Papa León XIV: Una sorpresa alegre y esperanzada

Por: Mons. Jaime Rodríguez Salazar, mccj
Obispo emérito de Huánuco, Perú

Cuando una persona con la cual conviviste las alegrías, los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia, ha sido elegida para un importante servicio en la Iglesia, nacen y se van desarrollando tantos recuerdos sobre la persona elegida y el trabajo que se ha desarrollado con ella. Su servidor Monseñor Jaime Rodríguez Salazar, Misionero Comboniano y obispo emérito de Huánuco Perú, comienza estos breves recuerdos con ustedes porque Dios en su providencia ha querido que me encontrase en Perú con su Santidad cuando fue elegido obispo de la Diócesis de Chiclayo y como integrante de la Conferencia Episcopal Peruana.

Del padre Robert Francis Prevost, OSA, había conocido que desempeñó el importante servicio de Superior General de la Orden de San Agustín, promoviendo el amor y la fidelidad a esta vocación de la vida consagrada en dialogo fraterno y respetuoso con la vocación sacerdotal diocesana y las autoridades de la diócesis. Terminado este servicio fue asignado a la provincia religiosa Agustina del Perú. Llevó a cabo varios servicios pastorales en la Diócesis de Chiclayo. El desempeño apostólico generoso, sacrificado y entusiasta lo pusieron en evidencia como buen pastor y así fue propuesto como obispo. El Santo Padre Benedicto XVI lo eligió obispo y de esa manera recibió la ordenación episcopal el 12 de diciembre de 2014. Tuve la fortuna de participar en su ordenación episcopal dejando en mí varias impresiones que ahora tratare de compartirles.

Monseñor Robert Francis eligió ser ordenado obispo en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Ya había escuchado su gran devoción por ella y el querer ser ordenado el 12 de diciembre me lo confirmó.  Están todavía en mi mente las impresiones del arreglo de la iglesia, los cantos y la liturgia de la ordenación manifestaron el amor y la devoción del ordenando a la Santa Madre de Dios Reina de México y Emperatriz de América.

La fiesta litúrgica y la fiesta fuera de la iglesia fueron espléndidas, caracterizadas por la alegría de los fieles de tener un nuevo pastor y guía seguro en la presencia y varias actividades de la iglesia chiclayana que había vivido tiempos difíciles por fenómenos naturales como inundaciones, etc. A partir de su ordenación episcopal nos hemos encontrado en las reuniones de la Conferencia Episcopal Peruana y en los encuentros de las comisiones episcopales. La impresión que tuve de él es altamente positiva, comenzando con su personalidad sencilla, humilde, respetuoso en el diálogo sincero y fraterno entre los miembros de la Conferencia Episcopal. Manifestaba un gran interés y dedicación a los varios asuntos que se trataban como la evangelización, las vocaciones sacerdotales, religiosas y de laicos comprometidos en el apostolado, la catequesis, las orientaciones de la Iglesia en los campos de la liturgia, del apostolado, de la ayuda y acompañamiento de los pobres, de las familias, el trabajo social y la atención a los jóvenes en su formación humana y cristiana, incluyendo entre sus actividades el deporte como distracción y educación de las nuevas generaciones.

Al escuchar su nombre de León XIV me hizo recordar el interés que tenía en que los miembros de la Iglesia conociesen las enseñanzas y líneas de acción sociales, recordando las enseñanzas de León XIII sobre este tema (Rerum Novarum).

La Iglesia es misionera por vocación, ya que Cristo dijo a los Apóstoles: Vayan y evangelicen. Cuando se dialogaba sobre el asunto de la evangelización y catequesis en las varias jurisdicciones eclesiásticas y en el mundo, Monseñor Prevost manifestaba un amplio conocimiento de las necesidades y urgencias de hacer conocer y amar a Jesucristo. Por eso en el mensaje que dirigió a los numerosísimos presentes en la plaza de San Pedro y a todos los cristianos del mundo cuando fue proclamado Papa, los motivó para que sean realmente misioneros.

Tomo la ocasión para decir a todos ustedes que leen la revista Esquila Misional y que apoyan la obra misionera de la Iglesia, están cumpliendo con lo que el Papa nos recuerda, ¡ay de nosotros sino evangelizamos!. En este sentido el Santo Padre Francisco, de feliz memoria, nos dice que debemos ser una Iglesia en salida siendo buenos discípulos y testigos de Jesucristo caminando en espíritu sinodal. Aunque este tema es reciente, ya en aquellos tiempos de la labor pastoral de la Conferencia Episcopal Peruana se vivía ese espíritu de vida cristiana y apostólica.

La pascua que continuamos celebrando nos recuerda que debemos ser personas de paz y promoverla en todos los ámbitos de la sociedad. Convertirnos en puentes de diálogo y convivencia fraterna. Estos sentimientos los escuché del que hoy siendo León XIV, era obispo de Chiclayo, ya que el Perú ha pasado por tiempos muy difíciles de carencia de una verdadera paz fraterna que ayudase un justo desarrollo y justicia social. Tendría otras varias impresiones que quisiera exponérselas, pero espero que estas pocas los ayuden a admirar, a orar, apoyar y colaborar con el nuevo Romano Pontífice.

El Papa León XIV, un misionero agustino

El cardenal Robert Francis Prevost, nacido en Estados Unidos, fue elegido el 8 de mayo de 2025 como el 267.º papa de la Iglesia Católica. Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost es el primer pontífice estadounidense en la historia de la Iglesia y el primero en tener doble nacionalidad: estadounidense y peruana, ya que residió más de 30 años en Perú y se naturalizó peruano. Ha elegido como nombre León XIV. (Foto: Vatican media live).

Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en la ciudad estadounidense de Chicago. Hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y Mildred Martínez, descendiente de españoles y franceses asentados en Nueva Orleans, en el siglo XIX.​

Realizó su formación secundaria en el Seminario Menor de los Agustinos, donde se graduó en 1973. El 1 de septiembre de 1977 ingresó en el noviciado de la Orden de San Agustín de la Provincia Agustiniana de «Nuestra Señora del Buen Consejo» en San Luis. Realizó su primera profesión de votos religiosos el 2 de septiembre de 1978, y la profesión solemne el 29 de agosto de 1981. Su ordenación sacerdotal fue el 19 de junio de 1982, en Roma, a manos del arzobispo Jean Jadot. En 1977 obtuvo en la Universidad Villanova el grado en Ciencias Matemáticas, junto con una especialización en Filosofía. Al año siguiente obtuvo una maestría en Divinidad en la Unión Teológica Católica de Chicago. Mientras estuvo allí enseñó matemáticas en el Mendel Catholic High School, y trabajó ocasionalmente como profesor de física suplente en la escuela secundaria St. Rita of Cascia.​

Posteriormente se trasladó a Roma para proseguir sus estudios en Derecho canónico en la Universidad Angelicum, donde obtuvo la licenciatura en 1984, y se doctoró con mención «magna cum laude» gracias a la tesis El rol del prior local de la Orden de San Agustín (1987). Habla inglés, español, italiano, francés, portugués y lee en latín y alemán.​

Tras su ordenación fue destinado a trabajar en la misión de Chulucanas, en Perú (1985-1986), siendo vicario parroquial de la Catedral y canciller de la diócesis.​

Entre 1987 y 1988 fue promotor de la pastoral vocacional en Estados Unidos y director de misiones de la Provincia Agustiniana «Nuestra Señora del Buen Consejo» en Olympia Fields. Además, se dedicó a conseguir fondos económicos para las misiones de su provincia, en especial para la misión de Chulucanas.

A su regreso a Perú en 1988 fue enviado a la misión de Trujillo para ser el director del proyecto de formación común de los aspirantes agustinos de los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí se desempeñó como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998).

En la arquidiócesis de Trujillo prestó servicio como vicario judicial (1989-1998) y profesor de Derecho canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor; también ejerció como director de estudios del mencionado centro de formación sacerdotal, y fue rector encargado durante un año.

Fue fundador de la parroquia Nuestra Señora de Monserrat (1992-1999) y de la Capilla Nuestra Señora, Madre de la Iglesia (Parroquia Santa Rita de Cascia), entre 1988 y 1999. En 1998 fue elegido prior provincial de su Provincia «Nuestra Señora del Buen Consejo» (Chicago), para asumir el cargo en marzo de 1999.

En 2001 el Capítulo General Ordinario lo eligió como prior general. Fue elegido para un segundo mandato de seis años en 2007. Fue moderador del Instituto «Augustinianum» y responsable de las relaciones de su Orden con los dicasterios vaticanos.

De 2013 a 2014 fue director de formación en el Convento de San Agustín en Chicago, así como primer consejero y vicario provincial de la Provincia de «Nuestra Madre del Buen Consejo».

El 3 de noviembre de 2014 el papa Francisco lo nombró obispo titular de Sufar y administrador apostólico de Chiclayo.​ El 7 de noviembre siguiente tomó posesión canónica de la Sede ante la presencia del entonces nuncio apostólico en Perú, James Patrick Green, y del Colegio de Consultores. Fue consagrado el 12 de diciembre del mismo año en la Catedral de Chiclayo, a manos del arzobispo James Patrick Green. El 26 de septiembre de 2015 el papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo y ese mismo año obtuvo la nacionalidad peruana. El 13 de julio de 2019, fue nombrado miembro de la Congregación para el Clero.

El 15 de abril de 2020 fue nombrado administrador apostólico sede vacante del Callao, cargo que ocupó hasta el 26 de mayo de 2021. El 21 de noviembre de 2020 el papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación para los Obispos.​

Desde marzo de 2018 hasta enero de 2023 fue vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana, siendo también parte del consejo permanente, así como presidente de la Comisión de Educación y Cultura. También fue miembro del consejo económico y miembro de la dirección de Cáritas Perú.

El 30 de enero de 2023 el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, elevándolo a la vez a la dignidad de arzobispo ad personam.​

El 7 de febrero de 2023 fue nombrado miembro de la Sección para la primera evangelización y las nuevas Iglesias particulares del Dicasterio para la Evangelización, y de los dicasterios para la Doctrina de la Fe, para las Iglesias Orientales, para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y para la Cultura y la Educación. El 25 de abril de 2023 fue nombrado miembro del Dicasterio para los Textos Legislativos, ad quinquennium et durante munere.​

Fue nombrado cardenal por el papa Francisco durante el consistorio del 30 de septiembre de 2023, con el titulus de cardenal diácono de Santa Mónica.​

El 4 de octubre de 2023 fue nombrado miembro de la Sección para la primera evangelización y las nuevas Iglesias particulares del Dicasterio para la Evangelización, de los dicasterios para la Doctrina de la Fe, para las Iglesias Orientales, para el Clero, para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, para la Cultura y la Educación, para los Textos Legislativos y de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano.​

El 6 de febrero de 2025 fue promovido a la orden de los obispos del Colegio Cardenalicio, asignándole la sede suburbicaria de Albano.​

El 8 de mayo de 2025 el cónclave, integrado por 133 cardenales, alcanzó el consenso necesario en la cuarta votación, celebrada durante el segundo día de deliberaciones. A las 18:08 (hora local de Roma), la tradicional fumata blanca se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo la elección de un nuevo papa. Se convirtió en el primer papa perteneciente a la Orden de San Agustín en la historia de la Iglesia y el primero con la nacionalidad peruana y estadounidense.

En su primer discurso desde la Plaza de San Pedro, León XIV expresó su gratitud por el legado del papa Francisco e hizo un llamado a la paz, la unidad y la justicia. Habló en italiano y español, dirigiéndose especialmente a la comunidad latinoamericana y a su antigua diócesis en Perú .