Fecha de nacimiento: 25/09/1955
Lugar de nacimiento: Huajuapan de León. OAX / México
Votos temporales: 22/04/1978
Votos perpetuos: 24/11/1982
Fecha de ordenación: 28/05/1983
Fecha de fallecimiento: 24/06/2023
Lugar de fallecimiento: Baños / Perú
El padre José Luis nació el 25 de septiembre de 1955 en la ciudad de Huajuapan de León, Oaxaca. Fue un hombre sencillo y amable con toda la gente. Estos valores que caracterizaron su vida y su servicio misionero seguramente los aprendió desde muy pequeño en el seno de su familia, en donde el espíritu cristiano siempre ha sido muy profundo.
Desde muy pequeño sintió el llamado a la vida sacerdotal y misionera. Cuando tenía sólo 12 años ingresó al seminario de los misioneros combonianos en San Francisco del Rincón, Gto. el 20 de noviembre de 1967. Ahí estudió la secundaria y luego terminó la preparatoria en el seminario de Guadalajara.
Continuó su preparación sacerdotal en el postulantado de los combonianos en Xochimilco, en donde estudió la filosofía antes de pasar al Noviciado en Cuernavaca, Morelos. Ahí hizo su primera profesión religiosa consagrando su vida a las misiones el 22 de abril de 1978.
En 1978 fue destinado al escolasticado de Chicago en los Estados Unidos, en donde estudió la teología y se preparó para su profesión perpetua que tuvo lugar el 24 de noviembre de 1982, exactamente 15 años después de su ingreso al seminario de San Francisco del Rincón. El año siguiente fue ordenado sacerdote, el 28 de mayo de 1983.
Luego de su ordenación sacerdotal comenzó su trabajo misionero que duró 40 años. Siempre estuvo consagrado al trabajo pastoral dedicando muchos años de servicio a las comunidades indígenas. Su primera experiencia la vivió en la misión de san Felipe Usila, en lo que es hoy la diócesis de Tuxtepec. Ahí, y en todas las misiones en donde estuvo, se caracterizó por su sencillez y cercanía con la gente. El padre José Luis era una persona muy educada y respetuosa de los demás. No era hombre de conflictos y prefería retirarse en silencio cuando sentía que la tensión aumentaba en las relaciones con los demás.
El padre José Luis no era de muchas palabras, pero le gustaba estar en compañía de sus compañeros. Su silencio hacía que por momentos diera la impresión de ser muy serio y reservado, pero detrás de su sonrisa siempre estaba el hombre bondadoso y servicial, siempre atento con quienes lo rodeaban.
José Luis era trabajador y estudioso. En 1991 fue destinado a Roma para hacer una especialización en teología pastoral y catequesis en la universidad salesiana. Fueron años de dedicación y gran esfuerzo durante los cuales demostró su deseo de estar preparado para hacer mejor su trabajo misionero.
Terminados sus estudios en Roma fue destinado a las misiones de Sur Sudán, en donde se vivían momentos muy delicados a causa de la guerra. Fueron años en los que compartió el sufrimiento y la inseguridad de los sursudaneses. Ahí demostró su gran pasión por los más pobres y perseveró en una situación que llegó a afectarle su salud. Fueron diez años de caminar en las misiones de Nzara, Marial Lou y Yirol en donde muchos combonianos habían dado sus vidas para que surgieran las primeras comunidades cristianas en medio del sufrimiento permanente causado por la violencia y por la guerra.
En los años del 2001 al 2005 regresó a México y fue destinado a la diócesis de Tlapa, en donde los misioneros combonianos estaban iniciando una presencia misionera en la montaña de Guerrero con los hermanos mixtecos. Una vez más José Luis se metió al trabajo con los indígenas hasta que volvió al Sur Sudán en el año 2006.
En estos años de idas y vueltas a África y de una misión a la otra, también la enfermedad se presentó y por algún tiempo José Luis tuvo que lidiar con ella. Cargaba con su cruz en silencio y muchos lo veíamos como si nada le sucediera, pero el sufrimiento lo acompañaba.
En varios momentos en que volvió a la provincia de México se le pidieron diversos servicios y siempre manifestó una gran disponibilidad para ir a donde los superiores lo enviaron. Estuvo algunos años en Baja California, en las parroquias del Sagrado Corazón en el año 2001 y de Vizcano en el 2009, poco antes de que los combonianos entregaran la parroquia a la diócesis de La Paz.
De marzo del 2011 hasta diciembre del 2016 José Luis fue destinado a la parroquia de San José Comalapa, en la diócesis de Orizaba, en Veracruz. Ahí se entregó igualmente con entusiasmo en un compromiso nuevo de los combonianos en aquella diócesis.
Finalmente, a finales del 2016 partió para las misiones del Perú. A su llegada fue enviado a la misión de Pangoa, en la selva amazónica peruana. En el 2020 estuvo en la parroquia de Trujillo. Ese año vino a México para unos meses de vacaciones y, cuando tenia que regresar, no lo pudo hacer a causa del covid. Durante la pandemia estuvo en la casa provincial esperando con calma la posibilidad de volver a su misión. Fueron meses en que nos mostró la calidad de ser humano que era, siempre servicial y con deseo de ayudar a que todos estuviéramos bien. Durante ese tiempo se convirtió en ayudante de cocinero y fue ejemplar en su generosidad, bondad y sencillez.
Regresando al Perú se le pidió que fuera a la misión de Baños en la montaña de los andes peruanos. De ahí lo llamó el Señor a su última misión el 24 de junio del 2023, mientras se dirigía a uno de los pueblos de su parroquia para celebrar la misa en la fiesta de san Juan.
El padre José Luis se fue dejándonos el testimonio de un misionero comboniano trabajador y entregado, humilde y apasionado de su vocación, sencillo y generoso, que supo responder siempre con entusiasmo a la invitación del Señor. Damos gracias a Dios por habernos dado a este hermano y por todo el bien que hizo por nosotros y por todas las misiones en donde trabajó.
P. Enrique Sánchez G. mccj