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Fallece el P. Henry Oswaldo Dunn Álvarez

El Pasado 5 de enero falleció en San José, Costa Rica, el P. Henry Oswaldo Dunn Álvarez, a la edad de 46 años. Nacido el 20 de diciembre de 1977 en Limón (Costa Rica), hizo su noviciado en México, entre 2001 y 2003, haciendo sus primeros votos el 10 de mayo de ese año. Tras realizar los estudios de Teología en Kinshasa (República Democrática de Congo), fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 2007 y ese mismo año fue destinado a Brasil, donde trabajó nueve años. Desde 2017 estaba en su tierra natal, trabajando en la pastoral y la animación misionera. Descanse en paz.

Chad: «Ojalá que esta vez sea la buena»

Por: Hermano Enrico Gonzales, mccj
Desde Abeché (Chad)

La aprobación de una nueva Constitución y el nombramiento de un nuevo Primer Ministro, en la persona de un líder de la oposición, podrían ser “las dos novedades” que ha deparado al Chad el comienzo de 2024. Las tensiones en torno al retorno a un régimen civil democrático son elevadas. El país se enfrenta a una pobreza generalizada, a una economía muy debilitada por los bajos precios internacionales del petróleo y a insurgencias lideradas por rebeldes y terroristas en la cuenca del lago Chad.

Podríamos decir que la expectativa de cosas nuevas, compartida por la inmensa mayoría de la población chadiana, se materializó el 1 de enero con dos acontecimientos muy importantes y significativos en la vida política y social del país.

En primer lugar, la promulgación de la nueva Constitución, tras la celebración de un referéndum el 17 de diciembre, verificado por el Tribunal Supremo chadiano el 28 de diciembre. El resultado del ejercicio, aunque la oposición lo daba por descontado, demostró la resistencia del régimen de transición. Al acudir masivamente a las urnas (votó el 63% de las personas con derecho a voto), los chadianos dieron un paso importante hacia el retorno al poder civil. El “sí” ganó con una mayoría del 86%. La nueva Constitución prevé un Chad unitario pero muy descentralizado, con una mayor cooperación entre el Estado central y las autoridades locales.

También el primer día del año, el general Mahamat Idris Déby, presidente de la junta militar de transición e hijo del general Idriss Déby, que había llegado al poder en 1990 en un golpe de Estado contra el presidente Hissene Habré, pero fue asesinado en abril de 2021 durante una incursión rebelde, desencadenando una turbulenta sucesión en favor de su hijo, nombró primer ministro a Succès Masra, jefe del partido de la oposición “Los Transformadores”.

Ya una espina clavada en el costado de Déby padre, Succès Masra fue también un fuerte opositor de Déby hijo en los dos últimos años, hasta que en octubre de 2022 se vio obligado a huir a Camerún tras los feroces enfrentamientos entre el ejército y los manifestantes (murieron unos 50 opositores; pero algunos hablan de al menos 70). Durante el exilio de Masra, sus partidarios, si no fueron encarcelados, se vieron obligados a una semiclandestinidad que alimentó una represión feroz e implacable. Y todo esto ocurrió a pesar del cacareado proceso político del “diálogo nacional inclusivo”, fuertemente defendido por países como Qatar, con el fin de acercar al gobierno la plétora de movimientos de oposición, tanto civiles como militares. Sin embargo, el “diálogo inclusivo”, en opinión de los observadores más agudos de la realidad política chadiana, fue un paseíllo de personajes en busca de la aprobación del gobierno. No en vano, la delegación de la Iglesia católica denunció la instrumentalización política de este diálogo y abandonó los trabajos. Mientras tanto, también desde el extranjero, Succès Masra seguía denunciando las irregularidades y la instrumentalización del diálogo, que, según él, “no tiene nada de integrador”, juzgándolo como una hábil maniobra del régimen de transición para asegurarse el apoyo a su propia política. En realidad, el gobierno de transición siguió impertérrito su camino, mientras el país atravesaba (y sigue atravesando) una gravísima crisis, tanto económica como social.

Este estado de cosas duró hasta noviembre de 2023, cuando Succès Masra regresó del exilio, despertando grandes expectativas en la población, totalmente desencantada ante la inercia de un gobierno incapaz de hacer frente a las crisis que atenazaban al Chad.

Autor de grandes mítines, siempre rodeado de multitudes entusiastas, Succès Masra se ha mostrado extremadamente prudente, expresándose sólo en vísperas del referéndum por el “sí”, es decir, por la posición del gobierno.

Los resultados de este enfoque de Succès Masra, si por un lado pueden juzgarse positivamente -no hubo incidentes y la asistencia a sus mítines fue muy libre-, desde un punto de vista político no hicieron sino reforzar el liderazgo de la junta de transición. Su nombramiento como primer ministro, con la tarea de formar gobierno, puede considerarse una astuta jugada política de Mahamat Idris Déby. Es cierto que el presidente ha confiado un papel importante al antiguo opositor en el proceso político que culminará en las próximas elecciones presidenciales, pero Déby es muy consciente de que los retos a los que deberá enfrentarse el nuevo primer ministro son enormes, muy difíciles y tormentosos, y muy superiores a las capacidades de un nuevo equipo gubernamental que no cuenta con caras nuevas, ya que está formado por una escasa patrulla de exponentes del partido de los “Transformadores”.

El momento es complicado. Los profesores del sector público llevan meses en huelga por un severo recorte de sus salarios, y las escuelas y universidades están cerradas.Además, la crisis socioeconómica que aflige al país viene de lejos, agravada en los últimos meses por las guerras y golpes de Estado en los países vecinos, que han provocado una reconfiguración estratégica y geopolítica crítica en el Sahel, zona extremadamente vulnerable al terrorismo yihadista.

El chadiano medio soporta estoicamente el peso de la difícil situación: las familias sufren; escasean los medicamentos; hay una grave falta de combustible (siempre hay una larga cola de coches y motos en busca de gasolina detrás de nuestra casa); la economía nacional se encuentra en un estado deplorable. Ndjaména es hoy la ciudad más cara de África -con todo lo que ello significa- y el desempleo juvenil es dramáticamente alto, sin oportunidades reales de trabajo, mientras que el sistema educativo está en ruinas. La lista de problemas es larga, como larga es la paciencia de los chadianos que aspiran a una vida menos ardua que la actual.

Este es el Chad que Succès Masra está llamado a gestionar hoy, apelando a la buena voluntad y a la seriedad de intenciones de su gobierno.El país necesita urgentemente salir de una situación difícil. Por ello, es importante no juzgar precipitadamente lo que el nuevo primer ministro y su gobierno harán en los próximos meses.

De suma importancia fueron las palabras que los obispos católicos de Chad dirigieron a la población en su tradicional mensaje, titulado “Marchemos juntos por la justicia”, haciendo hincapié en la urgente necesidad de una política socioeconómica y cultural justa que tenga verdaderamente en cuenta el bien común, más allá de los particularismos que son siempre precursores de injusticia. Personalmente, creo que “lo nuevo” representado por Succès Masra tiene posibilidades de convertirse en una realidad cotidiana, si el nuevo gobierno es capaz de ponerse manos a la obra social del país con renovado compromiso y seriedad. De lo contrario, continuará la caótica situación actual, que el país no necesita en absoluto.


MENSAJE DE NAVIDAD DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHAD
«MARCHEMOS JUNTOS EN LA JUSTICIA»

1. En nuestro mensaje del año pasado, se nos invitaba a “caminar juntos en la verdad”, en el espíritu del Sínodo sobre la sinodalidad. Jesucristo, a quien celebramos en Navidad, es la Verdad encarnada (cf. Jn 14,6). Él nos sigue guiando para que caminemos en la verdad.

2. Este año, os exhortamos a “caminar juntos en la justicia”; sin ella, la paz social sólo sería una ilusión. La convivencia en nuestro país se ve a menudo socavada por la falta de justicia. Por eso, caminar juntos en la justicia nos compromete a dejarnos guiar por el Señor y a honrarle cumpliendo su santa voluntad. También exige una cultura de igualdad para todos y de respeto de los derechos humanos.

3. Por “justicia” entendemos el respeto de la dignidad humana, el reconocimiento de los derechos y libertades de los demás que garantizan una verdadera cohesión social, y la determinación constante y firme de dar a Dios y al prójimo lo que les corresponde. En la sociedad, justicia es también sinónimo de respeto y cumplimiento de la ley. La doctrina social de la Iglesia católica propugna la justicia social como búsqueda del bien común, es decir, la búsqueda de las condiciones que permitan a los hombres de la sociedad vivir en armonía unos con otros.

I. EN QUÉ CREEMOS: “LA JUSTICIA ES UNO DE LOS PILARES DE LA PAZ

“El amor y la verdad se encuentran, la justicia y la paz se abrazan; la verdad brotará de la tierra y la justicia del cielo (Sal 84,11-12).

Nuestro Dios es un Dios de justicia

4. El Dios revelado por Jesucristo es el Dios de la Justicia. “La justicia de Dios, como enseña la Escritura, es mucho más grande: no se dirige a condenar a los culpables, sino a salvarlos y devolverlos a la vida, para hacerlos justos: de injustos a justos”. (Papa Francisco, Ángelus del 8 de enero de 2023, § 2).

5. La justicia de Dios se cumple en la misericordia. Jesucristo, Verbo de Dios encarnado, no condena al pecador. Con sus acciones, muestra la misericordia de Dios perdonando a los pecadores, siguiendo el ejemplo de la adúltera (cf. Jn 8, 1-11). Dios no quiere que el pecador muera, sino que se convierta de sus caminos y viva (cf. Ez 18,21-23).

6. En su discurso de la Montaña, Jesús declara: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados (Mt 5,6). Es una invitación a todos los hombres a buscar la justicia y a practicarla. Estamos convencidos de que nuestro Dios es un Dios de justicia; quienes le temen y practican la justicia le son agradables. (cf. Hch 10,34-35). Justicia, misericordia y fidelidad.Éstas eran las cosas que había que practicar sin descuidar el resto, decía Jesús (Mt 23, 23).

7. La paz no puede reducirse sólo a la cuestión de la seguridad. La verdadera paz no puede construirse sin justicia, verdad, amor y libertad. “La justicia camina con la paz. Está en relación constante y dinámica con ella. La justicia y la paz trabajan por el bien de todas y cada una de las personas, por lo que requieren orden y verdad. Cuando uno está amenazado, ambos flaquean; cuando la justicia es ofendida, la paz misma está en peligro” (Papa Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, §1).

La justicia como valor universal

8. La justicia es una aspiración común a todos los pueblos. En una sociedad, a todos concierne su búsqueda y respeto. El desarrollo humano integral depende también de la realización de la justicia. De lo contrario, la injusticia dará lugar a la violencia, la falta de respeto por los derechos humanos, el odio, el desprecio y la revuelta.

II. LO QUE ENCONTRAMOS

Podemos comprar al débil por un poco de dinero, al necesitado por un par de sandalias (Am 8,6).

9. El profeta Amós denuncia la injusticia y los excesos sociales. Estas palabras siguen siendo actuales. En nuestra vida cotidiana, asistimos a la corrupción generalizada y a todas las injusticias que obstaculizan nuestra convivencia a varios niveles.

En el plano social

10. La inmensa mayoría de nuestros conciudadanos viven en la pobreza. Esta situación se debe en gran parte a las injusticias en materia de educación, sanidad y seguridad.

11. En el ámbito de la educación, muchos niños no tienen acceso a la escolarización. Algunos profesores no regresan a sus puestos. Desde la enseñanza básica hasta la superior, las condiciones de trabajo no siempre son decentes. Las huelgas paralizan nuestro sistema educativo año tras año. Como consecuencia, algunos niños se ven reducidos a ser pastores o sirvientes domésticos. Miles de jóvenes están expuestos al mercado de la trata de seres humanos o son presa de extremistas.

12. En el sector sanitario, se han creado algunos distritos sin una estructura adecuada ni personal cualificado. Como consecuencia, un gran número de pacientes huyen de los centros de salud y de los hospitales públicos por falta de atención adecuada y recurren a cuidados inadecuados.

13. En el ámbito de la seguridad, los agricultores de algunas zonas del país siguen siendo víctimas de secuestros para pedir rescate, robo de ganado, masacres e intimidaciones. Desgraciadamente, estas injusticias se cometen a veces con pleno conocimiento de los responsables de garantizar la seguridad de las personas y sus bienes.

En el ámbito económico

14. El sistema económico de nuestro país crea riqueza para una minoría y empobrece aún más a la mayoría. El precio de los alimentos básicos ha subido considerablemente. El precio del combustible ha subido y ni siquiera se puede encontrar en algunas estaciones. Muchos jóvenes no tienen acceso a un trabajo bien remunerado. Los recursos petroleros no tienen un impacto real en la vida de la gente. Los delitos económicos menores se castigan, mientras que los delitos mayores suelen quedar impunes. Deploramos la indiferencia, la impotencia y la falta de voluntad de algunas autoridades para encontrar soluciones.

En el ámbito medioambiental

15. Nuestra tierra clama por el daño que le estamos causando con el uso irresponsable y el abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido creyéndonos sus dueños y señores, con derecho a explotarla. La violencia del corazón humano, herido por el pecado, se manifiesta también en los síntomas de enfermedad que observamos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivos. Por eso nuestra tierra oprimida y devastada se encuentra entre las más abandonadas y maltratadas de los pobres” (Papa Francisco, Laudato si’, n. 2).

16. A partir de esta observación del Papa Francisco, comprendemos que existe una estrecha relación entre la injusticia social y la injusticia medioambiental. Lo que hacemos hoy es una grave injusticia para la creación y para las generaciones futuras. La deforestación, el acaparamiento de tierras, la contaminación y la sobreexplotación del suelo son las causas del cambio climático, que amenaza el medio ambiente. Sus consecuencias son inundaciones recurrentes, sequías, enfermedades epidémicas, vientos violentos, etc.

En el plano político y administrativo

17. En nuestro país, la oposición democrática lucha por existir. Algunos líderes políticos que se atreven a organizarse y expresarse de forma diferente sobre la situación política son amordazados, tratados como rebeldes, conducidos al exilio y amenazados de muerte. El derecho a manifestarse, garantizado por la Carta de la Transición, se niega a veces a ciertos grupos. Otros líderes políticos, por miedo a las represalias y por falta de medios para sobrevivir, se ven obligados a comprometerse.

18. La organización partidista de la administración excluye las competencias. ¿De qué sirve gastar miles de millones en formar gestores y técnicos si no se les valora? Los nombramientos para altos cargos de la administración, que deberían respetar los criterios de competencia e inclusividad, se están convirtiendo en una práctica de clientelismo y nepotismo. Como consecuencia de estas injusticias, la cuestión de la forma del Estado ha resurgido en las conclusiones del Diálogo Nacional Soberano Inclusivo (DNIS).

En el plano cultural y religioso

19. La diversidad cultural y religiosa, que debería ser fuente de riqueza, se manipula a veces para dividir, socavando así la unidad nacional. La exclusión ha frustrado y costado la vida a muchos conciudadanos. La práctica de la diya, impuesta a quienes no se identifican con ella, persiste en detrimento del respeto de la diversidad cultural y de las leyes nacionales.

En el ámbito judicial

20. En los tribunales, la gente odia a quien le recuerda la ley y aborrece a quien dice la verdad (Am 5,10). En Chad, las autoridades proclaman la justicia para todos y afirman que nadie está por encima de la ley; sin embargo, la realidad es bien distinta. La justicia se convierte a veces en una pesadilla, tanto para los justiciables como para el poder judicial. Además de esta disfunción, la huelga de magistrados paraliza el sistema judicial y penaliza a las personas cuyos casos están pendientes de evacuación.

III.LO QUE PROPONEMOS: “ATREVAMOS A PRACTICAR LA JUSTICIA

“Hombre, has sido hecho para saber lo que es bueno, lo que el Señor exige de ti: nada más que hacer lo que es justo, amar lo que es fiel y caminar con tu Dios (Mi 6,8)

21. La condición sine qua non para caminar juntos es la justicia. “No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia con iniquidad” (Papa Francisco, Discurso a los Jueces Panamericanos, § 5, 4 de junio de 2019). Fortalecidos por esta convicción, los obispos del Chad deseamos interpelar la conciencia de cada uno para crear nuevos comportamientos que nos ayuden a caminar juntos hacia una paz duradera.

A las Instituciones de la Transición

22. El objetivo de la Transición es restablecer el orden constitucional. Por ello, pedimos a los poderes públicos que trabajen para consolidar el Estado de Derecho y garantizar la justicia social. Es su responsabilidad promover un Estado democrático a través de elecciones creíbles, libres y transparentes.

23. Os invitamos a respetar la independencia de los Poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y sus respectivas competencias, para que las instituciones del Estado no sean sólo instrumentos para “evitar las malas prácticas, sino para fomentar las buenas prácticas, para estimular la creatividad que busca nuevos caminos y para facilitar las iniciativas personales y colectivas” (Laudato si’, n. 177).

A las autoridades judiciales

24. Una de las causas del mal funcionamiento del poder judicial es la injerencia del ejecutivo en las decisiones judiciales. Somos conscientes del peligro que se cierne sobre vosotros como garantes de la aplicación de las leyes y de los derechos y libertades de nuestros conciudadanos. “Vuestra misión, noble y seria, os exige consagraros al servicio de la justicia y del bien común, con la llamada constante a velar por el respeto y la garantía de los derechos de las personas, especialmente de las más vulnerables” (Papa Francisco, Discurso a los Jueces Panamericanos, § 1, 4 de junio de 2019). Nunca perdáis la honestidad ante presiones sociales y políticas como abusos de poder, intentos de corrupción, difamación… Sed siempre protagonistas en la transformación de un sistema judicial basado en el respeto a la dignidad humana.

A los actores políticos

25. Estáis en política para defender los intereses de los ciudadanos. Apelamos a vuestra conciencia para promover mejores condiciones de vida para la población. Os recordamos que en la carrera por el poder, el fin no siempre justifica los medios.

26. Mientras escribimos este mensaje, asistimos a una gran movilización para la votación del referéndum. En relación con los plazos electorales, expresamos nuestra preocupación por la ambigüedad creada en torno al órgano gestor de las consultas electorales, como es el caso del actual Referéndum. No podemos ser juez y parte. Que la tentación de tomar o conservar el poder no sea una excusa para continuar con ciertas prácticas del pasado (cf. Mensaje de Navidad 2022, nº 18). Pedimos también que la multiplicidad de partidos políticos no acentúe la división en el seno del pueblo, sino que anime a la convivencia mediante comportamientos justos y fraternos.

A las Fuerzas de Defensa y Seguridad

27. Saludamos vuestra vocación de defensa del país. Esto os compromete a permanecer al servicio de vuestros compatriotas. Con este fin se os forma y se os equipa con los medios del país. Os animamos a defender y respetar la vida de las personas y sus bienes (cf. Lc 3, 14).

A los actores de la sociedad civil

28. La sociedad civil, como los demás actores, no está exenta de prácticas injustas como la corrupción, la segregación, la exclusión, el favoritismo y el nepotismo. No olvidéis que vuestro papel es defender los derechos humanos y las libertades fundamentales, y promover la solidaridad entre los ciudadanos. Os pedimos que trabajéis por la sinergia de acción para crear cohesión social y luchar contra la injusticia.

A la comunidad internacional

29. En su misión de promover la solidaridad y la paz entre los pueblos, les pedimos que colaboren con el Chad en el desafío de la justicia. Esto significa escuchar la voz del pueblo y tener el valor de denunciar los abusos que sufre. La lucha contra el terrorismo y la inmigración no deben servir de excusa para ignorar el sufrimiento del pueblo chadiano. El respeto a la vida de las personas y la autonomía del pueblo son condiciones para el desarrollo de un Estado de derecho, capaz de participar en la construcción del mundo.

A los jóvenes

30. Queridos jóvenes, no podemos permanecer indiferentes ante las diversas formas de injusticia que sufrís. Os invitamos a perseverar en la promoción de la justicia para construir una nueva nación en la que sea bueno vivir. No os dejéis manipular, cultivad en vosotros el espíritu crítico. Sed lúcidos y responsables en vuestras decisiones, porque el presente y el futuro de este país os pertenecen.

A los líderes religiosos

31. Somos conscientes de nuestra responsabilidad de promover la justicia y la paz. En efecto, el Dios vivo en el que creemos es un Dios de justicia y de paz. Todos somos criaturas de Dios y creer en Él implica amar a los demás. Esto debe llevarnos a predicar el amor, la solidaridad y la fraternidad. Seamos testigos del Dios creador que cuida de todos los seres humanos.

A los fieles cristianos

32. Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo (Mt 5,13-14). Como cristianos, tenemos la grave responsabilidad de ser verdaderos artesanos de justicia y de paz, para que nuestra vida sea un ejemplo para nuestros conciudadanos.

¡Que la Virgen María, Reina de la Justicia, interceda por nuestro país, el Chad!

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2024!

Edmond DJITANGAR GOETBE, Arzobispo de N’Djamena, presidente de la CET
Miguel Ángel SEBASTIÁN, obispo de Sarh
Rosario Pio RAMOLO, obispo de Goré
Joachim KOURALEYO TAROUNGA, obispo de Moundou
Martin WAÏNGUE BANI, obispo de Doba
Nicolas NADJI BAB, obispo de Laï
Philippe ABBO CHEN, vicario apostólico de Mongo
Dominique TINOUDJI, obispo de Pala
Samuel MBAÏRABE TIBINGAR, obispo de Koumra

Es Epifanía

Texto y fotos: Hna. Cecilia Sierra, smc
Desde Belén de Judá

“..Vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”, habrán dicho los sabios de oriente a María y José al ver al bebé Jesus.

Ver, venir y adorar…tres verbos que denotan acción, que involucran y comprometen. La vieron surgir…. se pusieron en movimiento, adentrándose en lo desconocido, y se postraron en adoración.
Me llama la atención el verbo “adorar”. Significa entregarse con todo, alma vida y corazón. Significa también orar, elevar el alma a Dios, rendirse, abrirse a respirar por los labios el aliento divino… a eso venimos a Belén, en la fiesta de la Epifanía. “Que te adoren, Señor, todos los pueblos” cantamos en el salmo responsorial.

“Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron”, dice el evangelio. Yo también me incliné, conscientemente en ese lugar, en actitud de adoración. Sí. Sí. Alegres de corazón, llenas de esperanza venimos hacia Belén para ver a Jesús. Vengan, adoremos… que sepa el mundo entero que Dios llegó. El camino a Belén desde Jerusalén es largo, pasamos dos checkpoints, luego, subimos, luego bajamos, y subir otras montañas… Belén esta situada entre pequeñas colinas, con callecillas y callejones estrechos y retorcidos, subidas y bajadas. Siempre tomamos un camino diferente, pero llegamos siempre al Santuario de la Natividad, en el corazón de Belén. Belén, tierra de Judá… “de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Había mucha gente a la entrada de la pequeña gruta, sobretodo ortodoxos, es la víspera de la Navidad para ellos. Mientras esperábamos contemplamos la bella Iglesia, los iconos maravillosos con escenas de la natividad y la vida de Jesús colgados, llenando palmo a palmo las paredes. Antiguos y bellos, la belleza de María, su dulzura y ternura al contemplar a su hijo elevan alma y espíritu. Conecta con lo divino que la envuelve.

Un grupo de monjes y curas ortodoxos limpiaban el recinto, otros adornaban con iconos, lámparas, luces y tapetes. Una imagen del niño Jesús se encuentra en el lugar donde según la tradición lo pusieron envuelto en pañales. Aquí abrió sus ojos por primera vez, aquí los brazos de María lo arrullaron, aquí se escuchó el canto de paz de los ángeles. Sobre este lugar se posó la estrella.

Hoy hace 60 años Pablo VI visitó Belén. Primera vez que un papa vino a estas tierras, y suplicó por la paz. En la explanada, fuera, al final de la misa en un cartel enorme esta escrito, Palestina dio al mundo a Jesús, ahora el mundo dé a Palestina la paz. Y decimos, amén, para eso venimos, a adorarlo y como los sabios de oriente anunciarlo a las gentes. Es Epifanía.

Sínodo de la Sinodalidad: Una experiencia de vida y esperanza

–Presencia en el Sínodo de la Sinodalidad–
Quiero compartir la experiencia vivida desde el 30 de septiembre hasta el 29 de octubre de 2023, como delegada invitada al Sínodo de la Sinodalidad. Una experiencia que considero un tiempo de esperanza, de conversión. 

Por: Hna Dolores Palencia, hsj *
Fotos: Synod.va

1. La preparación: oración, aportes y búsqueda
El papa Francisco dijo al inicio de la preparación del Sínodo de la Sinodalidad y lo repitió varias veces: «Sin oración no habrá Sínodo» y esta convicción marcó el camino de construir sinodalidad, fraternidad, comunión, diálogo y escucha.

Todos fuimos convocados a orar por el Sínodo y a implicarnos en la preparación de los temas prioritarios para esta Asamblea, desde nuestra oración, reflexión y participación, en nuestros lugares, grupos, iglesias, desde nuestra vocación específica, y sobre todo desde nuestra conciencia de bautizados y bautizadas que nos hace responsables de participar en igualdad y activamente en el camino eclesial.

En los diversos continentes, en grupos locales, diocesanos, nacionales, se compartieron encuestas y se recogieron los frutos y la colaboración de todos los niveles; a través de las Conferencias Episcopales se redactaron las síntesis que se enviaron a los organismos eclesiales como el CELAM, y desde ahí, a la secretaría del Sínodo. La secretaría sintetizó estos primeros aportes y reenvió el documento de la etapa continental. Nuevamente se devolvió de diversas maneras al pueblo de Dios y en el caso de América Latina y El Caribe se hicieron cuatro asambleas regionales: CAMEX, CARIBE, BOLIVARIANOS Y CONO SUR, en las cuales, en grupos internacionales, con delegados enviados por cada país, siguiendo el método de la conversación espiritual, buscamos consensos y disensos de prioridades, puntos a profundizar y propuestas o intuiciones.

El CELAM recogió la síntesis del continente, junto con varios aportes de teólogos, pastoralistas y participantes, y se unió a las otras síntesis: África y Madagascar, Asia, Europa, América del Norte, Oceanía, Oriente Medio –Iglesias Orientales– y el aporte del Sínodo Digital. Toda esta consulta y participación dio origen al Documento de Trabajo (Instrumentum Laboris), que fue publicado en la página del Sínodo para que estuviera al alcance de toda persona. La sinodalidad, es decir, hacer juntos el camino, empezó desde la preparación, donde se invitó a la mayor participación posible del pueblo santo de Dios.

2. Preparación espiritual: oración ecuménica y retiro de tres días
Los participantes sentimos fuertemente el llamado a orar y la responsabilidad de poner nuestra vida, capacidades, límites y todo lo que vivimos cada día, ante Dios nuestro Padre-Madre, en seguimiento de Jesús y pidiendo la luz, la fortaleza y la guía de su Espíritu al servicio de su Reino como Iglesia.
La cita era el 30 de septiembre en la plaza de la basílica de San Pedro para una velada ecuménica, en la que participaron varios representantes de diferentes confesiones cristianas, de las Iglesias orientales, de otras religiones y el Papa. Asistieron también muchos peregrinos venidos a Roma para confirmar y acompañar con su oración esta Asamblea, que desde el principio fue vista por varias personas como un Kairos, un tiempo de gracia para todo el pueblo fiel a Dios.

Había en la plaza varios grupos de jóvenes con camisetas alusivas y con frases significativas: «una Iglesia de todos, todos, todos…». Un deseo profundo y una urgencia para que sea posible ese camino de un yo, a un tú, a un nosotros, ampliando el espacio de nuestra tienda, de nuestros corazones, sin prejuicios, con amor y reconciliación.

Esta vigilia orante fue el primer momento de encuentro con los diferentes participantes: cardenales, obispos, miembros de dicasterios o de comisiones, delegados elegidos, invitados, delegados fraternos (re-presentantes de otras confesiones cristianas); oramos juntos por el Sínodo y también por la paz y por la unidad de los cristianos. Pedimos para todos la presencia y la guía del Espíritu y la apertura y disponibilidad de cada uno de los participantes para dejarnos llevar y salir de nuestro confort e ir al encuentro del otro y en especial de quienes están en las periferias existenciales.

Terminada la vigilia, esa misma noche fuimos a las afueras de Roma para comenzar el retiro espiritual de tres días. Los responsables de animar este retiro y de acompañar espiritualmente durante todo el mes a la asamblea, fueron el padre Timothy Radcliffe, op, y la hermana María Ignacia G. Angelini, osb. Cada mañana, sus aportes nos orientaban para la oración personal y para entrar en las temáticas propias que el documento de trabajo del Sínodo nos había presentado. Las comidas nos permitían socializar, conocernos, acercarnos unos a otros, esforzándonos con los idiomas para darnos a entender, para hacer sentir a los demás nuestro deseo de comprensión y escucha.

Durante las tardes empezamos con ayuda de las y los facilitadores a practicar el método de la «conversación espiritual» en grupos pequeños. Un primer momento para conocernos, saber nuestros orígenes, de dónde veníamos, nuestra vocación y ministerio, cómo deseamos que nos nombraran. Situar a cada persona y nombrarla con respeto y cercanía, fue un primer paso fundamental, un camino sencillo de empatía, para romper el hielo y acercarnos.

En pequeños grupos compartíamos lo central de nuestra oración a partir de una pregunta sencilla; no era importante dar ideas, teorías ni clases, sino compartir el paso de Dios que reconocíamos en los sentimientos, movimientos, intuiciones e inquietudes que nos habitaban… Se fue dando la escucha atenta y respetuosa, con cierto límite de tiempo para permitir que todos se expresaran y un tiempo de silencio al terminar de escuchar, para acoger y sentir, cómo Dios, desde la palabra de los otros, toca nuestra vida, nuestros puntos de vista y suscita preguntas.
En un segundo momento –no en debate para convencer a otros– compartimos aquello que aparece como nuevo, lo que nos transforma, nos confirma y nos enriquece; lo que nos inquieta o es difícil comprender o aceptar. Al terminar esta ronda, nuevamente hicimos silencio para recoger lo que el Espíritu nos dice. Finalmente, tratamos de hacer entre todos, con la ayuda de un secretario y del facilitador, una pequeña síntesis de los consensos, los puntos divergentes o las diferencias, así como las inquietudes.

Cerramos cada día con la eucaristía. Tuvimos también la oportunidad de vivir, si lo deseábamos, el sacramento de la reconciliación. Deseábamos ser vasijas nuevas, para vino nuevo.

Esta metodología de la «conversación espiritual», que estuvo presente desde las asambleas regionales en América Latina y El Caribe, fue la manera de trabajar los temas del Sínodo; fue un camino de discernimiento, de conversión que implica salir de uno mismo, de libertad interior, de pasar del «yo» de mis posiciones y puntos de vista, para encontrarme con un «tú», con el pensamiento y la visión del otro con su experiencia de Dios, para caminar juntos y guiados por el Espíritu hacia un «nosotros».

3. Primera etapa: comunión, participación y misión
El 3 de octubre por la noche regresamos a Roma y nos prepa-ramos para vivir al día siguiente la eucaristía inaugural del Sínodo en la Plaza de San Pedro, presidi-da por el papa Francisco. Una experiencia marcada por la celebración de san Francisco de Asís. La plaza estaba adornada con flores y plantas, recordando nuestra responsabilidad y convivencia en la Casa Común con toda la creación, la urgencia de defenderla y cuidarla. Presenciamos el anuncio de la Laudate Deum, la continuidad de la Laudato si´. Fue un hermoso día para poner en manos de Dios nuestro camino eclesial. El Sínodo de la Sinodalidad, tiene tres temas importantes: comunión, participación y misión.

La experiencia diaria de la Asamblea estuvo marcada por la oración. Al inicio del día, algunos Salmos del Oficio, acompañados por tres hermanos de Taizé que habían hecho la propuesta; al término de la mañana casi siempre el Ángelus a María. En ocasiones, al iniciar la tarde, realizábamos la oración compuesta especialmente para el Sínodo, Adsumus Sancte Spiritus, o alguna otra, dependiendo del ritmo de trabajo. Algunos días, nos desplazamos juntos para participar en el rezo del rosario por la paz, o para la oración por los migrantes ante el monumento que los hace presentes, o para acompañar a los peregrinos de la plaza. El Papa también nos invitó en dos ocasiones a vivir, junto con todos los cristianos, el ayuno por la paz.

Desde el 4 octubre, con la presencia del Papa en el Aula Paulo VI, comenzamos a trabajar en grupos, los temas recogidos a través de las síntesis de las Asambleas continentales en el Instrumentum Laboris o Documento de trabajo. Se realizaron 35 mesas redondas con 12 personas cada una. En cada mesa había una persona que era facilitadora, así que el resto éramos delegados con voz y voto. Estos grupos cambiaban cada vez que empezaba un nuevo tema, así participamos en cuatro mesas diferentes.

El arreglo de esta aula, conocida por muchos obispos y cardenales, fue la primera sorpresa y un símbolo de un cambio importante. No había lugares de jerarquía, todos nos sentamos alrededor de la mesa, con los mismos materiales: tableta electrónica, micrófono, audífonos de traducción, libro para las oraciones, cuatro pantallas centrales para seguir de cerca a las personas que tomaban la palabra y una gran pantalla al fondo en la que podía verse todo lo que sucedía. Alrededor de las mesas estaban los expertos, teólogos o canonistas, los ayudantes de secretaría, los tecnólogos y los aparatos de traducción.

Las mesas tenían número y había mesas de italiano, inglés, español, francés y portugués. Las personas que necesitaban traducción al alemán podían recibirlo, aunque estuvieran en otro grupo de idioma. El cardenal Czerny diría al final del Sínodo, en una entrevista, que las mesas redondas eran el ícono del Sínodo de la fraternidad.

Todo estaba preparado de la mejor manera para dialogar, para escucharnos, para facilitar una comunicación profunda y verdadera; escuchar juntos lo que el Espíritu quería decir al pueblo fiel de Dios, a su Iglesia.

Al iniciar cada tema, recibíamos una orientación espiritual muy valiosa por parte del padre Timothy Radcliffe, y de la hermana María Ignacia G. Angelini, así como los aportes de algún experto o experta en teología o en otro campo y los testimonios de personas que, por su compromiso y claridad, iluminaron nuestra reflexión desde su experiencia.

Cada tema se trabajó en los círculos menores (los grupos de cada mesa). Al terminar los tres momentos de la conversación espiritual, se entregaba a la secretaría general el aporte votado por el grupo, con los consensos o no consensos y las propuestas. Cada persona quedaba en libertad de presentar su propio aporte y entregarlo firmado. Los aportes de los círculos se leían en lo que llamábamos «congregación general», de manera que, con la traducción simultánea, todos los participantes pudimos seguir el aporte de todas las mesas.

Al término de esta relatoría, se abría un espacio para compartir con libertad un aporte individual a toda la asamblea, inscribiéndonos para pedir la palabra, que se iba dando por turno, de preferencia a las personas que no habían hablado antes. Todo esto se pudo organizar gracias a una tecnología muy avanzada.

El Papa no estaba todos los días presente, tenía otros asuntos y encuentros, pero casi siempre estaba al inicio del tema y al final cuando se presentaban en la Congregación General todos los aportes. Llegaba temprano para saludar, permanecía como todos en una mesa redonda, junto a quienes conducían la asamblea. Alguna vez hizo una aportación que de acuerdo al tema le pareció pertinente.

Finalmente, se llevó todo a la comisión de redacción, cuyos miembros fueron propuestos previamente por cada asamblea continental y a la que el papa Francisco añadió tres personas más, entre ellos, a una mujer.

Se presentó a la asamblea sinodal el texto de la Carta al Pueblo de Dios y se recibieron todas las propuestas de correcciones y modificaciones, que produjeron un nuevo y hermoso documento, que podemos orar y reflexionar como un envío (el texto está a disposición en el sitio del sínodo: www.synod.va).

La redacción de la síntesis de todos los temas y propuestas que surgieron requirió mucho más trabajo y tiempo. Pero el 28 de octubre se pudo votar párrafo por párrafo, de manera individual y secreta, la síntesis del trabajo de esta asamblea. Consta de una introducción y tres partes; en total 20 números, y en todos ellos el mismo formato: «convergencias», «cuestiones que afrontar» y «propuestas» (el texto se encuentra en varios idiomas en el sitio del Sínodo).

4. El camino para todos los bautizados y bautizadas
Tenemos que leer, profundizar y dialogar sobre estos temas de la Síntesis; toca varios temas importantes: el rostro sinodal de la Iglesia, hacia una Iglesia que escucha y acompaña, la Iglesia es misión; ser discípulos misioneros, la centralidad de los pobres, las Iglesias orientales y latinas, el rol de la mujer en la Iglesia, la vida consagrada y los movimientos laicales; el rol del obispo y del Obispo de Roma, la misión digital, el clericalismo, la renovación en la formación en seminarios y las primeras etapas de vida consagrada, las estructuras de participación y varios temas más.

Ahora corresponde compartir ampliamente estos textos al pueblo de Dios, vivir en salida y al encuentro. Acercar la experiencia sinodal a las periferias para que su voz se escuche directamente, a quienes se han alejado de la Iglesia y a los jóvenes; favorecer que las voces no escuchadas y sus grandes cuestionamientos lleguen a la segunda etapa del Sínodo y, nuevamente, aportar desde la oración, desde la conversión personal, pastoral, ecológica, y desde el discernimiento.

Toca también practicar la conversación espiritual, como un medio para profundizar los temas, para dialogar las diferencias y diversidades, para la toma de decisiones; debemos ampliar el espacio de nuestras tiendas, desde la escucha y el acompañamiento mutuo, y dar nuestros aportes y reflexiones; en las «propuestas», ver si algo puede intentarse o empezarse a vivir. No importa que nos equivoquemos o nos ensuciemos, dice el Papa, hay que intentarlo con audacia y discernimiento, con compromiso y pasión por el Reino.

Durante toda esta etapa del Sínodo, el Concilio Vaticano II fue muy recordado y citado, se volvió a sus textos, a su manantial, como un llamado todavía vigente en muchos aspectos; pero no para hacer una memoria del pasado, sino para iluminar el presente, que nos impulse a vivir el futuro con confianza en el amor (texto del Papa sobre santa Teresa del Niño Jesús: «C’est la Confiance», Es la Confianza, su camino espiritual). Jesús nos acompaña siempre, sea en el camino de la oscuridad y confusión como a los discípulos de Emaús, y sea como a las mujeres del alba en la resurrección.

A todos nos corresponde escudriñar la aurora y, con pasión y valentía, salir al encuentro, anunciar la esperanza y participar activamente en el camino sinodal de la Iglesia, para que el Reino de Dios, la vida en abundancia, vaya siendo una realidad para toda la humanidad y la Casa Común.

Esquila Misional, enero 2024, pp. 21-28

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* La hermana María de los Dolores Palencia es religiosa mexicana de la congregación de las Hermanas de San José de Lyon. Es la responsable del Albergue Decanal Guadalupano, para migrantes en paso, ubicado en Tierra Blanca, Veracruz. Fue una de las presidentas delegadas del Sínodo de la Sinodalidad que tuvo lugar en Roma en octubre pasado. 

Oración del Papa a María en la Jornada Mundial de la Paz

En un video el papa Francisco expresa el deseo para el nuevo año dirigido a la Reina de la Paz: cesar la guerra “viaje sin rumbo” que destruye todo, que cancela el futuro, la dignidad, la belleza, la fraternidad. En este día, solemnidad de María Madre de Dios, la oración del Papa se eleva a Ella: abre destellos de luz en la noche de los conflictos.

María, Reina de la Paz
sufre con nosotros y por nosotros
viendo a tantos de sus hijos desgarrados por los conflictos,
angustiados por las guerras que desgarran el mundo.
Esta es una hora oscura. Esta es una hora oscura, Madre.
Pero, Madre, fuiste valiente en tus pruebas,
confiaste en Dios.
Vuelve tu mirada de misericordia sobre la familia humana,
que ha preferido a Caín antes que a Abel.
Intercede por nuestro mundo en peligro y confusión.
Enséñanos a acoger y a cuidar la vida, ¡cada vida humana!
y a repudiar la locura de la guerra,
que siembra muerte y borra el futuro.
Madre, solos no podemos hacerlo.
Madre, abre destellos de luz en la noche de los conflictos.
Madre, Tú, Reina de la Paz,
vierte en los corazones la armonía de Dios.

Vatican News

El grito del pueblo haitiano

Por: Isabelle Mamadou (MND)
Fotografía: Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Puerto Príncipe, abril 2009.

En 1804, una revuelta antiesclavista liderada por el general Toussaint Louverture convirtió a la colonia francesa de Santo Domingo –hoy Haití– en la primera nación independiente de ­América Latina y el Caribe. Con la independencia, Haití contrajo una deuda con bancos franceses para indemnizar a los colonos por la pérdida de mano de obra esclavizada. A cambio, Francia reconocía su existencia como nación independiente. Por esta razón y durante más de 100 años, el país no pudo invertir en su desarrollo económico, sino que destinó la mayor parte del gasto público al abono de la deuda.

Además de verse obligada a pagar por su libertad, Haití se ha visto afectada por otros sucesos que han contribuido a su empobrecimiento. En 2010, por ejemplo, sufrió un devastador terremoto en el que murieron más de 250.000 personas, alrededor de 350.000 resultaron heridas y casi 1,5 millones se quedaron sin hogar. 13 años después, el país todavía lucha por recuperarse de aquella tragedia, pero también de otras que le siguieron como los brotes de cólera, los altos niveles de inseguridad alimentaria y el asesinato del presidente Jovenel Moïse.

Con la muerte de Moïse, tiroteado en su residencia en 2021, la crisis política, económica y social que vive Haití se ha agudizado y la violencia ejercida por las bandas armadas ha derivado en miles de homicidios y secuestros. Asimismo, cerca de 200.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, según datos de la agencia de Naciones Unidas para las migraciones.

En este contexto de crisis, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el despliegue de una misión internacional liderada por Kenia, que enviará próximamente a 1.000 agentes de policía al país para derrotar a las pandillas. Sin embargo, los graves problemas que las intervenciones militares causaron en el pasado han minado la credibilidad de las tropas de la ONU entre el pueblo haitiano.

Según Philip Alston, antiguo Relator Especial de Naciones Unidas, los cascos azules fueron acusados de cometer agresiones sexuales y provocaron, después del terremoto de 2010, un brote de cólera que mató a más de 9.000 haitianos. Por otra parte, los agentes de policía de Kenia también han sido criticados por perpetrar numerosos abusos en el ejercicio de sus funciones. De hecho, Amnistía Internacional ha documentado la muerte de 30 personas a manos de la Policía keniana en 2023.

Por ello, y con el fin de realizar consultas sobre las posibles soluciones a los problemas estructurales del país, la Fundación Frantz ­Fanon y la Coalición Internacional de Personas Afrodescendientes, una red compuesta por activistas de varios continentes, viajaron recientemente a Haití. Tras reunirse con decenas de organizaciones de derechos humanos, compartieron un manifiesto en el que más de 100 asociaciones haitianas mostraban su rechazo a la intervención extranjera.

Con este manifiesto queda claro que el pueblo haitiano quiere redefinir su futuro sin la injerencia de la comunidad internacional. No podemos olvidar que la situación de Haití es el resultado de siglos de violento colonialismo, una deuda externa ilegítima, décadas de intervenciones extranjeras fallidas y episodios continuos de corrupción política. Aun así, el país tiene los recursos para ser autosuficiente y la ciudadanía está dispuesta a liderar el cambio.

Si queremos avanzar hacia sociedades decoloniales, la solución a la crisis haitiana debe ser implementada por sus propios ciudadanos. De lo contrario, su soberanía seguirá siendo controlada por las mismas potencias externas que la despojaron económicamente y la situaron entre los países más pobres del mundo.