La Comisión Justicia y Paz de Haití y la Hermana Gladys Montesinos, Premios Pax Christi de la Paz 2024
Pax Christi Internacional ha otorgado su premio de la Paz 2024 a la Comisión Justicia y Paz de Haití (JILAP) y la Hermana Gladys Montesinos, misionera carmelita peruana dedicada a la Comunidad indígena amazónica Tsimanes de Bolivia. La ceremonia de entrega tuvo lugar en Cali, Colombia, el 28 de octubre de 2024, durante la COP 16 sobre la Biodiversidad.
Según el comunicado, hecho público el pasado mes de julio cuando se otorgó el premio, este galardón “honra las notables contribuciones de JILAP y la Hermana Gladys Montesinos a la paz y la justicia, celebrando sus incansables esfuerzos y profundo impacto en sus comunidades”.
La Comisión Justicia y Paz de Haití (JILAP) es una organización de la pastoral social de la Iglesia católica en Haití, comprometida con la promoción de la dignidad y los derechos humanos. Creado como un grupo informal en los años 70 bajo la influencia del Concilio Vaticano II, JILAP estableció una secretaría permanente en 1986. A lo largo de las décadas, ha ampliado su alcance a todas las diócesis de Haití, operando tanto en créole, como en francés.
La impactante labor de JILAP incluye el monitoreo de las violaciones a los derechos humanos, la formación ciudadana, la construcción de la paz a través de la transformación no violenta de conflictos y el apoyo a las víctimas. Aborda cuestiones cruciales como la ecología, la equidad de género y el fomento de la paz. JILAP es también miembro fundador de la Concertación por los Derechos Humanos en Haití y participa activamente en iniciativas como «Collectif mines» y ECC (Juntos contra la Corrupción).
La organización aboga incansablemente por reformas en los sistemas judicial y penitenciario de Haití y reta periódicamente al gobierno y a los líderes políticos a reducir la violencia de las bandas armadas, esforzándose por mejorar el Estado de Derecho en Haití. Actualmente está presente en 320 parroquias de todo el país con grupos locales comprometidos. Como una de las organizaciones de la sociedad civil más importantes de Haití, JILAP es miembro asociado de Pax Christi Internacional desde hace mucho tiempo, y ha participado activamente en el Programa Regional de PCI sobre Justicia Restaurativa y No violencia Activa.
La Junta Directiva Global de Pax Christi reconoce la inmensa contribución de JILAP a la paz y a la transformación no violenta de conflictos en Haití. Sus esfuerzos en la promoción de la asistencia humanitaria y del diálogo por la paz y el imperio de la ley sin corrupción son cruciales para el futuro de Haití, basado en la reconciliación y la paz justa.
La hermana Gladys Montesinos, la otra galardonada, ha dedicado más de seis años a apoyar a diversas poblaciones indígenas de la Amazonía boliviana. Desde 2018, se ha centrado por completo en los pueblos indígenas Tsimanes del departamento amazónico de Beni (Bolivia), abarcando regiones como San Borja, San Ignacio de Moxos, Rurrenabaque y Santa Ana de Yacuma.
La comunidad Tsimán, que reside en pequeñas aldeas de 20 a 30 familias, se enfrenta a violaciones sistemáticas de sus derechos, como la falta de reconocimiento territorial, la discriminación y el despojo por parte de asociaciones y empresas privadas. La hermana Gladys, deseosa de acompañarles en sus luchas, pidió permiso a su congregación religiosa para vivir y aprender de los Tsimanes, compartiendo sus experiencias, esperanzas y necesidades.
Lamentablemente, su inquebrantable compromiso la ha expuesto a amenazas contra su seguridad por parte de quienes pretenden explotar el territorio Tsimán. A pesar de estos desafíos, la hermana Gladys se mantiene firme en su misión de apoyar y defender los derechos y la justicia autónoma del pueblo Tsimán.
La Junta Directiva Global de Pax Christi reconoce la dedicación y valentía de la Hermana Gladys en la defensa de los derechos de la comunidad indígena Tsiman a la tierra y la cultura. Apoyada por Cáritas Bolivia y su congregación, su trabajo ejemplifica la llamada del Papa Francisco a la conversión ecológica y el rol de la Iglesia en acompañar, proteger y prevenir a comunidades vulneradas en sus derechos. Este premio honra las luchas de los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe, destacando la interconexión entre sus creencias ancestrales en el cuidado de la Creación y su relación con la Madre Tierra, o Pacha Mama.
Establecido en 1988, el Premio Internacional de la Paz de Pax Christi está financiado por el Fondo de Paz Cardenal Bernardus Alfrink y honra a personas y organizaciones contemporáneas que defienden la paz, la justicia y la no violencia en diferentes partes del mundo.
Con información de Pax Christi Internacional