Fecha de nacimiento: 06/03/1914
Lugar de nacimiento: Gravado
Votos temporales: 07/10/1935
Votos perpetuos: 07/10/1939
Fecha de ordenación: 23/03/1940
Llegada a México: 1969
Fecha de fallecimiento: 16/03/2008
Lugar de fallecimiento: Milano/I
Febo Gabriele Chiodi nació en Gavardo, provincia de Brescia (Italia), el 6 de marzo de 1914, de Giovanni Chiodi y Antonia Martini. La madre era una ferviente católica, mientras que el padre era ateo, pero no se opuso nunca a la devoción cristiana de la mujer.
En 1928 Gabriele entró en el seminario comboniano de Brescia, asistiendo a la escuela media y al liceo. Después del noviciado en Venegono (1933-1935) y los votos temporales, estudió filosofía en Verona y la teología en el Pontificio Ateneo Urbaniano de Propaganda FIDE en Roma, donde fue ordenado sacerdote el 23 de marzo de 1940, en la basílica de San Juan de Letrán. Celebró su Primera Misa en Gavardo y aquel mismo día recibió de Dios un don muy especial: su padre, ya convertido al catolicismo, pudo recibir del hijo neo sacerdote la primera comunión. Fue un momento de gran emoción y alegría para ambos.
El Instituto estaba en vías de expansión en aquellos años y al P. Gabriele tocó con frecuencia ser designado a comunidades y casas de primera fundación o de reapertura. Durante los años 1941-1947, el P. Gabriele trabajó en Italia. Su primer destino fue en la Villa Pisa de Florencia que en el 1940 había sido abierta como noviciado. Fue enviado después a Carraia, en la provincia de Lucca, con el P. Egidio Ramponi, para volver a abrir el seminario menor para muchachos de la escuela media. En julio de 1943 el P. Gabriele fue mandado como superior a Bolonia, en la casa adquirida hacía poco. Eran los años de la guerra y hubo algunos momentos desagradables, como encuentros cercanos con los alemanes, bombardeos, explosión del depósito de las municiones no lejos de la casa y escasez de comida. El P. Gabriele hizo construir en el subterráneo del seminario un refugio antiaéreo donde consiguieron salvarse bastantes personas.
En 1947 los superiores lo mandaron a Estados Unidos, donde los Combonianos se habían instalado hacía poco. En Cincinnati, el P. Gabriele se convirtió en director espiritual del escolasticado. Dos años después fue nombrado padre maestro del primer noviciado comboniano, en el estado de Indiana, a continuación trasladado a Forestville y por último a la nueva casa de Monroe, Michigan (1952). Después de once años de trabajo comprometido como padre maestro de los novicios, fue enviado a abrir una casa para Hermanos en Yorkville, Illinois. Apenas había empezado a organizar la casa, cuando fue mandado a la nueva y no todavía completa casa de San Diego, California, donde se había trasladado el escolasticado de Cincinnati. El P. Gabriele fue nombrado superior. Aquí permaneció siete años (1961-1968). En 1968 el P. Gabriele fue enviado a Saint Jean de Quebec, en Canadá, pero cerca de ocho meses después fue destinado a México donde desempeñó su servicio misionero hasta 2003, es decir, hasta que su salud se lo permitió.
El P. Gabriele llegó a México en 1969 y, precisamente a Guerrero Negro, en la Baja California, donde permaneció hasta 1973 como párroco y superior local. La mayor parte de los hombres trabajaba en la salina. Durante el año escolar introdujo el Cursillo de Cristiandad en el que los hombres y mujeres participaban con gusto, pero comenzaron también los contrastes, inevitables en toda obra buena. Los Testigos de Jehová comenzaron a combatirlo y querían echarlo porque muchos de sus adeptos se iban para participar en estos cursos. Así se quejaron al gobierno, acusando al P. Gabriele de, no se sabe bien, qué culpas. El obispo, Mons. Juan Jesús Posadas Ocampo, le advirtió de un mandato gubernativo que se refería a él y le ayudó a refugiarse en el seminario de Tijuana, el pueblecito de la Baja California que limita con los Estados Unidos. Entre tanto, el gobierno de la Baja California había revocado el mandato contra él, más aún lo invitó a volver, porque se le había mostrado el trabajo humanitario que el P. Gabriele había desarrollado para ayudar a la gente, sobre todo a los más pobres y necesitados de la parroquia, como, por ejemplo, la construcción de cincuenta casitas de madera para los que habían quedado sin casa a causa de un terrible huracán. Había hecho construir también una iglesia y buena parte de la escuela local.
A continuación, Mons. Giovanni Giordani lo invitó a trabajar en La Paz (1973-1980) y el P. Gabriele fue nombrado vicario de la diócesis. Los sacerdotes locales al principio, no veían con buenos ojos su posición, pero después, habiendo constatado su empeño en el trabajo espiritual y material, lo aceptaron con gusto. Cuando se abatió sobre La Paz y alrededores el ciclón Lisa que causó destrucción y muerte entre la población, como siempre, fueron los pobres los que sufrieron las consecuencias más graves, quedando sin casa. El P. Gabriele, con la ayuda de amigos y bienhechores de los Estados Unidos, consiguió construir también esta vez, cincuenta casitas de madera y una iglesia dedicada a la “Divina Providencia”. Diez años más tarde, la catedral de La Paz, de la que era párroco, fue confiada al clero local.
Pasaron otros ocho años y el P. Gabriele fue enviado como párroco a Ciudad Insurgentes, también en Baja California. Aquí se sintió en verdad misionero y continuó, siempre con la ayuda de sus amigos y bienhechores de los Estados Unidos, ayudando a los más pobres y necesitados.
En 1990 celebró los cincuenta años de sacerdote. Los superiores lo trasladaron a Ciudad de México, en la parroquia de los Mártires de Uganda, en Colonia Moztezuma, en el Distrito Federal. Había trabajado mucho e intensamente en sus 75 años de vida y se sentía cansado, pero se presentó con humildad y obediencia al superior de aquel tiempo, el P. Giuseppe Gasparotto. A la muerte de éste, el P. Gabriele fue nombrado superior y continuó trabajando con gran sencillez, junto a los sacerdotes locales. En el 2000 celebró sus sesenta años de sacerdocio.
La edad avanzada y la salud bastante precaria le obligaron a dejar el cargo de superior al P. Manuel Gutiérrez Juárez. Por un empeoramiento de las condiciones de salud, tuvo que ser hospitalizado, sufriendo varias intervenciones quirúrgicas. Al acercarse su 90 cumpleaños, los superiores decidieron mandarlo al Centro Ancianos y Enfermos (CAA) de Milán, para que estuviera mejor atendido. El domingo de su última Misa en parroquia, los fieles, a los que el P. Gabriele se había dedicado durante trece años, lo saludaron con gran tristeza.
En agosto de 2004, el P. Gabriele entró a formar parte de la comunidad del Centro Ancianos y Enfermos de Milán (Italia). Escuchemos las palabras del P. Gerardo Antonio Díaz Jiménez, el provincial de México, antes de que partiera para Italia: “Deseo agradecerte en nombre de la provincia de México y de toda la Iglesia misionera el testimonio de tu vida en el curso de tantos años y en tantos lugares. Y si es verdad que los años se pueden contar, es imposible para nosotros saber el bien que el Señor ha hecho a través de tus manos, tus palabras y tu vida”. El Superior General, P. Teresino Serra, escribía en la misma ocasión: “Queridísimo Gabriele, con esta carta me hago un poco su compañero de viaje. ¿Cómo está? Espero que su salud pueda mejorar. Continúo viviendo a su lado y al de los hermanos ancianos o con problemas de salud, como cuando era vice-provincial de Italia. Pregunto con frecuencia por usted y espero poderlo encontrar cuanto antes. Usted es siempre misionero y estoy seguro de que todo lo que vive y hace lo vive y hace con la misión en el corazón”.
El P. Gabriele volvió a la casa del Padre el 16 de marzo de 2008.