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Estoy a la puerta y llamo

Por: P. Enrique Sánchez G., mccj
Imagen: Fano

Iniciamos, una vez más, nuestro itinerario hacia la Navidad. Dios toma el camino que lo conduce a nosotros y vuelve a sorprendernos manifestando su deseo de estar en medio de esta humanidad tan urgida de su presencia.
Escuchando unas palabras del último libro de la Biblia nos sentimos invitados a iniciar este camino hasta las grutas de nuestros corazones para encontrarnos ahí con Jesús que nace cuando le dejamos entrar a nuestros hogares.

Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos. (Ap 3, 20)

El Señor está en la puerta de nuestras vidas y llama, esperando que tengamos la valentía para dejarlo entrar como luz que viene a iluminar nuestras oscuridades para hacer resplandecer su rostro y responder al deseo más profundo de nuestro corazón. El deseo de conocer a Dios, pues sin él nuestras vidas no tienen sentido y nuestros corazones no están en paz.
Como el pueblo de Israel que caminaba en el desierto anhelando un día llegar a la tierra prometida, así nos sentimos hoy, en medio de un mundo que fascina y  desconcierta, que sorprende y encanta, pero al mismo tiempo provoca y desafía.
Nos sentimos bendecidos de Dios por tantos dones que recibimos cada día, pero nos duele ver a tantos hermanos que sufren y son maltratados por la indiferencia y la ausencia de amor que se traduce en violencia y desprecio de la vida.
Pero nos anima la promesa siempre presente en nuestra historia que ya el profeta Isaías anunciaba ocho siglos antes del nacimiento de Jesús.

“ El pueblo que caminaba en las tinieblas vio una gran luz… Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”. (Is 9,1-5)

El anuncio de la venida del Señor en este tiempo de adviento nos llena el corazón de esperanza y nos invita a renovar nuestra confianza, pues Dios sigue derramando su amor sobre cada uno de nosotros. Dios se sigue revelando como el Padre que nos busca porque nos ama. Es el Dios que se entrega a cada instante en la persona de su hijo, nuestro Señor Jesucristo, para compartir con nosotros su vida.
Dios inicia de nuevo el camino que lo conduce hasta lo más profundo de nuestra humanidad para hacernos entender que siempre estará con nosotros y que jamás se cansará de trabajar por nosotros y en nosotros.
El camino que nos conduce a la Navidad no es otro sino aquel que nos lleva a encontrarnos con lo mejor de nosotros mismos y nos permite reconocer que somos lo más querido por Dios.
En el camino nos hará mucho bien recordar las palabras de Jesús que dice: “Yo he venido  para que tengan vida y, vida en abundancia” (Juan 10, 11)
¿Tendremos en valor de abrirnos al don de la vida que se nos ofrece?
¿Cuáles serán las tinieblas que tendremos que hacer desaparecer para poder reconocer el rostro de Dios entre nosotros?
Que nuestro caminar hacia la Navidad sea un tiempo marcado por la alegría y la esperanza.

P. Obwaya Justus Oseko: «Sin la fe en Dios estaría corriendo como un pollo sin cabeza»

El P. Obwaya Justus Oseko, misionero keniano de 35 años, está en Madrid, España para estudiar Comunicación Digital, pero también para trabajar en el centro de Pastoral Juvenil Vocacional, desde el que acompaña a jóvenes en discernimiento vocacional misionero. En esta entrevista nos cuenta la historia de su vocación.

Entrevistó: P. Zoé Musaka, mccj
Mundo Negro

Háblanos de ti y de tu familia.

Nací el 12 de febrero de 1988 en el distrito de Gucha, que está en el condado de Kisii (Kenia), en el seno de una familia católica. Soy el cuarto de cinco hermanos, cuatro chicos y una chica. La benjamina de la familia es religiosa de la Congregación de la Adoración y reside en la actualidad en Alemania. Mi padre se llama Evans Obwaya y es maestro de Primaria, mientras que mi madre se llama Florence Moraa y tiene una pequeña granja.

¿Cómo nació tu vocación misionera?

Cada sábado era costumbre en mi familia reunirnos para leer y reflexionar juntos la Palabra de Dios, normalmente el texto del Evangelio del día siguiente. Mi padre jugaba un rol crucial en estos encuentros, era como el presidente de esa pequeña Iglesia doméstica. Nos pedía a cada uno de nosotros que leyéramos el texto y después nos invitaba a compartir aquello que nos había tocado personalmente. Por otro lado, mi madre insistía mucho en que rezáramos el Rosario, una oración que siempre menutrió y me ayudó a comprender la importancia de la Virgen María en nuestro camino de fe. Estas experiencia familiares de cercanía con Dios me animaron a unirme al grupo vocacional de mi parroquia, Nuestra Señora de Asunción, en Nyamagwa, donde creció la semilla que habían plantado mis padres. Entonces me comprometí a ser monaguillo para ayudar a los sacerdotes durante las celebraciones eucarísticas

¿Cómo evolucionó ese compromiso?

Al completar la Secundaria comencé a participar en el coro de la parroquia Reina de los Apóstoles de Nyakegogi. Durante este tiempo aprendí música y cuando los dos maestros principales del coro estaban ausentes, yo mismo dirigía los ensayos del grupo. La presencia en el coro me permitió conocer a mucha gente comprometida con la Iglesia y saber por primera vez de la existencia de los Misioneros Combonianos cuando un compañero me entregó un folleto que hablaba de ellos y de su fundador. 

El P. Obwaya Justus con un grupo del World Youth Comboni Gathering.

¿Aquella publicidad fue importante en tu decisión de ser misionero comboniano?

Creo que sí. El folleto se titulaba «Gente de coraje», y me lo entregaron mientras asistía al taller de música en el coro parroquial. Su lectura produjo en mí un gran asombro y el deseo de servir a los más necesitados a través de la vida misionera. Desgraciadamente, no siempre las decisiones que toman los hijos son fáciles de aceptar por los padres. Puede sonar contradictorio, pero mi padre, que tanto me había influenciado para que fuera un buen cristiano, no quería que fuera sacerdote. Estaba convencido de que lo mejor para mí era ser médico. Necesitamos un largo tiempo de reflexión y muchas discusiones entre los dos para que aceptara mi decisión. Estaba entusiasmado con el ejemplo de san Daniel Comboni y su decisión de servir y aliviar los sufrimientos de los pobres. Conocer la vida de este santo fue una epifanía para mí que me motivó a querer seguir sus pasos y unirme a la congregación y colaborar en su acción misionera. Escribí al promotor vocacional, que en aquel momento era el P. Paul Kambo. Me invitó a participar en el encuentro vocacional para candidatos al sacerdocio que tenía como tema «Ven y verás»,donde reafirmé mi opción por la vida misionera.

¿Iniciaste tu formación después de este encuentro?

Sí, apenas unos meses después entré en la etapa que llamamos ­prepostulantado, que es un tiempo de preparación antes de comenzar los estudios de Filosofía. Esta primera etapa la viví en el barrio de Mukuru Kwa Reubende Nairobi, en el centro que dirigenlas Hermanas de la Misericordia, fundadas por Catalina McAuley. Durante mi estancia, participé en numerosas actividades sociales y me acerqué al sufrimiento de muchas personas. Este servicio junto a los últimos y ­desechados incrementó en mí el anhelo de servirlos siguiendo el ejemplo de san Daniel Comboni. Al final del prepostulantado me encontraba muy feliz y satisfecho con la labor realizada; mis deseos de ser misionero y de servir a los más necesitados se habían incrementado.

¿Qué vino después?

En 2010 comencé el postulantado y, por tanto, los estudios filosóficos. Después salí por primera vez de mi país para ir a Lusaka (Zambia). La etapa del noviciado, de dos años, fue maravillosa porque tuve una profunda experiencia de la gracia de Dios, que sentía inmerecida. No puedo dejar de citar al P. John ­Peter Alenyo, que me ayudó mucho a comprender la espiritualidad comboniana. Después di el salto a la comunidad de Pietermaritzburg, en Sudáfrica, para los estudios de Teología. Después de terminar esta etapa en 2018 fui enviado a la parroquia de ­Amakuriat, en el noroeste de Kenia, para mi servicio misionero, una etapa de preparación pastoral antes de la ordenación sacerdotal. Fueron dos años muy ricos, acompañando a las poblaciones seminómadas pokots. El 6 de agosto de 2020 fui ordenado sacerdote.

Una de las celebraciones de la JMJ en Lisboa.

¿Cómo has vivido estos primeros años de sacerdocio en África y ahora en Europa?

Mi experiencia sacerdotal en África ha sido muy corta, porque enseguida me destinaron a España. Sin embargo, durante el tiempo que permanecí en Kenia ya como sacerdote tuve ocasión de acompañar a diferentes grupos de personas y participar de sus sufrimientos y alegrías. Siempre me han estimulado la fe sencilla y el buen ánimo de las personas que, a pesar de tantas dificultades, mantienen viva la esperanza. A España llegué sin saber absolutamente nada de la lengua y tuve que dedicarme de lleno a estudiarla. No ha resultado nada fácil para mí y agradezco de todo corazón a mis compañeros combonianos de la comunidad de Granada su cálida hospitalidad y, sobre todo, la paciencia que han tenido conmigo. En cuanto mi español me lo permitió, comencé a integrarme en las actividades parroquiales y en el acompañamiento de los grupos infantiles y juveniles. Desde el pasado mes de septiembre estoy en Madrid estudiando Comunicación Digital, con la esperanza de que todo lo que aprenda sea un instrumento para comunicar mejor la Misión.

¿Cómo podrías resumir tu vida misionera? 

Mi hasta ahora corta vida misionera ha sido un camino que he realizado con esfuerzo y una constante renovación espiritual. La oración no es opcional para un misionero, sino que es algo fundamental. La oración me ayuda a conocerme mejor, me introduce en una lucha constante por deshacerme de aspectos innecesarios de mi persona e incentiva la adquisición de valores fundamentales para poder servir a la Misión. Siento que el Señor me llama a tener una relación de amor con Él y en la medida que viva esta relación podré reflejar la misericordia de Dios y ayudar a los demás. 

¿En qué se traduce esto?

Siempre que pienso en mi vida, siento la necesidad de mostrar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que han contribuido positivamente en mi camino de fe y de acercamiento a Dios. Me siento feliz, con una felicidad que no puedo expresar con palabras. Si no fuera por la fe en Dios estaría corriendo como un pollo sin cabeza, bullicioso y apresurado por la vida.

¿Qué dirías a los jóvenes sobre la vocación misionera?

A los jóvenes que anhelan ser misioneros y realizar este noble servicio les digo: ánimo, permitid que Dios obre en vosotros y os moldee. No os desaniméis, no dejéis que las nuevas tecnologías os influyan negativamente, salid y marcad la diferencia en el mundo. Abrid vuestros corazones de par en par a Dios, que os está diciendo: «Venid en pos de mí». Os puedo asegurar que si sois generosos, Dios os dará las fuerzas que necesitáis, pero por vuestra parte tenéis que ser disciplinados y dejaros confrontar y ayudar. Tenéis que creer que el cambio comienza en vosotros mismos y que Dios no se deja ganar en generosidad. Tened confianza, animaos y dejad que Él os guíe. ¡Vamos juntos a servir a Dios!  

“Escucha, hijo mío, el más pequeño, Juanito. ¿A dónde te diriges?” (Nican Mopohua)

Con estas palabras llenas de amor y ternura, es como María, la Madre de Dios
se dirige a Juan Diego, a quien encomienda una ardua tarea. En la historia de la salvación, María es una figura que expresa una cercanía sin igual a la humanidad, no sólo por ser madre, sino porque ella también nos enseña que es posible y seguro hacer caso a la voz de Dios.

Por: Esc. Fernando Uribe, misionero comboniano

Por ello, el relato de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe en tierras americanas, no es simplemente una historia fantasiosa, sino que demuestra la cercanía y el amor de Dios a un pueblo y a las personas que lo necesitan. Asimismo, nos convoca a una tarea, a una misión, la de llevar el mensaje de reconciliación y unión a donde sea necesario.

De manera personal, María ha sido una figura muy importante en mi camino vocacional, porque en ella he encontrado no sólo una acompañante, sino una guía hacia el encuentro de su Hijo Jesús y una apertura hacia la voluntad de Dios. Recordar a la Guadalupana, es tener presentes las palabras que encontramos en el evangelio de Juan, en donde Jesús entrega a María, su madre, a su discípulo amado, y es en este momento de amor y generosidad total que muestran el gran amor de Dios por nosotros.

Las frases «Mujer, he ahí tu hijo» e «hijo, he ahí tu madre», son palabras que no podemos pasar sin meditarlas realmente con un corazón sencillo y abierto. Tener a María como Madre de Dios y ahora como Madre nuestra, es una gran responsabilidad que nos invita a ser como ella, a seguir su ejemplo, así como un niño ve a sus padres y aprende de ellos. Recibir a María en nuestra casa (cf Jn 19,26-27), no es para guardarla celosa y egoístamente, sino para tener en ella a alguien quien nos consuela y anima a seguir adelante en nuestras vidas.

Muchas veces pensamos que cuando Dios llama, llama a unos pocos, a aquellos que tienen vocación, pero María nos recuerda que Dios nos llama a todos. No tengamos miedo de escuchar la voz de Dios y lo que Él quiere de nosotros, porque no estamos solos, así como María recuerda esto a Juan Diego cuando él, cansado y temeroso de la tarea que se le había encomendado, escucha unas palabras de ternura y amor: «Hijo, ¿no estoy yo aquí que soy tu madre?». María es nuestra Madre y quiere lo mejor para nosotros, y lo mejor que nos puede dar es el encuentro con su hijo Jesús.

Por eso, vivamos esta gran fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe con gran devoción y apertura a lo que Dios quiere de nosotros, y no tengamos miedo de aventurarnos a lo que Él nos pida, porque no estamos solos; tenemos a María, una gran guía en nuestro camino. Presentémonos con un corazón sencillo ante nuestra Madre, la Morenita del Tepeyac, para que sea ella quien nos acompañe y guíe en nuestra vocación, y seamos así unos grandes mensajeros de la Palabra de Dios con nuestra vida.

Jubileos sacerdotales

Durante este año varios misioneros combonianos mexicanos celebraron sus bodas de oro o plata sacerdotales. Estuvieron acompañados por sus familiares, amigos y hermanos de congregación. Damos gracias a Dios por su vocación y su servicio pastoral.

El padre Crisóforo Contreras Ramírez, originario de Celaya, Guanajuato, celebró el pasado 9 de septiembre sus bodas de oro sacerdotales. Son 50 años al servicio de la misión en México y en Kenia, casi siempre en el delicado trabajo de formar jóvenes misioneros. En la actualidad se encuentra en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Temixco, donde sigue ejerciendo su ministerio con alegría.

P. Crisóforo Contreras

El padre Roberto Pérez Córdova, originario de Torreón, Coahuila, festejó sus bodas de plata sacerdotales el pasado 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María. Ejerció su ministerio sacerdotal en Brasil y en México, donde se encuentra actualmente en la comunidad de Cochoapa El Grande, entre los indígenas mixtecos.

El mismo día se cumplieron 25 años de la ordenación sacerdotal del padre José Alberto Pimentel, nacido en Guadalajara, Jalisco. Él tiene una gran experiencia misionera en el mundo árabe y también trabajó en Sudáfrica y Estados Unidos. Actualmente se encuentra en la comunidad de la colonia Moctezuma, en Ciudad de México, desde donde coordina la página de Facebook de los combonianos: «Misión Digital Comboniana».

De izquierda a derecha: P. José Rodrigo Arizaga, P. José Alberto Pimentel y P. Roberto Pérez

El padre José Rodrigo Arizaga Catarino nació en La Barca, Jalisco, y fue ordenado el mismo día que sus compañeros anteriores. Trabajó como misionero en Perú y Centroamérica. Actualmente espera ser destinado a una comunidad en México.

También el 15 de agosto celebró sus bodas de plata sacerdotales el padre José Luis Rodríguez López, oriundo de Yurécuaro, Michoacán. Estudió la Teología en São Paulo, Brasil, donde se encuentra actualmente como formador. Trabajó como misionero en Mozambique y México.

P. José Luis Rodríguez

Que, por intercesión de san Daniel Comboni y de María de Guadalupe, el Señor les ayude a seguir fieles a la vocación misionera y sacerdotal.

Nace el centro Laudato Si’ en Uganda

El Centro Laudato Si – Comboni Uganda (LSCC) fue establecido por los misioneros combonianos en Uganda en enero de 2023, para coordinar las actividades de la Acción Comboniana para el Medio Ambiente y la Promoción Humana (CAEHP).

LSCC proporciona un foro para entrelazar la evangelización (anunciar el Evangelio) con el apostolado social (promoción humana, transformación social y protección del medio ambiente), con el objetivo de contribuir a proporcionar una solución innovadora a los desafíos ecológicos en Uganda.

La creación del Centro Laudato Si’ por los Misioneros Combonianos en Uganda se inspiró en la carta encíclica del Papa Francisco Laudato Si de 2015, que nos llama a la conversión ecológica. En segundo lugar, fue una respuesta a la invitación del XIX Capítulo General de los Misioneros Combonianos a desarrollar y facilitar caminos de acompañamiento para favorecer la conversión a la ecología integral en nuestra espiritualidad y formación, potenciando las iniciativas combonianas en este sentido y colaborando así en transformación social como lo indican las encíclicas Laudato Si’ (LS) y Fratelli Tutti (FT).

Inspirándonos en estos dos documentos de las encíclicas del Papa y en el carisma de la familia comboniana, queremos participar en la lucha contra la degradación ambiental, humana y social como una forma de atender a las personas vulnerables de nuestra sociedad y cuidar de nuestra casa común. como nos lo propone la iglesia.

El Centro Laudato Si’ colabora con grupos de personas (en nuestras parroquias e instituciones) y actores relevantes que están comprometidos con el proceso de conversión ecológica y la profundización de su relación con Dios como Creador y con todos los miembros de la iglesia. Utilizando la metodología clásica de VerJuzgar y Actuar, los miembros se reúnen regularmente para orar, reflexionar, analizar y actuar con amor compasivo y preocupación por nuestra casa común.

El Centro fue inaugurado el 1 de mayo de 2023 bajo el lema: Juntos por nuestro medio ambiente. El Centro Laudato Si Comboni Uganda se crea para coordinar las actividades de la Acción Comboniana para el Medio Ambiente y la Promoción Humana.

La iniciativa fue iniciada por el Hno. Cosmas Ochan Okech y el Hno. Michael Avaga, Misioneros Combonianos de Uganda, con la guía del Superior Provincial, el P. Anthony Kibira Kimbowa.

Cada tercer miércoles de mes, los directores de LSCC y algunos miembros del Movimiento de Trabajadores Católicos van a un programa de radio en Radio María para sensibilizar a la gente sobre el tema de la protección del medio ambiente, a la luz de Laudato Si’.

Visión

La visión del Centro Laudato Si – Comboni Uganda será; “Ser el centro líder que ayuda a las comunidades a abrazar la transformación humana, la sostenibilidad de nuestra casa común (Madre Tierra) y la protección del medio ambiente”.

Misión

La misión de LSCC – Uganda será; “Ayudar a las personas a responder de manera sostenible a la crisis ecológica de nuestro tiempo y tomar acciones para proteger el medio ambiente y defender a los vulnerables de nuestra sociedad mediante la implementación de proyectos y programas que mejoren los medios de vida”.

Meta

El objetivo principal es responder al grito de la Iglesia por la protección de la Madre Tierra (cuidado de la casa común) tal como lo dirige la encíclica Laudato Si’ de 2015.

Objetivos

1. Realizar un análisis ecológico más amplio de la crisis ambiental a través de la investigación, promover una educación ecológica más profunda y crear conciencia sobre la necesidad de proteger nuestra casa común.

2. Promoción, lobby y campañas por un medio ambiente limpio: involucrar al gobierno y a las partes interesadas relevantes en todos los niveles para hacer cumplir mejores políticas ambientales para conservar la naturaleza y proteger nuestra casa común.

3. Promover la acción colectiva hacia la restauración de la naturaleza a través de la reforestación, la conservación, la agricultura orgánica y la innovación social en la gestión de residuos utilizando las 5R (Rechazar, Reducir, Reparar, Reciclar y Reutilizar)

4. Participar activamente en el día mundial del medio ambiente y buscar opciones alternativas de vida para la transformación personal y social.

5. Cerrar la brecha en nuestro ministerio de evangelización.

Programas

Los programas del centro incluyen:

  • Desarrollo de capacidades de los miembros para abordar eficazmente los desafíos ecológicos y sociales.
  • Promoción de acciones individuales y comunitarias hacia la conversión ecológica y la promoción humana.
  • Sensibilización comunitaria
  • Capacitación en agricultura, forestación y liderazgo ecológico.
  • Empoderamiento juvenil
  • Transformación de género
  • Animación misionera y promoción vocacional
  • Promoción de la celebración litúrgica basada en el medio ambiente.
  • Beca (compartir ideas innovadoras con otras ONG e instituciones gubernamentales)
  • Innovación social
  • Promoción de la solidaridad
  • Promoción de la gestión sostenible de residuos

La integridad de la creación es un aspecto importante de la evangelización misionera comboniana, pero se le ha prestado poca atención mientras ministramos a los más pobres y abandonados. Por lo tanto, LSCC ayuda a abordar esta brecha para que nuestro ministerio sea completo.

Campaña de oración para cada día de la COP28 en Dubái

Entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre tendrá lugar en Dubai la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), donde líderes de todo el mundo, incluido el Papa Francisco, se reunirán para tomar decisiones clave para el futuro de nuestro Planeta. Publicamos aquí, para cada día de la Conferencia, un breve pasaje extraído de la exhortación apostólica Laudate Deum del Papa Francisco, seguido de una propuesta de una breve oración, en consonancia con el tema de discusión de ese día.

” Hijitos, no amemos con palabras ni con la lengua,
sino con obras y en verdad
 “
(1 Juan 3:18)

El Adviento es un tiempo de espera activa y de conversión, durante el cual estamos invitados a orar y actuar, acompañando nuestra fe con gestos tangibles destinados a salvaguardar y reparar nuestra Casa Común. Responderemos así a la invitación que nos hizo el Papa Francisco en su reciente exhortación apostólica  Laudate Deum a “pensar en el bien de las generaciones futuras”.

Jornada inaugural – Diálogo de Talanoa
30 de noviembre de 2023

Oración: En comunión con los creyentes de todas las religiones que se reúnen hoy para escuchar el clamor de la tierra y de los pobres, oramos por un gran avance en las negociaciones de la COP28.

Laudate Deum, 61: No quiero dejar de recordar a los fieles católicos las motivaciones que surgen de su fe. Animo a los hermanos y hermanas de otras religiones a hacer lo mismo, porque sabemos que la fe auténtica no sólo fortalece el corazón humano, sino que transforma toda la vida, transfigura los objetivos personales, ilumina las relaciones con los demás y los vínculos creados con todos.

Cumbre Mundial sobre Acción Climática
1 de diciembre de 2023

Oración: Señor, inspira en todos nosotros una respuesta santa a la inercia en la acción climática, para que la presión ciudadana impulse a los líderes políticos a un compromiso radical con nuestra casa común.

Laudate Deum, 2: Han transcurrido ocho años desde la publicación de la carta encíclica Laudato si’ (…). Pero, a medida que pasa el tiempo, me doy cuenta de que no reaccionamos lo suficiente, ya que el mundo que nos acoge se está desmoronando y tal vez se esté acercando a un punto de ruptura.

Cumbre Mundial sobre Acción Climática
2 de diciembre de 2023

Oración: Señor, concédenos esperar y comprometernos siempre, sin desánimo ante la indiferencia del mundo, por una transición ecológica global.

Laudate Deum, 53 años: Decir que no se debe esperar nada sería contraproducente, porque significaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático.

Salud/Emergencia, Recuperación y Paz
3 de diciembre de 2023

Oración: Señor, haznos pacificadores para reconstruir la armonía entre los pueblos y con la Creación, por la adaptación al cambio climático y por una solidaridad que no deje a nadie atrás.

Laudate Deum, 3: Lo dijeron también en pocas palabras los obispos presentes en el Sínodo para la Amazonía: «Los ataques a la naturaleza tienen consecuencias en la vida de los pueblos». (…) Los obispos africanos han declarado que el cambio climático pone de relieve “un ejemplo impactante de pecado estructural”.

Finanzas / Comercio / Igualdad de género / Informes
4 de diciembre de 2023

Oración: Oramos para que las negociaciones de la COP28 conduzcan a la movilización de los recursos necesarios para abordar el cambio climático, especialmente para los países más vulnerables y afectados.

Laudate Deum, 32: Crecen ideas erróneas sobre la llamada “meritocracia”, convertida en un poder humano “merecido” al que todo debe estar sometido, dominio de quienes nacieron con mejores condiciones de desarrollo. (…) Si no se busca la igualdad real de oportunidades, la meritocracia fácilmente se convierte en una pantalla que consolida aún más los privilegios de unos pocos con mayor poder.

Energía e industria / transición justa / pueblos indígenas
5 de diciembre de 2023

Oración: Señor, oramos para que los líderes mundiales tengan el coraje de lograr la transición energética, con la rápida eliminación de los combustibles fósiles.

Laudate Deum, 54 años: Si tenemos fe en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y pensar en grande, no podemos dejar de soñar que la COP28 conducirá a una aceleración decisiva de la transición energética, con compromisos efectivos que puedan ser monitoreados permanentemente . Esta Conferencia puede ser un punto de inflexión…

Actuación multinivel, urbanización y construcción / Transporte
6 de diciembre de 2023

Oración: Señor, oramos para que las poblaciones locales y los pueblos indígenas tengan voz y sean reconocidos como actores fundamentales en las decisiones e intervenciones para la transición ecológica.

Laudate Deum, 3: El cambio climático es uno de los principales desafíos que enfrenta la sociedad y la comunidad global. Los efectos del cambio climático los sienten las personas más vulnerables, tanto en casa como en todo el mundo.

Día de descanso
7 de diciembre de 2023

Oración: Después de la fase técnica de las negociaciones, en vista de las decisiones políticas de la COP28, oramos para que los líderes mundiales tengan el coraje de tomar decisiones radicales, adecuadas a la situación crítica del planeta.

Laudate Deum, 56: Debemos superar la lógica de parecer sensibles al problema y al mismo tiempo no tener el coraje de realizar cambios sustanciales. (…) Si las medidas que adoptaremos ahora tienen costos, serán tanto más gravosas cuanto más esperemos.

Jóvenes, niños, educación y capacidades
8 de diciembre de 2023

Oración: Señor, oramos para que las esperanzas y expectativas de los jóvenes respecto de la acción climática no sean traicionadas una vez más, sino que sus voces sean escuchadas y las respuestas sean apropiadas.

Laudate Deum, 202: No hay conciencia de un origen común, de pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas creencias, nuevas actitudes y estilos de vida. Surge así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que implicará largos procesos de regeneración.

Naturaleza, usos de la tierra y océanos
9 de diciembre de 2023

Oración: Oramos por un gran avance en la conservación, regeneración y gestión sostenible de la naturaleza, que son integrales para lograr los objetivos del Acuerdo de París.

Laudate Deum, 15 años: Algunas manifestaciones de esta crisis climática ya son irreversibles desde hace al menos cientos de años (…). Esta es una señal entre muchas de que las demás criaturas de este mundo han dejado de ser nuestros compañeros de viaje y se han convertido en nuestras víctimas.

Alimentación, agricultura y agua
10 de diciembre de 2023

Oración: Para que el derecho al agua esté garantizado en todas partes y por una transición global de los sistemas alimentarios hacia una producción orgánica y sostenible, te rogamos Señor.

Laudate Deum, 31 años: Una mayor escasez de agua aumentará el coste de los alimentos y de diversos productos que dependen de su uso. (…) Los impactos ambientales podrían afectar a miles de millones de personas, y por otro lado es previsible que el control del agua por parte de las grandes empresas globales se convierta en una de las principales fuentes de conflicto de este siglo.

NEGOCIACIONES CONCLUSIVAS
11 de diciembre de 2023

Oración: Por soluciones concretas y rápidas a la crisis climática, te rogamos Señor.

Laudate Deum, 52 años: Hoy todavía podemos afirmar que «los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se han establecido mecanismos adecuados de control, verificación periódica y sanción por incumplimiento. Los principios declarados siguen requiriendo formas efectivas y ágiles de implementación práctica.” Además, «las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente debido a las posiciones de los países que favorecen sus propios intereses nacionales por encima del bien común global. Quienes sufren las consecuencias que intentamos ocultar recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad”.

NEGOCIACIONES CONCLUSIVAS
12 de diciembre de 2023

Oración: Por soluciones concretas y rápidas a la crisis climática, te rogamos Señor.

Laudate Deum, 60: Esperamos que quienes hablen sean estrategas capaces de pensar en el bien común y el futuro de sus hijos, más que en los intereses específicos de algún país o empresa. Que así muestren la nobleza de la política y no su vergüenza. Me atrevo a repetir esta pregunta a los poderosos: “¿Por qué queremos mantener hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?”.