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Fallece Mons. Paride Taban

El pasado 1 de noviembre falleció en un hospital de Nairobi, Kenia, Mons. Paride Taban, primer obispo de Torit, en Sudán del Sur. Su trabajo por la paz en su tierra le llevó a ganar varios premios internacionales.

Mons. Paride Taban nació en 1936 en Longiri, una aldea cercana a Opari, en Sudán del Sur. Estudió en los seminarios de Okaru y de Tore y fue ordenado sacerdote en Juba en 1964. Su primer trabajo como sacerdote fue ocuparse del seminario menor de Okaru y después trabajó en las parroquias de Juba, Torit, Palotaka y Loa. Fue nombrado obispo auxiliar de Juba en 1980.

Tres años después, Juan Pablo II lo ponía al frente de la recién creada diócesis de Torit, un pequeño territorio en Sudán del Sur en el que la gente estaba obligada a huir constantemente a causa de los bombardeos y de la persecución del Ejército sudanés. A ella dedicó las mayores energías de su ministerio episcopal. Durante mucho tiempo vivió como obispo “nómada”, sin casa propia, huyendo de un poblado a otro para escapar de las bombas y acompañar a su pueblo en un continuo éxodo en busca de un lugar de paz.

En febrero de 2004, cuando contaba 68 años, presentó su renuncia como obispo de Torit, renuncia que le fue aceptada por Juan Pablo II, y se retiró a las orillas del río Kurón, una zona llena de colinas en la región meridional de Sudán, cerca de la frontera con Etiopía. Desde entonces se dedicó en cuerpo y alma a hacer realidad un sueño que venía alimentando desde hacía años: el “Poblado de la Paz”, con la intención de convertirlo en un lugar de esperanza, de paz y de reconciliación. Su objetivo era favorecer que las diferentes etnias pudiesen vivir y crecer juntas, dándoles la posibilidad de conocerse para evitar los prejuicios existentes entre unos y otros. Para lograrlo, puso en marcha toda una serie de servicios y estructuras que pudieran ayudar a la convivencia, el conocimiento mutuo y el respeto. Kurón se convirtió así en un poblado de paz y armonía en el que antiguos enemigos llegaron a convivir entre ellos.

Este trabajo incondicional por la paz le supuso ser galardonado con varios premios internacionales, entre ellos, el Premio Mundo Negro a la Fraternidad (en dos ocasiones) otorgado por la prestigiosa revista Mundo Negro, que editan los misioneros combonianos en España. También ganó el Premio Caritas Suiza en 2005, el Premio Sergio Vieira de Mello (otorgado por Naciones Unidas) en 2013 y el Premio Hubert Walter a la Reconciliación y la Cooperación Interreligiosa en 2017, otorgado por el arzobispo anglicano de Canterbury.

El pasado 1 de noviembre fallecía en un hospital de Nairobi. Nos deja un ejemplo de vida y de coherencia en la búsqueda de la paz. En estos tiempos de guerra, especialmente en Tierra Santa, Paride Taban nos sigue diciendo que vivir juntos siempre es posible si sabemos aceptarnos en nuestras diferencias. Descanse en paz.

LAUDATE DEUM: Incidencia Política hacia la COP 28

El Movimiento Laudato si’, la plataforma de acción Laudato si’ y Caritas Internacionalis han publicado conjuntamente un documento en relación a la COP 28 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático) resuminedo las propuestas y peticiones que el Papa hace a través de su exhortación apostólica Laudate Deum.

La exhortación Laudato Deum (LD) del Papa Francisco, publicada pocas semanas antes de la COP 28, pide a los gobiernos y otras partes interesadas a dar un paso adelante y aborden responsablemente la emergencia climática para mitigar y eventualmente revertir esta crisis verdaderamente global que aflige a la amada creación de Dios y a nuestros hermanos y hermanas más pobres.

  1. Inventario Global («Global Stocktake» en inglés, GST)
  2. Mitigación
  3. Financiación Climática
  4. Pérdidas y Daños
  5. Adaptación
  6. Sociedad Civil

ACCIÓN: Propuestas de incidencia política ante los gobiernos

Laudate Deum es un llamamiento concreto para garantizar realmente el multilateralismo como una gobernanza capaz de establecer y aplicar normas para la “salvaguardia global”. Un espacio donde las voces de la sociedad civil puedan ser escuchadas, donde todos los países tengan un papel que desempeñar, donde la brújula sea el bien común y no «una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder» (LD 35).

De cara a la COP 28, cada Estado parte está ultimando su posición negociadora. Por tanto, lo más importante es abogar dentro de cada país o región para llegar a Dubai con compromisos claros para aplicar el Acuerdo de París:

1.    Inventario Global (GST)

  • «Si hay un interés sincero en lograr que la COP 28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente» (LD 59). La COP de este año pretende marcar un hito en la aplicación del Acuerdo de París ya que pondrá en marcha por primera vez desde 2015 el Inventario Mundial, que es el mecanismo de evaluación del Acuerdo de París.
  • Los resultados del GST y las decisiones conexas de la COP 28 deben proponer caminos claros, viables y específicos para avanzar en el cumplimiento de los objetivos de París, con políticas y planes concretos que adopten un enfoque basado en evidencias científicas y en los derechos humanos, incluidos los derechos de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta la justicia social y la equidad intergeneracional.

2.    Mitigación

  • Alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5°C requiere una acción inmediata y sin precedentes para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sobre todo a corto plazo, mediante el compromiso de eliminar progresivamente todos los combustibles fósiles. El llamamiento de Laudate Deum es una alarma que nos recuerda que el umbral del 1,5ºC no es un mero número, sino un imperativo moral (cf. LD 56). Todas las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas (CMNUCC) deben aumentar antes de la COP 28 (o comprometerse a hacerlo) sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para cerrar las “brechas de emisiones” así como para cerrar las “brechas de implementación” aumentando la aplicación de políticas para lograr la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
  • Todas las Partes de la CMNUCC deben acordar una eliminación mundial rápida, justa y equitativa de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) en todos los sectores, en línea con el límite de temperatura de 1,5°C para el 2050 a más tardar, y acordar compromisos vinculantes para garantizar que cada país cumpla con su parte, empezando primero por los países que actual e históricamente más han contaminado. Se debe detener el desarrollo de nuevos oleoductos, minas e infraestructuras que que perpetúan nuestra dependencia de combustibles fósiles sucios, peligrosos y costosos.
  • «Necesitamos superar la lógica de aparecer como seres sensibles y al mismo tiempo no tener la valentía de producir cambios sustanciales» (LD 56). Las partes deben acordar un marco de transición justa con un objetivo global de renovables: Triplicar la capacidad mundial de energías renovables hasta 11.000 gigavatios para 2030, desplegando al menos 1.500 gigavatios al año para 2030.
  • Todos los gobiernos deberían adoptar un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles paralelo como herramienta fundamental para complementar y reforzar el Acuerdo de París, cuyo texto omite cualquier referencia a los combustibles fósiles a pesar de ser éstos el principal alterador del clima. La adopción de un Tratado sobre combustibles fósiles colmará esta laguna del Acuerdo de París, favoreciendo compromisos más concretos en las NDC.
  • Falsas soluciones – La captura y almacenamiento de carbono (CAC) y otras tecnologías de “reducción” es distraer la atención de la necesidad de eliminar progresivamente los combustibles fósiles. «Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve» (LD 57). La CAC lleva décadas prometiendo más de la cuenta y cumpliendo menos de lo esperado y a pesar de llevar décadas funcionando, las instalaciones de CAC capturan menos del 0,1% de las emisiones mundiales. La CAC y otras tecnologías no deben desviar la atención del objetivo clave de reducir las emisiones de GEI mediante una transición energética justa que abandone los combustibles fósiles.

3.    Financiación climática

  • «La transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria» (LD 55). Las economías emergentes y en desarrollo representarán la mayor parte del aumento de las emisiones en las próximas décadas, por lo quee es necesario un aumento sin precedentes de la inversión en energías limpias para situar a los países en la senda de las emisiones netas cero.
  • Hasta ahora, los países desarrollados no han cumplido colectivamente el objetivo de
100.000 millones de dólares de financiación climática que deberían aportar anualmente a partir de 2020-25: los países desarrollados deben garantizar que pueda cumplirse y desembolsarse por término medio a lo largo de 2020-2025, compensando los déficits de entrega de los primeros años.
  • Cambiar todos los flujos financieros en línea con los objetivos del Acuerdo de París: Todas las Partes de la CMNUCC deben eliminar progresivamente las subvenciones directas e indirectas a los combustibles fósiles.
  • Reforma de la arquitectura financiera internacional: las principales instituciones financieras internacionales deben adoptar rápidamente políticas de exclusión de los combustibles fósiles, salvaguardias más estrictas de los derechos humanos, estructuras de gobernanza más democráticas que incluyan mecanismos de participación y supervisión de los países en desarrollo, los pueblos indígenas, la sociedad civil y las comunidades, y establecer objetivos de financiación para el clima y la biodiversidad; y adoptar medidas urgentes para el alivio de la deuda.
  • La transición energética corre el riesgo de volver a ser injusta si sólo consiste en sustituir la quema de combustibles fósiles por el uso de energías renovables sin cambiar los estilos de vida insostenibles y los modos destructivos de producción y consumo. Una transición justa requiere proporcionar apoyo financiero y tecnológico a los países menos desarrollados, garantizando la justicia y la equidad en el proceso.
  • La financiación de las energías limpias no debe adoptar la forma de deudas y préstamos al sector privado, porque conducirían aún más a los países emergentes y desarrollados a caer en “trampas de deuda”. Los países más ricos tienen una «deuda ecológica» (Laudato Si’, 51) que deben pagar con financiación pública.
  • El Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo (NCQG, por sus siglas en inglés) sobre financiación climática debe basarse en las necesidades sobre el terreno y ser suficiente para hacer frente a la totalidad de los costes necesarios para que los países desempeñen plenamente su papel en la consecución del Acuerdo de París.
  • La declaración del Papa Francisco en Laudate Deum hace hincapié en la importancia de garantizar que las medidas adoptadas en la COP 28 no sean meras aspiraciones, sino que sean vinculantes y aplicables. Estas medidas deben cumplir tres criterios clave: deben ser eficaces, obligatorias y fácilmente supervisables.

4.    Pérdidas y Daños

Tras la histórica decisión de establecer nuevos acuerdos de financiación para responder a las pérdidas y daños, incluido un fondo, y con el Comité de Transición elaborando recomendaciones para su consideración y adopción en la COP 28, las Partes deben avanzar en los siguientes puntos y estar preparadas para llegar a un acuerdo en Dubai sobre:

  • La financiación para hacer frente a las pérdidas y daños asociados a los impactos adversos del cambio climático debe ser una financiación pública nueva, adicional y predecible que priorice claramente las subvenciones, y subrayamos que el fondo para pérdidas y daños debe centrarse en “hacer frente” a las pérdidas y daños de acuerdo con los resultados de la COP 27.
  • El fondo de Pérdidas y Daños debe ser un elemento central de los acuerdos de financiación existentes para catalizar la mayoría de los fondos y coordinar los acuerdos de financiación existentes para garantizar la complementariedad, la coherencia y abordar los déficits de financiación.
  • El fondo para Pérdidas y Daños debe ser de fácil acceso, garantizando que las comunidades necesitadas de todo el Sur Global obtengan el dinero que necesitan para recuperarse y ser dueñas de su propio futuro; debe ser amplio, para apoyar tanto las respuestas a pérdidas y daños económicos como no económicos, para fenómenos meteorológicos extremos y de evolución lenta; debe ser representativo, basado en los derechos humanos y el principio de subsidiariedad, y gobernado por un consejo equitativo que actúe en pro del bien común; y debe ser eficiente y eficaz, al actuar como el fondo

mundial emblemático para hacer frente a pérdidas y daños junto con otros mecanismos de financiación.

5.    Adaptación

Los esfuerzos de adaptación no siguen el ritmo del aumento de los impactos climáticos. El ciclo de Informes AR6 del IPCC (2021-2023) indica que la planificación de la adaptación está aumentando, pero su aplicación es inadecuada. Es urgente elevar el debate político sobre la adaptación en la CMNUCC:

  • Las Partes deberían adoptar un punto permanente del orden del día sobre el Objetivo Global de Adaptación (GGA).
  • Es necesario avanzar sustancialmente en el diseño del marco y las directrices de la GGA con vistas a la puesta en marcha de la GGA en la COP 28, mediante un marco creíble, sólido y aplicable del objetivo global de adaptación (GGA) para mejorar la capacidad de adaptación, reforzar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático.
  • El objetivo debe estar diseñado para apoyar la coordinación, los procesos y las acciones de adaptación a nivel regional y nacional, así como los objetivos subnacionales y locales y los planes y acciones dirigidos; la adaptación basada en los ecosistemas y las comunidades; los enfoques inclusivos y la sabiduría, los valores y los conocimientos de los pueblos indígenas.
  • Las Partes deberían ampliar sus compromisos y presentar una hoja de ruta definitiva para duplicar colectivamente la financiación de la adaptación para 2025, sobre la base de los niveles de 2019, con el objetivo de lograr un equilibrio entre la financiación de la mitigación y la de la adaptación.
  • La presidencia de los Emiratos Árabes Unidos en la COP 28 ha pedido una Declaración sobre Sistemas Alimentarios en la COP 28. Los gobiernos deben comprometerse a reducir las emisiones agrícolas y a transformar la agricultura en beneficio del planeta y de las personas. En la COP 28, mediante el empoderamiento de los sistemas alimentarios locales y la amplificación de las voces de los agricultores, el compromiso podría catalizar la financiación y, por tanto, lograr avances significativos en todos los sistemas alimentarios, fomentando un futuro sostenible que sea significativo y duradero.

6.    Sociedad Civil

La participación significativa de la sociedad civil, especialmente de los jóvenes activistas, es imprescindible para una acción por el clima eficaz y basada en los derechos. Su participación activa garantiza perspectivas diversas, soluciones innovadoras y rendición de

cuentas, mejorando la calidad general y el impacto de las iniciativas climáticas. «Las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo, donde luchadores de los más diversos países se ayudan y se acompañan, pueden terminar presionando a los factores de poder» (LD 38). Instamos a la participación abierta y transparente de la sociedad civil sin temor a repercusiones.

Por el bien de nuestra casa común, les rogamos que planteen urgentemente estas demandas concretas a su gobierno nacional y a los organismos internacionales.

Paralelamente, como personas de fe cimentadas en la convicción de que la creación es un don sagrado de Dios, estamos llamados a transformar también los valores de nuestras comunidades y sociedades. En última instancia, «no hay cambios duraderos sin cambios culturales» (LD 70).

MOVIMIENTO LAUDATO SI – PLATAFORMA DE ACCIÓN LAUDATO SI’ – CARITAS INTERNATIONALIS

La sinodalidad es un proceso

Por: + Cardenal Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

MIRAR

Ha concluido en Roma la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, con participación de muchos otros miembros del Pueblo de Dios. Se ha publicado el Informe de Síntesis, que recoge los aportes recibidos en el aula sinodal, más todas las aportaciones que se hicieron en toda la Iglesia durante dos años anteriores. El Sínodo no empieza ni termina aquí, sino que es un proceso de la vida de la Iglesia, antes y después del Concilio Vaticano II (1962-65).

Si sinodalidad significa que todos los bautizados sean miembros vivos y operantes de la Iglesia, esto ya sucedía tanto en lo que nos describe Hechos de los Apóstoles 15, como en lo que ya se hacía antes del Concilio. Por ejemplo, en mi pequeña población, no había sacerdote y mi papá, junto con otros laicos, asumía el servicio de estar al frente de la comunidad. Iba a la ciudad cercana a recibir su formación por parte de la Acción Católica; luego daba la catequesis diferenciada a jóvenes y adultos, presidía la celebración dominical, que llamaban Misa de los campesinos, sin sacerdote, y promovía lo que hoy llamamos pastoral social: que hubiera carretera, luz eléctrica, escuela, salud y desarrollo.

Después del Concilio Vaticano II, sobre todo en lugares donde no hay suficientes sacerdotes, los catequistas, mujeres y varones, religiosas y diáconos, previa formación recibida por parte de su párroco, son los animadores integrales de la comunidad, tanto en la evangelización y la catequesis, como en las celebraciones y en el desarrollo integral. Esto lo hemos vivido en muchos lugares y no es moda actual. Lo que pide el Sínodo es que todos los bautizados asuman su lugar y su misión en la tarea de continuar la obra de Jesús, para el bien de la humanidad.

DISCERNIR

En cuanto a la importancia del apostolado de los laicos, ya dijo el Concilio en su Decreto Ad gentes: “La Iglesia no está verdaderamente formada, no vive plenamente, no es señal perfecta de Cristo entre los hombres, en tanto no exista y trabaje con la jerarquía un laicado propiamente dicho” (21).

El Papa decía en su homilía de clausura de esta sesión sinodal: “La Iglesia que estamos llamados a soñar: una Iglesia servidora de todos, servidora de los últimos. Una Iglesia que no exige nunca un expediente de ´buena conducta´, sino que acoge, sirve, ama, perdona. Una Iglesia con las puertas abiertas que sea puerto de misericordia... Se concluye la Asamblea sinodal. En esta ´conversación del Espíritu´ hemos podido experimentar la tierna presencia del Señor y descubrir la belleza de la fraternidad. Nos hemos escuchado mutuamente y, sobre todo, en la rica variedad de nuestras historias y nuestras sensibilidades, nos hemos puesto a la escucha del Espíritu Santo. Hoy no vemos el fruto completo de este proceso, pero con amplitud de miras podemos contemplar el horizonte que se abre ante nosotros. El Señor nos guiará y nos ayudará a ser una Iglesia más sinodal y más misionera, que adora a Dios y sirve a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, saliendo a llevar la reconfortante alegría del Evangelio a todos.

Pero esto es un proceso de vida, que no se queda en un evento. Como dice el Informe de Síntesis: “La Asamblea no es un acontecimiento aislado, sino una parte integrante y una etapa necesaria del proceso sinodal. En la multiplicidad de intervenciones y la pluralidad de posiciones resonó la experiencia de una Iglesia que está aprendiendo el estilo de la sinodalidad y buscando las formas más adecuadas para realizarla. Esta fase durará hasta octubre de 2024, cuando la Segunda Sesión de la Asamblea concluirá sus trabajos, ofreciéndolos al Santo Padre.

De hecho, el camino sinodal pone en práctica lo que el Concilio enseñó sobre la Iglesia como Misterio y Pueblo de Dios, llamada a la santidad. Valora la contribución de todos los bautizados, en la variedad de sus vocaciones, a una mejor comprensión y práctica del Evangelio. En este sentido, constituye un verdadero acto de recepción ulterior del Concilio, prolongando su inspiración y relanzando su fuerza profética para el mundo de hoy.

El sentido del camino sinodal convocado por el Santo Padre es implicar a todos los bautizados... No es fácil escuchar ideas diferentes, sin ceder inmediatamente a la tentación de replicar; ofrecer la propia contribución como un don para los demás y no como una certeza absoluta. Sin embargo, la gracia del Señor nos ha llevado a hacerlo, a pesar de nuestras limitaciones, y ésta ha sido para nosotros una verdadera experiencia de sinodalidad. Practicándola, la hemos comprendido mejor y hemos captado su valor.

El estilo de la sinodalidad aparece como un modo de actuar y operar en la fe que brota de la contemplación de la Trinidad y valora la unidad y la variedad como riqueza eclesial... La sinodalidad se presenta principalmente como un camino conjunto del Pueblo de Dios y como un diálogo fecundo de carismas y ministerios al servicio de la venida del Reino... La sinodalidad aparece principalmente como un conjunto de procesos y una red de organismos que permiten el intercambio entre las Iglesias y el diálogo con el mundo.

ACTUAR

El Papa Francisco ha criticado frecuente y duramente el clericalismo, que es como acaparar la misión de la Iglesia y como un abuso de poder por parte de los clérigos. Si nosotros fallamos en esto, pidamos al Espíritu Santo la gracia de convertirnos. Y las religiosas y demás laicos ayúdenos a entrar en este proceso de sinodalidad, como estilo de vida eclesial, en que todos participamos. La autoridad, según Jesús, es servicio.

P. Rafael González Ponce: “Vale la pena gastar la vida por Dios”

En esta entrevista, presentamos el testimonio vocacional del padre Rafael González Ponce, uno de los primeros combonianos que fueron a compartir el sueño de Comboni en Asia. Él nos cuenta un poco sobre su vocación y nos comparte su experiencia misionera.

– Padre, ¿Podría presentarse a nuestros lectores?

– Con mucho gusto. Me llamo Rafael González Ponce. Nací el 31 de agosto de 1951, soy origina-rio de Guadalajara, Jalisco. Llevo 43 años como sacerdote, de los cuales, 27 han sido como misio-nero fuera de mi país. Tengo la dicha de ser uno de los primeros tres combonianos que iniciamos la misión en Asia.
Luego me pidieron que fuera parte del Consejo General de la Congregación ayudando en Roma. Estuve unos años como formador en el seminario para Hermanos en Bogotá. De ahí pasé a trabajar a nuestras misiones de Ecuador. Desde hace pocos meses me estoy reintegrando a México.

– ¿Cómo conoció a los combonianos?

– Estudié en una escuela de los jesuitas para niños de familias pobres. Ahí se encontraba el padre Francisco Javier Quintana, a quien le habían cortado las plantas de los pies durante la persecución religiosa, él siempre nos hablaba de las misiones y nos infundía un gran amor al Corazón de Jesús y a la Virgen María.
En ese ambiente, a los 12 años, decidí ingresar al seminario menor diocesano. Estando en esta casa de formación, siendo parte del equipo de animación misionera, conocí Esquila Misional. Sus artículos y testimonios de tantos misioneros se convirtieron en alimento para mi ideal misionero.

El «toque de gracia» fueron los campos misión que realizamos los seminaristas entre los indígenas en Donají, cerca de Tehuantepec, Oaxaca, y otro en Loma Bonita, no lejos de Tuxtepec, Oaxaca. Considero una gracia especial que el padre Agustín Pelayo, misionero comboniano, haya venido a visitarnos al seminario mayor (más tarde moriría en un accidente en Burundi, África); sus palabras sencillas y llenas de fuego fueron esenciales para que mi discernimiento madurara.
El rector del seminario me puso a prueba durante tres años, al final él mismo me envió ante el cardenal José Salazar, quien me bendijo y me pidió que siempre me sintiera parte de la diócesis. En resumen, siento que el mismo Corazón de Jesús, que conocí desde pequeño, me acompañó a través de mi iglesia local y me trajo a la familia de san Daniel Comboni.

– Tuvo que dejar a su familia para ser misionero, ¿Cómo lo tomaron sus papás?

– Mi padre falleció antes que yo ingresara al seminario. Mi mamá trabajó incansablemente para sacar adelante a sus seis hijos. Nos llenó de cariño, pero también sabía exigirnos. Todos aprendimos los valores de trabajar duro y compartir, aunque fuera un plato de frijoles, con los más necesitados.
Todos me han apoyado siempre con su oración y con todo lo que estuviera a su alcance. Pero me han dejado libre y me han pedido coherencia y entrega generosa. Las despedidas siempre son dolorosas y, a medida que pasan los años, se hacen más difíciles puesto que las enfermedades y la fragilidad avanzan. Ahí es donde he comprobado su profunda fe y su abandono total en las manos de Dios. En definitiva, mi madre (ya está en el cielo) y mis hermanos han sido el gran cimiento de mi vocación.

– Este año celebramos los 75 años de presencia de los Misioneros Combonianos en México, ¿cómo se siente hoy como comboniano?

– Me siento feliz y con un deseo todavía más intenso para responder positivamente al llamado de Jesús a la vida sacerdotal misionera comboniana. Naturalmente ha habido un sinnúmero de cruces y momentos difíciles que superar. Lo importante es mantenerse humildes, sabiendo que el protagonista es Dios que nos ama y nunca dejará de amarnos.
La gente a la que he podido servir, especialmente a los más pobres, me ha dado y enseñado más de lo que yo he podido ofrecer: sobre todo su esperanza ilimitada y su solidaridad en la lucha cotidiana. Las personas que ya son parte de mí, me brindan esa amistad que rompe toda frontera. Para mí, más que cualquier otra satisfacción, el anunciar a Cristo, un apretón de manos y una sonrisa sincera han valido más que muchos sacrificios.

Ciertamente hoy ya no puedo hacer tantas cosas como antes, pero sí puedo orar y todavía estoy dispuesto a colaborar en los trabajos que se me pidan para que el Evangelio llegue a los corazones necesitados. Y al contemplar los 75 años de los misioneros en México no me canso de decir «¡gracias!».

– ¿Qué mensaje da a los jóvenes?

– Los invito a ir «a contra corriente». Vale la pena gastar la vida por Dios y para que surja una humanidad más fraterna.

Intenciones de oración para el mes de noviembre

De la familia comboniana:

Para que el recuerdo de nuestros hermanos, antepasados, amigos y familiares difuntos nos haga más conscientes de lo atractivo de la comunión de los santos, como anticipo de la alegría que nos espera. Oremos.


Del Papa:

Oremos por el Papa, para que en el ejercicio de su misión siga acompañando en la fe a la grey que le ha sido encomendada, con la ayuda del Espíritu Santo. Oremos.