Un camino trazado por otro

P. Fugain Dreyfus Yepoussa, mccj
Desde Granada, España

P. Zoé Musaka, Mundo Negro

El P. Fugain Dreyfus Yepoussa es un joven comboniano de la República Centroafricana. Durante los últimos seis años ha realizado su trabajo misionero en Perú. Ahora se encuentra en España para apoyar en la formación de jóvenes misioneros en la comunidad de Granada.

Mi vocación a la vida sacerdotal nació muy temprano. Cuando terminé la escuela primaria, pedí a mis padres que me permitieran ingresar en el seminario menor de la archidiócesis de Bangui, la capital de mi país, República Centroafricana (RCA). Mis padres aceptaron, pero mi párroco no presentó la solicitud de ingreso, por lo que no pude entrar. En mi país, para que un joven ingrese en el seminario tiene que llevar una carta firmada por su párroco que avale ese ingreso. Lo volví a intentar cuando era estudiante de Secundaria y mi párroco se volvió a negar, alegando que mis padres no estaban casados por la Iglesia. Me sentí muy decepcionado y, aunque seguía sintiendo la llamada vocacional, se enfrió un poco mi deseo de ser sacerdote. Al terminar Secundaria comencé a estudiar Telecomunicaciones en el Instituto Superior de Tecnología de la Universidad de Bangui.

Todo cambió en tercero de carrera, cuando me encontré en el campus con un antiguo postulante comboniano de mi parroquia. Aunque había dejado el camino formativo, conversar con él suscitó en mí el deseo de convertirme en misionero comboniano. Hasta entonces yo quería ser sacerdote para trabajar en mi país, pero a partir de entonces surgió en mí la inquietud misionera. Me habló de san Daniel Comboni, de los Misioneros Combonianos y me ofreció el libro Salvar África a través de África. A medida que lo leía sentía que Dios me llamaba para ofrecer mi pequeña contribución para «salvar África». Me decidí a contactar con los combonianos de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Bangui. Así comenzó mi camino de discernimiento y formación en la congregación. En 2006 ingresé en el postulantado San José de Bangui y al terminar la Filosofía me enviaron al noviciado de Cotonú (Benín).

Encuentro de fieles de la parroquia del Buen Pastor, de Arequipa. Fotografía: Hno. José Valverde

La etapa del desierto

Era la primera vez que salía de mi país y comenzaba a tener contacto con jóvenes de otros países. Éramos un grupo de novicios procedentes de RCA, RDC, Benín y Togo. El período del noviciado que llamamos «de desierto» me permitió confirmar, en diálogo con el padre maestro, que este era el camino que el Señor había trazado para mí, lo que me dio una cierta paz interior.

Todo en el noviciado tenía su razón de ser, sobre todo la oración, pero también el estudio de los escritos de nuestro fundador, el trabajo manual y el deporte. También hice una experiencia comunitaria y pastoral de seis meses en la parroquia Espíritu Santo de Tabligbo (Togo), y realicé mis primeros votos religiosos en 2011. Ya era oficialmente misionero comboniano.

Para los estudios de Teología fui destinado al escolasticado de ­Kinshasa (RDC). Los cuatro años de estudios en el Instituto San Eugenio de Mazenod fueron muy enriquecedores a nivel intelectual, comunitario y pastoral. La capital congoleña es una de las ciudades más pobladas de África y me sumergí en la realidad de su gente para confrontarla con los estudios. Quería establecer la relación entre la teoría y las realidades sobre el terreno. En 2015, al concluir la Teología, regresé a mi país para un tiempo de servicio misionero.

Cambio de continente

Mi ordenación sacerdotal tuvo lugar el día de San José de 2017. Poco después salí por primera vez de mi continente rumbo a Perú. Durante seis años he tenido una experiencia misionera en la parroquia Buen Pastor de Arequipa. Conocer otro pueblo, otra cultura, otro idioma y, sobre todo, otra forma de vivir la fe cristiana y católica me ha enriquecido; ha sido una gracia haber compartido mi fe con ellos.

Visitar a las familias de la parroquia me ayudó a conocer mejor la realidad pastoral peruana. Recuerdo con especial cariño los seis meses que dediqué al sector llamado ­Huarangal. Todas las tardes iba casa por casa para saludar y pasar tiempo con la gente. Estas visitas me permitieron entrar en contacto con la realidad de pobreza que se vive allí. Algunas familias preferían recibirme en la calle porque les daba vergüenza que viera que en su casa no tenían casi nada. Sin embargo, lo que más me impresionó fue la alegría de la gente sencilla. Esto me ayudó a comprender que la felicidad no depende de los bienes materiales.

Especialmente difíciles fueron los años de la pandemia, que en Perú se cobró muchas vidas. Mis compañeros en la parroquia, con más de 70 años, tenían que protegerse más del virus, mientras que yo era el sacerdote más joven, por lo que durante ese período tuve que hacer casi todo. Salía con frecuencia a dar la unción de enfermos a las personas afectadas por la COVID-19 y, desgraciadamente, también tuve que realizar muchos responsos porque los familiares de los fallecidos no querían enterrarlos sin una oración. Nuestro arzobispo nos pidió ofrecer este servicio y viví momentos duros, pero también ­inolvidables.

No todo en Perú fue de color de rosa. No faltaron los momentos de soledad al estar tan lejos de mi familia. Además, la vida en una cultura nueva y tan diferente a la propia no es fácil. Me sentí incomprendido algunas veces y me chocaban ciertas reacciones de la gente hacia mí por ser africano, pero entiendo muy bien que todo eso forma parte de los retos misioneros.

El P. Dreyfus con una comunidad durante su servicio misionero en Perú. Fotografía: Hno. José Valverde

La otra cara

Después de seis años en Perú puedo afirmar sin equivocarme que la vida misionera es el camino que el Señor ha trazado para mí. Vale la pena ser comboniano porque para mí no existe mayor alegría que compartir mi fe cristiana con los más pobres y abandonados. He comprobado muchas veces que mi simple presencia junto a las personas desanimadas o decepcionadas es fuente de esperanza para ellas. Como decía santa Teresa de Calcuta: «Hay enfermedades que no se curan con dinero, sino con amor». Puedo resumir mi vida misionera diciendo que soy testigo del amor de Cristo junto a los más pobres y abandonados.

Llegué a España el día de Nochebuena. Comienza para mí una nueva misión como formador en el escolasticado de Granada. Es una misión difícil y me asusta un poco. Soy joven y no tengo una larga experiencia, pero confío en Dios, que me eligió para esta misión. La Iglesia necesita sobre todo buenos sacerdotes que muestren a los hombres y mujeres de nuestro tiempo el camino de Cristo con sus palabras, sus gestos y su testimonio de vida. Estoy feliz de participar en la formación de futuros sacerdotes combonianos.

A los jóvenes que aún dudan de comprometerse en la vida misionera les digo que no teman. Hay una alegría inmensa en ser misionero y Cristo necesita de ellos para transmitir amor, alegría y esperanza a todo el mundo. Si se sienten llamados deben ponerse en camino sin miedo ni vacilación. Si hoy tuviera que volver a elegir una vocación, sin dudarlo elegiría la misma. Me doy cuenta de la necesidad de jóvenes entregados totalmente a la Misión. Por eso, los jóvenes que sientan la llamada del Señor deben responder con generosidad, no serán decepcionados.

700 números de Mundo Negro

La revista misional africana MUNDO NEGRO, editada por los misioneros combonianos en España, llega en este mes de marzo a su número 700, tras 64 años de andadura informando no sólo al pueblo español sino a muchos lectores de habla hispana sobre la realidad del pueblo africano y afroamericano.

Fundada por el P. Enrique Faré -gran impulsor de Esquila Misional, nuestra revista en México- , Mundo Negro vio la luz en enero de 1960, cuando África estaba viviendo el “boom” de las independencias. Tal y como decía su fundador desde el primer momento, “Mundo Negro tiene que ser una revista específicamente africana, eminentemente misionera, moderadamente comboniana y eficazmente formativa”. Esas cuatro características han marcado y sigue marcando su línea editorial y han hecho de ella un referente en la información sobre el continente africano.

Su actual director, el P. Enrique Bayo, presenta así el número 700:
«En los 64 años que hemos tardado en alcanzar esta cifra redonda, hemos ofrecido a nuestros lectores más de 47.000 páginas sobre las realidades africanas y de la afrodescendencia, con textos y fotos firmados por infinidad de personas, africanas muchas de ellas. 700 números después, seguimos creyendo en la importancia de acercar África al público español. El continente sigue siendo muy desconocido –e incluso ignorado– en nuestro país, lo que nos priva de muchas de las riquezas que sus culturas y los ejemplos de vida de sus gentes pueden ofrecernos».

Animación misionera en España

P. José de Jesús García
desde Palencia, España

Del 13 al 15 de febrero pasados los combonianos que trabajamos en España tuvimos en Madrid un taller de animación misionera. Uno de los temas que tratamos fue: “San Daniel Comboni: animador misionero”. Para nutrirnos del Espíritu comboniano, reflexionamos sobre las iniciativas y el espíritu emprendedor que movió e impulsó a San Daniel Comboni para animar a la Iglesia católica europea, para comprometerla en la evangelización de África. Después de la muerte de San Daniel Comboni, muchos misioneros combonianos, han contribuido en la causa misionera comboniana e inclusive han dado su vida en las misiones en diversas partes del mundo.

Queremos recordar al P.  Enrique Faré, un misionero muy importante para las provincias combonianas de México y España, sobre todo por haber fundado la revistas misioneras Mundo Negro y Aguiluchos de España y haber dado un gran impulso a la revista Esquila Misional en México.  

Profeta de la animación misionera

El P. Enrique Faré nació en Milán, Italia, el 10 de julio de 1912. Fue ordenado sacerdote el 27 de marzo de 1937. Realizó diferentes trabajos en la economía, formación y animación misionera, sólo por mencionar algunos. En 1958 fue nombrado Superior Provincial de México. Y en tan sólo en un año mejoró sustancialmente la revista Esquila Misional, editada por los misioneros combonianos, que hasta entonces era una hoja de enlace con los bienhechores y amigos de los misioneros. Gracias a su nuevo diseño y nuevo impulso, Esquila Misional llegó a ser tal como la conocemos hoy. En 1959 el P. Faré fue destinado a España con el mismo cargo, y en abril de 1960 fundó la revista Mundo Negro.  

Hoy en día, tiempo de las redes sociales de comunicación, tiempo de las imágenes digitales, es un desafío para nuestras revistas, el número de suscriptores cada día disminuye. En este taller para animadores misioneros, reflexionamos y nos comprometimos a aprovechar, las ferias del libro, visitar parroquias, grupos parroquiales y todo momento y ocasión que se presente para continuar y reactivar las suscripciones a nuestras revistas Mundo Negro y Aguiluchos y continuar con la venta de libros. Gracias a nuestras revistas misioneras damos a conocer el trabajo misionero y mucha gente ora por las misiones, además de que hemos tenido muchos bienhechores y muchas vocaciones para la vida misionera.

Invitamos a todos nuestros lectores de Esquila misional y Aguiluchos a que nos ayuden promoviendo las suscripciones y cada uno las divulgue con sus amigos. Y también que continúen apoyándonos con oraciones. Es gracias a su apoyo que muchos misioneros combonianos nos encontramos evangelizando en diversas partes del mundo. Unidos en la oración y en la evangelización.     

La revista Mundo Negro recibió dos galardones por su trabajo y trayectoria

Los días 17 y 22 de enero la revista MUNDO NEGRO, editada por los Misioneros Combonianos en España, recibió dos galardones por su trabajo y trayectoria. El primero se lo concedió el portal digital África Mundi en reconocimiento por el Cuaderno MN sobre Ghana, publicado en mayo de 2023. El segundo fue el Premio CEU Ángel Herrera al mejor trabajo periodístico en materia de Doctrina Social de la Iglesia. MUNDO NEGRO cuenta 64 años de servicio a la información y animación misionera en España.

El miércoles 17 de enero de 2024 tuvo lugar en el CaixaForum de Madrid la entrega de los II premios África Mundi. En la categoría al mejor especial, el galardón recayó sobre la revista MUNDO NEGRO de los Misioneros Combonianos en referencia al número monográfico sobre Ghana publicado el mes de mayo de 2023 y que es fruto del viaje que un equipo de la revista realizó a ese país africano.

Recogieron el premio los redactores de MUNDO NEGRO, Javier Sánchez y Gonzalo Gómez, principales autores del monográfico tras su viaje a Ghana entre finales de octubre y principios de noviembre de 2022, período en el que estuvieron apoyados sobre el terreno por el misionero comboniano español Pepe Girau Pellicer, que trabaja en Cape Coast. También participaron en el acto de entrega el director de la revista Mundo Negro, P. Enrique Bayo, y otros dos miembros de la redacción: Carla Fibla y José Luis Silván. El premio de África Mundi se añade a otros muchos reconocimientos que la revista MUNDO NEGRO ha recibido a lo largo de sus 64 años de historia, por su oferta periodística de calidad sobre la misión y otras realidades del continente africano.

Premio CEU Ángel Herrera 2024

El segundo (el 22 enero de 2024) fue el Premio CEU Ángel Herrera al mejor trabajo periodístico en materia de Doctrina Social de la Iglesia. Este premio reconoce la trayectoria de la revista MUNDO NEGRO como referente informativo en España sobre África y de manera particular sobre el trabajo de los misioneros/as y las Iglesias locales africanas.

Mundo Negro recibe el VI Premio de Periodismo Ángel Herrera Oria

La revista Mundo Negro, editada por los Misioneros Combonianos de España, acaba de ser galardonada con el premio de periodismo otorgado por la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria. Según reza en la nota publicada por la Fundación, Mundo Negro recibe este premio “por tratarse de la revista de referencia para conocer la realidad del continente africano, que demuestra cómo los misioneros de la Iglesia católica se convierten en los mejores “corresponsales” sobre el terreno, terreno que conocen de primera mano porque forman parte de él. Esta publicación, elaborada por los Misioneros Combonianos, decana en el sector, una vez al mes nos acerca a la realidad política, económica, social, religiosa y humana de este continente africano, tantas veces olvidado”.

La Fundación Cultural Ángel Herrera Oria toma el nombre del que fuera primer presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, el Siervo de Dios Ángel Herrera Oria, para mantener perdurable en la memoria todo el legado de obras y pensamiento de este insigne laico y cardenal de la Iglesia Católica. Es una obra de la Asociación Católica de Propagandistas de España, que tiene como fin contribuir a la promoción de la cultura en todas sus manifestaciones, como ejemplo del desarrollo intelectual de la persona, de su afán por la belleza y de la búsqueda de lo trascendente. La Fundación pretende hacer expresa la compatibilidad entre el conocimiento del hombre fruto del conocimiento y la investigación con la verdad revelada por Cristo a los hombres.

Hermanamiento de las Basílicas de Guadalupe de México y España

El Papa Francisco ha enviado un mensaje al Arzobispo de Toledo por el “hermanamiento de dos santuarios dedicados a la Bienaventurada Virgen María, bajo el título de Nuestra Señora de Guadalupe”: la Morenita de las Villuercas, en Extremadura (España), y el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México, celebrado hoy en la basílica del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, en España

“María, nuestra Madre, es siempre para su Pueblo vínculo de comunión. Tanto la Escritura como la tradición apostólica nos la muestran convocando a los apóstoles y a la comunidad en torno a Ella, en un clima de oración”, escribe el Pontífice.

El Santo Padre pide al arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, haga extensivo el saludo al Arzobispo de México, cardenal Carlos Aguiar Retes, y a través a de ellos a todos los sacerdotes y fieles devotos en México y España.  

‘Guadalupe’ nos habla de encuentro

“Hoy los convoca el dulce Nombre de María, más precisamente una advocación milenaria que ya en su raíz etimológica nos habla de mestizaje, de encuentro con Dios y con los hombres. Mestizaje porque los estudiosos no se logran poner de acuerdo si debemos leer el título “Guadalupe” en árabe, en latín o en náhuatl”, dice el Papa.

Y menciona que “es curioso que lo que podría plantearse como un conflicto pueda en realidad leerse como un guiño del Espíritu Santo que hace escuchar su mensaje de amor a cada uno en su lengua”.

Raíz etimológica de ‘Guadalupe’

“Así, en árabe –explica el Papa Francisco- la palabra podría sonar ‘río oculto’, como lo estaba esa fuente de agua viva que Jesús promete a la Samaritana, esa fuerza de la gracia que, incluso en tiempos de rechazo e incomprensión, mantiene viva a la Iglesia (cf. Jn 4,10). Como pastores, esta alusión debe ser para nosotros un acicate, buscar siempre en el otro ese río oculto de gracia, ese Amor de Dios que lo hace un tesoro inestimable”.

Luego, haciendo referencia al significado de “Guadalupe” en latín, la palabra –añade Francisco- nos hablaría de un “río de lobos”:

“En ese sentido, de un remanso de paz para aquellos que están atribulados por sus propios pecados, por la violencia, por tantas guerras internas y externas que hacen del hombre un lobo para el hombre. Es el mismo río oculto de la gracia que en el diálogo con Jesús nos muestra nuestra realidad, abriéndonos a la esperanza”

Y finalmente, también combinando el título “con la raíz mexicana, nuestra Señora de Guadalupe se proclama como la que vence a la serpiente, con una tocante evocación al protoevangelio del Génesis. La Inmaculada es así la verdadera madre de todos los que viven; de los que han sido convocados hoy en este santuario, junto a sus pastores, para proclamar su fe en el Hijo de Dios, en Aquél que, haciendo nuevas todas las cosas, ha reconciliado consigo el mundo”.

Culto a Dios en Espíritu y Verdad

El Papa Francisco los exhorta “a hacer brotar en los corazones de los hombres y mujeres de nuestro tiempo ese río de agua viva que salta hasta el cielo, para dar a Dios un culto en Espíritu y Verdad”.

“Pidamos a Dios que, en cada tiempo y lugar donde María nuestra Madre nos convoque, demos testimonio de esa íntima unión de la que sólo el Espíritu puede ser artífice”, finaliza el Papa su mensaje impartiendo la bendición.

La ceremonia de hermanamiento se efectúa este 13 de febrero en la basílica del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, en España, donde intercambiaran los arzobispos el documento. 

Crédito: Vatican News

Ver el mensaje del Papa