Fecha de nacimiento: 23/03/1931
Lugar de nacimiento: Orzinuovi / I
Votos temporales: 09/09/1955
Votos perpetuos: 15/08/1960
Fecha de ordenación: 31/05/1958
Llegada a México: 1958
Fecha de fallecimiento: 24/03/2020
Lugar de fallecimiento: Milano / I

El P. Costante Ferranti había nacido el 23 de marzo de 1931 en Orzinuovi, en la provincia y diócesis de Brescia (Italia), en una familia profundamente religiosa. Sus primeros estudios los realizó en su pueblo natal.

En un texto escrito por él mismo con ocasión de sus bodas de oro sacerdotes leemos lo siguiente: “En septiembre de 1944 ingresé en el seminario diocesano de Crema y allí continué hasta concluir la etapa de secundaria. A los 22 años ingresé en el noviciado”. Tuvo como maestro de novicios al P. Giovanni Giordani, con quien se reencontró años más tarde como compañero de misión en la Baja California.

Por tanto, viniendo de un seminario diocesano, ingresó en el noviciado de Florencia el 13 de noviembre de 1953. Al concluir el noviciado hizo su primera profesión religiosa el día de la fiesta de San Pedro Claver, como entonces era costumbre, el 9 de septiembre de 1955. Sus estudios teológicos los realizó en Venegono Superior y el 31 de mayo de 1958 fue ordenado sacerdote por el que llegaría a ser un día Papa Pablo VI. En julio de ese mismo año llegó a la Ciudad de México. Así escribe el P. Constante recordando: “Mientras estaba de vacaciones en casa, mi madre predijo mi destino y me dijo: Vete a California, allí estarás bien; hay mucho dinero. No he encontrado dinero, sino gente muy buena que han hecho muy feliz y por lo cual doy gracias al Señor”. No se imaginaba en aquel momento que habría de pasar la mayor parte de vida misionera en esa tierra mexicana. Su primer destino fue a Sahuayo, donde ejerció como formador de los seminaristas, aunque “por suerte – escribió- llegó Monseñor Giordani y me llevó consigo a Baja California”.

Tras un breve paréntesis en la México capital para estudiar español, en julio de 1961 comenzó su apostolado en el Prefectura Apostólica de Baja California. Dondequiera que el P. Constante trabajó, siempre se distinguió por su celo misionero y el entusiasmo que supo trasmitir a la gente: en Villa Insurgentes, Ciudad Constitución, Santa Rosalía, Bahía Tortugas, Guerrero Negro y por fin en La Paz. En estas tierras vivió sus años más intensos de trabajo pastoral misionero, con visitas a  las fábricas y a los pequeños poblados de la parroquias donde no existían grandes comunidades cristianas. Sobresalía por su dedicación misionera, por su fidelidad a la oración y por su total entrega a su ministerio pastoral. Vivió, al igual que todos sus compañeros un estilo de vida pobre y sencillo, muy en sintonía con la experiencia y la realidad de la gente a la que servía.

Durante su estancia en México, tras varios años de trabajo de evangelización en la pastoral, fue nombrado animador misionero en el seminario de Guadalajara (1970-1974), el cual aún estaba en proceso de construcción y comenzando sus quehaceres con un buen grupo de jóvenes aspirantes a la vida misionera y comboniana. Se dio a conocer también allí como un entusiasmado y gran trabajador y, al igual que había hecho en otros lugares, con una gran creatividad, dando vida al grupo de “Damas” Combonianas que consistían en pequeños grupos misioneros de bienhechores y bienhechoras, esparcidos por las aldeas de los estados de Jalisco y Colima. La actividad principal de estos grupos era la de promover el espíritu misionero en las parroquias, distribuyendo Esquila Misional y Aguiluchos, para asistir ayudar materialmente en las actividades de nuestro seminario.

Más tarde, tras varios años de servicio misionero en la provincia de México, regresó a Italia donde se dedicó al trabajo de animación misionera y de pastoral. Desde 1978 hasta 1988 se encargó de coordinar el ministerio de la animación misionera primero en Sulmona y posteriormente en la comunidad de Troia, en Italia.

Durante du último periodo de trabajo en California, desde el 1991 hasta noviembre de 1999 volvió a trabajar de nuevo en las parroquias donde años atrás había comenzado su ministerio. En 1991 fue párroco en Ciudad Insurgentes, en el Valle de Santo Domingo, entre una población de agricultores que vivían las dificultades relacionadas con el campo y las crisis de la agricultura en aquella zona. En 1997 asumió la responsabilidad de ser párroco de la comunidad cristiana de Guerrero Negro, al norte de la península, encargándose de los trabajadores en las grandes salinas del Valle del Vizcaino y, finalmente, en la parroquia del Sagrado Corazón en La Paz, donde pasó sus últimos meses de trabajo pastoral en Baja California.

La enfermedad le obligó a regresar a Italia, esta vez definitivamente. Escribe el P. Costante: “Me acoge la madre patria, Italia, en septiembre de 1999, para descansar y a la vez para animar pastoralmente el santuario dedicado a la Virgen de Fátima en la diócesis de Milán. En resumen, debo reconocer que mi vida misionera siempre se ha desarrollado a la sombra de la Virgen. Comencé en la quietud y la paz del santuario de María Auxiliadora. Luego pasé al de Fátima, que fue la primera iglesia que construí. Continué en Troia bajo la mirada de la Virgen Mediadora. En Guerrero la Guadalupana hizo para mi de madre. Y ahora me encuentro en Milán, entre los brazos de la Virgen de Fátima. Mil gracias a ella”.

Durante casi un año permaneció en el Centro de Enfermos de Milán para recuperarse. De julio del 2000 hasta diciembre de 2004 estuvo al cargo de la Rectoría dedicada al Corazón Inmaculado de María en la comunidad del CAA de Milán. Casi durante 14 años realizó su ministerio sacerdotal en ese mismo centro de ancianos y enfermos. Cayó gravemente enfermo en el 2018 y permaneció en el Centro Ambrosoli hasta su muerte, el 24 de marzo de 2020.

(P. Enrique Sánchez González, mccj)