Informe de los encuentros de Panamá y San Antonio (Texas) sobre movilidad humana

Panamá: Encuentro de Obispos y secretarios ejecutivos de la pastoral de movilidad humana México – Centroamérica y El Caribe, de la Red Clamor, y del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del CELAM

Del 10 al 13 de febrero se llevó a cabo en Panamá el Encuentro de Obispos y secretarios ejecutivos de la pastoral de movilidad humana México – Centroamérica y El Caribe, de la Red Clamor, y del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del CELAM (CEPRAP).

El Observatorio Socio-Pastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y El Caribe (OSMECA), dio a conocer el servicio que ofrece a través del conocimiento de la realidad para orientarla a favor de las personas en contexto de movilidad.

El Dr. Víctor Carmona (de la Universidad de San Diego), señaló que las actuales medidas migratorias del gobierno norteamericano buscan atemorizar a los 13.7 millones de migrantes indocumentados, de los cuales el 62% lleva viviendo más de una década en Estados Unidos, especialmente en California, Texas y Nueva York. Destacó la valiente defensa de los migrantes por parte de los Obispos de Estados Unidos y del Papa.

El Cardenal Álvaro Ramazini (presidente de la Red CLAMOR) insistió en la necesidad de difundir la Carta Pastoral “Lo vio, se acercó y lo cuidó”, de los Obispos de Frontera y Responsables de Movilidad Humana de Norte, Centroamérica y El Caribe. Pidió cuidar la espiritualidad para no desanimarse, y propuso poner atención a lo que sucede en el tema migratorio, no solo en EE.UU. sino también en América Latina.

Se recordó que la Red CLAMOR, adscrita al CELAM, articula el trabajo pastoral de las organizaciones de la Iglesia Católica en América Latina y El Caribe, que acogen, protegen, promueven e integran a migrantes, refugiados, deportados y víctimas de trata, y se acordó seguir fortaleciendo este servicio basándose en la solidaridad y la subsidiariedad.

San Antonio, Texas: encuentro bianual de los obispos de la frontera Tex-Mex

Del 26 al 28 de febrero de 2025 se llevó a cabo en San Antonio, Tx la reunión bianual de los obispos de las diócesis de la frontera entre México y Texas. Este encuentro se celebra desde hace cuarenta años para coordinar esfuerzos en la proclamación del Evangelio. En esta ocasión, el enfoque fue la situación de los migrantes y refugiados. Se insistió en la necesidad de un sistema migratorio que responda a la realidad, y se renovó el compromiso de la Iglesia a seguir sirviendo a los migrantes y refugiados.

La Mtra. Tatiana Cloutier, titular del Instituto de Mexicanas y Mexicanos en el Exterior, señaló existen 53 consulados de México en EE.UU., en los que del 20 enero al 24 febrero 2025 se han atendido a 26,379 migrantes, brindándoles servicios de salud, orientación educativa, asesoría financiera, educación cívica y atención en lenguas originarias. En el caso de los retornados se ha implementado el programa “México te abraza”, en el que participan 34 dependencias federales, las 32 entidades federativas y el Consejo Coordinador Empresarial, coordinados por la Secretaría de Gobernación. El Instituto Nacional de Migración está a cargo de la recepción, cartas de repatriación y traslados; El Registro Nacional de Población, de emitir documentos de identidad y CURP; el IMSS afilia a los repatriados y su núcleo familiar; el Servicio Nacional de Empleo promueve la inclusión al mercado laboral. Además se ofrece acceso a los Programas de Bienestar y se entrega la Tarjeta Bienestar Paisano (2 mil pesos para el traslado a sus hogares). La Mtra. Cloutier afirmó la importancia de agradecer a la tierra de origen y de acogida, la necesidad de trabajar por la unidad, informar a la gente sobre los riesgos de la migración y trabajar con las autoridades.

Durante el Encuentro se visitó el “Mother Teresa Center”, que en dos años atendió a más de 335 mil refugiados legales, ofreciéndoles casa, alimento, ropa, escuela, clases de inglés y computación, gestión para el trabajo en 180 días y guardería. Pero con las disposiciones del actual gobierno, se tendrá que reducir al personal y reinventarse.

Mons. Mark Seitz afirmó que la crisis migratoria es fruto de un sistema migratorio roto y de una sociedad que no respeta la dignidad humana. Ante esto, propuso ofrecer un mensaje radical de igualdad y dignidad infinita, mostrar un camino de misericordia y esperanza, y fomentar la fraternidad. Animó a tomar medidas como región a la luz de la Carta Pastoral “Lo vió, se acercó y lo curó”. Propuso difundir información para que las personas conozcan sus derechos, trabajar con funcionarios locales, difundir información confiable, acompañar en la toma de decisiones, unir voces y brindar consuelo.

La Mtra. Cecilia Romero, que fuera Comisionada del Instituto Nacional de Migración (2006-2010), señaló que la migración es una realidad a gestionar. Comentó que las deportaciones aceleradas, que tienen por objeto intimidar a futuros migrantes, se están dando entre los migrantes indocumentados que están en el sistema (incluso por una infracción de tránsito) y de los que tienen procesos migratorios pendientes. Destacó que el incremento de personas varadas genera problemas con la sociedad y señaló que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) enfrenta dificultades por falta de presupuesto, instalaciones y personal. Dijo que México necesita actualizar los acuerdos bilaterales de repatriación al interior; ampliar las visas laborales y temporales; regularizar a los extranjeros varados en México para su integración; aliviar al sistema de refugio (COMAR); completar la Ley de Migración. Insistió en la necesidad de liderazgo y de exigencia del respeto a la ley, ofrecer orientación y asesoría legal a migrantes, realizar campañas de prevención contra la discriminación, establecer alianzas locales con organizaciones de la sociedad y aprovechar las gracias del Año Jubilar para crecer en la esperanza.

+Eugenio A. Lira Rugarcía
Obispo de Matamoros-Reynosa
Responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana

“Conectados”: la nueva red de Misioneros Digitales de América Latina y el Caribe

“Conectados” es el nombre de la nueva red eclesial que reunirá a los Misioneros Digitales de América Latina y el Caribe.La constitución de la red es uno de los frutos Primer Encuentro de Responsables y Coordinadores de Comunidades de Misioneros Digitales del continente, convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), a través del Centro para la Comunicación, junto con el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede.

(Texto y foto: ADN Celam)

El evento ha reunido a 46 líderes de la pastoral digital y de comunidades de misioneros digitales de 20 países, en la sede de las Obras Misionales Pontificio Episcopales de México (OMPE), algunos de ellos en representación de sus Conferencias Episcopales, otros vinculados al proceso sinodal de ‘La Iglesia te escucha’, y algunos más en representación de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR), de Cáritas América Latina y el Caribe, y del Instituto Fe y Vida, referente de la pastoral hispana en los Estados Unidos.

Justamente, el propósito principal del encuentro que inició el 21 de febrero y concluyó el domingo 23, con la celebración de la Eucaristía en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, ha sido “constituir la red latinoamericana y caribeña de misioneros digitales, inspirados por el Magisterio del Papa Francisco, y en continuidad con el proceso sinodal en el que la misión en el entorno digital representa uno de los derroteros para hacer posible una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

El encuentro ha sido una oportunidad de conocimiento mutuo para los misioneros digitales, favoreciendo la “cultura del encuentro”, así como el compartir de experiencias y “buenas prácticas” de pastoral digital, ofreciendo espacios formativos y de crecimiento espiritual a quienes lideran comunidades de misioneros digitales y procesos de pastoral digital en sus países.

Una red con múltiples propósitos

De ahí que la naciente red “podrá contribuir a articular diferentes líneas de acción sobre contenidos e incidencia, formación misionera, diálogo y comunión entre misioneros y obispos, así como el acompañamiento de comunidades misioneras, el uso de nuevas tecnologías y de Inteligencia Artificial, y cuestiones como la sostenibilidad y la financiación de la misión digital”, afirmaron los organizadores.

“El balance de este encuentro ha sido muy positivo”, destaca Mons. Daniel Blanco, obispo auxiliar de San José de Costa Rica y Coordinador del Consejo del Centro para la Comunicación del Celam, al sostener que “durante estos días también hemos podido reconocer los desafíos y las oportunidades que tenemos en la misión digital de la Iglesia, en continuidad con el proceso sinodal que estamos viviendo”.

Por su parte, Mons. Lucio Adrián Ruiz, Secretario del Dicasterio para la Comunicación, manifiesta que “este red nos ayudará a seguir escribiendo una nueva página en la historia misionera de la Iglesia, desde el compromiso que asumimos de ‘samaritanear’ en el ámbito digital y en las redes sociales”.

Entre los fundadores de la nueva red Conectados se encuentran cinco obispos, nueve presbíteros, tres religiosas, 14 laicas y 15 laicos, provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Trinidad Y Tobago, Uruguay, Venezuela y el Vaticano.

CLAR: Animar como Jesús un liderazgo sinodal en la vida religiosa

la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas/os (CLAR), organizó del 18 al 20 de febrero de 2025, en Bogotá, el Seminario “Animar como Jesús un liderazgo sinodal de la Vida Religiosa”. El encuentro reunió a religiosos y religiosas de toda la región con el objetivo de formar nuevos liderazgos sinodales y compasivos, promoviendo una cultura de diálogo, inclusión y corresponsabilidad en la Vida Religiosa. Éste fue el mensaje final.

Seminario
Animar como Jesús un liderazgo Sinodal de la Vida Religiosa
Bogotá – Colombia 18 a 20 de febrero de 2025

“Cómplices de la Ruah Divina,
hagamos que acontezca la transformación
de la Vida Religiosa en clave sinodal”.

Mensaje final

La comisión “Hacia una Vida Religiosa en clave sinodal” de la CLAR -Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas/os-, en su esfuerzo de formar en nuevos liderazgos sinodales y compasivos en la Vida Religiosa que peregrina en el Continente, preparó el Seminario presencial “Animar como Jesús un liderazgo sinodal de la Vida Religiosa”, realizado del 18 al 20 de febrero de 2025 en Bogotá -Colombia-.

El Seminario ha sido un tiempo de gracia que nos ha llevado a reconocer y abrazar nuestra vulnerabilidad en el ejercicio del liderazgo, una vulnerabilidad que nos impulsa al riesgo y a la renovación, a través de procesos de transformación y cambio en nuestras prácticas personales de liderazgo. Así damos paso al Espíritu, quien nos guía en la conversión de nuestras relaciones comunitarias. Hemos experimentado que la renovación no puede vivirse sin una profunda escucha a nuestras hermanas y hermanos, quienes esperan de nosotros un liderazgo comprometido en nuestros Institutos y Comunidades locales.

Sentimos la urgencia de formarnos y formar líderes sinodales y compasivos, capaces de caminar con otras/os, de escuchar con el corazón y discernir en comunidad. Este es el liderazgo que Jesús nos mostró. Él, el Buen Pastor, nos guía sin imponer, invitando a participar activamente en la construcción del Reino de Dios. El liderazgo de Jesús es inclusivo, no autoritario, y está basado en el servicio.

En un mundo que cambia, necesitamos renovar nuestras estructuras y nuestros corazones. No podemos seguir haciendo las cosas como siempre. Se nos pide ser líderes que acompañen, que fomenten una cultura de la sinodalidad, donde todas/os tenemos voz, donde todas/os somos corresponsables, y donde todas/os nos unimos en la misión común.

Es hora de abandonar una Vida Religiosa con una jerarquía cerrada.

Nuestra llamada profunda es ser signo y testimonio de una cultura del cuidado, reflejando un modelo de liderazgo basado en la escucha, el diálogo y el discernimiento. Las/os animadores y formadores tienen la responsabilidad de mantener viva esta dinámica de sinodalidad en nuestras comunidades, creando espacios donde todas/os se sientan escuchados, apoyados y desafiados a crecer en su vocación.

Para vivir nuestro liderazgo al modo de Jesús, durante estos días la Ruah Divina nos ha inspirado algunas llamadas:

• Acoger nuestra propia vulnerabilidad como una oportunidad para la resiliencia, lo que nos urge al cambio, la apertura y la transformación personal y comunitaria. Profundizar un liderazgo capaz de reconocer la propia vulnerabilidad y abrazarla, nos capacita para abrazar también la de las/os demás, como camino de crecimiento humano.
• Vivir en esperanza y pasar de una concepción estática y repetitiva de nuestra Vida Consagrada a una visión dinámica que entreteja sin cansancio redes y vínculos gestores de vida para todas/os.
• Ejercer el liderazgo desde una escucha atenta, sin prejuicios, abriendo nuestro corazón a las hermanas y hermanos con quienes compartimos la vida y la misión.
• Promover un liderazgo humano y compartido, que consulta y toma en cuenta a las/os demás, porque “lo que pertenece a todos, necesita ser tratado por todos”.
• Posibilitar un liderazgo abierto al cambio, que transforme nuestras relaciones, estructuras y procesos, acompañando y animando la transformación personal, comunitaria y misionera, desde una visión intercongregacional, intercultural e intergeneracional en clave de itinerancia.
• Formar un liderazgo que asuma la escucha activa en todos los espacios de nuestra vida, como principio esencial para un discernimiento sinodal genuino.
• Desarrollar habilidades y competencias de madurez psico-espiritual e inteligencia emocional, desde una comunicación no violenta y compasiva, expresando sentimientos y percibiendo las necesidades de las/os otros de forma adecuada, gestionando los conflictos posibilitando construir una comunidad sinodal.

Hoy, nos sentimos agradecidas/os por esta experiencia y convocados a ser cómplices de la Ruah Divina en la transformación de la Vida Religiosa. Juntas/os, sigamos el ejemplo de Jesús, caminando en comunidades sinodales de servicio e inclusión para la construcción del Reino.

Participantes, Seminario Animar como Jesús un liderazgo Sinodal de la Vida Religiosa
Bogotá, D.C., 20 de febrero de 2025

Los Combonianos entregan la parroquia de Palca al clero peruano de la diócesis de Tarma

En una emotiva ceremonia llena de gratitud y recuerdos, los Misioneros Combonianos se despidieron de la Diócesis de Tarma tras más de 60 años de entrega y servicio. Su presencia fue un faro de esperanza y fe, pues trabajaron incansablemente en casi todas las parroquias de la prelatura y, posteriormente, de la diócesis. Enseñaron religión, supervisaron proyectos arquitectónicos y fortalecieron la fe de muchas personas.

Su travesía, iniciada a petición del Vaticano para establecer una nueva prelatura, ha dejado una huella imborrable en las vidas de quienes fueron tocados por su labor evangelizadora.

La historia comienza cuando los Misioneros Combonianos llegaron dispuestos a afrontar el desafío de construir una nueva diócesis. El P. Humberto Unterberger asumió la parroquia de Palca en 1974, atendiéndola primero desde la comunidad de Tarma y luego estableciéndose en Palca como su primer párroco. Le siguieron el P. Hilmar Gulba (1933-2023), quien amplió la iglesia parroquial con una nave lateral y reemplazó el puente de madera a la casa parroquial por uno de hierro y cemento, y posteriormente el P. Eduardo Falk (1935-2024), quien fue párroco durante treinta años hasta que la enfermedad lo obligó a retirarse a Lima y luego a Alemania, donde falleció el 1 de enero de 2024. Le siguieron el P. Luis Weiss y, finalmente, el P. Alfonso Pérez, quien tuvo el honor de ser el último párroco comboniano.

El 1 de febrero, con la presencia del Superior Provincial, P. Nelson Mitchell, se entregó la parroquia Santo Domingo de Guzmán de Palca al clero diocesano, en manos de su obispo, Mons. Timoteo Solórzano MSC. La ceremonia solemne, celebrada en Palca, contó con la asistencia de numerosos sacerdotes combonianos y diocesanos, así como con una nutrida participación de amigos y feligreses. Esta era la última parroquia que permanecía en manos de los combonianos en la diócesis de Tarma.

El día 2 de febrero se celebró una misa en la catedral, donde, al finalizar la ceremonia, Monseñor Solórzano develó una placa conmemorativa en honor a los Misioneros Combonianos. La placa, ubicada junto a la tumba de Monseñor Lorenzo Unfried MCCJ, segundo obispo de Tarma-Cerro de Pasco, representa un recordatorio perenne de su entrega y servicio. Ambas ceremonias estuvieron impregnadas de emoción y gratitud, con cantos combonianos que animaron cada momento.

En 1958 se creó la Prelatura de Tarma con Mons. Antonio Kühner como su primer prelado. Kühner, quien había sido párroco en Huánuco, fue nombrado obispo de esa diócesis en 1980. Mons. Lorenzo Unfried, entonces obispo auxiliar de Arequipa, fue designado como su sucesor y tomó posesión de la prelatura el 4 de enero de 1981. Todas las parroquias estaban en manos de los Misioneros Combonianos hasta que, en 1985, la prelatura fue elevada a diócesis.

Fieles a nuestro carisma comboniano, hemos contribuido a la construcción de esta diócesis hasta verla suficientemente desarrollada. Tras un profundo discernimiento, Palca fue entregada al clero diocesano, marcando el cierre de nuestra presencia en estas tierras andinas, en la perla de los Andes, Tarma. Esta transición representa un momento agridulce, pues simboliza tanto la culminación de una misión como el inicio de una nueva etapa para la comunidad local.

El legado de nuestros hermanos misioneros —al inicio mayoritariamente alemanes y posteriormente españoles, italianos y de otras nacionalidades— es una fuente de inspiración. Su historia refleja no solo los desafíos enfrentados, sino también los triunfos alcanzados gracias a su resiliencia y fe. Su espíritu sigue motivando a misioneros peruanos, especialmente al pequeño grupo que ha salido de estas tierras a la misión ad gentes.

No nos queda más que decir: “Gracias”. Gracias a Dios y a tantos hermanos que forjaron esta hermosa historia misionera llena de esperanza.

Padre Nelson Mitchel, mccj

P. Luigi Codianni, nuevo Superior de los Misioneros Combonianos

Hoy, el P. Luigi Fernando Codianni, de 60 años, ex Consejero General en Roma, ha sido elegido Superior General de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús (MCCJ). El P. Luigi, de nacionalidad italiana, tiene una considerable experiencia religiosa y misionera en los ámbitos de la administración y del servicio al gobierno, particularmente en las circunscripciones combonianas de Brasil e Italia.

El 6 de noviembre de 2024, el P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie dimitió como Superior General del Instituto Comboniano, tras su nombramiento como Obispo Auxiliar de la Archieparquía de Addis Abeba (Etiopía). En el ejercicio de su función vicaria, el P. David Costa Domingues, en nombre del consejo general, convocó la votación para la elección extracapitular del nuevo superior general.

El padre Luigi Fernando Codianni nació el 13 de junio de 1964 en Celenza Valfortore, Italia. Ingresó en el Instituto con su primera profesión religiosa en 1988 en Venegono Superiore, Italia. De 1988 a 1993, estudió Teología en São Paulo (Brasil). El 15 de mayo de 1993 fue ordenado sacerdote en Celenza Valfortore, diócesis de Lucera-Troia.

El padre Codianni realizó su primer trabajo pastoral en Italia, de 1993 a 2001. Después de esta experiencia misionera en su patria, fue destinado a la Provincia de Brasil Nordeste. De 1994 a 2010, fue Superior Provincial de Brasil Nordeste. En 2011, regresó a Italia, donde, entre otros compromisos, fue ecónomo provincial.

En el Capítulo General de 2022, fue nombrado Consejero General y, a continuación, se hizo cargo de las circunscripciones de Europa, del sector económico y de los aspectos jurídicos y de representación.

comboni.org

Ordenado el nuevo obispo de Hawassa, Etiopía

El Padre Gobezayehu Yilma, que fue nombrado vicario apostólico de Hawassa, Etiopía, el 15 de noviembre, fue ordenado obispo el 9 de febrero de 2025, en la catedral “Pacto de la Misericordia”, poniendo fin a una larga espera de cuatro años para un nuevo obispo en la circunscripción católica más grande en términos de fieles en Etiopía.

Por: P. José da Silva Vieira y P. Pedro Pablo Hernández
Misioneros Combonianos
Desde Hawassa, Etiopía

Monseñor Gobezayehu Yilma -que tomó el nombre episcopal de Merhakristos («guiado por Cristo» en ge’ez, la antigua lengua litúrgica de Etiopía)- fue ordenado por el cardenal Berhaneyesus Souraphiel, archieparca de Addis Abeba, asistido por monseñor Abraham Desta, vicario apostólico de Meki, y monseñor Tesfaye Tadesse, obispo comboniano auxiliar de la archieparquía de Addis Abeba.

Mons. Massimo Catterin, encargado de negocios de la Nunciatura vaticana en Addis Abeba, agradeció a Mons. Merhakristos por haber aceptado la llamada de Dios para ser Vicario Apostólico de Hawassa.
Otros siete obispos -seis de Etiopía y uno de Nigeria- estuvieron presentes, junto con más de 100 sacerdotes, tanto locales como de otras diócesis o institutos misioneros. También había un gran número de religiosas y catequistas, y una enorme multitud que llenaba la catedral y tres grandes carpas en el exterior: unos 5.000 fieles católicos. También había numerosos invitados de Europa y Estados Unidos, políticos locales y representantes de iglesias protestantes.

La liturgia, alegre, bien organizada y concurrida, se celebró en rito latino en amárico y duró más de cinco horas. Se recitaron oraciones en las diversas lenguas presentes en el vicariato: sidama, guji, borana y gedeo. El acto fue retransmitido por la televisión etíope Pax Catholic TV y la Sidama Media Corporation, así como por Internet, Radio Fana en tres lenguas (amárico, oromo y sidama) y en un circuito cerrado fuera de la catedral.

El misionero comboniano Padre Juan González Núñez, administrador apostólico de Hawassa durante más de cuatro años, saludó la ordenación del nuevo obispo con gran alegría. «El período ‘provisional’ fue tan largo que parecía haberse convertido en permanente. Pero nadie olvidó la espera, y todos siguieron rezando para que Hawassa tuviera un pastor. Y el día propicio ha llegado. Hoy, 9 de febrero de 2025, celebramos su consagración y su toma de posesión de la sede vacante. Este es el motivo de nuestra alegría», escribió en su mensaje.

En los discursos pronunciados al final de la celebración, monseñor Massimo Catterin, encargado de negocios de la Nunciatura vaticana en Addis Abeba, agradeció a monseñor Merhakristos que aceptara la llamada de Dios para ser vicario apostólico de Hawassa. «Recuerde que fue consagrado obispo en el Año Jubilar», dijo. Agradeció al P. Núñez su generoso servicio como Administrador Apostólico.

Mons. Merhakristos nació en Dodola, en la zona de Bale, hace 46 años. Antes de ingresar en el seminario mayor de Meki, estudió agricultura en la Universidad de Jima. Después siguió una formación teológica en el Instituto Franciscano Capuchino de Addis Abeba y fue ordenado sacerdote en 2005. Tiene un máster en Estudios del Desarrollo por el Instituto Kimmage de Estudios del Desarrollo, una licenciatura en Doctrina Social Católica y un doctorado con una tesis sobre la evaluación ética del paradigma del Estado desarrollista basado en la antropología cristiana de Juan Pablo II por la Universidad Pontificia de Maynooth, Irlanda.

Antes de su nombramiento como Vicario Apostólico de Hawassa, Mons. Merhakristos fue Vicario Adjunto del Vicariato Apostólico de Meki y Director Ejecutivo de Caritas-Meki. Mons. Merhakristos es el quinto obispo del Vicariato de Hawassa y el primer etíope que lo gobierna. Los obispos anteriores eran todos italianos: tres combonianos y un salesiano.

El Vicariato Apostólico de Hawassa, en el sur de Etiopía, se extiende sobre una superficie de más de 100.000 kilómetros cuadrados, con nueve millones de habitantes. Cuenta con casi 290.000 fieles, distribuidos en 20 parroquias y 558 capillas.

Dos misioneros combonianos, el padre Bruno Maccani y el padre Bruno Lonfernini, ambos expulsados del sur de Sudán, llegaron a Hawassa el 18 de diciembre de 1964, para iniciar una empresa misionera de gran éxito, primero entre los Sidamo, luego entre los Gedeo y los Guji. Más tarde, se les unieron los Misioneros del Espíritu Santo entre los borana, los salesianos, que se hicieron cargo de la misión de Dilla de los combonianos, y los Apóstoles de Jesús, de Kenia, que se hicieron cargo de dos misiones combonianas, una entre los gideos y otra entre los gujis, e iniciaron la presencia católica entre los sidamos. Los jesuitas y los Fidei donum abrieron sendas misiones entre los gujis.

Actualmente, el Vicariato cuenta entre su personal con 531 catequistas a tiempo parcial y 109 a tiempo completo, 74 religiosos de 11 congregaciones misioneras y una local, 47 religiosos y seis hermanos de cuatro institutos misioneros, 21 sacerdotes diocesanos, nueve seminaristas mayores y dos diáconos.

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