Un pueblo cansado de extorsiones

Por: + Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

MIRAR

El reciente viernes 8 de diciembre, un grupo criminal, que dice ser de La Familia Michoacana y que siempre andacon armas de grueso calibre, citó a los campesinos de Texcapilla y de comunidades aledañas, muy cercanos a mi pueblo natal, del municipio de Texcaltitlán, para exigirles una elevada cantidad de dinero por sus siembras de haba, chícharo, avena, maíz y frijol. La gente les decía que no podían pagar esa nueva cuota, pues sus cosechas no les rinden lo suficiente. Ante la intransigencia del grupo criminal, los campesinos se armaron de valor, sin mayores armas que machetes, azadones, palos y alguna escopeta vieja, y arremetieron contra ellos, matando a todo el grupo, incluido su líder, alias el “Payaso”. Dicen que a éste lo terminó de abatir una mujer, con sólo un cuchillo en su mano. Por cierto, en forma circunstacial, yo había hablado con este líder, al igual que con el del grupo que domina mi pueblo, exhortándolos a un cambio de vida, pero para ellos les importa más el dinero que exigen a los campesinos, que otros valores de la fe cristiana, aunque se declaran católicos. Su dios es el dinero. Aquí no es tanto problema de venta y consumo de drogas, sino extorsión o cobro de piso a todo mundo que trabaja en algo.

Después de algunas horas, llegaron el ejército, la policía estatal y la guardia nacional para proteger el lugar, pero la gran mayoría del pueblo ha huido a otros lugares, pues temen represalias del grupo criminal, que de inmediato han desaparecido a algunos miembros de esas comunidades. Se perdió la paz. Se canceló la fiesta patronal a la Virgen de Guadalupe. El párroco, que es el mismo de mi parroquia nativa, fue a celebrar la Misa dominical acostumbrada, y no encontró gente. Fue a visitar y consolar a varias familias, y encontró varias casas cerradas y otras abandonadas. Yo pasé por ese lugar y vi mucha policía, pero las familias han huido del lugar. El pueblo se sintió abandonado por las autoridades. Cansado de tanta extorsión, se sintió en la necesidad de tomar justicia por sus propias manos. No aprobamos esta reacción, pero a eso orillan las autoridades federales, al dejar indefensos a los pobres campesinos.

De diversas maneras, los obispos hemos acudido a las autoridades federales y estatales, para hacer de su conocimiento el crimen incontrolado de la extorsión, pues a todo mundo le cobran por lo que hace y trabaja. Y si alguien no les paga lo que ellos exigen, se expone a todo tipo de represalias, incluso a ser secuestrado y asesinado. Nuestras autoridades presumen que han logrado disminuir los índices de criminalidad en el país, y qué bueno que así sea, pero nosotros tenemos otros datos, que ellos se resisten a tomar en cuenta. Mandan de cuando en cuando a policías y ejército a nuestros pueblos, pero, como yo le decía a alguien de la guardia nacional, mientras el ejército está presente, todo es tranquilidad; pero apenas se retira, aquellos reaparecen y siguen haciendo sus arbitrariedades. El pueblo se siente desprotegido. Las autoridades piden que la gente denuncie casos concretos, para que ellos puedan proceder legalmente, pero les hemos insistido en que nadie se atreve a denunciar estas extorsiones, porque se expone a perder la vida. El gobierno debería implementar, además de lo que hace en estos casos, un sistema de inteligencia investigadora, con modernos medios tecnológicos, para tener pruebas in fraganti de este crimen de la extorsión, porque esos grupos armados tienen sus halcones que les avisan cuando viene en camino el ejército, y les da tiempo de esconderse; por ello, cuando pasan los soldados, a nadie encuentran. Hay que cambiar la estrategia, aunque el gobierno federal ha decidido seguir con su mismo sistema, que se ha demostrado insuficiente y fallido. Mientras, la población general, también los pobres, siguen expuestos a los abusos de los grupos criminales. ¡Y pensar que muchas personas quieren que la próxima, o el próximo presidente del país, sigan en la misma línea! ¡Sólo por los apoyos sociales que les dan!

DISCERNIR

El episcopado mexicano, el 16 de noviembre pasado, al terminar su asamblea ordinaria, emitió un comunicado en que se dice: “Nuestras comunidades en México siguen padeciendo la inseguridad y la violencia que crecen de manera exponencial en muchas zonas de nuestro país. Y no se trata solo de estadísticas, sino de rostros y corazones de personas concretas que sufren las consecuencias de la violencia extrema, de la impunidad, de la desaparición de sus seres queridos, del cobro de piso, de la migración forzada y de las estrategias de seguridad fallidas… Debemos seguir buscando caminos operativos para construir una cultura de la paz”.

El 23 de junio del año pasado, nos expresamos “con profunda preocupación por la creciente violencia que sufre nuestro querido País y con una gran tristeza por la pérdida de miles de vidas inocentes que llenan de luto a familias enteras. El crimen se ha extendido por todas partes trastocando la vida cotidiana de toda la sociedad, afectando las actividades productivas en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, en las escuelas, en las pequeñas, medianas y grandes empresas; se han adueñado de las calles, de las colonias y de pueblos enteros, además de caminos, carreteras y autopistas y, lo más grave, han llegado a manifestarse con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más inseguros y violentos del mundo.

Reconocemos que como Iglesia no hemos hecho lo suficiente en la evangelización de los pueblos y que es necesario redoblar esfuerzos. Queda mucho por hacer en la reconstrucción del tejido social, desde la labor pastoral que nos es propia. Hacemos un llamado a todo el pueblo de Dios, en especial a los sacerdotes, religiosos (as), catequistas, evangelizadores y demás agentes de pastoral, a sumarse en los trabajos por concretar el proyecto de PAZ de Cristo.

Queremos sumarnos a las miles de voces de los ciudadanos de buena voluntad que piden que se ponga un alto a esta situación. ¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos.

Ante la gravedad de los hechos, hacemos un llamado al Gobierno Federal y a los distintos niveles de autoridades: es tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están fracasando. Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen. Creemos que no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora. Escucharnos no hace débil a nadie, al contrario, nos fortalece como Nación.

Todos somos mexicanos, todos necesitamos vivir en paz y concordia. Es responsabilidad de los gobernantes aplicar la ley con justicia para erradicar la impunidad, respetando los derechos humanos, pero procurando la seguridad de los ciudadanos y la paz social. Como obispos mexicanos en unidad con el Pueblo de México del que también somos parte, hacemos un respetuoso llamado a nuestras autoridades políticas a convocar a un diálogo nacional para emprender acciones inteligentes e integrales con el fin de alcanzar la paz mediante una participación conjunta. Creemos que la paz es posible, que tiene que ser posible. En esta tarea todos los ciudadanos de buena voluntad podemos ser aliados. ¡No perdamos esta oportunidad!”

En la misma línea nos expresamos el 14 de noviembre de 2019: “Otra de nuestras preocupaciones es la escalada de la violencia en amplias regiones de nuestro México. Esa violencia ha provocado más pobreza, abandono e inseguridad. Nos parte el alma constatar los múltiples asesinatos, secuestros y extorsiones, que permanecen impunes. Se debilita, así, el estado de derecho, y eso aumenta la corrupción y ahuyenta la paz. Solamente trabajando todos juntos podemos resolver estas situaciones: como Iglesia debemos fortalecer no solo el conocimiento de la doctrina, sino la vivencia de los valores cristianos, porque muchos de los que se dedican al crimen forman parte de nuestra comunidad; el Estado debe velar por la seguridad de los ciudadanos, ofreciendo condiciones dignas, seguras y bien remuneradas a las fuerzas del orden; y a todos los ciudadanos nos corresponde cuidarnos los unos a los otros.

Pero estos mensajes nada dicen a las autoridades federales. Nosotros vivimos con la gente y hablamos de lo que el pueblo sufre. No estamos pensando en elecciones futuras, sino en hechos concretos.

ACTUAR

Desde la familia, eduquémonos en el respeto a los derechos de los demás y, sobre todo, en el amor a Dios y a nuestros prójimos, pues en eso nos jugamos la paz, la vida presente y futura.

Nueva película sobre la Guadalupe

Crédito: OMPRESS

«Guadalupe, Madre de la Humanidad», es el título de la película de Goya Producciones y European Dreams Factory que se estrenará el 1 de marzo de 2024. Una película que fusiona elementos documentales con una cautivadora parte de ficción que recrea las Apariciones de la Virgen en 1531.

La película, dirigida por Andrés Garrigó, aspira a desvelar los múltiples aspectos de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y cómo actúa hoy en la vida de muchas personas. Será una aportación a los preparativos del 5º centenario de las apariciones (2031) y cuenta con la colaboración de la Basílica de Guadalupe, de la Archidiócesis de México y del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos.

“Con esta cinta nos proponemos metas muy altas: nada menos que recrear en los corazones de las personas de hoy el maravilloso efecto que tuvieron las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el México de 1531”, afirma su director, Andrés Garrigó. La película, filmada en México, España, Estados Unidos y Alemania, incluye una parte documental con impresionantes testimonios, y una recreación en ficción del relato original de las cinco apariciones de la Virgen en Guadalupe dirigidas por el cineasta español Pablo Moreno.

En el corazón de esta producción destacan actores mexicanos devotos de la Virgen de Guadalupe. La actriz Karyme Lozano, enamorada de la Virgen, cruzó el Atlántico para participar en esta obra única. Sus reflexiones sobre el mensaje central de la Virgen destacan la importancia de la familia y la vida en estos tiempos caóticos. La actriz encargada de personificar a la Virgen de Guadalupe, Angélica Chong, comparte su emoción de ser elegida para el papel y la conexión especial con su madre. “Prepárate mucho, prepárate muy bien. Y encomiéndate a la Virgen en todo momento”, le aconsejó su madre, reflejando la esencia de la Virgen a Juan Diego: “haz de tu parte, pero yo haré el resto”. El actor que da vida al indígena Juan Diego, Mario Alberto Hernández, reflexiona sobre el personaje como un “superhéroe de la vida real”. Destaca la paciencia, humildad y fe que caracterizan a Juan Diego, considerándolo un modelo a seguir. En palabras de Mario Alberto, “la imagen de la Virgen de Guadalupe simboliza la fusión de dos culturas. La película busca explorar y honrar esta conexión única y profunda”.

En América se adelantará el estreno al mes de febrero. Será el 22 de febrero en México y en Centroamérica. El tráiler oficial de “Guadalupe: Madre de la Humanidad” se puede ver aquí.

Jubileos sacerdotales

Durante este año varios misioneros combonianos mexicanos celebraron sus bodas de oro o plata sacerdotales. Estuvieron acompañados por sus familiares, amigos y hermanos de congregación. Damos gracias a Dios por su vocación y su servicio pastoral.

El padre Crisóforo Contreras Ramírez, originario de Celaya, Guanajuato, celebró el pasado 9 de septiembre sus bodas de oro sacerdotales. Son 50 años al servicio de la misión en México y en Kenia, casi siempre en el delicado trabajo de formar jóvenes misioneros. En la actualidad se encuentra en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Temixco, donde sigue ejerciendo su ministerio con alegría.

P. Crisóforo Contreras

El padre Roberto Pérez Córdova, originario de Torreón, Coahuila, festejó sus bodas de plata sacerdotales el pasado 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María. Ejerció su ministerio sacerdotal en Brasil y en México, donde se encuentra actualmente en la comunidad de Cochoapa El Grande, entre los indígenas mixtecos.

El mismo día se cumplieron 25 años de la ordenación sacerdotal del padre José Alberto Pimentel, nacido en Guadalajara, Jalisco. Él tiene una gran experiencia misionera en el mundo árabe y también trabajó en Sudáfrica y Estados Unidos. Actualmente se encuentra en la comunidad de la colonia Moctezuma, en Ciudad de México, desde donde coordina la página de Facebook de los combonianos: «Misión Digital Comboniana».

De izquierda a derecha: P. José Rodrigo Arizaga, P. José Alberto Pimentel y P. Roberto Pérez

El padre José Rodrigo Arizaga Catarino nació en La Barca, Jalisco, y fue ordenado el mismo día que sus compañeros anteriores. Trabajó como misionero en Perú y Centroamérica. Actualmente espera ser destinado a una comunidad en México.

También el 15 de agosto celebró sus bodas de plata sacerdotales el padre José Luis Rodríguez López, oriundo de Yurécuaro, Michoacán. Estudió la Teología en São Paulo, Brasil, donde se encuentra actualmente como formador. Trabajó como misionero en Mozambique y México.

P. José Luis Rodríguez

Que, por intercesión de san Daniel Comboni y de María de Guadalupe, el Señor les ayude a seguir fieles a la vocación misionera y sacerdotal.

México: Mujeres promueven la vida en armonía y la economía solidaria

Sebastián Sansón Ferrari. Vatican News

En la selva norte de Chiapas, en México, un grupo de empresas de economía solidaria, integrado por mujeres indígenas seltales y sus familias, trabaja desde hace 20 años por la justicia social y la defensa de su territorio. Se trata de “Yomol A’tel”, que en castellano significa “Juntos trabajamos, juntos caminamos, juntos soñamos”. La coordinadora de innovación social de este emprendimiento, Erika Lara, tiene 32 años y es licenciada en negocios. Su rol consiste en acompañar y formar a las socias productoras en el proceso de textiles.

El objetivo con el que surgió esta red de cooperativas, explica Lara, era crear una participación democrática de las mujeres, darles voz e integrarlas a los procesos económicos y productivos, para brindarles autonomía dentro de sus hogares. Y así lo hacen, bajo la cosmovisión del lequil cuxlejalil (el buen vivir), al maximizar el beneficio social a través de la sostenibilidad y rentabilidad de las cadenas de valor.

“Yomol A’Tel” es una manera de concebir el trabajo desde la cosmovisión comunitaria. Para ellos, es fundamental poner en el centro a la persona y caminar juntos para cumplir sus cometidos.
“Yomol A’Tel” es una manera de concebir el trabajo desde la cosmovisión comunitaria. Para ellos, es fundamental poner en el centro a la persona y caminar juntos para cumplir sus cometidos.

Entre los múltiples miembros de esta “gran familia productiva”, se encuentra la marca Xapontic, que quiere decir “Nuestro jabón”, y desde 2007 fabrica productos de higiene personal, como champú líquido y sólido, jabón en barra y crema corporal. La red de cooperativas fue impulsada por la misión jesuita de Bachajón, que desde hace más de 60 años acompaña a comunidades y familias seltales de la zona.

Asimismo, implementan la técnica ancestral punto de lomillo (tela de cuadrillé e hilos de estambre) para la confección de bolsos de piel con motivos artesanales, neceseres, monederos, colgadores para la pared o pulseras. Al ser una región donde todas las mujeres bordan, observa Lara, decidieron rescatar y preservar este método para que las más jóvenes no se olviden de su identidad.

La tierra es más que un objeto económico

En el mantenimiento de estas prácticas típicas resuenan las palabras del Papa Francisco en su encíclica Laudato si’cuando invita a prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. En el punto 146, aclara que “no son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios”. Para ellos, plantea el Santo Padre, “la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores”.

Las empleadas producen plantas aromáticas e insumos orgánicos a pequeña escala, sin agroquímicos, conviviendo con la biodiversidad del ecosistema local y sin sobreexplotar los recursos naturales. Lara puntualiza que esta producción es clave para el proceso de cosmética artesanal que las mujeres seltales elaboran en los laboratorios dentro de las comunidades. Las plantas aromáticas se deshidratan, se destilan y son parte de los ingredientes de la cosmética. De este modo, obtienen un producto con ingredientes orgánicos, pero, sobre todo, siguen un esquema no lineal, porque el ingreso va directamente a las socias y no a un proveedor externo.

Xapontic no es una realidad aislada, sino que trabaja en red con otras instituciones, como la Compañía de Jesús, universidades, financiadores e inversionistas sociales.
Xapontic no es una realidad aislada, sino que trabaja en red con otras instituciones, como la Compañía de Jesús, universidades, financiadores e inversionistas sociales.

En las creaciones de Xapontic, se representa a la tierra, las montañas y las flores mediante el uso de sus colores tradicionales, como el negro, el verde, el rojo y el rosa. “La naturaleza ha sido clave para la concepción de nuestra iconografía”, precisa la referente. Y si bien se preocupan por la conservación de su cultura, se han abierto a la aplicación de técnicas contemporáneas y han aprendido a conocer las necesidades del cliente, incluso haciendo textiles con pautas cromáticas más neutrales. De este modo, como subraya Lara, paulatinamente están pudiendo entrar en mercados que antes les resultaban difíciles para ingresar.

Otras maneras de generar valor agregado

En línea con los objetivos de desarrollo sostenible, la empresa procura construir un precio justo para que las productoras y sus familias puedan tener una vida digna e ingresos suficientes para cubrir todas las necesidades básicas. A su vez, Lara evidencia la obstinada lucha por reducir la brecha salarial y lograr la igualdad de género.

Pero el compromiso de esta institución no se acaba ahí. Otra de sus acciones es la creación de oportunidades laborales para las mujeres indígenas a través de un propio sistema educativo (no necesariamente escolarizado). Esto les permite apropiarse del territorio y mantener la vida de futuras generaciones teniendo en cuenta sus valores, cultura y prácticas, desde su modo de ser y proceder.

Plantear que las trabajadoras están en el centro de la actividad no es un eslogan, sino la realidad: rigen los principios de inclusión, justicia y equidad ya que cuenta con esquemas de organización y toma de decisiones horizontales contemplando todas las participantes. Ellas tienen la palabra en las asambleas que, por lo general, se efectúan cada seis meses.

La defensa de la dignidad de la mujer

Como sostiene Lara, en México, la pobreza es un 20% mayor en el medio rural que en el urbano y un 30% mayor en la población indígena que en la no indígena. Existen al menos cuatro razones del movimiento migratorio del campo a las ciudades: por economía, por escolaridad, por deterioro ambiental y por violencia organizada.

En la cooperativa, laboran con mujeres desde los 16 hasta los 80 años, la mayoría posee una escolaridad nula o primaria para las menores de 30 años y de secundaria y preparatoria para las mayores de 30. “Estas diferencias han relegado a la mujer a las actividades domésticas, al cultivo de hortalizas”, dice Lara. En cambio, los hombres han asumido el rol de búsqueda de ingresos a través de las ventas de sus propios productos o jornales. Una situación que supone un mayor poder para ellos por ser la principal fuente de sustento económico de la familia, pero que al mismo tiempo inhibe la participación de las mujeres en las actividades productivas. Por este motivo, desde Xapontic luchan por la igualdad en un sistema patriarcal.

“Las mujeres son dueñas y responsables del hogar y sus alrededores”, sostiene Lara. Por su parte, los hombres se encargan de los terrenos y del trabajo agrícola. No obstante, algunas mujeres destacan por su alto nivel de liderazgo. Por este motivo, Lara reivindica el papel clave que ellas desempeñan en la organización.

Para Lara, quien es la columna vertebral de este proyecto, la esencia del conglomerado femenino radica en el trabajo en procesos de economía solidaria y de favorecimiento del “buen vivir”. Un concepto que no es el dolce far niente (“el dulce no hacer nada”) o la dolce vita (“la vida dulce”)“de la burguesía destilada”, como ha advertido Francisco en varias ocasiones, sino el vivir en armonía con la naturaleza, el saber buscar la armonía, que es superior al equilibrio.

“Saber moverse en la armonía, eso es lo que da la sabiduría que nosotros llamamos el bien vivir. La armonía entre una persona y su comunidad, la armonía entre una persona y el ambiente, la armonía entre una persona y toda la creación”.

Visita de la Dirección General a México

El P. David Costa Domingues, asistente y vicario general del Instituto, y el Hno. Alberto Lamana Cónsola, asistente general, visitaron nuestra provincia del 6 al 27 de octubre pasado y asistieron en nombre del Consejo General de los Combonianos a los actos de clausura del jubileo por los 75 años de nuestra presencia en México.

Durante las casi tres semanas que duró la visita, tuvieron tiempo, de manera maratoniana, para recorrer la geografía mexicana y visitar las comunidades en las que estamos presentes, desde La Paz hasta la montañas de Guerrero o Comalapa, para encontrarse personalmente  con cada uno de los miembros de la Provincia y conocer los diferentes lugares de apostolado en los que los combonianos de México realizamos nuestra labor misionera, nuestras casas de formación y el Oasis San Daniel Comboni, en el que son atendidos nuestros hermanos ancianos y enfermos.

La visita coincidió con las celebraciones de clausura de nuestro jubileo por los 75 años de presencia en México; primero con una Misa solemne de acción de gracias en la Basílica de Guadalupe y después con una jornada festiva en la sede del noviciado continental en La Noria, en la que estuvo presente Mons. Andrés Vargas, obispo de Xochimilco.

Una vez terminada la visita y ya de regreso a Roma, escribieron una carta a la Provincia en la que agradecen la acogida recibida y nos animan a seguir siendo “faros de esperanza para las personas a las que servimos, caminando con ellas y haciendo suyos sus dolores, sus penas y también sus alegrías, como nos enseñó Comboni. Que la conclusión de esta celebración del 75º jubileo -concluye la carta- sea para todos ustedes un nuevo comienzo de renovado entusiasmo y compromiso para servir, dar testimonio y florecer ahí donde Dios los conduzca como Misioneros Combonianos que encuentran en el Corazón de Jesús la fuente inagotable de su fuerza y dinamismo misioneros”.

Mensaje del Papa a los participantes en el Congreso Eucarístico nacional de México

Venerables hermanos en el Episcopado,

queridos hermanos y hermanas:

En estos días se reúnen muchos fieles procedentes de todas las diócesis de México para celebrar el VIII Congreso Eucarístico Nacional, bajo el lema “Jesús Eucaristía, quédate y camina con nosotros con san Juan Diego como guía”. Y precisamente han elegido como sede esa ciudad de Cuautitlán, donde nació y vivió «el confidente de la dulce Señora del Tepeyac», como san Juan Pablo II llamó a san Juan Diego, con ocasión de su segunda visita a México en 1990.

Me ha parecido muy interesante la idea de presentar a san Juan Diego como ejemplo de espiritualidad eucarística. Lo primero que percibo en el evento guadalupano es que su protagonista, Juan Diego, es un hombre en camino, en búsqueda de Dios, de hecho, cuando la Virgen María se le apareció, iba a escuchar las catequesis. Del mismo modo, se cuenta que gustaba de recibir el sacramento y no se amilanaba por tener que andar largo tiempo para saciarse con el Cuerpo de Cristo. Este podría ser nuestro primer rasgo de identificación, sentirnos peregrinos y en búsqueda, necesitados de saciarnos de ese Dios que encontramos en el ministerio de la Iglesia, en la Palabra y en los sacramentos.

El segundo rasgo lo descubro en la Santísima Virgen, que se presenta a nuestro santo encinta, como un sagrario donde Jesús ya está realmente presente. María viste a la usanza del país y habla la lengua de los indígenas, manifestando en ese gesto la grandeza de la encarnación del Hijo de Dios, que se hizo hombre para encontrarnos y comunicarse con nosotros. Además, la Virgen pide a Juan Diego construir un templo, para damos a nosotros también la posibilidad de revivir en la Eucaristla, en la Palabra y en el ministerio de la Iglesia, esta misma experiencia de poder encontrar a Jesús, hablarle, escucharle y sentir su presencia ea nuestras vidas. Juan Diego permanecerá en ese lugar sagrado atendiendo a los peregrinos, transformando su búsqueda en acogida.

El tercer rasgo lo encuentro en los otros dos protagonistas de nuestro relato, Juan Bernardino y el obispo Zumárraga. Ambos son los destinatarios de la gracia de Dios que los sana no sólo de una enfermedad natural o de un recelo comprensible, sino en lo más profundo de sus corazones. Me ha llamado siempre la atención que Juan Diego se quedara con su tío enfermo a pesar de que la Virgen lo esperara, siendo capaz de “dejar a Dios por Dios”, en el pobre y en el enfermo. La Virgen no se lo reprocha, sino que sale a su encuentro y le promete su ayuda. De ese mismo modo, nuestra Iglesia debe estar atenta al dolor profundo de cada hombre, para decirle, como María a Juan Diego: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”. Otra lección del itinerario de Juan Diego es la necesidad de ser paciente y perseverante, como le pide la Virgen, sin desalentarse por la aridez y frialdad con la que el obispo recibe su anuncio. Y estas son las medicinas que curan la suspicacia del prelado, que se rinde ante el prodigio de la fe de Juan Diego, de su confianza y de su caridad, flores tan o más perfumadas que las que cayeron de su tilma.

Queridos hermanos, revivamos en nosotros esta experiencia desde la Eucaristía, que nuestra Iglesia esté preñada de Jesús, construyamos ese templo que la Virgen pidió, una Iglesia donde el Señor se hace presente para nuestra salvación. Que Santa María de Guadalupe, nuestra dulce Madre, y san Juan Diego acompañen el camino y los buenos frutos de este Congreso Eucarístico.

Fraternalmente,

Francisco