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Liberada la doctora polaca secuestrada en Chad

 El jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia anunció hace tan sólo unas horas que la doctora polaca, Aleksandra Kuligowska (en el centro de la foto), voluntaria de la organización católica Cáritas y secuestrada en Chad el pasado viernes junto al misionero comboniano mexicano Juan Carlos Salgado, ha sido liberada y llevada a Yamena, la capital de Chad, ofreciéndole la posibilidad, si así lo desea, de ser repatriada a Polonia.

El ministro señaló que la liberación de la mujer fue posible gracias a la ayuda de los servicios locales chadianos y de las fuerzas aliadas francesas, tras un intercambio de disparos con los secuestradores. Afortunadamente la doctora no sufrió ningún daño.

El pasado viernes varios individuos armados irrumpieron en el hospital Saint Joseph de Donomanga, en el sur de Chad, donde trabajaban los dos misioneros y, tras disparar varias veces al aire, se los llevaron con la intención de pedir un rescate económico por ellos. El Hno. Juan Carlos pudo ser liberado a las pocas horas tras una persecución policial, mientras que la doctora Kuligowska siguió en poder de los secuestradores, que lograron huir. Con su liberación se termina este triste episodio que pone de manifiesto la falta de seguridad que se vive en este país de África Central y en el que trabajan varios misioneros mexicanos y de otras nacionalidades.

En la foto, el Hno. Carlos Salgado (a la izquierda) y la doctora Aleksandra Kuligowska, tras ser liberados, con un amigo de ésta última en Yamena.

Comboniano mexicano secuestrado en Chad

Fue liberado poco después (en las fotos, a su regreso al hospital, ya liberado). Una doctora polaca que fue secuestrada con él sigue en poder de los secuestradores.

El Hno. Juan Carlos Salgado Ortiz, médico y misionero comboniano mexicano, fue secuestrado el pasado 9 de febrero a plena luz del día, mientras se encontraba trabajando en el hospital Saint Michel de Donomanga, en la región de Tandjilé, en Chad, del que es director. Con él fue secuestrada también la doctora de origen polaco Aleksandra Pol Kuligowska, que se encontraba haciendo un servicio de voluntariado en dicho hospital.

Según contó el Hno. Juan Carlos a la radio diocesana Effata, «Dos individuos armados irrumpieron en nuestra oficina, dando la impresión de que buscaban una consulta. Sin embargo, nos obligaron a subir a dos motos que les esperaban a la salida. En cada moto íbamos flanqueados por dos hombres armados. Tras correr unos kilómetros por el campo, se detuvieron para ofrecernos agua y nos aseguraron que su intención era puramente económica. Aunque iban fuertemente armados, afirmaron que no tenían intención de quitarnos la vida. La policía fue alertada y nos persiguió, alcanzándonos durante nuestro descanso. Hubo intercambio de disparos. Así escaparon los secuestradores. No consiguieron llevarme con ellos, pero sí a la joven doctora Aleksandra (polaca) en la otra moto… se fueron con ella».

Ayer conseguimos contactarlo por Whatsapp y nos dijo que él se encuentra bien, a parte del susto, y que ahora su preocupación se centra en la doctora polaca, de la que no tienen ninguna noticia. Las autoridades y los servicios de seguridad chadianos, junto con las fuerzas militares francesas presentes en el país están colaborando para localizarla y liberarla. También nos comentó que esta semana está previsto que un grupo de oftalmólogos españoles realicen varias visitas médicas a los poblados. Irán protegidos con escolta militar y se reforzará la protección policial en el hospital.

Inicia la Segunda Etapa del Diálogo Nacional por la Paz

Esta fase incluye el diálogo con todas las candidaturas a puestos de elección popular

Ciudad de México, a 7 de febrero de 2024. Preocupados por una política de seguridad que en 18 años no ha dado resultados, e indignados ante la indolencia gubernalmental por el incremento del control territorial por parte de la delincuencia, iniciamos la Segunda Etapa del Diálogo Nacional por la Paz. Convocamos a diversos actores para emprender acciones que impulsen el diálogo, la articulación y la incidencia.
Esta fase comprende tres acciones principales:
1) A nivel local, instamos a las iglesias, escuelas y vecinos a realizar Conversatorios para la Acción por la Paz, donde se dialogará sobre las preocupaciones actuales, definiendo acciones para aliviar el sufrimiento, sensibilizar a la población y generar cambios en los contextos inmediatos.
2) A nivel estatal, convocamos a universidades, sociedad civil, empresarios, gobiernos locales y diversos colectivos a participar en los Foros Hacia una Agenda Local de Paz. El objetivo es construir propuestas para la articulación, formación e incidencia, promoviendo condiciones sociales para la paz desde la corresponsabilidad.
3) A nivel nacional, llamamos a especialistas en seguridad, justicia, tejido social, derechos humanos, cárceles, adolescencia y gobernanza a elaborar Estrategias de Políticas Públicas para la Paz, destinadas a ser entregadas a todas las candidaturas a cargos de elección popular a través de la Red Nacional de Paz.
Instamos a quienes contendrán por un cargo de elección popular a expresar su compromiso para ser constructores de un México en paz. La tragedia de la violencia en nuestro país nos impulsa a construir puentes, comprender desde diversas perspectivas, aprovechar buenas prácticas territoriales y crear condiciones para tener unas elecciones en un ambiente de paz y con pleno respeto a los derechos humanos.

Información adicional:
La fase inaugural del Diálogo Nacional por la Paz comenzó en septiembre de 2023, impulsada por la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, la Conferencia del Episcopado Mexicano, y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de México, en colaboración con la Dimensión Episcopal para los Laicos.

Para obtener detalles adicionales, visite: https://dialogonacionalporlapaz.org.mx/

Visita pastoral a la Lessé

Por: Mons. Jesús Ruíz
Desde Mbaïki (República Centroafricana)

En mi primera visita pastoral de hace dos años, les dije a los cristianos de la parroquia el Espíritu Santo de Pissa, que esta parroquia es como un cuerpo humano con la mitad del cuerpo robusta y en forma (las comunidades al lado del asfalto), y la otra mitad esquelética y enferma (la región de la Lesse). Durante cuatro días me he adentrado en la zona de la Lesse. Catorce comunidades de difícil acceso; solo en la estación seca se puede llegar a algunas de estas poblaciones.

Dos pistas paralelas sin posibilidad de comunicación en coche entre ellas. La pista de ‘Palma de oro’, bien arreglada, pues en 2013 los libaneses, crearon una factoría de 3.000 hectáreas de palma para la extracción del aceite. La primera comunidad que visitamos es Karawa, una comunidad que yo conocía ya de años anteriores. Les hablo unos minutos antes de exponerme a las preguntas de un grupito de cincuenta personas que se han reunido para saludarme… Las preguntas giran en torno a la construcción de su capilla y que quieren recibir la Confirmación… Improvisan un ofertorio donde me ofrecen algunos productos de la tierra. Seguimos hacia Boudé, a veinticuatro kilómetros. Hoy es el centro de habitación donde viven cientos de obreros venidos de otras zonas del país. Todos estos días he oído quejarse a la gente de falta de escuelas, pero me entero que la sociedad de la ‘Palma de oro’ paga en cada pueblo de la Lesse a dos maestros que cobran 37.000 fcfa cada uno; lo cual no está nada mal, aunque se trate de padres-maestros sin ninguna preparación; ya me gustaría que esta situación se reprodujera en todo el país. La diminuta comunidad fundada por el P. León en 1963, ha crecido con la llegada de la sociedad de la ‘Palma de oro’. Son unos mil católicos entre los más de tres mil habitantes que cuenta la localidad. Los apostólicos, los evangélicos y la iglesia Elim también campan en la localidad. En todos los pueblecitos que visitaré estos días, siempre oiré la misma canción: “solo una perforación de agua para todo el pueblo”. En pleno mediodía hemos celebrado la Eucaristía en una capilla con planchas de cinc. Son unos trescientos cristianos, algunos venidos de la capilla de san Celestin en Mboulé a 21 km. Probablemente hoy es uno de los días en que más he sufrido el calor, con un bochorno increíble en medio de un paisaje lunar, sin árboles y con el aire seco y lleno de arena del harmatán que se infiltra en los pulmones… Toda la mañana tuve un bajón de tensión fuerte y me dormía conduciendo, e incluso durante la Misa…

El papá de Wester, uno de nuestros seminaristas que prepara su acceso al seminario mayor, ha construido una casa nueva bonita, recién pintada. La acabó en noviembre, pero sabiendo que el obispo llegaría a dormir al pueblo ha tenido el detalle de esperar dos meses, hasta hoy, para que yo pueda estrenarla… y bendecirla. En la ducha, a cincuenta metros de la casa, han preparado un entarimado para que el agua corra… ¡Cuánto detalle! Hasta he encontrado un rollo de papel higiénico. Estas noches, el frío del harmatán muerde las carnes sin piedad, pero la casa recién inaugurada me ha resguardado al calorcito…

Por la tarde hemos visitado la comunidad de Mbandet; una comunidad a nueve kilómetros, orgullosa de recibirme me ha acogido con paños alfombrando el suelo, ramos de palma, canciones y danzas… Me leen la historia de su capilla. Son 42 bautizados, de los cuales solo 3 están casados, pero la capilla está llena con más de doscientas personas, y fuera otros tantos mirones. Ellos mismos se han cotizado para pagar las planchas de aluminio para su capilla donde veo almacenados cientos de ladrillos sin cocer para hacer los muros.

Al día siguiente, después de un desayuno consistente con pollo y mandioca, regresamos hacia la segunda pista de la Lesse. Parada en Yema, donde veinte cristianos desde hace tres años han construido una preciosa capilla en cemento, pero les falta el techo. El alma de la comunidad es un joven que antaño fue monaguillo en Pissa y ahora es catequista y responsable de su pequeña comunidad. Les he prometido ayudarles a terminar su capilla. Un pequeño dialogo con el puñado de cristianos que se han reunido… una oración…, y unas ofrendas.

Llegando al cruce que une las dos pistas, hemos cogido la pista de Bossako. Hemos pasado de largo la primera comunidad, Babili, y a unos 13 km del cruce nos hemos detenido en Mbanza. Este año, esta capilla se ha hecho famosa, pues hemos movilizado las 167 comunidades de la diócesis para hacer una colecta en vistas de construir entre todos la capilla de esta localidad. Yo les pedí un millón por parroquia, o sea diez millones de francos (unos 15.000€) que es lo que cuesta, más o menos una capilla mediana. Ya me daría con un canto en los dientes si conseguimos reunir la mitad del dinero. Hugue, el catequista, con su mujer, son el alma de la capilla; aunque no se han casado por la iglesia, tienen permiso para comulgar pues están preparando el sacramento para el mes de septiembre. En Mbanza he celebrado la Eucaristía con unos trescientos participantes bajo las planchas de cinc, y otros tantos mirones fuera. Los scouts me ponen nervioso fustigando a los niños de dentro y de fuera. En la homilía he pedido a los niños que entren en la capilla sin muro, y que se sienten en los paños que han extendido por el suelo para acogerme. Unos cien niños han invadido la capilla… He aprovechado para inculcar el mensaje evangélico: “dejad que los niños se acerquen a mí”; he interpelado a los scouts sobre el saludo que hacen con los dedos de la mano derecha y que significa que el grande defiende al pequeño… Bien contrario de lo que hacen la mayoría de los scouts que agreden constantemente a los pequeños para manifestar su autoridad.

Al acabar la Misa, después de escuchar la historia de su capilla, hemos tenido una reunión para ver los preparativos de la construcción de la nueva capilla. Todas las otras iglesias cristianas se han unido al proyecto; verdadero ecumenismo… Les he dicho que tienen que darse prisa en extraer la piedra, la grava, la arena y cocer los ladrillos…, pues cuando lleguen las lluvias la carretera se cortará.

A unos 15km de Mbanza se encuentra Bossako, centro neurálgico de la Lesse donde está el ayuntamiento. Las autoridades de la localidad me esperan al sol desde hace no sé cuánto tiempo para acogerme. En la capilla de Nuestra Señora de la Lessé, que construyó hace veinte años el P. Philippe, me encuentro con todos los cristianos. Las autoridades civiles me reciben con palabras de bienvenida; luego la comunidad explica la historia de la capilla… Cuando les explico el proyecto diocesano de construir una nueva parroquia en su localidad, la exaltación de alegría estalla… “Ahora no tengo sacerdotes, les digo, pero os prometo mandaros una familia como catequistas misioneros antes del mes de septiembre”. Esta familia (que ya he elegido y formado en M’baïki) prepararán durante unos años la nueva parroquia. Les he estimulado para que se pongan manos a la obra, extrayendo piedra, grava, arena, y cociendo ladrillos para el nuevo presbiterio que tenemos que construir antes de las lluvias. En julio, la carretera quedará cortada hasta diciembre.

El sábado nos hemos adentrado en la zona inexplorada por mí y los curas de la parroquia. En una hora y pico hemos conseguido llegar a Koulou a 13km de Bossako. Una comunidad de unas doscientas personas nos recibe. Celebramos con fervor la Eucaristía… Al final, dialogamos más de una hora, y es allí que me cuentan que llevan ocho años sin Eucaristía… El último sacerdote que pasó fue el p. Vianney en 2016. Se me cae el alma a los pies, pero esta misma canción la oiré en las comunidades siguientes.

En Koulou dejamos el coche y un cortejo de cinco motos nos conducen a nuestro próximo destino en Karabara a 18 km. Más de una hora y media atravesando barrancos sin camino, puentes sin suelo, y caminos de cabras donde hay que ser muy diestro conduciendo la moto para no resbalar. El señor que conduce mi moto, un hombre de unos 45 años, es el marido de la responsable de la capilla de Bossako. No ha dejado a los jóvenes que me lleven. Está orgulloso de llevar en su moto al obispo…, pero, claramente se ve que no tiene fuerzas para controlar la moto. Voy con el alma en vilo. En un puente con un solo rail metálico, sin maderas, casi nos caemos abajo… A los veinte minutos caemos por tierra estrepitosamente. Aunque en ese momento no íbamos a más de 30km/h el golpe ha sido bueno y la cadena metálica de mi reloj se ha hecho añicos… Una pequeña herida en la mano, y el golpe en el hombro y el muslo. Me han ayudado a levantarme y han decidido que cambie de moto con uno de los jóvenes que tienen más fuerza para controlar la moto. Cuando hemos llegado a Karabara nos esperaba toda la población, unos doscientos cincuenta, de los cuales 70 católicos. Aquí no llega nadie de fuera.

Los he escuchado contar la historia de su capilla nacida en 1960, cuando los misioneros venían en bicicleta… Recitan de memoria la lista de los misioneros que han llegado a su localidad…, unos siete, o sea, unas siete Eucaristías en 65 años; pero ahora ningún padre viene desde 2016, me dicen. Con vergüenza, les he presentado a su párroco, al vicario y a la hermana… Delante de todos he insistido en que los curas tienen la obligación de celebrar la Misa y los sacramentos con ellos, varias veces al año.

Con el polvo del camino tengo la garganta seca y no puedo hablar. Cuando he pedido agua, me dicen que en el pueblo no hay ninguna perforación de agua, y tienen que ir a buscar el agua en un manantial a varios kilómetros. Bebo un agua que sabe a rayos…, pero del reseco casi no puedo hablar, así que bebo. Me interrogan que no comprenden porqué hemos expulsado al abbé Lika, que era originario de este pueblo. Les digo que el abbé no respetó las leyes de la Iglesia y estaba viviendo con una mujer e hijos. Me piden que quisieran cambiarse de parroquia, pues han oído que Bobua (que está a unos 35km) será una nueva parroquia al año que viene. Los animo a discernir lo que es mejor para ellos.

En cada capilla estamos recogiendo la historia de esa comunidad: ¿cómo comenzó, los primeros misioneros, los catequistas, la realidad actual, la situación del pueblo…? Sin raíces no hay futuro… Una iglesia sin historia es una iglesia sin futuro, les digo. Me maravillo que estas comunidades a pesar del abandono en que viven sigan creyendo y algunas hasta dinámicas… Si no fuera por la gracia que actúa no sé cómo se mantendrían. Los de Bondjako, a once kilómetros más adentro, han enviado unas motos para llevarme a su comunidad…, pero la tarde está cayendo y no tendremos fuerzas para volver en la noche por estos caminos imposibles, así que les pido perdón y les digo que no tenemos fuerzas. Una semana después, el catequista Paul, de Bondjako se ha presentado en el obispado para traerme la historia de la capilla y hemos hablado mucho sobre su comunidad. Les he prometido que un día iré a celebrar con ellos.

Regresando en la noche a Bossako, tengo la suerte de ser hospedado en la casa del polígamo que ya me recibió hace dos años. Una cama de matrimonio con una sábana, pero no hay ninguna privacidad…, Sin luz, ni agua lo paso regular con mis diarreas continuas y mi problema de próstata que me hacen levantarme tres veces cada noche… El hoyo que hace de ducha y de WC está a unos cincuenta metros de la casa.

Al día siguiente el entusiasmo es general en la capilla que podría convertirse en parroquia dentro de unos años. Mi homilía está centrada sobre el hoy de Dios; la salvación de Dios es hoy, ahora, aquí… Nosotros, muchas veces preferimos el mañana, el grupo de “kussi” (espera) que les ha hecho reír mucho.
El ayuntamiento está muy contento de nuestra posible llegada. Donde se ubica la misión hay desarrollo: escuela, dispensario, vida… Por ello ha dado mucho terreno a la misión para construir obras sociales y la casa de los padres… Empezaremos con la familia de catequistas.

Es domingo. Después de comer, han llegado las motos enviadas por la comunidad de Yabila, a unos ocho kilómetros. Quieren que vaya a su comunidad. Es ya mediodía, pero he accedido a su petición. De nuevo moto, barrancos, puentes fantasmas, polvo… En la capilla en paja, con todas las autoridades civiles y religiosas, hemos tenido un precioso coloquio de casi dos horas. Ellos preguntan y yo intento responder. Aprovecho para hacer una buena catequesis en esta comunidad que también lleva ocho años sin Misa. Al final me invitan a comer bajo la custodia celosa de los scouts que no dejan acercarse a nadie… Me salto las barreras scout para dialogar con la gente. El director de la escuela, que está borrachito, nos hace reír a todos… “Dios ha visitado hoy nuestra comunidad”, dice.

Regreso bien cansado después de cuatro días de pastoral de alto riesgo… Se me ha encogido el corazón viendo el abandono en que viven estas comunidades, pero doy gracias por la fe de esta gente, los pobres entre los pobres. El coche cargado de sacos de mandioca, café, gallinas, cabras… A pesar del cansancio el corazón se me ha ensanchado viendo las perspectivas que se abre para una nueva evangelización de esta comunidad… Comenzaremos con una familia catequistas.


10.ª Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de personas y el aporte de la Iglesia

Por:   Luz Marina Medina. ADN CELAM

El 8 de febrero se celebra la 10.ª Jornada Mundial contra la Trata de Personas: «Caminando por la dignidad: Escuchar, soñar, actuar», es el tema que invita a la reflexión para abordar este flagelo que sigue acrecentándose a nivel mundial y que preocupa a toda la humanidad.

A través de esta jornada, se busca crear conciencia en todos los ámbitos sociales y eclesiales de este problema, amén de los alarmantes acontecimientos y amenazas identificados por la ONU en  la materia, al tiempo que se hace un llamamiento a los gobiernos, a las fuerzas del orden, los servidores públicos y la sociedad civil a buscar caminos que lleven a fortalecer la prevención de este flagelo que afecta especialmente a la población migrante y refugiada.

A propósito de esta Jornada Mundial contra la Trata, y de la acción pastoral que realiza la Iglesia, ADN Celam conversó con el religioso Dionisio Báez, de la Orden de la Merced en Costa Rica, quien lleva más de 20 años en Guatemala, tiempo que ha dedicado a las víctimas de trata de personas y a los presos. Actualmente coordina en Centroamérica una organización llamada Misión Redentora, encargada de la trata de personas, especialmente, con mujeres adultas mayores de 18 años.

Coordina además el hogar Santa María de Cervellón, que forma parte de una obra que ha fundado Misión Redentora. Allí prestan atención de manera integral a las mujeres que llegan solas o con sus hijos, procedentes de algunos lugares de Guatemala o de diferentes partes del mundo.

Prioridades: Informar, sensibilizar y prevenir sobre la trata

PREGUNTA: Las cifras que presenta la ONU frente al tema de la trata de personas son preocupantes, desde la red que usted coordina, ¿qué acciones se están adelantando para apoyar a esta población vulnerable?

RESPUESTA: «Las cifras hoy a nivel mundial en el tema de la trata de personas causan horror, estamos hablando de millones de personas, se habla aproximadamente de 25 a 26 millones de personas que viven en situación de esclavitud, pero podrían ser muchas más, podrían ser el doble de las cifras que nos muestran. Se sabe que hay muchas áreas en los países donde está institucionalizada la esclavitud, además de la situación de guerra que se libra en Europa y en otras zonas de África o el Medio Oriente y a esto le sumamos todo el fenómeno de la migración, desafortunadamente desde la migración muchos son captados en las redes de trata. Para el caso de Centroamérica se le suma el narcotráfico, las pandillas y hay muchas redes delictivas que buscan captar personas cayendo en situación de explotación laboral, explotación de fincas, explotación sexual o la pornografía, es realmente una situación muy dolorosa.

Desde la Red Clamor nos estamos uniendo a nivel mundial a las diferentes actividades programadas para esta Jornada, entre ellas orar por las víctimas de la trata, celebraciones litúrgicas, encuentros a nivel mundial. Este es un espacio para sensibilizar frente a este fenómeno, recordemos que una de las formas de luchar contra esta problemática es la prevención, esa es la parte fundamental, lo maravilloso fuera que no volviéramos a tener víctimas, por eso es tan importante informar, sensibilizar y prevenir a las personas sobre ello, esto ayudaría a evitar que sean captadas en estas redes de trata. Desde la Red Clamor y las distintas redes que podamos pertenecer a nivel eclesial o gubernamental, buscamos sensibilizar a los distintos sectores de la sociedad para que la trata no se vaya a institucionalizar o que vaya siendo parte de nuestra realidad, sino que hay que verlo como lo que es, algo que vulnera la dignidad de las personas».

“Hermanos, vuestra vocación es la libertad”

P: Caminando por la dignidad: Escuchar, soñar, actuar», es el tema propuesto para la X Jornada Mundial contra la Trata de Personas, ¿a qué acción le anima este mensaje?

R: «Que importante es caminar con dignidad, lamentablemente hombres y mujeres, niños, niñas y adultos mayores viven unas situaciones contrarias al respeto de su dignidad y de los derechos humanos, es lamentable esto, ojalá pudiéramos todos caminar libremente y como lo dice Gálatas «Nuestra vocación es la libertad» y nuestra vocación es la libertad, no es una cautividad, no es destruir el don maravilloso que nos ha dado Dios de ser libres. Creo que esto es importante recordarlo en este tiempo que somos caminantes con dignidad y respeto.

También es importante la escucha, a veces hacemos oídos sordos al sufrimiento, al dolor de tantos hermanos y hermanas, pues hay que escuchar ese clamor de aquellos que son más vulnerables y soñar por un mundo nuevo, un mundo donde no hayan guerras, que se me respete mi ser persona, hombre o mujer, que se me respete mi niñez o ser adulto mayor, es el sueño de ese mundo nuevo, un mundo que lo vivamos según el Evangelio y es un llamado al actuar, no podemos quedarnos cruzados de brazos, tenemos que hacer algo, no seríamos cristianos sino actuamos, somos de Jesús, somos de la vida y todo aquello que vaya en contra de la vida es ir en contra de Dios, tenemos que trabajar por la vida, por las víctimas y ellas necesitan que alguien sea capaz de amarlas, escucharlas y acompañarlas, por ello todos debemos comprometernos y actuar ya.

P: ¿Qué mensaje dar a los agentes de esta pastoral que entregan su vida al servicio de los más vulnerables?

R: Ánimo a los agentes de pastoral para que sigan adelante. Es cierto que es difícil y esto me pasa a mí muchas veces, ver que la trata va creciendo cada vez más y da la impresión como si este problema fuera lo mínimo y estamos hablando que son millones de personas que viven estas situaciones. Esto puede ser algo muy pequeño lo que uno pueda hacer, pero vale la pena, aunque sea una persona, una vale la entrega de nuestras propias vidas, por eso es que hay que responder a esta situación, debemos comprometernos y ser realmente anunciadores de libertad, anunciadores del amor de Dios en todo momento de su misericordia.

Insumos para vivir esta jornada

A través de la Red de migración, trata, refugio y desplazamiento Clamor, se están ofreciendo una serie de insumos propios para animar esta jornada. Piezas para redes sociales, subsidios, vigilia de oración interreligiosa, documento de interés y un video

Dentro del enlace al Drive encontrarán la guía general para la visibilidad y sugerencias para el uso de los recursos, así como la guía de publicaciones para redes sociales, de modo que siguiendo las fechas indicadas se publique con la fuerza de ser Red.

¿Por qué celebra la Iglesia esta Jornada el 8 de febrero?

Esta fecha fue instaurada en el 2015 por el Papa Francisco con motivo de la memoria litúrgica de santa Bahkita, la religiosa sudanesa víctima de la trata, padeció durante su vida los sufrimientos de la esclavitud y ahora es símbolo universal del compromiso de la Iglesia contra esta lacra.

En el Ángelus del 8 de febrero de 2015, el Papa manifestaba su deseo: «que cuantos tienen responsabilidades de gobierno tomen decisiones para remover las causas de esta vergonzosa plaga, plaga indigna de una sociedad civil. Que cada uno de nosotros se sienta comprometido a ser portavoz de estos hermanos y hermanas nuestros, humillados en su dignidad».

Es de destacar que la trata es el proceso por el cual las personas son coaccionadas o atraídas con falsas perspectivas, reclutadas, trasladadas y obligadas a trabajar y vivir en condiciones de explotación o abuso.

“Todo y para siempre”. Votos perpetuos y diaconado del escolástico Fernando Uribe

Texto: P. Ismael Piñón, mccj
Fotos: Seminario Comboniano de Sahuayo

El pasado 31 de enero, el escolástico comboniano Fernando Uribe Mendoza hizo la profesión perpetua en el instituto de los Misioneros Combonianos. Tres días después recibió la ordenación diaconal de manos de Mons. Francisco Figueroa, obispo auxiliar de Zamora.

Terminado su tiempo de formación y tras su experiencia de servicio misionero en la comunidad de Sahuayo, Fernando Uribe quiso dar el sí definitivo, un sí para toda la vida con el que se consagra para siempre al servicio de la misión en la familia de los Misioneros Combonianos. La ceremonia tuvo lugar en el Seminario Comboniano de Sahuayo y estuvo marcada por la emoción que lo embargó al decidir dejarlo todo para servir al Señor, especialmente cuando recibió la bendición de su mamá y de su hermana, que estuvieron presentes para acompañarlo y apoyarlo en este momento tan importante para su vida. “Todo y para siempre”, fueron las palabras pronunciadas en la homilía de la misa y que destacaron la importancia de la profesión perpetua de Fernando.

Tres días después, el 3 de febrero, Fernando recibía por la imposición de manos de Mons. Francisco Figueroa, obispo auxiliar de Zamora, la ordenación diaconal, ceremonia que tuvo lugar en el santuario de Santo Patrón Santiago de Sahuayo. En su homilía, el obispo recordó a Fernando y a todos los presentes que la experiencia de Dios tiene que ser compartida con generosidad y abundancia; es lo que Dios espera de nosotros. “Lo que se impone no seduce -afirmó el obispo-, es el amor de Dios lo que seduce, compartido desde la pobreza y la sencillez”.

Fernando seguirá prestando su servicio misionero en Sahuayo hasta el momento de su ordenación sacerdotal, que tendrá lugar dentro de unos meses. Después, estará dispuesto a ir allá donde los superiores lo envíen, con la alegría de ser ya un misionero comboniano consagrado de por vida para la misión, entregándole a Dios todo y para siempre.