50 años presencia comboniana en Ghana

Los Misioneros Combonianos llegaron a la costa occidental africana, precisamente a Togo, en enero de 1964. Diez años más tarde, se extendieron a los dos países vecinos, Ghana y Benín, para formar la actual provincia de Togo-Ghana-Benín. Los días 26 y 27 de abril de 2024 se organizaron dos actos para conmemorar los 50 años de presencia de los Misioneros Combonianos en Ghana: una conferencia y una misa de acción de gracias.

En la parroquia del “Buen Pastor” de Mafi-Kumase, después de la oración de apertura del obispo de la diócesis de Keta-Akatsi, Mons. Gabriel Edo Kumordji, svd, unas las palabras de bienvenida y una breve historia de la presencia de los Misioneros Combonianos en Ghana fueron pronunciadas por el P. Giusepppe Rabbiosi, svd. Giusepppe Rabbiosi, uno de los pioneros de la misión comboniana en Ghana, el P. Tesfaye, asistido por el P. Elias Sindjalim, presentó el tema “Salvar África con África”.

Comenzando con una breve presentación sobre la formulación del plan de nuestro fundador San Daniel Comboni, la regeneración de África en 1871 y puesta en práctica en 1874, el Superior General afirmó que se trataba de un plan de regeneración porque ya existía una vida dada por Dios a todos, incluidos los africanos. El África que Daniel Comboni conocía era Sudán y Uganda, en definitiva, África Central. El plan de regeneración de Daniel Comboni consistía en hacer a los africanos protagonistas de la evangelización de sus propios hermanos y hermanas. Para Comboni, hay que destruir el “reino de Satanás” en África e instaurar la verdadera religión de Cristo. En esto, Daniel Comboni es un gran profeta y un gran misionero de África. Por supuesto, al decir esto, no excluimos a los sacerdotes SMA y a los de las Misiones de África que se han dedicado específicamente a África.

El sueño de Daniel Comboni de convertir a los africanos en protagonistas de la evangelización de sus propios hermanos y hermanas se está haciendo realidad hoy con la participación de un número significativo de obispos, religiosos y laicos en el reciente Sínodo. De hecho, “el creciente número de Misioneros Combonianos africanos en el mundo lo dice todo”, añadió el P. Elias.

El legado de los Misioneros Combonianos como Instituto

Las estadísticas hasta el 1 de enero de 2024 muestran que hay 1477 combonianos en todo el mundo, de los cuales 631 son europeos, 251 de América y Asia y 576 de África. 664 trabajan en África, 333 en Asia y América y el resto se encuentran en Europa. Ghana cuenta actualmente con 13 combonianos, entre ellos 10 sacerdotes y otros 3 en formación.

El P. General concluyó la conferencia dando gracias a Dios por todos los misioneros combonianos que han trabajado y siguen trabajando en Ghana, tanto jóvenes como ancianos, en parroquias, escuelas y en la promoción humana con el ejemplo de “En casa de mi Padre”, una obra de promoción humana. También dio las gracias a los responsables de las iglesias locales por su colaboración.

Misa de acción de gracias

El punto culminante de la celebración de las bodas de oro de la presencia de los Misioneros Combonianos en Ghana tuvo lugar en Accra, en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, con una Misa presidida por Mons. John Bonaventure Kwofie, concelebrada por los Padres Tesfaye Tadesse y Elias Sindjalim, varios combonianos y algunos sacerdotes diocesanos. En su homilía, Mons. Bonaventure agradeció al Señor el don de Daniel Comboni a la Iglesia y de los Misioneros Combonianos al pueblo de Ghana. Se sintió pequeño al hablar de las bodas de oro de los Misioneros Combonianos en Ghana porque él era todavía joven (17 años) cuando los primeros Misioneros Combonianos llegaron a Ghana. El obispo saludó de manera particular al P. Eugenio Petrogalli por su misión en Ghana. El mandato de Jesús invitando a los apóstoles a ir por el mundo llevó a Comboni a África y a los Misioneros Combonianos a Ghana. Mons. Buenaventura invitó a todos los cristianos a tener paciencia consigo mismos, aunque se equivoquen, y a reconocer que todo lo que nace al pie de la Cruz resiste y permanece para siempre, como muy bien dijo Daniel Comboni: “Las obras de Dios nacen y crecen al pie de la Cruz”.

comboni.org

Mi experiencia en las misiones de Oaxaca

Por: Jair Antonio Castillo Solis
Liga Misional Juvenil, Merida (Yucatan)

Comencé esta misión con muchas inquietudes, pero volvería a salir de mi hogar como cada Semana Santa, no como siempre he misionado en mi estado, sino llevando la experiencia y formación como una bandera para representar a mi amada arquidiócesis de Yucatán. Quería dar lo mejor de mí y de mi hogar. Con mucho entusiasmo empezamos formándonos y recordando que a la misión no se va solamente a enseñar a Cristo Resucitado, sino a aprender de la gente que nos recibe, porque ellos también tienen a Cristo Resucitado en su corazón y lo aman.

Se me encomendó formar parte del grupo que se quedaría en el municipio de San Pedro Sochiápam para apoyar en la cabecera parroquial y vivir la Semana Santa acompañado de sus costumbres y tradiciones. Comenzamos el viaje con toda la actitud y entusiasmo, las adversidades del camino fueron muy pocas. Siempre traté de estar en oración e ir concentrado para que el Señor obre en mi y mostrar la mejor cara de un Cristo joven  a las personas de la comunidad. Afortunadamente las personas del municipio fueron alertadas de que estábamos en camino y vinieron a buscarnos para llevarnos de manera segura a la comunidad más cercana y de allí dividirnos para llegar cada uno a la comunidad donde se quedaría. No tardamos mucho y llegamos a la cabecera parroquial con la bendición de Dios y un gran entusiasmo. Nos encontramos con la grata sorpresa de que en la comunidad nos esperaban, y con un gran gesto de buena voluntad, se tomaron la molestia de servirnos una deliciosa cena para poder convivir con ellos y así empezar a conocernos de corazón.

Llegó la mañana del Domingo de Ramos y empezamos con muchas ganas para iniciar la Semana Santa. Algo que sin duda no voy a olvidar es la forma tan bella de sus tradiciones, que me hacían ver lo grande que es la fe y el mundo. La gente empezó a juntarse para iniciar la procesión con sus palmas de huano acompañando a Jesús, adornadas con las flores y ramas de las plantas que crecen allí. También Había una persona que les ayudaba a representar ese momento tan especial en el que Jesús entra en la ciudad montado en un burro. Eligieron a un joven para que entre junto con ellos en un burro hasta llegar a la iglesia, donde empezó la misa y, con ella, este tiempo tan importante para nosotros los católicos: la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesús.

Los días empezaron a transcurrir, y la verdad es que se vivía un ambiente diferente. Los más emocionados, gracias a Dios, eran los jóvenes, que tenían la inquietud de conocernos y de aprender de nosotros. Nuestro objetivo principal era acercarlos a la Iglesia. Dios nos dio las palabras para poder decir de manera coherente las cosas y poder tener ese tacto con ellos. Dimos nuestros temas de formación en los primeros días, referentes al Triduo Pascual y a todo lo que estábamos a punto de vivir, pues teníamos que hacer que sus corazones empezasen a desarrollar esa pequeña llama en ellos y puedan ser luego los formadores de la primera pastoral juvenil del lugar. Les hablamos de quienes éramos y de dónde veníamos, así como lo que hacíamos y como llegamos a formar parte de esta Obra de la Propagación de la Fe. Quedaron fascinados y mostraron un gran interés por buscar su lugar en la Iglesia, a pesar de muchas dudas en sus corazones. Nos las expusieron y empezaron así a dar el primer paso para integrarse como miembros activos y empezar a participar en la Iglesia. Afortunadamente la tecnología estaba a nuestra disposición y ellos incluso formaron su grupo de chat para poder estar avisados siempre y comunicarse.

Los hombres y las mujeres adultos mostraban una gran devoción y deseo de seguir en la Iglesia, sin embargo les había carcomido la tristeza de ver cómo muchos de sus hijos y nietos se alejaron de ella. Nuestra misión era animarlos y apoyarlos para que se dieran cuenta de que tienen que acercarse a ellos, pues pueden ayudarlos mucho. Tienen bellas tradiciones, como sus cruces de huano y muchas más cosas. Nosotros les dijimos que su tarea ahora es tomar como discípulos a sus hijos y nietos para enseñarles esas tradiciones. De esa misma manera deben hablarles del amor que tienen a Dios y del por qué de ese amor, para que los jóvenes lo entiendan y se acerquen a Él para conocerlo y luego adorarlo.

Mi experiencia en este lugar me dejó con un vacío y una tristeza en mi corazón, porque me quedé con las ansias de seguir fortaleciendo a aquella comunidad. Sin embargo, me he dado cuenta que ese es el sentimiento que he experimentad, de amor a la comunidad, así como de la acogida me han brindado. Ellos a mi me enseñaron que no se trata solo hacer las cosas de una manera, sino que hay muchas más formas de dejar llevar mi creatividad, de que el amor se puede demostrar en muchas realidades.

Hoy mi corazón está lleno de gozo y me siento feliz, porque me ayudaron a abrirme y a dar el primer paso para ser un mejor joven y misionero; a darme cuenta que es uno mismo el que a veces tropieza en la misma piedra del camino. Son las ataduras del pasado y de los miedos lo que nos hace caer, pero sobre todo lo que nos hace tener un corazón de piedra y ser ese grano que no tiene vida y se hace infértil. A pesar de que uno conozca sus errores, no actúa verdaderamente para cambiar. Ahora me doy cuenta de que no es sólo saber, sino que es necesario dar un paso más profundo para acercar mi corazón al cambio con la ayuda del Señor.

Tangaza College, una universidad independiente, reconocida por el gobierno keniano

A principios de los años ochenta, los institutos misioneros de Kenia acordaron crear una escuela de teología para preparar a sus candidatos al sacerdocio. Tras una fase inicial de estudio y la construcción de las primeras instalaciones necesarias, el Tangaza College abrió sus puertas en 1986 con veinte estudiantes. La escuela de teología creció rápidamente con la incorporación de otros institutos.

En 1994, el padre Francesco Pierli se incorporó a la facultad de teología e inició un discernimiento con el entonces rector, Aylward Shorter, sobre la calidad de la enseñanza ofrecida y los objetivos que debía fijarse el joven colegio para crecer. De esa reflexión surgieron una serie de iniciativas:

  • Apertura a religiosos y laicos para una presencia competente en la sociedad,
  • desarrollo de nuevas carreras: educación, estudios africanos, servicios sociales, comunicación social y otras,
  • nacimiento del Instituto de Pastoral Social en Misión, hoy Instituto de Transformación Social.

A partir de entonces, todo el colegio universitario abrazó la idea de transformación social como modelo principal que configuraba su propuesta educativa en los distintos institutos. También inició el camino hacia el reconocimiento legal como universidad.

El pasado 2 de mayo, tras cuatro décadas de funcionamiento, Tangaza se convirtió en una universidad independiente, reconocida por el gobierno de Kenia. El Presidente William Ruto entregó al rector la “Carta”, el documento que formaliza este paso.

La familia comboniana está especialmente unida a Tangaza. Varios combonianos han sido de los más firmes defensores del desarrollo de la universidad y de su reconocimiento formal. Los combonianos están en la raíz del Instituto de Transformación Social (IST), donde muchos hermanos han trabajado en el pasado y que sigue dirigido por un comboniano, el hermano Jonas Dzinekou. El IST fue el primer instituto que diferenció su propuesta académica. Además de los cursos de pastoral social, puso en marcha un Máster en Administración de Empresas basado en el impacto positivo en la sociedad. También desarrolló el Doctorado en Transformación Social, el primero de África. En este instituto estudian y se preparan para su compromiso misionero los hermanos combonianos en formación de Nairobi.

La nueva universidad ya tiene previsto iniciar nuevos cursos: el doctorado en psicología clínica comenzará con el nuevo curso académico. Están en proyecto una licenciatura y, más adelante, un doctorado en teología. La administración también quiere desarrollar nuevas áreas de estudio creando un nuevo campus universitario fuera de Nairobi. Durante la celebración de este importante acontecimiento, el nuncio – Hubertus Matheusa van Magen – recordó que Tangaza ha pasado de veinte a más de dos mil estudiantes, comparando las cuatro décadas del viaje con los cuarenta años que Israel pasó en el desierto. Una experiencia de éxodo que dio identidad y fuerza a la universidad. De este éxodo, Tangaza debe sacar los recursos para seguir creciendo y ofrecer a religiosos y laicos una formación que les haga capaces y competentes para el servicio a la Iglesia y a la sociedad.

P. Giuseppe Caramazza, MCCJ

Veinticinco años difundiendo el Evangelio al servicio de la sociedad de Macao

El 1 de mayo celebramos el 25 aniversario de la fundación de la Parroquia de San José Obrero. La arquitectura moderna de la iglesia es muy inusual en comparación con otras iglesias más antiguas de Macao. Encima del altar, en el centro del enorme mosaico en forma de cruz, está la imagen de Cristo resucitado ascendiendo al Cielo, con los brazos abiertos

Solemos preguntar a los visitantes qué significa para ellos la imagen de Cristo con los brazos abiertos. La mayoría lo ve como un gesto cálido y acogedor: “Cristo les está invitando al banquete de la Eucaristía, a una comunión más profunda con Él, a echar sobre Él todos nuestros miedos y preocupaciones”.

Otros, lo entienden como un envío misionero, como se describe en el Evangelio de este domingo de la fiesta de la Ascensión: “vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura”, dijo Jesús antes de ser llevado al cielo (Mc 16, 15-20). Al final de cada Eucaristía, alimentada con el Pan de Vida y llena del Espíritu de Cristo resucitado, la comunidad cristiana es enviada al mundo (es decir, a sus familias, a sus lugares de trabajo, a sus escuelas, etc.) para testimoniar la Buena Nueva de Jesucristo con palabras y, sobre todo, con hechos.

Ambas interpretaciones de los brazos abiertos de Jesús, acogida y envío, han sido igualmente relevantes para la vida de la Parroquia de San José Obrero. Hace treinta años, la parte norte de Macao, especialmente el distrito de Iao Hon, adyacente a la Puerta de la Frontera, se consideraba una zona insegura para vivir, incluso para pasear, sobre todo por la noche. La cercana Areia Preta (Hac Sa Wan) tenía entonces muchas fábricas textiles, y muchos inmigrantes vinieron a vivir a esta zona, que se convirtió en una de las más densamente pobladas del mundo, con un nivel de vida generalmente pobre y un alto índice de delincuencia. Tanto desde el punto de vista social como cultural, era sin duda un ambiente diferente al de otros barrios históricos y más renombrados de Macao.

Como no había iglesia en la zona, a principios de los 90 los primeros católicos empezaron a reunirse en una sala del Centro Pastoral del barrio, y poco a poco se fue convirtiendo en una comunidad cristiana vibrante y llena de vida. Tras la inauguración de la iglesia recién construida en 1999, dedicada a San José Obrero debido a la presencia de tantos trabajadores en el barrio, la comunidad siguió creciendo y atrayendo a más y más gente, especialmente a través del servicio de muchos laicos que ofrecieron tiempo y energía para los esfuerzos evangelizadores de la recién creada parroquia. La celebración del 25 aniversario es un homenaje a ellos y una acción de gracias a Dios por el crecimiento que hemos presenciado a lo largo de todos estos años.

En los últimos 25 años, la realidad social, económica y cultural del Distrito Norte ha cambiado mucho, y han surgido nuevas necesidades y desafíos. La misión se ha vuelto más exigente en esta compleja época de la historia. Esto no debería sorprendernos. Hace muchos años, el Papa Juan Pablo II subrayó que “la misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está todavía muy lejos de completarse […] Una visión de conjunto del género humano muestra que esta misión no ha hecho más que comenzar y que debemos comprometernos de todo corazón a su servicio. La actividad misionera renueva la Iglesia, revitaliza la fe y la identidad cristiana, y ofrece un nuevo entusiasmo y nuevos incentivos. ¡La fe se fortalece cuando se entrega a los demás! […] Pero lo que me mueve aún más a proclamar la urgencia de la evangelización misionera es el hecho de que es el primer servicio que la Iglesia puede prestar a cada persona y a toda la humanidad en el mundo moderno, un mundo que ha experimentado logros maravillosos, pero que parece haber perdido el sentido de las realidades últimas y de la existencia misma” (Redemptoris Missio 1, 2).

En esta celebración del 25 aniversario, que cada uno de nosotros escuche la invitación de Cristo, en realidad un “encargo”, a continuar la misión que Él confió a los Apóstoles y, a través de ellos, a cada uno de nosotros.

Que el Señor y San Daniel Comboni bendigan a todos los Misioneros Combonianos que durante estos 25 años han compartido su vida y su experiencia de fe con la gente de Macao y de China.

P. Víctor Manuel Aguilar Sánchez, mccj

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Hallazgo de nuevas cartas manuscritas sobre los inicios de la misión en Sudán

comboni.org

El verano pasado, en el curso de la investigación sobre la amistad entre Comboni y Mitterrutzner, recientemente publicada por el Archivo Comboniano, se encontró una parte importante de la correspondencia de Friedrich Emanuel von Hurter (1787-1865), antiguo pastor protestante convertido al catolicismo, presidente de hecho y verdadera alma del Marienverein de 1851 a 1865.
Inmediatamente nos dimos cuenta de que se trataba de un descubrimiento importante para la historiografía de la misión sudanesa, entre otras cosas porque enseguida nos enviaron copias de dos cartas de Comboni y otras tantas del padre Mazza; pero tuvimos que esperar a una visita esta primavera al Archivo de Estado de Obwalden, en la ciudad suiza de Sarnen, para comprender su alcance.

Los documentos encontrados, que conciernen directamente a la asociación misionera vienesa y a la misión sudanesa, son unos ciento cincuenta. Después de las cartas de Comboni y Mazza, las más importantes para nosotros son quizá las de los tres primeros provicarios apostólicos: Knoblecher, Kirchner y Reinthaler, y las de los superiores de la estación madre de Jartum: Kocijancic y Gostner. De Kirchner en particular, hay un grueso legajo de 29 cartas que abarcan toda su actividad, o más bien abren una ventana a la década de su vida desde el surgimiento de su vocación misionera hasta su retiro en Bamberg, su diócesis natal. También son interesantes las cartas del P. Franz Lorenz Gerbl, misionero en Jartum, y de August Heintz, misionero laico entonces candidato a la misión.

Las cartas restantes también nos permiten echar un vistazo a las actividades del Marienverein. Hay cartas del conde Fries, tesorero de la asociación, y de Mitterrutzner, su representante en Tirol; del card. Barnabò, prefecto de Propaganda Fide; Mons. Müller y el Sr. von Obercamp, de la asociación misionera de Munich; el Sr. von Napoli y el Sr. Mardrus, agentes de la misión en Trieste y El Cairo respectivamente; el Sr.. Sebastian Hansal, padre de Martin Hansal, antiguo misionero laico en Jartum y Gondokoro y a la sazón cónsul austriaco en la capital sudanesa; y, por último, el P. Negrelli y el P. Eichholzer, amigos de la misión en la familia imperial vienesa y en la familia real napolitana, respectivamente.

Muchos de estos nombres nos son conocidos por los escritos de Comboni. En la diversidad de sus funciones nos revelan la amplitud del grupo de personas que, de tantas maneras, contribuyeron activamente al nacimiento de la Iglesia sudanesa y, más tarde, apoyaron su crecimiento. Tal vez no siempre hayamos sido capaces de comprender la importancia de la contribución de algunas de estas figuras, a menudo silenciadas en la historiografía de la misión. Oírles hablar hoy en primera persona, mientras escriben mucho sobre la misión y poco sobre sí mismos, nos permite recordarlos y redescubrir su papel discreto pero fundamental.

Nota:
Organizada por Studium Combonianum, la investigación en los Archivos Estatales de Obwalden fue realizada por Joaquim Valente, con la participación del P. Reinhold Baumann y del P. Markus L. Korber, entre el 7 y el 11 de abril de 2024. Se enviaron copias digitales de los resultados al Archivo de la DSP de Ellwangen, al Archivo General y al Studium Combonianum de Roma para su consulta. Con la contribución de Joaquim Valente, que ha preparado esta presentación del hallazgo, el Archivo de la DSP está coordinando la transcripción de los manuscritos, para pasar después a la posible traducción de los textos considerados relevantes para la historia de la misión en África Central.

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P. Manuel Augusto L. Ferreira
Studium Combonianum

Congreso Aka

Por: Mons. Jesús Ruiz, mccj
desde Mbaïki, RCA

Llevamos casi tres años intentando poner en marcha la pastoral con el pueblo Aka; al final esta semana hemos conseguido reunir a todas las comisiones parroquiales de la diócesis para hacer este primer congreso.

Congreso una palabra grandilocuente, pero este pueblo Aka se lo merece. Nos hemos juntado cincuenta personas; la mitad Aka, para, sobre todo, escuchar la voz de este pueblo oprimido. Hemos tenido la suerte de contar con dos animadores Aka, Simon Pierre Ekondo, y Celestin, que son dos jóvenes pigmeos con estudios universitarios.

El lema de la comisión diocesana es: “Ita Aka, longo; eglise a ye ti m amo”, que quiere decir: “hermano Aka levántate; la iglesia te escucha”; este eslogan marca la idea primera del Congreso; luego también hemos querido reforzar las capacidades de los miembros de las distintas comisiones parroquiales de pastoral Aka.

Que sean ellos mismos los que marquen el camino a seguir en este pastoral. Hasta ahora la Iglesia hemos hecho muchas cosas por ellos (escuelas de integración, salud, evangelización, justicia y paz, etc.); ahora quisiéramos saber dónde quieren ir ellos…, que tomen las riendas y que marquen el camino de cómo llegar hasta allí. No sé si hemos alcanzado el objetivo, pero ha sido un tiempo precioso de liberación de la palabra, donde han gritado su dolor, han reivindicado ser tratados con dignidad y han soñado con otra realidad distinta donde se sientan incluidos y respetados.

¿Cómo emanciparse, guardando su propia cultura?; ¿Cómo integrarse en la sociedad y en la Iglesia?; ¿Cómo marcar ritmos para que ellos sean los verdaderos artífices de su liberación? El sueño de Dios para la humanidad ha estado en el centro de nuestra reflexión: “Dios los creó a su imagen”; “el que ama conoce a Dios… el que aborrece a su hermano no conoce a Dios”. Somos la imagen de Dios.

También hemos recurrido a la Constitución Centroafricana que en sus números 11, 12, 13 y 16 llaman al respeto y la dignidad de toda persona, sea cual sea su raza, credo o condición social. Somos conscientes de que estamos muy lejos del famoso lema de nuestro padre fundador, Boganda, “zo kwe zo”, “toda persona es una persona”; pero es en esa dirección que queremos caminar como pastoral diocesana, siguiendo los cuatro famosos verbos del Papa Francisco para la pastoral de inmigrantes: Acoger; Proteger; Promover e Integrar.

Con escenificación, danzas y cantos han gritado el dolor que les habita, ilustrando ciertos casos de violación de los derechos más fundamentales.

Aquí algunas de las recomendaciones que han salido:

  • Somos nosotros, pueblo Aka, los que tenemos que comprometernos por conquistar nuestros derechos…, sin esperar que sean siempre los de fuera que nos les otorguen.
  • Los Aka tenemos que tomar el futuro de nuestras vidas entre nuestras manos…
  • Los Aka optamos por enviar a nuestros hijos a la escuela, para poder suscitar líderes de nuestro pueblo.
  • Los Aka tenemos que transmitir nuestros conocimientos y nuestro saber tradicional a las generaciones futuras, para valorizar y perennizar nuestra cultura.
  • Nuestra fuerza como Akas vendrá si permanecemos unidos entre nosotros, en comunidad con los otros…
  • Somos conscientes que el abuso del alcohol y las drogas están destruyendo nuestro pueblo.
  • Los animadores que quieran trabajar con nosotros en la pastoral Aka tendrán que estar imbuidos de un espíritu de respeto y amor hacia nuestro pueblo.

Estoy buscando algún líder Aka para trabajar a tiempo pleno en esta comisión diocesana, pues la hermana comboniana Lucia, -que ha sido el alma de esta comisión en estos años-, dentro de unos meses se va a seguir su formación a Europa. Estoy preocupado buscando quién podría ponerse a la cabeza de esta comisión, que es la única que yo he querido presidir para darle fuerza; sin la hermana Lucia tendremos un desafío importante.

Una bonita aventura, esta de caminar hacia la libertad de un pueblo, sabiendo que esta libertad no es gratuita, tiene un precio. Finalizando el Congreso, cuando hemos preparado el día diocesano del Aka, que será el próximo 24 de mayo, hemos descubierto que este pueblo, que el año pasado acudió en masa a la convocatoria de la Comisión pastoral Aka, reivindica que sea pagado por participar en la manifestación donde reclaman sus derechos delante de las autoridades y la sociedad civil. Así han estado siempre acostumbrados por las ONG; cada vez que hacen algo con ellos, pagan; cuando forman a los maestros o a los agentes sanitarios les pagan por ser formados… Les hemos dicho que la libertad tiene un precio; no es gratis. Nos queda mucho camino por andar.