Noticias de la comunidad misionera comboniana en Beirut, Líbano

La provincia de los misioneros combonianos de Egipto-Sudán tiene una comunidad de formación cerca de Beirut, Líbano. El padre Diego Dalle Carbonare (en el centro de la foto), superior provincial, visitó la comunidad -compuesta por cuatro escolásticos y un formador- para comprobar con sus propios ojos la situación en la que se encuentran los misioneros. Según Naciones Unidas, más de 720 personas han muerto ya en Líbano y 211.000 han sido desplazadas desde el pasado lunes, cuando se produjo la nueva escalada del conflicto en Oriente Medio con las incursiones israelíes en territorio libanés. El sábado 28 de septiembre, desde el Líbano, el Padre Diego envió el mensaje que publicamos a continuación.

comboni.org

«Esta vez no os envío el “boletín de guerra” desde Sudán (donde, sin embargo, la guerra continúa, aunque los medios de comunicación lo hayan olvidado), sino desde el Líbano, donde vine la semana pasada para visitar a nuestros escolásticos y su formador. Aproveché también para hacer ejercicios espirituales en una casa jesuita en la frontera con Siria, en la zona de Zahle.
A pesar del silencio de los ejercicios, escuchamos más de una vez por la noche -y hoy también a plena luz del día- algunas explosiones, pero todas lejanas de nosotros.
Hasta donde sabemos, los ataques en curso sólo se producen en lugares estratégicos de Hesb. El Líbano es un país pequeño, pero dividido en zonas, por lo que para aquellos que no viven en la zona chií, la vida parece transcurrir con normalidad. Estamos al norte de Beirut, en una zona cristiana, y estamos lejos de las explosiones de misiles y de las columnas de humo que se elevan al sur de la ciudad.
Sin embargo, incluso hoy, mientras regresábamos a casa por la carretera principal del país que bordea el mar de sur a norte, comprobamos con nuestros propios ojos que por cada 4 ó 5 coches que se dirigían al norte, uno era un coche chiita que huía de la zona de guerra: coches y camiones repletos de mujeres, niños, maletas y colchones, que huyen hacia el norte. ¿Dónde exactamente? Cada familia tiene su propia dirección en estos caminos de esperanza.
Como siempre, ante cualquier tipo de guerra la pregunta es: ¿Por qué? ¿Con qué propósito? ¿Para quién?
El Líbano es una perla de rara belleza, pero la crueldad de los poderosos no conoce motivos. Como siempre, pido sus oraciones.»

Padre Diego Dalle Carbonare, mccj
Superior Provincial de Egipto-Sudán