México: Reunión de los superiores de circunscripción de América y Asia

En la casa provincial de los Combonianos en México, como siempre, nos sentimos bien recibidos, para un encuentro de los superiores provinciales de las circunscripciones de América y Asia, los días 7 al 9 de mayo de 2024. Nos acompañó el P. David Domingues, responsable del continente delante del Consejo General (en la foto, de izquierda a derecha: P. Ottorino Poletto (Ecuador); P. David Aguilar (Asia); P. Juan Diego Calderón (Centroamérica); P. Nelson Mitchell (Perú); P. Raimundo Rocha (Brasil); P. David Costa (Vicario General); P. Jorge Benavides (Colombia); P. Rafael Güitrón (México) y P. Ruffino Ezama (Estados Unidos).

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Iniciamos nuestros días de reunión con un tema de formación permanente, guiado por el P. Rafael González, sobre el servicio de la autoridad en este tiempo marcado por palabras como sinodalidad, misión, escucha, atención al otro, iglesia, comunidad… Compartimos junto con ello, nuestras esperanzas, las que inspiran nuestras luchas.

Dos temas nos acompañaron más de cerca sobre la realidad del continente y del Instituto: misión y formación. Apoyados por los más recientes encuentros: la asamblea continental de la formación en Lima, Perú, y la General de Animación Misionera en Roma. Tales encuentros nos invitaron a la reflexión y colocar nuestra esperanza en el mejorar nuestro servicio en esas áreas. Un bello sueño venido del Capítulo y que nos sigue guiando. Reconocemos que, como provinciales, tenemos un trabajo que realizar, y darle a ello el entusiasmo debido. El P. Ismael Piñón, director de la Esquila Misional, nos dirigió algunas palabras en el primer día, también para animarnos a valorar más los recursos y valores que una revista como Esquila (y como otras que existe en las provincias) nos dan.

Acompañamos el proceso de la formación del noviciado continental, e invitamos a los Padres Maestros y a los Novicios a conocernos unos a otros y compartir las experiencias vividas. Eso siempre nos lleva a momentos de reflexión y de la riqueza de la presencia de Dios en el Instituto. Unido a ello, tuvimos la oportunidad de celebrar la Eucaristía en el noviciado todos los provinciales, pero también fuimos invitados a hacerlo individualmente en variadas ocasiones.

Nos sentimos unidos en los trabajos, en las preocupaciones, y en las esperanzas que cada uno tramemos desde nuestro servicio. Y como no estamos solos y Dios nos llena de fuerza, un motivo de seguir en nuestro afán de esperanza fue también la ceremonia de Primera Profesión Religiosa de 7 jóvenes de nuestro continente: 5 mexicanos, 1 del Perú y 1 de Colombia, el sábado 11 de mayo.

Experimentar la gracia de Dios en ellos, que han hecho un camino formativo para responder su sí a Dios, es para nosotros el mejor modo de terminar estos días de encuentro. Y con ello no solo agradecemos, sino que pedimos que sean más los que puedan pronunciar su sí como respuesta generosa al llamado.

El Hno. Dario Laurencig, premio al “Optimismo comprometido”

La redacción de la revista española “Anoche Tuve un Sueño” organiza una vez al año un acto de reconocimiento a personas u organizaciones que promueven una sociedad global más humana. Entre los diversos galardones se encuentra el concedido a los Optimistas comprometidos, que este año ha recaído en el Hermano Darío Laurencig, misionero comboniano italiano de Cividale del Friuli (Udine), que lleva 44 años trabajando en Kenia.

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El Hermano Laurencig, de 73 años y especializado en mecánica del automóvil, es “especial” en mil cosas más, entre las que destaca su capacidad radiestésica, que le permite detectar elementos naturales bajo tierra, en particular el agua.

Esta habilidad le ha hecho muy conocido no sólo en el norte de Kenia, en gran parte desértico y sin cursos de agua, sino también en otras partes del país, e incluso más allá de las fronteras de Kenia. A menudo le llaman para “buscar agua” en Sudán del Sur, Uganda y Tanzania. Y si la hay, sin duda la encuentra, y de la forma más sencilla posible: con un palo de madera, normalmente en forma de “Y”, que es un amplificador de los movimientos de su cuerpo a la radiación emitida por lo que busca. Si hay agua bajo sus pies, el palo empieza a girar entre sus dos manos, y puede saber a cuántos metros de profundidad está el preciado líquido y también cuánta hay. Puede percibir la presencia de agua incluso a 120 o 150 metros de profundidad.

Pero el Hermano Darío no se limita a buscar y encontrar agua, como un imbatible adivino; también la hace brotar a la superficie. Entre las muchas cosas que hace, de hecho, está perforar pozos en lugares áridos y desiertos. Ha cavado muchos, sobre todo en escuelas y misiones del norte de Kenia, entre poblaciones nómadas o seminómadas: Pokot, Turkana, Borana, Rendille… Obispos, misioneros, organizaciones no gubernamentales, gobernadores locales e incluso embajadas europeas han recurrido a él para abastecer de agua a las poblaciones nómadas de África Oriental. Ha creado a su alrededor un equipo de excelentes trabajadores, siempre en movimiento: todo el mundo le busca, porque -¡sucede! – un pozo excavado por él, rematado con una bonita bomba manual, cuesta mucho menos que uno equivalente excavado por otras empresas.

El jurado (Optimistas comprometidos) de Anoche Tuve un Sueño reconoció en el Hermano Darío no sólo su gran sentido de la solidaridad con los necesitados, sino también su asombrosa capacidad para afrontar las cosas con optimismo alegre y batallador.

En la foto, junto al Hermano Laurencig, el Padre Obwaya Justus Oseko, un keniano comboniano de Gucha, actuando como intérprete del inglés al español, la noche de la entrega del premio, el pasado martes 7 de mayo. El padre Obwaya estudia periodismo en Madrid, mientras trabaja para la revista comboniana Mundo Negro.

La revista Anoche Tuve un Sueño escribe de sí misma: “Anoche Tuve un Sueño nació para ser un espacio de esperanza donde el heroísmo de la razón y el optimismo de la voluntad se unan para organizar una sociedad civil global que exija la igualdad de derechos para todos, pero que no olvide sus deberes. Por eso ésta es una revista para gente con sueños que vive despierta”.

P. José Luis Valle Castellanos

Fecha de nacimiento: 01/12/1940
Lugar de nacimiento: Tepatitlán / México
Votos temporales: 09/06/1972
Votos perpetuos: 03/04/1976
Fecha de ordenación: 04/10/1976

Fecha de fallecimiento: 09/05/2024
Lugar de fallecimiento: San Francisco del Rincón / México

José Luis nació el 1 de diciembre de 1940 en Tepatitlán de Morelos, en el estado de Jalisco. Ingresó en el Colegio Apostólico de Sahuayo, en el estado de Michoacán, y cursó secundaria y bachillerato. En 1967, se trasladó al Colegio-Noviciado de Xochimilco para realizar sus primeros cursos de filosofía. El 13 de noviembre de 1968 tomó el hábito, y el 10 de octubre de 1970 comenzó el noviciado de dos años, también en Xochimilco, donde hizo su primera profesión religiosa el 9 de junio de 1972. Permanece un año más en Xochimilco para completar los cursos de filosofía. Al año siguiente estuvo en Francia para aprender francés y, en octubre de 1973, comenzar los cursos de teología, en Issy-Les-Moulineaux (París).

El 19 de enero de 1976, cuando se acercaba el final de los estudios teológicos para José Luis, los dos responsables de la formación en el escolasticado de París, el P. Vittorio Moretto y el P. Fabio Gilli, enviaron al Superior General, el P. Tarcisio Agostoni, un informe sobre él, con una valoración más que positiva: “José Luis está muy comprometido con la vida comunitaria. Actúa con espontaneidad, tratando de ser él mismo en todo. Se dedica fielmente a la oración personal y participa activamente en la oración comunitaria. Está muy comprometido con el estudio de la teología, con resultados satisfactorios. Su “historia” personal y lo que sabemos de él nos llevan a creer que su llamada a la vida comboniana viene de Dios”.

El “sí” del Consejo General no tardó en llegar, pero en la carta del Superior General había una noticia destinada a entristecer no poco a Luis: “No partes inmediatamente para la misión, como hubieras deseado… A partir del 1 de julio de 1976, después de tu profesión religiosa perpetua, estarás a disposición de tu Superior Provincial, el P. Giampiero Pini, y de su consejo”. Luis pone buena cara y responde: “Acepto lo ‘poco’ de hoy, en espera de lo ‘mucho’ de mañana”.

El 3 de abril de 1976, Luis hizo su profesión perpetua y fue ordenado sacerdote el 4 de octubre en Tepatitlán de Morelos, de manos de Mons. Francisco Javier Nuño y Guerrero, arzobispo de San Juan de los Lagos (Jalisco). Inmediatamente después, fue destinado al Colegio Apostólico de Sahuayo, como formador de jóvenes seminaristas. Allí permaneció hasta finales de 1980.

Tras una primera carta de destino a Kenia, el padre Alois Eder, sólo un mes después, le escribió una segunda: “Hemos recibido confirmación de su Superior Provincial, el padre Jaime, de que prefiere ir a una misión francófona… Nos apresuramos a cambiar su destino y le destinamos a la Provincia de Centroáfrica a partir del 1 de noviembre de 1980”.

El padre Luis voló a Bangui, donde le esperaba el superior provincial, el padre Luciano Benetazzo. Se lanzó a aprender la lengua local y el 1 de julio de 1981 ya era vice párroco en la misión de Dékoa. En 1984, se trasladó durante un año a la misión de Doba (Chad), donde el superior de la comunidad era el padre Michele Russo, que se convertiría en el primer obispo de la diócesis de Doba desde 1989 hasta octubre de 2013, cuando fue expulsado por su postura crítica con la gestión gubernamental de los recursos petrolíferos.

En 1985, el padre Luis fue destinado a la misión de Grimari, en la República Centroafricana, primero como ecónomo de la comunidad local y luego como vice párroco. También pasó unos meses en Mongoumba.

En julio de 1989, fue llamado de vuelta a casa, destinado al seminario de San Francisco del Rincón, como formador. El P. Luis regresó de buen grado a México: tenía una rica experiencia misionera en África y creía que podía aportar algo específico y valioso a los futuros combonianos de su provincia. Permanece allí hasta junio de 1997. Sin embargo, cada año, cuando envía sus mejores deseos a los superiores mayores, les recuerda: “No olvidéis que siempre sueño con África”.

En febrero de 1997, el Superior General, padre David Glenday, le comunica que ha sido destinado a la Provincia de Centroáfrica, a partir del 1 de julio de 1997. Le siguieron palabras de agradecimiento por su trabajo en el seminario mexicano.

El padre Luis se marchó inmediatamente. En agosto de 1987 estaba en Boda, como superior de la comunidad y dedicado al ministerio. En 1999 volvió a Grimari, diócesis de Bambari, donde se estableció un Centro Catequético. Es el lugar con el que el padre Luis siempre soñó, y allí permaneció hasta 2006, cuando el superior provincial le llamó a Bangui, a la residencia provincial, como ecónomo de la comunidad. La capital le brinda muchas oportunidades para lanzarse al ministerio de la animación misionera de la Iglesia local, en el que destaca.

La última carta de destino le llegó del padre Teresino Serra, Superior General, en marzo de 2009. A partir del 1 de julio, el padre Luis volverá a su provincia de origen. Sabe que tal vez ya no tenga la oportunidad de volver a África. ¿Qué hace entonces? Durante cuatro meses se queda en Centroáfrica y visita todas las misiones en las que vivió durante los dos periodos que pasó allí. En noviembre, coge el vuelo de vuelta y disfruta de tres meses de merecidas vacaciones. A mediados de enero de 2010, se instala en Guadalajara, en el Centro para misioneros mayores, llamado Oasis, como ecónomo local. Allí permanece hasta julio de 2011, cuando es destinado al Postulantado, situado en Ciudad de México, de nuevo como ecónomo. El 1 de julio de 2011, el Postulantado fue trasladado a San Francisco del Rincón, lugar del “propedéutico”. Dos años después, el padre Luis es llamado ahí como formador de postulantes. En 2016, es elegido probus vir de la provincia: signo de que los hermanos lo estiman y lo consideran una persona sabia.

Nunca más se moverá de San Francisco del Rincón. Y es aquí donde el Señor le llama a sí el 9 de mayo de 2024, rodeado del cariño y cuidado de sus hermanos, que le recordarán durante mucho tiempo como un misionero comboniano ejemplar por su dedicación y duro trabajo, que siempre realizó con espíritu alegre.

(Padre Ramón A. Orendáin Camacho, mccj, y Padre Franco Moretti, mccj)

50 años presencia comboniana en Ghana

Los Misioneros Combonianos llegaron a la costa occidental africana, precisamente a Togo, en enero de 1964. Diez años más tarde, se extendieron a los dos países vecinos, Ghana y Benín, para formar la actual provincia de Togo-Ghana-Benín. Los días 26 y 27 de abril de 2024 se organizaron dos actos para conmemorar los 50 años de presencia de los Misioneros Combonianos en Ghana: una conferencia y una misa de acción de gracias.

En la parroquia del “Buen Pastor” de Mafi-Kumase, después de la oración de apertura del obispo de la diócesis de Keta-Akatsi, Mons. Gabriel Edo Kumordji, svd, unas las palabras de bienvenida y una breve historia de la presencia de los Misioneros Combonianos en Ghana fueron pronunciadas por el P. Giusepppe Rabbiosi, svd. Giusepppe Rabbiosi, uno de los pioneros de la misión comboniana en Ghana, el P. Tesfaye, asistido por el P. Elias Sindjalim, presentó el tema “Salvar África con África”.

Comenzando con una breve presentación sobre la formulación del plan de nuestro fundador San Daniel Comboni, la regeneración de África en 1871 y puesta en práctica en 1874, el Superior General afirmó que se trataba de un plan de regeneración porque ya existía una vida dada por Dios a todos, incluidos los africanos. El África que Daniel Comboni conocía era Sudán y Uganda, en definitiva, África Central. El plan de regeneración de Daniel Comboni consistía en hacer a los africanos protagonistas de la evangelización de sus propios hermanos y hermanas. Para Comboni, hay que destruir el “reino de Satanás” en África e instaurar la verdadera religión de Cristo. En esto, Daniel Comboni es un gran profeta y un gran misionero de África. Por supuesto, al decir esto, no excluimos a los sacerdotes SMA y a los de las Misiones de África que se han dedicado específicamente a África.

El sueño de Daniel Comboni de convertir a los africanos en protagonistas de la evangelización de sus propios hermanos y hermanas se está haciendo realidad hoy con la participación de un número significativo de obispos, religiosos y laicos en el reciente Sínodo. De hecho, “el creciente número de Misioneros Combonianos africanos en el mundo lo dice todo”, añadió el P. Elias.

El legado de los Misioneros Combonianos como Instituto

Las estadísticas hasta el 1 de enero de 2024 muestran que hay 1477 combonianos en todo el mundo, de los cuales 631 son europeos, 251 de América y Asia y 576 de África. 664 trabajan en África, 333 en Asia y América y el resto se encuentran en Europa. Ghana cuenta actualmente con 13 combonianos, entre ellos 10 sacerdotes y otros 3 en formación.

El P. General concluyó la conferencia dando gracias a Dios por todos los misioneros combonianos que han trabajado y siguen trabajando en Ghana, tanto jóvenes como ancianos, en parroquias, escuelas y en la promoción humana con el ejemplo de “En casa de mi Padre”, una obra de promoción humana. También dio las gracias a los responsables de las iglesias locales por su colaboración.

Misa de acción de gracias

El punto culminante de la celebración de las bodas de oro de la presencia de los Misioneros Combonianos en Ghana tuvo lugar en Accra, en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, con una Misa presidida por Mons. John Bonaventure Kwofie, concelebrada por los Padres Tesfaye Tadesse y Elias Sindjalim, varios combonianos y algunos sacerdotes diocesanos. En su homilía, Mons. Bonaventure agradeció al Señor el don de Daniel Comboni a la Iglesia y de los Misioneros Combonianos al pueblo de Ghana. Se sintió pequeño al hablar de las bodas de oro de los Misioneros Combonianos en Ghana porque él era todavía joven (17 años) cuando los primeros Misioneros Combonianos llegaron a Ghana. El obispo saludó de manera particular al P. Eugenio Petrogalli por su misión en Ghana. El mandato de Jesús invitando a los apóstoles a ir por el mundo llevó a Comboni a África y a los Misioneros Combonianos a Ghana. Mons. Buenaventura invitó a todos los cristianos a tener paciencia consigo mismos, aunque se equivoquen, y a reconocer que todo lo que nace al pie de la Cruz resiste y permanece para siempre, como muy bien dijo Daniel Comboni: “Las obras de Dios nacen y crecen al pie de la Cruz”.

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Tangaza College, una universidad independiente, reconocida por el gobierno keniano

A principios de los años ochenta, los institutos misioneros de Kenia acordaron crear una escuela de teología para preparar a sus candidatos al sacerdocio. Tras una fase inicial de estudio y la construcción de las primeras instalaciones necesarias, el Tangaza College abrió sus puertas en 1986 con veinte estudiantes. La escuela de teología creció rápidamente con la incorporación de otros institutos.

En 1994, el padre Francesco Pierli se incorporó a la facultad de teología e inició un discernimiento con el entonces rector, Aylward Shorter, sobre la calidad de la enseñanza ofrecida y los objetivos que debía fijarse el joven colegio para crecer. De esa reflexión surgieron una serie de iniciativas:

  • Apertura a religiosos y laicos para una presencia competente en la sociedad,
  • desarrollo de nuevas carreras: educación, estudios africanos, servicios sociales, comunicación social y otras,
  • nacimiento del Instituto de Pastoral Social en Misión, hoy Instituto de Transformación Social.

A partir de entonces, todo el colegio universitario abrazó la idea de transformación social como modelo principal que configuraba su propuesta educativa en los distintos institutos. También inició el camino hacia el reconocimiento legal como universidad.

El pasado 2 de mayo, tras cuatro décadas de funcionamiento, Tangaza se convirtió en una universidad independiente, reconocida por el gobierno de Kenia. El Presidente William Ruto entregó al rector la “Carta”, el documento que formaliza este paso.

La familia comboniana está especialmente unida a Tangaza. Varios combonianos han sido de los más firmes defensores del desarrollo de la universidad y de su reconocimiento formal. Los combonianos están en la raíz del Instituto de Transformación Social (IST), donde muchos hermanos han trabajado en el pasado y que sigue dirigido por un comboniano, el hermano Jonas Dzinekou. El IST fue el primer instituto que diferenció su propuesta académica. Además de los cursos de pastoral social, puso en marcha un Máster en Administración de Empresas basado en el impacto positivo en la sociedad. También desarrolló el Doctorado en Transformación Social, el primero de África. En este instituto estudian y se preparan para su compromiso misionero los hermanos combonianos en formación de Nairobi.

La nueva universidad ya tiene previsto iniciar nuevos cursos: el doctorado en psicología clínica comenzará con el nuevo curso académico. Están en proyecto una licenciatura y, más adelante, un doctorado en teología. La administración también quiere desarrollar nuevas áreas de estudio creando un nuevo campus universitario fuera de Nairobi. Durante la celebración de este importante acontecimiento, el nuncio – Hubertus Matheusa van Magen – recordó que Tangaza ha pasado de veinte a más de dos mil estudiantes, comparando las cuatro décadas del viaje con los cuarenta años que Israel pasó en el desierto. Una experiencia de éxodo que dio identidad y fuerza a la universidad. De este éxodo, Tangaza debe sacar los recursos para seguir creciendo y ofrecer a religiosos y laicos una formación que les haga capaces y competentes para el servicio a la Iglesia y a la sociedad.

P. Giuseppe Caramazza, MCCJ

Hallazgo de nuevas cartas manuscritas sobre los inicios de la misión en Sudán

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El verano pasado, en el curso de la investigación sobre la amistad entre Comboni y Mitterrutzner, recientemente publicada por el Archivo Comboniano, se encontró una parte importante de la correspondencia de Friedrich Emanuel von Hurter (1787-1865), antiguo pastor protestante convertido al catolicismo, presidente de hecho y verdadera alma del Marienverein de 1851 a 1865.
Inmediatamente nos dimos cuenta de que se trataba de un descubrimiento importante para la historiografía de la misión sudanesa, entre otras cosas porque enseguida nos enviaron copias de dos cartas de Comboni y otras tantas del padre Mazza; pero tuvimos que esperar a una visita esta primavera al Archivo de Estado de Obwalden, en la ciudad suiza de Sarnen, para comprender su alcance.

Los documentos encontrados, que conciernen directamente a la asociación misionera vienesa y a la misión sudanesa, son unos ciento cincuenta. Después de las cartas de Comboni y Mazza, las más importantes para nosotros son quizá las de los tres primeros provicarios apostólicos: Knoblecher, Kirchner y Reinthaler, y las de los superiores de la estación madre de Jartum: Kocijancic y Gostner. De Kirchner en particular, hay un grueso legajo de 29 cartas que abarcan toda su actividad, o más bien abren una ventana a la década de su vida desde el surgimiento de su vocación misionera hasta su retiro en Bamberg, su diócesis natal. También son interesantes las cartas del P. Franz Lorenz Gerbl, misionero en Jartum, y de August Heintz, misionero laico entonces candidato a la misión.

Las cartas restantes también nos permiten echar un vistazo a las actividades del Marienverein. Hay cartas del conde Fries, tesorero de la asociación, y de Mitterrutzner, su representante en Tirol; del card. Barnabò, prefecto de Propaganda Fide; Mons. Müller y el Sr. von Obercamp, de la asociación misionera de Munich; el Sr. von Napoli y el Sr. Mardrus, agentes de la misión en Trieste y El Cairo respectivamente; el Sr.. Sebastian Hansal, padre de Martin Hansal, antiguo misionero laico en Jartum y Gondokoro y a la sazón cónsul austriaco en la capital sudanesa; y, por último, el P. Negrelli y el P. Eichholzer, amigos de la misión en la familia imperial vienesa y en la familia real napolitana, respectivamente.

Muchos de estos nombres nos son conocidos por los escritos de Comboni. En la diversidad de sus funciones nos revelan la amplitud del grupo de personas que, de tantas maneras, contribuyeron activamente al nacimiento de la Iglesia sudanesa y, más tarde, apoyaron su crecimiento. Tal vez no siempre hayamos sido capaces de comprender la importancia de la contribución de algunas de estas figuras, a menudo silenciadas en la historiografía de la misión. Oírles hablar hoy en primera persona, mientras escriben mucho sobre la misión y poco sobre sí mismos, nos permite recordarlos y redescubrir su papel discreto pero fundamental.

Nota:
Organizada por Studium Combonianum, la investigación en los Archivos Estatales de Obwalden fue realizada por Joaquim Valente, con la participación del P. Reinhold Baumann y del P. Markus L. Korber, entre el 7 y el 11 de abril de 2024. Se enviaron copias digitales de los resultados al Archivo de la DSP de Ellwangen, al Archivo General y al Studium Combonianum de Roma para su consulta. Con la contribución de Joaquim Valente, que ha preparado esta presentación del hallazgo, el Archivo de la DSP está coordinando la transcripción de los manuscritos, para pasar después a la posible traducción de los textos considerados relevantes para la historia de la misión en África Central.

Ver cartas en PDF

P. Manuel Augusto L. Ferreira
Studium Combonianum