LAUDATE DEUM: Incidencia Política hacia la COP 28

El Movimiento Laudato si’, la plataforma de acción Laudato si’ y Caritas Internacionalis han publicado conjuntamente un documento en relación a la COP 28 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático) resuminedo las propuestas y peticiones que el Papa hace a través de su exhortación apostólica Laudate Deum.

La exhortación Laudato Deum (LD) del Papa Francisco, publicada pocas semanas antes de la COP 28, pide a los gobiernos y otras partes interesadas a dar un paso adelante y aborden responsablemente la emergencia climática para mitigar y eventualmente revertir esta crisis verdaderamente global que aflige a la amada creación de Dios y a nuestros hermanos y hermanas más pobres.

  1. Inventario Global («Global Stocktake» en inglés, GST)
  2. Mitigación
  3. Financiación Climática
  4. Pérdidas y Daños
  5. Adaptación
  6. Sociedad Civil

ACCIÓN: Propuestas de incidencia política ante los gobiernos

Laudate Deum es un llamamiento concreto para garantizar realmente el multilateralismo como una gobernanza capaz de establecer y aplicar normas para la “salvaguardia global”. Un espacio donde las voces de la sociedad civil puedan ser escuchadas, donde todos los países tengan un papel que desempeñar, donde la brújula sea el bien común y no «una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder» (LD 35).

De cara a la COP 28, cada Estado parte está ultimando su posición negociadora. Por tanto, lo más importante es abogar dentro de cada país o región para llegar a Dubai con compromisos claros para aplicar el Acuerdo de París:

1.    Inventario Global (GST)

  • «Si hay un interés sincero en lograr que la COP 28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente» (LD 59). La COP de este año pretende marcar un hito en la aplicación del Acuerdo de París ya que pondrá en marcha por primera vez desde 2015 el Inventario Mundial, que es el mecanismo de evaluación del Acuerdo de París.
  • Los resultados del GST y las decisiones conexas de la COP 28 deben proponer caminos claros, viables y específicos para avanzar en el cumplimiento de los objetivos de París, con políticas y planes concretos que adopten un enfoque basado en evidencias científicas y en los derechos humanos, incluidos los derechos de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta la justicia social y la equidad intergeneracional.

2.    Mitigación

  • Alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5°C requiere una acción inmediata y sin precedentes para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sobre todo a corto plazo, mediante el compromiso de eliminar progresivamente todos los combustibles fósiles. El llamamiento de Laudate Deum es una alarma que nos recuerda que el umbral del 1,5ºC no es un mero número, sino un imperativo moral (cf. LD 56). Todas las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas (CMNUCC) deben aumentar antes de la COP 28 (o comprometerse a hacerlo) sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para cerrar las “brechas de emisiones” así como para cerrar las “brechas de implementación” aumentando la aplicación de políticas para lograr la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
  • Todas las Partes de la CMNUCC deben acordar una eliminación mundial rápida, justa y equitativa de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) en todos los sectores, en línea con el límite de temperatura de 1,5°C para el 2050 a más tardar, y acordar compromisos vinculantes para garantizar que cada país cumpla con su parte, empezando primero por los países que actual e históricamente más han contaminado. Se debe detener el desarrollo de nuevos oleoductos, minas e infraestructuras que que perpetúan nuestra dependencia de combustibles fósiles sucios, peligrosos y costosos.
  • «Necesitamos superar la lógica de aparecer como seres sensibles y al mismo tiempo no tener la valentía de producir cambios sustanciales» (LD 56). Las partes deben acordar un marco de transición justa con un objetivo global de renovables: Triplicar la capacidad mundial de energías renovables hasta 11.000 gigavatios para 2030, desplegando al menos 1.500 gigavatios al año para 2030.
  • Todos los gobiernos deberían adoptar un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles paralelo como herramienta fundamental para complementar y reforzar el Acuerdo de París, cuyo texto omite cualquier referencia a los combustibles fósiles a pesar de ser éstos el principal alterador del clima. La adopción de un Tratado sobre combustibles fósiles colmará esta laguna del Acuerdo de París, favoreciendo compromisos más concretos en las NDC.
  • Falsas soluciones – La captura y almacenamiento de carbono (CAC) y otras tecnologías de “reducción” es distraer la atención de la necesidad de eliminar progresivamente los combustibles fósiles. «Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve» (LD 57). La CAC lleva décadas prometiendo más de la cuenta y cumpliendo menos de lo esperado y a pesar de llevar décadas funcionando, las instalaciones de CAC capturan menos del 0,1% de las emisiones mundiales. La CAC y otras tecnologías no deben desviar la atención del objetivo clave de reducir las emisiones de GEI mediante una transición energética justa que abandone los combustibles fósiles.

3.    Financiación climática

  • «La transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria» (LD 55). Las economías emergentes y en desarrollo representarán la mayor parte del aumento de las emisiones en las próximas décadas, por lo quee es necesario un aumento sin precedentes de la inversión en energías limpias para situar a los países en la senda de las emisiones netas cero.
  • Hasta ahora, los países desarrollados no han cumplido colectivamente el objetivo de
100.000 millones de dólares de financiación climática que deberían aportar anualmente a partir de 2020-25: los países desarrollados deben garantizar que pueda cumplirse y desembolsarse por término medio a lo largo de 2020-2025, compensando los déficits de entrega de los primeros años.
  • Cambiar todos los flujos financieros en línea con los objetivos del Acuerdo de París: Todas las Partes de la CMNUCC deben eliminar progresivamente las subvenciones directas e indirectas a los combustibles fósiles.
  • Reforma de la arquitectura financiera internacional: las principales instituciones financieras internacionales deben adoptar rápidamente políticas de exclusión de los combustibles fósiles, salvaguardias más estrictas de los derechos humanos, estructuras de gobernanza más democráticas que incluyan mecanismos de participación y supervisión de los países en desarrollo, los pueblos indígenas, la sociedad civil y las comunidades, y establecer objetivos de financiación para el clima y la biodiversidad; y adoptar medidas urgentes para el alivio de la deuda.
  • La transición energética corre el riesgo de volver a ser injusta si sólo consiste en sustituir la quema de combustibles fósiles por el uso de energías renovables sin cambiar los estilos de vida insostenibles y los modos destructivos de producción y consumo. Una transición justa requiere proporcionar apoyo financiero y tecnológico a los países menos desarrollados, garantizando la justicia y la equidad en el proceso.
  • La financiación de las energías limpias no debe adoptar la forma de deudas y préstamos al sector privado, porque conducirían aún más a los países emergentes y desarrollados a caer en “trampas de deuda”. Los países más ricos tienen una «deuda ecológica» (Laudato Si’, 51) que deben pagar con financiación pública.
  • El Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo (NCQG, por sus siglas en inglés) sobre financiación climática debe basarse en las necesidades sobre el terreno y ser suficiente para hacer frente a la totalidad de los costes necesarios para que los países desempeñen plenamente su papel en la consecución del Acuerdo de París.
  • La declaración del Papa Francisco en Laudate Deum hace hincapié en la importancia de garantizar que las medidas adoptadas en la COP 28 no sean meras aspiraciones, sino que sean vinculantes y aplicables. Estas medidas deben cumplir tres criterios clave: deben ser eficaces, obligatorias y fácilmente supervisables.

4.    Pérdidas y Daños

Tras la histórica decisión de establecer nuevos acuerdos de financiación para responder a las pérdidas y daños, incluido un fondo, y con el Comité de Transición elaborando recomendaciones para su consideración y adopción en la COP 28, las Partes deben avanzar en los siguientes puntos y estar preparadas para llegar a un acuerdo en Dubai sobre:

  • La financiación para hacer frente a las pérdidas y daños asociados a los impactos adversos del cambio climático debe ser una financiación pública nueva, adicional y predecible que priorice claramente las subvenciones, y subrayamos que el fondo para pérdidas y daños debe centrarse en “hacer frente” a las pérdidas y daños de acuerdo con los resultados de la COP 27.
  • El fondo de Pérdidas y Daños debe ser un elemento central de los acuerdos de financiación existentes para catalizar la mayoría de los fondos y coordinar los acuerdos de financiación existentes para garantizar la complementariedad, la coherencia y abordar los déficits de financiación.
  • El fondo para Pérdidas y Daños debe ser de fácil acceso, garantizando que las comunidades necesitadas de todo el Sur Global obtengan el dinero que necesitan para recuperarse y ser dueñas de su propio futuro; debe ser amplio, para apoyar tanto las respuestas a pérdidas y daños económicos como no económicos, para fenómenos meteorológicos extremos y de evolución lenta; debe ser representativo, basado en los derechos humanos y el principio de subsidiariedad, y gobernado por un consejo equitativo que actúe en pro del bien común; y debe ser eficiente y eficaz, al actuar como el fondo

mundial emblemático para hacer frente a pérdidas y daños junto con otros mecanismos de financiación.

5.    Adaptación

Los esfuerzos de adaptación no siguen el ritmo del aumento de los impactos climáticos. El ciclo de Informes AR6 del IPCC (2021-2023) indica que la planificación de la adaptación está aumentando, pero su aplicación es inadecuada. Es urgente elevar el debate político sobre la adaptación en la CMNUCC:

  • Las Partes deberían adoptar un punto permanente del orden del día sobre el Objetivo Global de Adaptación (GGA).
  • Es necesario avanzar sustancialmente en el diseño del marco y las directrices de la GGA con vistas a la puesta en marcha de la GGA en la COP 28, mediante un marco creíble, sólido y aplicable del objetivo global de adaptación (GGA) para mejorar la capacidad de adaptación, reforzar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático.
  • El objetivo debe estar diseñado para apoyar la coordinación, los procesos y las acciones de adaptación a nivel regional y nacional, así como los objetivos subnacionales y locales y los planes y acciones dirigidos; la adaptación basada en los ecosistemas y las comunidades; los enfoques inclusivos y la sabiduría, los valores y los conocimientos de los pueblos indígenas.
  • Las Partes deberían ampliar sus compromisos y presentar una hoja de ruta definitiva para duplicar colectivamente la financiación de la adaptación para 2025, sobre la base de los niveles de 2019, con el objetivo de lograr un equilibrio entre la financiación de la mitigación y la de la adaptación.
  • La presidencia de los Emiratos Árabes Unidos en la COP 28 ha pedido una Declaración sobre Sistemas Alimentarios en la COP 28. Los gobiernos deben comprometerse a reducir las emisiones agrícolas y a transformar la agricultura en beneficio del planeta y de las personas. En la COP 28, mediante el empoderamiento de los sistemas alimentarios locales y la amplificación de las voces de los agricultores, el compromiso podría catalizar la financiación y, por tanto, lograr avances significativos en todos los sistemas alimentarios, fomentando un futuro sostenible que sea significativo y duradero.

6.    Sociedad Civil

La participación significativa de la sociedad civil, especialmente de los jóvenes activistas, es imprescindible para una acción por el clima eficaz y basada en los derechos. Su participación activa garantiza perspectivas diversas, soluciones innovadoras y rendición de

cuentas, mejorando la calidad general y el impacto de las iniciativas climáticas. «Las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo, donde luchadores de los más diversos países se ayudan y se acompañan, pueden terminar presionando a los factores de poder» (LD 38). Instamos a la participación abierta y transparente de la sociedad civil sin temor a repercusiones.

Por el bien de nuestra casa común, les rogamos que planteen urgentemente estas demandas concretas a su gobierno nacional y a los organismos internacionales.

Paralelamente, como personas de fe cimentadas en la convicción de que la creación es un don sagrado de Dios, estamos llamados a transformar también los valores de nuestras comunidades y sociedades. En última instancia, «no hay cambios duraderos sin cambios culturales» (LD 70).

MOVIMIENTO LAUDATO SI – PLATAFORMA DE ACCIÓN LAUDATO SI’ – CARITAS INTERNATIONALIS

Pesar de Francisco por las víctimas del huracán Otis en Acapulco

Fervientes oraciones y su sentido pésame asegura el Papa a las víctimas del grave desastre natural causado por el huracán, especialmente en seis municipios de Guerrero, en el norte de México. Hasta el momento se cuentan al menos 27 personas muertas, 4 desaparecidas, decenas de heridos e ingentes daños materiales. También expresa su solicitud y cercanía a los heridos y damnificados de Acapulco y exhorta a la comunidad cristiana a colaborar en la reconstrucción de las zonas afectadas (Fotos: P. José de la Cruz).

El Papa Francisco expresa sus condolencias y consuelo a las víctimas del paso del huracán Otis por las costas de México, en un telegrama dirigido a monseñor Leopoldo González, arzobispo metropolitano de Acapulco. La misiva, afirma del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, expresa el profundo penar del Santo Padre al recibir la noticia del desastre natural que está afectando las costas del estado de Guerrero ocasionnado víctimas, heridos y numerosos daños materiales.

Su Santidad Francisco – se lee en el mensaje – “ofrece fervientes sufragios por el eterno descanso de los fallecidos, a la vez que pide al Señor conceda su consuelo a quienes sufren los devastadores efectos del huracán y ruega que incremente en la comunidad cristiana, sentimientos de ardiente caridad para colaborar en la reconstrucción de las zonas afectadas”.

El Papa también hace llegar su sentido pésame a los familiares de los difuntos, así como su paterna solicitud y cercanía espiritual a los heridos y damnificados “del querido pueblo de Acapulco, a los que imparte de corazón, la confortante bendición apostólica, como signo de fe y esperanza en Cristo resucitado”.

Gobierno declara Guerrero zona de desastre natural

Son seis los municipios declarados zonas de desastre natural que podrán recibir recursos extraordinarios para enfrentar los ingentes daños causados por las intensas lluvias desatadas por el paso del huracán Otis por las costas del estado de Guerrero, el pasado 25 de octubre, cuando en menos de 12 horas, pasó de tormenta tropical a huracán categoría cinco, la más alta de la escala Saffir Simpson. Luego de 24 horas sin comunicaciones y la caída de la red eléctrica, el Centro Nacional de Prevención de desastres, informó sobre el impacto de Otis, que hasta ahora ha dejado 27 personas muertas, cuatro desaparecidos, decenas de heridos y unas 200 mil personas afectadas.

Crédito: Vaticannews

El Papa: “El clericalismo es una forma de mundanidad que daña al pueblo fiel de Dios”

La tarde del miércoles 25 de octubre, durante la 18 Congregación General de la asamblea sinodal, el Papa Francisco ha hecho la siguiente intervención:

Me gusta pensar la Iglesia como pueblo fiel de Dios, santo y pecador, pueblo convocado y llamado con la fuerza de las bienaventuranzas y de Mateo 25.

Jesús, para su Iglesia, no asumió ninguno de los esquemas políticos de su tiempo: ni fariseos, ni saduceos, ni esenios, ni zelotes. Ninguna “corporación cerrada”; simplemente retoma la tradición de Israel: “tú serás mi pueblo y yo seré tu Dios”.

Me gusta pensar la Iglesia como este pueblo sencillo y humilde que camina en la presencia del Señor (el pueblo fiel de Dios). Este es el sentido religioso de nuestro pueblo fiel. Y digo pueblo fiel para no caer en los tantos enfoques y esquemas ideológicos con que es “reducida” la realidad del pueblo de Dios. Sencillamente pueblo fiel, o también, “santo pueblo fiel de Dios” en camino, santo y pecador. Y la Iglesia es ésta.

Una de las características de este pueblo fiel es su infalibilidad; sí, es infalible in credendo. (In credendo falli nequit, dice LG 12) Infabilitas in credendo. Y lo explico así: “cuando quieras saber lo que cree la Santa Madre Iglesia, andá al Magisterio, porque él es encargado de enseñártelo, pero cuando quieras saber cómo cree la Iglesia, andá al pueblo fiel.

Me viene a la memoria una imagen: el pueblo fiel reunido a la entrada de la Catedral de Éfeso. Dice la historia (o la leyenda) que la gente estaba a ambos lados del camino hacia la Catedral mientras los Obispos en procesión hacían su entrada, y que a coro repetían: “Madre de Dios”, pidiendo a la Jerarquía que declarase dogma esa verdad que ya ellos poseían como pueblo de Dios. (Algunos dicen que tenían palos en las manos y se los mostraban a los Obispos). No sé si es historia o leyenda, pero la imagen es válida.

El pueblo fiel, el santo pueblo fiel de Dios, tiene alma, y porque podemos hablar del alma de un pueblo podemos hablar de una hermenéutica, de una manera de ver la realidad, de una conciencia. Nuestro pueblo fiel tiene conciencia de su dignidad, bautiza a sus hijos, entierra a sus muertos.

Los miembros de la Jerarquía venimos de ese pueblo y hemos recibido la fe de ese pueblo, generalmente de nuestras madres y abuelas, “tu madre y tu abuela” le dice Pablo a Timoteo, una fe transmitida en dialecto femenino, como la Madre de los Macabeos que les hablaba “en dialecto” a sus hijos. Y aquí me gusta subrayar que, en el santo pueblo fiel de Dios, la fe es transmitida en dialecto, y generalmente en dialecto femenino. Esto no sólo porque la Iglesia es Madre y son precisamente las mujeres quienes mejor la reflejan; (la Iglesia es mujer) sino porque son las mujeres quienes saben esperar, saben descubrir los recursos de la Iglesia, del pueblo fiel, se arriesgan más allá del límite, quizá con miedo, pero corajudas, y en el claroscuro de un día que comienza se acercan a un sepulcro con la intuición (todavía no esperanza) de que pueda haber algo de vida.

La mujer del santo pueblo fiel de Dios es reflejo de la Iglesia. La Iglesia es femenina, es esposa, es madre.

Cuando los ministros se exceden en su servicio y maltratan al pueblo de Dios, desfiguran el rostro de la Iglesia con actitudes machistas y dictatoriales (basta recordar la intervención de la Hna. Liliana Franco). Es doloroso encontrar en algunos despachos parroquiales la “lista de precios” de los servicios sacramentales al modo de supermercado. O la Iglesia es el pueblo fiel de Dios en camino, santo y pecador, o termina siendo una empresa de servicios variados. Y cuando los agentes de pastoral toman este segundo camino la Iglesia se convierte en el supermercado de la salvación y los sacerdotes meros empleados de una multinacional. Es la gran derrota a la que nos lleva el clericalismo. Y esto con mucha pena y escándalo (basta ir a sastrerías eclesiásticas en Roma para ver el escándalo de sacerdotes jóvenes probándose sotanas y sombreros o albas y roquetes con encajes).

El clericalismo es un látigo, es un azote, es una forma de mundanidad que ensucia y daña el rostro de la esposa del Señor; esclaviza al santo pueblo fiel de Dios.

Y el pueblo de Dios, el santo pueblo fiel de Dios, sigue adelante con paciencia y humildad soportando los desprecios, maltratos, marginaciones de parte del clericalismo institucionalizado. Y, ¡con cuánta naturalidad hablamos de los príncipes de la Iglesia, o de promociones episcopales como ascensos de carrera! Los horrores del mundo, la mundanidad que maltrata al santo pueblo fiel de Dios.

Inicia el Sínodo de la Sinodalidad

Francisco abrió la primera Congregación General del Sínodo sobre la Sinodalidad y recordó a todos los participantes reunidos en el Aula Pablo VI que la asamblea “no es un parlamento, ni un encuentro entre amigos”.

Texto y foto: Vatican News

La escucha, ayuno de la palabra pública, mucho espacio para el Espíritu Santo, la oración, la reflexión -especialmente sobre los textos de San Basilio-, sin lugar para la cháchara, la mundanidad, las ideologías.
Sentado a la mesa con los representantes de la Secretaría General del Sínodo, el Papa abrió la primera Congregación General del Sínodo sobre la Sinodalidad y señaló a los más de 460 participantes el camino a seguir durante estas cuatro semanas de trabajo, instando a todos los periodistas, que hacen un trabajo “muy bonito, muy bueno”, a que les ayuden a transmitir el mensaje de que la “prioridad” es “escuchar”, antes de hablar.

El Espíritu Santo protagonista

El Papa llegó temprano al Aula Pablo VI, para la ocasión modificada en sus espacios, saludado por los presentes empezando por los dos obispos chinos, miembros en la asamblea por nombramiento papal. Junto a cardenales, obispos, religiosos, consagrados y consagradas, Francisco rezó y cantó la invocación al Espíritu Santo, el que -dijo en su breve discurso introductorio- es el verdadero “protagonista” del Sínodo. 
“El protagonista del Sínodo no somos nosotros, es el Espíritu Santo, y si dejamos paso al Espíritu Santo, el Sínodo irá bien.”

No a la charlatanería, una enfermedad frecuente

Y precisamente para “no entristecer al Espíritu” que se desanima con “palabras vacías, palabras mundanas”, el Papa vuelve a advertir contra la “charlatanería”, un “hábito humano, pero no bueno”, una “enfermedad muy frecuente entre nosotros” y “común en la Iglesia”.

La prioridad de la escucha

Más que las palabras, la preocupación del Papa es que durante el Sínodo se dé espacio a la escucha: “Existe la prioridad de la escucha -dice- y debemos dar un mensaje, y esto a los operadores de prensa, a los periodistas que hacen un trabajo muy bello, muy bueno. Pero debemos dar precisamente una comunicación que sea reflejo de esta vida en el Espíritu Santo”.
“Hace falta un ascetismo -perdón por hablar así a los periodistas- pero, un cierto ayuno de la palabra pública para custodiar esto. Y lo que se publique, que sea en este ambiente. Algunos dirán -lo están diciendo- que los obispos tienen miedo y por eso no quieren que los periodistas digan. No: el trabajo de los periodistas es muy importante. Pero hay que ayudarles a decir esto, este ir en el Espíritu.”

Mensaje a los periodistas

Francisco recuerda cómo la controversia y la presión de los medios de comunicación en Sínodos anteriores se superponían a las discusiones en el aula, a menudo incluso dirigiendo el orden del día. “Cuando (hubo) el Sínodo sobre la familia, estaba la opinión pública hecha por los mundanos de nosotros, que era dar la comunión a los divorciados: y así entramos en el Sínodo. Cuando (hubo) el Sínodo para las Amazonas, estaba la opinión pública, la presión, que era hacer los viri probati: entramos con esta presión, ¿no?”.
“Ahora -dice el Papa- se especula sobre este Sínodo: ‘¿Pero qué harán? Quizá el sacerdocio a las mujeres’, no sé, estas cosas las dicen fuera, ¿no? Y dicen tantas veces que los obispos tienen miedo de comunicar lo que está sucediendo”. Por eso el Pontífice se dirigió directamente a los “comunicadores”, pidiéndoles “que hagan bien su función, con justicia, que la Iglesia y las personas de buena voluntad -los otros dirán lo que quieran- comprendan que también en la Iglesia existe la prioridad de la escucha. Transmitan esto: es muy importante”.

Reflexionar sobre los textos de San Basilio

A continuación, el Papa señala algunos textos de antología patrística como instrumento de reflexión para todos los participantes: “Están tomados de San Basilio, que escribió ese hermoso tratado sobre el Espíritu Santo. ¿Por qué? Porque quiere que comprendamos esta realidad, que no es fácil… Por favor, reflexionen y mediten sobre ellos”, exhorta.

Un Sínodo deseado por todos los obispos del mundo

“No es fácil”, dice el Papa, embarcándose ahora en este Sínodo sobre la Sinodalidad, fruto de un camino de 60 años: “No es fácil, pero es hermoso”. Sobre todo, es un Sínodo, el que comienza hoy, “que todos los obispos del mundo querían”.
“En la encuesta que se hizo después del Sínodo de Amazonas, a todos los obispos del mundo, el segundo lugar de preferencia fue éste: la sinodalidad. En primer lugar estaban los sacerdotes, en tercer lugar creo que una cuestión social. Pero, en segundo lugar [la tema de la sinodalidad estaba en segundo lugar]. Todos los obispos del mundo vieron la necesidad de reflexionar sobre la sinodalidad. ¿Por qué? Porque todos se dieron cuenta de que la fruta estaba madura para tal cosa.”

No es una reunión “parlamentaria”

Así que “con este espíritu comencemos a trabajar, hoy”, afirmó Francisco, recordando de nuevo -como hizo hoy en su homilía durante la Misa en la Plaza de San Pedro- “que el Sínodo no es un parlamento: es otra cosa; que el Sínodo no es una reunión de amigos para resolver algunas cosas del momento o dar opiniones: es otra cosa”.
“Si hay otros caminos por intereses humanos, personales, ideológicos en medio de nosotros, no será un Sínodo, será una reunión más parlamentaria, que es otra cosa. El Sínodo es un camino que hace el Espíritu Santo.”

El Papa habla de Daniel Comboni en la audiencia general

El papa Francisco, en su audiencia general de hoy, presentó la figura de san Daniel Comboni como ejemplo de pasión por el anuncio del evangelio.

vaticannews

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En el camino de catequesis sobre la pasión evangelizadora, es decir el celo apostólico, hoy nos detenemos en el testimonio de san Daniel Camboni. Él fue un apóstol lleno de celo por África. De esos pueblos escribió: «se han adueñado de mi corazón que vive solamente para ellos» (Escritos, 941), «moriré con África en mis labios» (Escritos, 1441). ¡Es hermoso! …Y a ellos se dirigió así: «el más feliz de mis días será en el que pueda dar la vida por vosotros» (Escritos, 3159). Esta es la expresión de una persona enamorada de Dios y de los hermanos que servía en misión, a propósito de los cuales no se cansaba de recordar que «Jesucristo padeció y murió también por ellos» (Escritos, 2499; 4801).

Lo afirmaba en un contexto caracterizado por el horror de la esclavitud, de la que era testigo. La esclavitud “cosifica” al hombre, cuyo valor se reduce al ser útil a alguien o algo. Pero Jesús, Dios hecho hombre, ha elevado la dignidad de cada ser humano y ha desenmascarado la falsedad de toda esclavitud. Comboni, a la luz de Cristo, tomó conciencia del mal de la esclavitud; entendió, además, que la esclavitud social tiene sus raíces en una esclavitud más profunda, la del corazón, la del pecado, de la cual el Señor nos libera. Como cristianos, por tanto, estamos llamados a combatir contra toda forma de esclavitud. Pero lamentablemente la esclavitud, así como el colonialismo, no es un recuerdo del pasado, lamentablemente. En el África tan amada por Comboni, hoy desgarrada por tantos conflictos, «tras el colonialismo político, se ha desatado un “colonialismo económico”, igualmente esclavizador. (…). Es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca». Renuevo por tanto mi llamamiento: «No toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear» (Encuentro con las Autoridades, Kinshasa, 31 de enero 2023).

Y volvemos a la historia de san Daniel. Pasado un primer periodo en África, tuvo que dejar la misión por motivos de salud. Demasiados misioneros habían muerto después de haber contraído enfermedades, a causa del poco conocimiento de la realidad local. Sin embargo, si otros abandonaban África, no lo hizo Comboni. Después de un tiempo de discernimiento, sintió que el Señor le inspiraba un nuevo camino de evangelización, que él sintetizó en estas palabras: «Salvar África con África» (Escritos, 2741s). Es una intuición poderosa, nada de colonialismo en esto: es una intuición poderosa que contribuyó a renovar el compromiso misionero: las personas evangelizadas no eran solo “objetos” sino “sujetos de la misión”. Y san Daniel Comboni deseaba hacer a todos los cristianos protagonistas de la acción evangelizadora. Y con este ánimo pensó y actuó de forma integral, involucrando al clero local y promoviendo el servicio laical de los catequistas. Los catequistas son un tesoro de la Iglesia: los catequistas son aquellos que van adelante en la evangelización. Concibió así también el desarrollo humano, cuidando las artes y las profesiones, favoreciendo el rol de la familia y de la mujer en la transformación de la cultura y de la sociedad. ¡Y qué importante, también hoy, hacer progresar la fe y el desarrollo humano desde dentro de los contextos de misión, en vez de trasplantar modelos externos o limitarse a un estéril asistencialismo!  Ni modelos externos ni asistencialismo. Tomar de la cultura de los pueblos el camino para hacer la evangelización. Evangelizar la cultura e inculturar el Evangelio: van juntos.

La gran pasión misionera de Comboni, sin embargo, no fue principalmente fruto de un empeño humano: él no estuvo impulsado por su valentía o motivado solo por valores importantes, como la libertad, la justicia o la paz; su celo nació de la alegría del Evangelio, ¡acudía al amor de Cristo y llevaba al amor por Cristo! San Daniel escribió: «Una misión tan ardua y laboriosa como la nuestra no puede vivir de pátina, de sujetos con el cuello torcido y llenos de egoísmo y de ellos mismos, que no cuidan adecuadamente la salud y la conversión de las almas». Este es el drama del clericalismo, que lleva a los cristianos, también los laicos, a clericalizarse y a transformarlos – como dice aquí – en sujetos del cuello torcido llenos de egoísmo. Esta es la peste del clericalismo. Y añadió: «es necesario encenderles de caridad, que tenga su fuente de Dios, y del amor de Cristo; y cuando se ama realmente a Cristo, entonces son dulces las privaciones, los sufrimientos y el martirio» (Escritos, 6656). Su deseo era el de ver misioneros ardientes, alegres, comprometidos: misioneros – escribió – «santos y capaces. […] Primero: santos, es decir ajenos al pecado y humildes. Pero no basta: es necesaria caridad que hace capaces los sujetos» (Escritos, 6655). La fuente de la capacidad misionera, para Comboni, es por tanto la caridad, en particular el celo en el hacer propios los sufrimientos de los otros.

Su pasión evangelizadora, además, no le llevó nunca a actuar como solista, sino siempre en comunión, en la Iglesia. «Yo no tengo otra cosa que la vida para consagrar a la salud de esas almas – escribió – quisiera tener mil para consumarlas con tal fin» (Escritos, 2271).

Hermanos y hermanas, san Daniel testimonia el amor del buen Pastor, que va a buscar a quien está perdido y da la vida por el rebaño. Su celo fue enérgico y profético en el oponerse a la indiferencia y a la exclusión. En las cartas se refería apremiante a su amada Iglesia, que por demasiado tiempo había olvidado a África. El sueño de Comboni es una Iglesia que hace causa común con los crucificados de la historia, para experimentar con ellos la resurrección. Yo, en este momento, os sugiero algo. Pensad en los crucificados de la historia de hoy: hombres, mujeres, niños, ancianos que son crucificados por historias de injusticia y de dominación. Pensemos en ellos y recemos. Su testimonio parece repetir a todos nosotros, hombres y mujeres de Iglesia: “No os olvidéis los pobres, amadlos, porque en ellos está presente Jesús crucificado, esperando resucitar”. No os olvidéis de los pobres: antes de venir aquí, he tenido una reunión con legisladores brasileños que trabajan por los pobres, que tratan de promover a los pobres con la asistencia y la justicia social. Y ellos no se olvidan de los pobres: trabajan por los pobres. A vosotros os digo: no os olvidéis de los pobres, porque serán ellos los que os abran la puerta del Cielo.
 


Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Por intercesión de san Daniel Comboni, pidamos al Señor que nos conceda un corazón semejante al suyo, sensible a los crucificados de hoy, que sufren a causa de la indiferencia y la exclusión. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
 


LLAMAMIENTO

Ayer me llegaron noticias preocupantes de Nagorno Karabaj, en el Cáucaso meridional, donde la ya crítica situación humanitaria ahora se ha agravado por ulteriores enfrentamientos armados. Dirijo mi llamamiento sentido a todas las partes en causa y a la comunidad internacional, para que callen las armas y se realice todo esfuerzo para encontrar soluciones pacíficas para el bien de las personas y el respeto de la dignidad.
 


Resumen leído por el Santo Padre en español

Queridos hermanos y hermanas:

En nuestra catequesis de hoy nos acercamos a la figura de san Daniel Comboni, un misionero lleno de celo apostólico por el continente africano. Daniel fue un enamorado de Dios y deseaba llevar ese amor a todas las personas que encontraba en su camino. En un contexto marcado por el horror de la esclavitud social, descubrió que la raíz más profunda de toda esclavitud es la del corazón, —es decir el corazón esclavo del pecado—, de la cual nos libra el Señor, y dedicó su vida a combatir esas esclavitudes anunciando el Evangelio.

La experiencia del amor gratuito de Dios nos hace verdaderamente libres. Esta certeza llevó a Daniel Comboni a trabajar incansablemente para que los cristianos no sean sólo “espectadores” sino “protagonistas” de la acción evangelizadora de la Iglesia. Con su testimonio de vida, este santo nos indica que la fuente de toda actividad misionera es la caridad y que la misión no se lleva adelante de manera solitaria, sino siempre en comunión con toda la Iglesia, “caminando juntos”.

El Papa tras su visita a Mongolia: “He tenido la gracia de encontrar en Mongolia una Iglesia humilde pero una Iglesia feliz, que está en el corazón de Dios”.

Agencia Fides

De este modo ha expresado el Papa Francisco su gratitud por las experiencias y encuentros vividos durante su breve e intenso viaje apostólico a Mongolia, que concluyó el pasado lunes. Lo ha hecho en la catequesis pronunciada durante la audiencia general de hoy, miércoles 6 de septiembre, enteramente dedicada a presentar imágenes y sugerencias del viaje que le ha llevado a abrazar a la Iglesia y al pueblo mongol, “un pueblo humilde y sabio”. (foto: Vatican News)

En la parte introductiva de la catequesis, el Papa Francisco ha sugerido algunas de las razones que han hecho de su viaje a Mongolia un momento importante e interesante para todas las comunidades católicas del mundo. A la hipotética pregunta de quienes pueden preguntarse: “¿por qué el Papa va tan lejos a visitar un pequeño rebaño de fieles?”, el Pontífice ha respondido de forma directa y elocuente: “Porque es precisamente ahí, lejos de los focos, que a menudo se encuentran los signos de la presencia de Dios, el cual no mira a las apariencias, sino al corazón”. “El Señor – ha proseguido el Papa Francisco – no busca el centro del escenario, sino el corazón sencillo de quien lo desea y lo ama sin aparentar, sin querer destacar por encima de los demás”.
Mencionando la “conmovedora historia” de la pequeña comunidad católica de Mongolia, el Papa ha recordado que ésta “surgió, por gracia de Dios, del celo apostólico – sobre el que estamos reflexionando en este periodo – de algunos misioneros que, apasionados por el Evangelio, hace unos treinta años, fueron a ese país que no conocían. Aprendieron la lengua – que no es fácil – y, aun viniendo de naciones diferentes, dieron vida a una comunidad unida y verdaderamente católica”. El obispo de Roma ha remarcado que “este es el sentido de la palabra ‘católico’, que significa ‘universal’. Pero no se trata de una universalidad que homologa, sino de una universalidad que se incultura. Esta es la catolicidad: una universalidad encarnada, ‘inculturada’ que acoge el bien ahí donde vive y sirve a la gente con la que vive”. Luego el Pontífice ha continuado diciendo “es así cómo vive la Iglesia: testimoniando el amor de Jesús con mansedumbre, con la vida antes que con las palabras, feliz por sus verdaderas riquezas: el servicio del Señor y de los hermanos”.
“La joven Iglesia de Mongolia”, ha añadido el Papa Francisco, nació “a raíz de la caridad, que es el mejor testimonio de la fe”. El Sucesor de Pedro ha recordado también que “como colofón” de su visita tuvo la alegría de bendecir e inaugurar la “Casa de la misericordia”, definida por él mismo como la “primera obra caritativa surgida en Mongolia como expresión de todos los componentes de la Iglesia local. Una casa – ha añadido el Papa – que es la tarjeta de visita de esos cristianos, pero que recuerda a cada una de nuestras comunidades ser casa de la misericordia: es decir lugar abierto, lugar acogedor, donde las miserias de cada uno puedan entrar sin vergüenza en contacto con la misericordia de Dios que levanta y sana”.
En Mongolia, ha recordado el obispo de Roma, trabajan “misioneros de varios países que se sienten una sola cosa con el pueblo, felices de servirlo y de descubrir las bellezas que ya hay”. Porque estos misioneros – ha proseguido el Pontífice, añadiendo sobre la marcha algunas cosas que no estaban en el discurso escrito de la catequesis – “no fueron allí a hacer proselitismo, esto no es evangélico, fueron allí a vivir como el pueblo mongol, a hablar su lengua, la lengua de la gente, a tomar los valores de ese pueblo y predicar el Evangelio en estilo mongol, con las palabras mongolas. Fueron y se ‘inculturaron’: han tomado la cultura mongola para anunciar en esa cultura el Evangelio”.
El Pontífice ha recordado también con gratitud el encuentro interreligioso y ecuménico celebrado durante su visita del domingo pasado (véase Fides 3/9/2023). “Mongolia” ha explicado el Papa “tiene una gran tradición budista, con muchas personas que en el silencio viven su religiosidad de forma sincera y radical, a través del altruismo y la lucha a las propias pasiones. Pensemos en cuántas semillas de bien, desde lo escondido, hacen brotar el jardín del mundo, ¡mientras habitualmente escuchamos hablar solo del ruido de los árboles que caen!”
En la parte final de la catequesis, el Papa ha afirmado que el hecho de estar en el corazón de Asia le ha hecho bien. “Hace bien – ha añadido – entrar en diálogo con ese gran continente, acoger los mensajes, conocer la sabiduría, la forma de mirar las cosas, de abrazar el tiempo y el espacio. Me ha hecho bien encontrar al pueblo mongol, que custodia las raíces y las tradiciones, respeta a los ancianos y vive en armonía con el ambiente: es un pueblo que mira al cielo y siente la respiración de la creación”.
Crédito: (GV) (Agencia Fides 6/9/2023)