Fecha de nacimiento: 30/12/1960
Lugar de nacimiento: Oaxaca / MEX
Votos temporales: 14/05/1983

Votos perpetuos: 19/04/1987
Fecha de ordenación: 19/09/1987
Fecha de fallecimiento: 25/01/1988
Lugar de fallecimiento: Ciudad Guzmán / Mex

“Murió cerca de Cd. Guzmán, alrededor de las 8 de la noche del 25 de enero. Había ido con el P. Gabriel Estrada a Tuxpan, Jal. para asistir a la ordenación sacerdotal de uno de sus compañeros. Parece que una camioneta se chocó contra su auto. El padre Luis Ramírez murió casi de inmediato, mientras que el padre Estrada solo sufrió algunas heridas. Recuerda que inmediatamente después del choque escuchó quejarse al padre Luis, luego nada más”.

Luis Alfonso, hijo de Francisco Ramírez y María del Carmen Aragón, nació en Oaxaca, Oax. Atribuyó su vocación misionera a la lectura de revistas misioneras. En 1979 ingresó al postulantado de Xochimilco. Hizo su noviciado en Cuernavaca donde hizo su primera profesión el 14 de mayo de 1983. Así escribe a su provincial unas semanas antes de su profesión: “Después de haber vivido una primera experiencia con los combonianos, confirmé mi intención de consagrarme totalmente al Señor”. Estudió teología en el escolasticado de París. El 19 de abril de 1986 emitió sus votos perpetuos y el 17 de mayo recibió el diaconado de manos del obispo de Nanterre. Fue en Oaxaca donde fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1987, aniversario de la boda de sus padres, por el arzobispo de la ciudad, en la parroquia de la Consolación. Inmediatamente después de su ordenación, estuvo a cargo de la formación en el seminario comboniano de Guadalajara.

Quién fue

Nos tomamos la libertad de informar sobre él a partir de las opiniones de los formadores y algunos pasajes de su correspondencia. Al finalizar el noviciado los Padres Maestros dijeron de él lo siguiente: “Durante este período Luis se manifestó como alguien que tiene unos objetivos muy claros; y que aceptaba y aprovechaba los medios que el noviciado le ofrece para alcanzarlos. En la vida comunitaria y en las diferentes experiencias, siempre ha dado lo mejor de si mismo. Sencillo, atento, bonachón y dispuesto. Se llevaba bien tanto con sus superiores como con sus compañeros. Equilibrado y detallista, logra dominar sus sentimientos y anima a los demás a la serenidad y la calma. Fue una buena ayuda para la comunidad. Ajeno a la mediocridad y la incoherencia, se esforzó por traducir todos sus conocimientos en actitudes de vida y prácticas.

Así escribe a su superior provincial el 2 de marzo de 1984 desde París: “Me encontré en una comunidad muy abierta en la que encontré el espacio suficiente para iniciar mi camino de formación, que no es fácil. cada día me esfuerzo de confrontar nuestra vida personal y comunitaria con el Evangelio; cuestión que en una casa de estudiantes no es fácil, porque siempre existe la tentación de teorizar mucho”. Dando el dictamen favorable para la renovación de votos, los formadores del escolasticado escribieron el 20.3.1984 de la siguiente manera: “Nos parece que la presencia de Luis en la comunidad ha resultado positiva, por su capacidad de encuentro con los cohermanos, buena carácter, disponibilidad para el servicio. No hay nada de qué quejarse en su oración, tanto personal como comunitaria. Su participación es asidua y puntual. Esperamos lo mejor para Luis. Límites. En la escuela todavía tiene dificultades para expresarse en francés, pero trabaja diligentemente. “La imagen sigue siendo la misma incluso en los años siguientes”.

En vísperas de la profesión perpetua, escribe el 14.1.1986: “Después de haber concluido el camino formativo, iniciado en 1979, deseo profundamente vivir el servicio misionero en la vida religiosa que veo concretada en el carisma de los combonianos. Los he conocido no sólo de memoria, por decir, sino de manera concreta durante estos seis años, y este conocimiento se fortaleció durante el Capítulo General, que fue para mí un panorama no de ideas, sino de una forma de vida comboniana, la vida religiosa y misionera”. Invitado a expresar su opción, escribe a la dirección general el 14 de enero de 1986: “Haber estudiado en el escolasticado de París me deja claro que iré a trabajar a un país francófono. Tengo un interés particular en Chad. Que quede claro que esto está subordinado a las necesidades y exigencias espirituales del Instituto. Me presento ante vosotros con espíritu de disponibilidad y apertura, confiado en que así se manifestará la voluntad de Dios”. En la fórmula de los votos, ha querido agradecer también a los “formadores, a la comunidad y a los amigos que con paciencia y confiadamente me ayudaron a leer la voz de Dios en mi vida” y la “familia de donde recibí la fe”.                                  

Domenico Zugliani
Del Boletín Mccj n. 157, abril de 1988, págs. 80-81