Abogar por la conversión ecológica de cara a la COP28

En la exhortación Laudate Deum , el Papa Francisco pide acciones ambiciosas en la COP28. La COP28 es la 28ª “Conferencia de las Partes” del organismo de las Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático. Es un momento importante en la lucha contra la crisis climática. La Plataforma Iniciativa Laudato Si’, el Movimiento Laudato Si’ y Caritas Internationalis han publicado una reflexión de cara a la COP28. Publicamos a continuación su traducción en español.

La exhortación Laudate Deum del Papa Francisco, publicada pocas semanas antes de la COP28, llama a los gobiernos y otras partes interesadas a dar un paso adelante y abordar responsablemente la emergencia climática para mitigar y, en última instancia, revertir esta crisis global que afecta a nuestro hogar común, la creación de Dios y a nuestras hermanas y hermanos más pobres.

1. Balance Global (GST) – Evaluación de los compromisos del Acuerdo de París
2. Mitigación de las emisiones que modifican el clima
3. Financiar la transición ecológica
4. Indemnización por pérdidas y daños
5. Adaptación al cambio climático
6. La contribución de la sociedad civil

Propuestas de acción para los gobiernos nacionales

La exhortación Laudate Deum es una invitación concreta a promover el multilateralismo como forma de gobierno capaz de establecer e implementar reglas globales y efectivas para la “salvaguardia global” del planeta. Es un espacio democrático e inclusivo donde las voces de la sociedad civil pueden ser escuchadas, donde todos los países tienen un papel que desempeñar, donde la brújula es el bien común y no una “autoridad mundial concentrada en una sola persona o en una élite con excesivas poder” (LD 35).

Antes de la COP28, cada estado parte del Acuerdo de París está ultimando su posición negociadora. Por lo tanto, es muy importante impulsar dentro de cada país o región para llegar a Dubai con compromisos claros para implementar el Acuerdo de París:

1. Balance mundial (GST)

« Si hay un interés sincero en hacer que la COP28 sea histórica, honrándonos y ennobleciéndonos como seres humanos, entonces sólo podemos esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean vinculantes y fácilmente monitoreables. » (DL 59).

La COP de este año pretende marcar un hito en la implementación del Acuerdo de París, ya que establecerá por primera vez desde 2015 el “Balance Global”, el mecanismo de evaluación previsto por el Acuerdo de París.

Los resultados del GST y las decisiones relacionadas de la COP28 deben proponer vías claras, viables y específicas para lograr los objetivos de París, con políticas y planes concretos que adopten un enfoque basado en evidencia y los derechos humanos, incluidos los derechos de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta las condiciones sociales. Justicia y equidad intergeneracional.

Lograr el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5°C (en comparación con la época preindustrial) requiere una acción inmediata y sin precedentes para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en el corto plazo, a través del compromiso de eliminar gradualmente todos los combustibles fósiles. . El llamamiento contenido en Laudato si’ es una alarma que nos recuerda que el umbral de 1,5 °C no es una simple cifra, sino un imperativo moral (LD 56). Todos los países que se han adherido a la CMNUCC (Conferencia Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) deberían aumentar (o comprometerse a aumentar) sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) antes de la COP28 para cerrar la brecha de reducción de emisiones, así como para cubrir los déficits de implementación. de los compromisos asumidos, incrementando la implementación de políticas para lograr la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

Todas las partes de la CMNUCC deberían acordar una eliminación global rápida, justa y equitativa de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) en todos los sectores , en línea con el límite de temperatura de 1,5°C para 2050 en adelante. Además, deben acordar compromisos vinculantes para garantizar que cada país haga su parte, empezando por los que más han contaminado históricamente y los ricos que más contaminan actualmente. También debemos detener el desarrollo de nuevos oleoductos, minas e infraestructuras que perpetúan nuestra dependencia de combustibles fósiles contaminantes, peligrosos y costosos.

“Debemos superar la lógica de parecer sensibles al problema y al mismo tiempo no tener el coraje de realizar cambios sustanciales” (LD 56). Los Estados deberían acordar un marco de transición justo con un objetivo global establecido para la energía renovable: triplicar la capacidad global de energías renovables a 11.000 GW para 2030, implementando al menos 1.500 GW por año para 2030.

Todos los gobiernos también deberían adoptar un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles como herramienta clave para complementar y fortalecer el Acuerdo de París, cuyo texto omite cualquier referencia a los combustibles fósiles, a pesar de que son el principal impulsor del cambio climático. La adopción de un tratado sobre combustibles fósiles superará esta brecha en el Acuerdo de París, lo que conducirá a compromisos más concretos en las NDC.

2. Mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero

Las falsas soluciones –como la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y otras tecnologías de “reducción” de emisiones– sirven como función principal para distraer la atención de la necesidad de eliminar gradualmente los combustibles fósiles . “Asumir que cada problema futuro puede resolverse con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo fatal, destinado a provocar un efecto de bola de nieve” (LD 57). La CCS tiene una historia de décadas de promesas excesivas y resultados insuficientes y, a pesar de haber existido durante décadas, las plantas de CCS actualmente capturan menos del 0,1% de las emisiones globales. La CAC y otras tecnologías no deben distraernos del objetivo central de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante una transición justa que abandone los combustibles fósiles.

3. Financiar la transición ecológica

” La necesaria transición hacia energías limpias, como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no avanza con suficiente rapidez ” (LD 55). Las economías emergentes y en desarrollo serán responsables de la mayor parte del crecimiento de las emisiones en las próximas décadas, y se necesita un aumento sin precedentes en el gasto en energía limpia para poner a los países en el camino hacia las emisiones netas cero.

  • Hasta ahora, los países desarrollados no han logrado alcanzar el objetivo de 100 mil millones de dólares en financiamiento climático , que debería proporcionarse anualmente entre 2020 y 2025. Los países desarrollados deben garantizar que este objetivo pueda lograrse compensando las brechas en la entrega en los primeros años.
  • También debemos adaptar todos los flujos financieros a los objetivos del Acuerdo de París: todos los países de la CMNUCC deberían eliminar gradualmente los subsidios directos e indirectos a los combustibles fósiles.
  • Reforma de la arquitectura financiera internacional: las principales instituciones financieras internacionales deberían adoptar rápidamente políticas de desinversión en combustibles fósiles, mayores garantías para los derechos humanos, estructuras de gestión más democráticas que incluyan mecanismos de participación y seguimiento por parte de los países en desarrollo, de los pueblos indígenas, de la sociedad civil y de las comunidades locales. comunidades, desarrollar objetivos de financiación para el clima y la biodiversidad, y actuar urgentemente para el alivio de la deuda.
  • La transición energética corre el riesgo de volver a ser injusta si se limita a sustituir los combustibles fósiles por energías renovables sin cambiar estilos de vida insostenibles y métodos destructivos de producción y consumo. Una transición justa requiere apoyo financiero y tecnológico para los países menos desarrollados, garantizando equidad y justicia en el proceso.
  • La financiación de la energía limpia no debería adoptar la forma de deuda y préstamos del sector privado, lo que empujaría aún más a los países emergentes y desarrollados a “trampas de deuda”. Los países más ricos tienen una “deuda ecológica” (LS 51) que deben pagar mediante financiación pública.
  • El Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) sobre financiación climática, es decir, la suma de la financiación anual para combatir el cambio climático que se definirá en la COP 28, debe basarse en las necesidades de los territorios y ser suficiente para cubrir toda la escala de costes necesarios. para que los países desempeñen plenamente su papel en la consecución del Acuerdo de París.
  • La declaración del Papa Francisco en Laudate Deum destaca la importancia de garantizar que las medidas adoptadas en la COP28 no sean meras aspiraciones, sino vinculantes y ejecutables. Estas medidas deben cumplir tres criterios clave: deben ser efectivas, obligatorias y fácilmente monitoreadas .

4. Pérdidas y Daños

Tras la decisión histórica de establecer nuevos acuerdos de financiación, incluido un fondo, para responder a las pérdidas y daños sufridos debido al cambio climático, con el Comité de Transición desarrollando recomendaciones para su consideración y adopción en la COP28, los Estados deben proceder en los siguientes puntos y estar preparados para encontrar un acuerdo en Dubai:

  • La financiación para abordar las pérdidas y los daños asociados con los impactos negativos del cambio climático debe ser financiación pública nueva, adicional y predecible que priorice claramente las subvenciones; Hacemos hincapié en que el fondo de pérdidas y daños debe centrarse en abordar las pérdidas y daños de conformidad con las decisiones de la COP27.
  • El Fondo de Pérdidas y Daños debe ser fundamental para los acuerdos de financiación existentes, a fin de catalizar la mayor parte de la financiación y coordinar los acuerdos de financiación existentes para garantizar la complementariedad y la coherencia y abordar las brechas de financiación.
  • El fondo para pérdidas y daños debe ser de fácil acceso , para garantizar que las comunidades necesitadas en todo el Sur Global reciban los fondos que necesitan para recuperarse y estén a cargo de su propio futuro; debe ser integral para respaldar respuestas a pérdidas y daños, tanto económicos como no económicos, tanto por fenómenos climáticos extremos como de evolución lenta.
  • Debe ser correctivo , ya que proporciona subvenciones y no préstamos basados ​​en el principio de “quien contamina paga”.
  • Debe ser representativo y basarse en los derechos humanos y el principio de subsidiariedad, y estar regido por una autoridad equitativa que actúe por el bien común; eficiente y eficaz, ya que actúa como fondo de referencia global para abordar pérdidas y daños junto con otros acuerdos de financiación.

5. Adaptación al cambio climático

Los esfuerzos de adaptación no van a la par de los crecientes impactos climáticos. El informe AR6 del IPCC indica que la planificación de la adaptación se está ampliando, pero la implementación es inadecuada. Existe una necesidad urgente de elevar el debate político sobre la adaptación dentro de la CMNUCC:

  • Los Estados deberían adoptar una agenda permanente sobre el Objetivo Global de Adaptación (GGA), es decir, el acuerdo internacional sobre el monto de financiamiento para la adaptación al cambio climático.
  • Se necesitan avances sustanciales en la definición del marco y las directrices del GGA para su puesta en funcionamiento en la COP28. Se debe establecer un objetivo de adaptación global creíble, sólido y viable para mejorar la capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático.
  • El objetivo de adaptación global debe diseñarse para apoyar:

= coordinación, procesos y acciones de adaptación a nivel regional y nacional;

= objetivos, planes y acciones a nivel subnacional y local;

= acción para los ecosistemas y las comunidades locales;

= enfoques inclusivos, particularmente con la inclusión de la sabiduría, los valores y los conocimientos de los pueblos indígenas.

  • Los Estados deberían aumentar sus compromisos y presentar una hoja de ruta definitiva para duplicar colectivamente la financiación de la adaptación para 2025, en comparación con los niveles de 2019, con el objetivo de lograr un equilibrio entre la financiación para la mitigación y la adaptación.
  • La presidencia de los Emiratos Árabes Unidos en la COP28 pidió una Declaración sobre Sistemas Alimentarios en la COP28. Los gobiernos deben comprometerse a reducir las emisiones agrícolas y transformar la agricultura para el planeta y las personas. En la COP28, al fortalecer los sistemas alimentarios locales y amplificar las voces de los agricultores, el compromiso podría catalizar la financiación y así lograr avances significativos en los sistemas alimentarios, promoviendo un futuro sostenible que sea significativo y duradero.

6. La contribución de la sociedad civil

Es indispensable un compromiso significativo de la sociedad civil, en particular de los activistas jóvenes, para una acción climática eficaz y basada en los derechos. Su participación activa garantiza perspectivas diversas, soluciones innovadoras y responsabilidad, mejorando la calidad general y el impacto de las iniciativas climáticas. ” Las demandas que surgen desde abajo en todo el mundo, donde personas comprometidas de los más diversos países se ayudan y acompañan, pueden lograr presionar a los factores de poder” (LD 38 ). Hacemos un llamado a la participación abierta y transparente de la sociedad civil, libre de temor a repercusiones.

Por el bien de nuestra casa común, por favor lleven las solicitudes concretas anteriores a la atención urgente de su gobierno nacional y de los organismos internacionales. Al mismo tiempo, como personas de fe conscientes de que la Creación es un regalo sagrado de Dios, estamos llamados a transformar los valores de nuestras comunidades y sociedades. En definitiva, “no hay cambios duraderos sin cambios culturales” (LD 70).

La sinodalidad es un proceso

Por: + Cardenal Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

MIRAR

Ha concluido en Roma la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, con participación de muchos otros miembros del Pueblo de Dios. Se ha publicado el Informe de Síntesis, que recoge los aportes recibidos en el aula sinodal, más todas las aportaciones que se hicieron en toda la Iglesia durante dos años anteriores. El Sínodo no empieza ni termina aquí, sino que es un proceso de la vida de la Iglesia, antes y después del Concilio Vaticano II (1962-65).

Si sinodalidad significa que todos los bautizados sean miembros vivos y operantes de la Iglesia, esto ya sucedía tanto en lo que nos describe Hechos de los Apóstoles 15, como en lo que ya se hacía antes del Concilio. Por ejemplo, en mi pequeña población, no había sacerdote y mi papá, junto con otros laicos, asumía el servicio de estar al frente de la comunidad. Iba a la ciudad cercana a recibir su formación por parte de la Acción Católica; luego daba la catequesis diferenciada a jóvenes y adultos, presidía la celebración dominical, que llamaban Misa de los campesinos, sin sacerdote, y promovía lo que hoy llamamos pastoral social: que hubiera carretera, luz eléctrica, escuela, salud y desarrollo.

Después del Concilio Vaticano II, sobre todo en lugares donde no hay suficientes sacerdotes, los catequistas, mujeres y varones, religiosas y diáconos, previa formación recibida por parte de su párroco, son los animadores integrales de la comunidad, tanto en la evangelización y la catequesis, como en las celebraciones y en el desarrollo integral. Esto lo hemos vivido en muchos lugares y no es moda actual. Lo que pide el Sínodo es que todos los bautizados asuman su lugar y su misión en la tarea de continuar la obra de Jesús, para el bien de la humanidad.

DISCERNIR

En cuanto a la importancia del apostolado de los laicos, ya dijo el Concilio en su Decreto Ad gentes: “La Iglesia no está verdaderamente formada, no vive plenamente, no es señal perfecta de Cristo entre los hombres, en tanto no exista y trabaje con la jerarquía un laicado propiamente dicho” (21).

El Papa decía en su homilía de clausura de esta sesión sinodal: “La Iglesia que estamos llamados a soñar: una Iglesia servidora de todos, servidora de los últimos. Una Iglesia que no exige nunca un expediente de ´buena conducta´, sino que acoge, sirve, ama, perdona. Una Iglesia con las puertas abiertas que sea puerto de misericordia... Se concluye la Asamblea sinodal. En esta ´conversación del Espíritu´ hemos podido experimentar la tierna presencia del Señor y descubrir la belleza de la fraternidad. Nos hemos escuchado mutuamente y, sobre todo, en la rica variedad de nuestras historias y nuestras sensibilidades, nos hemos puesto a la escucha del Espíritu Santo. Hoy no vemos el fruto completo de este proceso, pero con amplitud de miras podemos contemplar el horizonte que se abre ante nosotros. El Señor nos guiará y nos ayudará a ser una Iglesia más sinodal y más misionera, que adora a Dios y sirve a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, saliendo a llevar la reconfortante alegría del Evangelio a todos.

Pero esto es un proceso de vida, que no se queda en un evento. Como dice el Informe de Síntesis: “La Asamblea no es un acontecimiento aislado, sino una parte integrante y una etapa necesaria del proceso sinodal. En la multiplicidad de intervenciones y la pluralidad de posiciones resonó la experiencia de una Iglesia que está aprendiendo el estilo de la sinodalidad y buscando las formas más adecuadas para realizarla. Esta fase durará hasta octubre de 2024, cuando la Segunda Sesión de la Asamblea concluirá sus trabajos, ofreciéndolos al Santo Padre.

De hecho, el camino sinodal pone en práctica lo que el Concilio enseñó sobre la Iglesia como Misterio y Pueblo de Dios, llamada a la santidad. Valora la contribución de todos los bautizados, en la variedad de sus vocaciones, a una mejor comprensión y práctica del Evangelio. En este sentido, constituye un verdadero acto de recepción ulterior del Concilio, prolongando su inspiración y relanzando su fuerza profética para el mundo de hoy.

El sentido del camino sinodal convocado por el Santo Padre es implicar a todos los bautizados... No es fácil escuchar ideas diferentes, sin ceder inmediatamente a la tentación de replicar; ofrecer la propia contribución como un don para los demás y no como una certeza absoluta. Sin embargo, la gracia del Señor nos ha llevado a hacerlo, a pesar de nuestras limitaciones, y ésta ha sido para nosotros una verdadera experiencia de sinodalidad. Practicándola, la hemos comprendido mejor y hemos captado su valor.

El estilo de la sinodalidad aparece como un modo de actuar y operar en la fe que brota de la contemplación de la Trinidad y valora la unidad y la variedad como riqueza eclesial... La sinodalidad se presenta principalmente como un camino conjunto del Pueblo de Dios y como un diálogo fecundo de carismas y ministerios al servicio de la venida del Reino... La sinodalidad aparece principalmente como un conjunto de procesos y una red de organismos que permiten el intercambio entre las Iglesias y el diálogo con el mundo.

ACTUAR

El Papa Francisco ha criticado frecuente y duramente el clericalismo, que es como acaparar la misión de la Iglesia y como un abuso de poder por parte de los clérigos. Si nosotros fallamos en esto, pidamos al Espíritu Santo la gracia de convertirnos. Y las religiosas y demás laicos ayúdenos a entrar en este proceso de sinodalidad, como estilo de vida eclesial, en que todos participamos. La autoridad, según Jesús, es servicio.

Domund 2023: Corazones que ardieron por la Misión

Cuando nos fijamos en la figura de los misioneros, especialmente la de aquellos que fueron pioneros y abrieron caminos a la evangelización en los rincones más remotos del mundo, nos viene un sentimiento de admiración por todo lo que hicieron, casi siempre en unas condiciones muy difíciles y con medios muy precarios. Los primeros combonianos que llegaron a Baja California Sur no disponían ni de la telefonía móvil, ni de internet, ni tampoco de los medios de transporte o infraestructuras que tenemos hoy. ¿Qué fue entonces lo que les movió a dejarlo todo para aventurarse a un lugar en el que no conocían la lengua ni la cultura, con unas condiciones climáticas, sociales y políticas que no eran para nada favorables?

El lema del DOMUND de este año, que celebramos este fin de semana, es: «Corazones ardientes, pies en camino», en alusión a los discípulos de Emaús, que tras el encuentro con Jesús resucitado sintieron «arder sus corazones» y rápidamente «se pusieron en camino» para anunciar a los demás discípulos lo que acababan de vivir. El papa Francisco afirma en su mensaje de este año que «este ir de prisa, para compartir con los demás la alegría del encuentro con el Señor, manifiesta que la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús».

Ahí puede estar la respuesta a nuestra pregunta. El entusiasmo misionero provocado por su encuentro con Jesús fue sin duda el principal argumento en que se apoyaron aquellos combonianos para llevar adelante el arduo trabajo de anunciar el Evangelio a una población abandonada espiritualmente durante décadas.

Cuando nuestro corazón arde de entusiasmo por algo, nuestros pies se ponen en camino sin pensar en las dificultades que podamos encontrar y somos capaces de cualquier sacrificio para lograrlo. Los pies de aquellos primeros combonianos recorrieron cientos de kilómetros por caminos polvorientos y pedregosos para cumplir la misión que se les había encomendado. Lo hicieron porque su «corazón ardía» por la misión, porque no podían permitir que la población de la Baja California se viera privada de la alegría de conocer a Jesús y de tener mejores condiciones de vida. Fruto de aquel ardor misionero fueron las capillas, dispensarios, residencias de ancianos, la Ciudad de los Niños o la imprenta que sigue hoy en funcionamiento. Y no sólo eso, muchos jóvenes mexicanos y mexicanas se contagiaron del mismo ardor y hoy, siguiendo su ejemplo, llevan esa alegría del Evangelio lejos de sus fronteras.

De la gratitud al compromiso

Celebraciones del 75 aniversario de la presencia de los combonianos en México
El sábado 14 de octubre los Misioneros Combonianos celebramos una misa de acción de gracias en la Basílica de Guadalupe por los 75 años de nuestra presencia en México. El domingo 15 nos congregamos todos en Xochimilco, sede de nuestro noviciado y de la casa provincial, para clausurar de manera festiva este hermoso acontecimiento.

Por: P. Rafael González Ponce, mccj

San Daniel Comboni visitó a nuestra Madre de Guadalupe, esa frase podría resumir lo que hemos vivido el sábado 14 de octubre en la Basílica del Tepeyac. Era la culminación de un año jubilar por los 75 años de presencia evangelizadora de los misioneros combonianos en México. Numerosos grupos se empezaron a concentrar en el atrio mariano, muchos con sus banderas y camisetas coloreadas de símbolos alusivos a la ocasión, venidos de todas nuestras comunidades esparcidas a lo largo y ancho del país.

La solemne celebración litúrgica nos hizo experimentar un gozo orante lleno de fe y esperanza. Mons. Jaime Rodríguez Salazar, primer obispo comboniano mexicano, presidió a la Eucaristía, mientras que el P. Rafael Güitrón Torres, superior provincial, nos fortaleció con su homilía: “Somos conscientes que nuestro agradecimiento no es sólo un hacer memoria del pasado sino sobre todo un compromiso para el presente y el futuro…” para concluir rezando a la Morenita: “Que no tengamos otra pasión sino anunciar el Evangelio y caminar al lado del pueblo que sufre para contagiarles Vida. Bendice, Madre, esta nueva etapa de los misioneros combonianos que hoy iniciamos en el nombre de tu Hijo Jesús

Al día siguiente, verdaderamente en un ambiente festivo, continuó la celebración en el cerrito del noviciado de Xochimilco. Alrededor de dos mil asistentes entonamos, al ritmo de mandolinas y flautas, los cantos a Comboni y el himno de los 75 años, compuesto por el P. Jesús Lobato. El señor obispo de Xochimilco, Mons. Andrés Vargas Peña, con gran amistad, tuvo a bien acompañarnos. Cabe destacar la presencia de dos miembros del Consejo General, el P. David Costa Domíngues y el Hno. Alberto Lamana Cónsola. Nuestras provincias hermanas de Centroamérica y de Estados Unidos estuvieron representadas, la primera por su provincial el P. Juan Diego Calderón Vargas y la segunda por nuestra querido P. Enrique Sánchez González.

Al final del día, recorriendo los puestos de taquitos, tamales, elotes, perros calientes, horchata y ricos postres…o entretenidos en la tómbola… todo era gratitud hacia los organizadores y los seminaristas. Un trío amenizaba con sus románticas baladas y del otro lado no se cansaban de interpretar la tradicional danza de los viejitos. Los motores de los autobuses empezaron a calentar pues a muchos les esperaba un largo viaje para regresar a sus lugares de origen, mientras los abrazos y mutuas bendiciones nos llenaban el corazón de alegría y paz. Es hermoso pertenecer a esta familia misionera que hoy vuelve a soñar grandes horizontes.


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La Misión de la Iglesia es dar testimonio

Toda conversión surge por la influencia del Espíritu Santo
que actúa a través del testimonio de quienes buscan vivir de verdad el evangelio

Por: P. Fernando Cortés Barbosa, mccj
Desde Mongoumba, República Centroafricana

La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción

La misión comienza con un envío de parte de Jesús resucitado, que ha elegido, por pura bondad suya, a los que irán a proclamar su nombre por todo el mundo, anunciando con valor y alegría las maravillas que el Señor ha obrado en sus vidas, pues tal fue su mandato: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes” (Mt 28,19-20). Este envío a evangelizar de parte de Jesús no es para hacer proselitismo, que tiene por único fin el de aumentar el número de adeptos, sino para que sus seguidores puedan dar testimonio de qué modo el Señor los ha transformado, y será por este testimonio que resultarán creíbles y agradables, atractivos pues, de modo que puedan suscitar que otros se acerquen al Señor, porque, como diría Benedicto XVI: “La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción”.

El testimonio de los que siguen a Jesús

Testigo es aquella persona que ha tenido una experiencia íntima del Señor, que la ha llamado, la ha transformado con su amor y con su palabra, y finalmente la ha enviado. Dice la Primera carta de Juan: “Lo que hemos visto y oído, lo que hemos contemplado y nuestras manos han tocado del Verbo de vida… se lo comunicamos para que estén en comunión con nosotros” (1Jn 1,1-4). Quien de este modo ha sido tocado por el Señor no puede guardar para sí tan grande acontecimiento que ha marcado su vida con un antes y un después. En adelante el testigo no hará otra cosa que dar testimonio de esta transformación donde quiera que esté, viviendo según el espíritu de las bienaventuranzas (Mt 5,1-11), realizando las obras de bondad que señala el juicio final (Mt 25, 31-40), siguiendo el ejemplo de generosidad del buen samaritano (Lc 10, 29-37) y sin olvidarse de perdonar al prójimo las veces que sean necesarias (Mt 18,21-22), porque es consciente de haber sido liberado de su orgullo cuando fue perdonado por el Señor.

El testimonio en comunión con la Iglesia

El testigo no es alguien que actúa aislado, sino que vive unido a la comunidad de los que también fueron llamados como él. Y así, en iglesia, el testimonio de todos y de cada uno es como puede tener mayor atracción, tal cual sucedía con la primera comunidad cristiana que gozaba de la admiración de la gente (Hch 2, 42-47). Pero este testimonio de comunión entre los miembros de la primitiva iglesia no hubiera sido posible si a la base no estuviera el amor que se prodigaban unos a otros, según el nuevo mandamiento recibido por Jesús (Jn 15,12). No por nada Tertuliano, escritor apologista del siglo II, pudo recoger una expresión de boca de los paganos acerca de los primeros cristianos que se había hecho famosa: “Mirad cómo se aman” (Apologético 39, 1-18).

La gente se fija mejor en los testigos que en los maestros

Para llevar a cabo la obra de evangelización la Iglesia necesita entre sus miembros personas bien preparadas, capaces de enseñar a otros, pero de poco o nada serviría su preparación si les faltara abrirse al don del Espíritu Santo que actúa a través de quienes dan genuino testimonio del Señor, y que por esto mismo captan la atención de la gente. Aquellas palabras del Papa San Pablo VI, en su exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, siguen conservando su actualidad: “El hombre contemporáneo escucha mejor a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos” (EN 41).

Sucede que toda conversión, o el hecho de que otros opten por seguir a Jesús, surge no a causa de razonamientos teológicos para proponer y defender la fe, ni intentando persuadir a los demás con argumentos bien elaborados haciendo gala de nuestro amplio conocimiento, sino por la influencia del Espíritu Santo que actúa a través del testimonio de quienes buscan vivir de verdad el evangelio, muy acorde con lo que Jesús resucitado dijo a sus discípulos poco antes de su ascenso a los cielos, que cuando recibieran la fuerza del Espíritu Santo serían sus testigos hasta los confines del mundo (Hch 1,8). Y es que un testigo del Señor no pretende convencer a nadie para compartir su fe, como haría un proselitista o propagandista de la religión; la comparte sí, pero con la alegría y la generosidad de quien busca ofrecer aquello que nada mejor puede ser encontrado.

Cardenal Steiner: Amazonía, una Iglesia que se evangeliza «en la fuerza de los laicos, ministerialidad, mujeres, indígenas, misioneros y misioneras»

El 35º Congreso Internacional de la Sociedad de Teología y Ciencias de la Religión – SOTER, que se celebra en la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais del 11 al 14 de julio, con el tema «La Amazonía y el Futuro de la Humanidad: Pueblos Originarios, Cuidado Integral y Cuestiones Ecosociales», contó con la reflexión del cardenal Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo de Manaos, con el tema: «Amazonía: Evangelízate a ti misma».

No ignorar el territorio y el bioma

Una reflexión que no puede ignorar el territorio y el bioma, pero también la actitud que está o debería estar presente en la Iglesia de la Amazonía: «La Iglesia está en la Amazonía, no como aquellos que tienen las maletas en la mano para irse después de haber explorado todo lo que podían. La Iglesia ha estado presente en la Amazonía desde el principio con misioneros, congregaciones religiosas, sacerdotes, laicos y obispos, y sigue estando presente allí y siendo un factor determinante en el futuro de esa región. Pienso en la acogida que la Iglesia en la Amazonía ofrece hoy a los inmigrantes haitianos después del terrible terremoto que devastó su país», recordando las palabras del Papa Francisco a los obispos brasileños durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (2013).

Una oportunidad en la que el Papa reclamó el «rostro amazónico» de la Iglesia que se encuentra en la Amazonía, con sacerdotes adaptados a la realidad, valientes, con parresía. Una Iglesia misionera, que asuma la misión encomendada por Jesús, subrayó el cardenal, «una Iglesia que evangelice y una Iglesia que se deje evangelizar». Y para ello propuso unos documentos para ser «una Iglesia abierta, responsable, servidora, samaritana, a la escucha; una Iglesia atenta a toda la realidad donde se encuentra».

¿Quién tiene la misión de evangelizar?

Analizó el concepto de evangelización, destacando la importancia de la Exhortación postsinodal Evangelii Nuntiandi, de Pablo VI, que presenta la evangelización como «llevar la Buena Nueva a todas las partes de la humanidad», y se pregunta «¿quién tiene la misión de evangelizar?», respondiendo que es el Pueblo de Dios, dado que «existe un vínculo íntimo entre la Iglesia, la comunidad y la evangelización». El cardenal mostró una doble orientación en la Iglesia que es enviada a evangelizar: «evangelizar no es un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial», y junto a ello, «si cada uno evangeliza en nombre de la Iglesia, ningún evangelizador es dueño de su acción evangelizadora». Una evangelización que, intuye, «tiene la dinámica de salir y recibir».

Según el arzobispo de Manaos, el encuentro de Santarém tiene un papel fundamental en la Iglesia de la Amazonía, como momento decisivo en el camino hacia una Iglesia que se evangeliza a sí misma. Es una oportunidad para que la Iglesia de la Amazonía haga su propio camino después del Concilio Ecuménico Vaticano II y de la Conferencia de Medellín. En 1972, los obispos de la Amazonía brasileña se reunieron para reflexionar y debatir, lo que se recogió en el «Documento de Santarém», que según el cardenal, «dio impulso y vida a la acción evangelizadora en la Amazonía», insistiendo en que «Santarém estableció una Iglesia encarnada y liberadora».

Importancia decisiva de Santarém

Se estableció un camino que «proporcionó frutos de encarnación y profecía en la evangelización entre los pueblos de la Amazonía», destacando «la audacia profética recogida en el Documento de Santarém», inspirando a la Iglesia de la Amazonía «en su modo de ser y actuar», con «Comunidades de Base donde los laicos fueron asumiendo un papel protagónico». Reflexiones que considera el germen del Sínodo para la Amazonía, y que dieron paso a sucesivos encuentros donde «nació el deseo de un encuentro entre las Iglesias de la Pan-Amazonía», proceso que desembocó en el Sínodo para la Amazonía, donde se percibe «el deseo de la Iglesia que está en la Amazonía de asumir la misión de evangelizar desde el terreno donde se encuentra».

50 años después de Santarém, la Iglesia de la Amazonía se reunió en el mismo lugar, asumiendo las directrices de Querida Amazonía, pero también una Iglesia que evangeliza a partir de la encarnación en la realidad y de la liberación de la realidad, una Iglesia que para evangelizarse «tiene la grandeza de la inculturación y de la interculturalidad», insistió el cardenal Steiner, una Iglesia que «tiene la marca de la evangelización integral y liberadora», que es servidora.

Hermenéutica de la totalidad

El arzobispo analizó Querida Amazonía a partir de la hermenéutica de la totalidad, insistiendo desde el concepto del rostro amazónico en «rasgos que puedan hacer visible la Iglesia que está en la Amazonía», buscando no imponer sino despertar a la fe, a la vida del Evangelio. Una Iglesia que tiene la encarnación de la «expresión de las culturas, religiosidades, la relación con el medio ambiente y la eliminación de las exclusiones». Desde ahí ve en la «hermenéutica de la totalidad la posibilidad de una Iglesia evangelizadora», definiendo los cuatro sueños de la exhortación postsinodal como «cuatro dimensiones de la realidad amazónica, esenciales para una Iglesia fecunda, misericordiosa, consoladora, inculturada, transformadora, liberadora, iluminadora de toda la Amazonía o Amazonía en su totalidad. Los sueños presentados ayudan a realizar la vida y el ser de la Iglesia en la Amazonía».

El cardenal Steiner propuso algunos signos para responder al tema de la conferencia: «Amazonía: Evangelízate a ti misma». El primero es una Iglesia misionera y discipular sinodal, con la actividad misionera como fundamento; una Iglesia servidora, profética y defensora de la vida; una Iglesia del cuidado de la Creación, siempre atenta al grito de la obra creada, del cuidado de la Casa Común; una Iglesia sinodal, con la participación de los bautizados, de las expresiones de Iglesia; una Iglesia de la escucha, del diálogo, de una realidad que en la Amazonía es multirreligiosa, multicultural y multiétnica; Iglesia de los mártires, expresión de fidelidad a la misión recibida y a la verdad del Evangelio vivida con radicalidad.

Estar juntos en el camino

El cardenal llamó a estar juntos en el camino, considerando a la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), como un elemento para que la Iglesia de la región avance en esta Evangelización propia. Por eso insistió en la necesidad de elaborar «Orientaciones Pastorales con rostro amazónico, teniendo como horizontes la encarnación y la liberación, la comunión y la participación». Insistió en la necesidad de mucha escucha en el camino hacia una Iglesia con rostro amazónico, viendo la búsqueda del rito amazónico, como un elemento que «debe ayudar a hacer visible el modo de ser amazónico», llamando a ir más allá de un rito litúrgico, buscando «hacer visibles las diferentes manifestaciones culturales».

Finalmente, el Cardenal Steiner destacó que «la Iglesia que se encarna en la Amazonía se está generando en la multiformidad, en la riqueza de dones y en la diversidad cultural». Una Iglesia que se evangeliza a sí misma, «en la fuerza de los laicos, de los ministerios, de las mujeres, de los indígenas, de los misioneros y misioneras; con una hermenéutica de totalidad, con un rostro samaritano, misionero», destacando que «es el futuro de la Amazonía y de la humanidad, en la búsqueda de la proximidad con los pueblos originarios, en el cuidado integral y ecosocial».

Crédito: ADN CELAM