Asamblea Continental de Hermanos Combonianos en África

La Asamblea Continental de los Hermanos Misioneros Combonianos se llevó a cabo en Nairobi, Kenia. La reunión contó con la presencia del Hermano Alberto Lamana, consejero general, y del Padre John Baptist Opargiw, superior provincial de Sudáfrica.

Por: Hno. Raúl Cervantes
Con información de: New People Media Centre

Del 27 al 30 de agosto se celebró en Nairobi, la capital de Kenia, la Asamblea Continental de Hermanos que trabajan en el continente africano. La Asamblea contó con la presencia del Hno. Alberto Lamana, Asistente General de los Misioneros Combonianos y responsable de acompañar el trabajo y el servicio de todos los Hermanos del Instituto.

La formación de los Hermanos, la sostenibilidad del trabajo en la misión, su impacto dentro del Instituto o la especificidad del trabajo profesional que los Hermanos realizan en la misión son algunos de los temas que se trataron. En la Asamblea se encuentran Hermanos que trabajan en diversos campos profesionales, como la sanidad, la formación profesional, el diálogo interreligioso, la formación de jóvenes, Justicia y Paz, etc. Entre ellos están los mexicanos Juan Carlos Salgado, médico, que trabaja en el hospital Saint Michel de Donomanga, en Chad, y el Hno. Andrés Gaspar, enfermero, que trabaja en el hospital de Mapuordit, en Sudán del Sur (Abajo, las dos primeras fotografías).

Los Misioneros Combonianos se encuentran presentes en 17 países del continente africano. Aproximadamente 75 Hermanos de todo el mundo misionan ahí, con excepción de Egipto, Sudán y Eritrea. Aunque no todos, esta semana se han reunido para compartir ideas, proyectos, enfoques y retos que viven día a día en las distintas realidades que tiene África.

El primer día, 27 de agosto, el Hermano Dzinekou Yawovi Jonas, director del Institute for Social Transformation, presentó el «enfoque de innovación social» de la Universidad Tangaza en Nairobi, el cual «ofrece un marco para abordar los desafíos actuales, haciendo hincapié en el diseño de enfoques prácticos a los problemas contemporáneos. Así, ayuda a asegurar que el trabajo de la misión sea relevante y tenga impacto en nuestro mundo en constante evolución». Ese mismo día, el superior provincial de Sudáfrica, el padre John Baptist Opargiw, alentó a los Hermanos a ser personas que aprecien el trabajo en equipo y la colaboración.

El día 28 las actividades giraron en torno a tres puntos: formación de los Hermanos, vida comunitaria e informes de las provincias y delegaciones del África francófona y la anglófona. En este segundo día se continuó con la presentación del Hermano Christophe Yata sobre la sostenibilidad en el trabajo de la misión, sumado a diálogos grupales que tenían como objetivo explorar estrategias prácticas y soluciones para garantizar la viabilidad a largo plazo y el impacto dentro de la familia comboniana.

Finalmente, el 30 de agosto, el Hermano Alberto Lamana, Asistente General,  expuso la situación de los Hermanos en el Instituto y cómo «la disminución en el número puede afectar la dinámica social dentro de nuestra congregación», así como no olvidar que «la misión nunca puede ser usada como un instrumento para hacer la Iglesia más grande, sino para hacer visible el Reino de Dios».

Ha muerto el P. Moschetta

Fecha de nacimiento: 02/09/1935
Lugar de nacimiento: Ferra di Soligo (Vi. V.)/I
Votos temporales: 01/05/1959
Votos perpetuos: 10/06/1962
Fecha de ordenación: 28/06/1959
Llegada a México: 1960
Fecha de fallecimiento: 24/08/2024
Lugar de fallecimiento: San José / Costa Rica

El sábado 24 de agosto falleció en San José, la capital de Costa Rica, el P. José Moschetta, misionero comboniano que pasó cerca de 20 años en México y más de 40 en Centroamérica. En total, 65 años de vida misionera en América.

El P. José nació en Ferra di Soligo, en la diócesis italiana de Vittorio Veneto, el 2 de septiembre de 1935. Hizo sus primeros votos el 1 de mayo de 1959 y fue ordenado sacerdote el 28 de junio del mismo año (venía del seminario diocesano) por Mons. Albino Luciani, que más tarde sería elegido Papa (Juan Pablo I). Pocos meses después de su ordenación fue destinado a México, donde pasó casi 20 años. Trabajó varios años en La Paz y luego fue destinado a Xochimilco, a trabajar en la formación de jóvenes seminaristas. Buena parte de los combonianos mexicanos fueron sus formandos.

Cuando la Provincia de México decidió abrir una presencia en Centroamérica, en 1979, concretamente en Costa Rica, el P. José fue uno de los primeros en ser destinado a la nueva misión. Desde entonces, ha permanecido siempre en este país centroamericano, salvo un corto período de tiempo en Guatemala. En 1990 Las comunidades combonianas de Centroamérica pasaron a ser Delegación y, en 2014, Provincia.

El P. José había tenido problemas de salud, concretamente una hemorragia cerebral que mermó mucho su actividad, pero nunca perdió la sonrisa ni la dulce humanidad por la que era muy querido y apreciado por sus hermanos. Gran conocedor de las Escrituras, trabajó comentando la Palabra de Dios en Radio María.

El pasado mes de junio celebró los 65 años de sacerdocio y el 24 de agosto el Señor lo llamó a su Reino, donde podrá descansar de todo el trabajo y el amor dedicado a la misión y a la formación de misioneros. Descansa en Paz, P. José.


En Memoria del P. José Moschetta

Acabábamos de ingresar al Postulantado de los Misioneros Combonianos en Xochimilco, Ciudad de México, era una tarde calurosa de trabajo en los campos, cuando llegó, después de haber trabajado en Baja California Sur, el P. José Moschetta.

Sabíamos que iba a ser nuestro formador, pero no lo conocíamos. Bajó del carro que lo traía del Aeropuerto, dejó su maleta, se quitó la camisa, se amarró un pañuelo en la cabeza, pidió un azadón, y se puso a trabajar con nosotros en el campo.

Fue mi primera impresión e imagen del P. Moschetta. Había dejado una huella en los corazones de los Bajacalifornianos, por su entusiasmo y dedicación a la evangelización.

Pronto descubrimos en el él, a una persona sencilla, franca, y sabia. Fue siempre claro y firme en sus decisiones. Humano, fraterno y sencillo en el trato personal.

No sólo fue el superior de la comunidad, sino también formador y director espiritual.

En la primera Navidad que pasábamos en el Seminario, compró libros religiosos de muchos autores. Y nos dio a escoger uno. Su sapiencia se reflejaba hasta en esos detalles.

Los fines de semana buscaba días misionales dentro y fuera de la ciudad, y no le importaba predicar 10 o 12 misas un domingo y después conducir su WV sedán, de regreso a casa, a veces hasta cinco horas, cuando eran los día misionales en Veracruz o en Michoacán. Siempre rezando el rosario y contando anécdotas de su vida en Baja California.

Tenía un don de gentes y por donde pasaba hacía amigos; sacerdotes o laicos, todos los querían.

Su parecido físico con el entonces Presidente de México, Luis Echeverria, hacía que lo confundieran con él. En una ocasión en una función de Gala de las Damas Combonianas, a su entrada en el cine, le aplaudieron, iba vestido con una guayabera, y él, sin inmutarse, agradeció levantando la mano como lo hacía el presidente. Tenía sentido del humor.

Cuando estábamos en el Noviciado, no dejó de interesarse por nosotros y delante de un problema con el Padre Maestro de Novicios de inmediato intervino para que se arreglaran las cosas.

Estando en el Escolasticado de Paris, nos visitó interesándose en nuestro progreso, en nuestra formación teológica.

Siempre lo recordaré como un amigo, maestro y padre. Humano, sabio y santo.

P. Sergio Valdivia


Carta del Grupo Jornadistas de La Paz, donde el P. Moschetti trabajó varios años

Hace ya un poco más de 50 años, un grupo entusiasta de jóvenes paceñas y paceños, malos para cantar, nos reuníamos en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de La Paz, BCS. Tal grupo de desentonados se hacía llamar orgullosamente “Grupo Jornadistas”, en extensión a su pertenencia al Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana.

Este montón de juventud  estaba compuesto por Amalia Estrada, Linda Moreno, Pina Hirales, Nacho Campoy y Dora, Sergio Carrillo, Mery Romero, Raúl Mendoza, Renato Mendoza y Marta Arrambidez, Guillermo y Antonieta, Francisco y Lorena, Ana Rosa Luján (Machi),Isabel Padilla, Bachi González, Emma Valle (Titina), Chabelita González, B. Alicia Santiesteban (Babi),Vicky Tamayo, Lupita y Maru Anguiano, Keny Talamantes, Teresita González, Antonita Zempoalteca, Cuquita, Sánchez, Amado Heredia, Miguel Angel Soria, Miguel ngel solís, Alfonso Sánchez, Mario Macías, Norma Mendoza Francisco Mendoza, Ma. Elena González, Lupita Castañeda, Adonai Taylor, Manuel Salvador Armando Higuera, Vicki, Rosalina y Linda Morales,Rosa Ma. Landa, Irma Duarte, Toño Ortiz, Humberto, Carmen y Chayo zumaya, Andrés Jimenez, Chiquis Garciglia, Melucha, Minerva López Cinco, Mery Cruz, Frida Peralta, Luz del Carmen  Guluarte, Alberto Garabita, Socorro López, Juanita Geraldo,Sofía Navarro, Marta de Landa, Fidel Macías, Maria Rico de los Reyes, Lulu Anguiano, Amado Heredia, Daniel Vaqueiro, y el que esto escribe y recuerda. Así como Otros compañeros de Jornadas: Chayito López, Carlos Riva Palacio q.e.p.d., Carlos Sandoval q.e.p.d., Lucila Guluarte, Lupita Moreno, Esperanza Landa, Elvira Jiménez, Carolina (Caro), Conchita González, Santa, ….y tantos y tantos, de todo el Estado, que es difícil recordar.

El Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana. Lo organizaban los misioneros combonianos, como los PP, José Moschetta, y Antonio Marrochi, y el Hno. Arsenio Ferrari, entre, otros. Así también colaboraban con ellos un grupo de religiosas perteneciente a diferentes congregaciones.

Sin lugar a dudas estas experiencias tempranas de acercamiento a Dios y lecciones de vida cristiana fueron un hito en la vida de cada uno de nosotros, integrantes afortunados, del Grupo Jornadistas.
Así, sentimos profunda pena al saber que ha muerto el querido P. José Moschetta.

El sábado 24 de agosto falleció en San José, la capital de Costa Rica, nuestro maestro y jovial mentor que pasó cerca de 20 años en México y más de 40 en Centroamérica. En total, 65 años de vida misionera en América.

Sí, vamos extrañar la comunicación epistolar, mantenida por él con nosotros por más de 30 años, cada fin de año recibíamos noticias de su trabajo pastoral y buenos deseos de año nuevo.
Descanse en Paz buen formador de misioneros y ciudadanos, padre José Moschetta, tus alumnos: Grupo Jornadistas de La Paz, BCS no te olvidará.

Desde La Paz: Francisco López Gutiérrez,
“Grupo Jornadistas” de La Paz
Bioeticacotidiana.blogspot.com

Asamblea Provincial de los Misioneros Combonianos de México

Del 20 al 22 de agosto los Misioneros Combonianos de México se encontraron en la casa provincial de Xochimilco para participar en la Asamblea Provincial anual. Dicha Asamblea estuvo precedida por una semana de ejercicios espirituales en los que participaron un buen grupo de los miembros de la Provincia.

Los ejercicios espirituales fueron animados por el P. Jorge Ochoa, misionero comboniano mexicano que actualmente trabaja en los Estados Unidos. Una vez terminados y tras dos días de descanso, comenzó la Asamblea Provincial, en la que participaron cerca de 40 combonianos.

Formación permanente sobre “La cultura del cuidado y del autocuidado”

El primer día estuvo dedicado por completo a la formación permanente, con el tema “la salud integral del misionero”. Fue una jornada muy rica y apreciada por todos. En ella la Maestra Wanda Marissa Rodríguez, teóloga y psicopedagoga, nos ayudó a comprender mejor la importancia de la “cultura del autocuidado”, tanto en el cuerpo como en la mente y en el espíritu. La salud corporal, la emocional, la espiritual y la comunitaria son fundamentales para poder tener una vida y un ministerio felices. El participante más joven de la asamblea tenía 28 años, y el más anciano 88, lo que indica lo diversa que es nuestra Provincia, sin tener en cuenta la internacionalidad, que va creciendo poco a poco.

Eucaristía presidida por Mons. Andrés Vargas, obispo de Xochimilco

Concluyó la primera jornada con una Eucaristía presidida por Mons. Andrés Vargas Peña, obispo de Xochimilco, que aceptó con gusto compartir un momento con nosotros, como ya es habitual en él y al que estamos muy agradecidos por el cariño que nos tiene. En su homilía Mons. Andrés habló de San Bernardo Abad (era la memoria litúrgica) y de San Daniel Comboni, destacando en ellos la pasión que se tradujo en acción. Nos invitó a trabajar siempre en comunión, tanto con las culturas como con las Iglesias locales: los sacerdotes, religiosos y religiosas y los laicos. Citando el documento de Aparecida, el obispo insistió en que “la comunión es misionera y no hay misión sin comunión”.

Presentación de nuestra economía

La mañana del segundo día estuvo dedicada por completo a reflexionar sobre la situación económica de la Provincia, presentada por parte del Ecónomo Provincial y del Secretariado de la Economía. Ya en la tarde, abordamos el Plan Sexenal que se había elaborado en la asamblea del año pasado, para evaluar cómo y de qué manera se está implementando, tanto a nivel personal como de los secretariados. A esta segunda jornada le dimos también un carácter festivo con un momento de convivencia fraterna después de la cena, con juegos, cantos y mucho humor.

Tiempo de convivencia fraterna y festiva en la noche del segundo día

El tercer y último día lo dedicamos a concretizar propuestas según lo que los diferentes sectores reflexionaron entorno al Plan Sexenal. El Consejo Provincial, con una visión amplia de todos los aspectos de la vida de la Provincia, compartió cómo ve la marcha de la Provincia y del Plan Sexenal.

Ceremonia de envío y conclusión de la Asamblea

La Asamblea concluyó con una misa de acción de gracias presidida por el Superior Provincial, P. Rafael Güitrón, en la que se celebró el rito de bendición y envío a los que parten a la misión y a un pequeño grupo de seminaristas que, dejando a sus familias, parten para ingresar en nuestro seminario de Sahuayo.

P. Ismael Piñón, mccj

30 años de la Casa de Animación Misionera de los Combonianos en Costa Rica

comboni.org

La Animación Misionera al estilo comboniano –que comenzó desde una oficina alquilada en San José, y luego desde el Postulantado, hasta que se compró la nueva casa– fue entonces una novedad en la Arquidiócesis de San José, el corazón de la Iglesia Católica en Costa Rica.

Para iniciar la fiesta de los 30 años de apertura del CAM, el pasado 12 de agosto, los Combonianos fueran a celebrar la Eucaristía a los pies de “La Negrita”, patrona de Costa Rica, en la Catedral de Cartago. “Así nos hemos puesto bajo la protección de nuestra Madre del Cielo –escribe el superior de la Provincia de Centro América (PCA), P. Juan Diego Calderón Vargas–. Queríamos peregrinar a sus pies para afianzar nuestro testimonio de comunión misionera en Costa Rica, y el de toda la Familia Comboniana.”

El domingo siguiente, el 18 de agosto, se daba continuación a la fiesta con la celebración de la Eucaristía de acción de gracias, presidida por el Obispo Auxiliar, Mons. Daniel Blanco, en el Santuario Nacional Dulce Nombre de Jesús. En la celebración estaban presentes también el Mons. Vittorino Girardi, mccj, entre otros Combonianos, Combonianas, Laicos Combonianos (LMC) y un buen número de amigos y bienhechores.

En la ocasión también se inauguró una exposición de más de treinta “banners” sobre la vida de Comboni y de los Misioneros Combonianos en el mundo. “Esta exposición ha dado más sentido a la celebración de este día –dijo el P. Juan Diego– y servirá también para dar a conocer en las parroquias nuestro ser misioneros y la labor de los Misioneros Combonianos en todo el mundo. Así dimos gracias a Dios por los 30 años del CAM, por los 45 de presencia comboniana en Costa Rica, y por los frutos de nuestro servicio misionero.”

Y añadió: “La comunidad comboniana del CAM trabajó con esmero para celebrar este aniversario. Queremos aprovechar esta ocasión para agradecer a cada uno de ellos, y a todos los combonianos que han trabajado en el CAM, por su celo misionero y también a todos los bienhechores, amigos y la comunidad local que han colaborado con nosotros durante estos treinta años que hoy celebramos. Nuestra celebración puso una vez más en evidencia que el carisma comboniano pertenece a toda la Iglesia, y su novedad sigue contagiando a todos por igual.”

Votos perpetuos y diaconado de Emmanuel Likonye. “Un tesoro en una vasija de barro”.

El 16 de agosto de 2024, la Provincia Sudafricana de los Misioneros Combonianos fue testigo de la profesión de los votos perpetuos del Escolástico Emmanuel Likonye, que actualmente está haciendo su servicio misionero en la parroquia de Acornhoek, diócesis de Witbank, en la República de Sudáfrica. El domingo 17 fue ordenado diácono en la misma parroquia por el obispo Thaddeus Xolelo Kumalo, de la diócesis de Witbank. (En la foto, Emmanuel Likonye y el P. John Baptist Opargiw, Superior Provincial de Sudáfrica).

Por. P. Robert Ndungu, desde Akornhoek, Sudáfrica
comboni.org

El P. John Baptist Opargiw, Superior Provincial, presidió la Santa Misa y, en nombre del Superior General, recibió los votos perpetuos de Emmanuel en presencia de otros cohermanos que trabajan en la zona de Lowveld, dos religiosas y algunos feligreses de la parroquia Maria Assumpta de Acornhoek.

En su homilía, el P. John Baptist recordó a todos los presentes que la celebración de la consagración religiosa «es realmente un gesto gratuito e inmerecido del amor de Dios por nosotros y por Emmanuel. Es, en efecto, una gracia, un don que es un tesoro en vasija de barro». Reiteró la necesidad de renovar nuestro «Sí» a Dios cada día de nuestra vida. Y tomando prestada la lectura de la Escritura sobre la llamada de Samuel, el P. JB subrayó que Dios nunca ha dejado de llamar a la gente a servirle. En efecto, Emmanuel puede situar su propia llamada entre los relatos bíblicos e históricos de grandes figuras como Abraham, Moisés, Pedro, Pablo, Mateo, Comboni y muchos otros. De hecho, la profesión perpetua de Emmanuel es un recordatorio continuo para todos los presentes de que estamos invitados a ofrecer a Dios lo mejor, un sacrificio vivo, puro y sin mancha.

El P. Opargiw lo expresó muy bien: «La profesión religiosa que celebramos hoy es una cuestión de amor. La calidad de nuestro amor a Dios y a nuestros hermanos y hermanas nos ayudará a vivir la Castidad como una entrega total por el bien de los demás; también nos ayudará a vivir la Obediencia priorizando humildemente la voluntad de Dios y el bien común sobre nuestros deseos personales y, finalmente, nos ayudará a vivir la Pobreza como una experiencia de una buena ética del trabajo, del compartir, del desapego de las posesiones materiales y de la dependencia de Dios y de la comunidad».

Después de la misa, todos los presentes participaron en una comida preparada por la comunidad comboniana de Acornhoek.

Al día siguiente, domingo 18, Emmanuel fue ordenado diácono en una misa en la misma parroquia presidida por el obispo Thaddeus Xolelo Kumalo, de la diócesis de Witbank a la que asistió una gran muchedumbre. El nuevo diácono permanecerá en la parroquia de Acornhoek hasta diciembre para ejercer su ministero diaconal.

“Dios escuchó nuestras oraciones”. Nueva Diócesis de Bentiu, en Sudán del Sur

“Estamos alegres porque Dios escuchó nuestras oraciones y nos bendijo con una nueva diócesis y un obispo nuevo”. La alegría y acción de gracias caracterizaron la creación de la nueva Diócesis de Bentiu y la instalación de su primer obispo, monseñor Christian Carlassare, que es un misionero comboniano.

P. Fernando González GatKuoth
Desde Bentiu, Sudán del Sur

La fiesta comenzó el jueves 8 de agosto cuando monseñor Carlassare llegó al aeropuerto de Rubkona (cercano a Bentiu). Fue recibido por una delegación compuesta por representantes de la Iglesia y del gobierno del Unity State. El prelado llegó acompañado por el obispo de Malakal monseñor Stephen Nyodho Ador Majwak, el P. John Malou Beny, vicario general de la Diócesis de Rumbek, el padre Fernando González Galarza, secretario general de la misión de los misioneros combonianos del Corazón de Jesús, que representó al Superior General, el P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie, y una docena de sacerdotes de la nueva Diócesis de Bentiu, de la Diócesis de la Malakal y de la Diócesis de Rumbek. La ceremonia de bienvenida en el aeropuerto fue breve y muy festiva: cantos, danzas, saludos, regalos y símbolos de bienvenida.

La caravana comenzó su peregrinación hacia Bentiu. En primer lugar, se dirigió a la misión de Yoynyang, fundada en 1925 por los misioneros combonianos y dedicada a Nuestra Señora del Rosario. Es la primera misión en la historia de la nueva Diócesis de Bentiu. Monseñor Stephen Nyodho explicó a la multitud que el objetivo de su visita era la inauguración de la nueva Diócesis de Bentiu creada por su santidad el Papa Francisco y para acompañar a monseñor Christian Carlassare en su nueva misión como primer obispo de la diócesis naciente e invitó a todos a recibir con alegría su nuevo pastor y a trabajar junto con él. A su vez monseñor Carlassare se dirigió a la multitud y manifestó su disponibilidad y alegría en llevar adelante esta nueva misión que el Papa Francisco le encomendó e invitó a todos a formar una sola familia en la Iglesia, en comunión Cristo. La multitud acompañó las palabras de ambos obispos con aplausos, cantos, gritos de júbilo y danzas.

El camino rumbo a Bentiu continuó con una multitud que era cada vez mayor ya que en las calles se unía más gente a la marcha. Todos vestían los uniformes coloridos representativos de sus parroquias y grupos parroquiales (Legión de María, coros, etc.) y portaban su bandera o estandarte que los representaba. Finalmente, entre cantos y danzas, la comitiva y la multitud que los acompañaba llegaron a la parroquia de Bentiu, dedicada a san Martín de Porres. Varios coros y grupos parroquiales ya los esperaban.

El obispo Stephen Nyodho informó que acompañaba al obispo Christian Carlassare para la inauguración de la nueva Diócesis de Bentiu, entregarle su nueva oficina y presentarlo al pueblo de Dios como su nuevo pastor. El obispo Christian dijo que promoverá la paz y la unidad en toda la diócesis. También agradeció la afectuosa recepción en la que participaron miles de personas. El vicegobernador James Tor Tungwar dio la bienvenida al nuevo obispo: “Nosotros, el gobierno del Unity State, le damos la bienvenida y esperamos un periodo de paz y unidad”. La bienvenida terminó y fue animada por cantos de diversos coros y gritos de júbilo de las mujeres.

El 10 de agosto, por la tarde, víspera de la gran celebración, llovió alrededor de tres horas. La gente interpretó esta tormenta como signo de que Dios bendecía al pueblo católico del Unity State con una nueva diócesis y un nuevo obispo, confirmando así, que había escuchado sus oraciones y que a través de la nueva diócesis seguirá derramando bendiciones abundantes sobre ellos. Además, el Unity State está también estrenando un gobernador nuevo, que es católico. En la cultura del pueblo nuer la lluvia es siempre una bendición, aunque en ocasiones causa desastres.

El día tan esperado llegó: el 11 de agosto de 2024, marcó no sólo la historia de la Iglesia en Sudán del Sur, sino también la historia del país, porque el nacimiento de una nueva diócesis tiene repercusiones positivas más allá del pueblo católico, más allá de la Iglesia. La celebración eucarística se realizó en el terreno que el gobierno del Unity State regaló a la diócesis para que ahí se construya la catedral, la casa del obispo y otros edificios necesarios para el buen funcionamiento de la naciente diócesis.

Antes de iniciar la celebración eucarística se leyeron y mostraron al pueblo de Dios las bulas papales de la creación de la Diócesis de Bentiu y el nombramiento de monseñor Christian Carlassare como primer obispo. Él, también, hizo la Profesión de Fe y el Juramento de Fidelidad a la Iglesia. Presidió la celebración eucarística como obispo titular de la nueva diócesis. Participaron varios lideres de la Iglesia de Sudán del Sur, entre ellos: su eminencia Stephen Cardenal Martin Ameyu, arzobispo de Juba y el obispo de Malakal, Mons. Stephen Nyodho Ador Majwak, junto con otros obispos. Participaron también prominentes miembros del gobierno del país y del Unity State, entre ellos: la ministra de Asuntos Internos: Angelina Teny, que es católica, y el gobernador del Unity State: Justice Riek Bim.

En su homilía, monseñor Carlassare exhortó a todos los fieles católicos a trabajar en comunión con él para construir juntos esta nueva diócesis y ser una sola familia en Cristo Jesús. A su vez, el cardenal Stephen Martin Ameyu reconoció la fortaleza en la fe, la resiliencia del pueblo católico al enfrentar grandes retos y conflictos, y su perseverancia en la oración que se han visto coronados con esta nueva diócesis. Por su parte, monseñor Stephen Nyodho Ador Majwak señaló que la creación de una nueva diócesis no es una división, por el contrario, fortalece la presencia y el servicio de la Iglesia al pueblo de Dios. Tanto la ministra de asuntos internos Angelina Teny y el gobernador del Unity State prometieron la colaboración del gobierno nacional y estatal en el crecimiento y desarrollo de la Diócesis de Bentiu. La ceremonia que duró tres horas estuvo animada por diversos coros, grupos de danza litúrgica y equipos de liturgia de varias parroquias.

Por la tarde, monseñor Carlassare convivió con fieles de las diversas parroquias de la Diócesis de Bentiu y representantes de algunas parroquias de las diócesis vecinas de MalaKal y Rumbek. El obispo recibió una gran variedad de regalos: grandes toros, borregos, cabras, ropas, collares de chaquira y tantas otras cosas más según la creatividad de cada comunidad cristiana. Cada delegación presentó su regalo entonando un canto y realizando una danza. Fue el primer encuentro informal entre el nuevo pastor y su rebaño. Un momento marcado por la familiaridad, la cercanía, la alegría, la fe, la generosidad y la esperanza de que Dios está creando cosas nuevas y que Dios seguirá derramando bendiciones abundantes sobres su pueblo amado a través de la Diócesis de Bentiu y de su primer pastor el obispo Christian Carlassare.

Las celebraciones por la nueva diócesis y nuevo obispo terminaron el 12 de agosto cuando monseñor Carlassare celebró una Misa de acción de gracias a Dios. También agradeció a quienes colaboraron en la organización y realización de todos los eventos realizados. Las autoridades eclesiásticas ya habían regresado a Juba, la capital del Sudán del Sur. El nuevo obispo estuvo acompañado por su clero, representantes de los diferentes ministerios de las diversas parroquias, algunos sacerdotes de las diócesis de Malakal y Rumbek, el vicario general de la diócesis de Rumbek P. John Malou Beny y el P. Fernando González Galarza, representante de los misioneros combonianos. Participaron también por parte del gobierno: la ministra de Asuntos Internos, Angelina Teny, y el gobernador del Unity State, Justice Riek Bim. En su mensaje, el gobernador dijo que trabajará junto con el obispo por la paz, la reconciliación y la unidad dentro de la diócesis, pero también con las diócesis y estados vecinos. El P. Fernando leyó el mensaje que el P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie, Superior General de los misioneros combonianos, envió a monseñor Carlassare, en el cual lo felicitaba por su nombramiento y le manifestó que el Consejo General y los misioneros combonianos lo tendrán siempre presentes en sus oraciones y que colaborarán con él. La celebración litúrgica fue animada por los coros y grupos de danza litúrgica de la parroquia de San José Obrero, de la cual el padre Fernando fue párroco durante 14 años.

Todo lo vivido en estos días se puede resumir en cuatro palabras: Agradecimiento, Fe, Alegría y Esperanza. 

Agradecimiento: Todas las celebraciones fueron de agradecimiento a Dios por los dos grandes regalos que dio a su pueblo amado: una nueva diócesis y un nuevo obispo, a través de los cuales seguirá bendiciendo esta porción de su amado rebaño. 

Fe: Todos en la Diócesis de Bentiu creen firmemente que Dios escuchó sus oraciones, vio su situación, escuchó sus lamentos y, como en el pasado mandó a Moisés a liberar a su pueblo, a este pueblo que clamó a él, le da una diócesis y un pastor que los guíe por los senderos de la vida. 

Alegría: Todas las celebraciones litúrgicas y no litúrgicas se celebraron en un ambiente festivo al ritmo de los tambores, los cantos, las danzas, los gritos de júbilo. La mejor manera que el pueblo católico de la diócesis tiene para expresar su gratitud a Dios y su alegría por los dones recibidos es cantar, bailar, alabar y gritar de gozo por lo maravilloso que Dios ha estado con ellos. 

Esperanza: Todo nuevo inicio es un motivo de esperanza. Si todo se inicia con confianza en Dios, agradecimiento por los dones recibidos y la decisión de trabajar juntos por el bien común, el futuro no sólo se ve prometedor, más bien se confía que estará lleno de las bendiciones de Dios y, además, la labor evangelizadora del obispo, sus agentes pastorales y los fieles católico producirá muchos frutos de vida.