Desapariciones y exterminios

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

HECHOS

Estupor, indignación, vergüenza y desconcierto ha causado el descubrimiento, hecho por madres buscadoras de desaparecidos, de un lugar cercano a Guadalajara donde se encontraron muchos restos humanos, al parecer algunos calcinados, así como zapatos, tenis, mochilas y ropas de personas, en su mayoría jóvenes, masacrados allí presuntamente por integrantes del cártel Jalisco Nueva Generación. Era un campo donde se les reclutaba, atraídos dolosamente con promesas de un buen trabajo y buenos sueldos, pero los entrenaban para secuestrar, traficar drogas, extorsionar y matar; si no seguían todas las órdenes criminales, los torturaban o eliminaban. ¿A tanto ha llegado la deshumanización? Esto sucede en Jalisco, Estado tradicionalmente considerado con uno de los más altos porcentajes de catolicismo, y el líder de ese cártel se considera católico. ¿Cómo es posible esta contradicción? Lo que les mueve no es la fe ni el bien común, sino el dinero, el negocio, el obtener ganancias a como dé lugar, el poder, el uso de armas de grueso calibre, el dominio sobre otras personas. Son hijos de las tinieblas que usan su inteligencia no para hacer el bien, sino para dañar y destruir. Como Iglesia, también nos cuestionamos en qué hemos fallado; pero esas personas no hacen caso a nuestra palabra, a nuestras catequesis, a nuestras exhortaciones.

Este hecho no es aislado. Ha estado sucediendo desde tiempo atrás en varias partes de nuestro país. Hace unos diez años, a un sobrino mío lo levantaron y se lo llevaron a la sierra de Guerrero, para cultivar droga. A él y a otros los tenían como esclavos; les daban cualquier cosa de comer, los vigilaban con ametralladoras para que no se escaparan y los torturaban. Mi sobrino logró escapar, gracias a tantas oraciones que hicimos por su liberación, y nos narró todo cuanto les hacen.

Con menor o mayor saña criminal, en varios lugares aparecen cuerpos desmembrados, descabezados, cadáveres colgados en puentes, disueltos en ácido, arrojados en barrancas, asesinados a balazos, desaparecidos sin dejar rastro. ¡Cuánta maldad! Se dice que, para que los reclutados lleguen a esos extremos, los drogan, los adoctrinan y los amenazan con que, si no lo hacen, los matan a ellos o a sus familias. ¿Y nuestras autoridades? Se echan las culpas unos a otros. En el sexenio anterior, con el pretexto de no continuar la guerra contra el narco, implementaba en otro sexenio, se les dejó con bastante libertad y tolerancia. Se adujo la estrategia de atender las causas de la violencia, ofrecer trabajo, estudio y apoyos económicos a los jóvenes, pero crecieron mucho el crimen y la descomposición social. A pesar de estos resultados tan catastróficos, todavía hay quienes defienden esa estrategia, exculpan al gobernante anterior y siguen apoyando su causa.

ILUMINACION

El Concilio Vaticano II, en su Constitución sobre La Iglesia en el mundo, describe con realismo lo que sucede en la humanidad, pero ofrece a Jesucristo como camino, verdad y vida: “El mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo peor, pues tiene abierto el camino para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la fraternidad o el odio. El hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correctamente las fuerzas que él ha desencadenado, y que pueden aplastarle o servirle.

Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo a fin de que pueda responder a su máxima vocación y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que sea necesario salvarse. Bajo la luz de Cristo, imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, el Concilio habla a todos para esclarecer el misterio del hombre y para cooperar en el hallazgo de soluciones que respondan a los principales problemas de nuestra época” (GS 9-10).

El episcopado mexicano, por su parte, “expresa su profunda indignación y dolor ante el reciente descubrimiento de un campo de entrenamiento y exterminio del crimen organizado. Este hallazgo constituye una de las expresiones más crueles de maldad y miseria humana que hemos presenciado en nuestro país. Como pastores de la Iglesia en México:

1. Denunciamos con profunda preocupación que existan muchos lugares como este en nuestra nación, los cuales son sitios donde se han cometido los más graves delitos contra la humanidad. Estos actos atentan directamente contra la dignidad sagrada de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios.

2. Señalamos que estos hallazgos ponen en evidencia la omisión irresponsable de autoridades gubernamentales de los tres niveles ante uno de los problemas más críticos que enfrenta el país: la desaparición de personas. Esta realidad exige una respuesta inmediata, contundente y coordinada del Estado mexicano.

3. Manifestamos nuestro extrañamiento porque, mientras se presume que bajan un 15% los asesinatos dolosos, se trata de ocultar que crecen un 40% las desapariciones. Desafortunadamente la mayor parte de estas víctimas son nuestros jóvenes.

4. Reconocemos y exaltamos la extraordinaria labor de las madres buscadoras y distintas organizaciones ciudadanas que, impulsadas por su dolor, valentía y tenacidad, son las que verdaderamente consiguen avances en la búsqueda de sus seres queridos y realizan hallazgos decisivos que mantienen vivo el clamor por la justicia. Su testimonio nos interpela a todos como sociedad.

5. Exhortamos respetuosamente a las autoridades a: – Investigar exhaustivamente estos hechos con transparencia y eficacia. – Dejar de evadir su responsabilidad o de intentar ocultar esta realidad. – Fortalecer urgentemente, entre los tres niveles de gobierno, los mecanismos de búsqueda e identificación de personas desaparecidas. – Implementar políticas efectivas que prevengan estos crímenes atroces y garanticen la no repetición. Como sociedad y como nación debemos comprometernos a un rotundo: ¡NUNCA MÁS! – Romper definitivamente con las alianzas que pudieran existir entre el crimen organizado y algunos ambientes políticos, para liberar a México de esta decadencia moral.

6. Ofrecemos nuestra participación en espacios de diálogo y colaboración, para atender esta crisis humanitaria, acompañar a las víctimas y contribuir a la reconstrucción del tejido social tan lastimado por estos actos de violencia extrema” (12-III-2025).

ACCIONES

Desde nuestras familias, grupos y comunidades parroquiales, convirtámonos al Señor Jesús, hagamos más caso a su Palabra, sobre todo en este tiempo de Cuaresma. El nos invita siempre al respeto y al amor a toda persona. ¡En Cristo está nuestra salvación!

Campo de exterminio de Teuchitlán: ¡NUNCA MÁS!

El reciente descubrimiento de un campo de entrenamiento del crimen organizado en el que se han encontrado evidencias de exterminio de personas ha conmocionado a la sociedad mexicana. La Conferencia del Episcopado Mexicano ha publicado un comunicado en el que condena estos hechos atroces y pide al Gobierno de la Nación «dejar de evadir su responsabilidad o de intentar ocultar esta realidad y fortalecer urgentemente, entre los tres niveles de gobierno, los mecanismos de búsqueda e identificación de personas desaparecidas. Por otra parte, varias organizaciones civiles y eclesiales han convocado vigilias de oración, manifestaciones o encuentros de diversa índole para condenar estos terribles hechos y rezar por las víctimas y sus familiares (Foto: Fiscalía General de Jalisco).

MENSAJE DEL EPISCOPADO MEXICANO
ANTE EL HALLAZGO DE CAMPO DE EXTERMINIO Y ENTRENAMIENTO EN TEUCHITLÁN, JALISCO:
UN LLAMADO URGENTE A LA ACCIÓN

La Conferencia del Episcopado Mexicano expresa su profunda indignación y dolor ante el reciente descubrimiento de un campo de entrenamiento y exterminio del crimen organizado en el rancho Izaguirre, ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco. Este hallazgo, que incluye crematorios clandestinos, constituye una de las expresiones más crueles de maldad y miseria humana que hemos presenciado en nuestro país.

Como pastores de la Iglesia en México:

1. Denunciamos con profunda preocupación que existan muchos lugares como este en nuestra nación, los cuales son sitios donde se han cometido los más graves delitos contra la humanidad. Estos actos atentan directamente contra la dignidad sagrada de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios.

2.  Señalamos que estos hallazgos ponen en evidencia la omisión irresponsable de autoridades gubernamentales de los tres niveles ante uno de los problemas más críticos que enfrenta el país: la desaparición de personas. Esta realidad exige una respuesta inmediata, contundente y coordinada del Estado mexicano.

3. Manifestamos nuestro extrañamiento porque mientras se presume que bajan un 15% los asesinatos dolosos, se trata de ocultar que crecen un 40% las desapariciones. Desafortunadamente la mayor parte de estas víctimas son nuestros jóvenes.

4. Reconocemos y exaltamos la extraordinaria labor de las madres buscadoras y distintas organizaciones ciudadanas que, impulsadas por su dolor, valentía y tenacidad, son las que verdaderamente consiguen avances en la búsqueda de sus seres queridos y realizan hallazgos decisivos que mantienen vivo el clamor por la justicia. Su testimonio nos interpela a todos como sociedad.

5. Exhortamos respetuosamente a las autoridades a:
– Investigar exhaustivamente estos hechos con transparencia y eficacia.
– Dejar de evadir su responsabilidad o de intentar ocultar esta realidad.
– Fortalecer urgentemente, entre los tres niveles de gobierno, los mecanismos de búsqueda e identificación de personas desaparecidas.
– Implementar políticas efectivas que prevengan estos crímenes atroces y garanticen la no repetición. Como sociedad y como nación debemos comprometernos a un rotundo: ¡NUNCA MÁS!
– Romper definitivamente con las alianzas que pudieran existir entre el crimen organizado y algunos ambientes políticos para liberar a México de esta decadencia moral.

6. Ofrecemos nuestra participación en espacios de diálogo y colaboración para atender esta crisis humanitaria, acompañar a las víctimas y contribuir a la reconstrucción del tejido social tan lastimado por estos actos de violencia extrema.

En este tiempo de Cuaresma, invitamos a toda la comunidad católica a intensificar la oración por las personas desaparecidas y sus familias, a solidarizarse activamente con los colectivos de búsqueda y a trabajar juntos por la construcción de la paz.

La Iglesia Católica en México renueva su compromiso de ser voz de los que no tienen voz y de colaborar incansablemente en la construcción de un país donde prevalezca la justicia, la verdad y el respeto irrestricto a la dignidad humana.

«Lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicieron» (Mt 25, 40)

Ciudad de México, 12 de marzo del año del Señor 2025

+ Ramón Castro Castro Obispo de Cuernavaca, Presidente
+ Héctor M. Pérez Villarreal Obispo Auxiliar de México, Secretario General


Concentraciones, encuentros y vigilias en diferentes ciudades de México y España

Actualización viernes 14 marzo, 47 ciudades.

VIERNES 14 MARZO

🥾 CHILPANCINGO, GRO. Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac, 5:00 pm

SÁBADO 15 MARZO

🥾 ACAPULCO, GRO. Antimonumento “La Esperanza”, frente a las ex oficinas del Periódico Novedades, en Costera Miguel Alemán, 5:00 pm
🥾 AGUASCALIENTES, AGS. Exedra, 5:00 pm
🥾 APATZINGÁN, MICH. Biblioteca Municipal, 5:00 pm
🥾 BARCELONA, ESPAÑA. Consulado de México, Pg. de la Bonanova, 55, Santià-Sant Gervasi, 5:00 pm
🥾 CDMX, Zócalo 5:00 pm
🥾 CD. JUÁREZ, CHIH. Memorial Permanente de Personas Desaparecidas, Parque Borunda, 5:00 pm
🥾 CHIHUAHUA, CHIH. Memorial Cruz de Clavos, 5:00 pm
🥾 CHILPANCINGO, GRO. Zócalo, 5:00-7:00 pm
🥾 COLIMA, COL. Plaza de las y los Desaparecidos, Av. Galván, Centro, 4:30 pm
🥾 COMITÁN, CHIS Parque Central, Frente a la Presidencia Municipal, 5:00 pm
🥾 CUAUTLA, MOR Plaza y Fuerte Galeana, 5:00 pm
🥾 CUERNAVACA, MOR. Zócalo, Frente al Memorial a las Víctimas, 4:30 pm
🥾 CULIACAN, SIN. Escalinatas de Catedral, 10:00 am
🥾 CULIACÁN, SIN. Jardín de la Memoria. Calle Rafael Buelna esq. Vicente Guerrero, a un costado del Parque Constitución, 4:00 pm
🥾 ENCARNACIÓN DE DIAZ, JAL. Palacio de Gobierno, 6:00 pm
🥾 FRESNILLO, ZAC. Jardín Obelisco, 5:00 pm
🥾 GUADALAJARA, JAL. Palacio de Gobierno, Zona Centro, 5:00 pm
🥾 GUADALAJARA, JAL. Glorieta de las y los Desaparecidos, 6:00 pm
🥾 HERMOSILLO, SON. Plaza Emiliana de Zubeldía (Enseguida del Monumento de la Guardería ABC), 6:00 pm
🥾 MADRID, ESPAÑA. Embajada de México, Cra. de San Jerónimo, 46, 5:00 pm
🥾 MAZATLÁN, SIN. Plazuela República, 4:00 pm
🥾 MÉRIDA, YUC. Plaza Grande, 5:00 pm
🥾 MOCHIS, SIN. Plaza “Los Caballos” Blvd. Rosendo G. Castro entre Emiliano Zapata y Santos Degollado, 5:30 pm
🥾 MONTERREY, NL. Frente a Palacio de Gobierno de Nuevo León, 5:00 pm
🥾 MORELIA, MICH. Plaza de Armas, 5:00 pm
🥾 PACHUCA, HGO. Plaza Hidalgo, 5:00 pm
🥾 PIEDRAS NEGRAS, COAH. Letras de Piedras Negras, Gran Plaza, 5:00 pm
🥾 PUEBLA, PUE. Árbol de la esperanza, Zócalo, 5:00 pm
🥾 QUERÉTARO, QRO. Frente a Palacio de Gobierno, 5:00 pm
🥾 SALAMANCA, GTO. Kiosko del Jardín Principal, 5:00 pm
🥾 SALTILLO, COAH. Árbol de la Esperanza, Plaza de Armas, 5:00 pm
🥾 SAN LUIS POTOSÍ, SLP. Plaza de Armas, 4:30 pm
🥾 SAN LUIS POTOSÍ, SLP. Plaza Fundadores, 7:00 pm
🥾 TAMPICO, TAMPS. Plaza de Armas, 5:00 pm
🥾 TEPIC, NAY. Plaza Benito Juárez, (antes Bicentenario), 5:00 pm
🥾 TIJUANA, BC, Glorieta Cuauhtémoc, 5:00 pm
🥾 TORREÓN, COAH. Plaza Mayor, 5:00 pm
🥾 VERACRUZ, VER. En El Tranvía del Recuerdo, 5:00 pm
🥾 VERACRUZ, VER. Asta Bandera, 6:00 pm
🥾 XALAPA, VER. Plaza Regina (Plaza Lerdo), 5:00 pm
🥾 ZACATECAS, ZAC. Plaza Bicentenario, 5:00 pm

DOMINGO 16 MARZO

🥾 DURANGO, DGO. Plaza Fundadores, 7:00 pm
🥾 LEÓN, GTO. Plaza de los Mártires, 11:00 am
🥾 NEZA, EDOMEX. Cruces Rosas, Frente al Palacio Municipal de Neza, 5:00 pm
🥾 PUEBLA, PUE. Zócalo, 9:30 am
🥾 TEUCHITLÁN, JAL. Encuentro en la entrada principal de Teuchitlan. Peregrinación con el Señor de la Ascención. Celebración de la Santa Misa, Compartir los Alimentos. Compromiso por la Paz, 11:00 am

Mensaje del Consejo General de los Combonianos a los misioneros que trabajan en Mozambique

El Consejo General de los Misioneros Combonianos ha enviado un mensaje de solidaridad a sus hermanos que trabajan en la Provincia de Mozambique, en el que dicen seguir con gran preocupación las noticias e imágenes de violencia y destrucción que les llegan desde allí. Al tiempo les animan a seguir dando testimonio de su solidaridad con las personas con las que conviven y les recuerdan que «hoy, más que nunca, estamos llamados a proclamar la Buena Nueva de la paz como único camino para construir una sociedad basada en el respeto a la dignidad humana y en la atención a los más desfavorecidos».

comboni.org

Mensaje a los Hermanos de Mozambique

Queridos Hermanos de la Provincia de Mozambique:

Como Consejo General, seguimos con gran preocupación las noticias e imágenes de violencia y destrucción de bienes públicos y privados que nos llegan de Mozambique como reacción al fraude y a la falta de transparencia en el anuncio de los resultados de las elecciones generales -presidenciales, legislativas, asambleas provinciales y gobernadores- del pasado 9 de octubre.

Las manifestaciones populares, que debían ser pacíficas, degeneraron en actos de violencia, que fueron reprimidos por la fuerza por la policía -especialmente en las grandes ciudades- causando más de veinte muertos y centenares de heridos. Estas manifestaciones de violencia, que sólo generan odio y muerte, angustia y miedo, nos han llevado a expresar, en nombre del Instituto, nuestra cercanía a cada uno de ustedes y a todo el pueblo de Mozambique.

Sabemos que todo el país atraviesa momentos difíciles y que, por regla general, quienes acaban sufriendo las consecuencias nefastas de los conflictos violentos son las personas más pobres e indefensas.

Ante el agravamiento de la situación, pedimos a todos los hermanos que permanezcan vigilantes e informados sobre los acontecimientos, y que sean solidarios con quienes buscan la verdad y la justicia, en comunión con la Iglesia local. Sin duda, la resiliencia puede y debe ayudarnos a superar la adversidad actual y a encontrar vías pacíficas para orientar y dar esperanza al pueblo y al país.

Nuestra presencia en Mozambique en los últimos 77 años, inspirada en la Palabra de Dios y en el testimonio de San Danilo Comboni, se ha distinguido siempre por la capacidad concreta de asumir un estilo de misión comprometido e inserto en la realidad de la gente, y de hacer causa común con las alegrías y los dolores de quienes nos han sido confiados.

Les animamos, por tanto, a seguir siendo solidarios con las personas que los rodean, transmitiéndoles la esperanza que brota del Evangelio. Hoy más que nunca, estamos llamados a proclamar la Buena Nueva de la paz como único camino para construir una sociedad basada en el respeto de la dignidad humana y en la preocupación por los más desfavorecidos.

Damos gracias a Dios por su testimonio de entrega al pueblo con el que comparten la misión, y nos sentimos también solidarios con todos los mozambiqueños y mozambiqueñas que anhelan un futuro mejor y -hoy sobre todo- la paz.

Esperamos también que la profunda tradición cristiana y los valores ancestrales del pueblo sean el pilar desde el que construir una reflexión serena y justa que ayude a superar la actual polarización de fuerzas entre el gobierno y la sociedad civil.

Rezamos por el cese inmediato de la violencia en Mozambique y pedimos la intercesión de San Daniel Comboni, para que os ayude a vivir con fe y esperanza este doloroso momento.

Que Dios los bendiga, los proteja y les dé la fuerza y la sabiduría para afrontar estos momentos difíciles.

Permanezcamos unidos en la solidaridad, rezando juntos por la paz.

El Consejo General

Asesinan en Chiapas al padre Marcelo Pérez

El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, originario de San Andrés de Larraínzar, fue asesinado a balazos ayer en Chiapas al salir de una celebración eucarística. El padre Marcelo, párroco del templo de Guadalupe, en San Cristóbal de las Casas, salía de celebrar la misa en la iglesia de Cuxtitali y se disponía a regresar a su parroquia de Guadalupe cuando fue abordado por dos individuos que circulaban en una motocicleta y abrieron fuego contra él.

El P. Marcelo llevaba varios años luchando en favor de la paz en una tierra marcada por la violencia creciente causada por los grupos de delincuencia organizada, por lo que había recibido reiteradas amenazas.

Compartimos y nos unimos a los comunicados publicados por la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Religiosos y Religiosas de México y el Cardenal Felipe Arizmendi, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, que fue quien ordenó sacerdote al P. Marcelo. (Foto: Desde la Fe)


Comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano
sobre el asesinato del P. Marcelo Pérez, de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas

«La paz es un bien que supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la humanidad. […] La violencia y la injusticia no tienen la última palabra en la historia» Papa Francisco.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresa su más enérgica condena y profundo dolor ante el brutal asesinato del P. Marcelo Pérez, sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, ocurrido en el barrio de Cuxtitali. Este acto de violencia, perpetrado al terminar la misa cuando el padre salía para continuar con sus labores pastorales, no solo priva a la comunidad de un pastor dedicado, sino que también silencia una voz profética que incansablemente luchó por la paz con verdad y justicia en la región de Chiapas.

Expresamos nuestra más sincera solidaridad y cercanía espiritual con Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de San Cristóbal de Las Casas, con Mons. Luis Manuel López Alfaro, Obispo Auxiliar, con el presbiterio, los religiosos, religiosas y fieles laicos de esta querida diócesis. Compartimos su dolor y nos unimos en oración, ofreciendo todo nuestro apoyo en estos momentos difíciles.

El P. Marcelo Pérez fue un ejemplo vivo del compromiso sacerdotal con los más necesitados y vulnerables de la sociedad. Su labor pastoral, caracterizada por su cercanía al pueblo y su apoyo constante a quienes más lo necesitaban, deja un legado de amor y servicio que perdurará en el corazón de todos aquellos a quienes tocó con su ministerio.

Como Iglesia, lamentamos profundamente la pérdida de una vida consagrada al servicio de Dios y del prójimo. Este acto de violencia no solo afecta a la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, sino que hiere a toda la Iglesia en México y a la sociedad en su conjunto, especialmente en una región que hoy vive situaciones delicadas de violencia y pugna entre grupos del crimen organizado.

Hacemos un llamado urgente a las autoridades de todos los niveles de gobierno – federal, estatal y municipal – para que:

  1. Se realice una investigación exhaustiva y transparente que conduzca al esclarecimiento de este crimen y a la justicia para el P. Marcelo Pérez.
  2. Seimplementenmedidasefectivasparagarantizarlaseguridaddelossacerdotes y agentes pastorales que, como el P. Marcelo, dedican su vida al servicio de los más necesitados, especialmente en zonas de alto riesgo.
  3. Seredoblenlosesfuerzosparacombatirlaviolenciaylaimpunidadqueafligen a la región de Chiapas y a nuestro país en general.

A la comunidad de fieles y a toda la sociedad mexicana, los invitamos a unirse en oración por el eterno descanso del P. Marcelo Pérez, por el consuelo de su familia, amigos y feligreses, y por la paz en Chiapas y en todo México.

Que el sacrificio del P. Marcelo Pérez no sea en vano, sino que nos impulse a todos a trabajar con mayor eficacia por la construcción de una sociedad más justa, pacífica y fraterna en Chiapas y en todo el país, fiel al mensaje del Evangelio que él predicó con su vida y su muerte.

Que Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de México, interceda por nosotros y nos guíe en estos momentos de dolor y tribulación.

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» Mt 5, 9.

+ Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey Presidente

+ Mons. Ramón Castro Castro
Obispo de Cuernavaca Secretario General


Comunicado de la CIRM (Conferencia de Religiosos de México)

Nos unimos en solidaridad al profundo dolor que embarga a la familia, amigos, comunidad y Diócesis de San Cristóbal de las Casas por el asesinato Padre Marcelo Pérez Pérez acaecido esta mañana a quemarropa cuando salía de celebrar la Eucaristía en el Barrio de Cuxtitali, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Como Conferencia de Superiores Mayores de México, hacemos nuestra la condena que hace el Episcopado Mexicano por estos hechos violentos: “como Iglesia, lamentamos profundamente la pérdida de una vida consagrada al servicio de Dios y del prójimo. Este acto de violencia no solo afecta a la Diócesis de San Cristóbal de la Casas, sino que hiere a toda la Iglesia en México y a la sociedad en su conjunto, especialmente en una región que hoy vive situaciones de violencia y pugna entre grupos del crimen organizado”.

Por ello, unidos al Diálogo por La Paz, exigimos a las Autoridades de los gobiernos municipal, estatal y federal que detengan inmediatamente la violencia en Chiapas y recuperar la Paz a la que todas y todos tenemos derecho.

Con tristeza e indignación reconocemos que este hecho violento del asesinato del P. Marcelo es un dato más de la impunidad que se vive en el país y es señal de una violencia que impera en distintos territorios del País.

No dejemos que nos roben la dignidad y la defensa de los derechos humanos por los que Jesús también entregó la vida, mostrándonos la vía de la Paz con Justicia como camino en la construcción de fraternidad social donde todos nos reconocemos como hermanos y hermanas.

Que Jesucristo Resucitado acoja en su presencia al P. Marcelo y que su testimonio de cercanía y servicio al Pueblo de Dios, nos muevan a buscar caminos de paz, reconciliación y justicia.

Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino del Padre. Mt. 13,43

P. José Luis Loyola Abogado MSpS Presidente de la CIRM


Comunicado del Cardenal Felipe Arizmendi

Lamento muchísimo el asesinato del P. Marcelo Pérez, sacerdote indígena de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, la mañana de este domingo, en el Barrio de Cuxtitali, de la misma ciudad, al terminar de celebrar la Misa. Estoy muy adolorido e iré a su sepelio este lunes. Fue de los primeros sacerdotes indígenas que ordené como presbítero. Siempre estuvo comprometido con la justicia y la paz entre los pueblos originarios, sobre todo en Simojovel y acompañando a las víctimas de la violencia interna en Pantelhó. Nunca se metió en políticas partidistas, sino siempre luchando por que los valores del Reino de Dios se hicieran vida en las comunidades. Son los valores de verdad y vida, santidad y gracia, justicia, amor y paz.

En las luchas internas de Pantelhó por el poder político y económico, no se inclinó por un partido, sino por el respeto entre todos, por la defensa de los desplazados y por el diálogo entre las partes, para llegar a soluciones pacíficas.

Sacerdote muy centrado en su vocación, de mucha oración, muy pegado al Sagrario, y muy comprometido con su pueblo. Nunca se avergonzó de su origen, en San Andrés Larráinzar. Supo tratar siempre bien a los no indígenas

Su asesinato nos demuestra, una vez más, el clima de violencia que se ha desatado en Chiapas y en casi todo el país. Hay una descomposición social, que empieza por la destrucción de la familia y se consolida por la impunidad en que actúan grupos armados. No todo es culpa del gobierno, pero es indicativo de que el gobierno y todos nosotros, incluso las iglesias, estamos rebasados. No hemos logrado que la violencia se detenga, sino que va en aumento. Esto nos debe hacer reflexionar a todos, a los creyentes también, pero sobre todo al gobierno en el poder, para que busquen cómo desmantelar a estos grupos armados, que están haciendo tanto daño a la comunidad.

En la fe, esperamos su descanso en paz con Cristo Resucitado, porque son dichosos los que sufren por construir la justicia y la paz.

+Felipe Cardenal Arizmendi
Obispo emérito de San Cristóbal de las Casas


Asesinado en Honduras Juan Antonio López, defensor del medio ambiente

El defensor del medio ambiente y miembro de la Red Eclesial Mesoamericana, Juan Antonio López, fue asesinado el pasado domingo 14 de septiembre al salir de misa. El hecho ha sido condenado por la Conferencia Episcopal de Honduras y el Consejo Episcopal Latinoamericano. (Foto: ADN-CELAM)

Juan Antonio López era concejal, líder de comunidades eclesiales de base, integrante de la Red Eclesial Mesoamericana y miembro del Consejo Apostólico Nacional de la Compañía de Jesús en Honduras. Su lucha por la defensa del medio ambiente y en contra de los proyectos mineros, así como su defensa de los recursos minerales de Honduras, del río Guapinol y del parque nacional Botaderos Carlos Escaleras Mejía, hicieron que su vida sufriera varias amenazas. El pasado domingo, al salir de la celebración eucarística, fue asesinado a tiros en su carro.

La Conferencia Episcopal de Honduras expresó a través de un comunicado que “como pastores de la Iglesia que peregrina en Honduras, repudiamos enérgicamente este vil asesinato y pedimos a las autoridades que no sólo se hable de justicia, sino que se trabaje diligente y sinceramente en el deber de garantizarla a todos los ciudadanos”.

Por su parte, el Consejo Episcopal Latinoamericano comunicó su repudio ante el suceso, el cual calificó como el “reflejo de una pequeña porción de la sociedad que es intolerante, injusta y que quiere imponer su voluntad por medio de la fuerza”. En este sentido, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos exigió una investigación pronta e imparcial que permitan sancionar a los responsables del asesinato.

Las guerras son una derrota

Por: + Felipe Cardenal Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

Foto: ADN-CELAM

MIRAR

Las guerras actuales más conocidas mediáticamente son la de Rusia contra Ucrania y la de Israel contra el Grupo Palestino Hamás. Hay muchas otras guerras en diversas partes del mundo, que no son tan conocidas, pero que causan enormes sufrimientos, sobre todo en los civiles, en los niños y en tantas víctimas inocentes. Aunque se alegue que pelean por defender sus derechos violentados por la contraparte, siempre es una derrota de la fraternidad y del diálogo, una derrota de la paz y de la justicia. También hay guerras en las familias, en la política partidista y en otras instancias, a veces con armas muy destructoras de la convivencia pacífica.

El 1 de enero de 1994, en Chiapas, se levantaron en armas miles de indígenas para exigir un cambio en las políticas económicas y sociales del sistema imperante en el país. Los obispos de entonces en esa región, Samuel Ruiz, Felipe Aguirre y un servidor, al tercer día del levantamiento emitimos un comunicado en que denunciábamos las causas estructurales de la marginación indígena y pedíamos justicia hacia ellos, pero rechazábamos la vía armada como método de cambio. Mons. Samuel siempre luchó por los derechos indígenas, pero nunca estuvo de acuerdo en el uso de las armas, porque sabía que muchos indígenas serían masacrados por el ejército nacional. Afortunadamente, la sociedad civil del país se movilizó pidiendo justicia para los oprimidos, pero también el cese de la guerra. Esta duró sólo diez días, pero dejó una gran cantidad de heridos y muertos, así como divisiones internas en la sociedad chiapaneca, incluso entre los mismos indígenas.

La política seguida en el actual sexenio de gobierno, que está por concluir, fue abrazos y no balazos, para no seguir la llamada guerra contra el narcotráfico del gobierno anterior, con el argumento de evitar más derramamiento de sangre en el país. Sin embargo, esa estrategia ha dejado como consecuencia la libre actuación de grupos criminales dedicados no tanto al trasiego de drogas, sino a la extorsión. Ellos, con armamento pesado y sofisticado, han ganado en poder y dominan amplias regiones del país, incluido mi pueblito; secuestran, levantan y asesinan a quienes no se someten a sus arbitrariedades. Nos sentimos desprotegidos por el gobierno e indefensos para defender el trabajo honrado de tantas personas a quienes aquellos exigen grandes cantidades de dinero para dejarlos vivir y trabajar. No abogamos por guerras sangrientas, sino por una nueva inteligencia que desarme a esos tipos y evite tanta injusticia que sufren los pobres. Y que no se presuma en informes finales de que todo está bien y de que hemos progresado mucho. ¿Con qué ojos ven la realidad?

DISCERNIR

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en su Declaración Dignitas infinita, considera las guerras como algo contrario a la dignidad humana:

“Otra tragedia que niega la dignidad humana es la que provoca la guerra, hoy como en todos los tiempos: guerras, atentados, persecuciones por motivos raciales o religiosos, y tantas afrentas contra la dignidad humana van multiplicándose dolorosamente en muchas regiones del mundo, hasta asumir las formas de la que podría llamar una ‘tercera guerra mundial en etapas’. Con su estela de destrucción y dolor, la guerra atenta contra la dignidad humana a corto y largo plazo: incluso reafirmando el derecho inalienable a la legítima defensa, así como la responsabilidad de proteger aquellos cuya existencia está amenazada, debemos admitir que la guerra siempre es una ‘derrota de la humanidad’. Ninguna guerra vale las lágrimas de una madre que ha visto a su hijo mutilado o muerto; ninguna guerra vale la pérdida de la vida, aunque sea de una sola persona humana, ser sagrado, creado a imagen y semejanza del Creador; ninguna guerra vale el envenenamiento de nuestra Casa Común; y ninguna guerra vale la desesperación de los que están obligados a dejar su patria y son privados, de un momento a otro, de su casa y de todos los vínculos familiares, de amistad, sociales y culturales que se han construido, a veces a través de generaciones. Todas las guerras, por el mero hecho de contradecir la dignidad humana, son conflictos que no resolverán los problemas, sino que los aumentarán. Esto es aún más grave en nuestra época, en la que se ha convertido en normal que, fuera del campo de batalla, mueran tantos civiles inocentes” (38).

“En consecuencia, aún hoy la Iglesia no puede dejar de hacer suyas las palabras de los Pontífices, repitiendo con san Pablo VI: «¡Nunca jamás guerra! ¡Nunca jamás guerra!», y pidiendo, junto a san Juan Pablo II, «a todos en nombre de Dios y en nombre del hombre: ¡no matéis! ¡No preparéis a los hombres destrucciones y exterminio! ¡Pensad en vuestros hermanos que sufren hambre y miseria! ¡Respetad la dignidad y la libertad de cada uno!». Precisamente en nuestro tiempo, éste es el grito de la Iglesia y de toda la humanidad. Por último, el Papa Francisco subraya que «no podemos pensar en la guerra como solución, debido a que los riesgos probablemente siempre serán superiores a la hipotética utilidad que se le atribuya. Ante esta realidad, hoy es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible ‘guerra justa’. ¡Nunca más la guerra!». Como la humanidad vuelve a caer a menudo en los mismos errores del pasado, para construir la paz es necesario salir de la lógica de la legitimidad de la guerra. La íntima relación que existe entre fe y dignidad humana hace contradictorio que se fundamente la guerra sobre convicciones religiosas: quien invoca el nombre de Dios para justificar el terrorismo, la violencia y la guerra, no sigue el camino de Dios: la guerra en nombre de la religión es una guerra contra la religión misma” (39).

ACTUAR

Oremos por la paz en el mundo y por el bienestar de nuestra patria: que ya no haya guerras en las familias, en las comunidades, en la política partidista, y que se conviertan los grupos criminales hacia el respeto a los derechos de los demás, para que gocemos de paz y tranquilidad. Empecemos por nuestra familia.