Fecha de nacimiento: 05/07/1933
Lugar de nacimiento: Novoledo di Villaverla VI/I
Votos temporales: 09/09/1952
Votos perpetuos: 09/09/1958
Fecha de ordenación: 14/03/1959
Llegada a México: 1964
Fecha de fallecimiento: 02/02/2013
Lugar de fallecimiento: Ciudad de México/MEX

Los años de la formación

El P. Sergio Pendin nació en Novoledo provincia de Vicenza el 5 de julio de 1933. Los estudios los realizó en el colegio episcopal de Thiene, en el seminario comboniano de Padua y en 1948 pasó a Brescia para cursar los dos últimos años.

El 26 de octubre de 1950 entró en el noviciado de Gozzano, donde hizo la primera profesión el 9 de setiembre de 1952. Hizo el bachiller en Verona de 1952 a 1955, luego pasó a Venegono Superiore para hacer la teología y allí hizo la profesión perpetua el 9 de setiembre de 1958.

Fue ordenado sacerdote en la catedral de Milán por el cardenal Juan Bautista Montini, futuro papa Pablo VI, el 14 de marzo de 1959 y el 30 del mismo mes, lunes de Pascua, celebró su primera misa solemne en Novoledo.

Su primer destino fue el seminario de Carraia (Lucca), adonde llegó el primero de agosto de 1959 con el encargo de ecónomo y animador misionero. Fueron cinco años de correrías por toda la Toscana, Emilia y el Lacio, buscando jornadas misioneras para todos los domingos y días festivos. Durante dos años tuvo como compañero de viaje y de aventuras al P. Ferruccio Delpero.

En Carraia encontró una “comunidad maravillosa”, como dijo más de una vez, y una gran ayuda espiritual en el gran patriarca el P. Giuseppe Zambonardi, veterano y glorioso repatriado de África Central, e iniciador de la presencia Comboniana en Portugal y Mozambique.

México

Después de cinco años fue destinado a las misiones de México, donde permaneció hasta el fin de su vida, excepto un paréntesis de 3 años en Costa Rica (1993-1996) como ecónomo y animador en el seminario filosófico de San José y el período pasado en Roma para el curso de renovación que, usando las palabras del propio padre Sergio, “tuve la fortuna de hacer cinco veces”.

Llegó por tanto a México el 12 de octubre de 1964 pasó un año en Baja California y asumió luego durante cuatro años el trabajo de promotor vocacional en la zona de México Centro. Durante un año fue el Padre espiritual en el seminario de Sahuayo y luego durante 22 años ecónomo y animador misionero del seminario de Xochimilco, en un barrio periférico de Ciudad de México. En el seminario tuvo durante seis años como bien amado superior y muy válido colaborador en las jornadas misioneras al P. Giuseppe Moschetta que volvió a encontrar como superior también en el postulantado de Costa Rica.

En 1969 con motivo de su décimo aniversario sacerdotal llegó a escribir: “la aventura más bella de estos diez años, fue el tocar con la mano la verdad de cuanto al buen P. Zambonardi me repetía en Carraia: Seguramente que encontrarás más al Señor estando siempre de buen grado donde te ponga la obediencia”. Y en la misma carta dirigida a los hermanos que celebraban como él el décimo aniversario añadía: “mi otro punto fijo ya lo sabéis: sentire cum Ecclesia et Pontífice”. Esto es necesario y maravilloso cuanto más te encuentras tirado lejos. Creo que ésta es la característica más comboniana que deberemos revivir nosotros combonianos del post concilio aunque no encerrándonos en una visión miope y poco generosa de los tiempos y de los fenómenos nuevos, hoy más que en otros tiempos debemos advertir una imperiosa necesidad de agarrarnos a la Roca que Jesús puso como fundamento de su Iglesia y como garantía de su indefectibilidad”.

En 1988 debe tomarse un tiempo de descanso que lo mantiene alejado de la misión durante un año y medio.

En 1996, tras la experiencia en Costa Rica, regresa a México. En 2006 fue destinado a la comunidad de la casa provincial como ayudante del ecónomo y desde el 2011 como vicesuperior.

“Bendito eres tú Señor”… Fueron sus últimas palabras pronunciadas después de una breve homilía sobre el Corazón de Jesús (era el primer viernes del mes) y había preparado el pan y el vino sobre el altar cuando celebraba la misa en la capilla de las Hermanas Oblatas de la Santísima Eucaristía, a las siete de la mañana del uno de febrero. Luego súbitamente cayó a tierra, al pie del altar y perdió inmediatamente la conciencia. Así empezó su agonía, que duró hasta el día siguiente, 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, que vino a su encuentro alrededor de las 9.15 en el hospital de Santa María, cerca de la casa provincial. Las exequias tuvieron lugar el 3 de febrero, fueron presididas por el P. Erasmo Bautista Lucas, y participaron los hermanos y gran cantidad de fieles que normalmente asistían a la misa en la capilla del seminario.

Testimonios

P. Sergio Valdivia (Párroco de San Pedro, en Puebla): “Siempre lo he admirado por su trabajo y su consagración, era un hombre honesto y entregado a la animación misionera”.

P. Guillermo Medina: “Tuve la gran fortuna de conocer al P. Sergio Pendin cuando era postulante luego también, siendo ya sacerdote. Recuerdo sus homilías profundas y su sentido del humor”.

P. José Luis Rodríguez López: ” Tuve la fortuna de conocer al P. Sergio durante mi formación, en tiempos del postulantado. Siempre fue un gran animador misionero, especialmente en las parroquias de Ciudad de México, pero también en otras. Su pasión misionera hizo que muchas parroquias se abrieran a la animación misionera los domingos, con un día programado para los combonianos. La gente, sensibilizada por el entusiasmo y particularmente por la manera de hablar del padre Sergio acogía muy bien a los misioneros, oraba y contribuía generosamente a las misiones y por las vocaciones misioneras. El espíritu de Comboni estaba bien presente en él porque sabía cómo animar y reforzar el espíritu de la misión. Era agradable escuchar sus homilías, siempre bien preparado y siempre con una dosis de humor. Dios le había dado un corazón valiente para decir aquello que pensaba y defender sus principios morales. Sus palabras quedarán grabadas en el corazón de tantos que lo han conocido en el seminario de Xochimilco, al cual ha dedicado la mayor parte de su vida.

Del MCCJ Bulletin nº 258, supl. In Memoriam enero 2014, pp. 6-8.