Fallece el Cardenal Miguel Ángel Ayuso

El cardenal Miguel Ángel Ayuso, prefecto del Dicasterio para el Diálogo interreligioso, falleció en la mañana de hoy, 25 de noviembre, a consecuencia de una insuficiencia cardiorrespiratoria grave. El Cardenal Ayuso había sido ingresado en la clínica Gemelli de Roma a causa de una insuficiencia respiratoria y de problemas cardíacos. Fue el primero -y hasta ahora único- miembro del instituto comboniano nombrado cardenal. Tenía 72 años.

Miguel Ángel Ayuso Guixot nació en Sevilla (España) el 17 de junio de 1952. Hizo sus primeros votos el 15 de agosto de 1975 en Moncada (Valencia) y fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1980, tras haber estudiado la Teología en Roma, donde se licenció en Árabe y Estudios islámicos por el Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos de Roma (PISAI). En 1982 fue destinado a Egipto y en 1986 a Sudán, donde permaneció hasta 1994. En el 2000, obtuvo también un Doctorado en Teología sistemática y Dogmática por la Universidad de Granada (España). Buena parte de su vida misionera la pasó como profesor de Islamología, tanto en Jartum (Sudán) como en El Cairo (Egipto), hasta que fue nombrado director del PISAI en 2003.

El 30 de junio de 2012 fue designado por el papa Benedicto XVI como nuevo secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso,​ que era presidido por el cardenal Jean-Louis Tauran, y vice-prefecto de la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Musulmanes, presidida por el cardenal Francis Arinze.

El 29 de enero de 2016, el papa Francisco le otorgó el título honorífico de obispo titular de la diócesis de Luperciana​ (situada en la Sede titular Cartaginense de Túnez).​ Recibió la consagración episcopal​ el 19 de marzo del mismo año, en la Basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, de manos del propio papa Francisco.

El 26 de septiembre de 2017 fue confirmado como secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso in aliud quinquennium. El 15 de mayo de 2019 fue nombrado presidente del mismo Pontificio Consejo y miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales.

El 1 de septiembre de 2019, el papa Francisco anunció, en el tradicional rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, la creación de trece nuevos cardenales, entre los que se encontraba Mons. Ayuso. El Consistorio en el que fueron creados miembros del colegio cardenalicio se celebró el 5 de octubre de ese año.

El 13 de octubre de 2020 fue nombrado miembro de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Tras la entrada en vigor de la constitución apostólica Praedicate evangelium el 5 de junio de 2022, pasó a ser prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso. El 17 de febrero de este año fue nombrado miembro del Dicasterio de las Causas de los Santos.

Trabajó como principal representante del Vaticano en el restablecimiento del diálogo con el gran imán Ahmed el-Tayeb de la mezquita Al-Azhar de El Cairo. Fue también uno de los artífices de la declaración conjunta sobre la Fraternidad Humana, emitida por el Gran Imán y el Papa Francisco en febrero de 2019 en Abu Dhabi.

Con su muerte se pierde un gran defensor del diálogo interreligioso. Hablaba numerosas lenguas, entre ellas el árabe, el italiano, el inglés y el francés. Dio numerosas conferencias y escribió numerosos artículos sobre el islam y el diálogo entre las religiones.

Más información en Vatican News

Carta del P. Elio Sassella contando el viaje de los primeros Combonianos que llegaron a México

El 25 de noviembre es el aniversario de la muerte del P. Elio Sassella, superior del primer grupo de Combonianos que llegaron a México. En el Bolletino della Congregazione dei Figli del S. Cuore, nº 26, hay tres páginas sueltas en las que se reproduce la primera carta que escribió narrando el viaje desde la salida de Nápoles hasta la llegada a Tijuana y sus impresiones de los primeros días en México. En memoria de este gran misionero y de aquel primer grupo, reproducimos aquí la carta completa. (En la foto, es el segundo por la derecha, con sombrero y abrigo negro).

«Les escribo desde Tijuana, nuestro destino temporal, para darles un pequeño informe de nuestro viaje y nuestras primeras impresiones de México, país que ya conocemos personalmente.

El viaje, como ya escribí, fue bastante incómodo. Llegamos a Nueva York el 1 de enero (1948), después de trece días de viaje con escalas de unas horas en Palermo y las Azores para desembarcar y embarcar pasajeros. Viajaban con nosotros cinco Padres Menores de varias provincias que iban a China, vía San Francisco-Pacífico, y dos sacerdotes del sur. Era posible celebrar la misa en una sala completamente libre, y los días de fiesta teníamos una gran afluencia de público. El P. Ziller estaba muy perturbado y, un poco menos, el Hno. Garzotti. El penúltimo día fue tormentoso; varios barcos vinieron en nuestra ayuda y uno pequeño se hundió, mientras que uno que transportaba cuerpos de africanos caídos de Europa tuvo un incendio a bordo. Nos alegramos cuando pudimos poner los pies en tierra firme.

En Nueva York encontramos al P. Barbisotti, quien nos ayudó a desembarcar y con él fuimos en coche cama a Cincinnati, donde conocimos a los hermanos, que acogieron con entusiasmo a los “californianos” y nos trataron con exquisita amabilidad durante tres días, en los que descansamos y tuvimos ocasión de visitar las dos parroquias y ver con alegría el Sacred Heart Seminary, al que deseamos grandes éxitos y al que consideramos como nuestra próxima base.

El 20 de enero, a primera hora de la mañana, partimos hacia Los Ángeles; el P. Accorsi vino con nosotros y aprovechó para hacer algunos contactos en el Oeste. Llegamos el 22 por la tarde. Monseñor Torres y Hurtado, que había sido avisado por telegrama desde Cincinnali y que nos dio una conformación, nos esperaba en la estación con dos autos y un coche grande; estaban con él el rector del seminario, un joven sacerdote que estuvo en Roma y que habla muy bien italiano, y un par de teólogos que nos hacen de chófer cuando es necesario.

La acogida fue muy cortés, llena de sincera caridad y atención por parte de todos. Monseñor habla muy bien italiano, le gusta mucho Italia: nada más llegar nos llevó a comer algo en un restaurante italiano y, para la cena en el seminario había dispuesto que  dos cocineros de Vicenza la preparasen a la italiana. Allí estaban los seminaristas alineados para darnos la bienvenida con palmas y cantos mexicanos. Monseñor nos acompañó a la iglesia para dar gracias al Señor y a la Virgen por nuestra llegada. Es un hombre de gran fe, muy devoto de la Virgen, a quien ha confiado todo el Vicariato; un gran trabajador, muy paternal, yo diría fraternal con nosotros, firme frente al poder civil, que a estas alturas ya no lo acosa porque conoce su franqueza y sabe que cuenta con el apoyo del Presidente.

En estos primeros días tuvimos la oportunisdad de ver cuánto se ha hecho en ocho años. Antes en toda la región había ¡sólo 2 sacerdotes! Ahora ha conseguido tener 32 (con nosotros); abrió varias escuelas, algunas incluso numerosas, dirigidas por Hermanas, que antes ni siquiera se conocían; las escuelas son de niñas con niñas de las primeras clases, que son in spe también colegios para chicos.

En el norte nos encontramos en un ambiente que tiene mucho de “americano”, sobre todo para el turismo: americanos que vienen a divertirse aquí. Hay cuatro o cinco ciudades que se han desarrollado en los últimos tiempos: Mexicali, con 100.000 habitantes o más y un solo sacerdote; Tijuana, con 60.000, está un poco mejor atendida; en ella está Monseñor, el seminario, dos parroquias y cuatro conventos con monjas con colegios; Ensenada con 20.000 habitantes, cuenta desde hace un mes con Hermanos Franciscanos de la Provincia de Guadalajara (tres padres y tres hermanos) que han sustituido al único sacerdote que había al principio; hay pueblos de mil, dos mil y más habitantes sin ningún cura.

En el sur es parecido, con el añadido de que faltan los hermosos caminos que hay aquí; hay que establecerse en los tres centros indicados: La Paz (8.000 habitantes en el centro, y unos 20.000 en el territorio), San José del Cabo, Santa Rosalía (no Loreto, como se había entendido erroneamente primero). En San José no hay sacerdote, y allí las Hermanas tienen que hacer un poco de todo: el cura sólo viene a La Paz (6 horas en diligencia) alguna veces al mes; en Santa Rosalía hay un puerto de cierta importancia, porque una empresa francesa explota minas de cobre y tungsteno. Me reservo dar más adelante datos mucho más detallados y precisos.

La entrada en México fue como dar un paseo. Monseñor Torres invitó también al P. Accorsi, que permaneció con nosotros hasta la mañana del día 27 y pudo hacerse una idea del ambiente y quedó bien impresionado por la acogida y el trabajo que nos corresponderá realizar.

El P. Ziller y el P. Piacentini están en Mexicali, donde ayudan al párroco, muy necesitado de ayuda, y practican su español. Tal vez otros dos padres vayan también un tiempo a Ensenada con los Padres Franciscanos, que los acogen de corazón. Los demás (es decir, por ahora cuatro padres y los tres hermanos) están aquí como huéspedes en el seminario, que todavía no está terminado; hay unos cincuenta seminaristas (otros están en los otros seminarios) en todas las clases; Monseñor nos lo ha pedido y no hemos podido rechazar.  Mientras que estamos aquí, yo enseño un poco de dogmática y el P. Ruggera moral (matrimonial) a los nueve teólogos.

El P. Vignato estuvo muy bien durante el viaje; cuando llegó a Cincinnati sufrió una furunculosis en el cuello que le produjo fiebre. Lo visitó un médico de la ciudad y tras tres inyecciones de penicilina, todo pasó, incluso en estas circunstancias nos encontramos con los máximos cuidados y todas las atenciones ya sea por parte de los superiores del seminario como por parte de los médicos, que no quisieron ser recompensados.

En cuanto a la lengua, tenemos máxima facilidad para hablar, porque estamos en medio de seminaristas y con los superiores, todos hablan mucho y de muy buena gana. El primer domingo de febrero comenzaremos a confesar e intentaremos una pequeña prédica: los hermanos se están cansando un poco con los estudios, se está intentando buscar algo que pueda servir para ellos más adelante, algo en lo que se puedan ocupar, pero ellos también están aprendiendo bien.

En lo que respecta al momento de alcanzar el territorio del Sur,  Monseñor pretende que sea en febrero, cuando él y yo vayamos a La Paz. Allí oiremos lo que piensa el Gobernador y, tras el resultado de esta primera reunión, nos ocuparemos de que vengan los demás, con especial urgencia los de San José, ya que allí no hay nadie. Si surgiese alguna dificultad antes de que vengan los padres (si no, más tarde) se hará un viaje a la Ciudad de México para obtener el permiso escrito (hasta ahora sólo tenemos la confirmación oral del Gobernador) y comenzar al pie de la Virgen de Guadalupe el nuevo trabajo. Espera obtener también abundante ayuda material y quiere que yo lo acompañe para conocer a los dirigentes de un comité misionero que trabaja para Baja California, el cual dará seguro su ayuda al territorio Sur.

Este es el plan; si todo va bien este mes o la primera mitad de marzo deberíamos estar en nuestro puesto. Sin embargo, debemos rogar mucho para que podemos obtener fácilmente el permiso de residencia, pero el permiso para ejercer el ministerio no se nos puede conceder, estrictamente hablando, porque va contra la Constitución que los extranjeros lo ejerzan; nadie dirá nada, lo mismo que con tantas otras leyes; el peligro es que algunos masones (y en México la masonería está muy extendida y es muy fuerte, incluso aquí en Tijuana está la logia con edificio propio y emblemas expuestos en público…) plantea quejas por la violación de la Constitución. Sin embargo, no se prevén peligros y dificultades graves; por el contrario, Monseñor Torres nos leyó una carta del subdelegado de Mulegé (en el municipio de S. Rosalia) que dice que el municipio está privado de toda asistencia religiosa; desde su nombramiento, se ha formado una comisión, de la que forma parte el Gobernador de La Paz; se ha restaurado la antesala jesuítica del siglo XVIII, la iglesia está lista. Él mismo vino a bendecirla y a inaugurarla para el culto, disponiendo que a partir de entonces se celebraran oficios religiosos al menos una vez cada 15 días; esto da una idea de la situación religiosa de la región, y también de la actitud de las autoridades a pesar de las leyes anticlericales.

La población es muy religiosa; es fácil ver, como en Sicilia y en nuestro Mezzogiorno, a personas, incluso hombres, rezando en público con los brazos en cruz, arrastrándose de rodillas desde la puerta de la iglesia hasta el altar; comulgan con grandes escapularios de las distintas cofradías; son muy deferentes con el sacerdote, no dejan de besarle las manos… Naturalmente, falta la asistencia y la instrucción religiosa… Ahora, con Mons. Torres, se ha iniciado un hermoso movimiento con los pocos sacerdotes y la ayuda de las Hermanas (todas sin hábito), que hacen una labor verdaderamente misionera: aquí en Tijuana, tienen sus pequeños colegas en los diferentes barrios con capilla, donde el sacerdote viene cuando puede, para celebrar misa; reúnen a la gente los domingos; tienen 32 puestos de catecismo; van casa por casa interesándose por los niños; investigando y analizando las situaciones difíciles, etc.; conducen el automóvil; ahora que hemos llegado nosotros, nos recogen con el auto para llevarnos a celebrar la misa.

Como última curiosidad, el vicerrector del seminario está organizando una corrida de toros en el centro de la ciudad con los toreros más famosos y la presencia de renombrados artistas de Hollywood a beneficio del seminario, y está planeando una hermosa ayuda para continuar con la obra.

Es cierto que cada ambiente tiene su propia fisonomía; es necesario conocer el alma mexicana para entrar en contacto y hacer el bien.

Monseñor nos advierte del peligro que podemos correr los italianos, habituados a costumbres más severas; existe el peligro de irnos al extremo opuesto, como le sucedió al que nos precedió y que formó una triste tradición, especialmente a San José. La Virgen, sin embargo, también ha concedido gracia a este respecto: Monseñor, que falleció hace apenas un mes, la puso en marcha con el permiso de la Santa Sede.

En cuanto a la situación civil y geográfica, la dificultad, como estamos viendo, estará en la comunicación con los pueblos y rancherías dispersas; hay vida civil en los centros, y se puede encontrar un poco de todo; hay luz eléctrica en todos los pueblos, así como comunicación por avión dos veces por semana entre Tijuana, Santa Rosalía y La Paz, y entre La Paz y el continente está la famosa carretera (transitable) por la que se puede hacer el tramo La Paz – S. José en seis horas de diligencia.

He tratado de transmitir la información que pudimos obtener en este primer encuentro con México y se la hago llegar a ustedes. Espero que los hermanos oren por la nueva misión para que sea bendecida por Dios desde el principio, y que cuando estemos asentados vengan otras expediciones a ayudar a las ovejas perdidas que esperan un pastor. Aquí hay tanto por hacer. Hay gente que necesita pastores, hay poblaciones necesitadas de atención pastoral y se realiza una labor verdaderamente misionera por estos sacerdotes y religiosos que no tienen en mente otra cosa que el triunfo de la bondad y de Nuestro Señor. Como decía Mons. Torres, existe también la satisfacción de trabajar y luchar contra las fuerzas del mal que son oficialmente dueñas del campo, pero debemos ser testigos de una manifestación de fe simpre renaciente, a pesar de cien años de constitución anliclerical.

Es fácil encontrarse con verdaderos maestros de la fe, que cuentan la alegría del tiempo en que fueron encarcelados por Nuestro Señor; el propio Monseñor fue juzgado y condenado a muerte, pero luego el juez le mostró en la clandestinidad a dónde tenía que huir. “si no -decía-, mi mujer y mi hija me matan…”.

Nuestra tarea es que este soplo de lo sobrenatural, que se eleva del México mártir, llegue también a las almas abandonadas de la Baja California del Sur.

Concluyo deseándoles lo mejor en todas las obras que nuestros hermanos realizan en todas partes y asegurándoles que estamos, incluso desde este remoto rincón del mundo, íntimamente unidos a todos ellos en la caridad del Sagrado Corazón de Jesús y de María.

Elio M. Sassella F. S. C. J.

P.S. – Si escriben, usan el correo aereo. Si no, tarda meses»

Mons. Gobezayehu Getachew Yilma es el nuevo obispo de Hawassa, en Etiopía

El Vicariato Apostólico de Hawassa, en el sur de Etiopía, ya tiene nuevo obispo: Mons. Gobezayehu Getachew Yilma. La noticia fue publicada el 15 de noviembre en el Boletín de la Oficina de Prensa del Vaticano. El Vicariato había sido administrado, durante estos últimos años, por el P. Juan Antonio González Núñez, misionero comboniano español, que cumplió 80 años el pasado 13 de octubre

El pasado 15 de noviembre de 2024, el Papa nombró Vicario Apostólico de Awasa (Etiopía) a Mons. Gobezayehu Getachew Yilma, hasta ahora Vicario Delegado del Vicariato Apostólico de Meki y Director Ejecutivo de Cáritas Diocesana. Mons. Gobezayehu sucede al P. Juan Antonio González Núñez, que ha asegurado la continuidad en este ministerio como Administrador Apostólico desde 2020, a la espera del nombramiento de un nuevo obispo.

Estamos muy agradecidos al P. Juan Núñez y también al P. Nicolás de Ioril (misionero comboniano fallecido el 6 de octubre de 2024 en Addis Abeba/Etiopía), que le ayudaron en su servicio en una iglesia particular muy vinculada a nuestra historia comboniana en Etiopía, por la tarea emprendida por ambos con celo y sacrificio. Recemos por Mons. Gobezayahu para que el Señor le conceda abundantes gracias para su ministerio.

El Rev. Dr. Gobezayehu Getachew Yilma nació el 4 de diciembre de 1978 en Dodola, Zona Bale, Región de Oromia, Etiopía. Estudió Agricultura en la Universidad de Agricultura de Jima antes de unirse al Instituto Franciscano Capuchino en Addis Abeba, donde estudió filosofía y teología. Es Diplomado en Filosofía con distinción máxima y Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia Urbaniana de Roma con Summa Cum Laude.

Fue ordenado sacerdote el 16 de enero de 2005 por Su Excelencia Monseñor Abraham Desta. Trabajó como Secretario del Obispo de Meki y Coordinador de Jóvenes del Vicariato de 2004 a 2005. Fue designado para trabajar como Secretario General Adjunto y posteriormente como Secretario General del Secretariado Católico Meki del año 2006 al 2009. Como Secretario General, fue responsable de coordinar las actividades, proyectos y programas sociales y de desarrollo de todo el Vicariato.

En el año 2009 viajó a Irlanda para continuar sus estudios. Allí realizó un Máster en Estudios de Desarrollo en el Kimmage Development Studies Institute, en Dublín, y una Licenciatura en Teología, con especialización en Enseñanza Social Católica, en la Pontificia Universidad de Maynooth, Irlanda.

Posteriormente realizó su doctorado en la misma Universidad con una disertación centrada en una evaluación ética del paradigma del Estado desarrollista basada en la antropología cristiana de Juan Pablo II en su enseñanza social y el enfoque de capacidades de Amartya Sen (premio Nobel de economía y profesor de la cátedra universitaria Thomas W. Lamont, profesor de economía en la Universidad de Harvard). Su examinador externo fue el Rev. Dr. Daniel Groody, CSC, Profesor Asociado de Teología y Asuntos Globales en la Universidad de Notre Dame, EE.UU.

El Rev. Dr. Gobezayehu regresó a Etiopía en agosto de 2016 y desde septiembre de 2016 ha sido designado para ocupar dos cargos: Vicario Delegado del Vicariato Apostólico de Meki y Director Ejecutivo de Cáritas Diocesana (Secretariado Católico de Meki). Como Vicario Delegado, administra los sacerdotes, las propiedades, las finanzas y el personal del Vicariato delegando al obispo.

Como Director Ejecutivo de Caritas, está planificando, dirigiendo, coordinando y supervisando proyectos sociales y de desarrollo y liderando y trabajando con más de 1.800 profesionales que atienden a 11 millones de beneficiarios directos de los Proyectos Caritas Meki. Estos proyectos se centran en ayudar a las personas en extrema pobreza en el área de la prestación de servicios de educación y salud de calidad; proporcionando agua potable e instalaciones de saneamiento; empoderando a las niñas y mujeres vulnerables para fortalecer sus capacidades educativas, socioculturales y económicas para alcanzar su potencial; e implementando programas de seguridad alimentaria y de emergencia para la comunidad rural pobre en el Vicariato Apostólico de Meki.

Misioneros Combonianos Etiopía

Ordenación e instalación de Mons. Victor Hugo Castillo, Obispo de Kaga-Bandoro

Mons. Víctor Hugo Castillo Matarrita, misionero comboniano costarricense, hasta ahora superior de la Delegación Comboniana en Centroáfrica, fue nombrado Obispo de Kaga-Bandoro (República Centroafricana) por el Papa Francisco el pasado 5 de septiembre. El pasado domingo 17 de noviembre, en el atrio de la catedral Santa Teresa del Niño Jesús de Kaga-Bandoro, tuvo lugar su ordenación episcopal y su instalación como nuevo obispo de dicha diócesis. La solemne celebración estuvo presidida por Su Eminencia el Cardenal Dieudonné Nzapalainga, Arzobispo Metropolitano de Bangui.

La Carta Apostólica, fechada el 5 de septiembre de 2024, por la que Mons. Víctor Hugo Castillo Matarrita es nombrado Obispo de Kaga-Bandoro, fue leída durante la celebración eucarística en presencia del Cardenal Dieudonné Nzapalainga, C.S.Sp, los obispos presentes -entre ellos los combonianos Mons. Juan José Aguirre Muñoz, obispo de Bangassou, y Mons. Jesús Ruiz Molina, obispo de M’Baïki-, el colegio de consultores, numerosos hermanos combonianos, el clero diocesano y religioso y el Pueblo de Dios.

Mons. Castillo Matarrita, después de haber recibido la imposición de manos del consagrante, Card. Nzapalainga, y de los dos obispos co-consagrantes, Mons. Nestor-Désiré Nongo-Aziagbia, S.M.A, obispo de Bossangoa, y Mons. Miroslaw Gucwa, obispo de Bouar, se dirigió a los fieles con estas palabras: «Hermanos y hermanas, cristianos de Kaga-Bandoro, hombres y mujeres de buena voluntad que viven en las prefecturas de Nana Grebizi, Bamingui Bangoran y La Kemo, sé que han sufrido mucho por los acontecimientos que han sacudido nuestro país. Pero quisiera invitarlos a mirar lejos, hacia el futuro. Mirémoslo juntos con ojos de esperanza. Cristo está ante nosotros. Confíen en Dios, no tengan miedo. Nuestro desaliento nunca podrá vencer la cercanía del Dios de la Vida. Trabajemos juntos para reconstruir la fraternidad, la comunión en la Iglesia. Mi deseo es que en esta tierra bendita podamos experimentar la imparcialidad de Dios. También quisiera invitarlos a no perder la alegría de la acogida, del encuentro. La alegría es esa hermosa característica que Dios les ha dado. Y se desarrolla aún más cuando se acogen unos a otros como hermanos y hermanas».

Representando al Consejo General de los Combonianos estuvo el Padre Elias Sindjalim Essognimam, Asistente General, que describió el evento como «un día lleno de emoción» y belleza. «Fue hermoso ver la alegría del pueblo de Dios, subrayó, que se consideraba huérfano y que ahora ha encontrado un pastor; ver las danzas africanas, la generosidad de la gente que, en su pobreza, ha dado tantas cosas al nuevo obispo, para su vida y para su misión. También fue hermoso ver a los dos obispos combonianos imponiendo las manos a su hermano. Fue una hermosa celebración, una hermosa fiesta». Sin embargo, dijo el padre Elías, «ante los retos que afronta la diócesis, y que serán los mismos retos que afrontará el obispo Victor Hugo, me han surgido muchas preguntas, que no tienen respuesta, pero -concluyó- lo importante es ser conscientes, como nos dice nuestra fe, de que Dios está con nosotros, en esta misma barca, y nunca nos abandonará».

Mons. Víctor Hugo Castillo Matarrita nació el 19 de marzo de 1963 en Mansión, Diócesis de Tilarán, Costa Rica. Ingresó en la Congregación de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús e hizo su profesión perpetua el 27 de septiembre de 1991 en París, donde estudió teología. Fue ordenado sacerdote el 8 de agosto de 1992 en Costa Rica. Ha desempeñado los siguientes cargos: misionero en Centroáfrica y párroco en Grimari (1993-1998); formador y superior local en el postulantado comboniano de Bangui (1998-2001); superior provincial y presidente de la Conferencia de Superiores Mayores de África Central (2002-2007); formador de postulantes en San José y consejero de la Delegación de América Central (2009-2012); superior provincial para América Central (2013-2019) y superior local de la comunidad de hermanos estudiantes en Roma (2020-2022). Desde el 1 de enero de 2023 es superior de la Delegación de los Combonianos en Centroáfrica.

comboni.org

Puerto Rico: Una fiesta misionera y sinodal para la Iglesia de América

Martes, 19 de noviembre 2024
Una página para la historia de la isla borinquen se abre este martes con la inauguración de Sexto Congreso Americano Misionero (CAM6) que hasta el próximo 24 de noviembre reunirá en la ciudad de Ponce a unos 1300 misioneros, 900 voluntarios y asistentes, de 40 delegaciones de la Iglesia continental, desde Alaska hasta la Patagonia. [CAM6]

“América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo” es el lema del Sexto Congreso Americano Misionero (CAM6) que se celebrará en Puerto Rico 2024 de este martes 19 hasta el 24 de noviembre. Unos 1300 participantes, 1100 delegados Internacionales, 900 organizadores y voluntarios de todo el continente abrirán un espacio de reflexión misionológica para discernir y presentar propuestas a los desafíos que enfrenta la Iglesia continental hoy.

“Puerto Rico está de fiesta sinodal. Hoy en el Caribe acogemos a nuestra Iglesia de América para asumir la responsabilidad misionera a través del anuncio y del testimonio”. Estas las palabras que abren el mensaje de los obispos de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico, publicado tras la rueda de prensa de presentación, realizada ayer, en la Catedral San Juan Bautista en el Viejo San Juan,  con la participación, entre otros, de monseñor Roberto González Nieves, arzobispo de San Juan, anfitrión del evento y del enviado del Papa Francisco, el cardenal Baltazar Porras Cardoso, arzobispo emérito de Caracas (Venezuela).

La misión con un nuevo ardor

En su mensaje, conjuntamente con la Obras Misionales Pontificias y los organizadores del CAM6, los obispos invitan al pueblo de Dios de Puerto Rico a participar en el lanzamiento oficial del evento, hoy, en el auditorio Juan “Pachín” Vicéns en Ponce, ciudad sede del evento misionero. “Convocamos a toda la Iglesia de Puerto Rico a unirse a esta Eucaristía de Apertura para que, como puertorriqueños y como pueblo, elevemos las oraciones para el éxito de este Congreso”.

“Impulsar con nuevo ardor la misión de la Iglesia, de caminar juntos a la escucha del Espíritu, para ser testigos de la fe en Jesucristo en la realidad de nuestros pueblos –escriben los obispos boricuas–. Es una responsabilidad y una oportunidad como Iglesia ser parte de este acontecimiento internacional”.

CAM6 en sinodalidad

América estará representada por obispos, sacerdotes, religiosos, laicos de movimientos eclesiales y líderes de comunidades. Delegados de 40 países, bajo la coordinación general del P. José Orlando Camacho Torres, trabajarán sobre la base del instrumentum laboris CAM6, fruto de un trabajo de escucha, iluminación, reflexión y discernimiento que, en clave sinodal misiológica, fue realizado por tres principales instancias: desde la Iglesia de Puerto Rico, desde las direcciones nacionales de las Obras Misionales Pontificias de América y desde la colaboración del Dicasterio para la

Evangelización.  Entre los temas de enfoque se destacan: La misión de la Iglesia; La transformación social en un contexto de desigualdades; Los testimonios de experiencias misioneras en el Continente; Testigos de Cristo en un contexto de diferencias; Evangelizadores con Espíritu “hasta los confines de la tierra”; y “De América hacia el mundo y del mundo hacia América en sinodalidad y comunión misionera!”.

Una Iglesia en salida

En la conferencia de prensa, monseñor González Nieves, arzobispo de San Juan, destacó que la apertura del evento coincide con la fiesta de Nuestra Señora de la Providencia, Patrona de la nación puertorriqueña y por lo tanto un momento de de profunda conmoción, fe y encuentro con el Señor. Por su parte, el cardenal Porras Cardoso, legado pontificio expresó su agradecimiento, señalando que estar en Puerto Rico le resulta una gracia muy especial, desde donde irradiar el espíritu misionero a todo el continente: “Este no es simplemente un encuentro como para hacer propaganda -señaló el purpurado venezolano – sino para hacer crecer ese sentido de ser Iglesia en salida”.

Monseñor Emilio Nappa, secretario adjunto del Dicasterio para la Evangelización y presidente de las Obras Misionales Pontificias (OMP), en su saludo, calificó de valiosa e importante la experiencia en el encuentro de OMP Estados Unidos, los días previos al CAM6. Al tiempo que resaltó la promoción humana y la fraternidad en el contexto actual, por lo que el CAM6 debe relanzar “la importancia en la conciencia de ser un pueblo de Dio.

José Frontera Agenjo, presidente de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, en Ponce, sede de este importante acontecimiento, acogió a la delegación misionera. “Es un privilegio para la PUCPR servir de sede al VI Congreso Americano Misionero. El CAM6 es un evento de gran trascendencia que está muy atado tanto a la misión educativa como pastoral de nuestra Universidad. El espacio que crea para compartir las experiencias, estrategias y desafíos de la misión evangelizadora refuerza el compromiso de los fieles a ser testigos activos del Evangelio”.

La apertura se transmitirá en vivo en español, inglés, francés y portugués por las redes sociales oficiales en Facebook CAM6 Puerto Rico (https://fb.watch/vYfWOK35C-/) y en YouTube CAM6 Puerto Rico (https://www.youtube.com/watch?v=ODPVuYz-RgY). También, se transmitirá en canales de televisión y emisoras de radio de Puerto Rico. Además, se tendrá disponibles intérpretes de lenguaje de señas para la comunidad sorda presente y que sintonicen las transmisiones.

El último Congreso Americano Misionero tuvo lugar en Bolivia, en 2018, y en cuya conclusión fue nombrada la isla borinquen, sede de esta sexta edición.

Con información de: Vatican News

Mons. Vittorino Girardi, Doctor Honoris Causa en Costa Rica

El pasado 13 de noviembre, el Consejo Universitario de la Universidad Teológica de América Central (UTAC), en Costa Rica, confirió el doctorado Honoris Causa al profesor Mons. Vittorino Girardi, misionero comboniano, obispo emérito de Tilarán-Liberia y gran colaborador de nuestra revista Esquila Misional, por su labor docente y su colaboración en el acompañamiento pastoral de muchas generaciones de religiosos. La ceremonia de investidura había sido precedida por una celebración eucarística, presidida por Mons. Mario Enrique Quirós Quirós, obispo de Cartago.

Por: P. Carlos Humberto Rodríguez Cascante, mccj

Philogène, un joven estudiante haitiano, haciendo la presentación de Mons. Vittorino Girardi.

“¿Quién es Mons. Vittorino Girardi? Como a él mismo le gusta definirse, es un pecador arrepentido y perdonado por Dios”. Con estas palabras, Philogène, un joven haitiano, alumno suyo, en nombre de los estudiantes, agradecía su labor docente en la Universidad Teológica de América Central (UTAC) desde su fundación en 2010 y aún antes, cuando los diferentes institutos religiosos de Costa Rica establecieron el Instituto Teológico de América Central (ITAC) como centro de formación filosófica y teológica para sus candidatos a la vida consagrada.

Fray Mario Madrigal, Rector de la Universidad, entrega la Biblia a Mons. Vittorino.

En una ceremonia sobria pero emotiva, con la presencia de las autoridades académicas de la Universidad, de los estudiantes de filosofía, teología y ciencias de la religión, de los misioneros combonianos presentes en Costa Rica y de un nutrido grupo de amigos y bienhechores, el día 13 de noviembre, Fray Mario Madrigal, Rector de la Universidad, en nombre del Consejo Universitario, dio lectura al decreto por el que la UTAC, por primera vez en su historia, confería el doctorado Honoris Causa, por su labor docente y su colaboración en el acompañamiento pastoral de muchas generaciones de religiosos de toda Centroamérica y el Caribe, al misionero comboniano Mons. Vittorino Girardi, obispo emérito de Tilarán-Liberia.

Enseguida, en el acto de la investidura, le fueron entregados el traje académico y los demás símbolos universitarios, a saber, la toga, la muceta, el birrete, el libro de la ciencia (en su caso fue la Biblia), así como una placa conmemorativa y un diploma. Con un breve discurso de agradecimiento del nuevo doctor finalizó el acto de investidura.

La ceremonia de investidura había sido precedida por una celebración eucarística, presidida por Mons. Mario Enrique Quirós Quirós, obispo de Cartago, como encargado ante la Conferencia Episcopal de la Comisión Nacional de Cultura y Educación y de la Universidad Católica de Costa Rica.