Ayer, 20 de junio se conmemoró el primer aniversario del asesinato de los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, en Cerocahui, en la diócesis de Tarahumara, la única circunscripción eclesiástica considerada territorio de misión en México, y en la que la labor de evangelización de la Compañía de Jesús ha sido decisiva.
Para conmemorarlos a ellos y también a los laicos asesinados Pedro Palma y Paul Berrelleza, la Iglesia en México organizó toda una serie de actos por la paz en todo el país. el pasado domingo tuvieron lugar en cada parroquia y diócesis de México misas por las víctimas de la violencia, que causa el narcotráfico y el crimen organizado. En la Basílica de Guadalupe esta memoria de las víctimas se vivió con las familias que llevaron fotografías de sus seres queridos asesinados. Ayer martes 20 de junio, a las 15:00h hubo un repique de campanas durante un minuto en todos los templos y capillas, en memoria de tantas víctimas.
En el mensaje conjunto de los obispos y religiosos de México, para convocar estos actos por la paz, se hacía pública la consternación de todos «por las numerosas muertes que se producen a diario en nuestro país». El mensaje recordaba a los dos jesuitas y también a las hermanas catequistas asesinadas en la diócesis de Huajuapan de León, y animaba a unirse «como comunidad de fe para luchar contra la violencia y construir un México más seguro y justo».
En los últimos 30 años han sido asesinados casi 80 sacerdotes católicos por el crimen organizado, pero es un hecho que los padres Javier Campos, SJ, y Joaquín Mora, SJ, se han convertido en un símbolo en México en la lucha por la paz y el fin de la violencia. Ambos fueron asesinados en Cerocahui, al intentar defender a un hombre que buscaba refugio en el templo y que era perseguido por una persona armada. Fueron asesinados los tres.
Con motivo de este aniversario, la Compañía de Jesús, con la pintura «Keti Ibápari: Nuestros Padres» (en la foto), rendía homenaje a algunos jesuitas misioneros que han llevado la Buena Noticia entre los pueblos originarios de nuestro país. La versión impresa en tela de la obra creada en técnica de ilustración digital, a cargo del artista Juan Manuel Gaucher, fue develada el pasado 11 de junio en una misa conmemorativa en la Parroquia de la Sagrada Familia, ubicada en la colonia Roma de la Ciudad de México, donde actualmente se encuentra.
La Dimensión Episcopal para la Pastoral de Pueblos Originarios y Afromexicanos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS) organiza el próximo 14 de junio un webinar titulado “Adaptaciones litúrgicas desde los pueblos indígenas de México”. Su objetivo es dar a conocer el proceso de elaboración, el contenido de la propuesta y el resultado de la presentación del proyecto adaptaciones litúrgicas para los pueblos indígenas ante el pleno de la CEM y dimensionar su eventual impacto y retos para la pastoral y para las celebraciones litúrgicas entre los pueblos indígenas.
El webinar será transmitido en directo por su página de Facebook y está abierto a todos. Para inscribirse ver AQUÍ
El P. Elías Arroyo Román, misionero comboniano originario de la Ciudad de México, acaba de ser nombrado Viceprovincial de los Misioneros Combonianos en México. El nombramiento hace del P. Elías el segundo máximo responsable de los Combonianos en México después del Superior Provincial, el P. Rafael Güitrón, quien inició su mandato el pasado 1 de enero.
El P. Elías fue ordenado sacerdote el 13 de marzo de 1994, después de haber realizado los estudios de Teología en Brasil. Trabajó como misionero en Mozambique y en Brasil y actualmente es el director responsable de la comunidad del Oasis, ubicada en Zapopan, Jalisco, cuya misión principal es cuidar de los misioneros ancianos y enfermos, ya que además de sacerdote, el P. Elías es médico. Desde el 1 de enero forma parte también del Consejo Provincial de los Misioneros Combonianos en México.
El pasado 17 de febrero se clausuró el primero de los 4 encuentros de la Etapa Continental del Sínodo 2021-2024 en América Latina y el Caribe. Los representantes de las iglesias de México y Centroamérica se han reunido en San Salvador, la tierra donde vivió uno de los grandes profetas de la Iglesia del Continente, San Oscar Romero.
Presencia decisiva del Espíritu Santo
En rueda de prensa se ha hecho un balance de un encuentro donde la presencia del Espíritu Santo ha sido decisiva, “pues sin él no sería posible estos encuentros eclesiales, él nos ilumina, él nos inspira, él nos fortalece”, como destacó Mons. Miguel Cabrejos. El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), destacó que ha sido una experiencia sinodal, siguiendo la metodología de la Asamblea Eclesial, con una presencia de todo el pueblo de Dios. Una experiencia valiosa, inédita y eclesial que “es un aporte del Celam a la Iglesia universal” y que se va a repetir en las otras 3 regiones en que se divide el Celam, para después elaborar la síntesis que será enviada a la Secretaría del Sínodo.
Una experiencia de sinodalidad vivida por Mons. Romero, que “supo escuchar el Evangelio y en el Evangelio escuchar a los pobres, escuchar a los obreros, escuchar a los campesinos, escuchar a la Iglesia también y escuchar a la realidad, los signos de los tiempos”, señaló Mons. Rafael Urrutia. El Canciller del Arzobispado de San Salvador ve en San Romero a alguien que supo escuchar y discernir, imagen del Buen Pastor hasta dar la vida por las ovejas.
Espíritu de apertura, libertad, escucha
Una experiencia espiritual, de sinodalidad, en palabras de la Hna. María Dolores Palencia, destacando el pedido hecho a Mons. Romero al inicio del encuentro “para que tuviéramos ese espíritu de apertura, de libertad, de escucha”. Siguiendo el método de la conversación espiritual, “que quiere llevarnos a un discernimiento profundo y nos ayuda a escucharnos sin debatir, sin respondernos, sin querer convencernos y permitir que esa escucha entre en el corazón y mueva algo en nuestros corazones a partir de la palabra de todos”.
La facilitadora del encuentro llamó la atención sobre el “distinguir lo que el Espíritu está haciendo entre nosotros y entre nosotras, y nos permite hacer un camino juntos y juntas, nos permite ir descubriendo el camino que el Espíritu quiere hoy para la Iglesia”, y junto con ello a ver este momento como “una experiencia de recibir y acoger lo que el Espíritu va moviendo”.
Un espacio de pequeñas comunidades donde cada uno ha podido abrir su corazón con mucha libertad y sinceridad, afirmó la Hna. Laura Yax. La religiosa destacó la escucha profunda y sin prejuicios que se dio durante el encuentro, donde se compartieron experiencias pastorales en diferentes ámbitos eclesiales, desde la experiencia de misión de la Iglesia en la región. Algo que ha ayudado a ensanchar la tienda, pues en la diversidad hay riqueza, lo que la ha llevado a sentirse hermana del otro, a querer escuchar lo que el Espíritu quiere decir en este momento. Una experiencia de sinodalidad, de escucha y apertura.
Teología del pueblo de Dios
Una experiencia que ha transformado la vida de los participantes, como testimoniaba Mauricio López, que insistía en la pregunta que marca el recorrido del proceso sinodal: ¿Cómo la Iglesia, fiel a su identidad, al anuncio del Evangelio, está siendo sinodal o puede ser más sinodal?”. Un momento de acción de gracias por la “Teología del pueblo de Dios en el corazón del Concilio Vaticano II, en la Constitución Lumen Gentium que sigue marcando un rumbo”, a través de hitos, destacando el papel del Sínodo para la Amazonía, de la Asamblea Eclesial y del actual proceso sinodal, donde destaca la amplia consulta llevada a cabo y recogida en el Documento para la Etapa Continental, que siguiendo el método de la conversación espiritual está llevando a la Iglesia de todo el mundo a realizar aportes para la elaboración del Instrumentum Laboris. Un camino en el que “San Oscar Romero nos ilumina, nos inspira para esa parresia que es tan urgente en este tiempo presente”.
La novedad de este proceso está en “esta experiencia de escucha y diálogo, que justamente es lo que nos falta, sentarnos, escucharnos y dejarnos iluminar por el Espíritu”, según la Hna. Laura Yax. Una experiencia que muestra la capacidad de cada uno exponer su postura respetándonos hasta que encontremos un punto en común, destacó la religiosa, que llamó a “contagiar a toda la Iglesia para que entremos en esta dinámica de diálogo”. Un proceso marcado por el escuchar, discernir, actuar o decidir, matizó Mons. Cabrejos, que hizo ver la necesidad de no volver atrás en este modo de actuar dentro de la Iglesia y en la relación entre la Iglesia y la sociedad.
Los puntos en común aparecidos es seguir buscando los medios para escuchar más a los jóvenes, recordar que las mujeres tienen un aporte, un capital a ofrecer, pero también necesitan recibir el espacio, el cuidado de las familias, la centralidad de Jesucristo en el caminar, la importancia de una oración enraizada en la realidad y que toma en cuenta los signos de los tiempos, la atención y escucha a las periferias, a los alejados, abriendo espacio para acogerlos, según relató la Hna. María Dolores Palencia.
Temores a ensanchar la tienda
A ello ha añadido Mauricio López la necesidad de una Teología de la Ministerialidad Bautismal y de incorporar mecanismos y estructuras que permitan que la sinodalidad siga viva y adelante, con una mayor participación del laicado, de las mujeres en los espacios de toma de decisiones. Todo ello reconociendo los temores a ensanchar la tienda y la necesaria presencia en el continente digital, así como el reconocimiento de los pueblos indígenas y afrodescendientes y el cuidado de la casa común.
Se ha insistido en que se trata de un proceso de aprendizaje, pues estamos ante un Sínodo que no es temático y sí un nuevo modo de ser Iglesia en el que se insiste en la capacidad de escucharse, de abrirse, de dialogar e interiorizar lo que el Espíritu nos va diciendo. Una sinodalidad que no es fácil de practicar, lo que demanda aprender a caminar juntos, inclusive con los que no nos entendemos, como destacó Mons. Cabrejos. Eso no fácil en una estructura eclesial piramidal y en las tensiones presentes ante diferentes realidades, lo que demanda preguntarse cómo se vive el compromiso bautismal, que lleva a un cambio en las maneras de actuar y de ser, según la Hna. María Dolores Palencia. Todo ello en un proceso de discernimiento serio que lleve a buscar y hallar lo que Dios me quiere decir, lo que el Espíritu Santo quiere suscitar como protagonismo, algo muy complejo en palabras de Mauricio López.
Un encuentro en el que ha estado presente la situación que se vive en Nicaragua, ante la que el Celam, como hacía ver su presidente, ha seguido la postura del Papa, lo que también han hecho diferentes conferencias episcopales, expresando cercanía, oración, acompañamiento a la Iglesia en Nicaragua, a todas las personas que forman parte de ella. Mons. Miguel Cabrejos ha llamado al bien común, superando el bien particular, y a pensar en la dignidad de la persona como hijos e imagen de Dios.
El Papa Francisco ha enviado un mensaje al Arzobispo de Toledo por el “hermanamiento de dos santuarios dedicados a la Bienaventurada Virgen María, bajo el título de Nuestra Señora de Guadalupe”: la Morenita de las Villuercas, en Extremadura (España), y el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México, celebrado hoy en la basílica del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, en España
“María, nuestra Madre, es siempre para su Pueblo vínculo de comunión. Tanto la Escritura como la tradición apostólica nos la muestran convocando a los apóstoles y a la comunidad en torno a Ella, en un clima de oración”, escribe el Pontífice.
El Santo Padre pide al arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, haga extensivo el saludo al Arzobispo de México, cardenal Carlos Aguiar Retes, y a través a de ellos a todos los sacerdotes y fieles devotos en México y España.
‘Guadalupe’ nos habla de encuentro
“Hoy los convoca el dulce Nombre de María, más precisamente una advocación milenaria que ya en su raíz etimológica nos habla de mestizaje, de encuentro con Dios y con los hombres. Mestizaje porque los estudiosos no se logran poner de acuerdo si debemos leer el título “Guadalupe” en árabe, en latín o en náhuatl”, dice el Papa.
Y menciona que “es curioso que lo que podría plantearse como un conflicto pueda en realidad leerse como un guiño del Espíritu Santo que hace escuchar su mensaje de amor a cada uno en su lengua”.
Raíz etimológica de ‘Guadalupe’
“Así, en árabe –explica el Papa Francisco- la palabra podría sonar ‘río oculto’, como lo estaba esa fuente de agua viva que Jesús promete a la Samaritana, esa fuerza de la gracia que, incluso en tiempos de rechazo e incomprensión, mantiene viva a la Iglesia (cf. Jn 4,10). Como pastores, esta alusión debe ser para nosotros un acicate, buscar siempre en el otro ese río oculto de gracia, ese Amor de Dios que lo hace un tesoro inestimable”.
Luego, haciendo referencia al significado de “Guadalupe” en latín, la palabra –añade Francisco- nos hablaría de un “río de lobos”:
“En ese sentido, de un remanso de paz para aquellos que están atribulados por sus propios pecados, por la violencia, por tantas guerras internas y externas que hacen del hombre un lobo para el hombre. Es el mismo río oculto de la gracia que en el diálogo con Jesús nos muestra nuestra realidad, abriéndonos a la esperanza”
Y finalmente, también combinando el título “con la raíz mexicana, nuestra Señora de Guadalupe se proclama como la que vence a la serpiente, con una tocante evocación al protoevangelio del Génesis. La Inmaculada es así la verdadera madre de todos los que viven; de los que han sido convocados hoy en este santuario, junto a sus pastores, para proclamar su fe en el Hijo de Dios, en Aquél que, haciendo nuevas todas las cosas, ha reconciliado consigo el mundo”.
Culto a Dios en Espíritu y Verdad
El Papa Francisco los exhorta “a hacer brotar en los corazones de los hombres y mujeres de nuestro tiempo ese río de agua viva que salta hasta el cielo, para dar a Dios un culto en Espíritu y Verdad”.
“Pidamos a Dios que, en cada tiempo y lugar donde María nuestra Madre nos convoque, demos testimonio de esa íntima unión de la que sólo el Espíritu puede ser artífice”, finaliza el Papa su mensaje impartiendo la bendición.
La ceremonia de hermanamiento se efectúa este 13 de febrero en la basílica del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, en España, donde intercambiaran los arzobispos el documento.