Bendiciones en casos especiales

Por: Felipe Cardenal Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

Foto de Jon Tyson en Unsplash

MIRAR

Gran revuelo ha causado la Declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, aprobada por el Papa Francisco, sobre la posibilidad de impartir una bendición a personas en situaciones llamadas irregulares (porque no viven según la regla católica inspirada en la Biblia). Son quienes viven en unión libre sin sacramento del matrimonio, los divorciados vueltos a casar y, en particular, las parejas del mismo sexo que conviven maritalmente. Se explican las razones para estas bendiciones y las condiciones para darla. ¡No sé por qué tanto ruido, si eso se ha hecho muchas veces!

Tengo unos sobrinos que se casaron por la Iglesia (yo presidí su boda), pero luego se separaron de su pareja y ahora viven con otra mujer. Con frecuencia me piden una bendición y nunca he tenido problema de conciencia para concedérsela. No están pidiendo una convalidación de su nueva unión, no les doy la comunión sacramental, sino que sólo les encomiendo a Dios para que les libre del mal y les vaya bien. Ellos y todas las personas saben que no estamos celebrando un nuevo sacramento matrimonial, sino pidiendo a Dios que les conceda su favor. ¡Esto lo he hecho siempre! Nunca les niego el bautismo de sus hijos. Aún más, al final de ese sacramento, como está indicado en el Ritual del Bautismo de Niños, con la fórmula litúrgica que indica el mismo ceremonial de la Iglesia desde hace muchos años, doy la bendición a la mamá, al papá y a los presentes. Esta bendición litúrgica no es equivalente al sacramento del matrimonio, y todos están conscientes de ello. Lo mismo hacemos con personas que viven en unión libre. Si es posible, les exhortamos a que formalicen sacramentalmente su unión, pero nadie entiende que, por bautizar a sus hijos y dar la bendición a sus padres, eso sea equivalente al sacramento matrimonial.

La cosa se complica con parejas del mismo sexo que conviven maritalmente. La Declaración del Dicasterio es muy clara cuando afirma en varias ocasiones que bendecirles no es un sacramento, no es una aprobación de su situación, no es bendecir el pecado en que jurídicamente están, sino sólo una súplica hecha en forma espontánea, no litúrgica, para que Dios les ayude, les libre del mal y les acompañe. Esto a nadie se puede negar. Aunque no es equiparable el caso, bendecimos a borrachitos, a drogadictos, incluso a narcos, y no por ello aprobamos su vida. Bendecimos animalitos, casas, vehículos, comercios, etc., y las personas valen mucho más. Hace tiempo, pidieron a un sacerdote que bendijera un local comercial; lo hizo sin problema; pero luego se enteró de que era un prostíbulo… ¿Se puede borrar la bendición? No se bendice la práctica de la prostitución; ojalá que la bendición ayude a quienes viven de ello a que se arrepientan y cambien de vida.

Un sacerdote muy amigo tiene un sobrino nieto que vive en Francia. Hace poco vino a visitar a sus padres y a la familia, pero es gay y trajo a su pareja, de la misma tendencia,  con quien convive. Aunque la familia y el sacerdote no aprueban esa unión, no lo pueden rechazar, pues es su hijo o sobrino. Cuando regresó a Francia, le pidieron a Dios que le vaya bien. Esto no es legitimar esa unión, sino sólo suplicar la misericordia de Dios.

DISCERNIR

Comparto algunas frases del documento citado, ratificadas en una posterior nota de prensa: “La presente Declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión. Y es precisamente en este contexto en el que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio  (Presentación).

“Son inadmisibles ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio, como «unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos», y lo que lo contradice. Esta convicción está fundada sobre la perenne doctrina católica del matrimonio. Solo en este contexto las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, adecuado y plenamente humano. La doctrina de la Iglesia sobre este punto se mantiene firme” (4).

“Dado que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial” (11).

En su misterio de amor, a través de Cristo, Dios comunica a su Iglesia el poder de bendecir. Concedida por Dios al ser humano y otorgada por estos al prójimo, la bendición se transforma en inclusión, solidaridad y pacificación. Es un mensaje positivo de consuelo, atención y aliento. La bendición expresa el abrazo misericordioso de Dios y la maternidad de la Iglesia que invita al fiel a tener los mismos sentimientos de Dios hacia sus propios hermanos y hermanas (19).

Quien pide una bendición se muestra necesitado de la presencia salvífica de Dios en su historia, y quien pide una bendición a la Iglesia reconoce a esta última como sacramento de la salvación que Dios ofrece. Buscar la bendición en la Iglesia es admitir que la vida eclesial brota de las entrañas de la misericordia de Dios y nos ayuda a seguir adelante, a vivir mejor, a responder a la voluntad del Señor(20).

Es Dios que bendice...  Nosotros para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre. Y no dejará nunca de bendecirnos(27).

ACTUAR

Tengamos un corazón como el de Dios. Nos bendice siempre, pues somos sus hijos, aunque no aprueba ni bendice nuestros pecados. Jesús es cercano y misericordioso con los pecadores, pero siempre nos invita a convertirnos, a dejar de pecar, para vivir como hijas e hijos del Padre Dios. El evangelista Marcos dice que la primera predicación de Jesús es: “Conviértanse y crean en el Evangelio” (Mc 1,15). Que el Espíritu Santo y la Virgen María nos ayuden.

Fiducia Supplicans: un instrumento de amor misericordioso y de gran riqueza pastoral

Por: Fernando Cachón, ADN CELAM

No es nada fácil poner al día a una institución como la Iglesia católica con veintiún siglos de existencia, pero el Papa Francisco lleva casi once años de despertar a los jóvenes, de nombrar a los obispos más jóvenes, de poner sobre la mesa los casos de abuso sexual, de defender a los migrantes a capa y espada, de elevar su voz contra las guerras, de animar a la lucha por el cambio climático, de invitar a su gente a “desmasculinizar” la Iglesia, de llamar a la humanización del capitalismo.

Y, sin embargo, nada tan contundente, nada tan revelador sobre su vocación a devolverle a la religión su condición de refugio, de alivio como la decisión de que los sacerdotes puedan bendecir desde ahora a las parejas que están en uniones irregulares, es decir, todas aquellas que no están casadas por la Iglesia católica (uniones de hecho, casados solo civilmente, divorciados o anulados vueltos a casar) o del mismo sexo.

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) del Vaticano, el 18 de diciembre pasado (festividad de Nuestra Señora de la Esperanza, fecha no escogida al azar, publicó la Declaración titulada Fiducia Supplicans-FS, (Confianza suplicante) «sobre el sentido pastoral de las bendiciones» firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del DDF, y lleva el sello del Santo Padre Francisco su inspirador.

Los católicos, y la gente en general, confundidos ante el sesgo tendencioso dado al hecho histórico por parte de los principales medios de comunicación seculares, así, como por los ideólogos sexuales fuera y dentro de la Iglesia ¡se preguntan si esta declaración ha cambiado la doctrina de la Iglesia acerca del matrimonio y la moral sexual! Es decir: ¿Es posible que se bendiga el pecado?

La respuesta del prefecto del DDF ha sido tajante y firme: la Declaración FS no cambia la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio. Ninguna autoridad, civil o eclesial, puede alterar la revelación divina (a través de la ley natural y la revelación positiva) de la enseñanza de Jesucristo mismo que informa el entendimiento de la Iglesia sobre el matrimonio y su testimonio de verdades perennes con respecto a uno de los pilares esenciales de la civilización.

La Declaración FS, nos exhorta a cada uno de nosotros a confiar en la misericordia de Dios y a no imponer nuestras propias ideologías cargadas de pasión como demandas que Dios debe respaldar y cumplir. El documento enseña que la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, diseñada según el orden de la creación de Dios y enseñada por Cristo mismo, ¡no ha cambiado y no puede cambiar!

Por lo tanto, en conformidad con la declaración Fiducia supplicans y siguiendo los principios de prudencia y sensibilidad pastoral establecidos en la misma, le es permisible al ministro ordenado a unirse «a la oración de aquellas personas que, aunque estén en una unión que en modo alguno puede parangonarse al matrimonio, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida».

Algo que debemos tener muy presente, es la gran diferencia entre una bendición <eclesial-ritual> y una bendición <pastoral-simple>. Un acto “eclesial” tiene lugar públicamente, siguiendo un ritual aprobado por la Iglesia; un acto “pastoral” es personal, íntimo, pertenece al fuero interno.

La iniciativa que sigue la voluntad del propio Papa Francisco, es un cambio de postura respecto a la Nota al Responsum publicada el 15 de marzo de 2021, por la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe que se mostraba contraria a que la Iglesia católica impartiese su bendición a las uniones de personas del mismo sexo.

La Declaración FS, de 9 páginas, 45 parágrafos, divididos en cuatro partes, analiza el origen y sentido teológico del acto de la bendición, repasándolo desde el Antiguo Testamento al resto de las Escrituras. El espíritu de la Declaración es la de una actitud de <acogida, cercanía y discernimiento> ante quienes soliciten una bendición, guiándoles con firmeza, delicadeza y claridad en su camino para cumplir la voluntad de Dios en sus vidas.

Confiamos que este acercamiento pastoral, a las parejas que se encuentran en situaciones irregulares y parejas del mismo sexo, mediante la bendición fuera del contexto litúrgico o semi litúrgico, invoque la «ayuda de Dios de aquellos que se dirigen humildemente a Él. Sin embargo, es crucial que este enfoque sea internalizado y practicado por la jerarquía eclesial y la feligresía en general, para lograr una auténtica inclusión”.

Oración del Papa a María en la Jornada Mundial de la Paz

En un video el papa Francisco expresa el deseo para el nuevo año dirigido a la Reina de la Paz: cesar la guerra “viaje sin rumbo” que destruye todo, que cancela el futuro, la dignidad, la belleza, la fraternidad. En este día, solemnidad de María Madre de Dios, la oración del Papa se eleva a Ella: abre destellos de luz en la noche de los conflictos.

María, Reina de la Paz
sufre con nosotros y por nosotros
viendo a tantos de sus hijos desgarrados por los conflictos,
angustiados por las guerras que desgarran el mundo.
Esta es una hora oscura. Esta es una hora oscura, Madre.
Pero, Madre, fuiste valiente en tus pruebas,
confiaste en Dios.
Vuelve tu mirada de misericordia sobre la familia humana,
que ha preferido a Caín antes que a Abel.
Intercede por nuestro mundo en peligro y confusión.
Enséñanos a acoger y a cuidar la vida, ¡cada vida humana!
y a repudiar la locura de la guerra,
que siembra muerte y borra el futuro.
Madre, solos no podemos hacerlo.
Madre, abre destellos de luz en la noche de los conflictos.
Madre, Tú, Reina de la Paz,
vierte en los corazones la armonía de Dios.

Vatican News

Un Niño nos ha nacido

Homilía del papa Francisco en la misa de Nochebuena del 2020

En esta noche se cumple la gran profecía de Isaías:
«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado» (Is 9,5)

Un hijo se nos ha dado. A menudo se oye decir que la mayor alegría de la vida es el nacimiento de un hijo. Es algo extraordinario, que lo cambia todo, que pone en movimiento energías impensables y nos hace superar la fatiga, la incomodidad y las noches de insomnio, porque trae una felicidad grande, ante la cual ya nada parece que pese. La Navidad es así: el nacimiento de Jesús es la novedad que cada año nos permite nacer interiormente de nuevo y encontrar en Él la fuerza para afrontar cada prueba. Sí, porque su nacimiento es para nosotros: para mí, para ti, para todos nosotros. Para es la palabra que se repite en esta noche santa: “Un hijo se nos ha dado para nosotros”, ha profetizado Isaías; “hoy ha nacido para nosotros el Salvador”, hemos repetido en el Salmo; Jesús “se entregó por y para nosotros” (cf. Tt 2,14), ha proclamado san Pablo; y el ángel en el Evangelio ha anunciado: “Ha nacido para vosotros un Salvador” (cf. Lc 2,11). Para mí, para vosotros.

¿Pero qué significa este para nosotros? Que el Hijo de Dios, el bendito por naturaleza, viene a hacernos hijos bendecidos por gracia. Sí, Dios viene al mundo como hijo para hacernos hijos de Dios. ¡Qué regalo tan maravilloso! Hoy Dios nos asombra y nos dice a cada uno: “Tú eres una maravilla”. Hermana, hermano, no te desanimes. ¿Estás tentado de sentirte fuera de lugar? Dios te dice: “No, ¡tú eres mi hijo!”. ¿Tienes la sensación de no lograrlo, miedo de no estar a la altura, temor de no salir del túnel de la prueba? Dios te dice: “Ten valor, yo estoy contigo”. No te lo dice con palabras, sino haciéndote hijo como tú y por ti, para recordarte cuál es el punto de partida para que empieces de nuevo: reconocerte como hijo de Dios, como hija de Dios. Este es el punto de partida para cualquier nuevo nacimiento. Este es el corazón indestructible de nuestra esperanza, el núcleo candente que sostiene la existencia: más allá de nuestras cualidades y de nuestros defectos, más fuerte que las heridas y los fracasos del pasado, que los miedos y la preocupación por el futuro, se encuentra esta verdad: somos hijos amados. Y el amor de Dios por nosotros no depende y no dependerá nunca de nosotros: es amor gratuito. Esta noche no tiene otra explicación: sólo la gracia. Todo es gracia. El don es gratuito, sin ningún mérito de nuestra parte, pura gracia. Esta noche, san Pablo nos ha dicho: «Ha aparecido la gracia de Dios» (Tt 2,11). Nada es más valioso.

Un hijo se nos ha dado. El Padre no nos ha dado algo, sino a su mismo Hijo unigénito, que es toda su alegría. Y, sin embargo, si miramos la ingratitud del hombre hacia Dios y la injusticia hacia tantos de nuestros hermanos, surge una duda: ¿Ha hecho bien el Señor en darnos tanto, hace bien en seguir confiando en nosotros? ¿No nos sobrevalora? Sí, nos sobrevalora, y lo hace porque nos ama hasta el extremo. No es capaz de dejarnos de amar. Él es así, tan diferente a nosotros. Siempre nos ama, más de lo que nosotros mismos seríamos capaces de amarnos. Ese es su secreto para entrar en nuestros corazones. Dios sabe que la única manera de salvarnos, de sanarnos interiormente, es amarnos: no hay otro modo. Sabe que nosotros mejoramos sólo aceptando su amor incansable, que no cambia, sino que nos cambia. Sólo el amor de Jesús transforma la vida, sana las heridas más profundas y nos libera de los círculos viciosos de la insatisfacción, de la ira y de la lamentación.

Un hijo se nos ha dado. En el pobre pesebre de un oscuro establo está, en efecto, el Hijo de Dios. Surge otra pregunta: ¿Por qué nació en la noche, sin alojamiento digno, en la pobreza y el rechazo, cuando merecía nacer como el rey más grande en el más hermoso de los palacios?

¿Por qué? Para hacernos entender hasta qué punto ama nuestra condición humana: hasta el punto de tocar con su amor concreto nuestra peor miseria. El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura. Y para descubrir algo importante: como en Belén, también con nosotros Dios quiere hacer grandes cosas a través de nuestra pobreza. Puso toda nuestra salvación en el pesebre de un establo y no tiene miedo a nuestra pobreza. ¡Dejemos que su misericordia transforme nuestras miserias!

Esto es lo que significa que un hijo ha nacido para nosotros. Pero queda todavía otro para, el que el ángel indica a los pastores: «Esta será la señal para vosotros: encontréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12). Este signo, el Niño en el pesebre, es también para nosotros, para guiarnos en la vida. En Belén, que significa “Casa del Pan”, Dios está en un pesebre, recordándonos que lo necesitamos para vivir, como el pan para comer. Necesitamos dejarnos atravesar por su amor gratuito, incansable, concreto. Cuántas veces en cambio, hambrientos de entretenimiento, éxito y mundanidad, alimentamos nuestras vidas con comidas que no sacian y dejan un vacío dentro. El Señor, por boca del profeta Isaías, se lamenta de que mientras el buey y el asno conocen su pesebre, nosotros, su pueblo, no lo conocemos a Él, fuente de nuestra vida (cf. Is 1,2-3). Es verdad: insaciables de poseer, nos lanzamos a tantos pesebres de vanidad, olvidando el pesebre de Belén. Ese pesebre, pobre en todo y rico de amor, nos enseña que el alimento de la vida es dejarse amar por Dios y amar a los demás. Jesús nos da el ejemplo: Él, el Verbo de Dios, es un infante; no habla, pero da la vida. Nosotros, en cambio, hablamos mucho, pero a menudo somos analfabetos de bondad.

Un hijo se nos ha dado. Quien tiene un niño pequeño sabe cuánto amor y paciencia se necesitan. Es necesario alimentarlo, atenderlo, limpiarlo, cuidar su fragilidad y sus necesidades, que con frecuencia son difíciles de comprender. Un niño nos hace sentir amados, pero también nos enseña a amar. Dios nació niño para alentarnos a cuidar de los demás. Su llanto tierno nos hace comprender lo inútiles que son nuestros muchos caprichos, y de esos tenemos tantos. Su amor indefenso, que nos desarma, nos recuerda que el tiempo que tenemos no es para autocompadecernos, sino para consolar las lágrimas de los que sufren. Dios viene a habitar entre nosotros, pobre y necesitado, para decirnos que sirviendo a los pobres lo amaremos. Desde esta noche, como escribió una poetisa, «la residencia de Dios está junto a mí. La decoración es el amor» (E. Dickinson, Poems, XVII).

Un hijo se nos ha dado. Eres tú, Jesús, el Hijo que me hace hijo. Me amas como soy, no como yo me creo que soy; yo lo sé. Al abrazarte, Niño del pesebre, abrazo de nuevo mi vida. Acogiéndote, Pan de vida, también yo quiero entregar mi vida. Tú que me salvas, enséñame a servir. Tú que no me dejas solo, ayúdame a consolar a tus hermanos, porque —Tú sabes— desde esta noche todos son mis hermanos.

Vatican.va

El Papa pide “desmasculinizar” la Iglesia

En la audiencia a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, el Pontífice les entregó el discurso debido a su estado de salud, que no le permitió leerlo él mismo. Sin embargo, les dirigió una palabras improvisadas en las que les pidió con insistencia “desmasculinizar” la Iglesia. Estas fueron sus palabras (Foto: Vatican News).

«Gracias por esta visita. Y gracias por su trabajo. Aquí hay un bonito discurso con cosas teológicas, pero como yo estoy, mejor no leerlo. Se lo dejo a ustedes.

Les agradezco lo que hacen. La teología, la reflexión teológica, es muy importante. Pero hay algo que no me gusta de ustedes, perdonen mi sinceridad. Una, dos, tres, cuatro mujeres: ¡pobrecitas! ¡Están solas! Ah, perdón, cinco. ¡En esto debemos avanzar! Las mujeres tienen una capacidad de reflexión teológica diferente a la que tenemos los hombres. Debe ser porque he estudiado mucho la teología de una mujer. Me ayudó una excelente alemana, Hanna-Barbara Gerl, sobre Guardini. Ella había estudiado esa historia y la teología de esa mujer no es tan profunda, pero es hermosa, es creativa. Y ahora, en la próxima reunión de los nueve cardenales, tendremos una reflexión sobre la dimensión femenina de la Iglesia.

La Iglesia es mujer. Y si no entendemos lo que es una mujer, lo que es la teología de una mujer, nunca entenderemos lo que es la Iglesia. Uno de los grandes pecados que hemos cometido es “masculinizar” la Iglesia. Y esto no se resuelve por la vía ministerial, esto es otra cosa. Se resuelve por la vía mística, por la vía real. A mí me ha dado mucha luz el pensamiento de Balthasar: principio petrino y principio mariano. Esto se puede debatir, pero los dos principios están ahí. El mariano es más importante que el petrino, porque existe la Iglesia esposa, la Iglesia mujer, sin masculinizarla.

Y os preguntaréis: ¿a dónde lleva este discurso? No sólo para deciros que haya más mujeres aquí -que también-, sino para ayudar a reflexionar. La Iglesia mujer, la Iglesia esposa. Y esta es una tarea que os pido, por favor. Desmasculinizad la Iglesia.

Y gracias por lo que hacéis. Perdonadme, he hablado demasiado y me siento mal, pero ahora, sentados como estamos, podemos rezar juntos un Padrenuestro, cada uno en su lengua, y luego daré la bendición.

Y rezad por mí. Rezad a mi favor, no contra mí, porque este trabajo no es fácil. Gracias».

Abogar por la conversión ecológica de cara a la COP28

En la exhortación Laudate Deum , el Papa Francisco pide acciones ambiciosas en la COP28. La COP28 es la 28ª “Conferencia de las Partes” del organismo de las Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático. Es un momento importante en la lucha contra la crisis climática. La Plataforma Iniciativa Laudato Si’, el Movimiento Laudato Si’ y Caritas Internationalis han publicado una reflexión de cara a la COP28. Publicamos a continuación su traducción en español.

La exhortación Laudate Deum del Papa Francisco, publicada pocas semanas antes de la COP28, llama a los gobiernos y otras partes interesadas a dar un paso adelante y abordar responsablemente la emergencia climática para mitigar y, en última instancia, revertir esta crisis global que afecta a nuestro hogar común, la creación de Dios y a nuestras hermanas y hermanos más pobres.

1. Balance Global (GST) – Evaluación de los compromisos del Acuerdo de París
2. Mitigación de las emisiones que modifican el clima
3. Financiar la transición ecológica
4. Indemnización por pérdidas y daños
5. Adaptación al cambio climático
6. La contribución de la sociedad civil

Propuestas de acción para los gobiernos nacionales

La exhortación Laudate Deum es una invitación concreta a promover el multilateralismo como forma de gobierno capaz de establecer e implementar reglas globales y efectivas para la “salvaguardia global” del planeta. Es un espacio democrático e inclusivo donde las voces de la sociedad civil pueden ser escuchadas, donde todos los países tienen un papel que desempeñar, donde la brújula es el bien común y no una “autoridad mundial concentrada en una sola persona o en una élite con excesivas poder” (LD 35).

Antes de la COP28, cada estado parte del Acuerdo de París está ultimando su posición negociadora. Por lo tanto, es muy importante impulsar dentro de cada país o región para llegar a Dubai con compromisos claros para implementar el Acuerdo de París:

1. Balance mundial (GST)

« Si hay un interés sincero en hacer que la COP28 sea histórica, honrándonos y ennobleciéndonos como seres humanos, entonces sólo podemos esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean vinculantes y fácilmente monitoreables. » (DL 59).

La COP de este año pretende marcar un hito en la implementación del Acuerdo de París, ya que establecerá por primera vez desde 2015 el “Balance Global”, el mecanismo de evaluación previsto por el Acuerdo de París.

Los resultados del GST y las decisiones relacionadas de la COP28 deben proponer vías claras, viables y específicas para lograr los objetivos de París, con políticas y planes concretos que adopten un enfoque basado en evidencia y los derechos humanos, incluidos los derechos de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta las condiciones sociales. Justicia y equidad intergeneracional.

Lograr el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5°C (en comparación con la época preindustrial) requiere una acción inmediata y sin precedentes para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en el corto plazo, a través del compromiso de eliminar gradualmente todos los combustibles fósiles. . El llamamiento contenido en Laudato si’ es una alarma que nos recuerda que el umbral de 1,5 °C no es una simple cifra, sino un imperativo moral (LD 56). Todos los países que se han adherido a la CMNUCC (Conferencia Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) deberían aumentar (o comprometerse a aumentar) sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) antes de la COP28 para cerrar la brecha de reducción de emisiones, así como para cubrir los déficits de implementación. de los compromisos asumidos, incrementando la implementación de políticas para lograr la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

Todas las partes de la CMNUCC deberían acordar una eliminación global rápida, justa y equitativa de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) en todos los sectores , en línea con el límite de temperatura de 1,5°C para 2050 en adelante. Además, deben acordar compromisos vinculantes para garantizar que cada país haga su parte, empezando por los que más han contaminado históricamente y los ricos que más contaminan actualmente. También debemos detener el desarrollo de nuevos oleoductos, minas e infraestructuras que perpetúan nuestra dependencia de combustibles fósiles contaminantes, peligrosos y costosos.

“Debemos superar la lógica de parecer sensibles al problema y al mismo tiempo no tener el coraje de realizar cambios sustanciales” (LD 56). Los Estados deberían acordar un marco de transición justo con un objetivo global establecido para la energía renovable: triplicar la capacidad global de energías renovables a 11.000 GW para 2030, implementando al menos 1.500 GW por año para 2030.

Todos los gobiernos también deberían adoptar un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles como herramienta clave para complementar y fortalecer el Acuerdo de París, cuyo texto omite cualquier referencia a los combustibles fósiles, a pesar de que son el principal impulsor del cambio climático. La adopción de un tratado sobre combustibles fósiles superará esta brecha en el Acuerdo de París, lo que conducirá a compromisos más concretos en las NDC.

2. Mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero

Las falsas soluciones –como la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y otras tecnologías de “reducción” de emisiones– sirven como función principal para distraer la atención de la necesidad de eliminar gradualmente los combustibles fósiles . “Asumir que cada problema futuro puede resolverse con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo fatal, destinado a provocar un efecto de bola de nieve” (LD 57). La CCS tiene una historia de décadas de promesas excesivas y resultados insuficientes y, a pesar de haber existido durante décadas, las plantas de CCS actualmente capturan menos del 0,1% de las emisiones globales. La CAC y otras tecnologías no deben distraernos del objetivo central de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante una transición justa que abandone los combustibles fósiles.

3. Financiar la transición ecológica

” La necesaria transición hacia energías limpias, como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no avanza con suficiente rapidez ” (LD 55). Las economías emergentes y en desarrollo serán responsables de la mayor parte del crecimiento de las emisiones en las próximas décadas, y se necesita un aumento sin precedentes en el gasto en energía limpia para poner a los países en el camino hacia las emisiones netas cero.

  • Hasta ahora, los países desarrollados no han logrado alcanzar el objetivo de 100 mil millones de dólares en financiamiento climático , que debería proporcionarse anualmente entre 2020 y 2025. Los países desarrollados deben garantizar que este objetivo pueda lograrse compensando las brechas en la entrega en los primeros años.
  • También debemos adaptar todos los flujos financieros a los objetivos del Acuerdo de París: todos los países de la CMNUCC deberían eliminar gradualmente los subsidios directos e indirectos a los combustibles fósiles.
  • Reforma de la arquitectura financiera internacional: las principales instituciones financieras internacionales deberían adoptar rápidamente políticas de desinversión en combustibles fósiles, mayores garantías para los derechos humanos, estructuras de gestión más democráticas que incluyan mecanismos de participación y seguimiento por parte de los países en desarrollo, de los pueblos indígenas, de la sociedad civil y de las comunidades locales. comunidades, desarrollar objetivos de financiación para el clima y la biodiversidad, y actuar urgentemente para el alivio de la deuda.
  • La transición energética corre el riesgo de volver a ser injusta si se limita a sustituir los combustibles fósiles por energías renovables sin cambiar estilos de vida insostenibles y métodos destructivos de producción y consumo. Una transición justa requiere apoyo financiero y tecnológico para los países menos desarrollados, garantizando equidad y justicia en el proceso.
  • La financiación de la energía limpia no debería adoptar la forma de deuda y préstamos del sector privado, lo que empujaría aún más a los países emergentes y desarrollados a “trampas de deuda”. Los países más ricos tienen una “deuda ecológica” (LS 51) que deben pagar mediante financiación pública.
  • El Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) sobre financiación climática, es decir, la suma de la financiación anual para combatir el cambio climático que se definirá en la COP 28, debe basarse en las necesidades de los territorios y ser suficiente para cubrir toda la escala de costes necesarios. para que los países desempeñen plenamente su papel en la consecución del Acuerdo de París.
  • La declaración del Papa Francisco en Laudate Deum destaca la importancia de garantizar que las medidas adoptadas en la COP28 no sean meras aspiraciones, sino vinculantes y ejecutables. Estas medidas deben cumplir tres criterios clave: deben ser efectivas, obligatorias y fácilmente monitoreadas .

4. Pérdidas y Daños

Tras la decisión histórica de establecer nuevos acuerdos de financiación, incluido un fondo, para responder a las pérdidas y daños sufridos debido al cambio climático, con el Comité de Transición desarrollando recomendaciones para su consideración y adopción en la COP28, los Estados deben proceder en los siguientes puntos y estar preparados para encontrar un acuerdo en Dubai:

  • La financiación para abordar las pérdidas y los daños asociados con los impactos negativos del cambio climático debe ser financiación pública nueva, adicional y predecible que priorice claramente las subvenciones; Hacemos hincapié en que el fondo de pérdidas y daños debe centrarse en abordar las pérdidas y daños de conformidad con las decisiones de la COP27.
  • El Fondo de Pérdidas y Daños debe ser fundamental para los acuerdos de financiación existentes, a fin de catalizar la mayor parte de la financiación y coordinar los acuerdos de financiación existentes para garantizar la complementariedad y la coherencia y abordar las brechas de financiación.
  • El fondo para pérdidas y daños debe ser de fácil acceso , para garantizar que las comunidades necesitadas en todo el Sur Global reciban los fondos que necesitan para recuperarse y estén a cargo de su propio futuro; debe ser integral para respaldar respuestas a pérdidas y daños, tanto económicos como no económicos, tanto por fenómenos climáticos extremos como de evolución lenta.
  • Debe ser correctivo , ya que proporciona subvenciones y no préstamos basados ​​en el principio de “quien contamina paga”.
  • Debe ser representativo y basarse en los derechos humanos y el principio de subsidiariedad, y estar regido por una autoridad equitativa que actúe por el bien común; eficiente y eficaz, ya que actúa como fondo de referencia global para abordar pérdidas y daños junto con otros acuerdos de financiación.

5. Adaptación al cambio climático

Los esfuerzos de adaptación no van a la par de los crecientes impactos climáticos. El informe AR6 del IPCC indica que la planificación de la adaptación se está ampliando, pero la implementación es inadecuada. Existe una necesidad urgente de elevar el debate político sobre la adaptación dentro de la CMNUCC:

  • Los Estados deberían adoptar una agenda permanente sobre el Objetivo Global de Adaptación (GGA), es decir, el acuerdo internacional sobre el monto de financiamiento para la adaptación al cambio climático.
  • Se necesitan avances sustanciales en la definición del marco y las directrices del GGA para su puesta en funcionamiento en la COP28. Se debe establecer un objetivo de adaptación global creíble, sólido y viable para mejorar la capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático.
  • El objetivo de adaptación global debe diseñarse para apoyar:

= coordinación, procesos y acciones de adaptación a nivel regional y nacional;

= objetivos, planes y acciones a nivel subnacional y local;

= acción para los ecosistemas y las comunidades locales;

= enfoques inclusivos, particularmente con la inclusión de la sabiduría, los valores y los conocimientos de los pueblos indígenas.

  • Los Estados deberían aumentar sus compromisos y presentar una hoja de ruta definitiva para duplicar colectivamente la financiación de la adaptación para 2025, en comparación con los niveles de 2019, con el objetivo de lograr un equilibrio entre la financiación para la mitigación y la adaptación.
  • La presidencia de los Emiratos Árabes Unidos en la COP28 pidió una Declaración sobre Sistemas Alimentarios en la COP28. Los gobiernos deben comprometerse a reducir las emisiones agrícolas y transformar la agricultura para el planeta y las personas. En la COP28, al fortalecer los sistemas alimentarios locales y amplificar las voces de los agricultores, el compromiso podría catalizar la financiación y así lograr avances significativos en los sistemas alimentarios, promoviendo un futuro sostenible que sea significativo y duradero.

6. La contribución de la sociedad civil

Es indispensable un compromiso significativo de la sociedad civil, en particular de los activistas jóvenes, para una acción climática eficaz y basada en los derechos. Su participación activa garantiza perspectivas diversas, soluciones innovadoras y responsabilidad, mejorando la calidad general y el impacto de las iniciativas climáticas. ” Las demandas que surgen desde abajo en todo el mundo, donde personas comprometidas de los más diversos países se ayudan y acompañan, pueden lograr presionar a los factores de poder” (LD 38 ). Hacemos un llamado a la participación abierta y transparente de la sociedad civil, libre de temor a repercusiones.

Por el bien de nuestra casa común, por favor lleven las solicitudes concretas anteriores a la atención urgente de su gobierno nacional y de los organismos internacionales. Al mismo tiempo, como personas de fe conscientes de que la Creación es un regalo sagrado de Dios, estamos llamados a transformar los valores de nuestras comunidades y sociedades. En definitiva, “no hay cambios duraderos sin cambios culturales” (LD 70).