Profesiones religiosas en Xochimilco, México

El sábado 11 de mayo, en una solemne ceremonia celebrada en el noviciado comboniano de Xochimilco (México), emitieron sus primeros votos siete novicios, de los cuales cinco son mexicanos, uno de Colombia y uno de Perú. Estuvieron acompañados por sus familiares y numerosos grupos de amigos venidos de todo México y del extranjero. (Arriba, en la foto, de izquierda a derecha: César Daniel, Luis Omar, Carlos Yonatan, Raúl Alfredo, Marco Antonio, Raúl Alexander y Jairo Manuel)

Después de dos años de formación y de tiempos fuertes de desierto y de experiencias comunitarias y de misión, siete novicios combonianos dieron su sí al Señor y consagraron sus vidas a la misión a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia en el Instituto de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús. Se trata de Raúl Alexander Prieto Gómez (de Colombia), Luis Omar Tasson Rodríguez (de Perú), Raúl Alfredo Cervantes Rendón, Jairo Manuel Navarrete García, Carlos Yonatan Patiño Cruz, César Daniel Pérez de León y Marco Antonio Calderón Granados (estos cinco últimos mexicanos).

De izquierda a derecha: Luis Omar Tasson Rodríguez (Perú); Carlos Yonatan Patiño Cruz (México); César Daniel Pérez de León (México); Jairo Manuel Navarrete García (México); Raúl Alexander Prieto Gómez (Colombia); Marco Antonio Calderón Granados (México); y Raúl Alfredo Cervantes Rendón (México).

La misa estuvo presidida por el P. David Costa Domingues, Vicario General, y concelebrada por numerosos combonianos, entre los que estaban los superiores provinciales y de delegación del continente americano, venidos para la ocasión, y que aprovecharon los días precedentes para tener un encuentro a nivel continental. También asistieron varios miembros de la Familia Comboniana: Misioneras Combonianas y Laicos Misioneros Combonianos. El P. Jorge Benavides, Superior de la Delegación de Colombia, fue el encargado de pronunciar la homilía, en la que recordó que es Dios quien nos ha escogido, tal y como se leyó en la primera lectura, tomada del libro de Jeremías. Haciendo referencia al evangelio, cuyo texto fue el de las bienaventuranzas, el P. Jorge invitó a los profesos a ser portadores de esperanza y de misericordia, estando siempre disponibles para servir a los más pobres. Recordó también la importancia de la vida de oración, sin la cual no hay misión y concluyó diciendo que el misionero debe ser siempre una persona alegre.

Los siete neoprofesos con el P. David Costa Domingues, Vicario General de los Misioneros Combonianos.

La alegría de la celebración estuvo marcada también por un sentimiento -mezcla de dolor y de esperanza en el Resucitado- al recordar al P. José Luis Valle y a la Hna. Bertha Peralta, dos misioneros combonianos fallecidos en estos días (el P. José Luis en México y la Hna. Bertha en Chad). El funeral del P. José Luis coincidió casualmente el mismo día y a la misma hora que la ceremonia de los votos. Unos se van, pero otros toman el relevo, Así son los caminos de Dios.

Durante la misa los nuevos profesos recibieron los tres símbolos que marcarán su nueva vida como religiosos combonianos:
– La Regla de Vida, como receta de santidad en la entrega total en la vivencia de lo que han profesado, siendo custodios del carisma de San Daniel Comboni.
– El Crucifijo, como signo de su consagración. Reciben la Cruz como su fiel y amada esposa, atendiendo a la invitación de nuestro fundador a mantener fija la mirada en el corazón traspasado de Jesucristo Buen Pastor.
– El Código Deontológico, como signo de fidelidad en vivir sus tres votos evangélicos, conscientes de la responsabilidad que desde el día de su profesión libremente han aceptado.

Un momento de la fiesta después de la celebración.

Una vez terminada la ceremonia, llegó el momento de compartir una sencilla comida en un ambiente festivo en el que no faltaron ni la música ni el baile, bien característicos de toda fiesta mexicana.

Los nuevos profesos continuarán su formación en los siguientes destinos: César Daniel en Nairobi (Kenia); Carlos Yonatan en Chicago (USA); Marco Antonio en Casavatore (Italia); Jairo Manuel y Raúl Alexander en Kinshasa (Nairobi); Luis Omar en Lima (Perú) y Raúl Alfredo, Hermano Comboniano, irá al Centro de Animación Misionera de Ciudad de México (CAM), sede de las revistas Esquila Misional y Aguiluchos, para completar sus estudios de periodismo.

Profesión religiosa en Xochimilco

Por: P. Ismael Piñón, mccj

En el marco de los 75 años de la llegada de los primeros combonianos a México, ocho novicios hicieron sus primeros votos el pasado 13 de mayo en el noviciado interprovincial americano de Xochimilco. Tres de ellos mexicanos.

El pasado 13 de mayo, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, ocho jóvenes procedentes de varios países de América Latina hicieron su primera profesión religiosa en una ceremonia festiva que tuvo lugar en el noviciado interprovincial americano, con sede en Xochimilco, Ciudad de México. En presencia de la comunidad cristiana, de numerosos miembros de la familia comboniana y de algunos de sus familiares que estuvieron presentes, los novicios se consagraron a Dios a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia.

Jesús Daniel Osuna, Emmanuel Alejandro Mejía y Martín Xalamihua son mexicanos; José Leonardo Rosado, Jonathan Fabricio Rodríguez y Carlos Enrique Loor proceden de Ecuador; Roy Manuel Arroyo Gálvez de Perú y Didier Alonso Bermúdez de Colombia.

La ceremonia, presidida por el P. Ottorino Poletto, Provincial de Ecuador, se inició con el ritual náhuatl de acogida con una ofrenda de flores, preparada por la comunidad cristiana de Comalapa. La homilía estuvo a cargo del P. Nelson Mitchell, Provincial de Perú. En ella, el P. Nelson dijo a los novicios que aunque harán votos por un año, la profesión religiosa es para siempre y que esto se logrará sólo si conocemos de verdad a Jesús y si somos hombres de Dios al encuentro de los necesitados.

Tras la homilía, cada novicio hizo su profesión religiosa, que fue recibida por su Provincial respectivo. Luego recibieron la Regla de Vida y la cruz oficial del Instituto, como signo de su consagración a Dios dentro de la familia comboniana.

Terminada la celebración y tras hacer las tradicionales fotos de familia, la jornada concluyó con una comida compartida y un momento festivo amenizado por un conjunto musical.