Laicos Misioneros Combonianos en Kitelakapel, West Pokot

Kitelakapel pertenece a la parroquia de Kacheliba. Cuenta con 17 aldeas y 17 ancianos, con un jefe que trabaja estrechamente para velar por el bienestar de la comunidad.

El condado de West Pokot es uno de los 14 condados de la región del Valle del Rift. Está situado en el norte del Rift, en la frontera occidental de Kenia con Uganda. Limita con el condado de Turkana al norte y noreste, con el condado de Trans Nzoia al sur, y con los condados de Elgeyo Marakwet y Baringo al sureste y este, respectivamente. El condado tiene una superficie aproximada de 9,169.4 km2. El condado de West Pokot, cuya capital es Kapenguria, está habitado principalmente por la comunidad pokot y la comunidad minoritaria sengwer. Son personas religiosas, en su mayoría cristianas, pero también hay musulmanes. La cultura es rica y la acogemos con entusiasmo.

El condado es conocido por su rico patrimonio cultural, la agricultura y la ganadería. El sector agrícola y ganadero es la columna vertebral de la economía, ya que más del 80% de la población se dedica a la agricultura y actividades relacionadas. El condado se caracteriza por una gran variedad de accidentes topográficos. En las partes norte y noreste se encuentran las llanuras secas, con una altitud inferior a 900 m sobre el nivel del mar. En la parte sureste se encuentran las colinas de Cherangani, con una altitud de 3370 m sobre el nivel del mar. Los paisajes asociados a esta gama de altitudes incluyen espectaculares acantilados de más de 700 m. Las zonas de gran altitud tienen un alto potencial agrícola, mientras que las de altitud media se encuentran entre 1500 y 2100 m sobre el nivel del mar y reciben pocas precipitaciones, además de ser predominantemente tierras de pastoreo. Las zonas de baja altitud incluyen Alale, Kacheliba, Kongelai y Kitelakapel.

Los pokot siempre han estado sólidamente arraigados en sus propias tradiciones y estilo de vida, por lo que solo recientemente han comenzado a valorar la educación escolar, y el nivel general de escolarización sigue siendo bajo. Las familias son principalmente polígamas, las niñas suelen casarse a una edad muy temprana, lo que significa, para las que van a la escuela, abandonar los estudios, como en el caso de los embarazos precoces, que también son bastante comunes.

Las familias están bastante fragmentadas, con casos de divorcios y separaciones, lo que tiene consecuencias inevitables en el comportamiento, los sentimientos y el bienestar de los niños. Entre los jóvenes y los adultos existe un problema generalizado de adicción al alcohol y las drogas, así como de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. La comunidad de Kitelakapel tiene un 90% de personas muy pobres y un 10% de clase media, compuesta principalmente por profesores y funcionarios del gobierno local y unos pocos agricultores dedicados al comercio.

El sector agrícola está creciendo y mejorando gracias a las lluvias favorables y constantes y a la fertilidad del suelo gracias a la aplicación de estiércol de vaca. En su mayoría, plantan maíz y hortalizas en amplias zonas valladas para evitar que los animales en régimen de pastoreo libre las destruyan, y se han introducido animales de cría selectiva en algunas explotaciones para aumentar la producción de leche y carne.

Miembros de KICE-CBO durante la junta general anual «Era un ambiente lleno de alegría, gran unidad, sonrisas para la foto y una buena sensación de pertenencia a una organización comunitaria certificada en uno de los pueblos más pobres y abandonados».

Gracias a la mejora del suelo y a las lluvias constantes, los miembros se dedican plenamente al cultivo de maíz a gran escala, que se utiliza para el consumo doméstico y comercial. Dado que la mayoría tiene mucha tierra, la necesidad de equipos como tractores, suelo fértil y buenas semillas ayudará a la comunidad a disponer de suficientes alimentos que puedan almacenarse y utilizarse en las estaciones secas y de sequía. Dado que el maíz es un cultivo alimenticio y comercial, algunos hogares lo utilizan para criar pollos y otros animales, lo que ha aumentado los ingresos y los alimentos como la carne, los huevos, etc. Gracias a la recuperación de las tierras secas e idóneas mediante el riego, que requiere la disponibilidad de agua bombeada del subsuelo, en las tierras abandonadas están creciendo cebollas, tomates y verduras.

Un nuevo proyecto: la Organización Comunitaria Integrada para el Empoderamiento Comunitario de Kitelakapel (KICE-CBO)

Se trata de una organización comunitaria que hemos creado recientemente en Kitelakapel como instrumento para empoderar a nuestra comunidad y a los hogares familiares. 175 miembros se han inscrito oficialmente y se han unido a la organización comunitaria, y seguimos recibiendo más solicitudes de personas que desean unirse al grupo. Ahora estamos totalmente registrados y certificados por el gobierno, y nos encontramos en la fase de poner en marcha una serie de actividades generadoras de ingresos, como la apicultura, la artesanía, la restauración, la avicultura, etc. También es una cooperativa de ahorro y crédito, por lo que los ingresos se entregarán a los miembros en forma de préstamos, así como intereses por sus ahorros. Esperamos que esto permita a hombres y mujeres, especialmente a aquellos que no tienen ninguna otra fuente de ingresos, participar en actividades económicas que les permitan ser independientes y mantenerse alejados de las adicciones y la violencia. A la gente le encantan los grupos de unidad y autoayuda, a través de los cuales pueden obtener oportunidades, ahorrar dinero, comerciar y participar en actividades socioeconómicas.

El laico misionero comboniano Pius Oyoma muestra el certificado de registro y constitución a los miembros de The Kitelakapel Integrated Community Empowerment-CBO.

Como coordinador de la comunidad internacional de Kitelakapel, miembro del comité de desarrollo parroquial y tesorero de CLMK, con mi profesión de administrador de empresas y contable y mis habilidades en gestión de proyectos, compartir mis habilidades para unir y empoderar a las personas me da satisfacción a través de una influencia positiva e impactante en la población local que necesita mi trabajo. Esto ayudó al grupo a ser certificado y reconocido por el gobierno y la comunidad. La Iglesia católica universal fomenta la unidad y el desarrollo a través de JPIC, CARITAS, el consejo parroquial, el comité de desarrollo y otras ONG.

Los miembros de la junta directiva y los líderes de la KICE CBO.

Otros efectos positivos de la creación de la KICE-CBO:

En mi encuentro durante el primer año, la mayoría de los hombres nunca querían ir a la iglesia, solo se podían encontrar dos, pero después de la campaña “envía a los hombres a la iglesia” a través de CMA y KICE-CBO, hoy celebramos que más de 30 hombres asisten a la iglesia y están entusiasmados por integrarse con las mujeres para trabajar por un objetivo común.

La CWA y la CMA se visitan mutuamente y apoyan a quienes tienen necesidades graves con contribuciones económicas y oraciones.

Reunión de la Asamblea General Anual de la KICE-CBO

La integración y el empoderamiento de la CMA, la CWA, los jóvenes y los no católicos para construir una comunidad sólida supone un cambio radical para Kitelakapel, ya que antes la gente no estaba unida, sino muy separada entre sí.

Pius Oyoma, LMC Kitelakapel (Kenia)

LMC en la misión de Metlatónoc: un testimonio de fe y servicio

Los planes de Dios son perfectos, caminamos paso a paso, vivimos un proceso y esperamos llegar a la meta para continuar el camino que nos inspira al encontrarnos con el Pueblo que sigue buscándolo para experimentar su Amor y protección.

Durante nuestras visitas misioneras en Metlatónoc, hemos tenido la oportunidad de conocer a gente increíble y de visualizar proyectos que buscan responder a las necesidades básicas que las personas nos manifiestan, identificadas desde la luz del Evangelio. Hemos visto la resiliencia y la determinación de la comunidad para superar los desafíos y mejorar su entorno; hay retos en el pueblo que nos cuestionan profundamente para que nosotros como Laicos misioneros tengamos una presencia permanente entre ellos, para entender más su historia, su cultura y también sus problemas, donde podemos ser signos de esperanza y del Reino de Dios, pero también colaborar a partir de nuestra fe en los procesos de formación humana y cristiana.

La llave para entrar al corazón del pueblo es viviendo y anunciando el evangelio, Palabra que se encarna en la caridad con las personas más vulnerables, enfermos, niños desnutridos, personas analfabetas, mujeres maltratadas… un espacio donde con Amor y paciencia compartiremos la experiencia del encuentro de Dios reconociendo también los lugares Sagrados, costumbres de la religiosidad popular y rituales. Queremos vivir con la gente inculturando nuestra fe viva en el Verbo que se hizo persona que vive en cada lugar, respetando el lenguaje, el pensamiento, la libertad de cada individuo, de cada familia, cada pueblo y de cada cultura. Somos misioneros frágiles que se sienten llamados por Cristo Vivo dispuestos a superar lo que nos esclaviza sabiendo que todo lo podemos en Aquel que nos fortalece y nos ha elegido para realizar esta tarea especifica.

La misión no es tarea de una persona o de un grupo específico, la misión es primeramente de Dios, es obra del Espíritu, pero el Señor Jesús nos llama a todos a ser testigos de su evangelio, la obra misionera es Trinitaria es decir que se hace en comunidad. Como Laicos Misioneros Combonianos (LMC), sabemos que nuestra labor evangelizadora es en comunión con los sacerdotes y demás agentes pastorales y con el pueblo. Inspirados en San Daniel Comboni “salvar África con África” valorizamos la inclusión de las personas del lugar para evangelizar ya que ellos son los dueños de su historia, de su lengua y de sus costumbres, de otra manera no sería posible inculturar el Evangelio. Es esto lo que hace bella la misión, es esto lo que da esperanza y es esto lo que nos fortalece para cargar también las cruces de nuestro caminar como testigos de la Verdad.

Para concluir te invito para que tú, tu familia y tu comunidad se unan al proyecto misionero en Metlatónoc. ¿Qué vas a hacer para apoyar esta misión? Por favor reza por nosotros ya que esa es la fuerza principal de la misión, Santa Teresita del Niño Jesús fue misionera desde su enfermedad (un dolor que salva), desde la oración. Pero también es importante tu colaboración económica, ya desde el principio del cristianismo los primeros misioneros, como San Pablo, necesitaron del apoyo económico de algunos bienhechores. Lo que se da con amor para los que anuncian el evangelio es Dios quien lo recompensa, decídete y súmate al proyecto comparte tu tiempo y habilidades en este servicio ya que “Todos Unidos por la Misión LMC en Metlatónoc: un testimonio de fe y servicio”.

Bety Maldonado, LMC

Tras las huellas del Resucitado

Por: Carmen Aranda, LMC España

Pues sí, a veces vemos a personas como nosotros y no nos podemos imaginar la vida que tienen detrás. En Cáritas atendemos a mucha gente, casi a “todos” los que llegan esperando soluciones inmediatas, comida, ayuda, consuelo, o lo que sea. Cuando vienen muchos corres el riesgo de no “ver” a la persona, sino al número, de no ver por dónde han pasado, ni lo que han vivido, sino “lo que piden”.

Se presentan historias de familias, de chicos que vienen solos, de mujeres con hijos…

Vienen a España heridos y con expectativas. Algunos por decisión y otros empujados por los conflictos que los echan de tierras, de casas y del abrazo de sus familias. Cuando escuchas historias que no te imaginas ni en una película, te das cuenta de lo grande que es el mundo y de la maldad humana, pero también de lo que necesitamos a Dios, y tener una mente y un corazón dispuestos.

En medio de ese acompañamiento, a veces en el desahogo se verbaliza estar “peleado con Dios”, “¡cómo un Dios bueno, ha permitido que yo haya sufrido tanto!”. “¿Dónde estaba Dios cuando he estado amenazado de muerte?” “¿Dónde estaba Dios cuando me han echado de mi casa y robado todo lo que tenía?”

Me ha pasado…por inspiración, estar en la oficina y se me ocurre invitar a una de estas personas heridas a participar de la Pascua en la parroquia. Un Triduo vivido en Comunidad. No dice que no, pero no estaba segura de que vendría. Tiene la valentía de hacerlo. Se sienta en el último banco de la iglesia, como queriendo ver pero de lejos, cerca de la puerta. Yo respeto la distancia, y el espacio, pero estoy atenta.

Jueves Santo. Se emociona y dice haber estado tranquila, después de seis años sin pisar una iglesia. Le ha gustado, ha sentido paz. Dice que sus problemas se han quedado por un momento en la puerta, se ha parado todo. Lleva meses medicándose para poder dormir, dice que ha respirado.

Viernes Santo. En la cruz se clavan todas las noticias que hablan de los Cristos que se siguen crucificando cada día. Y se responde a su famosa pregunta “¿Dónde está Dios?” y resulta que Dios está sufriendo al lado de cada persona, y lo que nos toca preguntar es ¿dónde están los hombres y mujeres de buena voluntad para acercar la caricia y el consuelo de Dios a los que están desesperados?”

Sale muy tocada de esta celebración, dice que ha sentido que lo que ha pasado en la iglesia “era verdad”… pero que necesita tiempo para digerir y entender. Necesita tanto tiempo, que no da el salto para participar del Sábado, de la fiesta de la Resurrección.

Me ha dado las gracias por invitarla, a través del móvil. Dice que duerme mejor, que se siente mejor. Quiero pensar que la puerta de la reconciliación se está abriendo, y en ese camino, en esa experiencia ojalá se encuentre pronto con el resucitado que no abandona nunca, que siempre sostiene, que nos ama con locura.

Seguiremos acompañando despacio y atentos.

Un amor que nos impulsa a conocer y saber amar

Ilaria y Federica, LMC
Desde Carapira, Mozambique

Estamos aquí de nuevo para daros noticias y compartir, con vosotros, este último tiempo. Durante estos meses, desgraciadamente, nos resulta difícil responder a todos vuestros mensajes (que son muchos), debido a acontecimientos imprevistos, pero todo esto forma parte de estar en misión y vivirla plenamente, hasta el último momento de cada día.

La última vez, os contamos la pena de despedirnos del Padre Jaider, el padre comboniano, que partió urgentemente hacia su tierra natal, debido a repetidas enfermedades.

Pues bien, el mismo día, exactamente un mes después de su partida (de nuevo el 5, pero de julio), la comunidad de los Padres Combonianos fue golpeada de nuevo por una terrible noticia. Mientras esperábamos para acoger a un hermano comboniano de vuelta de sus vacaciones en su tierra natal, recibimos la noticia de su muerte durante la noche, el mismo día en que debía reunirse con nosotros.

A día de hoy, la comunidad comboniana sólo está formada por un padre y un estudiante de teología. Han sido meses difíciles, intensos, llenos de obstáculos, pero incluso en este tiempo, la infinita misericordia y bondad de Dios no ha cesado de obrar maravillas y de darnos la fuerza para afrontar este tiempo y seguir mirando hacia un horizonte cada vez más alto junto a estos hermanos y hermanas nuestros. De hecho, ha sido precisamente en este tiempo de fatiga, de fragilidad, cuando el Señor nos ha unido aún más como comunidad con los padres, como familia comboniana, y nunca hemos dejado de sentir que el Señor nos guiaba. Es precisamente en la fragilidad donde al Señor le gusta trabajar, si dejamos siempre todo en sus manos y nos confiamos a su Gracia.  Como dice una mujer sabia que camina con nosotros: «construye con los que quieren construir y avanza siempre con la alegría que viene del Señor»; son palabras verdaderas, porque cuanto más dejamos todo en manos del Señor, más construye Él.

En estos nuestros primeros seis meses en Mozambique, no han faltado las dificultades y los obstáculos, y en algunos casos no han sido fáciles de superar, sobre todo los surgidos de las personas más cercanas a nosotros, pero realmente sólo con la ayuda del Señor, con vuestra presencia, con vuestro haceros oír, y con la ayuda de la gente, hemos conseguido mantener siempre viva en nuestros corazones, la alegría, la paz y la esperanza, para seguir abrazando esta maravillosa tierra, rica en belleza pero al mismo tiempo con muchas contradicciones.

Cada día, la gente de Macua nos enseña y nos da la alegría de compartir nuestras vidas con ellos. Durante este tiempo, también hemos vivido momentos inesperados y enriquecedores, como la visita del consejo general de las hermanas combonianas y, a principios de agosto, también la de los padres del consejo general comboniano. Cuánta Gracia hemos recibido, inesperada y enriquecedora…

Dentro de nuestros corazones, se abren sueños más grandes con horizontes más amplios que parten de la escucha de la realidad en la que estamos insertos; todo esto sabemos con certeza que con nuestras solas fuerzas, no podremos lograrlo.

Durante este tiempo, hemos tratado de permanecer siempre un paso por detrás para observar y tratar de entender cuáles son las principales necesidades de esta tierra y hacerles realmente protagonistas de su historia y de su tierra. Esta es nuestra misión: crear relaciones verdaderas y auténticas, tender puentes, crear una red. 

Somos extraordinariamente felices a pesar de algunas dificultades y alguna malaria que nos azota (las dos estamos a 2), pero la alegría, la esperanza, la pasión y el amor que sentimos por esta tierra es un impulso que nos mueve cada día a seguir sembrando y construyendo. También os seguimos dando las gracias a todos y cada uno de vosotros, porque vuestra presencia, cercanía y ayuda son combustible para seguir ilusionándonos y creciendo, para poder construir un futuro mejor junto a estas personas, y para sentirnos todos peregrinos de la esperanza en un mundo mejor, donde todas las personas tengan derecho a vivir una vida digna.

Todos somos misión y nosotras, con todos vosotros, nos sentimos como en familia.

Un abrazo desde el fondo de nuestros corazones. Seguimos rezando por todos vosotros y vosotras también, seguid rezando por nosotras.

Con amor, profundo aprecio y gratitud.

Ila y Fede, LMC

La verdadera resurrección pascual

Con alegría y gratitud, les escribimos con noticias directamente desde Mozambique. Nuestro primer mes pasó muy rápido, intenso y profundo. Desde el principio, fuimos recibidas con gran entusiasmo, por la gente de esta tierra que todavía sufre la injusticia y no tiene muchas esperanzas para el futuro. El pueblo Macua, realmente tiene un corazón grande y generoso, a pesar del sufrimiento en sus ojos.

 En este primer tiempo, donde todavía estamos tratando de entender dónde estamos, tuvimos un gran regalo, el de compartir con ellos, los cuatro días más importantes del tiempo de Pascua, desde el Jueves Santo hasta la Pascua de Resurrección. Salimos de casa el jueves por la mañana temprano y hasta el domingo de Pascua por la tarde, vivimos en el pueblo en estrecho contacto con ellos. Nos llevamos algunas cosas, lo imprescindible para pasar esos días. Evidentemente, en estas comunidades nos recibieron con los brazos abiertos; y vivir en la aldea con ellos significaba no tener agua, ni luz, dormir en el suelo con escorpiones, murciélagos, etc… sin todas las comodidades que ahora en Occidente damos por sentadas.

 

Para nosotras fueron cuatro días de verdadera esencialidad, de puro amor que nos permitieron amar aún más su historia y cuestionarnos sobre nuestra forma de estar cerca de los demás, sobre la importancia del estilo con el que estar en misión. ¡Cuánta riqueza recibimos, cuánto aprendimos de ellos una vez más, a vivir lo esencial en profundidad y riqueza que el Señor nos sigue regalando cada día! A partir de ahora, nuestras vidas están siendo moldeadas con una nueva forma, la que nuestros hermanos y hermanas nos enseñan cada día. Nuestras vidas están experimentando realmente una Resurrección Pascual, gracias a ellos y gracias a lo que el Señor nos enseña cada día gracias a su Palabra que es Vida y vivificante para hacer camino en su Voluntad (y no en lo que nosotras en cambio buscamos para satisfacernos, para dar respuestas a nuestro sentido de estar aquí ejecutando sólo proyectos). Para nosotras, incluso antes de venir, estaba muy claro que la belleza de la vida y de ser misión es precisamente compartir todo nuestro ser con ellos, en el mismo plano con ellos. Creo que este punto es fundamental para nosotras, y sobre todo es una forma de vida que cada uno de nosotros puede sentir en su interior, pero hace falta mucho valor para vivirla en la sencillez y en el amor al otro. Estamos firmemente convencidas de que el mayor testimonio que podemos dar es precisamente el camino y la actitud cristiana, no las palabras… en cambio, muchas veces nos perdemos en esto sin un verdadero testimonio de lo que somos, pero sobre todo de a Quién amamos.

Sentimos que esta presencia nuestra aquí está realmente acompañada por la presencia del Señor. Realmente hemos echado de menos volver a abrazar la pobreza, la esencialidad y el compartir total con los más solos y abandonados. Es un gran don vivir la misión porque es Vida, es alegría, es coraje, es salir de uno mismo para darse totalmente al Otro.

Por esta riqueza que estamos recibiendo en nuestras vidas, queremos agradecer a todas las personas que nos están apoyando, que nos están acompañando con la oración y con su estar cerca de nosotras, porque ésta también es una Iglesia en salida, donde el problema de una persona se convierte en el problema de una comunidad. Creemos firmemente en este sueño de vida, que el Señor ha puesto en nuestros corazones, y confiamos siempre en Él, que conoce mejor que nosotras el camino y la forma de construir una nueva manera diferente de estar en misión. Y recordemos siempre que: «si existo es porque el otro me hace existir» y este debe ser un punto fundamental sobre el cual construir puentes y no muros.

Os abrazamos con mucha estima, gratitud, afecto, y esperamos de verdad que toda nuestra alegría pueda llegar hasta vosotros para construir juntos algo diferente, donde también vosotros estéis en comunión con nosotras en este camino de la vida. Seguimos rezando por todos vosotros y llevándoos en cada uno de nuestros pasos, buscando siempre el Rostro de Dios; nosotros también contamos con vuestras oraciones. Hasta la próxima…

Con afecto Ilaria y Federica, LMC

Asamblea de los LMC de México

El pasado 3 y 4 de febrero, los LMC mexicanos tuvimos nuestra Asamblea Nacional 2024 en Monterrey, N. L. Se trataron temas sobre compromiso, pertenencia, animación misionera y economía.

En ella nos comprometimos como grupos e individualmente a preparar todo para el próximo envío de algunos de nuestros integrantes que ya están disponibles para salir a la misión adgentes. Gracias a todos los participantes, bienhechores y MCCJ que apoyaron para hacer posible este evento. ¡Enhorabuena, LMC! Que sigan los frutos al pie de la Cruz para Gloria de Dios.