indicados entre los Superiores Generales, elegido con otros cuatro miembros de la Unión de Superiores Generales (USG) y otras cinco hermanas elegidas entre los miembros de la Unión de Superioras Generales (UISG). Todo el Instituto felicita al P. Tesfaye por esta elección y le asegura desde ahora el apoyo de sus oraciones.

En el Sínodo participarán también el cardenal Miguel Ángel Ayuso, como Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y Mons. Menghesteab Tesfamariam, arzobispo de Asmara y presidente del Consejo de la Iglesia de Eritrea.

Viaje del Papa a Mongolia: “Esperando juntos”

“Esperando juntos” es el lema elegido para el viaje Apostólico que el Papa Francisco realizará a Mongolia del 1 al 4 de septiembre. La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha dado a conocer el programa detallado de la Visita Papal, publicando también el logo del Viaje.

En la elección del lema “se han querido resaltar los dos aspectos de la visita del Santo Padre a Mongolia, que es a la vez una visita pastoral y una visita de Estado. Por ello se ha elegido una virtud específicamente cristiana (la esperanza), pero comúnmente aceptada también en círculos no cristianos, asociándola al adverbio ‘juntos’ para subraya la importancia de la cooperación bilateral entre la Santa Sede y Mongolia”. Esperando juntos’ representa así “un ideal compartido y un aspecto distintivo de este Viaje Apostólico: la presencia del Santo Padre representa para esta pequeña porción del Pueblo de Dios un signo de inmensa esperanza y aliento. Y por otra parte, la Iglesia que en Mongolia, por su tamaño e influencia relativamente pequeños, puede ofrecer un signo de esperanza para la Iglesia universal”.

El vuelo papal saldrá de Roma/Fiumicino la noche del 31 de agosto y aterrizará en Ulán Bator el viernes 1 de septiembre a las 10 de la mañana, hora local. Todas las citas y encuentros del Papa durante el viaje tendrán lugar en la capital de la República de Mongolia. El 2 de septiembre está prevista una ceremonia de bienvenida en la plaza Sukhbataar, seguida de una visita de cortesía al Presidente de Mongolia, Ukhnaagiin Khürelsükh, en el Palacio de Estado, y de encuentros con las autoridades, representantes de la sociedad civil y del cuerpo diplomático. Por la tarde del mismo día, está previsto un encuentro con obispos, sacerdotes, misioneros, consagrados y agentes de El domingo 3 de septiembre, siempre en Ulán Bator, la capital, está previsto un encuentro ecuménico e interreligioso en el “Hun Theatre”, y a las 16.00 horas se celebrará una misa en el “Steppe Arena”. El lunes 4 de septiembre, último día de la visita, a las 9.30 está previsto un encuentro con los agentes de la caridad y la inauguración de la Casa de la Misericordia, antes de la ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional de “Chinggis Khaan”.

En el logotipo del Viaje Apostólico (véase foto), encima de las palabras del lema está el mapa de Mongolia, delineado con los colores de la bandera nacional (rojo y azul); dentro esta dibujado de forma estilizada un ger (vivienda tradicional mongola), del que sale hacía arriba un humo amarillo (el color del Vaticano). A la derecha del ger, se alza una cruz, y entre estos dos elementos se encuentran dos inscripciones verticales en la lengua tradicional mongola, que repiten el lema (“Esperando juntos”).

Crédito: (Agencia Fides 6/7/2023)