Por: + Cardenal Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC
MIRAR
Ha concluido en Roma la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, con participación de muchos otros miembros del Pueblo de Dios. Se ha publicado el Informe de Síntesis, que recoge los aportes recibidos en el aula sinodal, más todas las aportaciones que se hicieron en toda la Iglesia durante dos años anteriores. El Sínodo no empieza ni termina aquí, sino que es un proceso de la vida de la Iglesia, antes y después del Concilio Vaticano II (1962-65).
Si sinodalidad significa que todos los bautizados sean miembros vivos y operantes de la Iglesia, esto ya sucedía tanto en lo que nos describe Hechos de los Apóstoles 15, como en lo que ya se hacía antes del Concilio. Por ejemplo, en mi pequeña población, no había sacerdote y mi papá, junto con otros laicos, asumía el servicio de estar al frente de la comunidad. Iba a la ciudad cercana a recibir su formación por parte de la Acción Católica; luego daba la catequesis diferenciada a jóvenes y adultos, presidía la celebración dominical, que llamaban Misa de los campesinos, sin sacerdote, y promovía lo que hoy llamamos pastoral social: que hubiera carretera, luz eléctrica, escuela, salud y desarrollo.
Después del Concilio Vaticano II, sobre todo en lugares donde no hay suficientes sacerdotes, los catequistas, mujeres y varones, religiosas y diáconos, previa formación recibida por parte de su párroco, son los animadores integrales de la comunidad, tanto en la evangelización y la catequesis, como en las celebraciones y en el desarrollo integral. Esto lo hemos vivido en muchos lugares y no es moda actual. Lo que pide el Sínodo es que todos los bautizados asuman su lugar y su misión en la tarea de continuar la obra de Jesús, para el bien de la humanidad.
DISCERNIR
En cuanto a la importancia del apostolado de los laicos, ya dijo el Concilio en su Decreto Ad gentes: “La Iglesia no está verdaderamente formada, no vive plenamente, no es señal perfecta de Cristo entre los hombres, en tanto no exista y trabaje con la jerarquía un laicado propiamente dicho” (21).
El Papa decía en su homilía de clausura de esta sesión sinodal: “La Iglesia que estamos llamados a soñar: una Iglesia servidora de todos, servidora de los últimos. Una Iglesia que no exige nunca un expediente de ´buena conducta´, sino que acoge, sirve, ama, perdona. Una Iglesia con las puertas abiertas que sea puerto de misericordia... Se concluye la Asamblea sinodal. En esta ´conversación del Espíritu´ hemos podido experimentar la tierna presencia del Señor y descubrir la belleza de la fraternidad. Nos hemos escuchado mutuamente y, sobre todo, en la rica variedad de nuestras historias y nuestras sensibilidades, nos hemos puesto a la escucha del Espíritu Santo. Hoy no vemos el fruto completo de este proceso, pero con amplitud de miras podemos contemplar el horizonte que se abre ante nosotros. El Señor nos guiará y nos ayudará a ser una Iglesia más sinodal y más misionera, que adora a Dios y sirve a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, saliendo a llevar la reconfortante alegría del Evangelio a todos”.
Pero esto es un proceso de vida, que no se queda en un evento. Como dice el Informe de Síntesis: “La Asamblea no es un acontecimiento aislado, sino una parte integrante y una etapa necesaria del proceso sinodal. En la multiplicidad de intervenciones y la pluralidad de posiciones resonó la experiencia de una Iglesia que está aprendiendo el estilo de la sinodalidad y buscando las formas más adecuadas para realizarla. Esta fase durará hasta octubre de 2024, cuando la Segunda Sesión de la Asamblea concluirá sus trabajos, ofreciéndolos al Santo Padre.
De hecho, el camino sinodal pone en práctica lo que el Concilio enseñó sobre la Iglesia como Misterio y Pueblo de Dios, llamada a la santidad. Valora la contribución de todos los bautizados, en la variedad de sus vocaciones, a una mejor comprensión y práctica del Evangelio. En este sentido, constituye un verdadero acto de recepción ulterior del Concilio, prolongando su inspiración y relanzando su fuerza profética para el mundo de hoy.
El sentido del camino sinodal convocado por el Santo Padre es implicar a todos los bautizados... No es fácil escuchar ideas diferentes, sin ceder inmediatamente a la tentación de replicar; ofrecer la propia contribución como un don para los demás y no como una certeza absoluta. Sin embargo, la gracia del Señor nos ha llevado a hacerlo, a pesar de nuestras limitaciones, y ésta ha sido para nosotros una verdadera experiencia de sinodalidad. Practicándola, la hemos comprendido mejor y hemos captado su valor.
El estilo de la sinodalidad aparece como un modo de actuar y operar en la fe que brota de la contemplación de la Trinidad y valora la unidad y la variedad como riqueza eclesial... La sinodalidad se presenta principalmente como un camino conjunto del Pueblo de Dios y como un diálogo fecundo de carismas y ministerios al servicio de la venida del Reino... La sinodalidad aparece principalmente como un conjunto de procesos y una red de organismos que permiten el intercambio entre las Iglesias y el diálogo con el mundo”.
ACTUAR
El Papa Francisco ha criticado frecuente y duramente el clericalismo, que es como acaparar la misión de la Iglesia y como un abuso de poder por parte de los clérigos. Si nosotros fallamos en esto, pidamos al Espíritu Santo la gracia de convertirnos. Y las religiosas y demás laicos ayúdenos a entrar en este proceso de sinodalidad, como estilo de vida eclesial, en que todos participamos. La autoridad, según Jesús, es servicio.
– Padre, ¿Podría presentarse a nuestros lectores?
– Con mucho gusto. Me llamo Rafael González Ponce. Nací el 31 de agosto de 1951, soy origina-rio de Guadalajara, Jalisco. Llevo 43 años como sacerdote, de los cuales, 27 han sido como misio-nero fuera de mi país. Tengo la dicha de ser uno de los primeros tres combonianos que iniciamos la misión en Asia.
Luego me pidieron que fuera parte del Consejo General de la Congregación ayudando en Roma. Estuve unos años como formador en el seminario para Hermanos en Bogotá. De ahí pasé a trabajar a nuestras misiones de Ecuador. Desde hace pocos meses me estoy reintegrando a México.
– ¿Cómo conoció a los combonianos?
– Estudié en una escuela de los jesuitas para niños de familias pobres. Ahí se encontraba el padre Francisco Javier Quintana, a quien le habían cortado las plantas de los pies durante la persecución religiosa, él siempre nos hablaba de las misiones y nos infundía un gran amor al Corazón de Jesús y a la Virgen María.
En ese ambiente, a los 12 años, decidí ingresar al seminario menor diocesano. Estando en esta casa de formación, siendo parte del equipo de animación misionera, conocí Esquila Misional. Sus artículos y testimonios de tantos misioneros se convirtieron en alimento para mi ideal misionero.
El «toque de gracia» fueron los campos misión que realizamos los seminaristas entre los indígenas en Donají, cerca de Tehuantepec, Oaxaca, y otro en Loma Bonita, no lejos de Tuxtepec, Oaxaca. Considero una gracia especial que el padre Agustín Pelayo, misionero comboniano, haya venido a visitarnos al seminario mayor (más tarde moriría en un accidente en Burundi, África); sus palabras sencillas y llenas de fuego fueron esenciales para que mi discernimiento madurara.
El rector del seminario me puso a prueba durante tres años, al final él mismo me envió ante el cardenal José Salazar, quien me bendijo y me pidió que siempre me sintiera parte de la diócesis. En resumen, siento que el mismo Corazón de Jesús, que conocí desde pequeño, me acompañó a través de mi iglesia local y me trajo a la familia de san Daniel Comboni.
– Tuvo que dejar a su familia para ser misionero, ¿Cómo lo tomaron sus papás?
– Mi padre falleció antes que yo ingresara al seminario. Mi mamá trabajó incansablemente para sacar adelante a sus seis hijos. Nos llenó de cariño, pero también sabía exigirnos. Todos aprendimos los valores de trabajar duro y compartir, aunque fuera un plato de frijoles, con los más necesitados.
Todos me han apoyado siempre con su oración y con todo lo que estuviera a su alcance. Pero me han dejado libre y me han pedido coherencia y entrega generosa. Las despedidas siempre son dolorosas y, a medida que pasan los años, se hacen más difíciles puesto que las enfermedades y la fragilidad avanzan. Ahí es donde he comprobado su profunda fe y su abandono total en las manos de Dios. En definitiva, mi madre (ya está en el cielo) y mis hermanos han sido el gran cimiento de mi vocación.
– Este año celebramos los 75 años de presencia de los Misioneros Combonianos en México, ¿cómo se siente hoy como comboniano?
– Me siento feliz y con un deseo todavía más intenso para responder positivamente al llamado de Jesús a la vida sacerdotal misionera comboniana. Naturalmente ha habido un sinnúmero de cruces y momentos difíciles que superar. Lo importante es mantenerse humildes, sabiendo que el protagonista es Dios que nos ama y nunca dejará de amarnos.
La gente a la que he podido servir, especialmente a los más pobres, me ha dado y enseñado más de lo que yo he podido ofrecer: sobre todo su esperanza ilimitada y su solidaridad en la lucha cotidiana. Las personas que ya son parte de mí, me brindan esa amistad que rompe toda frontera. Para mí, más que cualquier otra satisfacción, el anunciar a Cristo, un apretón de manos y una sonrisa sincera han valido más que muchos sacrificios.
Ciertamente hoy ya no puedo hacer tantas cosas como antes, pero sí puedo orar y todavía estoy dispuesto a colaborar en los trabajos que se me pidan para que el Evangelio llegue a los corazones necesitados. Y al contemplar los 75 años de los misioneros en México no me canso de decir «¡gracias!».
– ¿Qué mensaje da a los jóvenes?
– Los invito a ir «a contra corriente». Vale la pena gastar la vida por Dios y para que surja una humanidad más fraterna.
De la familia comboniana:
Para que el recuerdo de nuestros hermanos, antepasados, amigos y familiares difuntos nos haga más conscientes de lo atractivo de la comunión de los santos, como anticipo de la alegría que nos espera. Oremos.
Del Papa:
Oremos por el Papa, para que en el ejercicio de su misión siga acompañando en la fe a la grey que le ha sido encomendada, con la ayuda del Espíritu Santo. Oremos.
El P. Crisóforo Contreras Ramírez, originario de la diócesis de Celaya, celebró el pasado 9 de septiembre sus bodas de oro sacerdotales. Son 50 años al servicio de la misión en México y en Kenia, casi siempre en el delicado trabajo de formar jóvenes misioneros. En la actualidad se encuentra en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Temixco, donde sigue ejerciendo su ministerio con alegría.
El P. Roberto Pérez Córdova, natural de Torreón, festejó sus bodas de plata sacerdotales el 15 de agosto. Ejerció su ministerio sacerdotal en Brasil y en México, donde se encuentra actualmente, en la comunidad de Cochoapa el Grande, entre los indígenas mixtecas.
El mismo día, Solemnidad de la Asunción de María, se cumplieron 25 años de la ordenación sacerdotal del P. José Alberto Pimentel, nacido en Guadalajara y con una gran experiencia misionera en el mundo árabe. También trabajó en Sudáfrica y en los Estados Unidos. Actualmente se encuentra en la comunidad de la colonia Moctezuma, desde donde coordina la página de Facebook de los combonianos de México: “Misión Digital Comboniana”.
El P. José Rodrigo Arizaga Catarino Nació en La Barca, Jalisco, y fue ordenado el mismo día que sus dos compañeros anteriores. Trabajó como misionero en Perú y en Centroamérica y actualmente está a la espera de ser destinado a una comunidad en México.
También el 15 de agosto celebró las bodas de plata sacerdotales el P. José Luis Rodríguez López, natural de Yurécuaro, en la diócesis de Zamora. El P. José Luis estudió la Teología en São Paulo, Brasil, donde se encuentra actualmente como formador de teólogos. Trabajó como misionero en Mozambique y en México. El pasado fin de semana pudo festejarlo en su pueblo natal acompañado de sus familiares y de un grupo de amigos brasileños que vinieron a México para la ocasión.
Que el Señor, por intercesión de San Daniel Comboni, les ayude a seguir fieles a la vocación misionera y sacerdotal.
El 22 de octubre se celebró la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), pero todo el mes ha tenido un carácter misionero extraordinario. Desde las comunidades de referencia de los laicos misioneros combonianos (LMC), comenzamos un nuevo año impulsados por este mes de la misión. El lema del DOMUND de este año fue “Corazones fervientes, pies en camino” (cf. Lc 24,13-35).
Por: LMC
Triple celebración en Kenia
Fue una triple celebración en Kenia cuando la fiesta de San Daniel Comboni coincidió con la 50ª celebración de la presencia de los MCCJ Combonianos en Kenia, así como la nación keniata celebraba también el “Huduma Day” que, en sentido amplio, significa Día del Servicio.
La celebración tuvo lugar en la Comunidad de Postulantes en las afueras de Nairobi. La celebración comenzó con una charla del P. John Korir, director vocacional. El tema del día era “Arraigados y cimentados en Cristo”, en línea con los escritos de San Daniel Comboni. “Tendremos que trabajar duro, sudar, morir; pero el pensamiento de que uno suda y muere por amor a Cristo y por la salvación de las almas más abandonadas del mundo, es demasiado dulce para que desistamos de esta gran empresa” San Daniel Comboni, desde el principio supo de donde vendría su fuerza, que es Cristo mismo.
Esta celebración marcó el 20 Aniversario de la Canonización de San Daniel Comboni, por San Juan Pablo II que dijo “necesitamos evangelizadores con entusiasmo y traje apostólico de San Daniel Comboni un apóstol de Cristo entre los africanos” esto nos recuerda a ser apóstoles de Cristo entre los que están en la misma realidad y los que están abandonados. Comboni discernió y abandonó a sus padres por los más abandonados de África.
En las celebraciones del Jubileo por la presencia de los MCCJ en Kenia, se compartió una breve historia de cómo los MCCJ llegaron de Uganda a Kenia en 1973, durante el reinado del presidente dictador ugandés Idi Amin. Los Misioneros Combonianos (MCCJ) llegaron a través del noroeste de Kenia en Kacheliba West Pokot, y luego se extendieron a otras áreas como Turkana, Marsabit, Wote, Naivasha y Nairobi. Algunas de las misiones pasaron a manos de la diócesis. Fieles a su carisma de los más desatendidos y abandonados. La presencia de los MCCJ se hace sentir en las zonas donde nadie se atreve a ir a evangelizar, hasta la fecha los MCCJ keniatas son 30, Hermanos – uno en formación de noviciado, Laicos Misioneros Combonianos – 6, Misioneras Seculares Combonianas – 4. Las Hermanas Combonianas llegaron a Kenia antes, en 1963.
Fue un día de fiesta para nosotros también para celebrar el “Huduma Day” donde los ciudadanos se unen para ayudar a sus hermanos y hermanas menos afortunados, y ofrecer servicios a la nación. San Daniel Comboni dijo que estoy muriendo pero mi obra no morirá, recemos por más vocaciones para nuestros jóvenes y laicos para que puedan ser enviados al ministerio sacerdotal de todo corazón.
Martin Onyango, LMC Kenia
Poco a poco en Togo, Ghana y Benin
Sí, poco a poco, nuestra provincia avanza. Hace algunos años, un laico, para seguir los pasos de Comboni, sólo podía optar por ser religioso. Si no, sólo podía caminar en el grupo llamado Amigos de Comboni. Pero gracias a Dios, desde 2011, después de la primera Asamblea Africana del LMC en Uganda, las cosas han cambiado. La primera reunión celebrada oficialmente como grupo de candidatos al LMC fue en mayo de 2013. Poco a poco, estamos avanzando. El 10 de octubre de 2022, tres (3) candidatos fueron aceptados e hicieron su promesa como LMC. El primer grupo pionero de la provincia (Togo-Ghana-Benin) está en Ghana. Pero como provincia constituida por tres países, no será suficientemente representativo tener dicho grupo en un solo país.
Por la gracia de Dios, laicos entusiastas de Togo, guiados por la Rev. Hermana Elisabeth, SMC, emprendieron el mismo camino para convertirse en LMC. Más de 20 al principio, siete del grupo de Adidogome, con determinación, mantuvieron sus expectativas y siguieron recibiendo la formación requerida para los candidatos a LMC según nuestra Guía Internacional de Formación. Mensualmente, se reúnen para una formación que la Rev. Hermana se toma muy en serio invitando a personas de referencia. El pasado 15 de octubre, se reunieron en la Casa de las Hermanas Combonianas para recibir una formación sobre el tema “Afectividad y Madurez Humana” impartida por la Rev. Hermana Cecilia de la Congregación de “Les Petites Soeurs de la Sainte Famille“. La Hermana les hizo comprender que la afectividad compromete la totalidad de la vida humana.
Los MCCJ están en los tres países y también los candidatos LMC. Desde hace algunos meses, surgen nuevos candidatos LMC en Benín. Nuestros amigos Lucien y Ulrich, (candidatos a LMC) también han empezado a formarse. Con la ayuda del Hermano Pascal, MCCJ, la formación está en curso en la parroquia de San Francisco de Asís de Fidzrosse. El 8 de octubre, se reunieron de nuevo para recibir una formación del Padre Francisco, MCCJ. El Padre compartió con ellos el “Consejo evangélico de la castidad en la vida de un cristiano“. El Hermano Pascal se ha comprometido a dar una base sólida a nuestros candidatos a LMC. La semana pasada, gracias a la guía de la Hermana Elisabeth, una nueva candidata, Rita Kebi, de Houegbo, se unió a los dos candidatos de Benín. Ella se insertará pronto en el grupo para continuar con Lucien y Ulrich el camino.
En Ghana, tuvimos la gracia de alegrarnos con el Padre Shane, MCCJ, de su 25 aniversario sacerdotal en la parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús de Abor. Fue una gran celebración a la que asistieron fieles de los tres países de la provincia. El Obispo Gabriel, SVD (Obispo de la diócesis de Keta-Akatsi), el Obispo Anthony (Obispo emérito de la diócesis), el Padre Timothy, Provincial de MCCJ en la Provincia, religiosos y laicos, todos vinieron a dar gracias a Dios con el Padre Shane por las maravillas y los cuidados que tuvo con los bendecidos del día. Al final de la celebración, aprovechamos para saludar al Provincial e interactuamos con el Hermano Pascal y algunos otros MCCJ.
Justin Nougnui, coordinador del LMC
El comienzo de una vocación misionera en Benin
El deseo de pertenecer a la Familia Comboniana motivó a Lucien y Ulrich -en Benin- a contactar con Alberto a través del blog. Alberto les condujo al Coordinador en la Provincia, que se puso en contacto con los dos nuevos amigos. Empezaron a pensar juntos en la mejor manera de avanzar. Se contactó con el capellán y se informó al Hermano Pascal que acompaña al grupo de Amigos de Comboni en Benín.
Para reunir a todos los candidatos amigos de la provincia Togo-Ghana-Benín, se creó una plataforma WhatsApp. Se iniciaron encuentros en línea para conocernos y ayudarnos a tener una idea de las realidades del LMC en el mundo. A través de esta plataforma, se estableció comunicación y se compartió la información necesaria. También se compartieron algunas resoluciones del LMC para que cada candidato tuviera una idea de la vocación y misión del LMC.
Durante un tiempo, los dos amigos, alejados el uno del otro, no pudieron comunicarse si no era a través de llamadas telefónicas y encuentros online. Pero el ardiente deseo de viajar juntos que ardía en ellos impulsó a Lucien a desplazarse de Bohicon a Cotonú -unos 125 km- para visitar a Ulrich. Este encuentro era tan deseado por cada uno que la visita fue un éxito y Lucien fue acogido calurosamente según su testimonio. Ahora que se han encontrado, queda por empezar la formación. Por la gracia de Dios, este 17 de septiembre de 2023 en la Parroquia San Francisco de Asís de Fidzrosse (República de Benín), en el Centro Catequético de Bakandja, se llevó a cabo el primer encuentro formativo. Junto con dos miembros del grupo de Amigos de Comboni, Lucien y Ulrich escucharon el compartir del Padre Eugenio sobre la “Obediencia“. En el compartir, el P. Eugenio ha presentado la vida de Jesucristo como el ejemplo perfecto de obediencia. Jesús, en efecto, fue obediente hasta la muerte, la muerte en la Cruz. El segundo ejemplo, continuó el Padre, fue San Daniel Comboni, que siguió las huellas de Jesucristo. Comboni no dudó cuando el Padre Marani le confirmó su vocación para la misión en África (E.13). Nosotros estamos llamados a hacer lo mismo.
Los dos amigos, Lucien y Ulrich quedaron muy impresionados por el compartir, porque el Padre Eugenio, dijeron, profundizó en algunas realidades concretas de este consejo evangélico.
Desde entonces, están decididos a continuar el camino y esperan con impaciencia el segundo compartir formativo.
Justin Nougnui, coordinador del LMC
Vida comunitaria, Formación y Actividades pastorales en Ghana
“Id por todo el mundo y predicad el Evangelio” (Mc 16, 15)
Impulsados por esta llamada, seis de nuestros miembros dejaron sus casas y se reunieron en el Centro de la Inmaculada, en la parroquia del Sagrado Corazón de Bakpa-Avedo, en la región de Volta (Ghana). La reunión comenzó este jueves por la tarde. Justin Nougnui, Benjamin Amekor y Gifty Aziedu se unieron a Christian Wotormenyo en el Centro. Al día siguiente se les unieron Frank Amenyo y Valentine Sewovi.
Durante la celebración eucarística del jueves por la tarde, que conmemoraba la fiesta del apóstol Mateo, nuestro grupo fue acogido por la parroquia y por el padre Senyo, el párroco. El padre Senyo se reunió con nosotros más tarde para guiarnos en nuestra actividad evangelizadora. La experiencia tuvo tres vertientes.
La vida comunitaria
Éramos seis para esta experiencia. Fue una oportunidad para vivir juntos. Rezábamos juntos, comíamos en la misma mesa, participábamos en la Celebración Eucarística con otros fieles de la parroquia, pensábamos y planificábamos juntos. Vivir juntos como hermanos y hermanas era realmente “dulce” (Sal.133,1). La dulzura y la felicidad se vieron reforzadas con algunas historias divertidas de nuestros miembros más ancianos, Christian y sobre todo Benjamin, y también recordando algunas experiencias pasadas de Cape Coast, Esse-Ana y Cotonou. Cada uno de nosotros contribuyó de diversas maneras para el éxito de nuestra presencia.
Formación
Nos reunimos también para formarnos. El coordinador habló de la “Misión del LMC en la Iglesia y en la sociedad“. Tras explicar el concepto de “Laico” en general y de “LMC” en particular, hizo hincapié en nuestras responsabilidades como LMC. Los principales aspectos de nuestra misión son la Evangelización, la Animación Misionera, la Promoción Vocacional y la Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC). La JPIC supone también nuestro conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia. Este aspecto, aunque forma parte de la Evangelización, es un gran horizonte que los LMC debemos explorar y desarrollar como vivencia en la sociedad. La Carta Encíclica, Laudato si del Santo Padre Francisco será de gran ayuda.
El segundo tema fue compartido por Christian que es el Director del Instituto Vocacional y Técnico Inmaculada, un lugar que estamos soñando tener algún día. Él compartió con nosotros sobre el Centro, lo que el trabajo y la formación se llevan a cabo y los desafíos que el Centro estaba enfrentando.
Actividades pastorales
En Avedo mismo, fuimos de casa en casa pasando de manera espontánea. Saludamos a nuestros hermanos y hermanas, les deseamos lo mejor e invitamos a los que no son cristianos a unirse a nosotros. Conocimos a personas sanas y enfermas, rezamos por los enfermos y recomendamos en nuestro informe al párroco una visita continua a todos, pero especialmente a los enfermos.
También hicimos visitas domiciliarias en Agortakpo, una comunidad alejada. Pero, al contrario de lo que se hizo en Avedo, fuimos a propósito a los que habían dejado de venir a la iglesia. Algunos nos prometieron que volverían.
En esta comunidad, interactuamos con los fieles. Es una comunidad antigua, pero llena de jóvenes. Con el liderazgo entusiasta del catequista Julius Kotoku, el jefe cristiano Foster Agbanyo y la directora del coro Veronica, la comunidad va bien. Les animamos a reunirse a menudo, no sólo los domingos. También les proyectamos la película “Jesús de Nazaret” en ewe (lengua local).
No pudimos llegar a otras dos comunidades que nos asignó el párroco por el mal estado de la carretera en esta época de lluvias. Intentamos llegar a una pero nos volvimos por el camino.
Estamos agradecidos al Dueño de la viña a cuya llamada intentamos responder generosamente. Que Él nos fortalezca en nuestro camino en el LMC. También estamos agradecidos a todos y cada uno de los que de una manera u otra facilitaron esta experiencia nuestra.
Justin Nougnui, LMC
Grupos de Espiritualidad Comboniana en acción
Corazones ardientes, pies en camino
Balsas, en Maranhão, acogió el 2º Encuentro Regional de los Grupos de Espiritualidad Comboniana, también conocidos como GECs. Participaron representantes de los GECs de Piquiá, Timon, São Luís y Balsas. También estuvo presente el P. Raimundo Rocha, provincial de los Misioneros Combonianos de Brasil. El encuentro tuvo lugar en el Centro de Formación Nuestra Señora de Guadalupe, los días 16 y 17 de septiembre.
Los Grupos de Espiritualidad Comboniana, o GEC, son grupos de laicos y laicas que se identifican con el carisma y la espiritualidad de San Daniel Comboni y que, inspirados en ese mismo carisma, buscan realizar actividades pastorales, sociales y de animación misionera y apoyo a la misión comboniana.
El encuentro de dos días en Balsas proporcionó a los CEGs momentos de espiritualidad y formación misionera, socializando y renovando su compromiso misionero. Los participantes también se unieron a las parroquias de Balsas para celebrar el triduo en memoria de Mons. Franco Masserdotti, fallecido hace 17 años.
Actualmente existen 14 Grupos de Espiritualidad Comboniana en todo Brasil. En Maranhão, los GEC están presentes en Balsas, Pastos Bons, Timon, São Luís y Piquiá. Cada grupo se reúne regularmente en su territorio y juntos organizan un encuentro regional cada dos años. Esta vez se reunieron en Balsas. El próximo encuentro será en julio de 2025, en Piquiá, en el municipio de Açailândia.
Contamos con las oraciones de todos vosotros, por intercesión de San Daniel Comboni.
P. Raimundo Rocha, Provincial mccj Brasil y equipo del encuentro regional
La Familia Comboniana se reúne en asamblea
para planificar la animación misionera en Brasil
Del 7 al 9 de septiembre, la Familia Comboniana en Brasil se reunió en la casa provincial de los Misioneros Combonianos en São Paulo para una asamblea de Animación Misionera y Acompañamiento Vocacional, a la que asistieron hermanas, hermanos, sacerdotes, laicos misioneros combonianos y representantes de los Grupos de Espiritualidad Comboniana (GEC).
Este encuentro tiene como objetivo compartir el trabajo que realiza cada presencia misionera y revisar el Plan de Animación Vocacional y Acompañamiento de la Familia Comboniana elaborado en 2017, como una forma de rearticular la acción conjunta en este contexto post-pandémico. Mons. Juarez Albino Destro, obispo auxiliar de la Archidiócesis de Porto Alegre, compartió sobre la Animación Vocacional en el contexto actual, el mapa de las vocaciones y dónde enfocar las energías y acciones.
A partir de las percepciones e inspiraciones de la formación, releímos y revisamos nuestro plan, seguido de la planificación de actividades hasta 2024. Fue un momento importante de construcción y reflexión como familia comboniana, pidiendo la inspiración del Espíritu de la misión y la intercesión de Comboni, suscitando nuevas vocaciones para la Iglesia. Contamos con las oraciones de todos por las vocaciones misioneras.
Flavio, LMC
JMJ Portugal 2023 y CONAJUM Morelia México 2023
Dos congresos un mismo objetivo
Me refiero a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Portugal 2023 experiencia vivida con miembros de mi familia y amigos que fui encontrando en el camino; así como también al Congreso Nacional Misionero en Morelia México CONAJUM. En ellos tuve la oportunidad de reencontrarme con amigos, obispos de distintos lugares del mundo y del país, laicos misioneros de otros institutos y jóvenes inquietos por descubrir su vocación. Sin faltar la convivencia y trabajo en equipo con mi Familia Comboniana donde sacerdotes, herman@s, seculares y laic@s pudimos escucharnos y apoyarnos. Es por eso que agradezco al Papa Francisco y a las Obras Misionales Pontificas por invitarnos a seguir siendo parte de este proyecto que Jesucristo nos heredó, la Construcción de su Reino.
Estos eventos son espacios donde nuestra Iglesia Católica permite a los jóvenes encontrarse con Jesucristo a través de un sin número de actividades en donde la oración les ayuda a tener un encuentro personal con Él; temas en común para su crecimiento, peregrinaciones que crean lazos de amistad, puesta en común para llegar a acuerdos, conocimiento de otras culturas, foros, conciertos, marchas, así como poder recorrer la Ciudad de la Alegría en la feria vocacional donde el encuentro con la variedad de carismas misioneros de la iglesia les permiten conocer diferentes realidades que los sensibilizan a las necesidades de los demás.
Es inexplicable la experiencia común de orar, escuchar historias, reír, sufrir, cantar, bailar, llorar, batallar, comunicar, dormir, soñar, admirar, respirar, en un mismo lugar abrazando EL AMOR DE DIOS.
Todo esto disminuye cualquier problema o preocupación porque sabemos que Dios nos Ama y nos protege al darnos ese tiempo para sanar cualquier herida y elegir lo que es bueno para nuestra vida, así como somos y ahí donde estamos. Estas palabras nos llenan de esperanza para seguir recorriendo nuestro camino con la confianza de que en las caídas DIOS nos ayudará a levantarnos y en los logros nos enseñará a compartirlos, la comunión que generan estos encuentros nos da la fuerza para regresar a nuestra realidad y buscar la forma de dar vida ahí donde hay muerte.
El mensaje central del Papa Francisco a los jóvenes nos permite como misioneros atrevernos a llevar el Evangelio a todas las realidades que este mundo nos presenta en comunión con los obispos. Estas palabras que nos ayudan a saber cómo continuar en nuestra realidad, son la clave para hacer vida el Evangelio. Abrir nuestros brazos y acoger con Amor a los hermanos que nos necesitan es el legado que nos ha heredado Jesucristo. Dejemos la indiferencia y actuemos con coherencia; porque todos podemos hacer algo para cambiar nuestra realidad de muerte que hoy en día nos persigue.
Los invito queridos hermanos a descubrir con el plan de Dios en nuestra vida para que dejando los miedos podamos emprender el viaje de la misión apostando por la Justicia Paz Integridad de la Creación JPIC y los Valores del Reino de Dios.
Beatriz Maldonado Sánchez, LMC
“La Trata de Personas y la Migración en América Latina y El Caribe”
Seminario en la Ciudad de Guatemala
18 a 20 de agosto de 2023
Los Laicos Misioneros Combonianos de Guatemala este año estamos comprometidos en Formarnos y Concientizarnos en nuestros compromisos por la Justicia, Paz e Integridad de la Creación. Estamos iniciando este caminar confiando en Nuestro Señor Jesucristo bajo la intercesión de San Daniel Comboni y Nuestra Madre la Virgen María nos iluminen para poder ver, oír y sentir el clamor del Cristo Viviente en las calles, en las periferias, en las fronteras, en las terminales de los buses, en los albergues, en nuestras comunidades y en todos aquellos lugares en donde siempre hay un grito de auxilio.
Les compartimos el Mensaje Final del Seminario La Trata de Personas y la Migración en América Latina y el Caribe “He visto la opresión de mi pueblo, me he fijado en sus sufrimientos y he bajado, para librarlo”. (Ex 3,7-8). [Mensaje-Final-Seminario]
Miriam Herrador, LMC Guatemala
Servicio pastoral en las estaciones de Gborxoxome y Fiave-sanyi en Ghana
Fue una gran alegría cuando nuestro párroco, el Rev. P. Steven Avinu, me asignó la tarea de abrir una nueva estación en Gborxoxome. Los fieles ya estaban bien organizados en la estación madre de San Antonio de Ave-Afiadenyigba. Gborxoxome está a algunos kilómetros de mi residencia, me trasladé con un motocarro tuc-tuc.
El servicio comenzó con la Celebración de la Palabra este 6 de diciembre de 2020 que presidí. Justo después del servicio, nombramos a algunos líderes para dirigir temporalmente los asuntos de la estación. Con espíritu comboniano, fue necesario comprometer y preparar a algunos autóctonos como catequistas con los que puedo colaborar. Actualmente, los catequistas están bien preparados gracias también a la formación organizada a nivel diocesano y parroquial. Compartimos los servicios y las semanas: un equipo encargado de los enfermos, los proyectos y la visitación Seva (otra estación), otro equipo encargado de la evangelización y las reuniones. Realizamos una actividad de evangelización durante la cual proclamamos la Buena Nueva en Kpota (un pueblo cercano) de casa en casa.
Otro servicio consistió en visitar a los hermanos enfermos y ancianos. Con la gracia de Dios, el Diácono Godsway Alato (actualmente sacerdote) ayudó llevando la Sagrada Comunión a algunos enfermos. Más tarde, el acólito Elikem Akakpo fue enviado a la estación para cinco semanas de pastoral. Continuó visitando a los enfermos y ancianos, compartió con ellos la Palabra de Dios y distribuyó la Sagrada Comunión a los que estaban preparados. El 28 de octubre de 2021, en la fiesta de los Santos Judas y Simón, el Rev. P. Avinu administró el sacramento del Bautismo a 22 fieles entre los cuales 10 recibieron la Primera Comunión. El 8 de octubre de 2022, el Obispo Gabriel Kumordji, SVD (Obispo de la diócesis) durante su visita pastoral anual a las parroquias, visitó nuestra estación. El 9 de octubre, diez (10) de nuestros niños fueron confirmados.
La estación tiene su programa de espiritualidad y celebraciones litúrgicas: Los miércoles y viernes a las 6h, tenemos celebración de la Palabra. Los segundos viernes de mes, a las 17h, meditamos sobre el Vía Crucis. Durante los tiempos de Adviento y Cuaresma, tenemos retiro al que asisten muchos fieles. La animación vocacional y misionera se realiza a veces durante las celebraciones litúrgicas. Tres de los catequistas (somos cinco en total en la estación), fueron testigos de nuestra promesa como LMC el 10 de octubre del año pasado. También fui seleccionado en la reunión del Consejo Parroquial para ser miembro de la Comisión de Justicia y Paz.
Hace unos meses, el actual párroco, Rev. P. Harry Barawusu, me pidió que empezara a preparar a algunos fieles en una nueva estación de Fiave-Sanyi, aldea situada a algunos kilómetros de la mía. Un catequista de Xevi, el catequista Linsford Atikpo, me acompañó al lugar para conocer a algunos miembros y planificar el inicio de la estación. La primera celebración litúrgica tuvo lugar el 27 de noviembre de 2022, a la que asistieron unas diez personas, niños y adultos incluidos. El catequista John Agbalekpor, colaborador del catequista Linsford, me sustituyó en la estación durante la Asamblea en Benin. De vuelta de la Asamblea, continuaron los servicios en las dos estaciones, San Miguel de Gborxoxome y Fiave -Sanyi.
Debo decir que el servicio en Sanyi es un poco difícil. Actualmente, los fieles son ancianos o niños. Algunos son irregulares en las reuniones. Tengo que hacer yo solo las lecturas y entonar los cantos. Invité a un miembro activo de Xevi, Mad. Matilda para que me ayude durante un tiempo. Pronto me ayudará otra, Sarah Gogo. Pero con todo este desafío, las palabras de nuestro Fundador vuelven a sonar en mis oídos: “Las grandes obras comienzan y crecen al pie de la Cruz” así que no me detendré. También con la ayuda del catequista John, estamos planeando algunas actividades pastorales para reavivar la estación. Dos fieles están sobre todo en mi corazón: María y Esteban, dos ciegos que siempre están dispuestos a asistir a las reuniones. La hermana Mary es incluso muy buena cantando. Debemos acompañarles a nuestras reuniones llevándoles en motocarro o caminando con ellos. El acólito David Tay fue a la estación para la Ceremonia de la Imposición de la ceniza y el Rev. P. Harry para la celebración sacramental de la Confesión de este año. Según el Programa pastoral de la Parroquia, el Párroco debería estar en Sanyi el 3 de septiembre, donde podría bautizar.
Sin prisa pero sin pausa, las dos parroquias a las que sirvo crecen con ayuda mutua. Que el Señor “nos dé la visión clara de lo que debemos hacer, la fuerza y los medios para lograrlo“.
Justin, LMC
Sembrando en el continente africano en Mozambique
Hola, soy Tito, un Laico Misionero Comboniano de Brasil, en misión en Carapira, al norte de Mozambique. Aquí trabajo en el Instituto Técnico Industrial de Carapira (ITIC), donde soy responsable de la producción agrícola, produciendo hortalizas para que los alumnos puedan comer más sano.
También trabajo en la parroquia en los diversos programas y ministerios pastorales. En mi tiempo libre, cuando estoy en casa, cultivo un pequeño huerto para contribuir a nuestra dieta. Como pueden ver, aquí en la misión estoy sembrando y cosechando buenos frutos. Pero Dios también nos llama, a través de nuestro Bautismo, a ser sembradores de su palabra del Evangelio.
Como misioneros, debemos sembrar amor, paz, justicia, compartir, fraternidad, esperanza, etc. Dondequiera que voy, siempre intento sembrar, sembrar, sembrar. Un día estas semillas germinarán y darán buenos frutos. Sé tú mismo un sembrador, pero siembra pensando en tu prójimo.
Tito, Laico Misionero Comboniano en Moçambique
Envía Señor obreros a tu viña
Durante mucho tiempo, nuestro grupo existió con los mismos miembros. Peor aún, el número seguía reduciéndose. De unos veinte, bajamos a diez y durante un tiempo a sólo cinco. El desánimo provenía de los diversos retos a los que nos enfrentábamos durante el proceso de formación. Pero, por la gracia de Dios, llegó un nuevo dinamismo con el superior provincial, el padre Timothy, y el capellán Leopold. Después de la promesa de tres miembros el 10 de octubre del año pasado y después de la Asamblea Africana en Benin, tuvimos la alegría de ver llegar nuevos miembros para el camino del LMC.
En Ghana
Con el celo del Sr. Christian Wotormenyo, un antiguo miembro del grupo, han comenzado la formación LMC las Señoras Grace Dzokoto y Gifty Aziedu y los Señores Valentine Sewovi, Emmanuel Aniewu, Daniel Gbekie y Peter Kofitio. Con la larga distancia que nos separa, además de la reunión mensual que requiere una presencia física, planeamos algunas reuniones en línea para compartir algunas informaciones. Algunos candidatos ya han empezado a asistir a la reunión mensual. Y para resolver en cierto modo el problema de la distancia que nos separa, estamos pensando en tener algunos días de formación durante las vacaciones. Esto consolidará al mismo tiempo nuestra vida comunitaria.
En Togo
Siete (7) son los candidatos en Lomé, Togo, en la parroquia María Madre del Redentor. El celo de estos fieles comprometidos es notable. El grupo existe desde hace tiempo. Tienen algunos compromisos en la Parroquia y colaboran activamente con las Hermanas Combonianas de Adidogome. La Hermana Elisabeth, SMC y el Padre Augustine, MCCJ acompañan al grupo. Los señores Botri Ernest, Adjogble Benjamin, Akitibi Jean, Gnimassoun Jean Baptiste y las señoras Emilienne Avotonou, Keto Dorothy y Maria Dong son los candidatos en formación. La formación ya ha comenzado formalmente. Los LMC de la Provincia y el Capellán están en contacto con el grupo para el crecimiento de los miembros. Nosotros ( LMC) organizaremos de vez en cuando algunas visitas para compartir experiencias. Las visitas en este sentido ya han comenzado: Alberto (coordinador CC) y Justin (coordinador en la Provincia) hicieron una visita al grupo en noviembre de 2022. Otra visita tuvo lugar el 20 de agosto de 2023 por invitación de la Hermana Elisabeth. El compartir fue sobre “La misión de los LMC en la iglesia y en la sociedad” que se desarrolló maravillosamente con la contribución de cada uno incluyendo a la Hermana Elisabeth.
En Benín
En Benín, dos aspirantes manifestaron su deseo de iniciar el camino del LMC a través del blog del LMC: Los señores Ulrich Coffi y Aboe Lucien. Las conversaciones con ellos se realizan por ahora online. Pronto se reunirán con el Hermano Pascal, MCCJ que planificará, con ellos, el Capellán y los LMC, el proceso de formación.
Damos gracias al Señor que sigue sembrando en el corazón de los fieles “un fuerte impulso misionero para que Cristo sea testimoniado y anunciado a los que todavía no lo conocen“.
Justin, LMC
Seis años de Chispuditos, en Guatemala
Con la bendición de Dios, mucha alegría, buen ánimo, sonrisas y anticipación, los LMC estuvimos aportando ideas, actividades y sugerencias de bocadillos para celebrarle a los niños de la Aldea La Salvadora I y II el aniversario…
Llegado el 3 de Junio, fecha del Aniversario, con una mañana agradablemente soleada y con la asistencia de los 50 niños que mes a mes se les da seguimiento preventivo para la desnutrición infantil, realizamos la preparación de una deliciosa y fresca ensalada de frutas, que niños y padres de familia degustaron juntamente con un pan con relleno de pollo y una muy fría y refrescante horchata.
Hubo juegos divertidos de rondas, cantos y carreras alrededor de sillas; mímicas y hasta carreras de mamás con sus bebés, obsequiándoles a cada uno con un atractivo vaso plástico de colores pastel. Fue un ambiente tan entretenido y ameno, que los niños como los mayores pasamos una mañana de fiesta y diversión.
Por supuesto, el cierre con broche de oro, de esta celebración, fue la presentación de una obra de cuento, en la que los LMC pusieron toda su alma y energía en su actuación, dejando sorprendidos y maravillados a todos los espectadores, fue la fábula de Leo y el ratón. Curiosamente varios niños no conocían la fábula y nos llamó mucho la atención la manera en que, adultos y niños, estaban completamente introducidos en la trama.
Fue un momento muy ameno, un momento en el que celebramos la vida y que, en medio del sufrimiento, hay luz y esperanza para estas aldeas.
Nuestro profundo deseo como comunidad, es ir creciendo con este programa, para que la palabra de Dios pueda llegar a más familias y les consuele en sus pesares, para que más niños puedan tener la oportunidad de mejorar una pequeñez su salud y para que las madres de familia puedan tener las herramientas necesarias para que sus hijos crezcan con mayor oportunidad.
Sara Ramírez, LMC Guatemala