Concluyó el XVII Congreso Nacional Misionero (CONAMI)
Texto: P. Ismael Piñón López, mccj
Fotos: OMPE y Misioneros Combonianos
Ayer domingo, 9 de noviembre concluyó el XVII Congreso Nacional Misionero (CONAMI), organizado por las Obras Misioneras Pontificio Episcopales de México (OMPE) en colaboración con las de la Arquidiócesis de Puebla. Durante cuatro días los congresistas participaron de las conferencias, los testimonios misioneros y las celebraciones que, bajo el lema “Discípulos Misioneros: Peregrinos de Esperanza, Artesanos de Paz”, invitaron a vivir la Misión como esencia de la vocación cristiana de la Iglesia en México. (En la foto, los miembros de la Familia Comboniana que participaron en el congreso).
El XVII Congreso Nacional Misionero de México, celebrado del 6 al 9 de noviembre en el Centro Expositor de Puebla, acogió a varios miles de participantes procedentes de toda la república mexicana. Se trata de un encuentro que se celebra cada cinco años, desde que en 1942 tuviera lugar el primero en Guadalajara, Jalisco. Estos encuentros nacionales de México fueron los que dieron origen a los encuentros continentales, conocidos primero como COMLA (Congreso Misionero Latinoamericano) y luego CAM (Congreso Americano Misionero).

Tras los discursos pronunciados por el arzobispo de Puebla, Mons. Víctor Sánchez Espinosa, Mons. Roberto Domínguez Couttolenc, arzobispo de Tulancingo y responsable de la Dimensión Episcopal para la Pastoral de la Misión de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y el P. Antonio de Jesús Mascorro Tristán, director nacional de las OMPE, se dio inicio oficialmente al congreso, que acogió con alegría un mensaje del papa León XIV enviado expresamente para la ocasión.

Ponencias
La primera ponencia corrió a cargo del Doctor Rodrigo Guerra López, Secretario del Pontificio Consejo para América Latina, bajo el título de “La Misión de hoy, a la luz y con la fuerza de la historia”. El Dr. Guerra afirmó que la Misión no se basa en conceptos teológicos, sino en hechos reales que acontecieron en la historia y que marcaron a la humanidad y a la Iglesia. El Dr. Guerra hizo alusión a acontecimientos históricos como la encarnación de Jesús, las apariciones de la Virgen de Guadalupe, la III Asamblea General del Episcopado Latinoamericano y el Sínodo de la sinodalidad.
El segundo día inició con la ponencia del P. Fernando Sedano López, doctor en liturgia, quien presentó el tema “Discípulos misioneros desde el dinamismo de la iniciación cristiana”. Para el Dr. Fernando, no somos cristiano por los sacramentos que hemos recibido (Bautismo, Confirmación y Eucaristía). Somos cristianos cuando acogemos y hacemos nuestra la buena noticia del Evangelio. En el momento que asumimos esa buena nueva, los sacramentos hacen de nosotros discípulos y, por ello, misioneros.

La tercera conferencia fue impartida por el P. Mario Ángel Flores Ramos, rector de la Universidad Lumen Gentium de la arquidiócesis de México con el título “De los signos de los tiempos a los signos de esperanza”. El P. Mario Ángel recordó que la evangelización se realiza siempre como una respuesta a las circunstancias concretas de la realidad en la que vivimos.
La cuarta conferencia, bajo el título “El discípulo misionero, artesano de paz”, corrió a cargo del P. Arturo González González, jesuita, presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Ibero de Puebla, acompañante de madres buscadoras de desparecidos y de comunidades que luchan por defender sus tierras frente a las compañías mineras, y enlace estatal de la Red Nacional por la Paz, movimiento que surgió a raíz del asesinato de los jesuitas en la Tarahumara. El P. Arturo afirmó que artesano de paz es quien trabaja por construir y promover acciones que lleven a la paz; que da su aporte a la solución de los conflictos de manera no violenta; que fomenta la reconciliación y la armonía entre las personas y las comunidades con miras a reconstruir el tejido social caminando con los involucrados; y que no olvida el camino de acceso a la justicia, porque la justicia es hermana de la paz.

El tercer día comenzó con la conferencia de Mons. Héctor Mario Pérez Villareal, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, titulada “Discípulos misioneros peregrinos en el mundo”. Para él, el gran reto que se nos presenta es cómo ser discípulos hoy, en el mundo actual, e insistió en que nuestra vida de discípulos comienza en Jesús, no en nosotros mismos. El primer paso que tenemos que dar es escucharlo y experimentarlo en nuestras vidas.
La última ponencia corrió a cargo del P. Álvaro Lozano Platonoff, vicario de pastoral de la arquidiócesis de México, quien presentó a María de Guadalupe como peregrina de esperanza y artesana de paz, como una madre que sale al encuentro del más pobre para enviarlo, como hizo con Juan Diego. María escoge al más pequeño, lo reconoce en su dignidad y lo envía a transmitir su mensaje.
Testimonios

Los momentos más esperados y más importantes del congreso fueron los de los testimonios misioneros. En la mañana del segundo día las hermanas Elva y Brenda Carrete Guillén –hermanas de sangre– compartieron su vocación y su trabajo como misioneras laicas asociadas a los Misioneros de Guadalupe (MG). Las dos, hijas únicas de una familia cristiana en la que vieron nacer y florecer su vocación misionera, se encuentran actualmente trabajando en la región tarahumara. Como confesó Elva, sus padres les dieron las bases y las raíces de su vocación cristiana y misionera, pero les dieron también las alas para volar. Elva trabajó como misionera en Guatemala y su hermana Brenda en la misión de Mozambique. «No sabemos cuánto logramos hacer en ellos, –confesó Brenda– pero sí sentimos lo que ellos logran hacer en nuestras vidas. El misionero no va a enseñar, sino a compartir la vida con los hermanos».

En la mañana del tercer día, el P. Víctor Alejandro Mejía, misionero comboniano que está celebrando sus 25 años de sacerdocio, compartió un hermoso testimonio de su trabajo misionero en Asia, especialmente en China. A través de la historia de En Hui, una joven con parálisis cerebral, llegó al corazón de todos los participantes mostrando cómo Dios se hace presente especialmente en los momentos más difíciles y ante las dificultades que parecen insalvables. Su hermoso testimonio abrió las puertas a un mundo tan desconocido como el asiático, a donde –recordó– el cristianismo llegó 200 años antes que a México. El P. Víctor terminó su testimonio diciendo que más allá de las fronteras, el protagonista de la misión es el Espíritu Santo.

La hna. Judith Genoveva Rosales Jiménez, misionera xaveriana, concluyó el ciclo de testimonios compartiendo su vocación y experiencia misionera en Camerún y Chad, donde trabajó en el mundo sanitario y en las OMP, particularmente con jóvenes y niños de la infancia misionera.
El congreso concluyó el domingo 9 con una peregrinación desde la catedral de Puebla hasta el Centro Expositor. Allí se celebró la Misa de clausura, presidida por Mons. Joseph Spiteri, Nuncio Apostólico en México. Durante la misa se hizo el rito de envío de los misioneros que partirán a la misión y de todos los congresistas, para que sean misioneros de esperanza y artesanos de paz en sus lugares de origen. Al final de la celebración se anunció la sede del próximo CONAMI, que será en Tlalnepantla en 2030.

Compromisos adquiridos en el XVII CONAMI
Estos fueron los compromisos adquiridos por los congresistas:
- Formar comunidades misioneras organizadas
- Integrar la dimensión misionera en toda la formación cristiana
- Ser artesanos de paz desde la familia, en la sociedad y hasta los confines de la tierra
- Conocer, promover y participar en las OMPE de México
