Encuentro de superiores de circunscripciones combonianas de América-Asia

La tierra de nuestra Señora de Guadalupe, México, nos ha dado la bienvenida, una vez más, a los superiores de provincias y delegaciones combonianas de América-Asia, del 6 al 9 de mayo de 2025, en Xochimilco. Nos acompañó el P. David Domingues, Vicario General y referente del Consejo General para las circunscripciones de América-Asia. La comunidad de la casa provincial de Xochimilco nos recibió con esmero y amistad. Al estar cercanos al noviciado, los provinciales reunidos compartimos con la comunidad religiosa y los novicios, la Eucaristía, la cena y un momento de recreación.

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Nuestros días de encuentro iniciaron con un espacio de formación y reflexión sobre el Corazón de Jesús, y el corazón humano, guiado por el P. Víctor Alejandro Mejía, quien da su servicio de animador misionero, en el noviciado continental. Nos motivó el pensar en el Corazón de Cristo, y en su plan de amor, que tanto nos amó, para salvarnos, y nos invita a responder con amor y gratitud, en nuestra vida misionera, comunitaria, en la iglesia y el día a día.

En los encuentro más fuertes de estos días, conversamos sobre el secretariado de la Misión, en los sectores de la Animación Misionera y de las opciones fundamentales de nuestras presencias, en las pastorales Afro, Indígena y las periferias. Se nos presentó el plan de trabajo, guiados por el encuentro continental de Animación Misionera, que se efectuó en diciembre pasado, en Costa Rica.

Otra temática muy importante fue el camino de la formación en el Instituto y en nuestro continente. Nos sentimos cercanos a todos los que dan su servicio en nuestras casas de formación, especialmente el noviciado continental de Xochimilco, el de Filipinas y los teologados de San Pablo, Lima, Chicago y el CIF de Bogotá.

Y por lo especial de este año 2025, nos enfocamos en el trabajo solicitado por la Dirección General, en preparación de la Inter Capitular, que tendrá lugar el mes de septiembre. Tomando las Actas Capitulares y nuestro Plan Sexenal Continental, nos abocamos a tomar cada una de sus prioridades y sueños, para que también nosotros soñáramos y hagámoslos realidad. Nuestra situación continental América-Asia es muy variada; y aunque la mayoría de los países tenemos una historia y cultura bastante parecidas, en la totalidad, nos encontramos con que soñar juntos no es fácil, pero nos alegramos del trabajo realizado.

Debido a cuestiones migratorias, el Hno. Abel Dimanche, del CIF de Bogotá y referente continental, no pudo participar, pero se unió un momento por medio del zoom, y nos comunicó el caminar de los Hermanos en el Continente. Otro momento importante para la iglesia y el mundo, al cual nos unimos, fue la noticia del humo blanco en la chimenea de la capilla Sixtina, anunciando el esperado “Habemus Papam”. Como tantos miles, nos alegramos al ir conociendo poco a poco, la vida Cardenal Robert Francis Prevost, misionero, religioso, “estadounidense-peruano” que hoy llamamos León XIV.

La comunidad de la casa provincial nos llenó de atenciones, y también por eso nos sentimos acompañados con su servicio y oraciones, en la esperanza de seguir adelante. Experimentamos esa bondad de Dios para con nuestro continente a través, de la celebración eucarística del sábado 10 de mayo, para la Primera Profesión Religiosa de 5 jóvenes de nuestro continente: 1 de México, 2 del Perú, 1 del Ecuador y 1 de Guatemala. Apreciar la gracia de Dios en ellos, en su camino formativo fue el mejor modo de concluir estos días de encuentro. Todos estos días los vivimos con intensidad, en oración, en celebrar la comunidad, en sentirnos unidos a San Daniel Comboni y tantos misioneros que han pasado dejando huella nuestro continente.

Profesión religiosa en el noviciado de América

El sábado 10 de mayo cinco novicios combonianos pertenecientes a las provincias de América hicieron sus primeros votos en la sede del noviciado continental de Xochimilco, en Ciudad de México. Se trata de Carlos Ulises García Lemus, de México; Víctor Pamal Cojolón, de Guatemala, Zaí Manuel Zagarra Morán y Luis Felipe Quispe Altamirano, de Perú, y Ronald Omar Litardo Chocho, de Ecuador. Estuvieron acompañados por varios miembros de la familia comboniana: combonianos, combonianas y Laicos Misioneros Combonianos; por amigos y familiares y por un nutrido grupo de fieles de Xochimilco. También estuvieron presentes los provinciales y delegados de las circunscripciones de América y Asia, así como el P. David Costa Domingues, vicario general de los combonianos, que se habían reunido los días anteriores para compartir las realidades de sus diferentes provincias y preparar juntos la asamblea intercapitular de los combonianos, que tendrá lugar en Roma el próximo mes de septiembre.

La misa tuvo un sentido aire latinoamericano con cantos y danzas durante el inicio y la entronización de la Palabra de Dios. Estuvo presidida por el P. Rafael Güitrón, provincial de México, quien pidió al inicio una oración particular por Sudán y Sudán del Sur, que están atravesando momentos difíciles a causa de la guerra. La homilía fue pronunciada por el P. Juan Diego Calderón, provincial de Centroamérica. El P. Juan Diego invitó a los novicios a hacerse la pregunta ¿qué debo hacer?, a ejemplo de Abraham cuando Dios le pidió salir de su tierra (primera lectura) y del joven rico que pregunta a Jesús qué debe hacer para ganar la vida eterna (evangelio).

Una vez hechos los votos, cada uno de ellos recibió la Regla de Vida del Instituto, como faro que les indicará el camino de su vida consagrada; la cruz oficial del instituto, como signo de su pertenencia y su consagración a Cristo; y un ejemplar del código deontológico de los Misioneros Combonianos, el cual firmaron como signo de su compromiso a vivir de manera transparente y responsable su consagración.

Los cinco nuevos profesos combonianos continuarán su formación comboniana en diversos centros internacionales: Carlos Ulises en Nairobi (Kenia), Víctor Pamal y Luis Felipe Quispe en Kinshasa (R.D. del Congo), Omar Litardo en Ecuador y Zai Manuel Zagarra en Nápoles (Italia).

El 10 de mayo se celebra tradicionalmente en México el Día de la Madre, por lo que durante la misa también hubo una oración especial por todas las madres del mundo, especialmente por aquellas que sufren por sus hijos y por las que ya no están con nosotros.

El Papa León XIV, un misionero agustino

El cardenal Robert Francis Prevost, nacido en Estados Unidos, fue elegido el 8 de mayo de 2025 como el 267.º papa de la Iglesia Católica. Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost es el primer pontífice estadounidense en la historia de la Iglesia y el primero en tener doble nacionalidad: estadounidense y peruana, ya que residió más de 30 años en Perú y se naturalizó peruano. Ha elegido como nombre León XIV. (Foto: Vatican media live).

Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en la ciudad estadounidense de Chicago. Hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y Mildred Martínez, descendiente de españoles y franceses asentados en Nueva Orleans, en el siglo XIX.​

Realizó su formación secundaria en el Seminario Menor de los Agustinos, donde se graduó en 1973. El 1 de septiembre de 1977 ingresó en el noviciado de la Orden de San Agustín de la Provincia Agustiniana de «Nuestra Señora del Buen Consejo» en San Luis. Realizó su primera profesión de votos religiosos el 2 de septiembre de 1978, y la profesión solemne el 29 de agosto de 1981. Su ordenación sacerdotal fue el 19 de junio de 1982, en Roma, a manos del arzobispo Jean Jadot. En 1977 obtuvo en la Universidad Villanova el grado en Ciencias Matemáticas, junto con una especialización en Filosofía. Al año siguiente obtuvo una maestría en Divinidad en la Unión Teológica Católica de Chicago. Mientras estuvo allí enseñó matemáticas en el Mendel Catholic High School, y trabajó ocasionalmente como profesor de física suplente en la escuela secundaria St. Rita of Cascia.​

Posteriormente se trasladó a Roma para proseguir sus estudios en Derecho canónico en la Universidad Angelicum, donde obtuvo la licenciatura en 1984, y se doctoró con mención «magna cum laude» gracias a la tesis El rol del prior local de la Orden de San Agustín (1987). Habla inglés, español, italiano, francés, portugués y lee en latín y alemán.​

Tras su ordenación fue destinado a trabajar en la misión de Chulucanas, en Perú (1985-1986), siendo vicario parroquial de la Catedral y canciller de la diócesis.​

Entre 1987 y 1988 fue promotor de la pastoral vocacional en Estados Unidos y director de misiones de la Provincia Agustiniana «Nuestra Señora del Buen Consejo» en Olympia Fields. Además, se dedicó a conseguir fondos económicos para las misiones de su provincia, en especial para la misión de Chulucanas.

A su regreso a Perú en 1988 fue enviado a la misión de Trujillo para ser el director del proyecto de formación común de los aspirantes agustinos de los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí se desempeñó como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998).

En la arquidiócesis de Trujillo prestó servicio como vicario judicial (1989-1998) y profesor de Derecho canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor; también ejerció como director de estudios del mencionado centro de formación sacerdotal, y fue rector encargado durante un año.

Fue fundador de la parroquia Nuestra Señora de Monserrat (1992-1999) y de la Capilla Nuestra Señora, Madre de la Iglesia (Parroquia Santa Rita de Cascia), entre 1988 y 1999. En 1998 fue elegido prior provincial de su Provincia «Nuestra Señora del Buen Consejo» (Chicago), para asumir el cargo en marzo de 1999.

En 2001 el Capítulo General Ordinario lo eligió como prior general. Fue elegido para un segundo mandato de seis años en 2007. Fue moderador del Instituto «Augustinianum» y responsable de las relaciones de su Orden con los dicasterios vaticanos.

De 2013 a 2014 fue director de formación en el Convento de San Agustín en Chicago, así como primer consejero y vicario provincial de la Provincia de «Nuestra Madre del Buen Consejo».

El 3 de noviembre de 2014 el papa Francisco lo nombró obispo titular de Sufar y administrador apostólico de Chiclayo.​ El 7 de noviembre siguiente tomó posesión canónica de la Sede ante la presencia del entonces nuncio apostólico en Perú, James Patrick Green, y del Colegio de Consultores. Fue consagrado el 12 de diciembre del mismo año en la Catedral de Chiclayo, a manos del arzobispo James Patrick Green. El 26 de septiembre de 2015 el papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo y ese mismo año obtuvo la nacionalidad peruana. El 13 de julio de 2019, fue nombrado miembro de la Congregación para el Clero.

El 15 de abril de 2020 fue nombrado administrador apostólico sede vacante del Callao, cargo que ocupó hasta el 26 de mayo de 2021. El 21 de noviembre de 2020 el papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación para los Obispos.​

Desde marzo de 2018 hasta enero de 2023 fue vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana, siendo también parte del consejo permanente, así como presidente de la Comisión de Educación y Cultura. También fue miembro del consejo económico y miembro de la dirección de Cáritas Perú.

El 30 de enero de 2023 el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, elevándolo a la vez a la dignidad de arzobispo ad personam.​

El 7 de febrero de 2023 fue nombrado miembro de la Sección para la primera evangelización y las nuevas Iglesias particulares del Dicasterio para la Evangelización, y de los dicasterios para la Doctrina de la Fe, para las Iglesias Orientales, para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y para la Cultura y la Educación. El 25 de abril de 2023 fue nombrado miembro del Dicasterio para los Textos Legislativos, ad quinquennium et durante munere.​

Fue nombrado cardenal por el papa Francisco durante el consistorio del 30 de septiembre de 2023, con el titulus de cardenal diácono de Santa Mónica.​

El 4 de octubre de 2023 fue nombrado miembro de la Sección para la primera evangelización y las nuevas Iglesias particulares del Dicasterio para la Evangelización, de los dicasterios para la Doctrina de la Fe, para las Iglesias Orientales, para el Clero, para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, para la Cultura y la Educación, para los Textos Legislativos y de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano.​

El 6 de febrero de 2025 fue promovido a la orden de los obispos del Colegio Cardenalicio, asignándole la sede suburbicaria de Albano.​

El 8 de mayo de 2025 el cónclave, integrado por 133 cardenales, alcanzó el consenso necesario en la cuarta votación, celebrada durante el segundo día de deliberaciones. A las 18:08 (hora local de Roma), la tradicional fumata blanca se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo la elección de un nuevo papa. Se convirtió en el primer papa perteneciente a la Orden de San Agustín en la historia de la Iglesia y el primero con la nacionalidad peruana y estadounidense.

En su primer discurso desde la Plaza de San Pedro, León XIV expresó su gratitud por el legado del papa Francisco e hizo un llamado a la paz, la unidad y la justicia. Habló en italiano y español, dirigiéndose especialmente a la comunidad latinoamericana y a su antigua diócesis en Perú .

P. Aarón Cendejas, 50 años al servicio de la misión

El pasado 27 de abril, segundo Domingo de Pascua, el P. Aarón Cendejas, misionero comboniano, presidió una misa de acción de gracias en su Morelia natal para celebrar los 50 años de sacerdocio. Estuvo acompañado por un buen número de feligreses de la parroquia, su familia y varios combonianos que quisieron acompañarlo en un día tan especial.

El P. Aarón Cendejas, en el centro, acompañado por varios sacerdotes combonianos de la Provincia de México

Como misionero comboniano, el P. Aarón inició su formación en los años 60 en el seminario de Sahuayo, Michoacán, dejando su ciudad natal, Morelia. En 1969 hizo sus primeros votos y el 10 de octubre de 1974 profesó perpetuamente, para luego ser ordenado sacerdote el 27 de abril de 1975. Actualmente sae encuentra trabajando entre los turkana, uno de los pueblos de Kenia, país al que ha dedicado más de 25 años de su vida. Siente que su corazón ha echado raíces entre aquellas personas que se han convertido en su segunda familia. 

Su trabajo misionero se desarrolla a través de la presencia y el acompañamiento de quienes se van acercando poco a poco al Evangelio, y que hoy dan origen a las primeras pequeñas comunidades cristianas. La catequesis y la celebración de los sacramentos son algunas de las ocupaciones que llenan sus jornadas. 

A lo largo de estos 50 años de vida sacerdotal y misionera, el padre Aarón también ha colaborado con otras actividades de los combonianos en México. Durante varios años trabajó en la redacción de Esquila Misional y Aguiluchos, y compartió su experiencia misionera desde la comunidad de Sahuayo al visitar a grupos. 

A través de su camino misionero, el padre Aarón siempre ha sido acompañado por su familia, que demostró un cariño muy especial por las misiones. 

Ataque a un hospital de MSF en Sudán del Sur

El hospital de MSF (Médicos Sin Fronteras) de Old Fangak, en Sudán del Sur, fue bombardeado en la madrugada del 3 de mayo. Como consecuencia del ataque la farmacia del hospital y algunas otras instalaciones quedaron completamente destruídas. La ONG Médicos Sin Fronteras ha condenado enérgicamente el ataque afirmando que “Los hospitales no deben ser nunca un objetivo y debe protegerse población civil, pacientes y personal sanitario”.

Texto y fotos: MSF

Condenamos enérgicamente el bombardeo deliberado de nuestro hospital en Old Fangak, Sudán del Sur. El ataque comenzó sobre las 4:30 h. de esta madrugada, cuando dos helicópteros de combate lanzaron primero una bomba contra la farmacia del hospital, que quedó totalmente calcinada, y luego dispararon durante una media hora contra la ciudad de Old Fangak. Hacia las 7 de la mañana, un avión no tripulado bombardeó el mercado de Old Fangak. Hay al menos siete muertos y 20 heridos.

Nuestro coordinador general en Sudán del Sur, Mamman Mustapha, ha declarado:

“A las 8 de la mañana recibimos en nuestro hospital de Old Fangak unos 20 heridoscuatro de ellos en estado crítico. Hay informes de más víctimas mortales y heridos en la comunidad. Un paciente y dos cuidadores, entre ellos uno de nuestro personal, que estaban dentro del hospital resultaron heridos en el bombardeo. Los pacientes que no se encontraban en estado crítico huyeron del centro. 

El bombardeo de nuestro hospital en Old Fangak ha provocado importantes daños, entre ellos la destrucción total de la farmacia, que ha quedado totalmente calcinada. Aquí es donde se almacenaban todos nuestros suministros médicos para el hospital y para nuestras actividades en las comunidades que atendemos. Lo ocurrido compromete gravemente nuestra capacidad de prestar asistencia. 

Condenamos enérgicamente este ataque, que se ha producido a pesar de que todas las partes beligerantes conocen la geolocalización de todas nuestras estructuras e instalaciones, incluido el hospital de Old Fangak”.

“Condenamos enérgicamente este ataque, que se ha producido a pesar de que todas las partes beligerantes conocen la geolocalización de todas nuestras estructuras e instalaciones, incluido el hospital de Old Fangak”, declara nuestro coordinador general en Sudán del Sur, Mamman Mustapha.

“El hospital de Old Fangak es el único del condado de Fangak y da servicio a más de 110.000 personas, que ya tenían un acceso extremadamente limitado a la atención sanitaria antes de este ataque. Todavía estamos evaluando el alcance total de los daños y el impacto en nuestra capacidad para prestar asistencia médica y humanitaria, pero este ataque significa claramente que la población se verá ahora aún más privada de recibir tratamientos vitales.

Hacemos un llamamiento a todas las partes del conflicto para que protejan a población civil, pacientes y personal sanitario, así como infraestructuras civiles, incluidos centros de salud. Los hospitales no deben ser nunca un objetivo y debe protegerse la vida de la población civil“.

Esta es la segunda vez que un hospital de MSF se ve afectado por la violencia durante el último mes. El pasado 14 de abril, se produjo un saqueo armado en el hospital de Ulang, en el estado del Alto Nilo, que provocó que toda la población del condado de Ulang quedara sin acceso a atención sanitaria secundaria.

El corazón de una madre siempre espera

Junto al dolor de una madre que busca desesperadamente a su hijo desaparecido es posible encontrar amor, comprensión y sanación. Esta es la experiencia de muchas madres que, acompañadas por las Carmelitas del Sagrado Corazón, de Guadalajara, no pierden la esperanza y se apoyan unas a otras confiando siempre en Dios y en la Virgen María. Aquí les presentamos sus testimonios. Al lado del dolor hay sueños, sanación y amor. Experiencias de acompañamiento en mujeres con familiares desaparecidos.

Por: Ana Araceli Navarro Becerra, Carmelitas del Sagrado Corazón

La desaparición forzada en México es un problema que se ha agudizado a partir del 2006 con la denominada «guerra contra el narcotráfico». Uno de los protagonistas es el crimen organizado, con el cual se relaciona la desaparición de personas. De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) al corte del 30 de marzo de 2025, en México había 116 mil 89 personas en esta condición. Entre los estados con mayor número de desaparecidos están: Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Nuevo León y Ciudad de México. Según el RNPDNO, 80 por ciento de quienes están desaparecidos son hombres y 20 por ciento son mujeres.

Es necesario reconocer que las desapariciones no siempre responden a una decisión personal de sumarse a la también denominada «delincuencia estructurada». Hay registros a nivel nacional de un proceso de reclutamiento forzado donde participa el crimen organizado con apoyo del Estado en los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal). Esta complicidad, además de vacíos jurídicos, la falta de vinculación entre instituciones y la violación a derechos humanos, entre otros aspectos, ha generado que las personas con familiares desaparecidos vivan desde el dolor, la impotencia, la fe, la esperanza y el amor.

Aunque las cifras muestran una realidad que parece afectar a unos, la desaparición de personas no es un problema individual, sino social y como tal, debe ser motivo de indignación y de atención, «le tiene que doler a la sociedad, porque no es David quien no está con su familia. David no está en su comunidad, no está en la sociedad. Nos hace falta a todos», afirma Dioni quien busca a su hijo Guillermo David Ramírez Pelcastre, desaparecido en septiembre de 2017 en Ecatepec, Estado de México. En estas líneas se comparten algunas experiencias de quienes buscan a sus seres queridos y distintas formas de acompañamiento donde se teje el dolor, la fe, la esperanza y el amor.

Vivir la desaparición de un familiar

Cuando una persona desaparece la familia se sacude, la vida cambia y nada vuelve a ser igual. Desde el momento en que se sabe que la persona no llegó del trabajo, se escuchan rumores de que se lo llevaron, se espera la respuesta de un mensaje por WhatsApp que quedó en visto, la intuición de que algo pudo haberle pasado… Estos y otros momentos anteceden al insomnio, el dolor de cabeza, el estado de alerta, el miedo, los nervios y la incertidumbre ante la espera de ese familiar que aún no llega. Cada minuto que pasa parece eterno, las oraciones, la fe y la esperanza acompañan esos instantes que a veces se convierten en días, meses y años. Las enfermedades físicas y emocionales se vuelven visitantes recurrentes. Adriana, quien busca a su hijo Carlos Jonathan Cortés Aceves, desaparecido en septiembre del 2017 en El Salto, Jalisco, comenta: «cuando caía en depresión dejaba de buscar, no salía de mi cuarto. Y luego, otra vez me levantaba». En la mayoría de los casos, estas emociones y sensaciones las viven las mujeres, quienes son madres, esposas o hermanas.

Ante una desaparición, «en la familia no nomás pierden a su hermano, a su hermana. La mamá, la abuela, la hija ya no son la misma persona», comenta Adriana. La ausencia del ser amado poco a poco se convierte en fiel acompañante de quienes esperan su llegada. Cuando pasan las horas y su ausencia continúa inicia la búsqueda de su paradero.

La búsqueda del ser querido, un camino por descubrir y por compartir

Cuando una persona desaparece se espera una movilización de gente en fiscalías, hospitales, calles… Los familiares, en su mayoría mujeres, recorren grandes distancias para acudir al lugar donde vivía la persona desaparecida. No importa la hora del día ni el costo económico, la esperanza dice que hay que estar ahí para cuando se tengan noticias. Sin embargo, Emma, quien busca a su hijo Erik Javier Plascencia Alvarado, desaparecido en junio de 2020 en Puerto Vallarta, Jalisco, al acudir a la fiscalía para denunciar la desaparición de su familiar, la respuesta que recibió del Ministerio Público, al igual que muchas personas fue: «regrésese a su casa, esto no va a ser rápido. Nosotros la tendremos comunicada».

La delegación donde se atendían estos casos era un lugar pequeño con oficios y carpetas por doquier con aparente desorden, evocando indicios de que la búsqueda no se iniciaría pronto. Ante esta escena desconsoladora, los familiares hacen llamadas telefónicas a diario en espera de recibir noticias que nunca llegan. Con el paso de las semanas la confianza en el personal de las instituciones disminuye. Es hora de buscar por su cuenta. «Tengo que buscar a mi hijo porque aquí no van a buscarlo», dice Emma.

Muchos familiares visitan hospitales, calles, psiquiátricos, lugares que las personas frecuentaban con la esperanza de encontrarlas. Dice Chely, quien busca a su hijo Juan Manuel Macías Beraud, desaparecido en julio de 2022 en Tlaquepaque, Jalisco, «buscar hasta debajo de las piedras», literalmente, porque las búsquedas que realizan son: 1) en vida, 2) en campo –cuando se sospecha que han fallecido y excavan en terrenos, baldíos, patios de casas abandonadas–, 3) identificatorias, en instituciones como el Servicio Médico Forense (SEMEFO) donde se busca a partir del nombre, la fotografía y las señas particulares. En ocasiones, las búsquedas inician en solitario.

En el camino se encuentran con personas que han vivido lo mismo y en ocasiones, han avanzado en saber qué hacer, cuándo, a dónde y con quién acudir, «compartimos lo que se va aprendiendo en el camino. Lo transmitimos a las personas que empiezan porque si nos esperamos, se pierde mucho tiempo», afirma Emma. Se conforman los colectivos de búsqueda donde acompañarse se convierte en una luz en el camino. No hay un solo colectivo, son varios con distintas actividades y múltiples formas de buscar, pero el objetivo es el mismo: encontrarlos.

«Encontrar a otros nuestros».

En estos grupos es común que la búsqueda de personas desaparecidas sea el objetivo principal. No buscan sólo a los suyos, los buscan a todos y a todas. Además de coincidir, también se encuentran con personas que las mueve el amor, la esperanza, la fe. Así comienzan a tejerse experiencias de vida que acompañan, animan, resuelven, colaboran, emergen vínculos que los hace sentir que pertenecen, dice Dioni, «te sientes arropada por todos ellos, comprendida, ¿quién mejor para hablar de lo que sientes que personas que viven lo mismo que tú?».

Coincidir en el proceso de búsqueda ayuda a animarse a sí mismas y a los demás, Chely agrega: «hay compañeras decaídas y nos damos fortaleza unas a otras». Acompañarse y cuidarse es una consigna que se nota en la manera de relacionarse, en el estado de ánimo, en su mirada, en su tono de voz, en su manera de andar. «Encontrar a otros nuestros», como dice Dioni, es parte de una búsqueda por hallar a los familiares desaparecidos y, al mismo tiempo, es un signo inequívoco de que no están solos, se encuentran con otros «nosotros» que buscan y se acompañan. Se convierten en uno y en todos. Dioni asegura: «cuando estás en una búsqueda, cuando estás ante las autoridades, no eres la mamá de David, eres la mamá, la hermana, la esposa, la hija de todos los desaparecidos».

Somos más los buenos

Salir a búsqueda implica disponer de tiempo y de dinero para cubrir necesidades básicas de transporte, alimentación, limpieza personal y en ocasiones, alojamiento. Caminar sin conocer a nadie y sin saber del lugar es el comienzo de una travesía, para Adriana «fue muy difícil no tener a dónde llegar y no conocer con quién quedarse, con quién refugiarse». Esto lo viven muchas personas en múltiples ocasiones. La falta de recursos económicos no las detiene, continúa Adriana: «no sabíamos a dónde llegar ni qué íbamos a comer ni dónde íbamos a dormir, pero nos la aventábamos». De manera frecuente, los compañeros de búsqueda se apoyan entre sí porque se comprende la necesidad de ir a ese lugar, a ese punto con la esperanza de encontrar a su familiar. Dice Chely: «sientes la necesidad del otro y lo apoyas, aunque estés al día. A veces apoyas con dinero, a veces con presencia, a veces con un abrazo». Lo importante es compartir aquello que se tiene y que la persona necesita. Siempre se puede dar algo. Sentir la necesidad del otro es una capacidad humana, aunque ser indiferente también lo es.

En este camino se encuentran con voluntarios, personas solidarias laicas, comunidades religiosas de diferentes carismas que se sensibilizan y están ahí para tenderles la mano. En la ida a Teuchitlán, una comunidad donde se encontró un campo con prácticas de adiestramiento asociadas al crimen organizado, Adriana comenta: «me movió mucho ver tanta solidaridad. Veía la sonrisa de la gente al ofrecernos agua, una rebanada de pastel y acercarse a nosotras con un abrazo. Sentí un apapacho al escuchar que sus oraciones están con nosotras. Era gente que no había visto nunca». Mantenerse sensible al problema de las desapariciones es un avance, dice Dioni: «somos más los buenos. Tenemos que alzar la voz, unirnos como familias, como colectivos», como sociedad tenemos la tarea de acompañar, apoyar y estar presentes, porque el problema es de todos. Es necesario gritarlo ¡nos faltan todos y todas!

La fe en Dios, nuestra acompañante

«No dejaremos de buscar hasta encontrarlos», afirma Adriana. En esta decisión hay fuerza, amor, confianza, esperanza y una fe inquebrantable. Son los pilares que sostienen, abrazan y permiten seguir adelante porque en medio de muchas incertidumbres, también hay certezas. «Dios se manifiesta de muchas maneras: al despertar, estar con vida, ver que nuestra familia está bien, tener alimentos, levantarte cada día. Ahí está Dios», comenta Dioni. En cada paso, en cada decisión, Dios está ahí y Él sabe lo que hace.

De manera recurrente, ante la desaparición de un familiar se vive enojo, tristeza y desesperación. Llegan a la mente preguntas difíciles de responder, «¿por qué me quitaste a mi hijo si tú me lo diste?, ¿por qué hiciste que lo amara tanto?», se pregunta Dioni. Es difícil comprender y más aún, aceptar el sufrimiento como parte de la vida. Dioni recuerda el pasaje donde «la Virgen María vio cómo azotaban a Jesús por la salvación de nosotros», recordando que ella también es madre y asegura que, «nadie merece un sufrimiento así».

Dios es un acompañante en cada paso, en cada lugar, en cada momento. La oración está presente para pedirle una señal para saber dónde están sus familiares desaparecidos, «le pido a Dios, hazme llegar al corazón de quien sabe algo de mi hijo. Y que me lo diga, sea lo que sea», comparte Emma. A veces también se busca a Dios para encontrar un camino un indicio, «ponme en el camino a gente que me pueda ayudar, que me pueda guiar porque estoy perdida», agrega Adriana. «Cuando vamos a búsquedas de campo hacemos cadena de oración para pedir una señal que nos muestre el lugar donde estén personas desaparecidas y reencontrarlas con sus familiares», comenta Chely.

Las oraciones también se ofrecen por quienes se los llevaron. Al tratarse de desapariciones forzadas a veces no es posible distinguir quiénes son los enemigos ni dónde están. «Yo no sé si mi hijo esté trabajando para ellos de manera obligada y lo hace para sobrevivir», comenta Adriana. Ese otro que parece ser el malo se convierte en alguien que necesita de oración, «al maldecirlos es como si maldijera mi hijo, quizá entre ellos puedan estar nuestros desaparecidos», agrega Adriana.

Ángeles humanos

Las comunidades religiosas acogen, acompañan y apoyan. Dios está presente en la vida de las personas a través de ayuda, escucha, cobijo y acompañamiento, también está en momentos de convivencia y de esparcimiento porque la vida sigue. En el camino de incertidumbre y de dolor que acompaña la desaparición forzada de un familiar, suelen encontrarse con muchas personas «que se hermanan con nuestro dolor. Dios ha puesto en nuestro camino a muchos ángeles terrenales», asegura Dioni.

Ante la necesidad de trasladarse para buscar a un ser querido no siempre se cuenta con un espacio para pernoctar. Sin embargo, eso no detiene a quienes buscan a sus familiares desaparecidos. En el camino se encuentran con personas dispuestas a ayudar. Adriana comparte que buscó «a la comunidad de las Carmelitas para pedirles albergue y dijeron que sí. Para mí no sólo fue encontrar un techo y alimento, también fue ese cobijo espiritual que necesitaba». La fortaleza, el ánimo, el sentirse acompañada y recibida es parte del alimento que nutre el alma, el corazón y el espíritu. Es la fuerza que ayuda para seguir avanzando. En este camino de búsqueda «aprendí a reconocer ángeles humanos», afirma Adriana.

Hay sacerdotes, religiosas de distintos carismas, voluntarios y laicos dispuestos a ayudar. Es importante mirar la realidad para saber cómo atender a las personas. Las historias de dolor no pueden ser ajenas, «ante una necesidad debe haber una respuesta», añade Lolis. La clave parece estar en poner atención, escuchar y movilizar recursos para generar un cambio positivo. Lolis comenta que, «la presencia de María, como Madre, anima este camino. María estuvo atenta para ver qué pasaba en las bodas de Caná. Y le dijo a Jesús, hijo, hace falta vino para las personas».

La voluntad, la preocupación por las personas y responder a sus necesidades está en el centro de algunas comunidades. La madre Luisita, fundadora de las Carmelitas del Sagrado Corazón, se caracterizó por responder a los problemas sociales de su tiempo. «La madre Luisita construyó un hospital, un asilo, una escuela y una casa hogar para personas que necesitaban cuidado», agrega Lolis. En el corazón de Guadalajara, Jalisco, se ubica Casa Luisita, un lugar donde las Carmelitas del Sagrado Corazón brindan alojamiento, alimento y acompañamiento terapéutico a personas que viven fuera del Área Metropolitana de Guadalajara y acuden para buscar a sus familiares desaparecidos, «cada vez que voy a Casa Luisita, me siento acogida y protegida, es como un remanso», comenta Emma.

La hermana Lolis (María Dolores Ramírez Ramírez), integrante de las Carmelitas del Sagrado Corazón, asegura que «la razón del acompañamiento para las mamitas y para las familias es porque Dios en su providencia lo va preparando». A partir de aquí se abren caminos. «Es la providencia de Dios porque, aunque estamos limitadas, los apoyos llegan», afirma Lolis y continúa, «hemos descubierto en el rostro de cada mamita ese llamado que ha sido también una experiencia en la frase “al lado del dolor, hay sueños, sanación y amor”. Esta frase es de Etty Hillesum y nos inspira en este camino. El dolor no se niega, está al lado, ni adelante ni atrás. La repetimos para que esos sueños se sigan realizando y se sigan alcanzando, porque también hay sanación y amor», concluye Lolis.

La dinámica de compartir experiencias ha sido desde el proyecto FABHID CSC. Acompañamiento integral a Familias en Busca de sus Hijas e Hijos Desaparecidos. Carmelitas del Sagrado Corazón, en red con otros carismas en Guadalajara, Jalisco.