Adiós, p. Valdovinos. Descansa en paz
Fecha de nacimiento: 05/11/1943
Lugar de nacimiento: Sahuayo (MICH)/México
Votos temporales: 11/02/1962
Votos perpetuos: 09/09/1967
Fecha de ordenación: 23/06/1968
Fecha de fallecimiento: 30/05/2025
Lugar de fallecimiento: Zapopan (Guadalajara)/México
El P. Juan Manuel Valdovinos regresó a la casa del padre el 30 de mayo de 2025. La enfermedad se lo llevó de manera rápida. Tras muchos años de misión en Uganda y en Malawi y Zambia había regresado a México en 2021, concretamente a La Paz, en Baja California Sur, donde se encontraba apoyando la pastoral de la parroquia del Sagrado Corazón.
Había nacido en Sahuayo, el 5 de noviembre de 1943. Fue uno de los primeros combonianos mexicanos. Hizo el noviciado en Tepepan, donde profesó por primera vez. Tras estudiar en San Diego (Estados Unidos), Roma y Venegono (Italia), fue ordenado sacerdote el 23 de junio de 1968 y al año siguiente fue destinado a Uganda, donde permaneció 5 años. Tras un breve período en México regresaría a Uganda en 1977. Su larga vida misionera se desarrolló entre México, Uganda y la provincia de Malawi-Zambia. En total cerca de 40 años en África. En 2021 regresó definitivamente a México, siendo destinado a la parroquia del Sagrado Corazón de La Paz, en Baja California Sur.
La enfermedad le sorprendió repentinamente y en poco tiempo se lo llevó. El 30 de mayo de 2025 regresó a la casa del padre mientras se encontraba en el Oasis San Daniel Comboni de Zapopan, en Guadalajara. Descansa en paz.
Se necesitarían muchas páginas para describir al Padre Juan Manuel, un hombre dotado de numerosas cualidades que puso al servicio de la misión. Era muy inteligente y tenía un don especial para los idiomas: hablaba inglés, italiano, acholi y chichewa a la perfección. Además, poseía un espíritu inquieto y curioso, lo que le permitió seguir aprendiendo cosas nuevas a lo largo de su vida. Vivió y compartió sus espléndidos talentos y dones con gran sencillez, aunque no siempre fuera comprendido por todos. Fue un misionero muy cercano a la gente, lo que le permitió profundizar en la cultura y las tradiciones de los pueblos con los que trabajó. Siempre lo recordaremos como un hombre sonriente y alegre, con ganas de disfrutar al máximo de la vida. Esto lo convirtió en un misionero que predicaba más con su presencia que con sus palabras. Había aprendido a vivir a otro ritmo: la palabra “prisa” no formaba parte de su vocabulario. Desarrolló una pasión por la medicina natural, que aprendió y compartió con muchas personas en las misiones. Algunos hermanos incluso lo llamaban “Dr. Valdovinos”.
Misionero comboniano desde pequeño
Juan Manuel nació el 5 de noviembre de 1943 en Sahuayo, municipio del estado de Michoacán, en el centro de México, en la diócesis de Zamora. Ingresó al seminario comboniano de Sahuayo siendo muy joven. No tuvo que viajar mucho para llegar: su casa estaba a pocas calles de lo que pronto se convirtió en su nuevo hogar. Sus padres, la señora Nena (Ana María) y el padre Goyo (Gregorio), eran muy conocidos en el barrio y tenían una relación tan estrecha con la comunidad seminarista que se les consideraba parte de la “familia comboniana”. En definitiva, para el niño, ingresar al seminario fue casi un simple cambio de residencia. Tras completar sus estudios de secundaria, en febrero de 1960 ingresó al no-viciado en Tepépam, Ciudad de México, donde tomó el hábito el 19 de marzo. Dos años después, el 11 de febrero de 1962, emitió sus primeros votos religiosos y fue asignado al escolasticado de San Diego, California (EE. UU.), para cursar estudios de filosofía, cursando el tercer año de bachillerato. Tras completar el cuarto año, en julio de 1964 fue asignado al escolasticado de Roma, donde cursó el primer curso de Teología Fundamental (1964-1965) y el segundo curso de Teología Dogmática (1965-1966) en la Universidad Urbaniana, obteniendo la licenciatura en teología. En agosto de 1966, fue transferido al escolasticado de Venegono Superiore para cursar el tercer y cuarto año de teología. El 9 de septiembre de 1967, emitió su profesión religiosa perpetua. El 5 de noviembre de ese mismo año, fue ordenado diácono por Mons. Edoardo Mason, Vicario Apostólico de El Obeid, en la capilla de la Casa Madre de Verona. El 31 de mayo de 1968, de paso por Roma, recibió la carta oficial del Vicario General con su futuro destino: la región de Uganda, en la diócesis de Gulu, «desde el día de su partida». El 23 de junio de 1968, fue ordenado sacerdote por Mons. Mason, en la iglesia parroquial de la Virgen Peregrina de Módena.
En Uganda
Sin embargo, antes de partir hacia Uganda, regresó a México, destinado como profesor al Liceo y Escuela Apostólica de Sahuayo. Los habitantes de Sahuayo le dieron una cálida bienvenida, sobre todo por ser el primer misionero comboniano de la ciudad, que durante años había trabajado arduamente para apoyar la formación de los misioneros mexicanos que recientemente habían comenzado a ser enviados al mundo. A principios de enero de 1970, le llegó el turno de partir. Voló a Kampala y, para el 14, ya se encontraba en la misión de Palabek, en el norte de Uganda, cerca de la frontera con Sudán del Sur, como párroco. Permaneció allí hasta junio de 1974, cuando se trasladó a Pabo como vicario parroquial. En julio de 1975, regresó a México, asignado a la parroquia de Ciudad Constitución, en la diócesis de La Paz, a cargo de la labor misionera. A finales de enero de 1976, se encontraba en La Paz, Baja California Sur, como vicario de la parroquia del Corazón Inmaculado de María.
En noviembre de 1976, se encontraba en Roma, en la Curia, para un curso de renovación. A finales de marzo de 1977, regresó a Uganda, asignado a Laybi, en la diócesis de Gulu, como capellán y profesor de religión en la escuela secundaria. En julio de 1979, fue destinado a Opit como vicario parroquial, permaneciendo allí hasta junio de 1982, cuando regresó a su tierra natal, primero al seminario de Sahuayo (1983) y luego, durante unos meses, al seminario de San Francisco del Rincón, como formador. En julio de 1984, estuvo en el seminario de Guadalajara, nuevamente como formador, donde permaneció hasta junio de 1987.
Malawi-Zambia
Mientras tanto (marzo de 1987), recibió su tan esperado nuevo destino misionero: la provincia de Malawi-Zambia, asignado a la parroquia de Chipata como superior de la comunidad. A mediados de 1994, se le concedió un año sabático: inicialmente permaneció en Zambia durante tres meses, pero en septiembre viajó a México para unas vacaciones familiares. En enero de 1995, viajó a Roma para otro curso de actualización.
En julio de 1995, regresó a Lusaka, asignado a la parroquia de Lilanda, donde permaneció hasta noviembre de 2001. Al mes siguiente, regresó a México, trayendo consigo la carta de asignación a su provincia natal, firmada por el padre Manuel Augusto Ferreira, superior general. Permaneció brevemente en Sochiapam, con la comunidad local, a la espera de un destino específico, que llegó en agosto de 2002, cuando fue asignado a la parroquia de Bahía Asunción, en la diócesis de La Paz. En octubre de 2003, sirvió en la rectoría del Sagrado Corazón de Jesús, aún en La Paz, donde ejerció su ministerio. Al mes siguiente, se trasladó a Metlatónoc como superior de la comunidad local y se dedicó al ministerio parroquial. En septiembre de 2005, fue asignado a la parroquia de Cochoapa, en la diócesis de Tlapa, estado de Guerrero, donde dejó un vívido testimonio de su entusiasmo misionero.
En marzo de 2007, recibió una carta del Padre Teresino Serra, Superior General, con la buena noticia de su destino a Uganda, que comenzaría el 1 de julio. Tras unas vacaciones familiares de tres meses, el Padre Juan Manuel viajó a Kampala, donde el Padre Filippi Giuseppe, Superior Provincial, tras una conversación fraterna, lo asignó a la parroquia de Opit, diócesis de Gulu, donde había servido previamente de 1979 a 1982. En 2008, fue nombrado ecónomo de la comunidad local. Permaneció en Opit hasta abril de 2012, cuando se trasladó a la parroquia de Gulu Center, donde permaneció hasta octubre de 2012. En noviembre, fue asignado a la parroquia de Kitgum, donde también hay un centro pastoral. En febrero de 2015, estuvo en la parroquia de Aliwang, en la diócesis de Lira, hasta junio de 2015, cuando se trasladó a la cercana Iceme. Allí recibió una carta del Superior General, Padre Tesfaye Tedesse, declarando su destino permanente a la Provincia de México a partir del 1 de julio de 2021.
Pero el Padre Juan Manuel quería continuar su estancia en África, sumándose a los 40 años de misión que ya llevaba en el continente. Allí es donde pertenece; solo allí se siente a gusto. Esta fue probablemente la prueba más difícil de su vida, porque presentía que había llegado el mo-mento de despedirse de la misión que tanto amaba y por la que vivía. En cualquier caso, no tenía prisa por partir. Más aún ahora que la beatificación del Padre Giuseppe Ambrosoli, ya prevista para el 20 de noviembre de 2022, está a la vista. El Padre Tesfaye, en una carta fechada el 17 de octubre de 2022, lo llama a la obediencia y fija una nueva fecha límite para su regreso a su patria: el 30 de noviembre de 2022.
En los diversos Anuarios Combonianos publicados durante ese período varias veces al año, su nombre aparece durante mucho tiempo como “en espera de asignación”. En noviembre de 2023, figura como miembro de a parroquia del Sagrado Corazón de La Paz. Pero en abril de 2025, fue asignado a la comunidad de hermanos ancianos y enfermos, llamada Oasis, en Guadalajara, donde el Señor lo llamó a sí unos días después, el 30 de mayo.
El Padre Juan Manuel permanecerá en la memoria comboniana como un misionero de una sencillez franca, genuina, casi cautivadora, admirado por su desapego, su auténtico espíritu de pobreza, su pasión por África y su capacidad de vivir siempre agradecido y contento en su vocación.
Padre Enrique Sánchez González, mccj, y F.M.