Sagrado Corazón de Jesús y conversión
San Daniel Comboni y el S. Corazón de Jesús (VI)
Unas palabras de S. Daniel Comboni
“El 14 de Septiembre hago la solemne consagración de todo el Vicariato al Sagrado Corazón de Jesús, del cual espero la conversión de todos”. (Escritos de San Daniel Comboni, 3343)
Convertirse significa darle un giro a nuestra vida que nos reoriente y dirija nuestros pasos hacia lo bello, lo noble y lo santo que sólo podemos encontrar en Dios. Comboni consagró su Vicariato, su misión y el mismo al Corazón de Jesús porque se dio cuenta que sólo el Amor es capaz de cambiarlo todo. Sólo quien ama está en condiciones de reconocer a Dios, que es amor.
Convertirse quiere decir también volver a lo auténtico y verdadero de nuestras vidas, es darnos la oportunidad de reconocer nuestro origen como algo que ha salido extraordinariamente bien de las manos de Dios. Convertirse es volver a Dios para apreciar mejor quienes somos y el valor que tiene nuestra existencia. Convertirse es poner a Dios en el centro de todos nuestros anhelos, sueños y esperanzas, es poder descubrirnos que somos los más amados por un Padre que no se cansa de buscarnos.
El Sagrado Corazón, como expresión profunda del Amor de Dios, es el único que nos puede mover a la conversión, porque no son las leyes, las normas éticas o morales o los mandamientos los que pueden cambiar el corazón humano, sólo el Amor mueve al cambio, sólo el amor nos hace personas nuevas, sólo el amor es digno de confianza, sólo el Amor, con mayúscula, es capaz de mover nuestros pequeños amores.
Reflexiono
¿Hay algo en mi vida que necesito cambiar, algo que me invita a cambiar de dirección?
¿En dónde mi corazón está más duro y resistente para dejarse amar?
¿Anhelo la presencia de Dios en mi vida, me dejo interpelar por su amor?
¿Vivo mi vocación misionera (como consagrado o laico) como una invitación a dar testimonio del amor que descubro en el Sagrado Corazón?
Hago una oración
Sagrado Corazón de Jesús abre nuestros corazones a la gracia de tu amor.
Que tu amor nos empuje cada día más a salir de nuestros egoísmos y nos impulse a salir de nosotros mismos como servidores tuyos. Que sea tu amor el que nos mueva a entregarnos a los más pobres y necesitados. Que tu amor nos mueva a la conversión para que testigos tuyos y nunca seamos indiferentes ante el dolor de nuestros hermanos. Que tu amor se convierta en la alegría de nuestras vidas.
P. Enrique Sánchez, mccj