Comienza el XVI Encuentro de Pastoral Afroamericana y caribeña (EPA) en Luján, Argentina
El XVI Encuentro de la Pastoral Afroamericana y Caribeña (EPA) comenzó este 4 de noviembre en la arquidiócesis de Mercedes- Luján, casa de la Patrona de Argentina. Durante cuatro días más de 150 representantes de las pastorales afroamericanas y caribeñas, compartirán trabajos y actividades en torno a lema: “Manuel de la Virgen de Luján: rostro afro del pueblo peregrino”, recordando a Manuel de los Ríos, más conocido como el ‘Negro Manuel’, un esclavo que se convirtió en el primer cuidador y devoto de la imagen original de la Virgen de Luján. (Foto: adn-Celam)
Por: Micaela Alejandra Díaz, adn-Celam
“¿Qué sería de Luján sin el negro?”: Mons. Jorge Scheinig resalta la figura del esclavo Manuel en la Eucaristía de apertura del EPA 16
La Basílica de Nuestra Señora de Luján se llenó de música, color, alegría y danza durante la Eucaristía de apertura del XVI Encuentro de la Pastoral Afroamericana y Caribeña (EPA 16), presidida por monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján.
En una celebración festiva, marcada por la espiritualidad popular, el prelado invitó a los participantes a contemplar con detenimiento el Evangelio y el misterio pascual, recordando que “Jesús revoluciona la vinculación, la relación entre Dios y nosotros y entre nosotros”.
En su homilía, el obispo Scheinig resaltó que el cristianismo es “heredero de la relación de las relaciones”. “Cuando Dios se relaciona con nosotros, con las personas, cuando la divinidad entra en relación con lo humano, lo humano queda sanado, queda afianzado y queda promovido”.
El Dios que sana, libera y promueve
El arzobispo subrayó que “los místicos, los de la tradición y los de la vida cotidiana, se dan cuenta de esto”, y evocó con especial cariño la figura del Negro Manuel, a quien definió como “un místico, un hombre que se dio cuenta del misterio de Dios y de lo humano”.
“Él experimentó en su carne un Dios que lo sanó y lo liberó”, dijo. Según la tradición, recordó el obispo, el Negro Manuel, esclavo de origen africano, expresó con plena libertad: ‘Yo soy de la Virgen no más. No necesito ser comprado. No le pertenezco a nadie, le pertenezco a la Virgen’.
Mons. Scheinig dijo que el Negro Manuel “vivió al lado de la Virgen y estuvo largo tiempo al servicio de ella”, y que su fe no se redujo a una experiencia personal, sino que “la transmitió, no se la guardó”. “Nos cuenta la historia que cuando los enfermos se acercaban, él agarraba el aceite de las velas y los ungía”, relató. “Ungió a un sacerdote que se convirtió en el primer capellán porque alcanzó la salud. Este hombre sanado y liberado entendió que su vida también era para sanar y liberar.”
Religiosidad popular que se hace universal
El arzobispo recordó que el Papa Francisco “venía a esta casa” y “quería a la Virgen de Luján en su corazón”. En Luján, afirmó, el Papa “experimentó la fuerza de esa religiosidad popular, de esa mística popular”, una experiencia que luego “universalizó”.
“Lo que experimentó aquí, en América Latina, lo hizo universal. El patrimonio de esta tierra lo universalizó”, dijo, y añadió que “es una de las gracias enormes de un papado latinoamericano que continúa en el Papa León”.
Mencionó también el reciente avance en el proceso de canonización del Negro Manuel: “Hace poquito Roma, el Dicasterio de los Santos, validó toda la documentación que llevamos el año pasado, y entonces ya entra en proceso, y ojalá que rápido”.
“¿Qué sería de Luján sin el negro?”
Mons. Scheinig lanzó una de las frases más recordadas de su homilía: “Muchas veces me he preguntado —por supuesto que es una pregunta imposible de responder—, pero me he preguntado: ¿qué sería de Luján sin el negro?”. Y añadió: “Posiblemente la Virgen se hubiera manifestado de otro modo, pero el negro le dio a esta experiencia de mística popular una originalidad. Porque fue activo, no fue pasivo”.
El prelado aseguró que “un pobre, una persona sencilla, un negro esclavo puede ser un místico con autoridad para hablar de Dios y del hombre”, y que su figura demuestra que “una persona humilde tiene autoridad para mostrarnos la fuerza de esa relación de ese vínculo”.
Mons. Scheinig propuso dos características que deben inspirar la pastoral afroamericana y caribeña: la cercanía y la inclusión activa. “No hay experiencia religiosa, no hay experiencia humana sin cercanía”, afirmó. “Dios se hizo cercano. Nosotros necesitamos hacernos cercanos. El Negro Manuel era un hombre cercano, que acercaba, no impedía, sino que facilitaba la cercanía”. Recordó que la pastoral debe acercarse “a los pobres, a los humildes, a los sencillos, a los esclavos, a los marginados, a las periferias existenciales y geográficas”.
En cuanto a la inclusión, pidió superar la pasividad: “No alcanza con abrir las puertas o dejar que las personas entren. La inclusión es activa. Un hombre esclavo, afro, era un hombre que sanaba, ungía. No era un hombre sin voz, ni un hombre al costado. Era un hombre activo, protagonista de la salvación y de la historia.”
“La pastoral afroamericana necesita ponerse en clave de cercanía e inclusión activa”
Hacia el final, el arzobispo invitó a los participantes del XVI Encuentro a dejarse inspirar por la Virgen de Luján y el Negro Manuel: “Les propongo que le pidamos a la Virgen y al Señor que estos días sean de mucha inspiración, que el diálogo entre ustedes, el encuentro, los momentos de reflexión, de oración, de comida, sean días de encuentro profundo”.
Y concluyó su homilía pidiendo vivir estos días “haciendo la experiencia activa de estar a los pies de la cruz como místicos, como personas que se dejan inspirar por el misterio pascual, el misterio de la cercanía y de la inclusión”.
“Los invito entonces a pedirle al Señor esta gracia, por medio de la Virgen de Luján y de su negro esclavo Manuel”, alentó Mons. Jorge Eduardo Scheinig.
