Una cruda realidad. Mensaje de los obispos de México y Guatemala por el día del Migrante y el Refugiado

El 19 de junio, desde Malacatán en San Marcos, Guatemala, los obispos que comparten frontera entre ese país y México dieron a conocer un Mensaje que se enmarca en la 110° Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2024 a la que el Papa Francisco puso como lema “Dios camina con su pueblo”. Este documento describe con claro realismo el estado actual de los migrantes que pasan por la frontera compartida.

Virginia Bonard. Adn CELAM

Distinguen cuatro categorías de migrantes: forzados, en tránsito, los solicitantes de la condición de refugio, y víctimas de la trata de personas, junto con la “casi nula respuesta humanitaria por parte de los Estados de la región para la atención de las personas en movimientos mixtos”. Esos mismos Estados no garantizan el derecho a la vida ante situaciones de alta vulnerabilidad.

También señalan la falta de “protección internacional a las personas que han dejado sus países de origen” en busca de nuevas alternativas de vida que logren superar violencias, pobrezas, extorsiones, reclutamiento de pandillas y tantas otras situaciones.

La presencia del crimen organizado como controlador de las rutas migratorias suma peligros en el camino de los migrantes que cada vez son más: mujeres, niños, ancianos, familias completas que, al no ser acogidos por los países receptores, son arrojados a vivir en las calles de ciudades que invisibilizan su presencia y necesidad de asistencia.

¿Qué hacer? Retos y Prioridades

  • Crear una red de comunicación y alerta entre fronteras vecinas y transversales.
  • Mejorar la coordinación para la atención a familias de migrantes repatriadas, retornadas-deportadas.
  • Fortalecer las Pastorales de Movilidad Humana a nivel nacional, diocesano y parroquial.
  • Desarrollar los mecanismos de documentación de casos sobre abusos y violaciones a los derechos de los migrantes y víctimas de la violencia.
  • Continuar procesos de incidencia política, social y eclesial.
  • Elaborar un plan con un enfoque integral, líneas de acción comunes, para atender y acompañar el fenómeno migratorio.
  • Realizar un mapeo de rutas migratorias, que orienten para asegurar la ubicación de albergues o casas que brindan servicios pastorales.
  • Dar seguimiento e implementar las acciones mediante una comisión específica integrada por representantes de la frontera México-Guatemala.

De estas jornadas, que se extendieron del 17 al 20 de junio, participaron obispos, sacerdotes, laicos, religiosas “con el objetivo de contextualizar e identificar las prioridades y los desafíos comunes en materia de migración, refugio y trata de personas en la frontera México-Guatemala y de este modo fortalecer los servicios pastorales de atención y protección a personas migrantes y víctimas de violencia”.

VIDEO de la Misa de Apertura de este Encuentro Binacional que fue presidida por el cardenal guatemaleco Álvaro Ramazzini, presidente de la Red Clamor

Iniciativa popular en La Paz para recordar la obra misionera de Jesuitas y Combonianos

El pasado 7 de junio un grupo de ciudadanos y de fieles de la Parroquia Inmaculado Corazón de María, en la ciudad de La Paz, BCS, se reunieron para poner en marcha una asociación con el objetivo de  “mantener viva la memoria colectiva y la obra misionera fundada por la orden de los jesuitas y subsecuentes misioneros, así como los trabajos de los misioneros combonianos en Baja California Sur”.

La decisión fue tomada en el marco de las celebraciones del LX aniversario de la fundación de la parroquia, en donde se recordó de manera especial la labor realizada por el misionero comboniano P. Luis Ruggera, fundador y primer párroco y constructor de innumerables iglesias en la región y que hoy son parroquias consolidadas.

La asociación -que llevará el nombre de “Amigos de los Misioneros Combonianos”- está todavía en fase de creación. Entre los proyectos que se propone realizar están promover la fundación de un Museo Comunitario dedicado a la obra evangelizadora de los Combonianos en B.C.S., o “auspiciar investigaciones, estudios y publicaciones impresas o por medios electrónicos acerca de la obra misionera y evangelizadora, tanto en lo general como en lo particular; tanto de sus protagonistas y de sus participantes, con relación al pasado histórico de Baja California Sur”. La asociación está abierta a cualquier ciudadano que se quiera adherir a ella.

El Presbítero José Fernando Tirado Becerril, Párroco de Inmaculado Corazón de María, y el Prof. Francisco López Gutiérrez, ante la fotografía del P. Luis Ruggera, uno de los primeros Misioneros Combonianos que llegaron a Baja California en 1948.

Tras las recientes celebraciones de los 75 años de la llegada de los primeros Misioneros Combonianos a México -concretamente a Baja California Sur-, esta iniciativa popular y ciudadana nos anima a seguir manteniendo viva la memoria de aquellos que nos precedieron en estas tierras mexicanas y que con su celo misionero y apostólico y su fe y confianza en el pueblo mexicano han sembrado una hermosa semilla de la que hoy estamos viendo sus frutos.

Ser padres

Por: P. Ismael Piñón, mccj

Este 16 de junio celebramos aquí en México el Día del Padre. A lo largo de la historia de la humanidad, la figura del padre y la de la madre han ido evolucionando al ritmo de las nuevas necesidades y de los cambios en la sociedad. Ser madre se identificaba con la fertilidad, la procreación y el cuidado y atención de la progenitura, mientras que la figura paterna se caracterizaba más por el papel de la autoridad, la defensa y el sostenimiento económico. Se hablaba del padre como el «jefe o cabeza de familia», era él quien tomaba las decisiones importantes que implicaban a todos, tanto a los padres como a los hijos. Los tiempos han cambiado y, afortunadamente, hoy caminamos hacia una mayor igualdad y corresponsabilidad, a pesar de que algunas corrientes la quieran llevar a extremos tan irracionales como decir que da lo mismo que haya un padre y una madre o que haya dos madres o dos padres.

En el reportaje que publicamos en nuestra revista Esquila Misional del mes de junio presentamos cómo son y cómo viven la paternidad los akas, pigmeos que viven entre Camerún, República Democrática del Congo y República Centroafricana. Ellos nos dan un hermoso ejemplo de cómo se puede ser un buen padre con responsabilidad, sin complejos, y compartiendo esa hermosa misión de cuidar y educar a los hijos con la familia y con el resto del grupo social.

Jesús se refería constantemente a Dios como el Padre, como su Padre; y nos invita a dirigirnos a Él como «Abba», término que podríamos traducir como «querido papá» o «papaíto». En la principal oración que enseñó a sus discípulos y la que más rezamos los cristianos le decimos «Padre nuestro». Ello no impide que en Dios podamos encontrar también el amor materno: «Como la gallina reúne a los polluelos, así Dios también quiere reunir a sus hijos» (Lc 13,34). Hoy la figura del padre sigue siendo fundamental para que el hijo que va creciendo pueda tener un desarrollo humano y espiritual completo.

En este mes que celebramos el Día del padre, queremos hacer un homenaje a todos los padres del mundo, como lo hicimos el mes pasado con las madres. Los dos son pieza fundamental en la construcción de la familia, cada uno con su especificidad y con su riqueza.

¡Feliz día, papás!

La Iglesia mexicana ora por un proceso electoral justo, pacífico y transparente”.

Paola Calderón Gómez. Adn CELAM

México ha sido testigo de 272 casos de violencia electoral el último año. Cifra que resulta de sumar 82 homicidios, 65 atentados, 17 secuestros y 108 amenazas. Delitos que afectaron directamente a personas involucradas con el ejercicio democrático en el país; según la investigación hecha por el Laboratorio electoral entre el 4 de junio de 2023 y el 23 de mayo de 2024.

Entre los muertos hay aspirantes a cargos de elección popular que eran militantes de colectivos como el partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido de Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

El temor es que se repitan acontecimientos similares a los que en 2021 dificultaron las elecciones, como el recordado episodio de Sinaloa, donde hubo robo de urnas y personas armadas en los puestos de votación que vigilaron y presionaron el voto de muchos. Una influencia clara del crimen organizado que maltrató e hizo gala de su capacidad para manipular los comicios.

Orar por la paz

A una semana de las elecciones y el panorama servido, la iglesia invita a una Jornada nacional de oración por la paz este 26 de mayo.

Mons. Ramón Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado mexicano, recordó que “la paz es un regalo precioso que anhelamos para nuestro país, un don que viene de Dios y que solo puede arraigar verdaderamente en nuestros corazones y en nuestra sociedad, si nos abrimos a la gracia divina a través de la oración y la acción”.

Por ello, invitó a todas las jurisdicciones eclesiásticas del país a pedir por la paz en este periodo electoral. «Queremos que nuestros templos sean lugares de encuentro con Dios y de encuentro entre hermanos, donde podamos elevar nuestras súplicas por un proceso electoral justo, pacífico y transparente”, comentó.

Trabajar por la justicia

Para el obispo de Cuernavaca es necesario recordar que la oración tiene un poder transformador que logra unir en un mismo sentir y fortalece en la esperanza de un futuro mejor para el país. “El objetivo es que esta jornada de oración nos ayude a discernir sabiamente nuestro voto, buscando siempre el bien común y el respeto por la dignidad de cada persona, que nos inspire a trabajar por la justicia y la fraternidad, construyendo una sociedad más solidaria y reconciliada”.

Así, el prelado se dirigió tanto a los fieles católicos como a todas las personas de buena voluntad, aparte de su filiación política, el objetivo es que se unan a la jornada de oración. “Invitamos a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y agentes de pastoral a promover y coordinar esta jornada de oración en sus respectivas comunidades”, afirmó.

Solicitud que entregó a María, para que interceda y conceda a los mexicanos la gracia de vivir en concordia y armonía, dispuestos a construir un futuro lleno de esperanza para las generaciones venideras.

Observadores de la OEA

Mientras tanto las autoridades trabajan para garantizar a ciudadanos y candidatos un cierre de campaña, libre de violencia. Tarea que el próximo 2 de junio involucrará a la Misión de observación de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que en los últimos días manifestó su preocupación por los “incidentes de violencia que se han presentado en el contexto de estas elecciones y lamenta particularmente la pérdida de vidas humanas”.

En la recta final del proceso, la misión confía en que la jornada electoral se desarrolle libre de violencia y en un clima de convivencia democrática.

Heraldo Muñoz excanciller chileno, lidera la misión cuyo objetivo es apoyar en el perfeccionamiento y fortalecimiento de los procesos y sistemas electorales. Integrada por un equipo de 100 personas contará con especialistas que analizarán temas como la organización electoral, el voto en el extranjero, la tecnología y justicia electoral, el financiamiento político, la participación política de mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes; la violencia político electoral y las campañas, además del rol de los medios y la comunicación digital, entre otros.

Las acciones

Los integrantes de la misión se desplegarán en las 32 entidades federativas de México, observarán desde la apertura de los puestos de votación hasta la transmisión de los resultados.

También estarán en ciudades como Dallas, Los Ángeles, Madrid, Montreal y Washington con el objetivo de observar el voto de los mexicanos que residen en el exterior. Se trata de la séptima misión que la OEA despliega en México gracias a la contribución de Brasil, Corea, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, paises bajos, República Dominicana y Suiza.

Se espera que su presencia ayude a mejorar las condiciones de la jornada que el 2 de junio elegirá 20 mil cargos locales y más de 600 a nivel federal, por lo que se habla de una de las elecciones más amplias en la historia de México.

Caminando con los pueblos originarios de la montaña de Guerrero

Por: P. José Casillas, mccj.
Desde Cochoapa el Grande, Gro.

El misionero deja su tierra y su familia porque escucha la preocupación del Corazón de Dios que busca alguien a quién enviar a los pueblos olvidados y abandonados que se vuelven invisibles ante quienes deberían atender sus gritos y necesidades.

En el corazón y la conciencia del misionero resuena siempre la búsqueda de Dios: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? ( Isaías 6,8-13)… Al sentir y escuchar la búsqueda de Dios y los gritos de su pueblo, al misionero no le queda otra respuesta que decir AQUÍ ESTOY, MÁNDAME A MI…

Está es la razón por la que los Misioneros Combonianos estamos caminando y conviviendo con los pueblos originarios de las montañas del Estado de Guerrero, hasta que dejen de ser abandonados, olvidados y comiencen a ser más visibles por la Iglesia, la sociedad y el Estado.


El rostro mixteco de la misión comboniana

Uno de los “rostros” de la misión comboniana en México es el de los pueblos originarios de la región mixteca del Estado de Guerrero. Una de las características de esta población, además de su lengua y rasgos específicos de su cultura y religiosidad, son los lugares donde habitan: LAS MONTAÑAS.

Esta característica de establecerse en las montañas, tiene mucho qué ver con su identidad profunda que se revela en su nombre. De hecho, MIXTECO significa PUEBLO DE LAS NUBES. El térmimo original es ÑUU SAVI que puede traducirse como PUEBLO DE LA LLUVIA.

Las montañas, las alturas y sus diferencias culturales y linguísticas, hacen que estos pueblos se mantengan alejados, abandonados y casi olvidados por el Estado y la Iglesia local. Esta es una de las razones principales por las que los Misioneros Combonianos estamos caminando con ellos, acompañando su camino de recuperación y reconstrucción de su dignidad que por diversas circunstancias históricas y sociopolíticas, ha sido disminuida.

Caminar con el resto de los pueblos mixtecos que, en el pasado fueron una de las grandes culturas prehispánicas ahora reducidas y empequeñecidas humana, religiosa y culturalmente, es una de las misiones combonianas en la actualidad para los misioneros combonianos en México.

Misión comboniana en Metlatónoc, México

Por: Esc. Felipe Vazquez, mccj
Desde Metlatónoc, Guerrer
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La mirada de un misionero comboniano que por primera vez ve los pueblos originarios de la región mixteca del Estado de Guerrero, se encuentra con un ser humano que vive envuelto en ritos con elementos católicos y prehispánicos como escudo protector ante la adversidad y la inclemencia social hecha de marginación, exclusión, discriminación, invisibilizacion y olvido.

Las circunstancias generadas por esa inclemencia social lo hunden en el subdesarrollo y la pobreza. Esta es una de las razones por las que se ve obligado a migrar, dejar su tierra y su familia en la desolación para ir a buscar recursos o a estudiar lejos para mejorar sus condiciones de vida para él y para los suyos.

La Iglesia aparece en medio de estos pueblos como compañera de camino y de consuelo de este ser humano originario de estas tierras. Camina con él sin apresurar los pasos, con la única intención de que este ser humano y sus pueblos sientan a Dios cercano, como compañero de camino y de vida que busca junto con ellos caminos de liberación y salvación. Es decir, que tengan la experiencia de Dios como Emmanuel ( Dios-con-nosotros).

Esta experiencia de Dios que camina con los pueblos olvidados en las montañas, hace que recuperen y fortalezcan la actitud y capacidad de caminar juntos como necesidad y estrategia para crecer todos. Eso que ahora la Iglesia pide a todos los bautizados: redescubrir el camino sinodal como vía de salvación social.

El misionero sabe que, a veces, el ser humano al que acompaña en su crecimiento humano y espiritual, no siempre conoce a Jesucristo. Por eso, ayuda a estos pueblos a descubrirlo en medio de ellos, que está caminando junto con ellos, en medio de sus pueblos y comunidades… Porque, con frecuencia, sólo saben de la existencia de Dios, pero no saben quién es ni cómo es, solo le llaman DIOS.

La presencia del misionero hace que, caminando juntos, puedan conocer el Nombre de Dios, aprender a mirarlo como papá de todos y a descubrir a Jesús como el Camino, la Verdad y la Vida que se transforma en la vía más concreta de salvación personal y social: EL SER HUMANO FRATERNO.

El misionero sabe que la fraternidad social nace de la fe en un Dios que es papá, que quiere que sus hijos vivan dignamente y sean felices y que no se conforma sólo con ritos, rezos y sacrificios… que eso a veces le molesta y lo entristece, sobre todo cuando la justicia, la paz y la vida están en riesgo y no se actúa para mejorar a las personas y sus entornos, esperando que una intervención extraordinaria resuelva todo.

Estas son las implicaciones del anuncio del Evangelio que conocemos todos los misioneros y es lo que pretendemos que este ser humano conozca, asimile y lo haga carne ahí donde vive y convive.

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