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Fallece el P. Modesto Generali

Fecha de nacimiento: 18/10/1927
Lugar de nacimiento: Mombaroccio (PE) / I
Votos temporales: 09/09/1947
Votos perpetuos: 09/09/1953
Fecha de ordenación: 12/06/1954
Llegada a México: 1954
Fecha de fallecimiento: 10/01/2024
Lugar de fallecimiento: Castel d’Azzano / I

Hoy, 10 de enero, falleció en la residencia de Castel d’Azzano, en Italia, el P. Modesto Generali, misionero comboniano que trabajó por más de 40 años en México, a donde había llegado en 1954. Fue formador de muchos combonianos mexicanos y siempre dejó un gran recuerdo entre nosotros.

El padre Modesto nació el 18 de octubre de 1927 en Mombaroccio, Italia. Hizo su primera profesión religiosa el 9 de septiembre de 1947 en Venegono y fue ordenado sacerdote el 12 de junio de 1954. Recién ordenado, su primer destino no fue África, como lo soñó, sino México. Aquí llegó en 1954 y luego de una probadita de la pastoral en las misiones de Baja California Sur, dedicó la mayor parte de los 44 años que vivió en el país (con un breve paréntesis en España entre 1977 y 1979), a la formación de futuros misioneros.

Fue uno de los fundadores del seminario menor en Sahuayo, Michoacán, y de ahí pasó al seminario de San Francisco del Rincón, en donde lo recuerdan muchos ex-alumnos y combonianos como un gran profesor y ejemplo de sacerdote. También fue administrador del Centro de Animación Misionera, en donde se elaboran las revistas Esquila Misional y Aguiluchos (1993-1994), y antes de regresar a su tierra natal, en 1998, se ocupó de la economía provincial.

Lo recordamos como un misionero sencillo y entregado a todas las tareas que se le confiaron, un religioso alegre por su consagración y un hombre muy atento a las necesidades de los demás. Un comboniano muy identificado con el carisma de san Daniel Comboni y una persona que ha hecho honor a su nombre, pues ha sido modesto y servicial.

En 1998 regresó definitivamente a Italia, donde realizó varios servicios. Actualmente se encontraba en la comunidad de Castel d’Azzano, donde falleció el día de hoy, 10 de enero de 2024, a la edad de 96 años. La Provincia comboniana de México pierde a otro de sus pilares misioneros, pero gana un nuevo intercesor ante el Padre. Descanse en paz.

(Reseña tomada de Esquila Misional, marzo de 2021, p. 7)


TESTIMONIOS

¡Hoy mi corazón está triste, se ha ido un gran hombre, se ha ido mi formador! Modesto Generalli Garganelli, italiano de nacimiento y yo creo que más mexicano que los nopales.

Fue nuestro formador por tres años, en el seminario Comboniano de San Pancho (San Francisco del Rincón). 35 chiquillos inquietos que soñaban con ir a las misiones, a África, aguerridos y traviesos y para todos tuvo tiempo para formarnos.

Lo recuerdo diciendo: “La vida es trabajo, chaviza. Si ustedes conocieran al que inventó el trabajo ya lo hubieran asesinado”. Siempre al pendiente de nosotros, dando vueltas en el dormitorio a las tres de la mañana, con su rosario en la mano, velando el sueño de todos. Caminando por los pasillos con un cuaderno en la mano preparando las clases de biología y cuando le quedaba tiempo, platicando con cada uno de nosotros para saber nuestras inquietudes y vericuetos de la vida de cada quien. ¿Cómo están por tu casa?, ¿Cómo va la panadería? ¿Ya se arreglaron los problemas entre tus papás? ¿Cómo olvidar esa pequeña lanza africana, afilada como navaja, que utilizaba para rajar las bolsas de cloro con las que se desinfectaba la alberca?.

Siempre al pendiente de nuestra formación. En una ocasión el Chino Amezcua y yo tuvimos la iniciativa de disecar el esqueleto de un conejo, nos llevó al laboratorio y antes de desollar al animal nos acercó un libro de anatomía de conejos, para que fuéramos aprendiendo los nombres de los órganos del susodicho animal. Pablo Moreno, el Palillo, es testigo de esa ocasión. Alguna vez, saliendo de una junta de padres de familia en el colegio de los hijos, mi esposa me hizo un comentario: “Tú no dejas de ser Scout”, a lo que le contesté: “Más bien no dejo de ser comboniano”. De ese tamaño es la influencia del P. Modesto. Un hombre generoso que no escatimó esfuerzos para lograr que “La chaviza” se educara.

Vaya pues mi reconocimiento y eterno agradecimiento al personaje que hizo de todos nosotros hombres de bien, comprometidos con su entorno, al pendiente de sus obligaciones, hermanados por siempre. Gracias Modesto, gracias por siempre. Pronto nos volveremos a ver, “Chaviza”.

(Maurico Andrade, antiguo seminarista comboniano)


Estimados P. Rafael Güitrón y Misioneros Combonianos.
Nuestro más sentido pésame por el fallecimiento del P. Modesto Generali.

Nos ha conmovido hondamente a la Familia León Parra y al personal que labora en nuestra Firma Profesional el conocer del sensible deceso del P. Modesto.

Tuvimos la suerte y el privilegio de tratarlo por muchas décadas, desde su época como formador de tantos jóvenes que ahora son misioneros y que bajo su tutela recibieron aquellas primeras impresiones y con su ejemplo el carisma comboniano.

En distintos momentos y con la oportunidad de poder convivir y trabajar junto a él, nos mantenía muy atentos cuando nos relataba que en el mismo año de su ordenación y siendo un sacerdote muy joven de 27 años fue designado a venir a México, sin prácticamente hablar el idioma y encargándose de manera pronta de la formación de futuros misioneros mexicanos.

Muy bien y con afecto es recordado el P. Modesto por muchas familias de Sahuayo donde fue parte de los fundadores de aquel seminario y de San Francisco del Rincón donde con su característica sencillez, simpatía y humildad se supo ganar el cariño de los habitantes de aquellas comunidades, en esos inicios de los años 50´s y cuando la presencia comboniana en México apenas contaba con seis años de que los primeros misioneros habían llegado a este país. Así entonces y sin error a equivocarnos podemos dar testimonio que el P. Modesto estuvo al frente de la vocación de aquellos primeros combonianos mexicanos.

El P. Modesto se caracterizó siempre por ser un sacerdote ordenado y muy dedicado en las asignaciones que se le confiaban; altos fueron los encargos que tuvo que atender al estar al frente en su momento de la economía del CAM de México y simultáneamente ser el Ecónomo Provincial; en una época de grandes cambios para la Congregación ya que acompañó al P. Enrique Sanchez, Provincial en aquel entonces, en la transición que hizo la Iglesia en México al obtener la Congregación personalidad jurídica propia mediante la promulgación de la Ley de Asociaciones Religiosas y la subsecuente creación de la AR de los Combonianos en el año de 1993.

Recordamos al P. Modesto como un incansable sacerdote, de caminar ágil, de gentil trato como bien su nombre tenía, de amble sonrisa y de fino sentido del humor.

Lamentamos profundamente la pérdida de un gran sacerdote y misionero, que desde el momento de su ordenación le dedico su esfuerzo y juventud para apuntalar lo que ahora es la Provincia Mexicana y colaborar en la formación de tantas generaciones de muchachos.

No nos pasa desapercibido el reconocer que en un lapso menor a un mes han fallecido dos grandes miembros de la Congregación en México: el P. Modesto y el propio Hno. José Menegotto y que como anécdota, platicando en alguna ocasión al mismo tiempo con ambos, mencionaban que eran coetáneos del mismo año 1927, con una diferencia de un mes de edad, y que al Hermano José le tocó recibir al P. Modesto en su llegada a Baja California.

Nos queda claro que la vida tiene muchas coincidencias, ya que la fecha de fallecimiento de ambos, igual que la de su nacimiento, solamente tuvo una diferencia de pocos días…

No cabe duda que en muy poco tiempo la Provincia Mexicana ha perdido a dos Misioneros ejemplares que fueron en el ámbito de sus actividades pilares en los inicios de la misma, dedicando su vocación y esfuerzo a México siendo muy jóvenes y en su calidad de extranjeros y, como ellos en diversos momentos nos lo compartieron, se sentían después de los años mexicanos.

Vayan estas líneas de cariño y nuestro pésame muy sentido para toda la Congregación y nuestro respeto y afecto de tantos años a todos Ustedes.

Que descanse en paz, buen camino P. Modesto…

(Familia León Parra y personal de nuestra Firma Profesional)


Modesto nace en Mombaroccio, en la provincia de Pesaro Urbino, el 18 de octubre de 1927. Siendo todavía muy joven (1939), entra en la Escuela Apostólica de Riccione. Al año siguiente, pasa al nuevo seminario de Pesaro (Villa Baratoff), donde vive momentos difíciles a causa de la guerra, obligado a refugiarse, con compañeros y profesores, en lugares seguros, durante los bombardeos. 

El 12 de septiembre de 1945, entra en el noviciado de Venegono Superiore. Dos años después, el 9 de septiembre de 1947, hace la primera profesión religiosa. Para los tres años de estudios filosóficos va al escolasticado filosófico de Rebbio (Como) y para los estudios teológicos va al escolasticado teológico de Venegono Superiore. El 9 de septiembre de 1953 hace los votos perpetuos y el 12 de junio de1954 recibe la ordenación sacerdotal en la catedral de Milán de manos del Card. Ildefonso Schuster. Pocas semanas después, es asignado a México, a la casa de Sahuayo como “profesor y prefecto de la Escuela Apostólica”. 

En México permanece 42 años, interrumpidos por dos años en España, trascurridos en la comunidad de Corella (julio 1977-junio 1979) como superior local. Por donde pasa deja un signo positivo y es recordado con cariño. 

En México, el P. Modesto se ocupó principalmente de los seminarios, primero como profesor y prefecto de estudios y más tarde como formador en el prepostulantado, el postulantado y el noviciado. De 1958 a 1960 tuvo también la satisfacción de ser párroco en Santa Rosalía. 

De julio de 1986 hasta 1995 es ecónomo provincial en Ciudad de México. Quien lo ha conocido afirma que no ha visto nunca un ecónomo más libre, acogedor y generoso. 

En 1998, cuando ya tiene 71 años, se le pide un servicio en Italia. Regresa a la casa de Pesaro – ¡53 años después de haberla dejado como seminarista! – y allí permanece por otros 25 años, hasta julio del 2022. El superior de la casa era el P. Renzo Piazza, que dice: «He estado con el P. Modesto del 2011 al 2015. Pesaro era la casa para la formación permanente en la provincia, y tantos reconocían la comunidad de Pesaro como acogedora. En realidad, el corazón de aquella acogida era Modesto. Abría y cerraba el portón, preparaba la capilla para la Misa, iba a celebrar en las parroquias vecinas, iba a comprar el pan, respondía al teléfono y ejercía de portero. Era siempre él quien preparaba el comedor. Si durante el almuerzo o la comida, sonaba el teléfono, era el quien corría a responder y regresaba a la mesa a veces cuando la comida ya se había enfriado. Era él quien distribuía los diversos servicios comunitarios. Una vez a la semana, iba “en misión” al hospital, para celebrar la Eucaristía en la sección de la salud mental… Cuando llegaban los grupos de her-manos para una reunión o una asamblea, distribuía las habitaciones… Y mientras hacía todo esto, nunca se le escapaba una queja o un enfado, y nunca alzaba la voz. ¡Todo esto por 20 años!». 

El 22 de junio del 2014, domingo del Corpus Christi, había celebrado el 60 aniversario de su ordenación sacerdotal. Quiso una celebración íntima, con los parientes más cercanos. Bellísima fue su homilía. «Tengo un recuerdo especial – testimonia el P. Renzo- de aquella fiesta de aniversario y de la Eucaristía que solemnizó aquel día. En su homilía, el P. Modesto no usó nunca el pronombre “yo”, ni utilizó ningún verbo que hiciese referencia a sí mismo. ¡Esto es el misionero! Cuando dejé la comunidad de Pesaro para venir al centro “Fr. Alfredo Fiorini” de Castel d’Azzano en 2014, me despidió de la siguiente manera: “Caro Renzo, fuerza para tu nueva misión. Vas a trabajar en las “periferias” de la vida. En julio del 2022, también el P. Modesto llegó a las “periferias de la vida” en Castel d’Azzano. Pero no se puso a los márgenes de la realidad, sino en el mismo centro. Llegó con el santo “vicio” de servir. Baste un solo ejemplo: Por dos años fue como el escolta permanente del P. Piero Lampetti, siempre dispuesto a servirlo en cualquier necesidad. Con los compañeros del Centro celebró sus cumpleaños 95 y 96». 

En las últimas semanas de vida, se le presentan graves problemas de salud. La noche del 9 de enero del 2024, sufre un deterioro generalizado. En la mañana del 10 de enero del 2024, hacia las horas 8.30 am, nos deja improvisamente, amorosamente asistido por los miembros de la comunidad y el personal de servicio. 

El 12 de enero, se celebra el funeral en la capilla del Centro, en presencia de familiares y amigos y algunos hermanos de las comunidades vecinas, entre ellos, el P. Fabio Baldan, superior provincial. La celebración la preside el superior del Centro.

Padre Franco Moretti, mccj
(Familia Comboniana, nº 827, marzo 2024)


Recordando al P. Modesto Generali
Homilía de la misa de su funeral

P. Modesto Generali (18.10.1927 – 10.1.2024) nos dejó repentinamente el 10 de enero, hacia las 8:30 de la mañana, en nuestra Comunidad de Castel d’Azzano (VR). Tenía 96 años.

P. Modesto llevaba unos dos años en Castel d’Azzano. En el último periodo, le surgieron varios problemas de salud. La noche antes de fallecer, sufrió un gran deterioro general. Nos dejó, amorosamente cuidado por los miembros de la comunidad de Castel d’Azzano y el personal de servicio.

El viernes 12 de enero, celebramos su funeral en la capilla de nuestra comunidad de Castel d’Azzano, en presencia de familiares y amigos y de algunos hermanos de las comunidades vecinas, entre ellos el P. Fabio Baldan, superior provincial. La celebración fue presidida por el P. Renzo Piazza, superior de la comunidad. Aquí publicamos su homilía

1. ¿Quién es el P. Modesto?

Para hablar del P. Modesto convendría descalzarse, en señal de respeto por una persona santa que pasó su vida sin mostrarse, en el servicio humilde, en la alegría de entregarse hasta el final.

Nacido, como el P. Piero Lampetti, en Mombaroccio (PU) en 1927, entró muy joven en el seminario comboniano de Riccione (1939), condiscípulo del P. Gino Pazzaglia y del difunto Don Oreste Benzi, fundador de la comunidad Papa Juan XXIII. Al año siguiente se trasladó al nuevo seminario de Pesaro (Villa Baratoff), viviendo los difíciles tiempos de la guerra, obligado también a trasladarse a lugares más seguros en el momento de los bombardeos. Fue ordenado sacerdote el 12 de junio de 1954 en Milán. En el recordatorio de ordenación cita una frase de Don Bosco: “Cuando un hijo abandona a sus padres para obedecer a su vocación, Jesús ocupará su lugar”. Y añade: “Que mi sacerdocio sea un himno eterno de gloria a Dios, un ancla de salvación para las almas. Jesús, bendice a mi familia, a los que me hicieron bien y me ayudaron a llegar a tu altar. Virgen Santa, guarda y guía a tu sacerdote.

2. La misión

Partió inmediatamente para México: permaneció allí 42 años, interrumpidos por 2 años en España, para 44 años de servicio misionero ad gentes. En México fue también ecónomo provincial: quienes le conocieron atestiguan que nunca encontraron un ecónomo más libre, acogedor y generoso que él. En España permaneció sólo 2 años, pero 35 años después le enviaron a despedirse y agradecerle su servicio como educador, y le invitaron a participar en la celebración del 70 aniversario de la comunidad de Palencia.

En el 98 tenía 71 años y le pidieron que sirviera a la Provincia Italiana. Volvió a Pesaro, después de 50 años, y permaneció allí otros 25. En Castel d’Azzano celebró sus 95 y 96 cumpleaños, sirviendo diariamente como guardaespaldas del P. Piero Lampetti.

3. En misión en Pesaro.

En Pesaro estuve con él desde 2011 hasta 2015. (Un icono: Samuel corriendo cuando se le llama). Pesaro era la sede de la Formación Permanente y muchos la reconocían como una comunidad acogedora. En realidad, el corazón de la hospitalidad era el P. Modesto.

¿Qué hacía el P. Modesto por los demás, de entre 84 y 88 años y más? Abría y cerraba las puertas por la mañana y por la tarde; preparaba la capilla para la misa (sacristán); iba a celebrar la misa en casa de las Hermanas de Via Amendola o en las parroquias vecinas; iba a comprar el pan; atendía el teléfono y hacía de conserje; preparaba y disponía el refectorio. Durante la comida y la cena corría a contestar al teléfono, encontrándose a menudo comida fría en la mesa. Supervisaba el buen funcionamiento de la máquina de café…; se encargaba del ministerio; una vez a la semana “iba de misión” a celebrar la Eucaristía en el hospital, en el pabellón de salud mental…

Cuando llegaban los grupos de hermanos, se encargaba de recoger a los amigos, arreglar la habitación para los invitados teniendo en cuenta sus deseos, poner los nombres en las puertas, imprimir la lista de participantes, preparar la gran capilla para la Eucaristía, ir a comprar medicinas para los que las necesitaban. Lo mismo hacía cuando venían otros grupos para momentos de oración o retiro. Nunca una queja, nunca una voz levantada, nunca un enfado. ¡Y esto durante más de 20 años!

4. 60 años de sacerdocio

En 2014 celebramos el 60 aniversario de su ordenación sacerdotal. Una celebración íntima, con familiares cercanos: era la fiesta del Corpus Christi. Hoy hemos querido retomar las lecturas de aquel día y escuchar algunos fragmentos de su homilía, especialmente relevante y apropiada para el momento que celebramos. “Participamos del único pan, para nosotros hombres, peregrinos, en el desierto de la vida, en medio de las dificultades, las pruebas, las tentaciones del mundo: tenemos que caminar por terrenos difíciles y necesitamos este alimento especial.

Nos preguntamos: pero después de este mundo, cuando ya se han agotado nuestras fuerzas y el cuerpo está agotado, ¿adónde vamos? ¿Qué hay más allá? ¿Cómo será? Tendremos vida, una vida plena, una vida eterna, dice Jesús, y nosotros creemos en sus palabras. Así pues, el Corpus Christi es una fiesta de esperanza. Al mismo tiempo, es una fiesta de fraternidad, de justicia, de amor fraterno, porque todos estamos invitados a la misma mesa para comer este pan misterioso.

Si nos sentamos a la misma mesa, significa que somos amigos, parientes. Y así, este sentarse a la mesa de la Eucaristía nos convierte a todos en amigos, en parientes, en una sola familia en el mundo.

¿Nos reconocemos realmente como hermanos (¡hermanos todos!) en torno al cuerpo y la sangre de Cristo? ¿Somos capaces de superar diferencias, odios, intereses? ¿Somos capaces de vivir en tranquilidad y paz, en respeto mutuo… y esto empezando por la familia? Intentemos, hermanos y hermanas, vivir este misterio. Vivirlo y ser coherentes con lo que hemos escuchado en el Evangelio. Por eso, esta fiesta que celebramos es un día de alegría, de esperanza y de acción de gracias al Señor.

Incluso la celebración de su funeral es un canto de acción de gracias al Señor por lo que realizó en su vida, pues se reconoció instrumento en sus manos…

Al final de aquella Eucaristía, yo había comentado: “El Padre Modesto no ha utilizado nunca la palabra yo en su homilía de hoy. Tenía derecho a hacerlo, porque es sacerdote desde hace 60 años… Pero siempre ha hablado de Jesús y nunca de sí mismo. Este es el misionero”.

Gracias, P. Modesto, porque con tu servicio has hecho visibles los rasgos característicos de la persona de Jesús, que no vino a ser servido, sino a servir.

5. En las periferias de la vida.

Cuando dejé Pesaro para venir a Castel d’Azzano me saludó diciéndome: “Ánimo para la nueva misión: ¡ve y trabaja en las periferias de la vida!”.

También tú, P. Modesto, de nombre y de hecho, viniste a vivir poco tiempo en estas periferias. El Papa Francisco nos recuerda que en las periferias encontramos a los pequeños y a los pobres, el rostro sufriente del Señor. Mirando su breve paso entre nosotros, vemos que el Señor nos ha visitado y nos ha concedido la gracia y el honor de acogerle y servirle. Ahora es tiempo de que otros te acojan: los Santos, los Mártires, San Daniel Comboni, la Virgen de Guadalupe. A ellos te encomendamos. Ve y descansa en paz, P. Modesto.

Publicado en comboni2000.org

¿Y si la edad es relativa?

Texto y foto: Hna. Odette Riad Ibrahim Abdelsayd, smc
Desde Asuán (Egipto)

Desde hace seis años me encuentro en la misión de Asuán, ciudad conocida por la famosísima presa que lleva su nombre y que controla las aguas del río Nilo. Llegué aquí después de una larga, desafiante y hermosa experiencia en Sudán del Sur, país que amo y guardo en mi corazón y al que ya no sé si volveré un día. Todo dependerá de mi salud y de la decisión de las superioras de mi congregación, las Hermanas Misioneras Combonianas.

Tanto en Sudán del Sur como ahora en Egipto siempre he trabajado en la guardería con niñas y niños encomendados a nuestro cuidado. Estar con ellos es algo hermoso porque son como pequeños ángeles inocentes, pero debo confesar que ahora, a mis 77 años, con mucha menos energía que cuando era joven y muchos más achaques, el trabajo me cansa bastante. Los misioneros no nos jubilamos, seguimos aportando lo que somos y podemos aunque aparentemente no se vea gran cosa. En la guardería, el ritmo de trabajo es exigente para mí, aunque no me quejo y lo hago todo con gusto.

En un día normal, las clases comienzan a las ocho y media de la mañana y concluyen a la una, aunque son muchos los niños que ya están aquí a las siete porque sus padres tienen que ir a trabajar temprano y pasan primero a dejarnos a sus hijos.

Esta misión de Asuán me está enseñando a entender y a vivir cotidianamente la acogida, la esperanza y la fe, porque veo a muchos niños y niñas cristianos y musulmanes que viven juntos sin hacer ningún tipo de distinción. Los adultos tendríamos que aprender mucho de ellos. A estas edades, ellos viven la amistad y la acogida de verdad, de un modo transparente, porque en sus corazones no existe la mentira y no identifican ningún tipo de diferencia social, religiosa o política. Son todos iguales, son todos amigos.

Una de mis mayores alegrías está siendo ver que las maestras que trabajan con nosotras han asumido la vivencia sincera de los valores del Evangelio basados en el amor a los más pequeños de los que habla Jesús. Me conmueve ver que son mujeres unidas por el cuidado de nuestros niños y se interesan por ellos como verdaderas madres. 

Frente a eso, me entristece descubrir que hay niños que proceden de familias rotas y pobres donde muchas veces no reciben afecto y atención. No es bueno que al llegar a sus casas no encuentren una continuación de los valores que se enseñan y promueven en nuestra guardería. Hay mucha violencia en nuestro entorno, por eso en nuestro centro nos aseguramos de que todos los niños se sientan amados y acogidos.

Hace algunos días, un padre de familia cristiano vino a la parroquia con su hija para una actividad. Ella no quería quedarse en la iglesia e insistió para que su padre la llevara a la guardería. Este señor me comentó después que estaba conmovido al ver el amor de su hija por nuestra guardería, y para mí es una alegría constatar que los padres y madres estén contentos de cómo los niños son amados y educados en nuestra institución.

Me siento profundamente agradecida con Dios, sobre todo cuando veo que nuestros niños, amados y contentos, crecen en espontaneidad, acogida, respeto y libertad. Igual que las maestras, creo que nuestra guardería, que lleva el nombre de Santa Teresa, está poniendo las bases para el futuro y que los niños y niñas de Asuán encomendados a nuestro cuidado crecen en valores humanos fundamentales que generan convivencia y fraternidad. Pensar en esto hace que se me olvide la edad que tengo y trabaje como una joven.

Pregón de Navidad

¡Todos los días, en África, son Navidad…!
¡Todo en África nos habla de una eterna Navidad!

Pregón realizado por Monseñor Jesús Ruiz, mccj
Obispo de M’baïki, República Centroafricana

Me han pedido hacer el pregón de Navidad…; yo no sé pregonar. ¿Qué es eso de pregonar, me he preguntado…, sino dar voz a tu vida interior…? Así, permitidme, dar rienda suelta a mi corazón… os voy a pregonar.

Mi pregón quiere ser hoy un recuerdo de infancia en la lonja parroquial de Alfonso VI allá por Navidad. Eran los años `70. Con nuestro párroco don Miguel, subíamos al monte de san Juan para buscar el musgo y adornar el belén repleto de casas de corcho, ríos de plata y figuras que caminan hacia el portal… Mi recuerdo se va a la misa del gallo en familia seguida de una copita y turrón…; mi recuerdo se goza viendo a los catequistas disfrazados en Reyes Magos durante la Misa de niños repartiendo regalos…; regalos siempre, nunca carbón.

Fui creciendo… y descubrí que el verdadero belén está fuera… Ya seminarista, en el nuevo templo parroquial, cada Navidad, con Ester, Mamen y otros jóvenes, visitando las casas del barrio para el concurso de belenes… En cada casa siempre nos esperaba una copita de licor dulce y un trozo de turrón…; cada año ensayábamos en el coro villancicos no comerciales que hacían furor: “uri, uri, ura…” y “en el portalín de piedra estaba María y José, estaba María llorando, estaba nervioso José…” Navidad visitando a los pobres de la parroquia con regalos y comida para así su soledad acompañar…;

Hace 36 años me fui a África…, pero yo…, yo no sé pregonar…

Allí, en África, descubrí que la Navidad no son luces de colores, ni árboles de Navidad…; allá, sin villancicos ni reclamos publicitarios por Navidad… sin mazapanes ni turrones… pero hay Navidad; en África no nieva…, no; hace calor, mucho calor por Navidad. En mi África no es costumbre la cena de Noche buena y menos aún el reveillón…, tampoco hay lotería del Niño ni se canta el gordo de Navidad… ¡Cómo recuerdo aquella mi primera Navidad en África en una lejana capilla donde después de celebrar el misterio de un Niño Dios nacido a las afueras, cené solo, con gran emoción, una lata de sardinas que llevaba en mi zurrón…! No…, en África no se estila nuestra forma de hacer Navidad…// Lo único que añoro en África son los Reyes Magos que nunca van…, y me temo nunca llegarán… ¡Qué pena que mis niños de África no sueñen con Reyes Magos… por Navidad…! Al rey Baltasar le pregunto cada año, tú que eres negro, ¿por qué olvidáis mis niños negros…, sin pasar? Y rezo con fuerza, ¡venid Reyes Magos, venid… que miles de niños negros y buenos, con grandes ojazos blancos, esperándoos están…!

Y cada año constato que la Navidad no es un veinticinco de diciembre… ¡Todos los días, en África, son Navidad…! ¡Todo en África nos habla de una eterna Navidad! La gente, cual belén viviente, por caminos de tierra roja y polvo avanza día a día no obstante su pesar… Unos sufren…, otros gozan…, hay quien llora… hay quien grita… y aquel que no puede más…; los hay que danzan… los hay en duelo… y otros ríen sin parar… Todos sin saberlo buscando van… Como figuras vivientes de barro caminan sin parar… Allí la mujer con su mandioca en la cabeza, erguida al andar…, un joven desde su quiosco contempla los niños danzar…, allá, hombres de piel curtida por el sol caminan hacia su huerto trabajar…, ancianos desdentados sentados frente a su hogar, viendo pasar las motos que como taxis van…, en cada concesión niños jugando a saltar…, una niña llevando a su hermanito pequeño detrás… Todos, cual figuras de barro vivientes, aún sin saberlo…, todos caminan hacia el portal… Cada uno su camino, cada cual su cantar…, pero todos en la misma dirección sin saberlo van a adorar. Y todos te regalan una sincera sonrisa si les saludas al pasar… Cada cual con cada cual, cada quien con cada quien haciendo camino al andar… Todos van buscando…, figuras de arco iris sin igual, en ese gran Belén que es la humanidad… Y al caer la tarde, cansados… a los pies del recién nacido, van sus cuerpos reposar, que esa es su forma de adorar. No tienen oro, ni plata, ni regalos para dar…, pero su cansancio se convierte en ofrenda difícil de igualar. Tienen hambre de comida y sed de verdad… hambre de justicia y de paz…, hambre de amor y también de dignidad. No…, en mi África la gente no pone belenes de barro y cartón, ni buey ni burra en el portal… Que son ellos, mi gente…, ese gran Belén viviente, no decorado, que cada día me encuentro al pasar… Yo, figurita de ese Belén, con ellos me uno adorar.

Van buscando al que ha nacido, tienen hambre de pan y verdad… / A tientas caminan, muchas veces en la oscuridad… / A tientas yo con ellos camino improvisando a veces un cantar… / La alegría en su corazón es la estrella que les guía… y nos dicta dónde andar / Alegría pues al Rey de los cielos van a adorar… / Cual pastorcillos…, con gallinas, mandioca, cacahuetes, bananas… y leña van… / Avanzan siempre pues al Niño quieren a adorar… Como los Reyes Magos sus presentes aportarán; no oro, ni incienso, ni mirra… No… Sus presentes son sus simples y duras vidas, todas ellas al Rey celestial ofrecerán. Y cada vida es preciosa ofrenda que al Niño Dios agradará… Y viéndolos María y José adorar… de sus labios una complaciente sonrisa escapará.

¡Ay, cuando estoy fuera de África, cómo añoro esta mi otra Navidad…!, sin luces, ni decorados, ni reclamos publicitarios de efímera felicidad… Ahora comprendo que Navidad es la vida de mi gente que busca la Luz en medio de tanta oscuridad… Hoy, perdido en la ciudad que me vio crecer, yo también busco y busco a ese Niño pequeño para adorar, mientras luces, escaparates y altavoces me insinúan… ¡Aquí no hay Niño que adorar!

Cuando era niño, en cada Navidad, siempre había algún gamberro que robaba al Niño del parque de Antonio Machado por Navidad… Hoy que soy grande, me gustaría gritar: ¡Que nos han robado al Niño una vez más…! Lo han cambiado por un frondoso abeto de colores y luces artificiales…, lo han suplantado por Papá Noel… Nos quieren vender toda clase de productos para colmar nuestra felicidad… Pero la ternura del Niño ¿quién nos la dará…?, el amor de ese Niño Dios ¿quién lo podrá suplantar…?; su luz maravillosa, no artificial, ¿quién podrá iluminar…?

Amigos, alerta, que nos están robando al Niño con ese consumo desenfrenado donde los pobres -como antaño el de niño de Belén- se quedan siempre a las afueras de la ciudad… “Amigos, despertad…, que nos están robando al Niño… por Navidad…

Amigos, es urgente reaccionar pues están matando al Niño…, por Navidad; los están matando a miles en la franja de Gaza…; los dejan morir de hambre a decenas de miles en África…; permiten que se ahoguen con sus padres en alta mar… No lo saben que Dios se hace Niño en el emigrante, en el refugiado, en el pobre y en el que no puede más… Como antaño en Belén, hoy dicen: “no hay sitio para vosotros… iros a otro sitio pues con nosotros no podéis habitar…” Amigos, hermanos… ¡qué tragedia! como Herodes en otro tiempo, hoy en 2023, están…; estamos… matando al Niño… por Navidad.

Es como si este mundo loco de luces de colores efímeras y girando borracho repleto de sí mismo dijera: ¡No, no vengas Niño a la tierra pues no tienes nada que dar…! Estamos tan llenos de nosotros mismos…, tan satisfechos… ¿qué nos puede un Niño dar? No, no vengas por Navidad.

Amigos, hermanos… despertémonos, unámonos, al Niño hay que salvar… ¡reinventemos la Navidad!

Saint d’Exuperi, el autor de “El principito”, decía que “todas las personas mayores fuimos al principio niños, aunque pocos lo recordamos”. Hermanos, amigos, recuperemos al Niño que llevamos dentro… ahora que es Navidad.

Sí, Navidad es ternura de Dios hacia la humanidad.
Navidad es abrazo al abuelo… Navidad es caricia al niño…
Navidad es sonrisa abierta…
Navidad es mirar con amor a los ojos del extranjero y del pobre…, sin juzgar…
Navidad es visitar al enfermo y al que está solo…
Navidad es pedir perdón…; y al hermano abrazar…
Navidad es contemplar al recién nacido y elevar los ojos al cielo…
Navidad es acompañar un trozo del camino de aquel que no puede más…
Navidad es salir del confort de tu casa para acompañar a la familia que lo está pasando mal…
Navidad es denunciar este mundo injusto y comprometerse por otro más igual…
Navidad es entrar en el templo de tu corazón… y allí a Dios adorar…
Navidad es regalo… TODO UN DIOS QUE SE DA.

Permitidme que os cuente un cuento de Navidad para acabar.

“Se estaba acercando la Navidad en nuestro pueblo…

Una de las grandes jugueterías se había surtido generosamente a fin de satisfacer todos los requerimientos de sus clientes… En las estanterías podían verse de todo. Armamentos de plástico y hojalata con banderas extrañas a nuestro pueblo para defenderse del enemigo, decían…; había también monstruos de pésimo gusto televisivo. Por supuesto, había también muchas otras cosas bonitas y dignas de ser obsequiadas en la alegría navideña.

Entre estas se encontraba un precioso osito de peluche, de gran tamaño. Realmente era bonito. Parecía transmitir cariño, y sus ojitos pequeños y brillantes le daban una extraña vida que cautivaba a quienes quisieran mirarlo con interés. Era un juguete valioso, y por tanto nada barato. Y Peluche lo sabía. Sin delirios de grandeza, él se sentía entre lo mejor que se podía conseguir en aquel lugar.

Justamente ése era su drama. Porque los que tenían suficiente dinero como para comprarlo, no tenían niños a quienes obsequiarlos. Y los que tenían muchos niños carecían de dinero.

El ser valioso era la causa de sus problemas. Porque a medida que se acercaba la Nochebuena, Peluche veía cómo las estanterías se iban vaciando de juguetes, mientras que él continuaba siendo admirado, pero sin que nadie se decidiera a adquirirlo para alegría de un niño.

La ansiedad que había ido creciendo con las horas se le transformó en angustia, cuando vio que el dueño de la juguetería bajaba lentamente las pesadas cortinas metálicas de aquella juguetería. Luego se apagaron las luces y dentro reinó el silencio. De afuera, en cambio, llegaba todo el bullicioso festejo navideño.

En la oscuridad, a Peluche le entraron ganas de llorar. Se dio cuenta que pasaría la primera Navidad de su vida de la manera más triste que se podía imaginar. Solo y sin nadie con quien compartir todo eso valioso que sentía poseer. Lo que más le dolía era saber que se había quedado solo justamente por ser valioso. Si hubiera sido barato ya estaría en manos de alguien, compartiendo la fiesta, aunque más no fuera que por unas horas.

De repente se sobresaltó. Creyendo soñar, vio que la sala se iluminaba con una luz suave y bella. Y sus ojitos brillaron de estupor cuando vio al mismísimo Jesús, que había entrado en la juguetería con una gran bolsa en la mano. Había venido a buscar juguetes a fin de distribuirlos él también. Porque tienen que saber que aquí, a los chicos ricos son sus padres quienes les traen regalos. Mientras que a los pobres, se los manda Dios.

Peluche tuvo la certeza de que esta vez alguien se lo llevaría con él para ser la alegría de un chico. Este Señor tenía muchos niños, y además era suficientemente rico como para pagar su precio y adquirirlo. Esperó, por tanto, con ansiedad, que se le acercara.

Cuando estuvo delante, el Señor lo miró -como nunca nadie antes lo había mirado- y le dirigió la palabra con toda naturalidad:

– Peluche, ¿quieres acompañarme esta Nochebuena para repartir regalos a los chicos pobres del barrio?

Y como la palabra del Señor es poderosa y da vida a todo aquel a quien se dirige, Peluche sintió que un extraño temblor se apoderaba de todo su cuerpo. Saltó de la estantería y dando cuatro vueltas de carnero en el piso se puso a bailar lleno de alegría. De no haber sido de peluche hubiera hecho un ruido infernal. Pero nadie sintió nada. Sobre todo, porque todos estaban ocupadísimos, celebrando la Navidad. Tan entretenidos estaban en ello que ni siquiera vieron a Jesús con la bolsa al hombro y con Peluche de la mano, caminando por sus calles rumbo a la salida. Hubo quienes al verlo desde atrás pensaron que se trataba de un vagabundo, acompañado de su perrito. Es tan fácil confundir al Señor con un pobre cualquiera… ¡y más en Navidad!

Cuando ganaron las afueras del pueblo, Peluche quedó extasiado. Vio por primera vez la noche de los campos. El cielo estaba que hervía de estrellas. A lo lejos los perros y los gallos indicaban donde vivían los pobres.

– ¡Qué hermosa es la noche!, exclamó Peluche.

– Sobre todo, si vas de mi mano, le dijo Jesús.

Y así fueron visitando las casas de las afueras. Cuando se acercaban a una casa pobre, les salían al encuentro los perros. Los perros de los pobres no ladran. Van derecho al bulto. Pero cuando descubrían que era Jesús quien venía, inmediatamente se abuenaban.

Y mientras el Señor los acariciaba para entretenerlos, Peluche sacaba de la bolsa un regalo, y entrando sigilosamente por la ventana abierta lo dejaba al lado de los niños dormidos.

Y todavía se quedaba un ratito para mirarlos sonreír en sueños. Como sucede en Navidad.

Y así se fue gastando la noche. Cuando ya quería ir saliendo el lucero, Jesús le dijo a Peluche:

– Mira, ahora vamos todavía a visitar la casa de Doña Matilde. El mejor de los regalos tiene que ser para su nietita, que está enferma.

Y nuevamente, mientras el Señor se entretenía con los perros de Doña Matilde, Peluche buscó en la bolsa el regalo mejor. Pero descubrió con sorpresa que ya no había más regalos. Estaba completamente vacía. Y perplejo se lo dijo a Jesús. Pero éste, guiñándole un ojo, como quien ya sabía el asunto, le dijo:

– Haz como yo¡Regálate tú mismo!

Nota: Nunca se supo en la barriada cómo hizo Doña Matilde para conseguir a su nietita un regalo tan hermoso. Y hasta hubo gente malintencionada que sospecho de ella… Son tan ladrones los pobres… Si te acercas, te roban el corazón.

Hermano…, hermana… Navidad eres tú… sé peluche… regálate.

Navidad soy yo…

No, yo no soy pregonero, no sé pregonar…, solo figura de barro y cartón que buscando al Niño camino hacia el portal…

Yo he encontrado al Niño; más bien, me he dejado encontrar… Este es mi pregón para dar: ¡Vamos juntos a adorar!

¡FELIZ NAVIDAD!

Fallece el P. Henry Oswaldo Dunn Álvarez

El Pasado 5 de enero falleció en San José, Costa Rica, el P. Henry Oswaldo Dunn Álvarez, a la edad de 46 años. Nacido el 20 de diciembre de 1977 en Limón (Costa Rica), hizo su noviciado en México, entre 2001 y 2003, haciendo sus primeros votos el 10 de mayo de ese año. Tras realizar los estudios de Teología en Kinshasa (República Democrática de Congo), fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 2007 y ese mismo año fue destinado a Brasil, donde trabajó nueve años. Desde 2017 estaba en su tierra natal, trabajando en la pastoral y la animación misionera. Descanse en paz.

Chad: «Ojalá que esta vez sea la buena»

Por: Hermano Enrico Gonzales, mccj
Desde Abeché (Chad)

La aprobación de una nueva Constitución y el nombramiento de un nuevo Primer Ministro, en la persona de un líder de la oposición, podrían ser “las dos novedades” que ha deparado al Chad el comienzo de 2024. Las tensiones en torno al retorno a un régimen civil democrático son elevadas. El país se enfrenta a una pobreza generalizada, a una economía muy debilitada por los bajos precios internacionales del petróleo y a insurgencias lideradas por rebeldes y terroristas en la cuenca del lago Chad.

Podríamos decir que la expectativa de cosas nuevas, compartida por la inmensa mayoría de la población chadiana, se materializó el 1 de enero con dos acontecimientos muy importantes y significativos en la vida política y social del país.

En primer lugar, la promulgación de la nueva Constitución, tras la celebración de un referéndum el 17 de diciembre, verificado por el Tribunal Supremo chadiano el 28 de diciembre. El resultado del ejercicio, aunque la oposición lo daba por descontado, demostró la resistencia del régimen de transición. Al acudir masivamente a las urnas (votó el 63% de las personas con derecho a voto), los chadianos dieron un paso importante hacia el retorno al poder civil. El “sí” ganó con una mayoría del 86%. La nueva Constitución prevé un Chad unitario pero muy descentralizado, con una mayor cooperación entre el Estado central y las autoridades locales.

También el primer día del año, el general Mahamat Idris Déby, presidente de la junta militar de transición e hijo del general Idriss Déby, que había llegado al poder en 1990 en un golpe de Estado contra el presidente Hissene Habré, pero fue asesinado en abril de 2021 durante una incursión rebelde, desencadenando una turbulenta sucesión en favor de su hijo, nombró primer ministro a Succès Masra, jefe del partido de la oposición “Los Transformadores”.

Ya una espina clavada en el costado de Déby padre, Succès Masra fue también un fuerte opositor de Déby hijo en los dos últimos años, hasta que en octubre de 2022 se vio obligado a huir a Camerún tras los feroces enfrentamientos entre el ejército y los manifestantes (murieron unos 50 opositores; pero algunos hablan de al menos 70). Durante el exilio de Masra, sus partidarios, si no fueron encarcelados, se vieron obligados a una semiclandestinidad que alimentó una represión feroz e implacable. Y todo esto ocurrió a pesar del cacareado proceso político del “diálogo nacional inclusivo”, fuertemente defendido por países como Qatar, con el fin de acercar al gobierno la plétora de movimientos de oposición, tanto civiles como militares. Sin embargo, el “diálogo inclusivo”, en opinión de los observadores más agudos de la realidad política chadiana, fue un paseíllo de personajes en busca de la aprobación del gobierno. No en vano, la delegación de la Iglesia católica denunció la instrumentalización política de este diálogo y abandonó los trabajos. Mientras tanto, también desde el extranjero, Succès Masra seguía denunciando las irregularidades y la instrumentalización del diálogo, que, según él, “no tiene nada de integrador”, juzgándolo como una hábil maniobra del régimen de transición para asegurarse el apoyo a su propia política. En realidad, el gobierno de transición siguió impertérrito su camino, mientras el país atravesaba (y sigue atravesando) una gravísima crisis, tanto económica como social.

Este estado de cosas duró hasta noviembre de 2023, cuando Succès Masra regresó del exilio, despertando grandes expectativas en la población, totalmente desencantada ante la inercia de un gobierno incapaz de hacer frente a las crisis que atenazaban al Chad.

Autor de grandes mítines, siempre rodeado de multitudes entusiastas, Succès Masra se ha mostrado extremadamente prudente, expresándose sólo en vísperas del referéndum por el “sí”, es decir, por la posición del gobierno.

Los resultados de este enfoque de Succès Masra, si por un lado pueden juzgarse positivamente -no hubo incidentes y la asistencia a sus mítines fue muy libre-, desde un punto de vista político no hicieron sino reforzar el liderazgo de la junta de transición. Su nombramiento como primer ministro, con la tarea de formar gobierno, puede considerarse una astuta jugada política de Mahamat Idris Déby. Es cierto que el presidente ha confiado un papel importante al antiguo opositor en el proceso político que culminará en las próximas elecciones presidenciales, pero Déby es muy consciente de que los retos a los que deberá enfrentarse el nuevo primer ministro son enormes, muy difíciles y tormentosos, y muy superiores a las capacidades de un nuevo equipo gubernamental que no cuenta con caras nuevas, ya que está formado por una escasa patrulla de exponentes del partido de los “Transformadores”.

El momento es complicado. Los profesores del sector público llevan meses en huelga por un severo recorte de sus salarios, y las escuelas y universidades están cerradas.Además, la crisis socioeconómica que aflige al país viene de lejos, agravada en los últimos meses por las guerras y golpes de Estado en los países vecinos, que han provocado una reconfiguración estratégica y geopolítica crítica en el Sahel, zona extremadamente vulnerable al terrorismo yihadista.

El chadiano medio soporta estoicamente el peso de la difícil situación: las familias sufren; escasean los medicamentos; hay una grave falta de combustible (siempre hay una larga cola de coches y motos en busca de gasolina detrás de nuestra casa); la economía nacional se encuentra en un estado deplorable. Ndjaména es hoy la ciudad más cara de África -con todo lo que ello significa- y el desempleo juvenil es dramáticamente alto, sin oportunidades reales de trabajo, mientras que el sistema educativo está en ruinas. La lista de problemas es larga, como larga es la paciencia de los chadianos que aspiran a una vida menos ardua que la actual.

Este es el Chad que Succès Masra está llamado a gestionar hoy, apelando a la buena voluntad y a la seriedad de intenciones de su gobierno.El país necesita urgentemente salir de una situación difícil. Por ello, es importante no juzgar precipitadamente lo que el nuevo primer ministro y su gobierno harán en los próximos meses.

De suma importancia fueron las palabras que los obispos católicos de Chad dirigieron a la población en su tradicional mensaje, titulado “Marchemos juntos por la justicia”, haciendo hincapié en la urgente necesidad de una política socioeconómica y cultural justa que tenga verdaderamente en cuenta el bien común, más allá de los particularismos que son siempre precursores de injusticia. Personalmente, creo que “lo nuevo” representado por Succès Masra tiene posibilidades de convertirse en una realidad cotidiana, si el nuevo gobierno es capaz de ponerse manos a la obra social del país con renovado compromiso y seriedad. De lo contrario, continuará la caótica situación actual, que el país no necesita en absoluto.


MENSAJE DE NAVIDAD DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHAD
«MARCHEMOS JUNTOS EN LA JUSTICIA»

1. En nuestro mensaje del año pasado, se nos invitaba a “caminar juntos en la verdad”, en el espíritu del Sínodo sobre la sinodalidad. Jesucristo, a quien celebramos en Navidad, es la Verdad encarnada (cf. Jn 14,6). Él nos sigue guiando para que caminemos en la verdad.

2. Este año, os exhortamos a “caminar juntos en la justicia”; sin ella, la paz social sólo sería una ilusión. La convivencia en nuestro país se ve a menudo socavada por la falta de justicia. Por eso, caminar juntos en la justicia nos compromete a dejarnos guiar por el Señor y a honrarle cumpliendo su santa voluntad. También exige una cultura de igualdad para todos y de respeto de los derechos humanos.

3. Por “justicia” entendemos el respeto de la dignidad humana, el reconocimiento de los derechos y libertades de los demás que garantizan una verdadera cohesión social, y la determinación constante y firme de dar a Dios y al prójimo lo que les corresponde. En la sociedad, justicia es también sinónimo de respeto y cumplimiento de la ley. La doctrina social de la Iglesia católica propugna la justicia social como búsqueda del bien común, es decir, la búsqueda de las condiciones que permitan a los hombres de la sociedad vivir en armonía unos con otros.

I. EN QUÉ CREEMOS: “LA JUSTICIA ES UNO DE LOS PILARES DE LA PAZ

“El amor y la verdad se encuentran, la justicia y la paz se abrazan; la verdad brotará de la tierra y la justicia del cielo (Sal 84,11-12).

Nuestro Dios es un Dios de justicia

4. El Dios revelado por Jesucristo es el Dios de la Justicia. “La justicia de Dios, como enseña la Escritura, es mucho más grande: no se dirige a condenar a los culpables, sino a salvarlos y devolverlos a la vida, para hacerlos justos: de injustos a justos”. (Papa Francisco, Ángelus del 8 de enero de 2023, § 2).

5. La justicia de Dios se cumple en la misericordia. Jesucristo, Verbo de Dios encarnado, no condena al pecador. Con sus acciones, muestra la misericordia de Dios perdonando a los pecadores, siguiendo el ejemplo de la adúltera (cf. Jn 8, 1-11). Dios no quiere que el pecador muera, sino que se convierta de sus caminos y viva (cf. Ez 18,21-23).

6. En su discurso de la Montaña, Jesús declara: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados (Mt 5,6). Es una invitación a todos los hombres a buscar la justicia y a practicarla. Estamos convencidos de que nuestro Dios es un Dios de justicia; quienes le temen y practican la justicia le son agradables. (cf. Hch 10,34-35). Justicia, misericordia y fidelidad.Éstas eran las cosas que había que practicar sin descuidar el resto, decía Jesús (Mt 23, 23).

7. La paz no puede reducirse sólo a la cuestión de la seguridad. La verdadera paz no puede construirse sin justicia, verdad, amor y libertad. “La justicia camina con la paz. Está en relación constante y dinámica con ella. La justicia y la paz trabajan por el bien de todas y cada una de las personas, por lo que requieren orden y verdad. Cuando uno está amenazado, ambos flaquean; cuando la justicia es ofendida, la paz misma está en peligro” (Papa Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, §1).

La justicia como valor universal

8. La justicia es una aspiración común a todos los pueblos. En una sociedad, a todos concierne su búsqueda y respeto. El desarrollo humano integral depende también de la realización de la justicia. De lo contrario, la injusticia dará lugar a la violencia, la falta de respeto por los derechos humanos, el odio, el desprecio y la revuelta.

II. LO QUE ENCONTRAMOS

Podemos comprar al débil por un poco de dinero, al necesitado por un par de sandalias (Am 8,6).

9. El profeta Amós denuncia la injusticia y los excesos sociales. Estas palabras siguen siendo actuales. En nuestra vida cotidiana, asistimos a la corrupción generalizada y a todas las injusticias que obstaculizan nuestra convivencia a varios niveles.

En el plano social

10. La inmensa mayoría de nuestros conciudadanos viven en la pobreza. Esta situación se debe en gran parte a las injusticias en materia de educación, sanidad y seguridad.

11. En el ámbito de la educación, muchos niños no tienen acceso a la escolarización. Algunos profesores no regresan a sus puestos. Desde la enseñanza básica hasta la superior, las condiciones de trabajo no siempre son decentes. Las huelgas paralizan nuestro sistema educativo año tras año. Como consecuencia, algunos niños se ven reducidos a ser pastores o sirvientes domésticos. Miles de jóvenes están expuestos al mercado de la trata de seres humanos o son presa de extremistas.

12. En el sector sanitario, se han creado algunos distritos sin una estructura adecuada ni personal cualificado. Como consecuencia, un gran número de pacientes huyen de los centros de salud y de los hospitales públicos por falta de atención adecuada y recurren a cuidados inadecuados.

13. En el ámbito de la seguridad, los agricultores de algunas zonas del país siguen siendo víctimas de secuestros para pedir rescate, robo de ganado, masacres e intimidaciones. Desgraciadamente, estas injusticias se cometen a veces con pleno conocimiento de los responsables de garantizar la seguridad de las personas y sus bienes.

En el ámbito económico

14. El sistema económico de nuestro país crea riqueza para una minoría y empobrece aún más a la mayoría. El precio de los alimentos básicos ha subido considerablemente. El precio del combustible ha subido y ni siquiera se puede encontrar en algunas estaciones. Muchos jóvenes no tienen acceso a un trabajo bien remunerado. Los recursos petroleros no tienen un impacto real en la vida de la gente. Los delitos económicos menores se castigan, mientras que los delitos mayores suelen quedar impunes. Deploramos la indiferencia, la impotencia y la falta de voluntad de algunas autoridades para encontrar soluciones.

En el ámbito medioambiental

15. Nuestra tierra clama por el daño que le estamos causando con el uso irresponsable y el abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido creyéndonos sus dueños y señores, con derecho a explotarla. La violencia del corazón humano, herido por el pecado, se manifiesta también en los síntomas de enfermedad que observamos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivos. Por eso nuestra tierra oprimida y devastada se encuentra entre las más abandonadas y maltratadas de los pobres” (Papa Francisco, Laudato si’, n. 2).

16. A partir de esta observación del Papa Francisco, comprendemos que existe una estrecha relación entre la injusticia social y la injusticia medioambiental. Lo que hacemos hoy es una grave injusticia para la creación y para las generaciones futuras. La deforestación, el acaparamiento de tierras, la contaminación y la sobreexplotación del suelo son las causas del cambio climático, que amenaza el medio ambiente. Sus consecuencias son inundaciones recurrentes, sequías, enfermedades epidémicas, vientos violentos, etc.

En el plano político y administrativo

17. En nuestro país, la oposición democrática lucha por existir. Algunos líderes políticos que se atreven a organizarse y expresarse de forma diferente sobre la situación política son amordazados, tratados como rebeldes, conducidos al exilio y amenazados de muerte. El derecho a manifestarse, garantizado por la Carta de la Transición, se niega a veces a ciertos grupos. Otros líderes políticos, por miedo a las represalias y por falta de medios para sobrevivir, se ven obligados a comprometerse.

18. La organización partidista de la administración excluye las competencias. ¿De qué sirve gastar miles de millones en formar gestores y técnicos si no se les valora? Los nombramientos para altos cargos de la administración, que deberían respetar los criterios de competencia e inclusividad, se están convirtiendo en una práctica de clientelismo y nepotismo. Como consecuencia de estas injusticias, la cuestión de la forma del Estado ha resurgido en las conclusiones del Diálogo Nacional Soberano Inclusivo (DNIS).

En el plano cultural y religioso

19. La diversidad cultural y religiosa, que debería ser fuente de riqueza, se manipula a veces para dividir, socavando así la unidad nacional. La exclusión ha frustrado y costado la vida a muchos conciudadanos. La práctica de la diya, impuesta a quienes no se identifican con ella, persiste en detrimento del respeto de la diversidad cultural y de las leyes nacionales.

En el ámbito judicial

20. En los tribunales, la gente odia a quien le recuerda la ley y aborrece a quien dice la verdad (Am 5,10). En Chad, las autoridades proclaman la justicia para todos y afirman que nadie está por encima de la ley; sin embargo, la realidad es bien distinta. La justicia se convierte a veces en una pesadilla, tanto para los justiciables como para el poder judicial. Además de esta disfunción, la huelga de magistrados paraliza el sistema judicial y penaliza a las personas cuyos casos están pendientes de evacuación.

III.LO QUE PROPONEMOS: “ATREVAMOS A PRACTICAR LA JUSTICIA

“Hombre, has sido hecho para saber lo que es bueno, lo que el Señor exige de ti: nada más que hacer lo que es justo, amar lo que es fiel y caminar con tu Dios (Mi 6,8)

21. La condición sine qua non para caminar juntos es la justicia. “No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia con iniquidad” (Papa Francisco, Discurso a los Jueces Panamericanos, § 5, 4 de junio de 2019). Fortalecidos por esta convicción, los obispos del Chad deseamos interpelar la conciencia de cada uno para crear nuevos comportamientos que nos ayuden a caminar juntos hacia una paz duradera.

A las Instituciones de la Transición

22. El objetivo de la Transición es restablecer el orden constitucional. Por ello, pedimos a los poderes públicos que trabajen para consolidar el Estado de Derecho y garantizar la justicia social. Es su responsabilidad promover un Estado democrático a través de elecciones creíbles, libres y transparentes.

23. Os invitamos a respetar la independencia de los Poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y sus respectivas competencias, para que las instituciones del Estado no sean sólo instrumentos para “evitar las malas prácticas, sino para fomentar las buenas prácticas, para estimular la creatividad que busca nuevos caminos y para facilitar las iniciativas personales y colectivas” (Laudato si’, n. 177).

A las autoridades judiciales

24. Una de las causas del mal funcionamiento del poder judicial es la injerencia del ejecutivo en las decisiones judiciales. Somos conscientes del peligro que se cierne sobre vosotros como garantes de la aplicación de las leyes y de los derechos y libertades de nuestros conciudadanos. “Vuestra misión, noble y seria, os exige consagraros al servicio de la justicia y del bien común, con la llamada constante a velar por el respeto y la garantía de los derechos de las personas, especialmente de las más vulnerables” (Papa Francisco, Discurso a los Jueces Panamericanos, § 1, 4 de junio de 2019). Nunca perdáis la honestidad ante presiones sociales y políticas como abusos de poder, intentos de corrupción, difamación… Sed siempre protagonistas en la transformación de un sistema judicial basado en el respeto a la dignidad humana.

A los actores políticos

25. Estáis en política para defender los intereses de los ciudadanos. Apelamos a vuestra conciencia para promover mejores condiciones de vida para la población. Os recordamos que en la carrera por el poder, el fin no siempre justifica los medios.

26. Mientras escribimos este mensaje, asistimos a una gran movilización para la votación del referéndum. En relación con los plazos electorales, expresamos nuestra preocupación por la ambigüedad creada en torno al órgano gestor de las consultas electorales, como es el caso del actual Referéndum. No podemos ser juez y parte. Que la tentación de tomar o conservar el poder no sea una excusa para continuar con ciertas prácticas del pasado (cf. Mensaje de Navidad 2022, nº 18). Pedimos también que la multiplicidad de partidos políticos no acentúe la división en el seno del pueblo, sino que anime a la convivencia mediante comportamientos justos y fraternos.

A las Fuerzas de Defensa y Seguridad

27. Saludamos vuestra vocación de defensa del país. Esto os compromete a permanecer al servicio de vuestros compatriotas. Con este fin se os forma y se os equipa con los medios del país. Os animamos a defender y respetar la vida de las personas y sus bienes (cf. Lc 3, 14).

A los actores de la sociedad civil

28. La sociedad civil, como los demás actores, no está exenta de prácticas injustas como la corrupción, la segregación, la exclusión, el favoritismo y el nepotismo. No olvidéis que vuestro papel es defender los derechos humanos y las libertades fundamentales, y promover la solidaridad entre los ciudadanos. Os pedimos que trabajéis por la sinergia de acción para crear cohesión social y luchar contra la injusticia.

A la comunidad internacional

29. En su misión de promover la solidaridad y la paz entre los pueblos, les pedimos que colaboren con el Chad en el desafío de la justicia. Esto significa escuchar la voz del pueblo y tener el valor de denunciar los abusos que sufre. La lucha contra el terrorismo y la inmigración no deben servir de excusa para ignorar el sufrimiento del pueblo chadiano. El respeto a la vida de las personas y la autonomía del pueblo son condiciones para el desarrollo de un Estado de derecho, capaz de participar en la construcción del mundo.

A los jóvenes

30. Queridos jóvenes, no podemos permanecer indiferentes ante las diversas formas de injusticia que sufrís. Os invitamos a perseverar en la promoción de la justicia para construir una nueva nación en la que sea bueno vivir. No os dejéis manipular, cultivad en vosotros el espíritu crítico. Sed lúcidos y responsables en vuestras decisiones, porque el presente y el futuro de este país os pertenecen.

A los líderes religiosos

31. Somos conscientes de nuestra responsabilidad de promover la justicia y la paz. En efecto, el Dios vivo en el que creemos es un Dios de justicia y de paz. Todos somos criaturas de Dios y creer en Él implica amar a los demás. Esto debe llevarnos a predicar el amor, la solidaridad y la fraternidad. Seamos testigos del Dios creador que cuida de todos los seres humanos.

A los fieles cristianos

32. Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo (Mt 5,13-14). Como cristianos, tenemos la grave responsabilidad de ser verdaderos artesanos de justicia y de paz, para que nuestra vida sea un ejemplo para nuestros conciudadanos.

¡Que la Virgen María, Reina de la Justicia, interceda por nuestro país, el Chad!

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2024!

Edmond DJITANGAR GOETBE, Arzobispo de N’Djamena, presidente de la CET
Miguel Ángel SEBASTIÁN, obispo de Sarh
Rosario Pio RAMOLO, obispo de Goré
Joachim KOURALEYO TAROUNGA, obispo de Moundou
Martin WAÏNGUE BANI, obispo de Doba
Nicolas NADJI BAB, obispo de Laï
Philippe ABBO CHEN, vicario apostólico de Mongo
Dominique TINOUDJI, obispo de Pala
Samuel MBAÏRABE TIBINGAR, obispo de Koumra

Es Epifanía

Texto y fotos: Hna. Cecilia Sierra, smc
Desde Belén de Judá

“..Vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”, habrán dicho los sabios de oriente a María y José al ver al bebé Jesus.

Ver, venir y adorar…tres verbos que denotan acción, que involucran y comprometen. La vieron surgir…. se pusieron en movimiento, adentrándose en lo desconocido, y se postraron en adoración.
Me llama la atención el verbo “adorar”. Significa entregarse con todo, alma vida y corazón. Significa también orar, elevar el alma a Dios, rendirse, abrirse a respirar por los labios el aliento divino… a eso venimos a Belén, en la fiesta de la Epifanía. “Que te adoren, Señor, todos los pueblos” cantamos en el salmo responsorial.

“Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron”, dice el evangelio. Yo también me incliné, conscientemente en ese lugar, en actitud de adoración. Sí. Sí. Alegres de corazón, llenas de esperanza venimos hacia Belén para ver a Jesús. Vengan, adoremos… que sepa el mundo entero que Dios llegó. El camino a Belén desde Jerusalén es largo, pasamos dos checkpoints, luego, subimos, luego bajamos, y subir otras montañas… Belén esta situada entre pequeñas colinas, con callecillas y callejones estrechos y retorcidos, subidas y bajadas. Siempre tomamos un camino diferente, pero llegamos siempre al Santuario de la Natividad, en el corazón de Belén. Belén, tierra de Judá… “de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Había mucha gente a la entrada de la pequeña gruta, sobretodo ortodoxos, es la víspera de la Navidad para ellos. Mientras esperábamos contemplamos la bella Iglesia, los iconos maravillosos con escenas de la natividad y la vida de Jesús colgados, llenando palmo a palmo las paredes. Antiguos y bellos, la belleza de María, su dulzura y ternura al contemplar a su hijo elevan alma y espíritu. Conecta con lo divino que la envuelve.

Un grupo de monjes y curas ortodoxos limpiaban el recinto, otros adornaban con iconos, lámparas, luces y tapetes. Una imagen del niño Jesús se encuentra en el lugar donde según la tradición lo pusieron envuelto en pañales. Aquí abrió sus ojos por primera vez, aquí los brazos de María lo arrullaron, aquí se escuchó el canto de paz de los ángeles. Sobre este lugar se posó la estrella.

Hoy hace 60 años Pablo VI visitó Belén. Primera vez que un papa vino a estas tierras, y suplicó por la paz. En la explanada, fuera, al final de la misa en un cartel enorme esta escrito, Palestina dio al mundo a Jesús, ahora el mundo dé a Palestina la paz. Y decimos, amén, para eso venimos, a adorarlo y como los sabios de oriente anunciarlo a las gentes. Es Epifanía.