Archives 2023

Afriquespoir cumple 25 años

«Afriquespoir», la revista que los combonianos editan en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, acaba de cumplir 25 años. Actualmente la revista se edita en el CAE (Centre Afriquespoir), un centro de animación misionera, obra de las circunscripciones combonianas del África francófona, que incluye la RD del Congo, Togo-Ghana-Benín, República Centroafricana y Chad y fundado en 1998 con la edición del primer número de la revista.

La función principal de este centro es la animación misionera, para despertar y aumentar la conciencia misionera de las iglesias locales a través de los medios de comunicación. Esta obra eclesial, liberadora y comunitaria comboniana está abierta a la promoción de las vocaciones. Este objetivo se lleva a cabo especialmente a través de:

  • Publicación de la revista Afriquespoir (trimestral)
  • Preparación y envío de material para la animación misionera
  • Formación en el ámbito de la comunicación y la AM
  • Enlace con las distintas agencias misioneras de la zona.
  • Animación de grupos (Libota Comboni, Cenáculos de Oración Misionera, etc.)
  • Publicación de libros y distribución de los mismos, especialmente en las parroquias. 

Actualmente está dirigida por el P. Jean Calude Kobo y su comité de redacción está formado por varios misioneros combonianos y misioneras combonianas. El centro cuenta, además, con su propia página web: https://www.afriquespoir.org/

El Papa ensalzó la figura de San Daniel Comboni durante su visita a Sudán del Sur

El Papa Francisco ha recordado la memoria del santo misionero en la catedral de Santa Teresa de Juba, donde se ha reunido con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas, en el segundo día de su viaje apostólico a Sudán del Sur. «Podemos recordar –ha dicho el Papa al final de su discurso- a San Daniel Comboni, que con sus hermanos misioneros realizó en esta tierra una gran labor evangelizadora. Él decía que el misionero debía estar dispuesto a todo por Cristo y por el Evangelio, y que se necesitaban almas audaces y generosas que sepan sufrir y morir por África».

“¡Queremos paz!” La Familia Comboniana en Perú se pronuncia sobre la situación en el país

«Los Misioneros Combonianos (MCCJ), las Misioneras Combonianas (HMC) y los Laicos Misioneros Combonianos (LMC), presentes en la Costa, Sierra y Selva del Perú, nos sumamos al llamado de paz con justicia social… ¡No más violencia venga de donde venga!». Con estas palabras comienza el comunicado de la Familia Comboniana en Perú, emitido por los misioneros que trabajan en este país, escenario de violentas manifestaciones.

PRONUNCIAMIENTO

COMISION “JUSTICIA, PAZ E INTEGRACION DE LA CREACION”

«Bienaventurados los que trabajan por la paz,

porque ellos serán llamados hijos de Dios».

(Mt 5.9)

  1. Los Misioneros Combonianos (MCCJ), las Misioneras Combonianas (HMC) y los Laicos Misioneros Combonianos (LMC), presentes en la Costa, Sierra y Selva del Perú, nos sumamos al llamado de paz con justicia social, que diferentes instancias e instituciones de nuestra sociedad civil y de la iglesia, vienen solicitando, y haciendo eco a las palabras de nuestro papa Francisco y de nuestros pastores: «La violencia, apaga la esperanza de una solución justa a los problemas, que nos anima a la vía del dialogo». ¡No más violencia venga de donde venga!
  2. Ante la grave crisis social que atraviesa nuestro país con niveles de violencia cada vez más preocupantes, invocamos a nuestras autoridades, convocar a representantes de todos los sectores posibles, a una mesa de diálogo fraterno para escucharnos y buscar soluciones a la crisis en el corto, mediano y largo plazo. ¡No nos estamos escuchando! Muchos de nosotros estamos utilizando términos que dividen, que estigmatizan, ofenden y discriminan. Busquemos términos y estrategias que nos unan, seamos puentes de unión y reconciliación. ¡Que cada uno de nosotros se convierta en un instrumento de paz!
  3. La pandemia nos mostró con crudeza, como en una radiografía, las debilidades que tenemos como país: pobreza, desigualdades, la precariedad acumulada por décadas de nuestro sistema de salud, también de la educación desigual, regiones y pueblos olvidados por el Estado en donde se carece de los servicios básicos como son agua, desagüe, una posta médica, etc. ¿Cuántas de estas demandas están siendo ya atendidas?
  4. Somos un país rico no solo por nuestros minerales, sino por la diversidad y riqueza cultural de nuestros pueblos. Basta ya de menospreciarnos por el color de nuestra piel o por el lugar de donde provenimos. Todos somos peruanos con los mismos derechos y con el mismo deber de sacar adelante nuestro país. Nuestras diferencias tienen que convertirse en un cauce de gracia y bendición para nuestro pueblo.
  5. Hacemos un llamado a la clase política, y a nuestras autoridades a interpretar el descontento generalizado en nuestro país y utilizar todas las herramientas legales y democráticas para dar solución a la brevedad posible a esta crisis que viene cobrando vidas humanas y paralizando al país. Desde hace décadas, observamos cómo nuestra política se ha ido degradando cada vez más hasta niveles difíciles de entender. Hay una rabia contenida, que empieza a expresarse en formas de violencia cada vez mayores. Sin embargo, todos tenemos el derecho a manifestarnos de manera pacífica, justa y democrática, pero nunca de forma violenta y destructiva venga de donde venga! No es posible que el congreso actual esté más preocupado en aprobar proyectos de ley que favorezcan sus propios intereses, mientras el pueblo al que representan sufre pérdidas de vidas. Es inentendible que, en 6 años, vayamos ya por el sexto presidente y que, de los últimos 10 presidentes del Perú, 7 de ellos tengan problemas con la justicia por delitos de corrupción. ¿Cómo es posible que, de los 26 gobiernos regionales, la mayoría de estos están siendo investigados también por corrupción, lo mismo que muchas alcaldías tanto provinciales como distritales? ¡Corrupción significa menos escuelas, menos hospitales, menos carreteras y menos oportunidades para todos!
  6. Pedimos, a todos los miembros de la familia Combonianas, en sus diversos sectores: misión, formación, animación y todas las personas allegadas y comprometidas con nuestro trabajo, a seguir apostando por la vida, por ser el don más grande que Dios nos ha regalado y a seguir trabajando por la paz y por el bien de nuestras familias, por ser la cuna y primera escuela de valores que hacen posible una vida digna. Sigamos trabajando para que estos momentos tan difíciles que estamos atravesando, nos vuelvan más humanos y más hermanos. ¡Que Nuestra Señora de la paz interceda por nosotros!

¡QUEREMOS PAZ!

FAMILIA COMBONIANA DEL PERU

24 enero 2023

Atacados por rebeldes los postulantes combonianos del Congo

En la mañana de ayer domingo un grupo de hermanos postulantes combonianos junto a su formador era atacado por los rebeldes Mai-Mai, en la provincia de Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo. Aunque no hay que lamentar fallecidos uno de los hermanos era alcanzado en una pierna por una bala.

Así lo comunicaba el superior provincial de los combonianos, el padre Léonard Ndjadi Ndjate. El provincial ha relatado que a las 07:00h de la mañana de ayer, los rebeldes atacaban el vehículo que volvía del campo y que transportaba a cuatro postulantes combonianos junto a su formador, el hermano Jacques Eluma (primero por la izquierda en la foto). Han disparado sin miramientos sobre el vehículo que ha recibido numerosas balas. El único herido ha sido el hermano Héritier Mambaya, de 22 años y originario de la localidad de Bumba (en la foto, el tercero por la izquierda). Héritier está en su tercer año de formación como postulante. Ha sido ingresado en el hospital de Matanda en la ciudad de Butembo, para extraerle la bala. El provincial no ha desvelado más detalles sobre su estado y ha pedido “la intercesión de San Daniel Comboni”.

Ha denunciado “con la mayor firmeza este ataque bárbaro y criminal contra inocentes. Deploramos la incapacidad de las fuerzas del orden para proteger a las poblaciones del Este. Pedimos orar por la paz en esta región y en toda África. Que Dios conceda a nuestros jóvenes una pronta recuperación y la salud necesaria”.

La situación de esta zona del Congo sigue siendo tensa, con numerosos grupos rebeldes y la tensión entre Ruanda y la República del Congo que acusa a la primera de estar financiado a estos grupos. Todo esto cuando el Papa Francisco llegará al país el próximo 30 de enero, aunque por razones de seguridad se le pidió que no visitara el Este del Congo, como tenía programado hace un año cuando por motivos de salud no pudo visitar el Congo.

Crédito: OMPRESS

Dos regalos para el pueblo turkana

Por: P. Aarón Cendejas

El 4 de junio del año pasado, tuvo lugar la consagración episcopal de monseñor John Mbinda (espiritano), como cuarto obispo de la diócesis de Lodwar (al noroeste de Kenia). Previamente, el 3 de junio, el padre Mbinda fue recibido en la parroquia de Kainuk, al sur de la diócesis. Durante el trayecto hacia la ciudad de Lodwar, el «nuevo obispo» tuvo que hacer varias «paradas», para saludar a la gente a lo largo de la carretera. Su mensaje, tomado de su «escudo de armas», siempre era: «Estén alegres…», añadiendo una palabra sobre la importancia de la paz en las regiones fronterizas de su territorio.

El 4 de junio, en el Centro Cultural «Ekaales», el padre John Mbinda, originario de Kanzalu (Machakos, al sur del país), fue consagrado y entronizado obispo de Lodwar, en una colorida ceremonia, presidida por el nuncio apostólico de Kenia y Sudán del Sur, monseñor Bert Van Megen. Para acompañar al nuevo pastor, asistió la mayoría de los obispos de Kenia. Acudieron a la celebración cerca de 10 mil fieles procedentes de todo el país y del extranjero.

Al final de la misa, monseñor Mbinda agradeció a Dios por haberlo elegido, «entre otros sacerdotes mejores y más santos que un servidor». Espera contribuir, con su experiencia de seis años entre los pokot (vecinos y «enemigos» de los turkana), para ayudar a estos pueblos a vivir en armonía y en paz. La Conferencia Episcopal de Kenia felicitó a monseñor Mbinda y le dio la bienvenida al grupo, asegurándole su apoyo.

El nuevo pastor celebró una eucaristía de agradecimiento en la catedral de Lodwar, dedicada a san Agustín y, el 28 de junio visitó la parroquia de Nakwamekwi, atendida por los Misioneros Combonianos. En su homilía, monseñor Mbinda exhortó a los fieles a seguir con valentía a Jesucristo y a convertirse en anunciadores de la Palabra de Dios.

Silas, sacerdote para siempre

El segundo regalo de 2022 consistió en la ordenación sacer-dotal del diácono Silas Mukafwa. La ceremonia tuvo lugar el pasado 28 de agosto en el atrio de la catedral de Lodwar, con gran afluencia de fieles, religiosas, religiosos y sacerdotes. Unas 150 personas, entre familiares y amigos de Silas, llegaron de Kitale y alrededores, ya que él pertenece a la etnia luhya, pero quiso desarrollar su apostolado en la diócesis de Lodwar, entre los turkana.

Vivía en Nakuru con sus padres, William y Florence Mwanambisi; luego, se cambiaron a Sirende-Kitale, región colindante con tierras turkanas. Como seminarista, realizó en 2012 su curso propedéutico y de espiritualidad en Molo; cursó Filosofía en Mabanga (2013-2016) y Teología en Tindiño (2017-2022). Monseñor Mbinda lo ordenó diácono.

En la liturgia de la Palabra, se presentó la vocación de Jeremías sacerdote (Jer 1,4-9), según el orden de Melquisedec (Heb 5,1-10) y enviado a ser «pescador de hombres» (Lc 5,1-11). En la homilía, el obispo exhortó a Silas a ser hombre de oración, «como Pedro, Juan y Santiago, que dejaron sus redes y todo lo demás, incluida la pesca milagrosa… y siguieron inmediatamente a Jesús. Así tú, busca el tiempo, deja cada día todas las “redes” de tu vida, y encuentra a Jesús en la oración. Ponte en las manos de Dios, pues el trabajo apostólico no es nuestro, sino de Él». Monseñor Mbinda también le recomendó a Silas que estuviera siempre dispuesto a celebrar la eucaristía y atender las necesidades espirituales de los fieles: «Has sido elegido –afirmó el prelado– entre el pueblo, para ser “sacrificio”, unido a Jesús… para perdonar los pecados, para ser santificado y hacer que los fieles reciban los dones divinos». Por último, le dijo: «Sé un sacerdote obediente a tu obispo y superiores, un trabajador incansable que ame a su gente sin condiciones ni discriminar naciones… un sacerdote que valora la paz, el amor y la unidad; un clérigo que se da a sí mismo por el bien de los fieles».

Silas ejerce sus primicias sacerdotales como vicario en la parroquia de Lokori, misma que abrió el instituto de los Misioneros Combonianos en 1992.

75 años de bendiciones

No existe un sentimiento más bello que el agradecimiento. Con toda razón un santo decía: “la gratitud es la llave del corazón de Dios” y “quien agradece se abre a nuevas bendiciones”. Nuestro Padre Dios ama las personas agradecidas, porque son humildes y saben reconocer las inmensas bondades recibidas desde la fuente de la Misericordia (cf. I Tesalonicenses 5,16-18).

Los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús estamos celebrando75 años de nuestra llegada a estas benditas tierras mexicanas, y no solamente para recordar el pasado como cuando se visita un museo sino sobre todo para expresar un GRACIAS sincero y lleno de adoración a la Providencia Divina.

Gracias por la infinidad de personas, vivas y difuntas, que han sido parte de nuestra obra misionera… por las vocaciones de Sacerdotes y Hermanos y Hermanas y Laicos Combonianos que se han entregado como semilla buena en los surcos de la evangelización. Gracias por los increíbles sacrificios y toda la vida donada en las misiones de Baja California Sur cuando todo aquello era un gran desierto que debía florecer. Gracias por nuestros seminarios de formación misionera en Tepepan y Cerrito de Xochimilco, La Moctezuma (CDMX), Sahuayo (Michoacán), san Francisco del Rincón (Guanajuato), Guadalajara (Jalisco – hoy el Oasis para los misioneros ancianos), Cuernavaca (Morelos), Monterrey (Nuevo León)… por las hermosas páginas misioneras caminando con los pueblos indígenas de la Chinantla en Oaxaca y más tarde por la sierra en Metlatónoc y Cochoapa en Guerrero, y nuestra labor ante los desafíos urbanos de Ciudad Netzahualcóyotl y el Valle de Chalco, sin olvidar nuestra actual presencia en Comalapa (Veracruz) y Temixco (Morelos)…

Mención especial merece el arduo servicio a la Iglesia mexicana en apoyo a su vocación “ad gentes” a través de las incansables actividades de Animación Misionera, en particular con las revistas Esquila Misional (que está cumpliendo 70 años) Y Aguiluchos “para niños de 5 a 80 años”, y la editorial de libros para formar la conciencia misionera… las Jornadas Misioneras en las parroquias de las diócesis… Los numerosos bienhechores que han hecho posible nuestra tarea con sus oraciones, amistad y colaboración económica… entre ellos los hermosos grupos de Damas Combonianas y Círculos de Oración esparcidos por muchas partes de nuestro país y la red de Misioneros Ancianos y Enfermos… Los que todos los días se inscriben a la Obra del Redentor para unirse a nuestra Eucaristía por sus seres queridos y así colaborar en el anuncio del Evangelio.

Gracias, más que nada, por los más de 150 misioneros y misioneras combonianos mexicanos que han salido, en diferentes épocas, con gran generosidad a llevar la Buena Noticia del amor de Dios a los continentes de África, Asia, América y Europa… varios de ellos ya coronados por una muerte santa.

Y todo esto, y mucho más que se escapa a esta breve reseña, por pura GRACIA de Dios, por pura GRACIA de personas de gran fe y compromiso cristiano, por pura GRACIA de la Iglesia local que nos ha acogido con amor.

La gratitud, todos lo sabemos, nos trae alegría y paz interior. Volteando la mirada hacia los años recorridos, decimos: valió la pena el esfuerzo, el sufrimiento, las dificultades y los gozos celebrados… porque hemos regalado esperanza y hemos sido instrumentos de amor fraterno para los hijos e hijas de Dios que se nos han confiado. Porque hemos puesto nuestro “granito de arena” en la construcción de un mundo más justo y solidario con los más pobres y abandonados, como san Daniel Comboni soñó para su Instituto.

Es verdad que también tenemos que pedir perdón por nuestros errores y caídas – lo hacemos con sinceridad – pero solamente para renovar nuestro Sí a Cristo y seguir caminando con entusiasmo tras de sus huellas. 75 años son “bodas de diamante” de un ideal misionero que no muere porque es obra de Dios. ¡Bendito sea! “Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas” (Salmo 9,1)

P. Rafael González Ponce