Mensaje del papa León XIV a la Cop30: “Cuidar la Creación para cultivar la Paz”

Mensaje del papa León XIV pronunciado por el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, en la trigésima sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) en Belem, Brasil.

Señor Presidente,
Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno,
Señoras y señores,

En nombre del Papa León XIV, saludo cordialmente a todos los participantes en la trigésima sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y les aseguro su cercanía, su apoyo y su aliento.

Si quieres cultivar la paz, cuida la creación. Existe un claro vínculo entre la construcción de la paz y la gestión de la creación: «La búsqueda de la paz por parte de todos los hombres de buena voluntad se verá sin duda facilitada por el reconocimiento común de la relación indisoluble que existe entre Dios, los seres humanos y toda la creación».

Si bien, en estos tiempos difíciles, la atención y la preocupación de la comunidad internacional parecen centrarse principalmente en los conflictos entre naciones, también existe una creciente conciencia de que la paz se ve amenazada por la falta de respeto hacia la creación, el saqueo de los recursos naturales y el progresivo deterioro de la calidad de vida debido al cambio climático.

Dada su naturaleza global, estos retos ponen en peligro la vida de todos en este planeta y, por lo tanto, exigen una cooperación internacional y un multilateralismo cohesionado y capaz de mirar hacia el futuro, que sitúe en el centro la sacralidad de la vida, la dignidad de cada ser humano dada por Dios y el bien común. Lamentablemente, observamos enfoques políticos y comportamientos humanos que van en la dirección opuesta, caracterizados por el egoísmo colectivo, la falta de consideración hacia los demás y la miopía.

«En un mundo que arde, tanto por el calentamiento global como por los conflictos armados», esta Conferencia debe convertirse en un signo de esperanza, a través del respeto mostrado hacia las ideas de los demás en el intento colectivo de buscar un lenguaje común y un consenso, dejando de lado los intereses egoístas y teniendo presente la responsabilidad que tenemos los unos hacia los otros y hacia las generaciones futuras.

Señor Presidente,

Ya en los años noventa del siglo pasado, el Papa San Juan Pablo II subrayó que la crisis ecológica es «un problema moral» y, como tal, «pone de relieve la urgente necesidad moral de una nueva solidaridad, especialmente en las relaciones entre los países en desarrollo y los países altamente industrializados. Los Estados deben mostrarse cada vez más solidarios y complementarios entre sí en la promoción del desarrollo de un entorno natural y social pacífico y saludable». Trágicamente, los que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad son los primeros en sufrir los efectos devastadores del cambio climático, la deforestación y la contaminación. Cuidar de la creación se convierte, por tanto, en una expresión de humanidad y solidaridad.

Desde este punto de vista, es esencial traducir las palabras y las reflexiones en decisiones y acciones basadas en la responsabilidad, la justicia y la equidad, con el fin de alcanzar una paz duradera cuidando de la creación y de nuestro prójimo.

Además, dado que la crisis climática nos afecta a todos, las medidas correctivas deben involucrar a los gobiernos locales, alcaldes y gobernadores, investigadores, jóvenes, empresarios, organizaciones confesionales y ONG.

Señor Presidente,

Hace una década, la comunidad internacional adoptó el Acuerdo de París, reconociendo la necesidad de una respuesta eficaz y progresiva a la urgente amenaza del cambio climático. Lamentablemente, debemos admitir que el camino hacia la consecución de los objetivos fijados en ese Acuerdo sigue siendo largo y complejo. En este contexto, se insta a los Estados Partes a que aceleren con valentía la aplicación del Acuerdo de París y de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Hace diez años, el Papa Francisco firmó la encíclica Laudato si’, en la que abogaba por una conversión ecológica que incluyera a todos, ya que «el clima es un bien común, de todos y para todos. A nivel global, es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida humana».

Que todos los participantes en esta COP30, así como aquellos que siguen activamente sus trabajos, se sientan inspirados a abrazar con valentía esta conversión ecológica con el pensamiento y con las acciones, teniendo presente el rostro humano de la crisis climática.

Que esta conversión ecológica inspire el desarrollo de una nueva arquitectura financiera internacional centrada en el ser humano, que garantice que todos los países, especialmente los más pobres y los más vulnerables a los desastres climáticos, puedan alcanzar su pleno potencial y ver respetada la dignidad de sus ciudadanos. Esta arquitectura debe tener en cuenta también el vínculo entre la deuda ecológica y la deuda externa.

Que se promueva una educación sobre la ecología integral que explique por qué las decisiones a nivel personal, familiar, comunitario y político dan forma a nuestro futuro común, sensibilizando al mismo tiempo sobre la crisis climática y fomentando mentalidades y estilos de vida orientados a respetar mejor la creación y a salvaguardar la dignidad de la persona y la inviolabilidad de la vida humana.

Que todos los participantes en esta COP30 se comprometan a proteger y cuidar la creación que Dios nos ha confiado con el fin de construir un mundo pacífico.

Les aseguro las oraciones del Santo Padre mientras en esta COP30 toman decisiones importantes para el bien común y el futuro de la humanidad.

www.vatican.va

Comienza el Foro Comboniano de Ecología Integral

El 11 de noviembre de 2025, 34 miembros de la Familia Comboniana de todo el mundo se han reunido en el Centro Social Sagrada Família de Belém, Brasil, para iniciar el Foro de la Familia Comboniana sobre Ecología Integral 2025, que durará hasta el próximo día 18. El foro de este año se celebra coincidiendo con la COP30, una conferencia internacional sobre el cambio climático.

El Foro de la Familia Comboniana sobre Ecología Integral (FFCEI) ofrece así una expresión concreta de comunión con quienes abogan por una sociedad justa que respete y proteja nuestra casa común.

La sesión inaugural comenzó con una oración, seguida de una breve introducción sobre el FFCEI, su propósito y su misión. A continuación, los participantes se reunieron en varios grupos, tras los cuales hubo un momento de intercambio y presentación del programa de la semana. La jornada concluyó con la celebración de la Santa Misa, durante la cual los participantes dieron gracias a Dios por el don de la creación y rezaron por la gracia de protegerla.

Nuevo sacerdote etíope, misionero para Brasil

El 2 de agosto de 2025 tuvo lugar un acontecimiento significativo en el Vicariato Apostólico de Harar en Jijiga, ubicado en la región somalí de Etiopía, cuando el diácono comboniano Mintesnot Simeneh Lemessa fue ordenado sacerdote. La ceremonia contó con la presencia del Vicario Apostólico de Harar, SE Mons. Angelo Pagano, OFM Cap., y del Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Addis Abeba, SE Mons. Tesfasilasie Tadesse, MCCJ. El nuevo sacerdote ha sido destinado a Brasil.

Durante su homilía, el obispo ordenante, Monseñor Tesfaye Tadesse, destacó la belleza del ministerio sacerdotal, enfatizando la sagrada responsabilidad que conlleva servir a la Iglesia y a la comunidad.

El evento fue solemnizado por una gran reunión de sacerdotes y religiosas, incluyendo representantes de los Misioneros Combonianos y las Hermanas Combonianas. La parroquia de San José, bendecida con la presencia de misioneros durante más de un siglo, celebró esta ocasión especial con júbilo y un profundo sentido de plenitud espiritual.

Mintesnot Simeneh, quien completó sus estudios teológicos en Brasil y fue ordenado diácono, ha sido destinado para ejercer su ministerio en el país sudamericano. El provincial, en un mensaje de agradecimiento, destacó la designación del nuevo sacerdote como una contribución misionera de la parroquia de San José, el Vicariato Apostólico de Harar, los Misioneros Combonianos en Etiopía y la Iglesia Católica Etíope en su conjunto.

El día de celebración concluyó con una comida festiva preparada en el salón parroquial, simbolizando la unidad, la alegría y las bendiciones de un nuevo capítulo en la vida de Minstesnot Simeneh mientras emprende su viaje como sacerdote recién ordenado al servicio de los fieles en Brasil.

Padre Asfaha Yohannes, mccj

40 años del martirio del P. Ezequiel Ramin

Este domingo, 20 de julio, la Comunidad Padre Ezequiel Ramin celebró un hito histórico y simbólico: los 40 años del martirio del misionero comboniano Ezequiel Ramin y también los 40 años de existencia de la propia comunidad que lleva su nombre, en el municipio de Mirante da Serra (RO). El evento reunió a unas 300 personas, con representantes de las comunidades vecinas y del Asentamiento P. Ezequiel, que también celebra los 25 años de su fundación.

La celebración formó parte del programa de la 10ª Romería del Padre Ezequiel Ramin, que tendrá lugar el próximo 27 de julio en la Comunidad P. Ezequiel Ramin, en Rondolândia (MT). La Romería tiene como objetivo mantener viva la memoria del joven misionero, que entregó su vida en defensa de los pobres, los trabajadores rurales y los pueblos originarios de la Amazonia.

«Esta memoria está viva»: la emoción de Fabiano Ramin, hermano menor de Ezequiel

Uno de los momentos más emotivos de la celebración fue la presencia y el testimonio de Fabiano Ramin, hermano menor del padre Ezequiel, que vino especialmente desde Italia para participar en el programa del 40 aniversario del martirio y la fundación de la comunidad. En su discurso, marcado por una emoción contenida y una profunda gratitud, Fabiano destacó la fuerza de la memoria que permanece viva entre el pueblo al que Ezequiel decidió servir con su vida.

«Tengo ganas de llorar, pero no voy a llorar. Los ancianos tienen ganas de llorar cuando están muy emocionados. Así que estoy en esa situación. Soy el menor de la familia Ramin y les estoy muy agradecido por esta fiesta, por esta ocasión en la que se recuerda no solo el asesinato del padre Ezequiel, sino también el nacimiento de la comunidad, el bautismo de un pueblo que sigue luchando».

Con sencillez y firmeza, Fabiano no escatimó palabras al recordar lo que le sucedió a su hermano: «Fue un asesinato. Lo mataron porque creía en una sociedad basada en la justicia, porque defendió a los campesinos, a los ‘posseiros’, a los indígenas, y eso molestaba a mucha gente».

Reiteró que la celebración no es solo un recuerdo del pasado, sino un acto de esperanza y continuidad: «Estoy muy contento de ver que esta comunidad está viva. Lucha, resiste, se organiza. Como decía el párroco, son sacrificios, tiempo, esfuerzo. La misión del cristiano, como escribía Ezequiel, es anunciar y denunciar. Denunciar la injusticia es parte de la fe. Y ustedes continúan esa misión».

A pesar de sus dificultades con el portugués, Fabiano logró expresar con intensidad el vínculo entre el martirio de su hermano y el compromiso actual de la comunidad: «No solo recordamos su vida, sino el hecho de que ustedes también están vivos y mantienen viva esa memoria. Eso es lo más importante. La vida es bella, como decía mi hermano, y vale la pena darla».

Su discurso fue recibido con emoción por todos los presentes, siendo un testimonio vivo de la dimensión internacional e histórica del legado de Ezequiel Ramin. Un legado que traspasa fronteras, une generaciones e inspira, aún hoy, a las comunidades a luchar por un mundo más justo.

Misioneros combonianos: presencia junto al pueblo

La presencia de los misioneros combonianos en Mirante da Serra durante la Semana Misionera reafirmó la continuidad del carisma y la misión del padre Ezequiel Ramin, que también era comboniano. Participaron en actividades pastorales, visitas domiciliarias y momentos de escucha y oración junto a las familias de la parroquia Nossa Senhora dos Migrantes, diócesis de Ji-Paraná.

Durante la celebración, el padre Cosmas, comboniano actualmente en misión en la región, destacó la importancia de que la comunidad mantenga viva la memoria de Ezequiel: «La Comunidad Padre Ezequiel Ramin cumple 40 años y sigue honrando la vida y el testimonio del siervo de Dios. También nos estamos preparando para la 10ª Romería, que se celebrará el 27 de julio en Rondolândia. Es un momento de comunión y renovación de la fe».

La actuación de los combonianos esta semana ha demostrado que la espiritualidad que dejó Ezequiel sigue arraigada en la realidad del pueblo: una fe comprometida con los pobres, encarnada en la vida cotidiana de las familias, marcada por la escucha, la solidaridad y la defensa de la vida.

La presencia misionera refuerza la dimensión internacional y liberadora de la Iglesia en tierras amazónicas, una Iglesia que camina con el pueblo, escuchando sus dolores y esperanzas. Al visitar las casas, los combonianos fortalecieron los lazos comunitarios y también reavivaron el espíritu misionero de Ezequiel: una fe que denuncia la injusticia y anuncia la esperanza.

«Recen por nosotros», pide el padre Tiago

La celebración eucarística fue presidida por el padre Tiago, párroco local, que centró su homilía en el aspecto espiritual y vocacional del camino de Ezequiel. Destacó la importancia de la fidelidad a la vida sacerdotal y religiosa: «Hoy celebramos los 40 años de existencia de nuestra comunidad, pero también recordamos los 40 años de la muerte del padre Ezequiel Ramin. […] Que recen por nosotros». Su discurso destacó el papel de la comunidad en la vida de la parroquia y el valor de la misión como respuesta al llamado de Dios.

Fe, cultura y resistencia: la memoria popular

La celebración continuó con un almuerzo comunitario, la escucha de los residentes, la presentación del payaso Liro y la clausura con un bingo comunitario.

Uno de los momentos más simbólicos fue la representación mística realizada por jóvenes de la comunidad, que retrató la lucha por la tierra y denunció las estructuras que llevaron al martirio del padre Ezequiel: «Fue asesinado porque defendió a los sin tierra, a los ocupantes ilegales, a los indígenas. Porque creía en una sociedad justa».

La comunidad recordó que la lucha por la tierra, la justicia y la dignidad sigue viva y es necesaria, especialmente en tiempos de retrocesos y amenazas a la vida en el campo.

Próxima romería: 27 de julio en Rondolândia

La comunidad se prepara ahora para la décima edición de la Romería del P. Ezequiel Ramin, que tendrá lugar el próximo domingo 27 de julio en Rondolândia (MT), bajo el lema: «P. Ezequiel Ramin: Mártir de la Esperanza» y el lema: «El Señor dijo: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Yo respondí: Aquí estoy. Envíame» (Is 6,8)».

La Romería reafirma el compromiso con la memoria del mártir de la esperanza, un misionero joven, alegre y comprometido con la vida de los más pobres de la tierra.

Instituto P. Ezequiel Ramin

Más información sobre la vida y el asesinato del P. Ezequiel AQUÍ

Mons. Odelir José Magri, nuevo arzobispo metropolitano de Chapecó, en Brasil

Mons. Odelir José Magri, misionero comboniano y hasta ahora obispo de Chapecó, en Brasil, acaba de ser nombrado por el papa Francisco arzobispo metropolitano al elevar el rango de la diócesis de Chapecó a arquidiócesis.

La arquidiócesis de Chapecó (en latín: Archidioecesis Xapecoënsis) es una circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en Brasil. Se trata de una arquidiócesis latina, sede metropolitana de la provincia eclesiástica de Chapecó. Desde el 5 de noviembre de 2024 su arzobispo es Odelir José Magri, misionero comboniano.

La arquidiócesis tiene 15 663 km² y extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito latino residentes en 80 municipios del estado de Santa Catarina. La sede de la arquidiócesis se encuentra en la ciudad de Chapecó, en donde se halla la Catedral de San Antonio de Padua. La arquidiócesis tiene como sufragáneas a las diócesis de Caçador, Joaçaba y Lages.

En 2021, en la entonces diócesis, existían 46 parroquias agrupadas en 9 regiones pastorales: São Miguel do Oeste, Itapiranga, Campo Erê, Chapecó, Seara, Palmitos, Xanxerê, Quilombo y Pinhalzinho. La diócesis fue erigida el 14 de enero de 1958 mediante la bula Quoniam venerabilis del papa Pío XII, obteniendo el territorio de la diócesis de Lages y de la prelatura territorial de Palmas (hoy diócesis de Palmas-Francisco Beltrão).​ El 12 de junio de 1975 cedió una parte de su territorio para la erección de la diócesis de Joaçaba mediante la bula Quo aptius del papa Pablo VI.​

El 5 de noviembre de 2024 el papa Francisco elevó el rango de la diócesis a sede metropolitana y nombró a Mons. Odelir Magri, su titular, primer arzobispo metropolitano.

Mons. Odelir José Magri, misionero comboniano, nació el 18 de abril de 1963 en Campo Erê, diócesis de Chapecó, estado de Santa Catarina. Estudió Filosofía en la Pontifícia Universidade Católica do Paraná en Curitiba-PR y Teología en el Institut Catholique de Paris. Asistió al curso para Formadores de Seminaristas organizado en São Paulo-SP en colaboración con la Pontificia Università Gregoriana de Roma.

El 26 de junio de 1988 hizo su Profesión Religiosa en la Congregación de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, recibiendo la ordenación sacerdotal el 18 de octubre de 1992.

Ha ocupado los siguientes cargos: misionero en Kinshasa (República Democrática del Congo), donde también fue formador de postulantes; formador y párroco en São Paulo-SP; consejero provincial; maestro de noviciado y superior de la comunidad en Contagem-MG; vicesuperior provincial; asistente general y después vicario general de los Misioneros Combonianos en Roma.

El 11 de octubre de 2010 fue nombrado obispo de Sobral, recibiendo la ordenación episcopal el 12 de diciembre del mismo año. El 3 de diciembre de 2014 fue trasladado como obispo de Chapecó. desde el 5 de noviembre es su nuevo arzobispo metropolitano.

En la Conferencia Episcopal Brasileña, fue presidente de la Comisión Episcopal de Acción Misionera y Cooperación Intereclesial y actualmente es presidente CNBB (Conferência Nacional dos Bispos do Brasil) de la región Sul 4.

San Daniel Comboni elegido «patrón» de una zona misionera en Manaos (Brasil)

comboni.org

Los misioneros combonianos llegaron a Manaus, Amazonia, Brasil, en 2006, y la archidiócesis de Manaus les confió el cuidado pastoral de una zona misionera periférica en el distrito de la ciudad de Monte das Oliveiras el 13 de diciembre de ese año. Hoy, los padres Carlos Romero Arrieta, John Bosco Mugerw, Siro Stocchetti y el escolástico Simeneh Lemessa Mintesnot forman parte de la comunidad comboniana de Manaus.

En Brasil, las áreas misioneras se diferencian de las parroquias tanto por el espíritu misionero que las anima como por su organización. Una zona misionera no tiene una «iglesia madre», sino que se compone de comunidades autónomas que viven en comunión. La de Monte das Oliveiras reúne a quince comunidades y se conoce con el nombre de distrito.

A principios de este año, las quince comunidades, reunidas en consejo, iniciaron un proceso de toma de decisiones con el objetivo de reunir información, evaluar alternativas y hacer una elección final para tomar la mejor decisión posible sobre quién podría ser el «Patrón» de su área misionera. El 26 de agosto, la mayoría de las comunidades eligieron a San Daniel Comboni, y el obispo auxiliar de Manaus, Mons. Zenildo Lima da Silva, validó la elección.

Las comunidades se preparan ahora para celebrar la primera fiesta patronal, el 10 de octubre, memoria litúrgica (para ellos «fiesta») de San Daniel Comboni.

Hoy en Brasil hay tres parroquias (Guriri, en el Estado de Espírito Santo; Salvador, en el Estado de Bahía; São Luís, en el Estado de Maranhão) y un área misionera que tienen a San Daniel Comboni como patrón. Hay también muchas comunidades cristianas que llevan el nombre de este santo misionero y profeta.

Creemos que, por intercesión de San Daniel Comboni, nuestro servicio misionero prestado a estas comunidades crecerá en fidelidad al carisma del Fundador para el bien de la población de esta región, confiada al cuidado pastoral de nuestro Instituto.

Padre Raimundo Rocha, mccj