Chad: «Ojalá que esta vez sea la buena»

Por: Hermano Enrico Gonzales, mccj
Desde Abeché (Chad)

La aprobación de una nueva Constitución y el nombramiento de un nuevo Primer Ministro, en la persona de un líder de la oposición, podrían ser “las dos novedades” que ha deparado al Chad el comienzo de 2024. Las tensiones en torno al retorno a un régimen civil democrático son elevadas. El país se enfrenta a una pobreza generalizada, a una economía muy debilitada por los bajos precios internacionales del petróleo y a insurgencias lideradas por rebeldes y terroristas en la cuenca del lago Chad.

Podríamos decir que la expectativa de cosas nuevas, compartida por la inmensa mayoría de la población chadiana, se materializó el 1 de enero con dos acontecimientos muy importantes y significativos en la vida política y social del país.

En primer lugar, la promulgación de la nueva Constitución, tras la celebración de un referéndum el 17 de diciembre, verificado por el Tribunal Supremo chadiano el 28 de diciembre. El resultado del ejercicio, aunque la oposición lo daba por descontado, demostró la resistencia del régimen de transición. Al acudir masivamente a las urnas (votó el 63% de las personas con derecho a voto), los chadianos dieron un paso importante hacia el retorno al poder civil. El “sí” ganó con una mayoría del 86%. La nueva Constitución prevé un Chad unitario pero muy descentralizado, con una mayor cooperación entre el Estado central y las autoridades locales.

También el primer día del año, el general Mahamat Idris Déby, presidente de la junta militar de transición e hijo del general Idriss Déby, que había llegado al poder en 1990 en un golpe de Estado contra el presidente Hissene Habré, pero fue asesinado en abril de 2021 durante una incursión rebelde, desencadenando una turbulenta sucesión en favor de su hijo, nombró primer ministro a Succès Masra, jefe del partido de la oposición “Los Transformadores”.

Ya una espina clavada en el costado de Déby padre, Succès Masra fue también un fuerte opositor de Déby hijo en los dos últimos años, hasta que en octubre de 2022 se vio obligado a huir a Camerún tras los feroces enfrentamientos entre el ejército y los manifestantes (murieron unos 50 opositores; pero algunos hablan de al menos 70). Durante el exilio de Masra, sus partidarios, si no fueron encarcelados, se vieron obligados a una semiclandestinidad que alimentó una represión feroz e implacable. Y todo esto ocurrió a pesar del cacareado proceso político del “diálogo nacional inclusivo”, fuertemente defendido por países como Qatar, con el fin de acercar al gobierno la plétora de movimientos de oposición, tanto civiles como militares. Sin embargo, el “diálogo inclusivo”, en opinión de los observadores más agudos de la realidad política chadiana, fue un paseíllo de personajes en busca de la aprobación del gobierno. No en vano, la delegación de la Iglesia católica denunció la instrumentalización política de este diálogo y abandonó los trabajos. Mientras tanto, también desde el extranjero, Succès Masra seguía denunciando las irregularidades y la instrumentalización del diálogo, que, según él, “no tiene nada de integrador”, juzgándolo como una hábil maniobra del régimen de transición para asegurarse el apoyo a su propia política. En realidad, el gobierno de transición siguió impertérrito su camino, mientras el país atravesaba (y sigue atravesando) una gravísima crisis, tanto económica como social.

Este estado de cosas duró hasta noviembre de 2023, cuando Succès Masra regresó del exilio, despertando grandes expectativas en la población, totalmente desencantada ante la inercia de un gobierno incapaz de hacer frente a las crisis que atenazaban al Chad.

Autor de grandes mítines, siempre rodeado de multitudes entusiastas, Succès Masra se ha mostrado extremadamente prudente, expresándose sólo en vísperas del referéndum por el “sí”, es decir, por la posición del gobierno.

Los resultados de este enfoque de Succès Masra, si por un lado pueden juzgarse positivamente -no hubo incidentes y la asistencia a sus mítines fue muy libre-, desde un punto de vista político no hicieron sino reforzar el liderazgo de la junta de transición. Su nombramiento como primer ministro, con la tarea de formar gobierno, puede considerarse una astuta jugada política de Mahamat Idris Déby. Es cierto que el presidente ha confiado un papel importante al antiguo opositor en el proceso político que culminará en las próximas elecciones presidenciales, pero Déby es muy consciente de que los retos a los que deberá enfrentarse el nuevo primer ministro son enormes, muy difíciles y tormentosos, y muy superiores a las capacidades de un nuevo equipo gubernamental que no cuenta con caras nuevas, ya que está formado por una escasa patrulla de exponentes del partido de los “Transformadores”.

El momento es complicado. Los profesores del sector público llevan meses en huelga por un severo recorte de sus salarios, y las escuelas y universidades están cerradas.Además, la crisis socioeconómica que aflige al país viene de lejos, agravada en los últimos meses por las guerras y golpes de Estado en los países vecinos, que han provocado una reconfiguración estratégica y geopolítica crítica en el Sahel, zona extremadamente vulnerable al terrorismo yihadista.

El chadiano medio soporta estoicamente el peso de la difícil situación: las familias sufren; escasean los medicamentos; hay una grave falta de combustible (siempre hay una larga cola de coches y motos en busca de gasolina detrás de nuestra casa); la economía nacional se encuentra en un estado deplorable. Ndjaména es hoy la ciudad más cara de África -con todo lo que ello significa- y el desempleo juvenil es dramáticamente alto, sin oportunidades reales de trabajo, mientras que el sistema educativo está en ruinas. La lista de problemas es larga, como larga es la paciencia de los chadianos que aspiran a una vida menos ardua que la actual.

Este es el Chad que Succès Masra está llamado a gestionar hoy, apelando a la buena voluntad y a la seriedad de intenciones de su gobierno.El país necesita urgentemente salir de una situación difícil. Por ello, es importante no juzgar precipitadamente lo que el nuevo primer ministro y su gobierno harán en los próximos meses.

De suma importancia fueron las palabras que los obispos católicos de Chad dirigieron a la población en su tradicional mensaje, titulado “Marchemos juntos por la justicia”, haciendo hincapié en la urgente necesidad de una política socioeconómica y cultural justa que tenga verdaderamente en cuenta el bien común, más allá de los particularismos que son siempre precursores de injusticia. Personalmente, creo que “lo nuevo” representado por Succès Masra tiene posibilidades de convertirse en una realidad cotidiana, si el nuevo gobierno es capaz de ponerse manos a la obra social del país con renovado compromiso y seriedad. De lo contrario, continuará la caótica situación actual, que el país no necesita en absoluto.


MENSAJE DE NAVIDAD DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHAD
«MARCHEMOS JUNTOS EN LA JUSTICIA»

1. En nuestro mensaje del año pasado, se nos invitaba a “caminar juntos en la verdad”, en el espíritu del Sínodo sobre la sinodalidad. Jesucristo, a quien celebramos en Navidad, es la Verdad encarnada (cf. Jn 14,6). Él nos sigue guiando para que caminemos en la verdad.

2. Este año, os exhortamos a “caminar juntos en la justicia”; sin ella, la paz social sólo sería una ilusión. La convivencia en nuestro país se ve a menudo socavada por la falta de justicia. Por eso, caminar juntos en la justicia nos compromete a dejarnos guiar por el Señor y a honrarle cumpliendo su santa voluntad. También exige una cultura de igualdad para todos y de respeto de los derechos humanos.

3. Por “justicia” entendemos el respeto de la dignidad humana, el reconocimiento de los derechos y libertades de los demás que garantizan una verdadera cohesión social, y la determinación constante y firme de dar a Dios y al prójimo lo que les corresponde. En la sociedad, justicia es también sinónimo de respeto y cumplimiento de la ley. La doctrina social de la Iglesia católica propugna la justicia social como búsqueda del bien común, es decir, la búsqueda de las condiciones que permitan a los hombres de la sociedad vivir en armonía unos con otros.

I. EN QUÉ CREEMOS: “LA JUSTICIA ES UNO DE LOS PILARES DE LA PAZ

“El amor y la verdad se encuentran, la justicia y la paz se abrazan; la verdad brotará de la tierra y la justicia del cielo (Sal 84,11-12).

Nuestro Dios es un Dios de justicia

4. El Dios revelado por Jesucristo es el Dios de la Justicia. “La justicia de Dios, como enseña la Escritura, es mucho más grande: no se dirige a condenar a los culpables, sino a salvarlos y devolverlos a la vida, para hacerlos justos: de injustos a justos”. (Papa Francisco, Ángelus del 8 de enero de 2023, § 2).

5. La justicia de Dios se cumple en la misericordia. Jesucristo, Verbo de Dios encarnado, no condena al pecador. Con sus acciones, muestra la misericordia de Dios perdonando a los pecadores, siguiendo el ejemplo de la adúltera (cf. Jn 8, 1-11). Dios no quiere que el pecador muera, sino que se convierta de sus caminos y viva (cf. Ez 18,21-23).

6. En su discurso de la Montaña, Jesús declara: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados (Mt 5,6). Es una invitación a todos los hombres a buscar la justicia y a practicarla. Estamos convencidos de que nuestro Dios es un Dios de justicia; quienes le temen y practican la justicia le son agradables. (cf. Hch 10,34-35). Justicia, misericordia y fidelidad.Éstas eran las cosas que había que practicar sin descuidar el resto, decía Jesús (Mt 23, 23).

7. La paz no puede reducirse sólo a la cuestión de la seguridad. La verdadera paz no puede construirse sin justicia, verdad, amor y libertad. “La justicia camina con la paz. Está en relación constante y dinámica con ella. La justicia y la paz trabajan por el bien de todas y cada una de las personas, por lo que requieren orden y verdad. Cuando uno está amenazado, ambos flaquean; cuando la justicia es ofendida, la paz misma está en peligro” (Papa Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, §1).

La justicia como valor universal

8. La justicia es una aspiración común a todos los pueblos. En una sociedad, a todos concierne su búsqueda y respeto. El desarrollo humano integral depende también de la realización de la justicia. De lo contrario, la injusticia dará lugar a la violencia, la falta de respeto por los derechos humanos, el odio, el desprecio y la revuelta.

II. LO QUE ENCONTRAMOS

Podemos comprar al débil por un poco de dinero, al necesitado por un par de sandalias (Am 8,6).

9. El profeta Amós denuncia la injusticia y los excesos sociales. Estas palabras siguen siendo actuales. En nuestra vida cotidiana, asistimos a la corrupción generalizada y a todas las injusticias que obstaculizan nuestra convivencia a varios niveles.

En el plano social

10. La inmensa mayoría de nuestros conciudadanos viven en la pobreza. Esta situación se debe en gran parte a las injusticias en materia de educación, sanidad y seguridad.

11. En el ámbito de la educación, muchos niños no tienen acceso a la escolarización. Algunos profesores no regresan a sus puestos. Desde la enseñanza básica hasta la superior, las condiciones de trabajo no siempre son decentes. Las huelgas paralizan nuestro sistema educativo año tras año. Como consecuencia, algunos niños se ven reducidos a ser pastores o sirvientes domésticos. Miles de jóvenes están expuestos al mercado de la trata de seres humanos o son presa de extremistas.

12. En el sector sanitario, se han creado algunos distritos sin una estructura adecuada ni personal cualificado. Como consecuencia, un gran número de pacientes huyen de los centros de salud y de los hospitales públicos por falta de atención adecuada y recurren a cuidados inadecuados.

13. En el ámbito de la seguridad, los agricultores de algunas zonas del país siguen siendo víctimas de secuestros para pedir rescate, robo de ganado, masacres e intimidaciones. Desgraciadamente, estas injusticias se cometen a veces con pleno conocimiento de los responsables de garantizar la seguridad de las personas y sus bienes.

En el ámbito económico

14. El sistema económico de nuestro país crea riqueza para una minoría y empobrece aún más a la mayoría. El precio de los alimentos básicos ha subido considerablemente. El precio del combustible ha subido y ni siquiera se puede encontrar en algunas estaciones. Muchos jóvenes no tienen acceso a un trabajo bien remunerado. Los recursos petroleros no tienen un impacto real en la vida de la gente. Los delitos económicos menores se castigan, mientras que los delitos mayores suelen quedar impunes. Deploramos la indiferencia, la impotencia y la falta de voluntad de algunas autoridades para encontrar soluciones.

En el ámbito medioambiental

15. Nuestra tierra clama por el daño que le estamos causando con el uso irresponsable y el abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido creyéndonos sus dueños y señores, con derecho a explotarla. La violencia del corazón humano, herido por el pecado, se manifiesta también en los síntomas de enfermedad que observamos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivos. Por eso nuestra tierra oprimida y devastada se encuentra entre las más abandonadas y maltratadas de los pobres” (Papa Francisco, Laudato si’, n. 2).

16. A partir de esta observación del Papa Francisco, comprendemos que existe una estrecha relación entre la injusticia social y la injusticia medioambiental. Lo que hacemos hoy es una grave injusticia para la creación y para las generaciones futuras. La deforestación, el acaparamiento de tierras, la contaminación y la sobreexplotación del suelo son las causas del cambio climático, que amenaza el medio ambiente. Sus consecuencias son inundaciones recurrentes, sequías, enfermedades epidémicas, vientos violentos, etc.

En el plano político y administrativo

17. En nuestro país, la oposición democrática lucha por existir. Algunos líderes políticos que se atreven a organizarse y expresarse de forma diferente sobre la situación política son amordazados, tratados como rebeldes, conducidos al exilio y amenazados de muerte. El derecho a manifestarse, garantizado por la Carta de la Transición, se niega a veces a ciertos grupos. Otros líderes políticos, por miedo a las represalias y por falta de medios para sobrevivir, se ven obligados a comprometerse.

18. La organización partidista de la administración excluye las competencias. ¿De qué sirve gastar miles de millones en formar gestores y técnicos si no se les valora? Los nombramientos para altos cargos de la administración, que deberían respetar los criterios de competencia e inclusividad, se están convirtiendo en una práctica de clientelismo y nepotismo. Como consecuencia de estas injusticias, la cuestión de la forma del Estado ha resurgido en las conclusiones del Diálogo Nacional Soberano Inclusivo (DNIS).

En el plano cultural y religioso

19. La diversidad cultural y religiosa, que debería ser fuente de riqueza, se manipula a veces para dividir, socavando así la unidad nacional. La exclusión ha frustrado y costado la vida a muchos conciudadanos. La práctica de la diya, impuesta a quienes no se identifican con ella, persiste en detrimento del respeto de la diversidad cultural y de las leyes nacionales.

En el ámbito judicial

20. En los tribunales, la gente odia a quien le recuerda la ley y aborrece a quien dice la verdad (Am 5,10). En Chad, las autoridades proclaman la justicia para todos y afirman que nadie está por encima de la ley; sin embargo, la realidad es bien distinta. La justicia se convierte a veces en una pesadilla, tanto para los justiciables como para el poder judicial. Además de esta disfunción, la huelga de magistrados paraliza el sistema judicial y penaliza a las personas cuyos casos están pendientes de evacuación.

III.LO QUE PROPONEMOS: “ATREVAMOS A PRACTICAR LA JUSTICIA

“Hombre, has sido hecho para saber lo que es bueno, lo que el Señor exige de ti: nada más que hacer lo que es justo, amar lo que es fiel y caminar con tu Dios (Mi 6,8)

21. La condición sine qua non para caminar juntos es la justicia. “No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia con iniquidad” (Papa Francisco, Discurso a los Jueces Panamericanos, § 5, 4 de junio de 2019). Fortalecidos por esta convicción, los obispos del Chad deseamos interpelar la conciencia de cada uno para crear nuevos comportamientos que nos ayuden a caminar juntos hacia una paz duradera.

A las Instituciones de la Transición

22. El objetivo de la Transición es restablecer el orden constitucional. Por ello, pedimos a los poderes públicos que trabajen para consolidar el Estado de Derecho y garantizar la justicia social. Es su responsabilidad promover un Estado democrático a través de elecciones creíbles, libres y transparentes.

23. Os invitamos a respetar la independencia de los Poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y sus respectivas competencias, para que las instituciones del Estado no sean sólo instrumentos para “evitar las malas prácticas, sino para fomentar las buenas prácticas, para estimular la creatividad que busca nuevos caminos y para facilitar las iniciativas personales y colectivas” (Laudato si’, n. 177).

A las autoridades judiciales

24. Una de las causas del mal funcionamiento del poder judicial es la injerencia del ejecutivo en las decisiones judiciales. Somos conscientes del peligro que se cierne sobre vosotros como garantes de la aplicación de las leyes y de los derechos y libertades de nuestros conciudadanos. “Vuestra misión, noble y seria, os exige consagraros al servicio de la justicia y del bien común, con la llamada constante a velar por el respeto y la garantía de los derechos de las personas, especialmente de las más vulnerables” (Papa Francisco, Discurso a los Jueces Panamericanos, § 1, 4 de junio de 2019). Nunca perdáis la honestidad ante presiones sociales y políticas como abusos de poder, intentos de corrupción, difamación… Sed siempre protagonistas en la transformación de un sistema judicial basado en el respeto a la dignidad humana.

A los actores políticos

25. Estáis en política para defender los intereses de los ciudadanos. Apelamos a vuestra conciencia para promover mejores condiciones de vida para la población. Os recordamos que en la carrera por el poder, el fin no siempre justifica los medios.

26. Mientras escribimos este mensaje, asistimos a una gran movilización para la votación del referéndum. En relación con los plazos electorales, expresamos nuestra preocupación por la ambigüedad creada en torno al órgano gestor de las consultas electorales, como es el caso del actual Referéndum. No podemos ser juez y parte. Que la tentación de tomar o conservar el poder no sea una excusa para continuar con ciertas prácticas del pasado (cf. Mensaje de Navidad 2022, nº 18). Pedimos también que la multiplicidad de partidos políticos no acentúe la división en el seno del pueblo, sino que anime a la convivencia mediante comportamientos justos y fraternos.

A las Fuerzas de Defensa y Seguridad

27. Saludamos vuestra vocación de defensa del país. Esto os compromete a permanecer al servicio de vuestros compatriotas. Con este fin se os forma y se os equipa con los medios del país. Os animamos a defender y respetar la vida de las personas y sus bienes (cf. Lc 3, 14).

A los actores de la sociedad civil

28. La sociedad civil, como los demás actores, no está exenta de prácticas injustas como la corrupción, la segregación, la exclusión, el favoritismo y el nepotismo. No olvidéis que vuestro papel es defender los derechos humanos y las libertades fundamentales, y promover la solidaridad entre los ciudadanos. Os pedimos que trabajéis por la sinergia de acción para crear cohesión social y luchar contra la injusticia.

A la comunidad internacional

29. En su misión de promover la solidaridad y la paz entre los pueblos, les pedimos que colaboren con el Chad en el desafío de la justicia. Esto significa escuchar la voz del pueblo y tener el valor de denunciar los abusos que sufre. La lucha contra el terrorismo y la inmigración no deben servir de excusa para ignorar el sufrimiento del pueblo chadiano. El respeto a la vida de las personas y la autonomía del pueblo son condiciones para el desarrollo de un Estado de derecho, capaz de participar en la construcción del mundo.

A los jóvenes

30. Queridos jóvenes, no podemos permanecer indiferentes ante las diversas formas de injusticia que sufrís. Os invitamos a perseverar en la promoción de la justicia para construir una nueva nación en la que sea bueno vivir. No os dejéis manipular, cultivad en vosotros el espíritu crítico. Sed lúcidos y responsables en vuestras decisiones, porque el presente y el futuro de este país os pertenecen.

A los líderes religiosos

31. Somos conscientes de nuestra responsabilidad de promover la justicia y la paz. En efecto, el Dios vivo en el que creemos es un Dios de justicia y de paz. Todos somos criaturas de Dios y creer en Él implica amar a los demás. Esto debe llevarnos a predicar el amor, la solidaridad y la fraternidad. Seamos testigos del Dios creador que cuida de todos los seres humanos.

A los fieles cristianos

32. Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo (Mt 5,13-14). Como cristianos, tenemos la grave responsabilidad de ser verdaderos artesanos de justicia y de paz, para que nuestra vida sea un ejemplo para nuestros conciudadanos.

¡Que la Virgen María, Reina de la Justicia, interceda por nuestro país, el Chad!

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2024!

Edmond DJITANGAR GOETBE, Arzobispo de N’Djamena, presidente de la CET
Miguel Ángel SEBASTIÁN, obispo de Sarh
Rosario Pio RAMOLO, obispo de Goré
Joachim KOURALEYO TAROUNGA, obispo de Moundou
Martin WAÏNGUE BANI, obispo de Doba
Nicolas NADJI BAB, obispo de Laï
Philippe ABBO CHEN, vicario apostólico de Mongo
Dominique TINOUDJI, obispo de Pala
Samuel MBAÏRABE TIBINGAR, obispo de Koumra