Texto: P. Ismael Piñón, mccj Fotos: Hno. Raúl A. Cervantes
Los días 5, 6 y 7 de agosto tuvo lugar en Xochimilco la asamblea provincial de los Misioneros Combonianos de México. Precedida de cinco días de ejercicios espirituales, la asamblea dio la oportunidad a los combonianos de analizar en profundidad los diferentes servicios misioneros que realizan en México.
Durante los cinco días de ejercicios y animados por la Hna. Socorro Becerra, Misionera de la Palabra, los participantes pudieron adentrarse en el amor y la ternura de Dios a través de su Palabra y de su presencia constante, teniendo como eje conductor el Sagrado Corazón de Jesús.
La asamblea propiamente dicha comenzó la mañana del día 5 con un tema de formación permanente en el que la licenciada Velia Rangel ayudó a los participantes a “resignificar las pérdidas”, invitándolos a leer su propia historia y ver los momentos difíciles o de “pérdidas” con una actitud de esperanza. La tarde del día 5 y todo el día 6 estuvieron dedicados a ver y analizar las actividades de los diferentes sectores (animación misionera, evangelización, formación…) dando una especial importancia a la economía, después de la visita realizada por el ecónomo general del Instituto. Ese día concluyó con una eucaristía presidida por Mons. Juan María Huerta, nuevo obispo de Xochimilco.
El último día estuvo dedicado a hacer una reflexión sobre las próximas elecciones, ya que el 31 de diciembre termina el mandato del actual Provincial y de su Consejo. El diálogo fue profundo y sincero, en el que la esperanza, la confianza, la cercanía o la serenidad, entre otros, fueron los deseos y sentimientos que se viven en este momento y que se esperan también del nuevo equipo de gobierno. También se programaron las celebraciones de cuatro combonianos mexicanos que este año cumplen 25 años de ordenación: los padres Víctor Alejandro Mejía, Lauro Betancourt, Armando Máximo y Aldo Sierra.
La asamblea concluyó con una misa muy emotiva y festiva, durante la cual se celebró el envío del escolástico Carlos Lemus, que partirá próximamente para Nairobi, del Hno Joel Cruz, que acaba de iniciar su servicio como coordinador de la pastoral Afromexicana en la Conferencia del Episcopado Mexicano, y del P. José de la Cruz, que lleva ya tres años trabajando en las OMPE, ahora como secretario nacional de la Pontificia Unión Misional.
Los planes de Dios son perfectos, caminamos paso a paso, vivimos un proceso y esperamos llegar a la meta para continuar el camino que nos inspira al encontrarnos con el Pueblo que sigue buscándolo para experimentar su Amor y protección.
Durante nuestras visitas misioneras en Metlatónoc, hemos tenido la oportunidad de conocer a gente increíble y de visualizar proyectos que buscan responder a las necesidades básicas que las personas nos manifiestan, identificadas desde la luz del Evangelio. Hemos visto la resiliencia y la determinación de la comunidad para superar los desafíos y mejorar su entorno; hay retos en el pueblo que nos cuestionan profundamente para que nosotros como Laicos misioneros tengamos una presencia permanente entre ellos, para entender más su historia, su cultura y también sus problemas, donde podemos ser signos de esperanza y del Reino de Dios, pero también colaborar a partir de nuestra fe en los procesos de formación humana y cristiana.
La llave para entrar al corazón del pueblo es viviendo y anunciando el evangelio, Palabra que se encarna en la caridad con las personas más vulnerables, enfermos, niños desnutridos, personas analfabetas, mujeres maltratadas… un espacio donde con Amor y paciencia compartiremos la experiencia del encuentro de Dios reconociendo también los lugares Sagrados, costumbres de la religiosidad popular y rituales. Queremos vivir con la gente inculturando nuestra fe viva en el Verbo que se hizo persona que vive en cada lugar, respetando el lenguaje, el pensamiento, la libertad de cada individuo, de cada familia, cada pueblo y de cada cultura. Somos misioneros frágiles que se sienten llamados por Cristo Vivo dispuestos a superar lo que nos esclaviza sabiendo que todo lo podemos en Aquel que nos fortalece y nos ha elegido para realizar esta tarea especifica.
La misión no es tarea de una persona o de un grupo específico, la misión es primeramente de Dios, es obra del Espíritu, pero el Señor Jesús nos llama a todos a ser testigos de su evangelio, la obra misionera es Trinitaria es decir que se hace en comunidad. Como Laicos Misioneros Combonianos (LMC), sabemos que nuestra labor evangelizadora es en comunión con los sacerdotes y demás agentes pastorales y con el pueblo. Inspirados en San Daniel Comboni “salvar África con África” valorizamos la inclusión de las personas del lugar para evangelizar ya que ellos son los dueños de su historia, de su lengua y de sus costumbres, de otra manera no sería posible inculturar el Evangelio. Es esto lo que hace bella la misión, es esto lo que da esperanza y es esto lo que nos fortalece para cargar también las cruces de nuestro caminar como testigos de la Verdad.
Para concluir te invito para que tú, tu familia y tu comunidad se unan al proyecto misionero en Metlatónoc. ¿Qué vas a hacer para apoyar esta misión? Por favor reza por nosotros ya que esa es la fuerza principal de la misión, Santa Teresita del Niño Jesús fue misionera desde su enfermedad (un dolor que salva), desde la oración. Pero también es importante tu colaboración económica, ya desde el principio del cristianismo los primeros misioneros, como San Pablo, necesitaron del apoyo económico de algunos bienhechores. Lo que se da con amor para los que anuncian el evangelio es Dios quien lo recompensa, decídete y súmate al proyecto comparte tu tiempo y habilidades en este servicio ya que “Todos Unidos por la Misión LMC en Metlatónoc: un testimonio de fe y servicio”.
La tierra de nuestra Señora de Guadalupe, México, nos ha dado la bienvenida, una vez más, a los superiores de provincias y delegaciones combonianas de América-Asia, del 6 al 9 de mayo de 2025, en Xochimilco. Nos acompañó el P. David Domingues, Vicario General y referente del Consejo General para las circunscripciones de América-Asia. La comunidad de la casa provincial de Xochimilco nos recibió con esmero y amistad. Al estar cercanos al noviciado, los provinciales reunidos compartimos con la comunidad religiosa y los novicios, la Eucaristía, la cena y un momento de recreación.
Nuestros días de encuentro iniciaron con un espacio de formación y reflexión sobre el Corazón de Jesús, y el corazón humano, guiado por el P. Víctor Alejandro Mejía, quien da su servicio de animador misionero, en el noviciado continental. Nos motivó el pensar en el Corazón de Cristo, y en su plan de amor, que tanto nos amó, para salvarnos, y nos invita a responder con amor y gratitud, en nuestra vida misionera, comunitaria, en la iglesia y el día a día.
En los encuentro más fuertes de estos días, conversamos sobre el secretariado de la Misión, en los sectores de la Animación Misionera y de las opciones fundamentales de nuestras presencias, en las pastorales Afro, Indígena y las periferias. Se nos presentó el plan de trabajo, guiados por el encuentro continental de Animación Misionera, que se efectuó en diciembre pasado, en Costa Rica.
Otra temática muy importante fue el camino de la formación en el Instituto y en nuestro continente. Nos sentimos cercanos a todos los que dan su servicio en nuestras casas de formación, especialmente el noviciado continental de Xochimilco, el de Filipinas y los teologados de San Pablo, Lima, Chicago y el CIF de Bogotá.
Y por lo especial de este año 2025, nos enfocamos en el trabajo solicitado por la Dirección General, en preparación de la Inter Capitular, que tendrá lugar el mes de septiembre. Tomando las Actas Capitulares y nuestro Plan Sexenal Continental, nos abocamos a tomar cada una de sus prioridades y sueños, para que también nosotros soñáramos y hagámoslos realidad. Nuestra situación continental América-Asia es muy variada; y aunque la mayoría de los países tenemos una historia y cultura bastante parecidas, en la totalidad, nos encontramos con que soñar juntos no es fácil, pero nos alegramos del trabajo realizado.
Debido a cuestiones migratorias, el Hno. Abel Dimanche, del CIF de Bogotá y referente continental, no pudo participar, pero se unió un momento por medio del zoom, y nos comunicó el caminar de los Hermanos en el Continente. Otro momento importante para la iglesia y el mundo, al cual nos unimos, fue la noticia del humo blanco en la chimenea de la capilla Sixtina, anunciando el esperado “Habemus Papam”. Como tantos miles, nos alegramos al ir conociendo poco a poco, la vida Cardenal Robert Francis Prevost, misionero, religioso, “estadounidense-peruano” que hoy llamamos León XIV.
La comunidad de la casa provincial nos llenó de atenciones, y también por eso nos sentimos acompañados con su servicio y oraciones, en la esperanza de seguir adelante. Experimentamos esa bondad de Dios para con nuestro continente a través, de la celebración eucarística del sábado 10 de mayo, para la Primera Profesión Religiosa de 5 jóvenes de nuestro continente: 1 de México, 2 del Perú, 1 del Ecuador y 1 de Guatemala. Apreciar la gracia de Dios en ellos, en su camino formativo fue el mejor modo de concluir estos días de encuentro. Todos estos días los vivimos con intensidad, en oración, en celebrar la comunidad, en sentirnos unidos a San Daniel Comboni y tantos misioneros que han pasado dejando huella nuestro continente.
El sacerdote comboniano Guillermo Aguiñaga Pantoja, ha realizado su actividad misionera en Polonia, Sudán del Sur y México. A inicios de febrero pasado, el padre Guillermo se incorporó al trabajo de la parroquia María Madre del Buen Pastor en la comunidad de Charco Azul, en Cali, Colombia. De 2018 a 2024, vivió entre los indígenas de la sierra de Zongolica, en el estado de Veracruz, experiencia que nos comparte en este texto.
Por: P. Guillermo Aguñaga Pantoja, mccj Desde Cali, Colombia
No cabe duda de que el Señor sigue confiando en uno. Después de 40 años como religioso misionero comboniano, y 35 años como sacerdote, no queda más que decir gracias. Las fuerzas, la edad, los trabajos, la entrega y tantas otras cosas ya no son las mismas, pero la fidelidad y bondad de Dios siempre están ahí. Él se sigue fijando en mí para continuar con la misión que me ha encomendado y que yo libremente acepté.
Reconozco que no ha sido del todo fácil. He tenido pruebas, retos, dificultades, miles de sorpresas, aventuras, tristezas, alegrías y momentos grises y brillantes, pero Él nunca me ha dejado solo. Cómo olvidar a tanta gente que Dios ha puesto en mi camino: mis padres, mis hermanos, familia, amigos, bienhechores, compañeros y un sinnúmero de fieles y personas que he encontrado en los diferentes lugares donde he estado compartiendo mi vida y mi fe… Si les hablara de todas y cada una de estas experiencias no terminaría, pero sí me gustaría decir que aprecio y valoro cada una de ellas y las asumo como una gran bendición. De todas he aprendido a crecer y aceptar mis límites y toda clase de retos y de pruebas.
Misión de Comalapa, en la Sierra de Zongolica
Luego de tantas experiencias misioneras durante 29 años, en 2018 el Señor me concedió un nuevo reto: trabajar en la misión de la Sierra de Zongolica, en el bello estado de Veracruz. La parroquia, dedicada a san José, está situada en el poblado de Comalapa, perteneciente a la diócesis de Orizaba. Comalapa está rodeado de bellas montañas y acantilados; para llegar ahí hay que viajar unas dos horas por carreteras sinuosas y grandes pendientes. La parroquia está compuesta por 50 localidades o pueblitos y casi el 90 por ciento de su población es de origen náhuatl, aunque un buen número habla español. La población total suma unas 17 mil personas.
Quiero compartirles esta última experiencia misionera, no porque sea más importante que las otras que Dios me ha concedido, sino porque aún está fresca en mi mente y porque ha representado una gran oportunidad para reinventarme y volver a conocer mejor las raíces de la cultura y sus tradiciones. Así es, en la parroquia se sentía un ambiente sagrado, lleno de mucha fe, tradiciones, costumbres y ritos que aún se mantienen vivos.
Fue bonito recorrer los caminos, veredas y senderos a través de las montañas para llegar a cada una de las comunidades, visitar a las familias en sus casas o atender a los enfermos. Cualquier celebración se convierte en fiesta, a la que todos están invitados a participar. Es impresionante la cantidad y variedad de alimentos que preparan. Todos cooperan y alcanza para todos, incluso para llevar a casa.
Ritos y celebraciones
Fue motivo de gran alegría y satisfacción vivir entre esa gente humilde y sencilla. Sus danzas y ritos enriquecían cada uno de nuestros actos litúrgicos y celebraciones. Cómo olvidar el Xochikoscatl o rito de purificación dado por los ancianos del pueblo, que te llenaban de incienso y te ponían un collar, una corona y un ramo de flores, que representan la dignidad, el respeto y el poder para proclamar y celebrar sagradamente la eucaristía. Es la bendición que te otorgan para entrar al recinto sagrado.
También celebran el Xochitlali, un rito en el que se utilizan varios elementos, como comida (mole, tamales, sopa, tortillas y pan) y bebidas (atole, café, champurrado, licor, tequila, cerveza, etcétera) y otras cosas. Todas estas ofrendas se meten en un pequeño hoyo después de haber rezado e invocado a Dios en la lengua local. A continuación se cubre el agujero con la misma tierra y se vuelven a poner flores. Este ritual se utiliza para pedir permiso al Creador por una nueva obra, por un año de bendiciones, para pedir perdón por situaciones adversas, para pedir lluvia o una buena cosecha. Con todo esto demuestran una profunda y auténtica fe que manifiestan orgullosamente. Aunque algunos no profesen la religión católica o estén alejados, no se pierden las fiestas y las grandes celebraciones.
Todo esto parecería folclor, pero para quien lo vive y experimenta constituye una gran riqueza y bendición, porque logras renovarte y transformarte de manera increíble. Me siento agradecido con Dios porque esto me llenó de alegría, tocó mi vida y renovó mi vocación misionera.
También agradezco al obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, que nos concedió colaborar y llevar nuestro carisma comboniano a ese lugar y por haberme hecho sentir como hermano entre el presbiterio diocesano. Mi aprecio y cariño a todos esos fieles por haberme aceptado como uno de ellos. A pesar de mis límites, siento haber dado todo lo mejor de mí y haberme entregado en esa bella misión de Comalapa.
Nueva misión en Colombia
Ahora que estoy mayor, y cuando pensaba que me iba a dormir en mis laureles, recibí un llamado para salir a una nueva misión. Se me presentaron varias opciones y al final me propusieron ir a Colombia. Parece fácil, quizá porque es la misma lengua y con cosas más o menos similares a mi país, pero mirándola fijamente, también hay diferencias y nuevas cosas que aprender. Con todo esto, siento que el Señor me ha consentido, siempre camina a mi lado y me da nuevos bríos para comenzar esta nueva aventura.
Me recibieron de maravilla todos mis hermanos combonianos que trabajan acá. Me siento en casa y como un niño que aprende y mira con curiosidad y admiración todas las cosas, personas, lugares, historia, cultura y costumbres de este país. Mi nuevo destino es la parroquia María Madre del Buen Pastor, entre la población de mayoría afrocolombiana.
El reciente descubrimiento de un campo de entrenamiento del crimen organizado en el que se han encontrado evidencias de exterminio de personas ha conmocionado a la sociedad mexicana. La Conferencia del Episcopado Mexicano ha publicado un comunicado en el que condena estos hechos atroces y pide al Gobierno de la Nación «dejar de evadir su responsabilidad o de intentar ocultar esta realidad y fortalecer urgentemente, entre los tres niveles de gobierno, los mecanismos de búsqueda e identificación de personas desaparecidas. Por otra parte, varias organizaciones civiles y eclesiales han convocado vigilias de oración, manifestaciones o encuentros de diversa índole para condenar estos terribles hechos y rezar por las víctimas y sus familiares (Foto: Fiscalía General de Jalisco).
MENSAJE DEL EPISCOPADO MEXICANO ANTE EL HALLAZGO DE CAMPO DE EXTERMINIO Y ENTRENAMIENTO EN TEUCHITLÁN, JALISCO: UN LLAMADO URGENTE A LA ACCIÓN
La Conferencia del Episcopado Mexicano expresa su profunda indignación y dolor ante el reciente descubrimiento de un campo de entrenamiento y exterminio del crimen organizado en el rancho Izaguirre, ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco. Este hallazgo, que incluye crematorios clandestinos, constituye una de las expresiones más crueles de maldad y miseria humana que hemos presenciado en nuestro país.
Como pastores de la Iglesia en México:
1. Denunciamos con profunda preocupación que existan muchos lugares como este en nuestra nación, los cuales son sitios donde se han cometido los más graves delitos contra la humanidad. Estos actos atentan directamente contra la dignidad sagrada de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios.
2. Señalamos que estos hallazgos ponen en evidencia la omisión irresponsable de autoridades gubernamentales de los tres niveles ante uno de los problemas más críticos que enfrenta el país: la desaparición de personas. Esta realidad exige una respuesta inmediata, contundente y coordinada del Estado mexicano.
3. Manifestamos nuestro extrañamiento porque mientras se presume que bajan un 15% los asesinatos dolosos, se trata de ocultar que crecen un 40% las desapariciones. Desafortunadamente la mayor parte de estas víctimas son nuestros jóvenes.
4. Reconocemos y exaltamos la extraordinaria labor de las madres buscadoras y distintas organizaciones ciudadanas que, impulsadas por su dolor, valentía y tenacidad, son las que verdaderamente consiguen avances en la búsqueda de sus seres queridos y realizan hallazgos decisivos que mantienen vivo el clamor por la justicia. Su testimonio nos interpela a todos como sociedad.
5. Exhortamos respetuosamente a las autoridades a: – Investigar exhaustivamente estos hechos con transparencia y eficacia. – Dejar de evadir su responsabilidad o de intentar ocultar esta realidad. – Fortalecer urgentemente, entre los tres niveles de gobierno, los mecanismos de búsqueda e identificación de personas desaparecidas. – Implementar políticas efectivas que prevengan estos crímenes atroces y garanticen la no repetición. Como sociedad y como nación debemos comprometernos a un rotundo: ¡NUNCA MÁS! – Romper definitivamente con las alianzas que pudieran existir entre el crimen organizado y algunos ambientes políticos para liberar a México de esta decadencia moral.
6. Ofrecemos nuestra participación en espacios de diálogo y colaboración para atender esta crisis humanitaria, acompañar a las víctimas y contribuir a la reconstrucción del tejido social tan lastimado por estos actos de violencia extrema.
En este tiempo de Cuaresma, invitamos a toda la comunidad católica a intensificar la oración por las personas desaparecidas y sus familias, a solidarizarse activamente con los colectivos de búsqueda y a trabajar juntos por la construcción de la paz.
La Iglesia Católica en México renueva su compromiso de ser voz de los que no tienen voz y de colaborar incansablemente en la construcción de un país donde prevalezca la justicia, la verdad y el respeto irrestricto a la dignidad humana.
«Lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicieron» (Mt 25, 40)
Ciudad de México, 12 de marzo del año del Señor 2025
+ Ramón Castro Castro Obispo de Cuernavaca, Presidente + Héctor M. Pérez Villarreal Obispo Auxiliar de México, Secretario General
Concentraciones, encuentros y vigilias en diferentes ciudades de México y España
Actualización viernes 14 marzo, 47 ciudades.
VIERNES 14 MARZO
🥾 CHILPANCINGO, GRO. Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac, 5:00 pm
SÁBADO 15 MARZO
🥾 ACAPULCO, GRO. Antimonumento “La Esperanza”, frente a las ex oficinas del Periódico Novedades, en Costera Miguel Alemán, 5:00 pm 🥾 AGUASCALIENTES, AGS. Exedra, 5:00 pm 🥾 APATZINGÁN, MICH. Biblioteca Municipal, 5:00 pm 🥾 BARCELONA, ESPAÑA. Consulado de México, Pg. de la Bonanova, 55, Santià-Sant Gervasi, 5:00 pm 🥾 CDMX, Zócalo 5:00 pm 🥾 CD. JUÁREZ, CHIH. Memorial Permanente de Personas Desaparecidas, Parque Borunda, 5:00 pm 🥾 CHIHUAHUA, CHIH. Memorial Cruz de Clavos, 5:00 pm 🥾 CHILPANCINGO, GRO. Zócalo, 5:00-7:00 pm 🥾 COLIMA, COL. Plaza de las y los Desaparecidos, Av. Galván, Centro, 4:30 pm 🥾 COMITÁN, CHIS Parque Central, Frente a la Presidencia Municipal, 5:00 pm 🥾 CUAUTLA, MOR Plaza y Fuerte Galeana, 5:00 pm 🥾 CUERNAVACA, MOR. Zócalo, Frente al Memorial a las Víctimas, 4:30 pm 🥾 CULIACAN, SIN. Escalinatas de Catedral, 10:00 am 🥾 CULIACÁN, SIN. Jardín de la Memoria. Calle Rafael Buelna esq. Vicente Guerrero, a un costado del Parque Constitución, 4:00 pm 🥾 ENCARNACIÓN DE DIAZ, JAL. Palacio de Gobierno, 6:00 pm 🥾 FRESNILLO, ZAC. Jardín Obelisco, 5:00 pm 🥾 GUADALAJARA, JAL. Palacio de Gobierno, Zona Centro, 5:00 pm 🥾 GUADALAJARA, JAL. Glorieta de las y los Desaparecidos, 6:00 pm 🥾 HERMOSILLO, SON. Plaza Emiliana de Zubeldía (Enseguida del Monumento de la Guardería ABC), 6:00 pm 🥾 MADRID, ESPAÑA. Embajada de México, Cra. de San Jerónimo, 46, 5:00 pm 🥾 MAZATLÁN, SIN. Plazuela República, 4:00 pm 🥾 MÉRIDA, YUC. Plaza Grande, 5:00 pm 🥾 MOCHIS, SIN. Plaza “Los Caballos” Blvd. Rosendo G. Castro entre Emiliano Zapata y Santos Degollado, 5:30 pm 🥾 MONTERREY, NL. Frente a Palacio de Gobierno de Nuevo León, 5:00 pm 🥾 MORELIA, MICH. Plaza de Armas, 5:00 pm 🥾 PACHUCA, HGO. Plaza Hidalgo, 5:00 pm 🥾 PIEDRAS NEGRAS, COAH. Letras de Piedras Negras, Gran Plaza, 5:00 pm 🥾 PUEBLA, PUE. Árbol de la esperanza, Zócalo, 5:00 pm 🥾 QUERÉTARO, QRO. Frente a Palacio de Gobierno, 5:00 pm 🥾 SALAMANCA, GTO. Kiosko del Jardín Principal, 5:00 pm 🥾 SALTILLO, COAH. Árbol de la Esperanza, Plaza de Armas, 5:00 pm 🥾 SAN LUIS POTOSÍ, SLP. Plaza de Armas, 4:30 pm 🥾 SAN LUIS POTOSÍ, SLP. Plaza Fundadores, 7:00 pm 🥾 TAMPICO, TAMPS. Plaza de Armas, 5:00 pm 🥾 TEPIC, NAY. Plaza Benito Juárez, (antes Bicentenario), 5:00 pm 🥾 TIJUANA, BC, Glorieta Cuauhtémoc, 5:00 pm 🥾 TORREÓN, COAH. Plaza Mayor, 5:00 pm 🥾 VERACRUZ, VER. En El Tranvía del Recuerdo, 5:00 pm 🥾 VERACRUZ, VER. Asta Bandera, 6:00 pm 🥾 XALAPA, VER. Plaza Regina (Plaza Lerdo), 5:00 pm 🥾 ZACATECAS, ZAC. Plaza Bicentenario, 5:00 pm
DOMINGO 16 MARZO
🥾 DURANGO, DGO. Plaza Fundadores, 7:00 pm 🥾 LEÓN, GTO. Plaza de los Mártires, 11:00 am 🥾 NEZA, EDOMEX. Cruces Rosas, Frente al Palacio Municipal de Neza, 5:00 pm 🥾 PUEBLA, PUE. Zócalo, 9:30 am 🥾 TEUCHITLÁN, JAL. Encuentro en la entrada principal de Teuchitlan. Peregrinación con el Señor de la Ascención. Celebración de la Santa Misa, Compartir los Alimentos. Compromiso por la Paz, 11:00 am
La hermana Concepción Vallarta Marrón fue la primera comboniana de origen mexicano, cuando aún la congregación religiosa no aterrizaba en nuestro país. Entonces, ¿cómo llegó a convertirse en misionera? Esta es una entrevista a la hermana Conchita, como la conocen familiarmente, quien nos invita a adentrarnos a su aventura evangelizadora en tierras extranjeras, regalándonos así, un mensaje misionero para cada uno de nosotros.
Entrevistó: Hno. Raúl A. Cervantes Rendón, mccj Las fotos son del archivo personal de la Hna. Conchita.
Ella nació el 4 de julio de 1935 en la Ciudad de México. Realizó su profesión de votos en 1962. Llegó a Eritrea, su primera misión, el 3 de octubre de 1963. Actualmente reside en la casa de las Misioneras Combonianas en la Ciudad de México, y hasta ahí fuimos a conversar con ella.
¿Cómo comenzó su interés por la vida misionera?
– Hasta los 23 años, con la revista Esquila Misional, yo dije, quiero ser misionera. Entonces, ya estaba el padre Pini, que en paz descanse. Mis papás querían saber más de la congregación y todo. Mi papá era abogado y mi mamá era ama de casa. El padre Pini me dijo: «Bueno, entonces vamos a ver con las madres». Me dijeron que me fuera a Italia a hacer la formación, porque aquí en México estaban sólo los combonianos. También invitaron a mis papás a comer, para que conocieran la congregación. Ellos me dijeron: «Mira, tú ve y prueba. Si sientes que es tu vocación, pues ya, te ayudamos». Fui a Verona en 1960, y ahí hice el postulantado y noviciado. Yo quería ser misionera, pues mis papás eran muy católicos. Ellos fueron a mi profesión religiosa a Italia.
La Hna. Conchita con sus papás, el día de su profesión religiosa.
¿Cómo fue su primera experiencia misionera?
– Me mandaron a Eritrea. Teníamos universidad y me destinaron a la biblioteca, que era muy grande. Yo trabajaba con las muchachas que venían para consultar libros. Las ayudaba. Me gustó mucho la misión de Eritrea. Íbamos a visitar a las familias. También enseñé, por ejemplo, español, porque como era universidad, teníamos actividades académicas.
En la nave “África”, en el mar Rojo. Octubre 1963.
¿Qué idiomas aprendió?
– Nada más el italiano, porque el tigriña es muy difícil. Ya en aquel tiempo ninguna hermana hablaba tigriña, es decir, sólo las nativas; la universidad era italiana. Tampoco nos favorecían tanto (en esos años), no me dieron chance para aprender un idioma muy difícil. No se acostumbraba que las europeas aprendieran el tigriña. Entonces, no aprendimos porque como estábamos en la universidad, teníamos que hablar inglés o italiano.
Asmara, 26/01/1967. Inauguración de la Universidad de Asmara. La Hna. Conchita recibiendo la toga de manos del emperador Haile Sellassie I.
¿Qué es lo que más le gustó de Eritrea?
– La gente es muy sociable, muy buenas personas que te ayudan también para el idioma, y te ayudan mucho. Son generosas. Estuve como veintitantos años ahí. Como de los 60’s a los 80’s.
¿Cómo fue su contacto con las combonianas de México?
– Por ejemplo, Rosa María Basavega, la segunda comboniana mexicana. Ella está aquí, en esta casa. Y luego, ¿qué otras? Algunas ya fallecieron. Así, las que más me acuerdo son Rosa María. Se me va borrando la memoria.
¿Qué se siente ser la primera misionera comboniana de México?
– Mucho orgullo, ¿no? De pertenecer a las «Hermanas Misioneras Pías Madres de África». Ahora nos dicen Misioneras Combonianas, pero eran «Pie Madri». A mí me gustó mucho, mi formación y todo. Eso era lo que me tocó vivir, la experiencia de las combonianas. Tenemos que adaptarnos al tiempo y a las personas y a todo. Y yo he sido muy feliz en la vida misionera, aunque con muchas lagunas, porque no sabía el idioma.
Asmara 1977
¿Qué le inspiró Comboni en su vocación?
– Una entrega a los más pobres y abandonados. Es lo que fue mi ideal, ayudar. Hay mucha gente pobre y nosotras ya estábamos con la que necesitaba nuestra ayuda, sea en la escuela, en diversos campos. Así que, más o menos, así es mi vida. Uno tiene que adaptarse a lo que te tocó vivir, a lo que te destinaron. Es bonito que uno esté abierto a otros idiomas, a otro continente. Me gustó mucho mi experiencia misionera. ¿Estoy frustrada? No.
¿Cuál sería su mensaje para las jóvenes que están en formación o que no saben qué hacer con su vida?
– Que no tengan miedo de enfrentar cualquier estado de vida, en matrimonio, o solteras, o en el trabajo. Uno tiene que echarle ganas. Hay que tener un ideal. No se puede nada más así, a ver qué. Si tú tienes el ideal misionero, entonces te abres camino. Luchas, no te dejas vencer, sino que hay que luchar por el ideal. Y si alguna joven siente que Dios la llama, tiene que echarle ganas: hay que luchar.
– Hay que ser valientes. Si Dios te llama a la vida misionera y consagrada, uno tiene que luchar por ese ideal.
El día de sus votos. 29/09/1962Profesión religiosa. 29/09/2962. Con su papá.De izquierda a derecha: Hna. Emma Gazzaniga, Hna. Conchita, su papá, P. Agustín Pelayo, P. Héctor Villalva.
La Hna. Conchita durante la entrevista. Vive en la casa de las Misioneras Combonianas de la colonia Lindavista, en la Ciudad de México.