El fuego de la damera

Texto y foto: P. Pedro Pablo Hernández, desde Awasa (Etiopía)

Soy misionero comboniano mexicano y la mayor parte de los 20 años que he vivido en Etiopía lo he hecho junto al pueblo guyi. Desde hace más de seis meses continúo mi labor evangelizadora en Awasa, en una realidad diferente donde estoy viviendo nuevas experiencias, como participar en la fiesta de la Cruz de la Iglesia ortodoxa.

«Melkam yemeskel beal» (¡Feliz fiesta de la Cruz!) fue el primer saludo que recibí de un matrimonio conocido nada más salir a la calle. Me dirigía a la plaza central donde miles de personas empezaban a concentrarse. Conforme iba acercándome, constaté que la mayoría llevaban puestos los atuendos típicos de la Iglesia ortodoxa, siempre con una cruz muy elegante y con un largo chal natela, que usan tanto las mujeres como los hombres, aunque de manera diferente.

El cristianismo en el norte de Etiopía acumula siglos de historia y es un baúl de grandes riquezas litúrgicas y religiosas. Cuando llegué por primera vez a este país, me sorprendió saber que el mensaje de Jesús entró en Etiopía en el siglo IV gracias al mensaje de Frumentius, un misionero fenicio, que motivó la conversión de ­Ezana, el rey de Aksum, quien posteriormente declaró el cristianismo como religión oficial de su territorio. Hoy no existen ni reinado ni religión oficial, pero se siguen practicando muchas de las antiguas costumbres, como la de la Cruz.

Frente a la plaza había varios grupos de jóvenes cantado alabanzas a Dios. Era imposible no dejarme llevar por su entusiasmo ni marcar su ritmo con el pie. La Iglesia ortodoxa aglutina al 43 % de los 110 millones de habitantes de Etiopía, frente al 31 % de musulmanes y el 23 % de protestantes. Los católicos somos menos del 0,7 %. El resto siguen otras religiones.

En cuanto entré a la plaza vi de lejos la damera, una especie de construcción con más de 50 varas de cinco metros de altura. Mientras me metía entre la gente, vi que la mayoría de las personas llevaban velas y escuché, a través de las bocinas, que un obispo concluía la oración y se disponía a prender fuego a la estructura.

La relación entre la Cruz y la hoguera se encuentra en una tradición del año 327 que hace referencia a un viaje que la reina Helena, madre del emperador Constantino, hizo a Jerusalén para encontrar la cruz de Cristo. Al no lograrlo, se dispuso a retirarse cuando Kiriakos, un anciano del lugar, le dijo que para encontrarla tenía que poner leña en el suelo, echar incienso encima y después quemarla para que el humo indicara el lugar donde se encontraba. Por este motivo, todos los años, la Iglesia ortodoxa celebra esta fiesta, recordando su hallazgo y expresando su devoción. Los cristianos de otras confesiones nos unimos también a ellos.

En el centro de la plaza presencié cómo muchos feligreses ejecutaban una gran danza rítmica alrededor de la pira. Al mirar a mi alrededor mientras la fogata se debilitaba, noté que las personas que llevaron sus velas las mantenían encendidas, manifestando así su gozo por la Cruz encontrada y su reverencia por la salvación ofrecida.
La fiesta de la Cruz es una profunda manifestación de fe de los cristianos en esta tierra africana, donde se dan gracias a Dios por el don de Jesucristo y el misterio de su cruz. Esa misma fe nos invita a llevar una cruz en el pecho o a colgarla en las paredes de nuestras iglesias y casas.

Caminando de regreso a casa, me di cuenta de que me había dejado contagiar de la alegría que había compartido con los cristianos ortodoxos etíopes y antes de llegar a la puerta, de manera espontánea, le dije a un hombre desconocido que pasó a mi lado: «Melkam yemeskel beal».

En la imagen superior, el P. Pedro Pablo (dcha.) fotografiado delante de la damera durante la última fiesta de la Cruz.

Ver también un vídeo del mismo autor

Las vendedoras de pescado

Por: P. Fernando Cortés Barbosa, Misionero Comboniano

Son siempre mujeres que, bandeja a la cabeza, transportan pescado para su venta, que es obtenido por los pescadores, preferentemente por la noche, de las aguas del río Ubangui, que pasa a un costado de nuestra misión de Mongoumba. Al comienzo de la jornada ellas van por el pescado que consiguen a un determinado precio para después salir a revenderlo.

En horas de la mañana las vendedoras hacen su aparición por la casa. El pescado tempranero es mejor, está más fresco, incluso algunos especímenes llegan aún removiéndose dentro de la bandeja; en cambio, el que llega por la tarde ya ha perdido su frescura, se ve opaco y con los ojos hundidos. A veces viene en estado de descomposición porque seguramente fue atrapado el día anterior, aunque algunas mujeres, muy vivas, lo quieren hacer pasar como fresco todavía.

Yo siempre realizaba la compra de pescado sin hacer uso de la balanza. Me dejaba guiar por las opiniones de los trabajadores de la misión, que siempre favorecían a las vendedoras, pues no pocas veces resultaban ser de la misma familia o cercanos conocidos. Así las cosas, terminaba pagando de más por el pescado. Pero una de las laicas misioneras me advirtió que, haciendo uso de la balanza, por cada kilo de pescado pagara tan solo mil 500 francos, casi tres euros, (un euro son 655 fcfa o francos), porque así evitaría que las vendedoras se aprovecharan de mí.

Cabe comentar que así como el pescado es vendido solamente por mujeres, la carne de cabrito es ofrecido únicamente por hombres. Las mujeres, por sus muchas actividades, cuentan solo con la mañana para ofrecer el pescado en estado fresco; en cambio, los hombres tienen la mayor parte del día para ofrecer la carne de cabrito que tiene más aguante a la descomposición.

Una mañana vino una vendedora a ofrecerme un pescado de apariencia impresionante. Lo cargué en mi mano y calculé su peso en unos diez kilos. Era enorme, bello, de un color negro brillante, y a contra luz adquiría un tono violeta. Hicimos trato directo, sin uso de balanza, contraviniendo la advertencia de la laica. Por él llegué a pagar 35 mil francos, igual a 53 euros. Una vez que el pescado fue limpiado y cortado en trozos se obtuvieron tan solo siete kilos de carne. Es decir que por cada kilo pagué 5 mil francos, o sea, poco más de 7 euros. Y de mil 500 a 5 mil francos hay una diferencia de 3 mil 500, poco más de 5 euros. De haber pagado el pescado a mil 500 francos el kilo, como me indicó la laica, el costo total hubiera sido tan solo de 10 mil 500 francos. Entonces, la vendedora se llevó de más ¡24 mil 500 francos! (37 euros).

Cuando le conté a la laica el abuso del que fui objeto no lo podía creer, y no dudó en reprenderme. Sin duda me lo merecía. Me volvió a insistir que tomara la balanza y pagara por cada kilo el precio fijado. Pues aún así, si bien es cierto que ya no pago tanto, las vendedoras se las arreglan para sacarme un poco más de dinero. Me dicen con voz plañidera que les dé mil o dos mil francos más, que para comprar sus medicinas o porque tienen que pagar la escuela de sus hijos. No falta quien diga que se ha quedado sola y con dos niños que mantener. Otra me dice que tiene que llevar al hospital a su bebé enfermo que carga por la espalda. Miro al bebé, y su carita triste y suplicante me confirma lo que dice su mamá.

Una mañana me hice el fuerte. No cedí ante los lloriqueos de una vendedora. Le dije en tono imperativo que le iba a pagar el pescado kilo por kilo y que si no estaba de acuerdo ya podía irse a buscar otro cliente. En silencio tomó en su mano el dinero que le ofrecí y se lo guardó en su bolso. Luego se inclinó al suelo para llevarse a su cabeza la bandeja vacía. Se incorporó lentamente, despacio dio la media vuelta y dando pasos lentos se marchó. Yo seguía cada uno de sus movimientos, y cuando desapareció de mi vista al salir de la casa, un sentimiento de culpa se apoderó de mí.

Qué cosa tan diferente es cuando los hombres vienen a ofrecerme la carne de cabrito. El animal lo presentan en cinco partes que son las cuatro extremidades más el tronco. Cada pieza oscila alrededor de 4 mil francos, poco más de 6 euros. Entonces, tras breve regateo, se fija el precio sin más ceremonia ni balanza de por medio. En cierta ocasión, habiendo ya obtenido un precio que me parecía bueno sin haber hecho uso de la balanza, quise utilizarla por pura curiosidad, para seguir el consejo de la laica de pagar el kilo de cabrito a 3 mil 500 francos. Se pesó la carne y la balanza terminó por favorecer al vendedor. Tenía que darle 2 mil francos más, igual a 3 euros. Me resultaba mejor haber pagado por pieza que por kilo. No obstante, el vendedor, muy amable, no me exigió nada, me dijo que así estaba bien. Yo le estreché la mano en señal de gratitud, y le dije que la próxima vez le compraría con mucho gusto.

En adelante cuando las mujeres vienen a la casa a ofrecerme pescado, saco la balanza nomás para verificar que no me quiten tanto, porque con sus mil excusas algo de más siempre me han de quitar. Y cuando vienen los hombres a ofrecerme cabrito hago trato directo con ellos, fijando el precio por pieza, que a veces termina por favorecer al vendedor y otras veces al comprador, como un código no escrito que llega a establecerse entre cliente y proveedor.

Misión de Mongoumba, Centroáfrica

16 de noviembre de 2023

“Una comunidad cristiana renacerá en la Navidad de 2023”

Por: Mons. Christian Carlassare, mccj
Obispo de Rumbek en Sudán del Sur

Este año celebraré la Santa Navidad con la comunidad cristiana de Thiet. El nacimiento de esta comunidad se remonta a 1934, tras una primera visita de misioneros seguida de muchas otras. Procedían de Kwajock, a 150 kilómetros de distancia. Sólo en 1949 se instaló una primera comunidad de misioneros combonianos en Mayom, situada a 6 km de la ciudad de Thiet, por la sencilla razón de que la comunidad protestante había cuestionado la posible presencia católica en la ciudad.

La primera comunidad religiosa estuvo formada por dos sacerdotes y un hermano. La misión, que estaba dedicada al Niño Jesús, creció rápidamente. El pueblo cambia el nombre del lugar a Mayom-Abun, reconociendo así que Mayom es Pan-Abun, es decir, la casa de los Padres o misión. La primera comunidad de monjas llegó en 1955. Pero con la independencia de Inglaterra también llegó el conflicto Anya-nya-1 y, en 1964, con la expulsión de todos los misioneros de Sudán del Sur, las estructuras de las misiones quedaron abandonadas y presa del saqueo. Sólo en los años 1980 se produjeron los primeros intentos de reapertura, pero sin éxito debido a la presencia de soldados del gobierno sudanés. Los salesianos se instalan en la cercana Tonj, a unos 50 km de distancia.

En 1994, Mons. Mazzolari envió a Don Benjamín Madol, sacerdote diocesano, para evaluar una posible reapertura. Pero debido a la inseguridad, don Benjamín se desplazó unos 80 kilómetros más al norte, estableciendo la misión de Marial-Lou, a la que luego se unieron el padre Mario Riva y el padre Mattia Bizzarro, misioneros combonianos. El momento de Thiet aún no había llegado. Tras el acuerdo de paz de 2005 y la posterior independencia de Sudán en 2011, la comunidad cristiana de Thiet se ha ido recomponiendo. En los últimos años la comunidad cristiana ha sido acompañada pastoralmente por los Salesianos de Tonj, que la apoyaron en la construcción de una iglesia y una escuela primaria. Las estructuras de la antigua misión Mayom-Abun están en ruinas; imposible rehabilitarlos. Pero la comunidad cristiana está viva gracias a la presencia de catequistas que, a lo largo de los años, han transmitido la fe a las generaciones más jóvenes.

Ya he tenido la oportunidad de visitar esta comunidad cuatro veces. En la Navidad de 2022 envié a un sacerdote diocesano para que se quedara allí y guiara a la comunidad en el camino hacia la erección de la nueva parroquia. Esta vez justo en el pueblo de Thiet. La comunidad eligió como patrón a San Esteban, el primer mártir cristiano. Me dijeron que Santo Stefano habla de su historia: una comunidad apedreada y dispersada por tanta violencia. Pero también una comunidad que renace gracias a la fe de los catequistas y agentes pastorales laicos; una fe que se expresa en su resistencia y testimonio de vida.

Aquí la fiesta de San Esteban cae justo el día después de la Natividad de Jesús, como para recordarnos que la vida de este niño no será todo rosas y flores, sino que también encontrará espinas y cruces. Pero la victoria no pertenece a quienes hacen alarde de ambición, poder y riqueza. Lo que salva al mundo es la belleza de los sencillos, de los humildes, de los pobres. Es el niño Jesús quien devuelve la humanidad al mundo a partir de quienes se reúnen a su alrededor: los pastores, la gente sencilla del pueblo común. Ésta es también la esperanza de esta pequeña comunidad cristiana de Thiet. Se reúnen en torno a Jesús y los acompañamos con oración para que San Esteban inspire los próximos pasos, proteja a los líderes de la comunidad, reúna a todos en unidad y ayude a las personas a tomar decisiones valientes.

Actualmente nuestra intención es concentrar nuestra intervención en la sede parroquial situada en la localidad. Cavamos un pozo. Tendremos que hacer algunas intervenciones en la iglesia. Construir algunos salones parroquiales. En este mes de noviembre también queremos iniciar la construcción de la rectoría: un edificio sencillo capaz de albergar al párroco y a otros dos colaboradores. También hay que vallar el terreno, incluida la escuela primaria. No falta la necesidad de disponer de instalaciones sanitarias. Luego, con el tiempo, desarrollaremos un proyecto para la antigua misión de Mayom-Abun, probablemente un centro de formación que, además de artes y oficios, también pueda transmitir fe y humanidad. El Señor, a través del genio de la comunidad local, indicará los pasos futuros.

Todavía se necesita más de un mes para celebrar la Navidad, pero por supuesto, como ocurre con todas las vidas nuevas que llegan al mundo, se necesita una buena preparación: acoger la vida y apreciarla cada día. Oremos para que la Navidad sea una celebración de la humanidad redescubierta y de la comunión de la familia humana.

Laicos Misioneros Combonianos en misión en Europa, África y América

El 22 de octubre se celebró la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), pero todo el mes ha tenido un carácter misionero extraordinario. Desde las comunidades de referencia de los laicos misioneros combonianos (LMC), comenzamos un nuevo año impulsados por este mes de la misión. El lema del DOMUND de este año fue “Corazones fervientes, pies en camino” (cf. Lc 24,13-35).

Por: LMC

Comunidade sur de los laicos misioneros combonianos, en España.

Triple celebración en Kenia

Laicos misioneros combonianos de Kenia.

Fue una triple celebración en Kenia cuando la fiesta de San Daniel Comboni coincidió con la 50ª celebración de la presencia de los MCCJ Combonianos en Kenia, así como la nación keniata celebraba también el “Huduma Day” que, en sentido amplio, significa Día del Servicio.

La celebración tuvo lugar en la Comunidad de Postulantes en las afueras de Nairobi. La celebración comenzó con una charla del P. John Korir, director vocacional. El tema del día era “Arraigados y cimentados en Cristo”, en línea con los escritos de San Daniel Comboni. “Tendremos que trabajar duro, sudar, morir; pero el pensamiento de que uno suda y muere por amor a Cristo y por la salvación de las almas más abandonadas del mundo, es demasiado dulce para que desistamos de esta gran empresa” San Daniel Comboni, desde el principio supo de donde vendría su fuerza, que es Cristo mismo.

Esta celebración marcó el 20 Aniversario de la Canonización de San Daniel Comboni, por San Juan Pablo II que dijo “necesitamos evangelizadores con entusiasmo y traje apostólico de San Daniel Comboni un apóstol de Cristo entre los africanos” esto nos recuerda a ser apóstoles de Cristo entre los que están en la misma realidad y los que están abandonados. Comboni discernió y abandonó a sus padres por los más abandonados de África.

En las celebraciones del Jubileo por la presencia de los MCCJ en Kenia, se compartió una breve historia de cómo los MCCJ llegaron de Uganda a Kenia en 1973, durante el reinado del presidente dictador ugandés Idi Amin. Los Misioneros Combonianos (MCCJ) llegaron a través del noroeste de Kenia en Kacheliba West Pokot, y luego se extendieron a otras áreas como Turkana, Marsabit, Wote, Naivasha y Nairobi. Algunas de las misiones pasaron a manos de la diócesis. Fieles a su carisma de los más desatendidos y abandonados. La presencia de los MCCJ se hace sentir en las zonas donde nadie se atreve a ir a evangelizar, hasta la fecha los MCCJ keniatas son 30, Hermanos – uno en formación de noviciado, Laicos Misioneros Combonianos – 6, Misioneras Seculares Combonianas – 4. Las Hermanas Combonianas llegaron a Kenia antes, en 1963.

Fue un día de fiesta para nosotros también para celebrar el “Huduma Day” donde los ciudadanos se unen para ayudar a sus hermanos y hermanas menos afortunados, y ofrecer servicios a la nación. San Daniel Comboni dijo que estoy muriendo pero mi obra no morirá, recemos por más vocaciones para nuestros jóvenes y laicos para que puedan ser enviados al ministerio sacerdotal de todo corazón.
Martin Onyango, LMC Kenia

Poco a poco en Togo, Ghana y Benin

Sí, poco a poco, nuestra provincia avanza. Hace algunos años, un laico, para seguir los pasos de Comboni, sólo podía optar por ser religioso. Si no, sólo podía caminar en el grupo llamado Amigos de Comboni. Pero gracias a Dios, desde 2011, después de la primera Asamblea Africana del LMC en Uganda, las cosas han cambiado. La primera reunión celebrada oficialmente como grupo de candidatos al LMC fue en mayo de 2013. Poco a poco, estamos avanzando. El 10 de octubre de 2022, tres (3) candidatos fueron aceptados e hicieron su promesa como LMC. El primer grupo pionero de la provincia (Togo-Ghana-Benin) está en Ghana. Pero como provincia constituida por tres países, no será suficientemente representativo tener dicho grupo en un solo país.

Por la gracia de Dios, laicos entusiastas de Togo, guiados por la Rev. Hermana Elisabeth, SMC, emprendieron el mismo camino para convertirse en LMC. Más de 20 al principio, siete del grupo de Adidogome, con determinación, mantuvieron sus expectativas y siguieron recibiendo la formación requerida para los candidatos a LMC según nuestra Guía Internacional de Formación. Mensualmente, se reúnen para una formación que la Rev. Hermana se toma muy en serio invitando a personas de referencia. El pasado 15 de octubre, se reunieron en la Casa de las Hermanas Combonianas para recibir una formación sobre el tema “Afectividad y Madurez Humana” impartida por la Rev. Hermana Cecilia de la Congregación de “Les Petites Soeurs de la Sainte Famille“. La Hermana les hizo comprender que la afectividad compromete la totalidad de la vida humana.

Los MCCJ están en los tres países y también los candidatos LMC. Desde hace algunos meses, surgen nuevos candidatos LMC en Benín. Nuestros amigos Lucien y Ulrich, (candidatos a LMC) también han empezado a formarse. Con la ayuda del Hermano Pascal, MCCJ, la formación está en curso en la parroquia de San Francisco de Asís de Fidzrosse. El 8 de octubre, se reunieron de nuevo para recibir una formación del Padre Francisco, MCCJ. El Padre compartió con ellos el “Consejo evangélico de la castidad en la vida de un cristiano“. El Hermano Pascal se ha comprometido a dar una base sólida a nuestros candidatos a LMC. La semana pasada, gracias a la guía de la Hermana Elisabeth, una nueva candidata, Rita Kebi, de Houegbo, se unió a los dos candidatos de Benín. Ella se insertará pronto en el grupo para continuar con Lucien y Ulrich el camino.

En Ghana, tuvimos la gracia de alegrarnos con el Padre Shane, MCCJ, de su 25 aniversario sacerdotal en la parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús de Abor. Fue una gran celebración a la que asistieron fieles de los tres países de la provincia. El Obispo Gabriel, SVD (Obispo de la diócesis de Keta-Akatsi), el Obispo Anthony (Obispo emérito de la diócesis), el Padre Timothy, Provincial de MCCJ en la Provincia, religiosos y laicos, todos vinieron a dar gracias a Dios con el Padre Shane por las maravillas y los cuidados que tuvo con los bendecidos del día. Al final de la celebración, aprovechamos para saludar al Provincial e interactuamos con el Hermano Pascal y algunos otros MCCJ. 
Justin Nougnui, coordinador del LMC

El comienzo de una vocación misionera en Benin

El deseo de pertenecer a la Familia Comboniana motivó a Lucien y Ulrich -en Benin- a contactar con Alberto a través del blog. Alberto les condujo al Coordinador en la Provincia, que se puso en contacto con los dos nuevos amigos. Empezaron a pensar juntos en la mejor manera de avanzar. Se contactó con el capellán y se informó al Hermano Pascal que acompaña al grupo de Amigos de Comboni en Benín.

Para reunir a todos los candidatos amigos de la provincia Togo-Ghana-Benín, se creó una plataforma WhatsApp. Se iniciaron encuentros en línea para conocernos y ayudarnos a tener una idea de las realidades del LMC en el mundo. A través de esta plataforma, se estableció comunicación y se compartió la información necesaria. También se compartieron algunas resoluciones del LMC para que cada candidato tuviera una idea de la vocación y misión del LMC.

Durante un tiempo, los dos amigos, alejados el uno del otro, no pudieron comunicarse si no era a través de llamadas telefónicas y encuentros online. Pero el ardiente deseo de viajar juntos que ardía en ellos impulsó a Lucien a desplazarse de Bohicon a Cotonú -unos 125 km- para visitar a Ulrich. Este encuentro era tan deseado por cada uno que la visita fue un éxito y Lucien fue acogido calurosamente según su testimonio. Ahora que se han encontrado, queda por empezar la formación. Por la gracia de Dios, este 17 de septiembre de 2023 en la Parroquia San Francisco de Asís de Fidzrosse (República de Benín), en el Centro Catequético de Bakandja, se llevó a cabo el primer encuentro formativo. Junto con dos miembros del grupo de Amigos de Comboni, Lucien y Ulrich escucharon el compartir del Padre Eugenio sobre la “Obediencia“. En el compartir, el P. Eugenio ha presentado la vida de Jesucristo como el ejemplo perfecto de obediencia. Jesús, en efecto, fue obediente hasta la muerte, la muerte en la Cruz. El segundo ejemplo, continuó el Padre, fue San Daniel Comboni, que siguió las huellas de Jesucristo. Comboni no dudó cuando el Padre Marani le confirmó su vocación para la misión en África (E.13). Nosotros estamos llamados a hacer lo mismo.

Los dos amigos, Lucien y Ulrich quedaron muy impresionados por el compartir, porque el Padre Eugenio, dijeron, profundizó en algunas realidades concretas de este consejo evangélico.

Desde entonces, están decididos a continuar el camino y esperan con impaciencia el segundo compartir formativo.
Justin Nougnui, coordinador del LMC

Vida comunitaria, Formación y Actividades pastorales en Ghana
Id por todo el mundo y predicad el Evangelio” (Mc 16, 15)

Impulsados por esta llamada, seis de nuestros miembros dejaron sus casas y se reunieron en el Centro de la Inmaculada, en la parroquia del Sagrado Corazón de Bakpa-Avedo, en la región de Volta (Ghana). La reunión comenzó este jueves por la tarde. Justin Nougnui, Benjamin Amekor y Gifty Aziedu se unieron a Christian Wotormenyo en el Centro. Al día siguiente se les unieron Frank Amenyo y Valentine Sewovi.

Durante la celebración eucarística del jueves por la tarde, que conmemoraba la fiesta del apóstol Mateo, nuestro grupo fue acogido por la parroquia y por el padre Senyo, el párroco. El padre Senyo se reunió con nosotros más tarde para guiarnos en nuestra actividad evangelizadora. La experiencia tuvo tres vertientes.

La vida comunitaria

Éramos seis para esta experiencia. Fue una oportunidad para vivir juntos. Rezábamos juntos, comíamos en la misma mesa, participábamos en la Celebración Eucarística con otros fieles de la parroquia, pensábamos y planificábamos juntos. Vivir juntos como hermanos y hermanas era realmente “dulce” (Sal.133,1). La dulzura y la felicidad se vieron reforzadas con algunas historias divertidas de nuestros miembros más ancianos, Christian y sobre todo Benjamin, y también recordando algunas experiencias pasadas de Cape Coast, Esse-Ana y Cotonou. Cada uno de nosotros contribuyó de diversas maneras para el éxito de nuestra presencia.

Formación

Nos reunimos también para formarnos. El coordinador habló de la “Misión del LMC en la Iglesia y en la sociedad“. Tras explicar el concepto de “Laico” en general y de “LMC” en particular, hizo hincapié en nuestras responsabilidades como LMC. Los principales aspectos de nuestra misión son la Evangelización, la Animación Misionera, la Promoción Vocacional y la Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC). La JPIC supone también nuestro conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia. Este aspecto, aunque forma parte de la Evangelización, es un gran horizonte que los LMC debemos explorar y desarrollar como vivencia en la sociedad. La Carta Encíclica, Laudato si del Santo Padre Francisco será de gran ayuda.

El segundo tema fue compartido por Christian que es el Director del Instituto Vocacional y Técnico Inmaculada, un lugar que estamos soñando tener algún día. Él compartió con nosotros sobre el Centro, lo que el trabajo y la formación se llevan a cabo y los desafíos que el Centro estaba enfrentando.

Actividades pastorales

En Avedo mismo, fuimos de casa en casa pasando de manera espontánea. Saludamos a nuestros hermanos y hermanas, les deseamos lo mejor e invitamos a los que no son cristianos a unirse a nosotros. Conocimos a personas sanas y enfermas, rezamos por los enfermos y recomendamos en nuestro informe al párroco una visita continua a todos, pero especialmente a los enfermos.

También hicimos visitas domiciliarias en Agortakpo, una comunidad alejada. Pero, al contrario de lo que se hizo en Avedo, fuimos a propósito a los que habían dejado de venir a la iglesia. Algunos nos prometieron que volverían.

En esta comunidad, interactuamos con los fieles. Es una comunidad antigua, pero llena de jóvenes. Con el liderazgo entusiasta del catequista Julius Kotoku, el jefe cristiano Foster Agbanyo y la directora del coro Veronica, la comunidad va bien. Les animamos a reunirse a menudo, no sólo los domingos. También les proyectamos la película “Jesús de Nazaret” en ewe (lengua local).

No pudimos llegar a otras dos comunidades que nos asignó el párroco por el mal estado de la carretera en esta época de lluvias. Intentamos llegar a una pero nos volvimos por el camino.

Estamos agradecidos al Dueño de la viña a cuya llamada intentamos responder generosamente. Que Él nos fortalezca en nuestro camino en el LMC. También estamos agradecidos a todos y cada uno de los que de una manera u otra facilitaron esta experiencia nuestra.
Justin Nougnui, LMC

Grupos de Espiritualidad Comboniana en acción
Corazones ardientes, pies en camino

Brasil: 2º Encuentro Regional de los Grupos de Espiritualidad Comboniana

Balsas, en Maranhão, acogió el 2º Encuentro Regional de los Grupos de Espiritualidad Comboniana, también conocidos como GECs. Participaron representantes de los GECs de Piquiá, Timon, São Luís y Balsas. También estuvo presente el P. Raimundo Rocha, provincial de los Misioneros Combonianos de Brasil. El encuentro tuvo lugar en el Centro de Formación Nuestra Señora de Guadalupe, los días 16 y 17 de septiembre.

Los Grupos de Espiritualidad Comboniana, o GEC, son grupos de laicos y laicas que se identifican con el carisma y la espiritualidad de San Daniel Comboni y que, inspirados en ese mismo carisma, buscan realizar actividades pastorales, sociales y de animación misionera y apoyo a la misión comboniana.

El encuentro de dos días en Balsas proporcionó a los CEGs momentos de espiritualidad y formación misionera, socializando y renovando su compromiso misionero. Los participantes también se unieron a las parroquias de Balsas para celebrar el triduo en memoria de Mons. Franco Masserdotti, fallecido hace 17 años.

Actualmente existen 14 Grupos de Espiritualidad Comboniana en todo Brasil. En Maranhão, los GEC están presentes en Balsas, Pastos Bons, Timon, São Luís y Piquiá. Cada grupo se reúne regularmente en su territorio y juntos organizan un encuentro regional cada dos años. Esta vez se reunieron en Balsas. El próximo encuentro será en julio de 2025, en Piquiá, en el municipio de Açailândia.

Contamos con las oraciones de todos vosotros, por intercesión de San Daniel Comboni.
P. Raimundo Rocha, Provincial mccj Brasil y equipo del encuentro regional

La Familia Comboniana se reúne en asamblea
para planificar la animación misionera en Brasil

Del 7 al 9 de septiembre, la Familia Comboniana en Brasil se reunió en la casa provincial de los Misioneros Combonianos en São Paulo para una asamblea de Animación Misionera y Acompañamiento Vocacional, a la que asistieron hermanas, hermanos, sacerdotes, laicos misioneros combonianos y representantes de los Grupos de Espiritualidad Comboniana (GEC).

Este encuentro tiene como objetivo compartir el trabajo que realiza cada presencia misionera y revisar el Plan de Animación Vocacional y Acompañamiento de la Familia Comboniana elaborado en 2017, como una forma de rearticular la acción conjunta en este contexto post-pandémico. Mons. Juarez Albino Destro, obispo auxiliar de la Archidiócesis de Porto Alegre, compartió sobre la Animación Vocacional en el contexto actual, el mapa de las vocaciones y dónde enfocar las energías y acciones.

A partir de las percepciones e inspiraciones de la formación, releímos y revisamos nuestro plan, seguido de la planificación de actividades hasta 2024. Fue un momento importante de construcción y reflexión como familia comboniana, pidiendo la inspiración del Espíritu de la misión y la intercesión de Comboni, suscitando nuevas vocaciones para la Iglesia. Contamos con las oraciones de todos por las vocaciones misioneras.
Flavio, LMC

JMJ Portugal 2023 y CONAJUM Morelia México 2023
Dos congresos un mismo objetivo

Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Portugal 2023, en Lisboa

Me refiero a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Portugal 2023 experiencia vivida con miembros de mi familia y amigos que fui encontrando en el camino; así como también al Congreso Nacional Misionero en Morelia México CONAJUM. En ellos tuve la oportunidad de reencontrarme con amigos, obispos de distintos lugares del mundo y del país, laicos misioneros de otros institutos y jóvenes inquietos por descubrir su vocación. Sin faltar la convivencia y trabajo en equipo con mi Familia Comboniana donde sacerdotes, herman@s, seculares y laic@s pudimos escucharnos y apoyarnos. Es por eso que agradezco al Papa Francisco y a las Obras Misionales Pontificas por invitarnos a seguir siendo parte de este proyecto que Jesucristo nos heredó, la Construcción de su Reino.

Estos eventos son espacios donde nuestra Iglesia Católica permite a los jóvenes encontrarse con Jesucristo a través de un sin número de actividades en donde la oración les ayuda a tener un encuentro personal con Él; temas en común para su crecimiento, peregrinaciones que crean lazos de amistad, puesta en común para llegar a acuerdos, conocimiento de otras culturas, foros, conciertos, marchas, así como poder recorrer la Ciudad de la Alegría en la feria vocacional donde el encuentro con la variedad de carismas misioneros de la iglesia les permiten conocer diferentes realidades que los sensibilizan a las necesidades de los demás.

Es inexplicable la experiencia común de orar, escuchar historias, reír, sufrir, cantar, bailar, llorar, batallar, comunicar, dormir, soñar, admirar, respirar, en un mismo lugar abrazando EL AMOR DE DIOS.

Todo esto disminuye cualquier problema o preocupación porque sabemos que Dios nos Ama y nos protege al darnos ese tiempo para sanar cualquier herida y elegir lo que es bueno para nuestra vida, así como somos y ahí donde estamos. Estas palabras nos llenan de esperanza para seguir recorriendo nuestro camino con la confianza de que en las caídas DIOS nos ayudará a levantarnos y en los logros nos enseñará a compartirlos, la comunión que generan estos encuentros nos da la fuerza para regresar a nuestra realidad y buscar la forma de dar vida ahí donde hay muerte.

El mensaje central del Papa Francisco a los jóvenes nos permite como misioneros atrevernos a llevar el Evangelio a todas las realidades que este mundo nos presenta en comunión con los obispos. Estas palabras que nos ayudan a saber cómo continuar en nuestra realidad, son la clave para hacer vida el Evangelio. Abrir nuestros brazos y acoger con Amor a los hermanos que nos necesitan es el legado que nos ha heredado Jesucristo. Dejemos la indiferencia y actuemos con coherencia; porque todos podemos hacer algo para cambiar nuestra realidad de muerte que hoy en día nos persigue.

Los invito queridos hermanos a descubrir con el plan de Dios en nuestra vida para que dejando los miedos podamos emprender el viaje de la misión apostando por la Justicia Paz Integridad de la Creación JPIC y los Valores del Reino de Dios.
Beatriz Maldonado Sánchez, LMC

“La Trata de Personas y la Migración en América Latina y El Caribe”
Seminario en la Ciudad de Guatemala
18 a 20 de agosto de 2023

Los Laicos Misioneros Combonianos de Guatemala este año estamos comprometidos en Formarnos y Concientizarnos en nuestros compromisos por la Justicia, Paz e Integridad de la Creación. Estamos iniciando este caminar confiando en Nuestro Señor Jesucristo bajo la intercesión de San Daniel Comboni y Nuestra Madre la Virgen María nos iluminen para poder ver, oír y sentir el clamor del Cristo Viviente en las calles, en las periferias, en las fronteras, en las terminales de los buses, en los albergues, en nuestras comunidades y en todos aquellos lugares en donde siempre hay un grito de auxilio.

Les compartimos el Mensaje Final del Seminario La Trata de Personas y la Migración en América Latina y el Caribe “He visto la opresión de mi pueblo, me he fijado en sus sufrimientos y he bajado, para librarlo”. (Ex 3,7-8). [Mensaje-Final-Seminario]
Miriam Herrador, LMC Guatemala

Servicio pastoral en las estaciones de Gborxoxome y Fiave-sanyi en Ghana

Fue una gran alegría cuando nuestro párroco, el Rev. P. Steven Avinu, me asignó la tarea de abrir una nueva estación en Gborxoxome. Los fieles ya estaban bien organizados en la estación madre de San Antonio de Ave-Afiadenyigba. Gborxoxome está a algunos kilómetros de mi residencia, me trasladé con un motocarro tuc-tuc.

El servicio comenzó con la Celebración de la Palabra este 6 de diciembre de 2020 que presidí. Justo después del servicio, nombramos a algunos líderes para dirigir temporalmente los asuntos de la estación. Con espíritu comboniano, fue necesario comprometer y preparar a algunos autóctonos como catequistas con los que puedo colaborar. Actualmente, los catequistas están bien preparados gracias también a la formación organizada a nivel diocesano y parroquial. Compartimos los servicios y las semanas: un equipo encargado de los enfermos, los proyectos y la visitación Seva (otra estación), otro equipo encargado de la evangelización y las reuniones. Realizamos una actividad de evangelización durante la cual proclamamos la Buena Nueva en Kpota (un pueblo cercano) de casa en casa.

Otro servicio consistió en visitar a los hermanos enfermos y ancianos. Con la gracia de Dios, el Diácono Godsway Alato (actualmente sacerdote) ayudó llevando la Sagrada Comunión a algunos enfermos. Más tarde, el acólito Elikem Akakpo fue enviado a la estación para cinco semanas de pastoral. Continuó visitando a los enfermos y ancianos, compartió con ellos la Palabra de Dios y distribuyó la Sagrada Comunión a los que estaban preparados. El 28 de octubre de 2021, en la fiesta de los Santos Judas y Simón, el Rev. P. Avinu administró el sacramento del Bautismo a 22 fieles entre los cuales 10 recibieron la Primera Comunión. El 8 de octubre de 2022, el Obispo Gabriel Kumordji, SVD (Obispo de la diócesis) durante su visita pastoral anual a las parroquias, visitó nuestra estación. El 9 de octubre, diez (10) de nuestros niños fueron confirmados.

La estación tiene su programa de espiritualidad y celebraciones litúrgicas: Los miércoles y viernes a las 6h, tenemos celebración de la Palabra. Los segundos viernes de mes, a las 17h, meditamos sobre el Vía Crucis. Durante los tiempos de Adviento y Cuaresma, tenemos retiro al que asisten muchos fieles. La animación vocacional y misionera se realiza a veces durante las celebraciones litúrgicas. Tres de los catequistas (somos cinco en total en la estación), fueron testigos de nuestra promesa como LMC el 10 de octubre del año pasado. También fui seleccionado en la reunión del Consejo Parroquial para ser miembro de la Comisión de Justicia y Paz. 

Hace unos meses, el actual párroco, Rev. P. Harry Barawusu, me pidió que empezara a preparar a algunos fieles en una nueva estación de Fiave-Sanyi, aldea situada a algunos kilómetros de la mía. Un catequista de Xevi, el catequista Linsford Atikpo, me acompañó al lugar para conocer a algunos miembros y planificar el inicio de la estación. La primera celebración litúrgica tuvo lugar el 27 de noviembre de 2022, a la que asistieron unas diez personas, niños y adultos incluidos. El catequista John Agbalekpor, colaborador del catequista Linsford, me sustituyó en la estación durante la Asamblea en Benin. De vuelta de la Asamblea, continuaron los servicios en las dos estaciones, San Miguel de Gborxoxome y Fiave -Sanyi.

Debo decir que el servicio en Sanyi es un poco difícil. Actualmente, los fieles son ancianos o niños. Algunos son irregulares en las reuniones. Tengo que hacer yo solo las lecturas y entonar los cantos. Invité a un miembro activo de Xevi, Mad. Matilda para que me ayude durante un tiempo. Pronto me ayudará otra, Sarah Gogo. Pero con todo este desafío, las palabras de nuestro Fundador vuelven a sonar en mis oídos: “Las grandes obras comienzan y crecen al pie de la Cruz” así que no me detendré. También con la ayuda del catequista John, estamos planeando algunas actividades pastorales para reavivar la estación. Dos fieles están sobre todo en mi corazón: María y Esteban, dos ciegos que siempre están dispuestos a asistir a las reuniones. La hermana Mary es incluso muy buena cantando. Debemos acompañarles a nuestras reuniones llevándoles en motocarro o caminando con ellos. El acólito David Tay fue a la estación para la Ceremonia de la Imposición de la ceniza y el Rev. P. Harry para la celebración sacramental de la Confesión de este año. Según el Programa pastoral de la Parroquia, el Párroco debería estar en Sanyi el 3 de septiembre, donde podría bautizar.

Sin prisa pero sin pausa, las dos parroquias a las que sirvo crecen con ayuda mutua. Que el Señor “nos dé la visión clara de lo que debemos hacer, la fuerza y los medios para lograrlo“.
Justin, LMC

Sembrando en el continente africano en Mozambique

Hola, soy Tito, un Laico Misionero Comboniano de Brasil, en misión en Carapira, al norte de Mozambique. Aquí trabajo en el Instituto Técnico Industrial de Carapira (ITIC), donde soy responsable de la producción agrícola, produciendo hortalizas para que los alumnos puedan comer más sano.

También trabajo en la parroquia en los diversos programas y ministerios pastorales. En mi tiempo libre, cuando estoy en casa, cultivo un pequeño huerto para contribuir a nuestra dieta. Como pueden ver, aquí en la misión estoy sembrando y cosechando buenos frutos. Pero Dios también nos llama, a través de nuestro Bautismo, a ser sembradores de su palabra del Evangelio.

Como misioneros, debemos sembrar amor, paz, justicia, compartir, fraternidad, esperanza, etc. Dondequiera que voy, siempre intento sembrar, sembrar, sembrar. Un día estas semillas germinarán y darán buenos frutos. Sé tú mismo un sembrador, pero siembra pensando en tu prójimo.
Tito, Laico Misionero Comboniano en Moçambique

Envía Señor obreros a tu viña

Ghana

Durante mucho tiempo, nuestro grupo existió con los mismos miembros. Peor aún, el número seguía reduciéndose. De unos veinte, bajamos a diez y durante un tiempo a sólo cinco. El desánimo provenía de los diversos retos a los que nos enfrentábamos durante el proceso de formación. Pero, por la gracia de Dios, llegó un nuevo dinamismo con el superior provincial, el padre Timothy, y el capellán Leopold. Después de la promesa de tres miembros el 10 de octubre del año pasado y después de la Asamblea Africana en Benin, tuvimos la alegría de ver llegar nuevos miembros para el camino del LMC.

En Ghana

Con el celo del Sr. Christian Wotormenyo, un antiguo miembro del grupo, han comenzado la formación LMC las Señoras Grace Dzokoto y Gifty Aziedu y los Señores Valentine Sewovi, Emmanuel Aniewu, Daniel Gbekie y Peter Kofitio. Con la larga distancia que nos separa, además de la reunión mensual que requiere una presencia física, planeamos algunas reuniones en línea para compartir algunas informaciones. Algunos candidatos ya han empezado a asistir a la reunión mensual. Y para resolver en cierto modo el problema de la distancia que nos separa, estamos pensando en tener algunos días de formación durante las vacaciones. Esto consolidará al mismo tiempo nuestra vida comunitaria.

En Togo

Siete (7) son los candidatos en Lomé, Togo, en la parroquia María Madre del Redentor. El celo de estos fieles comprometidos es notable. El grupo existe desde hace tiempo. Tienen algunos compromisos en la Parroquia y colaboran activamente con las Hermanas Combonianas de Adidogome. La Hermana Elisabeth, SMC y el Padre Augustine, MCCJ acompañan al grupo. Los señores Botri Ernest, Adjogble Benjamin, Akitibi Jean, Gnimassoun Jean Baptiste y las señoras Emilienne Avotonou, Keto Dorothy y Maria Dong son los candidatos en formación. La formación ya ha comenzado formalmente. Los LMC de la Provincia y el Capellán están en contacto con el grupo para el crecimiento de los miembros. Nosotros ( LMC) organizaremos de vez en cuando algunas visitas para compartir experiencias. Las visitas en este sentido ya han comenzado: Alberto (coordinador CC) y Justin (coordinador en la Provincia) hicieron una visita al grupo en noviembre de 2022. Otra visita tuvo lugar el 20 de agosto de 2023 por invitación de la Hermana Elisabeth. El compartir fue sobre “La misión de los LMC en la iglesia y en la sociedad” que se desarrolló maravillosamente con la contribución de cada uno incluyendo a la Hermana Elisabeth.

En Benín

En Benín, dos aspirantes manifestaron su deseo de iniciar el camino del LMC a través del blog del LMC: Los señores Ulrich Coffi y Aboe Lucien. Las conversaciones con ellos se realizan por ahora online. Pronto se reunirán con el Hermano Pascal, MCCJ que planificará, con ellos, el Capellán y los LMC, el proceso de formación.

Damos gracias al Señor que sigue sembrando en el corazón de los fieles “un fuerte impulso misionero para que Cristo sea testimoniado y anunciado a los que todavía no lo conocen“.
Justin, LMC

Seis años de Chispuditos, en Guatemala

LMC en Guatemala

Con la bendición de Dios, mucha alegría, buen ánimo, sonrisas y anticipación, los LMC estuvimos aportando ideas, actividades y sugerencias de bocadillos para celebrarle a los niños de la Aldea La Salvadora I y II el aniversario…

Llegado el 3 de Junio, fecha del Aniversario, con una mañana agradablemente soleada y con la asistencia de los 50 niños que mes a mes se les da seguimiento preventivo para la desnutrición infantil, realizamos la preparación de una deliciosa y fresca ensalada de frutas, que niños y padres de familia degustaron juntamente con un pan con relleno de pollo y una muy fría y refrescante horchata.

Hubo juegos divertidos de rondas, cantos y carreras alrededor de sillas; mímicas y hasta carreras de mamás con sus bebés, obsequiándoles a cada uno con un atractivo vaso plástico de colores pastel. Fue un ambiente tan entretenido y ameno, que los niños como los mayores pasamos una mañana de fiesta y diversión.

Por supuesto, el cierre con broche de oro, de esta celebración, fue la presentación de una obra de cuento, en la que los LMC pusieron toda su alma y energía en su actuación, dejando sorprendidos y maravillados a todos los espectadores, fue la fábula de Leo y el ratón. Curiosamente varios niños no conocían la fábula y nos llamó mucho la atención la manera en que, adultos y niños, estaban completamente introducidos en la trama.

Fue un momento muy ameno, un momento en el que celebramos la vida y que, en medio del sufrimiento, hay luz y esperanza para estas aldeas.

Nuestro profundo deseo como comunidad, es ir creciendo con este programa, para que la palabra de Dios pueda llegar a más familias y les consuele en sus pesares, para que más niños puedan tener la oportunidad de mejorar una pequeñez su salud y para que las madres de familia puedan tener las herramientas necesarias para que sus hijos crezcan con mayor oportunidad.
Sara Ramírez, LMC Guatemala

«Únanse a nosotros en la oración»: Hermana Giovanna, misionera comboniana, en la tierra de Jesús

«Conocen muy bien la realidad que estamos viviendo. La guerra está en curso desde el 7 de octubre: bombardeos en Gaza por parte de Israel tras los ataques de Hamas. Aquí en Jerusalén, donde vivo, la situación es anómala, pero pacífica. No hay peregrinos, no hay turistas».

La hermana Giovanna Sguazza, misionera comboniana en Tierra Santa, está viviendo estos días cargados de violencia junto a sus hermanas y a toda la población. Desde la tierra de Jesús, exhorta a todos a unirse en oración para pedir el don de la paz. «Yo soy una de las ocho hermanas combonianas que viven en Cisjordania, muy cerca del muro de separación. Conocemos bien la realidad palestina e israelí. Todo lo que podemos hacer es rezar, el Señor de la Paz, Shalom, está ahí y vendrá».

«La situación es dramática, da miedo», añade la misionera. «Hay muchos controles militares en casi todas partes. Los viernes, día de oración, hay guardias por toda la ciudad».

La hermana Giovanna comparte las palabras repetidas en los últimos días por el Patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, sobre el nuevo tiempo de atrocidades y violencia que ensangrienta Tierra Santa. «El cardenal Pizzaballa –dice la hermana Giovanna– ha descrito muy bien la situación, y yo, que soy comboniana, me uno a él. Ponemos todo en las manos y en el corazón de Jesús».

«Aquí en Jerusalén –añade la religiosa– muchas iglesias han puesto en marcha iniciativas de oración y nosotras caminamos con confianza. Pido a todos que se unan a nosotros en la oración», concluye la hermana Giovanna.

En su audiencia general del miércoles 18 de octubre en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco invitó a todos a dedicar la jornada de hoy, viernes 27 de octubre, a la oración y al ayuno para invocar el don de la paz en todo el mundo.

Crédito: Agencia Fides