Archives 2024

Gracias y bendiciones del Corazón Traspasado

San Daniel Comboni y el S. Corazón de Jesús (VIII)

Unas palabras de S. Daniel Comboni

“… del seno misterioso de este divino Corazón traspasado brotarán torrentes de gracias y ríos de celestes bendiciones sobre este gran pueblo de África Central que nos es tan dilecto…” (Escritos de San Daniel Comboni, 3330)

En los días que corren, hoy a muchos de nuestros contemporáneos les resulta muy difícil entender el lenguaje que habla de gracia, de poder recibir algo sin haber pagado un precio. Vivimos en una sociedad en donde hay que competir y sobresalir, estar por encima de los demás. La exaltación del poder y del tener condiciona la vida de muchas personas que tienen que hacer enormes sacrificios para poder estar en la cima o simplemente sobrevivir.

Vivir gratuitamente, ofreciendo la propia vida y recibiendo el don de los demás es algo que nos parece imposible y nos convierte en personas desconfiadas, cerradas en sí mismas y, al mismo tiempo, necesitadas de relaciones, de afectos y de ternura. Y, en profundo de nuestro corazón escuchamos la voz que nos dice que hemos venido a este mundo para darnos, para ser con los demás.

Las gracias y bendiciones que san Daniel Comboni veía brotar del Corazón de Jesús no eran más que la expresión de un amor incondicional por aquellos pueblos de África que se convirtieron en su pasión y en el único motivo de su existencia y la razón que lo movió para vivir entregado a los demás.

Qué bueno sería que aprendiéramos un poquito de ese Corazón abierto de Jesús que sigue derramando gracias y bendiciones sobre cada uno de nosotros. Eso nos ayudaría, seguramente, a vivir dándonos sin medida a los demás.

Reflexiono

¿Siento que las gracias y bendiciones de Dios se están manifestando en mi vida?
¿Cómo manifiesto mi apertura a los demás o vivo en la desconfianza y en temor a quienes están cerca de mí?
¿En qué reconozco las gracias y bendiciones de Dios en lo cotidiano de mis días?

Hago una oración

Te agradezco Señor por el don incondicional del amor que brota continuamente de tu costado abierto. Gracias porque me bendices a diario con la gracia de tu amor que se convierte en vida, en salud, en capacidad de contribuir en la creación de un mundo mejor. Gracias por tantas bendiciones con las cuales me cubres a diario y me permites ser gracia y bendición para las personas que me rodean. Qué tu corazón sea fuente perenne de bendiciones.

P. Enrique Sánchez, mccj

El Corazón de Cristo como fuente de un amor apostólico radical

Por: Fr. Louis Okot, mccj

En la mañana de mi partida de mi pueblo en julio de 1997 a Kenia y luego a Perú, mi primera misión, mi abuela, Tafeng Amafile, me tomó en su regazo, puso su mano sobre mi pecho (corazón) y me bendijo con estas palabras, “que tu corazón sea pacífico y bondadoso… (isiarah taji nohoi he liha – lengua lopit)” y luego molió carbón con sus dientes y escupió sobre mi cabeza y pecho (corazón) diciéndome “ve en paz y trabaja bien en tu misión”. Supe y comprendí que estas bendiciones salían del corazón de una mujer que gasta su vida por el bien de los demás.

El Sagrado Corazón de Jesús está bien demostrado en lo que Jesús dice y hace. Es un Corazón que pone las cosas patas arriba, y esto causó escándalo tanto a los de fuera como a sus seguidores. Declaró una tierra nueva para los pobres y desfavorecidos. Dichosos vosotros los pobres: vuestro es el Reino de Dios (Lc 6, 20.21.24.25; Mt 5, 3.6). Dichosos los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacíficos: serán llamados hijos de Dios. El que quiera hacerse grande entre vosotros debe ser vuestro servidor. Ama a tu enemigo y reza por los que te persiguen (Mt 20, 25-26; 23, 29-36; 5, 5.9.38-44; 23, 4; Lc 10, 29-37).

¿Y qué hace Jesús? Para Jesús no hay nada más importante que estar presente donde hay un paralítico para rehabilitarlo, un leproso para reintegrarlo en la sociedad, un sordo o un ciego para curarlo (Mt 8, 1-17; Mc 5, 23.36). Parece que no tiene nada que hacer. Estaba tan inmerso con los pobres hasta el punto de que se lo reprocharon. “Está mal de la cabeza”, le decían (Mc 3,21; Jn 10,20). De hecho, ni siquiera tuvo tiempo de comer (Mc 6,31; 3,20). Más que predicar con palabras, Jesús nos revela con su comportamiento cómo es el reino de Dios (Lc 24,19). Dios seca personalmente las lágrimas de los que sufren (Lc 7,13), destruye las causas del llanto, se queja, devuelve la vida a los muertos y nos invita a unirnos a esta tarea (Lc 8,50; 12,13-15; 7,14; 8,54; 9,57-62 Jn 11,33-34).

P. Okot Ochermoi Louis Tony, en Chorillos (Perú). P. Okot es un misionero comboniano de Sudán del Sur. Hoy presta servicio en la parroquia St. Lucy en Newark, Nueva Jersey (EE.UU.).

A partir de aquí, presento algunos de los cambios fundamentales en la escala de valores: Aspirar siempre a una justicia superior y no justificarse (Mt 5,20). Los bienes materiales tienen valor si sirven a la humanidad (Lc 12, 15). Y trabajar por la civilización de “nosotros”. La tierra nueva hacia la que Jesús nos pide caminar, no debe ser la civilización del “yo”, sino una civilización del “nosotros” (Mt 6, 9-13). Y, por último, una jerarquía no de dominio, sino de servidores (Mt 9,36; 20,25; Lc 22,25; Mc 10,43-44).

Todo esto me ayuda a comprender que el Sagrado Corazón de Jesús es la fuente excesiva de la vocación misionera y evangelizadora de San Daniel Comboni. Este Sagrado Corazón de Jesús suscitó en muchos santos una profunda experiencia de “permanecer en” Jesús (Jn 15,4) y de ser enviados por Él al servicio de los pobres y de los más abandonados (Jn 20,21; 21,6.15-17.19; Mt 4,18-22).

Comboni, poco a poco, se fue centrando en Jesús. Alimentó su vocación misionera a través de los que permanecieron en Jesús y de su visita a Tierra Santa; Santa Margarita María Alacoque fue una de las principales. Durante su beatificación se inspiró para escribir su “Plan de la Regeneración de África”. Creía firmemente que este Corazón también latía por África. Por eso, para él, ser misionero es predicar a Cristo y el amor incondicional de Dios por la humanidad, especialmente por los más abandonados. Este Corazón apasionado es el centro de su pasión apostólica de construir la “tierra nueva” – “Reino de Dios”. Comboni, en vida y ahora, invita a sus seguidores a fijar la mirada en Jesucristo amándolo tiernamente. Podemos comprender por qué el Sagrado Corazón de Jesús es importante para todo misionero comboniano. De este Corazón sacamos la energía y el espíritu del profetismo radical, haciendo causa común con los más abandonados, defendiendo y trabajando por el cuidado de la casa común y la pasión por la misión por la que vivimos y trabajamos.

Corazón abierto de Jesús

San Daniel Comboni y el S. Corazón de Jesús (VII)

Unas palabras de S. Daniel Comboni

Este corazón divino, que toleró ser atravesado por la lanza enemiga para derramar por esa sagrada abertura los Sacramentos con los que formó la Iglesia, de ningún modo ha dejado de amar a los hombres, sino que vive  permanentemente en nuestros altares, prisionero de amor y víctima propiciatoria por todo el mundo”. (Escritos de San Daniel Comboni, 3324)

Ese Corazón abierto fue el espacio en donde San Daniel Comboni soñó que todos los pueblos de África podrían encontrar un lugar para hacer la experiencia del amor de Dios y ser reconocidos como hijos suyos. El Corazón abierto, atravesado, significa el Amor que se entrega y que se derrama sobre todas la personas, también hoy  en nuestro mundo.

En tiempos de Comboni, los más abandonados eran los pueblos de África. Hoy esa realidad la tenemos cerca, en nuestros pueblos y ciudades, en la persona de tantos hermanos nuestros que son marginados, olvidados y tratados como desechos. Y el Corazón de Jesús sigue estando abierto para que todos encontremos cariño y ternura, reconocimiento y respeto.

Jesús, con su Corazón abierto, “de ningún modo ha dejado de amar a los hombres” y nos sigue invitando a hacer la experiencia de su amor a través de los sacramentos de la Iglesia y por medio del testimonio de tantos misioneros que anuncian la Palabra como buena noticia que cambia el mundo.

Ese Corazón abierto vive en los altares de nuestras Iglesias y en los altares que son cada uno de nuestros hermanos, cuando aprendemos a reconocerlos como sacramentos de la presencia de Dios entre nosotros y cuando intentamos respetarlos por la dignidad que les corresponde como hijos del mismo Padre.

Reflexiono

¿Cómo vivo y siento el amor del Corazón de Jesús en los pequeños detalles de mi vida?
¿Me doy la oportunidad de acercarme a los sacramentos reconociendo que son fuente de gracia y de amor ?
¿Sé agradecer el amor que Jesús me ofrece gratuitamente, sin darme ni pedirme explicaciones? (me ama como soy y tolera que atraviese su corazón)

Hago una oración

Sagrado Corazón de Jesús, dame un corazón agradecido, que sepa reconocerte y apreciar tantas bendiciones con la que me cobijas a diario. Dame la alegría de saber confiar en ti. Haz que nada ni nadie me detenga para abandonarme a ti. Que no sea indiferente ante el sufrimiento de mis hermanos, porque en ellos me llamas a amarte a ti. Ayúdame a reconocerte en todos los sacramentos de la vida y concédeme ser instrumento de tu amor.

P. Enrique Sánchez, mccj

Sagrado Corazón de Jesús y conversión

San Daniel Comboni y el S. Corazón de Jesús (VI)

Unas palabras de S. Daniel Comboni

El 14 de Septiembre hago la solemne consagración de todo el Vicariato al Sagrado Corazón de Jesús, del  cual  espero la conversión de todos”. (Escritos de San Daniel Comboni, 3343)

Convertirse significa darle un giro a nuestra vida que nos reoriente y dirija nuestros pasos hacia lo bello, lo noble y lo santo que sólo podemos encontrar en Dios. Comboni consagró su Vicariato, su misión y el mismo al Corazón de Jesús porque se dio cuenta que sólo el Amor es capaz de cambiarlo todo. Sólo quien ama está en condiciones de reconocer a Dios, que es amor.

Convertirse quiere decir también volver a lo auténtico y verdadero de nuestras vidas, es darnos la oportunidad de reconocer nuestro origen como algo que ha salido extraordinariamente bien de las manos de Dios. Convertirse es volver a Dios para apreciar mejor quienes somos y  el valor que tiene nuestra existencia. Convertirse es poner  a Dios en el centro de todos nuestros anhelos, sueños y esperanzas, es poder descubrirnos que somos los más amados por un Padre que no se cansa de buscarnos.

El Sagrado Corazón, como expresión profunda del Amor de Dios, es el único que nos puede mover a la conversión, porque no son las leyes, las normas éticas o morales o los mandamientos los que pueden cambiar el corazón humano, sólo el Amor mueve al cambio, sólo el amor nos hace personas nuevas, sólo el amor es digno de confianza, sólo el Amor, con mayúscula, es capaz de mover nuestros pequeños amores.

Reflexiono

¿Hay algo en mi vida que necesito cambiar, algo que me invita a cambiar de dirección?
¿En dónde mi corazón está más duro y resistente para dejarse amar?
¿Anhelo la presencia de Dios en mi vida, me dejo interpelar por su amor?
¿Vivo mi vocación misionera (como consagrado o laico) como una invitación a dar testimonio del amor que descubro en el Sagrado Corazón?

Hago una oración

Sagrado Corazón de Jesús  abre nuestros corazones a la gracia de tu amor.
Que tu amor nos empuje cada día más a salir de nuestros egoísmos y nos impulse a salir de nosotros mismos como servidores tuyos. Que sea tu amor el que nos mueva a entregarnos a los más pobres y necesitados. Que tu amor nos mueva a la conversión para que testigos tuyos y nunca seamos indiferentes ante el dolor de nuestros hermanos. Que tu amor se convierta en la alegría de nuestras vidas.

P. Enrique Sánchez, mccj

Primavera vocacional: Esperanza y reto para nuestro instituto

A pesar de las dificultades, muchos jóvenes siguen respondiendo a la llamada del Señor. El pasado mes de mayo medio centenar de novicios consagraron su vida a las misiones en el Instituto de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús. De ellos 42 proceden del continente africano, siete de América y dos de Asia. Es una cifra que supera a la del año pasado, que alienta nuestra esperanza y que supone un gran reto para nuestro instituto (en la foto, profesión religiosa en el noviciado de Namugongo, Uganda, el pasado 11 de mayo).

Si el año pasado hablábamos de cifra récord al ser 50 novicios lo que habían hecho sus primeros votos, este año hemos superado esa cifra. Este 2024 han sido 51 los jóvenes que se han consagrado a la misión en el seno de nuestro Instituto. De ellos, la gran mayoría proceden del continente africano, que se confirma año tras año como el continente que más vocaciones está dando a la vida religiosa.

Las primeras profesiones tuvieron lugar el sábado 4 de mayo en Manila, Filipinas, sede del noviciado de Asia. Allí los jóvenes Hoang Van Viet Phap Joseph y Tran Dinh Phuc Joseph, ambos vietnamitas, hicieron sus primeros votos. El sábado siguiente, 11 de mayo, fue el turno de los novicios de Namugongo, en Uganda, y de Xochimilco, en México. En el noviciado ugandés profesaron en total 23 novicios, siendo el grupo más numeroso este año. De ellos, cinco son ugandeses, cinco de Malaui, cuatro de Kenia, tres de Etiopía, otros tres de Sudán del Sur, uno de Zambia y uno de Sudán. En México profesaron ese mismo día cinco novicios mexicanos, uno de Perú y uno de Colombia.

Los siete novicios que profesaron el pasado 11 de mayo en Xochimilco, México.

Al día siguiente, domingo 12 de mayo, profesaron los novicios de Isiro, en República Democrática del Congo. Fueron un total de 14: cinco de Togo, cinco de la República Democrática del Congo, dos de Benín, uno de Ghana y uno de la República Centroafricana. Y finalmente, el 25 de mayo, hicieron sus votos los cinco novicios de Nampula, en Mozambique; todos ellos mozambiqueños.

Estas cifras, que superan en uno las del año anterior, suponen un gran reto para nuestro instituto, no sólo por la cantidad, sino también por la necesidad de ofrecer una formación teológica y religiosa de calidad. De los 51 neoprofesos, 46 son candidatos al sacerdocio y cinco candidatos a hermanos. Todos ellos continuarán su formación en los diferentes centros internacionales que los Misioneros Combonianos tienen distribuidos por todo el mundo.

El próximo mes de julio se reunirán en Roma unos sesenta misioneros combonianos implicados en la formación de base a todos los niveles, desde la promoción vocacional a los escolaticados y centros internacionales de hermanos, pasando por los postulantados y noviciados. Con motivo de esta Asamblea General de la Formación, el P. José de Jesús Villaseñor Gálvez, Secretario general de la formación, ha escrito una carta en la que invita a todo el Instituto -y no sólo a las provincias que tienen vocaciones- a «un discernimiento serio y profundo en el acompañamiento de los jóvenes para que la Misión sea el sentido de su vida en vista de una consagración ad vitam». Es necesario contar con promotores vocacionales y formadores disponibles y preparados para este servicio tan delicado, porque en ello nos estamos jugando nuestro futuro.


Oración por las misiones y las vocaciones

¡Oh Padre!, tú quieres que todos los pueblos alcancen la salvación; despierta, pues, en todo creyente un nuevo fervor misionero, para que Cristo sea testimoniado y anunciado a los que aún no le conocen.
Por intercesión de San Daniel Comboni sostén y alienta a los misioneros en su obra evangelizadora y sigue suscitando nuevas vocaciones para las misiones.
Virgen María, Reina de los Apóstoles, que has ofrecido el Verbo encarnado al mundo, dirige la humanidad hacia Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todo viviente, y haz de nosotros unos fervientes colaboradores suyos.
Por Cristo nuestro Señor. Amen.

Mensaje 110ª Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado: Unámonos por quienes tuvieron que abandonar su tierra buscando dignidad, hagamos “sínodo” juntos.

En el mediodía de hoy 3 de junio en la Sala de Prensa de la Santa Sede se presentó el Mensaje del Papa Francisco por la 110ª. Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que se celebrará el 29 de septiembre de 2024.

Virginia Bonard – Adn CELAM

Con el título “Dios camina con su pueblo” este mensaje nos deja varias ideas-núcleo:

  • redescubrimiento de la naturaleza itinerante del pueblo de Dios; en la actualidad;
  • “una imagen viva del pueblo de Dios en camino hacia la patria eterna”;
  • los migrantes huyen de la opresión y el camino “en sus viajes de esperanza” está plagado de obstáculos;
  • “Dios, compañero de viaje”;
  • el encuentro con cada migrante es un encuentro con Cristo.

Dios: sinodal y compañero

Este mensaje nos expone al viaje de todo ser humano en su paso por la tierra, espejando el éxodo bíblico, de la esclavitud a la libertad. En uno de sus párrafos surge Dios como el gran compañero de camino: “Muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación. Se encomiendan a Él antes de partir y a Él acuden en situaciones de necesidad. En Él buscan consuelo en los momentos de desesperación. Gracias a Él, hay buenos samaritanos en el camino. A Él, en la oración, confían sus esperanzas. Imaginemos cuántas biblias, evangelios, libros de oraciones y rosarios acompañan a los emigrantes en sus viajes a través de desiertos, ríos y mares, y de las fronteras de todos los continentes”.

Dios con, Dios en

No solo es una cuestión de preposiciones sino de presencias que pueden cambiar tantas historias concretas: “Dios no sólo camina con su pueblo, sino también en su pueblo, en el sentido de que se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia ―especialmente con los últimos, los pobres, los marginados―, como prolongación del misterio de la Encarnación”.

Al encuentro del Señor

“Cada encuentro, a lo largo del camino, es una oportunidad para encontrar al Señor; y es una oportunidad cargada de salvación, porque en la hermana o en el hermano que necesitan nuestra ayuda, está presente Jesús. En este sentido, los pobres nos salvan, porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”.

Presentaron el Mensaje el cardenal Michael Czerny, S.J., prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Hna. Patricia Murray, I.B.V.M., secretaria ejecutiva de la UISG y delegada ante la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos; Blessing Okoedion, sobreviviente de la trata, mediadora cultural, Presidenta de Tejedoras de Esperanza; y Emanuele Selleri, director ejecutivo de ASCS – Agencia Scalabriniana de Cooperación al Desarrollo. Fueron coordinados por la Dra. Cristiane Murray, vicedirectora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Texto completo del Mensaje: AQUÍ