Comunicado de la Familia Comboniana italiana tras el naufragio de inmigrantes en Calabria

¿TENEMOS EL CORAZÓN DE PIEDRA?

La Familia Comboniana Italiana (Misioneros Combonianos, Misioneras Combonianas, Misioneras Seculares Combonianas, Laicos Misioneros Combonianos) está profundamente conmocionada por un nuevo naufragio ocurrido en la madrugada del domingo 26 de febrero en las costas de Cutro, Calabria. Hombres, mujeres y niños que huían en busca de una vida mejor encuentran la muerte en nuestras costas calabresas. Hasta ahora se han contabilizado 64 muertos, entre ellos 15 niños y 21 mujeres, pero la cifra podría ascender a más de 100, que se sumarían a las decenas de miles de muertos en el mar Mediterráneo, convertido ahora en una gran tumba a cielo abierto.

Sobre este naufragio persisten preguntas graves e inquietantes: ¿qué ocurrió tras el avistamiento y la notificación de la embarcación por el avión de Frontex a las 22.30 horas de la noche anterior al naufragio? ¿Desde cuándo se sabía que este barco estaba en las aguas y no se tomó ninguna medida?

Nosotros, Familia Comboniana Italiana, elevamos nuestro grito de protesta ante estos horrores que siguen teniendo lugar en el Mar Mediterráneo. Como Misioneros y Misioneras, queremos reiterar que son los muros los que crean a los traficantes y no al revés como sigue diciendo el Ministro del Interior Piantedosi.

Ante este panorama, nos parece absurdo que el gobierno de Meloni siga aplicando políticas persecutorias contra los barcos salvavidas de las ONG. Un trabajo que debería ser tarea del Estado y que éste se niega a hacer; ejemplo de ello es el Decreto Fluxes, que sería mejor llamar “Decreto Naufragio”.

Estamos ante la maldad erigida en sistema.

¿Es posible que quienes están llamados a gobernar tengan el corazón de piedra?

Acaso hemos perdido todos lo que nos hace humanos, ¡¡¡sentir compasión por los que sufren!!!

Es precisamente esto lo que nos hace misioneros, personas que sienten en su piel el sufrimiento de otros seres humanos y de los oprimidos.

Por eso nos sentimos con derecho a hablar del sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas migrantes, fruto amargo de este sistema económico-financiero militarizado.

Como Misioneros y Misioneras, preguntamos al Gobierno italiano y a la Unión Europea: si Europa fue capaz de acoger sin problemas a millones de refugiados ucranianos, ¿por qué no puede acoger del mismo modo a millones de refugiados y refugiadas del Sur Global retenidos en campos aterradores y en condiciones inhumanas?

Son seres humanos, ¡exigen vivir!

Verona, 28 de febrero de 2023
Familia Comboniana de Italia