Cuatro pautas para el Año de la Oración

La Hna. Ruperta Palacios, misionera afromexicana de la congregación de las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, nos propone cuatro pautas para el ‘Año de la Oración’ en preparación al Jubileo 2025.

ADN-CELAM

De camino a vivir el Jubileo 2025, «tiempo de gracia» hasta la apertura de la Puerta Santa, el Pontífice pide a los fieles «intensificar» la oración. Es por esto que anima a dedicar este año 2024 a una gran “sinfonía” de oración.

El Vaticano invita a las diócesis y comunidades religiosas a buscar caminos que lleven a redescubrir la centralidad de la oración. Por lo que invita a promover momentos de oración individual y comunitaria a través de acciones como: «peregrinaciones de oración» hacia el Jubileo o itinerarios de escuelas de oración con etapas mensuales o semanales, presididas por los obispos, en las que participe el Pueblo de Dios.

Redescubrir el valor de la oración

En atención a vivir de la mejor manera este momento íntimo con Dios, la hermana Ruperta Palacios Silva, una religiosa oaxaqueña y afromexicana que pertenece a las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, nos da algunas pistas de como orar y educar en la oración.

Inicia resaltando que para orar es importante en primer lugar, dejar pasar por el corazón orante el llamado de Jesús de Nazaret, quien nunca dejó de orar a pesar de las circunstancias vividas. “Su oración no la apartaba del compromiso de los hermanos y hermanas, al contrario, lo lleva a un mayor servicio de los mismos. Jesús, siempre enseñó el valor de la oración e invitó a ser perseverantes e insistentes en ella”.

Asintió que el pueblo de Dios sabe orar a su manera, pero dijo que, en ocasiones las religiosas menosprecian la forma como lo hacen, “pareciera que nosotras somos las «expertas» en oración”, por ello, expuso, que Dios tiene su manera de conducir a los pueblos por el camino de la oración”.

La oración desde el ámbito de la amistad

Observa que como parte de la familia Carmelita a la que pertenece, ha tratado de asumir el modo de orar carmelitano, herencia tomada de Santa Teresa de Jesús, quien decía: «la oración es un trato de amistad con quien sabemos nos ama». A partir de esto dice que, “cuando se descubre el valor de la oración desde el ámbito de la amistad, cambia todo.

“Mi relación con Dios es como la de un amigo. Me relaciono con él de acuerdo a mi estado de ánimo, en las alegrías y tristezas de la vida, en este sentido voy creciendo en confianza y me abandono en Dios”, subraya.

La oración en la vida religiosa debe llevar a un cambio

Desde la mirada de la Vida Consagrada en el continente de América Latina y el Caribe, dijo que no se puede bajar la guardia y antes bien, se debe intensificar la invitación que se hace a vivir este año de la oración con iniciativas propias de su carisma. “Cada Congregación tiene una espiritualidad propia para ir guiando su camino espiritual: retiros espirituales, ejercicios espirituales cada año, oración diaria personal y comunitaria”.

Evocando de nuevo a santa Teresa de Jesús quien decía «la oración es para que nazcan obras», dijo que sería en vano multiplicar los tiempos de oración, si no hay un cambio en la vida de cada religioso(a) y en el compromiso serio con el mundo exterior en lo que se refiere a la justicia social y la cercanía con los más vulnerables.

“Si no hay una verdadera oración, no podrá haber un compromiso serio por las causas sociales, por la justicia, los desaparecidos, los migrantes, entre otros. La oración me tiene que llevar a ese compromiso. Si vivimos desde esa hondura nuestro caminar cristiano y nuestro testimonio será creíble para las nuevas generaciones de religiosos y religiosas”, anotó.

Concluyó refiriéndose a este tema indicando que “resulta imprescindible la exigencia de soledad y silencio de la vocación contemplativa, la necesidad de estar “muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (v 8,5). En una palabra, dijo “es necesario hacer la experiencia del desierto, dejando que un amplio espacio permanezca vacío y que un largo tiempo transcurra en silencio para que la presencia de Dios pueda ocuparlo”.

Hna. Ruperta Palacios - Año oración

Las tecnologías al servicio de la oración

Por otra parte, abordando el tema de la tecnología en un mundo globalizado, donde las personas están buscando respuestas inmediatas, señala, que esto “no es malo, pero no se puede caer en los extremos”. Agrega que, en parte la tecnología ha llevado a que se pierda el gusto por la oración y la espiritualidad, “sin pelearnos con ella”, advierte.

Con el propósito de acercar a las comunidades a través de los medios tecnológicos, la religiosa acertó en decir que la Iglesia se debe preparar para elaborar contenidos y ofrecer insumos que lleven a vivir momentos de reflexión y oración a nivel personal y familiar. “Valorar los espacios de silencio, oración y espiritualidad para formarnos y fortalecer nuestra vida como seguidores de Jesucristo, a través de estos medios de comunicación”.

Asimismo, agrega que “en la era digital no es tanto la soledad física lo que nos espanta sino el estar “desconectados”, incomunicados de esta especie de ‘anima mundi’ en que se ha convertido el mundo virtual de internet y de las redes sociales”. Asegura que esta ausencia de conexión (y no ya de relación) provoca angustia en el ser humano, “nos proyecta hacia atrás en una ineludible confrontación con nosotros mismos”.

Subsidios Año de la Oración

El Dicasterio para la Evangelización ha publicado algunos subsidios que buscan ayudar a los fieles y a las comunidades a vivir con fe este tiempo tan importante: está disponible online, y descargable gratuitamente en el sitio web, en versión digital de “Enséñanos a orar”. INGRESE AQUÍ

Podcast de los 11 años de pontificado del papa Francisco

Este 13 de marzo cumplen once años del pontificado del papa Francisco. Fue el 13 de marzo de 2013 cuando el Papa “venido del fin del mundo” tomaba las riendas de la Iglesia para guiarla por un camino de sinodalidad, en salida y con una opción preferencial por los más pobres. Para celebrar este aniversario, la redacción en español de Vatican News publica hoy un podcast con los mejores mensajes que ha pronunciado en estos once años. El podcast se puede escuchar AQUÍ.

Año de la Oración. Resaltar la dimensión espiritual del Jubileo

El pasado 23 de enero, se llevó a cabo en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la rueda de prensa de presentación del “Año de la Oración” en preparación al Jubileo de 2025. Tras la presentación Monseñor Rino Fisichella Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, responsable de la Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo subrayó que el Jubileo es ante todo un evento espiritual y por ello no hay mejor modo de prepararse con la oración.

Crédito: Adriana Masotti / Renato Martinez – Vatican News

“El Año de la Oración se enmarca en este contexto para favorecer la relación con el Señor y ofrecer momentos de auténtico descanso espiritual. Un oasis para descansar del estrés cotidiano donde la oración se convierte en alimento para la vida cristiana de fe, esperanza y caridad”, lo dijo Monseñor Rino Fisichella, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, responsable de la Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo, durante la rueda de prensa de presentación del “Año de la Oración” en preparación al Jubileo de 2025 y de la serie “Apuntes sobre la Oración”, que tuvo lugar este martes 23 de enero, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El Jubileo es un evento espiritual

En la presentación el Pro-Prefecto señaló que, más de 700 personas de Santa Sede participan en diversas funciones, se han realizado alrededor de 200 reuniones e inspecciones, el trabajo de los distintos grupos de trabajo, las mesas redondas con el gobierno italiano y el municipio de Roma; ya se han reunido 208 representantes de las diócesis italianas y 90 representantes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo: son sólo algunas de las cifras que demuestran el compromiso constante para organizar los grandes acontecimientos del Jubileo de 2025, cuya preparación está encomendada al Dicasterio para la Evangelización. Además, según un estudio reciente, podrían ser 32 millones de personas, entre ellas un millón y medio de jóvenes, los que llegarían a Roma para esta ocasión. Pero, subraya monseñor Fisichella, el Jubileo no son sólo las grandes obras que conciernen a la ciudad, no es sólo la organización de una serie de acontecimientos, sino es un momento que quiere enriquecer espiritualmente “la vida de la Iglesia y de todo el pueblo de Dios convirtiéndose en un signo concreto de esperanza” y para que así sea verdaderamente hay que prepararlo y vivirlo “en las propias comunidades con ese espíritu” de espera propia de la esperanza cristiana” y el Año de oración 2024 “viene a corresponder plenamente a esta necesidad”.

Un Año para resaltar el horizonte espiritual del Jubileo

El Papa Francisco inauguró oficialmente el “Año de oración” el domingo pasado durante el Ángelus, pero, señala el Pro-Prefecto, “ya en la carta del 11 de febrero de 2022 que el Pontífice me dirigió nombrado al Dicasterio para preparar el Jubileo, el Papa Francisco había escrito: ‘ De ahora en adelante Me alegra pensar que el año que precede al acontecimiento jubilar, 2024, podrá estar dedicado a una gran sinfonía de oración. Ante todo, recuperar el deseo de estar en presencia del Señor, escucharlo y adorarlo”. Un año, escribió el Papa, “en el que los corazones se abren para recibir la abundancia de la gracia, haciendo el ‘Padre Nuestro’, la oración con la que Jesús nos ha enseñado el programa de vida de cada uno de sus discípulos”. Monseñor Fisichella subraya, además: “2024 será, por tanto, un Año de preparación al Jubileo que está a punto de comenzar y un Año durante el cual se perfilará el horizonte espiritual del acontecimiento jubilar que va mucho más allá de cualquier forma necesaria y urgente de organización estructural”.

Redescubrir el valor de la oración

“Este no es un Año con iniciativas particulares – precisa Fisichella – sino más bien un momento privilegiado para redescubrir el valor de la oración, la necesidad de la oración diaria en la vida cristiana; cómo orar, y sobre todo cómo educar a orar hoy, en la ‘era de la cultura digital’. Y subraya la necesidad de una verdadera espiritualidad que existe en los hombres y mujeres de hoy. “Hay muchas personas – afirma – que rezan todos los días; quizás, me atrevo a decir, todos rezan. Ninguna estadística podría responder con cifras y porcentajes correctos a este momento tan íntimo de las personas que experimentan la pluriformidad de la oración como un momento completamente personal”. El Año de oración se inscribe en este contexto y su celebración está encomendada a cada Iglesia local. El papel del Dicasterio para la Evangelización será apoyar lo previsto por las diócesis “para que la oración de la Iglesia pueda volver a revitalizar y liberar la vida de cada bautizado”, poniendo a disposición de todos determinados subsidios, “instrumentos sencillos que en gran medida ya se han implementado diariamente en nuestras comunidades”.

Las catequesis del Papa y la serie de la LEV

Entre las ayudas ofrecidas, se encuentran en primer lugar las 38 catequesis que el Papa Francisco pronunció del 6 de mayo de 2020 al 16 de junio de 2021, teniendo en cuenta los distintos momentos de oración, y luego la serie “Apuntes sobre la oración”, presentada en la rueda de prensa por Monseñor Graham Bell. Se trata de una iniciativa de LEV, la Editorial Vaticana que, a partir de hoy, publicará una serie de 8 pequeños textos “que profundizan en las diversas dimensiones del acto cristiano de oración”, firmados por autores de renombre internacional, editados por el Dicasterio para la Evangelización. El primer volumen disponible en las librerías se titula: Orando hoy. Un desafío que hay que ganar, está escrito por el cardenal Angelo Comastri y lleva el prefacio del Papa Francisco. “Propone – explica monseñor Bell – referencias a la necesidad de que la oración y la enseñanza tengan ‘una mirada diferente y un corazón diferente’, destacando figuras que han dado testimonio de la fecundidad de la oración, como Santa Teresa de Lisieux, San Francisco de Asís y Madre Teresa de Calcuta”. La publicación de los otros siete textos se producirá hasta abril. El 6 de mayo, el Papa Francisco hará pública la Bula que anuncia el Jubileo de 2025 y, a partir de esa fecha, se precisa, la Carta Apostólica del Papa estará en el centro de la preparación al Año Santo.

Una “escuela de oración” con el Papa Francisco

Volviendo a la palabra, el Pro-Prefecto anuncia que el propio Papa, durante este año, pondrá en marcha una “Escuela de oración”, momentos de encuentro con comunidades y categorías de personas, siguiendo el modelo de los Viernes de la Misericordia vividos durante el Año Santo de la Misericordia, “para orar juntos y comprender algunas formas de oración: de la acción de gracias a la de intercesión; de la contemplativa a la de consolación; de la de adoración a la de súplica…”. Y Fisichella concluye citando nuevamente al Papa Francisco, que dijo estar seguro de que “obispos, sacerdotes, diáconos y catequistas encontrarán en este año los modos más adecuados para poner la oración en la base del anuncio de esperanza que el Jubileo 2025 pretende hacer resonar en una época convulsiva”.

Nota: En la página oficial del jubileo se puede encontrar toda la información sobre el mismo. AQUÍ

Bendiciones en casos especiales

Por: Felipe Cardenal Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

Foto de Jon Tyson en Unsplash

MIRAR

Gran revuelo ha causado la Declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, aprobada por el Papa Francisco, sobre la posibilidad de impartir una bendición a personas en situaciones llamadas irregulares (porque no viven según la regla católica inspirada en la Biblia). Son quienes viven en unión libre sin sacramento del matrimonio, los divorciados vueltos a casar y, en particular, las parejas del mismo sexo que conviven maritalmente. Se explican las razones para estas bendiciones y las condiciones para darla. ¡No sé por qué tanto ruido, si eso se ha hecho muchas veces!

Tengo unos sobrinos que se casaron por la Iglesia (yo presidí su boda), pero luego se separaron de su pareja y ahora viven con otra mujer. Con frecuencia me piden una bendición y nunca he tenido problema de conciencia para concedérsela. No están pidiendo una convalidación de su nueva unión, no les doy la comunión sacramental, sino que sólo les encomiendo a Dios para que les libre del mal y les vaya bien. Ellos y todas las personas saben que no estamos celebrando un nuevo sacramento matrimonial, sino pidiendo a Dios que les conceda su favor. ¡Esto lo he hecho siempre! Nunca les niego el bautismo de sus hijos. Aún más, al final de ese sacramento, como está indicado en el Ritual del Bautismo de Niños, con la fórmula litúrgica que indica el mismo ceremonial de la Iglesia desde hace muchos años, doy la bendición a la mamá, al papá y a los presentes. Esta bendición litúrgica no es equivalente al sacramento del matrimonio, y todos están conscientes de ello. Lo mismo hacemos con personas que viven en unión libre. Si es posible, les exhortamos a que formalicen sacramentalmente su unión, pero nadie entiende que, por bautizar a sus hijos y dar la bendición a sus padres, eso sea equivalente al sacramento matrimonial.

La cosa se complica con parejas del mismo sexo que conviven maritalmente. La Declaración del Dicasterio es muy clara cuando afirma en varias ocasiones que bendecirles no es un sacramento, no es una aprobación de su situación, no es bendecir el pecado en que jurídicamente están, sino sólo una súplica hecha en forma espontánea, no litúrgica, para que Dios les ayude, les libre del mal y les acompañe. Esto a nadie se puede negar. Aunque no es equiparable el caso, bendecimos a borrachitos, a drogadictos, incluso a narcos, y no por ello aprobamos su vida. Bendecimos animalitos, casas, vehículos, comercios, etc., y las personas valen mucho más. Hace tiempo, pidieron a un sacerdote que bendijera un local comercial; lo hizo sin problema; pero luego se enteró de que era un prostíbulo… ¿Se puede borrar la bendición? No se bendice la práctica de la prostitución; ojalá que la bendición ayude a quienes viven de ello a que se arrepientan y cambien de vida.

Un sacerdote muy amigo tiene un sobrino nieto que vive en Francia. Hace poco vino a visitar a sus padres y a la familia, pero es gay y trajo a su pareja, de la misma tendencia,  con quien convive. Aunque la familia y el sacerdote no aprueban esa unión, no lo pueden rechazar, pues es su hijo o sobrino. Cuando regresó a Francia, le pidieron a Dios que le vaya bien. Esto no es legitimar esa unión, sino sólo suplicar la misericordia de Dios.

DISCERNIR

Comparto algunas frases del documento citado, ratificadas en una posterior nota de prensa: “La presente Declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión. Y es precisamente en este contexto en el que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio  (Presentación).

“Son inadmisibles ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio, como «unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos», y lo que lo contradice. Esta convicción está fundada sobre la perenne doctrina católica del matrimonio. Solo en este contexto las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, adecuado y plenamente humano. La doctrina de la Iglesia sobre este punto se mantiene firme” (4).

“Dado que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial” (11).

En su misterio de amor, a través de Cristo, Dios comunica a su Iglesia el poder de bendecir. Concedida por Dios al ser humano y otorgada por estos al prójimo, la bendición se transforma en inclusión, solidaridad y pacificación. Es un mensaje positivo de consuelo, atención y aliento. La bendición expresa el abrazo misericordioso de Dios y la maternidad de la Iglesia que invita al fiel a tener los mismos sentimientos de Dios hacia sus propios hermanos y hermanas (19).

Quien pide una bendición se muestra necesitado de la presencia salvífica de Dios en su historia, y quien pide una bendición a la Iglesia reconoce a esta última como sacramento de la salvación que Dios ofrece. Buscar la bendición en la Iglesia es admitir que la vida eclesial brota de las entrañas de la misericordia de Dios y nos ayuda a seguir adelante, a vivir mejor, a responder a la voluntad del Señor(20).

Es Dios que bendice...  Nosotros para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre. Y no dejará nunca de bendecirnos(27).

ACTUAR

Tengamos un corazón como el de Dios. Nos bendice siempre, pues somos sus hijos, aunque no aprueba ni bendice nuestros pecados. Jesús es cercano y misericordioso con los pecadores, pero siempre nos invita a convertirnos, a dejar de pecar, para vivir como hijas e hijos del Padre Dios. El evangelista Marcos dice que la primera predicación de Jesús es: “Conviértanse y crean en el Evangelio” (Mc 1,15). Que el Espíritu Santo y la Virgen María nos ayuden.

Fiducia Supplicans: un instrumento de amor misericordioso y de gran riqueza pastoral

Por: Fernando Cachón, ADN CELAM

No es nada fácil poner al día a una institución como la Iglesia católica con veintiún siglos de existencia, pero el Papa Francisco lleva casi once años de despertar a los jóvenes, de nombrar a los obispos más jóvenes, de poner sobre la mesa los casos de abuso sexual, de defender a los migrantes a capa y espada, de elevar su voz contra las guerras, de animar a la lucha por el cambio climático, de invitar a su gente a “desmasculinizar” la Iglesia, de llamar a la humanización del capitalismo.

Y, sin embargo, nada tan contundente, nada tan revelador sobre su vocación a devolverle a la religión su condición de refugio, de alivio como la decisión de que los sacerdotes puedan bendecir desde ahora a las parejas que están en uniones irregulares, es decir, todas aquellas que no están casadas por la Iglesia católica (uniones de hecho, casados solo civilmente, divorciados o anulados vueltos a casar) o del mismo sexo.

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) del Vaticano, el 18 de diciembre pasado (festividad de Nuestra Señora de la Esperanza, fecha no escogida al azar, publicó la Declaración titulada Fiducia Supplicans-FS, (Confianza suplicante) «sobre el sentido pastoral de las bendiciones» firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del DDF, y lleva el sello del Santo Padre Francisco su inspirador.

Los católicos, y la gente en general, confundidos ante el sesgo tendencioso dado al hecho histórico por parte de los principales medios de comunicación seculares, así, como por los ideólogos sexuales fuera y dentro de la Iglesia ¡se preguntan si esta declaración ha cambiado la doctrina de la Iglesia acerca del matrimonio y la moral sexual! Es decir: ¿Es posible que se bendiga el pecado?

La respuesta del prefecto del DDF ha sido tajante y firme: la Declaración FS no cambia la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio. Ninguna autoridad, civil o eclesial, puede alterar la revelación divina (a través de la ley natural y la revelación positiva) de la enseñanza de Jesucristo mismo que informa el entendimiento de la Iglesia sobre el matrimonio y su testimonio de verdades perennes con respecto a uno de los pilares esenciales de la civilización.

La Declaración FS, nos exhorta a cada uno de nosotros a confiar en la misericordia de Dios y a no imponer nuestras propias ideologías cargadas de pasión como demandas que Dios debe respaldar y cumplir. El documento enseña que la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, diseñada según el orden de la creación de Dios y enseñada por Cristo mismo, ¡no ha cambiado y no puede cambiar!

Por lo tanto, en conformidad con la declaración Fiducia supplicans y siguiendo los principios de prudencia y sensibilidad pastoral establecidos en la misma, le es permisible al ministro ordenado a unirse «a la oración de aquellas personas que, aunque estén en una unión que en modo alguno puede parangonarse al matrimonio, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida».

Algo que debemos tener muy presente, es la gran diferencia entre una bendición <eclesial-ritual> y una bendición <pastoral-simple>. Un acto “eclesial” tiene lugar públicamente, siguiendo un ritual aprobado por la Iglesia; un acto “pastoral” es personal, íntimo, pertenece al fuero interno.

La iniciativa que sigue la voluntad del propio Papa Francisco, es un cambio de postura respecto a la Nota al Responsum publicada el 15 de marzo de 2021, por la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe que se mostraba contraria a que la Iglesia católica impartiese su bendición a las uniones de personas del mismo sexo.

La Declaración FS, de 9 páginas, 45 parágrafos, divididos en cuatro partes, analiza el origen y sentido teológico del acto de la bendición, repasándolo desde el Antiguo Testamento al resto de las Escrituras. El espíritu de la Declaración es la de una actitud de <acogida, cercanía y discernimiento> ante quienes soliciten una bendición, guiándoles con firmeza, delicadeza y claridad en su camino para cumplir la voluntad de Dios en sus vidas.

Confiamos que este acercamiento pastoral, a las parejas que se encuentran en situaciones irregulares y parejas del mismo sexo, mediante la bendición fuera del contexto litúrgico o semi litúrgico, invoque la «ayuda de Dios de aquellos que se dirigen humildemente a Él. Sin embargo, es crucial que este enfoque sea internalizado y practicado por la jerarquía eclesial y la feligresía en general, para lograr una auténtica inclusión”.

Oración del Papa a María en la Jornada Mundial de la Paz

En un video el papa Francisco expresa el deseo para el nuevo año dirigido a la Reina de la Paz: cesar la guerra “viaje sin rumbo” que destruye todo, que cancela el futuro, la dignidad, la belleza, la fraternidad. En este día, solemnidad de María Madre de Dios, la oración del Papa se eleva a Ella: abre destellos de luz en la noche de los conflictos.

María, Reina de la Paz
sufre con nosotros y por nosotros
viendo a tantos de sus hijos desgarrados por los conflictos,
angustiados por las guerras que desgarran el mundo.
Esta es una hora oscura. Esta es una hora oscura, Madre.
Pero, Madre, fuiste valiente en tus pruebas,
confiaste en Dios.
Vuelve tu mirada de misericordia sobre la familia humana,
que ha preferido a Caín antes que a Abel.
Intercede por nuestro mundo en peligro y confusión.
Enséñanos a acoger y a cuidar la vida, ¡cada vida humana!
y a repudiar la locura de la guerra,
que siembra muerte y borra el futuro.
Madre, solos no podemos hacerlo.
Madre, abre destellos de luz en la noche de los conflictos.
Madre, Tú, Reina de la Paz,
vierte en los corazones la armonía de Dios.

Vatican News